Aislados, a escondidas y entre escombros: así estudian medicina los jóvenes de Siria acorralados por la guerra

Siria/10 de octubre de 2017/Fuente: http://www.bbc.com

En las ciudades sirias arrasadas por la guerra ya apenas quedan médicos.

En zonas como Guta, cerca de Damasco, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 90% del personal médico se fue.

La violencia también truncó los sueños de los jóvenes que aspiraban a convertirse en la siguiente generación de médicos: muchos fueron desplazados e interrumpieron sus estudios. Para otros ir a clase dejó de ser seguro.

Pero dos hermanos doctores que pasaron por una situación similar en su infancia durante la guerra entre Iraq e Irán, hace tres décadas, están dispuestos a reparar parte de los estragos del conflicto en Siria.

Arash y Kamiar Alaei, al frente del Instituto Global para la Salud y los Derechos Humanos de la Universidad de Albany, en Nueva York, pusieron en marcha un proyecto voluntario y gratuito de educación a distancia para los estudiantes sirios desplazados.

Cuando lo lanzaron, en junio de 2016, tenían 320 estudiantes registrados. Hoy cuentan con 500, según le dijeron estos doctores de origen iraní a BBC Mundo.

Se conectan cuando pueden desde lugares remotos de Siria, así como Turquía y Líbano, adonde fueron desplazados. Y el 60% son mujeres.

Pero sus identidades y sus ubicaciones exactas se mantienen en secreto por motivos de seguridad.

El desafío de estudiar medicina por teléfono

«Creamos una aplicación especial para este proyecto», le dijo a BBC Mundo Arash Alaei.

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La identidad y la ubicación exacta de los estudiantes se mantiene en secreto por motivos de seguridad.

Desde esa plataforma los estudiantes pueden descargar las lecciones en audio y video en sus celulares, así como material de internet, y usarlo aunque no tengan una conexión continua.

Además, la app les permite tener discusiones en grupo y comunicarse entre sí, así como seguir sesiones en vivo.

Según los hermanos Alaei, la mayoría son estudiantes de medicina de primero y segundo año. A distancia aprenden asignaturas «pre clínicas», como anatomía, genética o microbiología, y siguen el mismo programa de contenidos que en la facultad de medicina de la Universidad de Albany.

La diferencia, matizan, es que las clases se imparten en árabe, gracias a la colaboración de médicos voluntarios. En paralelo, los estudiantes hacen también cursos de inglés para poder comunicarse y progresar académicamente en sus futuras carreras.

Médicos «detenidos y torturados»

Pero con el tiempo los estudiantes de medicina necesitan más que clases a distancia.

Algunos adquieren habilidades clínicas prácticas en paralelo, ayudando a lidiar con las emergencias que trae la guerra.

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Desde su inicio en 2011, la guerra en Siria ha ocasionado la muerte de cerca de medio millón de personas.

Pero ni estudiar ni practicar la medicina es fácil en Siria.

Desde que se inició el conflicto en marzo de 2011, la organización Médicos por los Derechos Humanos denuncia que ha habido «violaciones graves de la neutralidad médica» en todo el país.

En particular mencionan ataques a los centros de salud, obstáculos para el transporte de los médicos e incluso la detención y tortura de doctores por haber tratado a civiles heridos.

Veterinarios y estudiantes haciendo cesáreas

Cuando Yasmine salió de la ciudad siria de Madaya, sitiada por la guerra, contó que el equipo médico que allí quedaba estaba formado por un veterinario y dos estudiantes de primer año de odontología, además de dos enfermeras más que, como ella, no tenían titulación.

Este improbable equipo médico tenía que lidiar con lo que llegara, desde heridas de bala hasta cesáreas.

«No tengo título de enfermera, aprendí con la experiencia«, le dijo a la OMS.

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Los hermanos y doctores Arash y Kamiar Alaei recuerdan haber tenido que estudiar refugiándose en tiendas de campaña en las montañas de Irán hace tres décadas.

Por eso esta institución lanzó desde Turquía su propio programa de formación para los trabajadores de la salud que siguen operando en zonas de Siria aisladas por la guerra.

Durante la primera parte de 2017 lograron alcanzar a unos 200 médicos y enfermeros, a quienes les ofrecen cursos online para diagnosticar diabetes, hipertensión, y enfermedades respiratorias y mentales, entre otras.

Algunos de los profesores utilizan grupos de whatsapp en los que los estudiantes comparten fotos de síntomas y Rayos X cuando no están seguros de un diagnóstico.

Para los hermanos Alaei, que recuerdan haber tenido que estudiar refugiándose en tiendas de campaña en las montañas de Irán, lo que ellos ofrecen, además de formación académica, es motivación y esperanza.

En medio de la muerte y la destrucción, «ver a un profesor es algo clave para tener esperanza, significa que hay alguien a quien le importas tú y tu futuro», le dijeron a BBC Mundo.

Fuente de la Noticia.

http://www.bbc.com/mundo/noticias-41484044

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