Por: Neisa Lara Molina (*)
Se puede aprender a enseñar a través de la experiencia, pero este proceso solo se logra cuando se tiene ganas y se establecen metas que conlleven cambios en la educación.
Mi experiencia como docente inició en un pequeño jardín infantil fundado por mi hermana. Allí aprendí a tratar con niños muy pequeños enseñándoles a agarrar sus lápices y a conocer sus primeras letras. Era una maestra por vocación y me gustaba enseñar.
Fueron muchos años que trabajé con mi hermana. Ella se especializó y es una docente nombrada hoy en día. Por algunas razones de mi vida yo no estudié ninguna licenciatura. Transcurrió el tiempo, trabajaba dando refuerzos, haciendo días en algunas escuelas. Hasta que hace cuatro años decidí estudiar licenciatura en etnoeducación para la básica primaria.
Ahora que estoy a un paso de culminar mis estudios, veo que la educación necesita de personas capacitadas que amen el futuro de nuestro país: los niños. Necesitamos de docentes preparados para desarrollar procesos de enseñanza que conlleven a la transformación de la calidad educativa.
La educación hoy requiere de profesores íntegros, capaces de innovar, de motivar a sus pequeños que se enamoren de sus estudios, a fortalecer esos vínculos familiares que nos ayudan a vivir en esta sociedad tan necesitada de personas llenas de valores. Es en esta perspectiva que se pone en juego el aprendizaje recibido y donde puedo contribuir a generar ese cambio, asumiendo la educación con otros ojos.
Al finalizar mi carrera deseo trabajar, ser una profesional competente, transformadora, dispuesta en todo momento a luchar mis estudiantes, motivándolos en todo momento a seguir adelante y a ser unas excelentes personas con quien se puede contar.
*Estudiante de la licenciatura en etnoeducación de la Universidad de La Guajira
Fuente: https://compartirpalabramaestra.org/blog/las-llaves-del-futuro-la-educacion