El Salvador/31 de Marzo de 2018/El Mundo
Las familias vulnerables tienden a ser numerosas y poseer un nivel educativo bajo o hasta nulo, concluye el mapa de medios de vida del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
El estudio de esta agencia de las Naciones Unidas muestra que los hogares medianamente vulnerables y los resilientes (aquellos que ante una adversidad recuperan con cierta rapidez sus medios de vida) suelen tener mayor escolaridad y menor número de integrantes.
Los hogares vulnerables reportan hasta más de ocho integrantes en promedio, como es el caso de Cuscatlán, Cabañas, Sonsonate, Ahuachapán, San Salvador, Chalatenango, entre otros; y ese promedio no baja de seis personas por familia. El nivel de escolaridad promedio de estos hogares no supera el noveno grado y en algunos departamentos es común que los estudios sean nulos o que no hayan recibido educación formal.
En cambio, los hogares medianamente vulnerables oscilan entre los cinco y seis integrantes en promedio, con una educación de noveno grado o bachillerato. Entre los resilientes es común que posean por lo menos bachillerato, estudios técnicos o universitarios completos y el promedio de personas por hogar no pasa de cuatro.
Situación nacional
La Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM) indica que en 2016 cada hogar tenía un promedio de 3.65 personas, sin cambios significativos entre zona rural y urbana. La escolaridad promedio fue 6.8 grados, pero en la zona rural apenas llegó a cinco grados, frente a los 7.9 de la urbana.
En esa misma encuesta se incluye el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), que a través de 20 indicadores mide las carencias de los hogares más allá de su nivel de ingresos. El IPM reveló que en el 79 % de los hogares salvadoreños al menos uno de sus miembros adultos tenía una baja educación, el 12.2 % reportó casos de inasistencia escolar y el 2.7 % de rezago educativo.
Los resultados del mapa de vida coinciden con un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), donde se establece una relación entre la educación y el nivel de ingresos de los centroamericanos. En el caso salvadoreño, calcula que un año adicional de educación aumenta los ingresos de las personas en un promedio de 9.3 %.
Viviendas en condiciones precarias
Los hogares más vulnerables residen en viviendas con techos de cartón, plástico, paredes de bahareque, piso de tierra. Las familias medianamente vulnerables y resilientes cuentan con recursos para construir viviendas con bloques de cemento, techos de lámina y pisos de cerámica. El IPM de 2016 indica que el 43 % de hogares vive hacinado, el 20.1 % tiene viviendas con materiales inadecuados para pisos y paredes. El 8.9 % no tiene seguridad jurídica de sus terrenos. La tenencia de terrenos productivos y de viviendas se da como préstamo sin pago, alquiler o son ocupadas.
Fuente: http://elmundo.sv/hogares-vulnerables-tienden-a-ser-numerosos-y-con-poca-educacion/