Colombia: Se buscan padres comprometidos con la educación de sus hijos

Colombia/15 de mayo de 2018/Por: Astrid López Arias/Fuente: http://www.abcdelbebe.com

Los niños que tienen el apoyo de sus padres, desde el jardín infantil, serán adultos más felices.

Hoy, en Colombia hay más de tres millones de niños en edad preescolar, y más de 22.000 establecimientos educativos que cuentan con programas para esta etapa del desarrollo, según la última actualización del Ministerio de Educación Nacional. Estas cifras muestran la importancia de enfocar los esfuerzos en mejorar la atención y calidad de la formación para los pequeños.

Pensando en ello, existen en el mundo varios movimientos y grupos que buscan proveer a los niños, en sus primeros años de escolaridad, de una formación integral que se ocupe de su parte intelectual, pero más allá, que cultive sus mentes y la razón de ser como personas.

En otras palabras, dicen los expertos: “Se busca crear modelos de educación serios, que incluyan planes que aseguren una buena nutrición, exijan esquemas completos de vacunación y se ocupen de estimularlos oportuna y pertinentemente”.

Planteamientos como los anteriores fueron la base del V Congreso Internacional de Educación a la Primera Infancia, realizado en Bogotá y en el que participaron con sus experiencias países como Italia, Cuba, Japón, Uruguay, Colombia y Finlandia, nación que es ejemplo internacional con su estructura educativa, en la cual priman los intereses particulares de cada alumno sobre el aprendizaje mismo de los conceptos.

En el evento se analizaron los planes educativos en la primera infancia y sus resultados, pero también la forma como los planteles, las familias y los mismos niños asumen la formación. Así mismo, los modelos presentados hicieron énfasis en la importancia de que exista sinergia entre el trabajo del Estado, las directivas educativas, los docentes y las familias en pro del mejor desarrollo de los niños, en sus primeros años.

Al respecto, Víctor Vergara, director Regional de la Asociación Nacional de Preescolar (Andep), dijo: “Lamentablemente, los padres, en general, no se involucran en la corresponsabilidad para con la escuela, sino que dan por sentado que la educación corre por cuenta únicamente del jardín o del colegio”. Sin embargo, añade, “hay que reconocer que en esta etapa formativa existe cierta tendencia a estar más presente que en los otros niveles educativos”.

La familia, indispensable

Para Patrizia Mascioli, rectora del Gimnasio Alessandro Volta y ponente oficial por Italia en el encuentro internacional, los padres son el factor fundamental en el proceso formativo de los niños. “Ellos son el punto de referencia afectivo más cercano; además, la escuela no sustituye la familia, sino que es el apoyo para constituir una sociedad más estructurada y sólida. Por esto, en nuestro modelo la relación entre padres y docentes está ligada por un vínculo muy fuerte, que promueva el bien mayor de los niños”.

Mascioli, al explicar el modelo italiano de educación, anota: “Partimos del precedente de que en la familia se aprenden relaciones, se siguen rutinas y se aprende a vivir las tradiciones (aspecto fundamental para la vida), mientras que en la escuela se utilizan espacios y materiales específicos que contribuyen a que los niños desarrollen aprendizajes y competencias; por esto, la escuela se constituye, en sí misma, como el lugar donde se inicia la aventura consciente del desarrollo de la personalidad, del yo, un yo que aprende a vivir y a sentir el valor de las relaciones con los otros y con el mundo. Así las cosas, si el paso familia-colegio es tranquilo, entonces los niños podrán vivir bien una adecuada escolaridad y ser felices”.

Lorena Evans, educadora y politóloga, dice que en casi todos los modelos educativos del mundo, la relación familia-escuela se ha dado con pocos puntos en común, y en el mejor de los casos tocando solo algunos aspectos de forma “tangencial”.

“En mi concepto, ambos escenarios tienen una tarea en común de interacción y trabajo continuo y estrecho. Las mejores experiencias educativas se dan cuando estos ámbitos no se ven mutuamente como una amenaza, cuando se presentan problemas en el aprendizaje de los niños y se asume que esto es el resultado de la mala acción del otro. Hay que equilibrarse en la corresponsabilidad y establecer esfuerzos para facilitar la formación y desarrollo positivo de los niños”.

La escuela no sustituye a la familia, sino que es el apoyo para constituir una sociedad más estructurada y sólida

 

¿Cómo involucrar más a los padres?

La docente e investigadora Patrizia Mascioli sostiene que en la formación de los menores es muy importante que exista conexión y reciprocidad entre la familia y el colegio. “Lo primero es la unidad, este es el factor base que permite que tanto padres como docentes hablemos el mismo idioma, y así los pequeños reciban los mismos criterios educativos. De una comunicación asertiva también depende que construyamos estructuras educativas que faciliten el desarrollo integral de nuestros niños”.

Para Mascioli, la clave del éxito de una educación que en realidad forme personas con criterio, libres, responsables y que valoren la vida y quieran destacarse está en que el modelo que se aplique promueva el desarrollo del ser humano, pero que en el proceso se asegure la felicidad.

“Ellos deben ver el mundo como un lugar de encuentro positivo y de conocimiento que genere, como consecuencia natural, un incremento de la curiosidad y una capacidad investigativa con excelentes resultados académicos en la edad escolar y, por supuesto en adelante”.

La educadora holandesa Loren Evans es enfática en decir que cuando se cuenta con padres comprometidos que se comunican con los jardines o colegios de sus hijos, que entienden su papel en la educación de los pequeños y que, a la vez, respetan y facilitan la labor de los educadores, el resultado no puede ser otro que “personas integrales con conocimientos aplicados y capacidad de decisión y análisis, lo cual podrán aplicar no solo en ámbitos profesionales y académicos, sino en el propio y libre desarrollo de la personalidad”.

Pero ¿cuál es la fórmula para involucrar más a los padres? Los expertos explican que el primer escenario de aprendizaje es el hogar; los niños siguen pautas sociales, culturales y aspectos propios de su familia, y en esa dinámica están aprendiendo. Desde el lenguaje en adelante, seguido por las pautas básicas de comportamiento de los niños, como se muestran, es el reflejo de lo que han aprendido en casa.

Entonces, el punto de partida para involucrar más a los padres en la formación de sus pequeños es integrarse con la escuela, en especial en la primera etapa de escolaridad. “Debe existir un contacto amable y propositivo que facilite una interacción constante entre el quehacer del hogar y el del colegio. Los padres ‘cajero’ (que solo se ocupan de pagar la mensualidad) están en vías de extinción, afortunadamente”, dice Evans.

Agrega que hoy son más los padres que, especialmente en los primeros años, apoyan a sus niños con los trabajos escolares, se han involucrado a través de la tecnología con sus pares para apoyar el aprendizaje y resolver problemas e inquietudes y sostienen una relación respetuosa pero vigilante del trabajo de los maestros”.

La clave está, anota Mascioli, en ver la escuela “como la continuidad del ambiente familiar, pero más amplio, abierto a nuevas relaciones, con una propuesta cautivadora de actividades aptas para cada niño, así que ellos entren y se adapten con gusto al nuevo ambiente, creen amistades, y logren vivir una relación positiva con el nuevo mundo que los rodea”.

Fuente de la Reseña:

http://www.abcdelbebe.com/nino/educacion-y-estimulacion/cual-es-la-clave-de-una-educacion-preescolar-adecuada-16263

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