En la actualidad, la Educación Especial cubana está orientada hacia la solución de aquellos problemas que emanan de las necesidades sociales, y para tal empeño cuenta con más 12 mil profesores, más de 500 máster y de 120 doctores en Ciencias Pedagógicas, cifra que avala los avances en este campo.
También dispone de más 370 escuelas especiales con un personal docente que rebasa la cifra de 15 mil 700.
De acuerdo con información del Centro de Referencia Latinoamericano para la Educación Especial, no existe la pretensión de alinear el pensamiento en una sola dirección, es vital el análisis permanente de las prácticas educativas y de las reflexiones teóricas que deriven del perfeccionamiento educacional cubano, y ningún hombre está condenado por las leyes de la genética a no desarrollarse.
De ahí que cada día deja de tener sentido hablar de ‘niños diferentes’ por lo que hay que centrarse en el déficit que presentan.
El concepto inclusión en Cuba reconoce el derecho de todos a una educación de calidad, independientemente de sus particularidades y características que condicionan las variabilidades en su desarrollo.
También propicia la integración a la sociedad como individuos plenos en condiciones de poder disfrutar las posibilidades que ella ofrece y contribuir a su perfeccionamiento.
Más que asegurarle la educación a quienes poseen algunas deficiencias, reconocidos aún como los que tienen Necesidades Educativas Especiales, su objetivo debe tener un mayor alcance: la incorporación a la vida socio-laboral y estar preparados para contribuir a su transformación.
La inclusión educativa no está centrada en el tipo de escuela, especial o regular, sino en el alcance de objetivos socioeducativos.