Los niveles de segregación corresponden con bajos niveles de rendimiento.
América del Norte/Estados Unidos/05.12.2017/Autor y Fuente: https://www.elnuevodia.com
Las escuelas concertadas están entre los centros educativos más segregados de Estados Unidos, según un análisis de The Associated Press, un resultado que, según los críticos, está en las antípodas de su objetivo de ofrecer una mejor alternativa a las escuelas públicas tradicionales.
Los datos de matriculación nacionales muestran que los centros independientes de la junta escolar local están sobrerrepresentadas entre las escuelas con minorías en el aislamiento racial más extremo. En el año escolar 2014-2015, más de 1,000 de los 6,747 centros de este tipo del país tenían al menos el 99% de alumnos de minorías, esta cifra ha aumentado constantemente.
El problema: Estos niveles de segregación se corresponden con bajos niveles de rendimiento en todo tipo de escuelas.
El análisis de AP sobre rendimiento académico en los 42 estados que tienen leyes para centros concertados, además del Distrito de Columbia, mostró que el rendimiento en este tipo de escuelas varía ampliamente. Pero las que tienen un 99% de alumnos de minorías, tanto las públicas tradicionales como este modelo, tienen de media menos alumnos que alcanzan los estándares estatales de competencias en lectura y matemáticas.
«La desegregación funciona. Nada más lo hace», dijo Daniel Shulman, un abogado de derechos civiles de Minnesota. «No hay cantidad de dinero que puedas entregar a un centro segregado que vaya a hacerlo igualitario”.
Shulman destacó que los centros particulares subvencionados son los culpables en una demanda que acusa al estado de Minnesota de permitir la proliferación de escuelas segregadas por raza, junto brechas en los logros de estudiantes pertenecientes a minorías. Los centros propiedad de minorías han podido erróneamente reclutar solo a minorías, agregó, igual que otros se centraron, también de forma equívoca, en atraer solo a blancos.
Algunos responsables de este tipo de escuelas reconocen que este asunto les preocupa. Casi todos los alumnos del Bruce-Guadalupe Community School de Milwaukee son hispanos, y la mayoría hablan poco o ningún inglés cuando empiezan la educación primaria. El centro se abrió para servir a los latinos, pero también decidió no ofrecer clases de secundaria con la esperanza de que sus estudiantes acudan a centros con más diversidad.
«La belleza de nuestra escuela es que somos un 97% latinos”, dijo Pascual Rodríguez, director del centro. «El inconveniente es que somos un 97% latinos… Bueno, ¿qué pasa cuando se adentran al mundo real donde puedes ser parte de una institución que no es el 97% latina?».
El movimiento de escuelas independientes de la junta escolar local nacido hace un cuarto de siglo ha proliferado en grandes zonas urbanas, donde sus defensores dicen que su objetivo es ayudar a los estudiantes, en general de minorías, que han sido olvidados por sus distritos escolares. Y, de media, los jóvenes de escuelas concertadas hipersegregadas tienen mejor rendimiento, aunque sea mínimo, en los exámenes que los que acuden a escuelas tradicionales con una segregación similar.
Para familias urbanas con opciones de escolarización limitadas, la homogeneidad cultural de estos centros puede ampliar su atractivo como alternativa a las escuelas públicas tradicionales que a veces se consideran entornos hostiles.
Estos y otros partidarios de este modelo insisten en que son buenos colegios y rechazan las preocupaciones sobre equilibrio racial.
Araseli Pérez, hija de inmigrantes mexicanos, envió a sus tres hijos a Bruce-Guadalupe porque ella estudió en escuelas públicas de Milwaukee y quería algo diferente para sus hijos. Los centros en el vecindario de su familia tenían más diversidad racial, pero sostuvo que la raza no fue un factor en su decisión de inscribir a sus hijos en un centro concertado a ocho kilómetros (cinco millas) de distancia.
«Estamos contentos con los resultados”, señaló. Su hijo pequeño, Eleazar, estudia en séptimo grado, juega en el equipo de fútbol y toca la trompeta en la escuela, que tiene puntuaciones en exámenes y tasas de graduación superiores a la media de la ciudad.
Las escuelas independientes de la junta escolar local, que cuentan con financiación pública pero se gestionan de forma privada, tienen más de 2,7 millones de estudiantes en todo Estados Unidos, una cifra que se triplicó en la última década. En este tiempo, mientras el número de escuelas tradicionales se mantuvo estable en el país, las concertadas suponen casi todo el crecimiento de centros donde las minorías enfrentan un aislamiento más extremo.
Aunque el 4% de las escuelas tradicionales públicas tienen un 99% de minorías, la cifra baja al 17% para los centros subvencionados. En las ciudades, donde se ubican la mayoría de estas escuelas, el 25% tienen más del 99% de estudiantes no blancos, frente al 10% de las tradicionales.
Los avances en integración escolar logrados en la segunda mitad del siglo pasado se han revertido en muchos lugares en los últimos 20 años, y un creciente número de centros educativos tienen alumnos pobres y en su mayoría afroestadounidenses o hispanos, según datos federales. Esta nueva segregación se ha atribuido a la aparición de las escuelas independientes y de la elección de centro, al final de los planes de desegregación ordenados por los tribunales en muchas ciudades y a las tendencias inmobiliarias y económicas.
Las opciones para promover la diversidad dependen totalmente de las leyes estatales, según Sonia Park, directora de Diverse Charter Schools Coalition, una red nacida hace dos años que agrupa a 100 escuelas que promueven la integración. Solo algunas zonas tienen sorteos ponderados, presupuesto para transporte para estudiantes de estos centros o la capacidad de atraer a alumnos de distritos urbanos y próximos.
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