México: Educación tan poco educativa

América del Norte/ México/ 20.01.2018 / Fuente:  www.diariodexalapa.com.mx. Por: Francisco Ontiveros Gutiérrez.

En su reciente participación en el Congreso del Futuro, Claudio Naranjo dictó una intempestiva conferencia respecto de la importancia de la conciencia en todos los aspectos de la vida.

En sus contundentes afirmaciones declara que: “Los seres humanos andamos inconscientes. Dormidos, sin darnos cuenta. Como células que no funcionan”. Este hecho es el que nos pone en ocasión de desconectarnos de la propia sensibilidad. Caminamos por la vida en actitud de impresencia; estando sin estar.

En su desafiante crítica sostiene tres características de la educación, que son las que tienen a esta institución estancada, en lo obsoleto, y la hacen parecer un regalo gastado, incómodo:

Educación paterna, como buen heredero del psicoanálisis, se pone de cara a todo lo que tenga que ver con la figura paterna. Sostiene que el fracaso de la educación paternalista radica en el hecho de que ésta implica un terrible encuentro de tensión entre los personajes del proceso de enseñanza y aprendizaje. Éste es un enfrentamiento fundamental que cesará con un pacto en que uno deberá someterse al otro. Un patógeno avasallamiento. Ambos tendrán que ceder y esto es lo que incluye una carga terrible de tensión y desgaste. La educación paterna es la que pone a los alumnos de cara a una serie de conocimientos sobre el mundo que les resultan, en realidad, poco relevantes. Los alumnos vienen cargando con un anhelo profundo de conocerse primero ellos, para luego, salir al encuentro con el mundo.

Castración de la libertad, pareciera que la educación cuadra, condiciona, extirpa una nobleza natural en los alumnos y les amputa sueños e ideas grandes y nobles. Dando la impresión que la educación engendra miedo. Pone a los estudiantes en estado de alerta y a la defensiva, siempre en guardia con tal de que logren sobrevivir a toda costa. Esto es terrible, destroza en los alumnos la espontaneidad.

Único objetivo de pasar exámenes, este aspecto le roba la nobleza a la educación —según el parecer de Naranjo—- puesto que el mensaje inicial que se le ofrece a los alumnos es el de competir, no colaborar. Obtener una calificación aprobatoria, sin importar el gusto por lo aprendido. La experiencia ahora nos ha demostrado que sólo se conoce lo que se ama. Podemos dar buenos resultados cuantificables. Eso no implica que se ame lo que se ha aprendido, tal parece que el trabajo de todo un curso alcanza fruto no en el servicio que preste para la vida, sino que se reduce a un simple número.

Fuente de la reseña: https://www.diariodexalapa.com.mx/columna/educacion-tan-poco-educativa.

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