Redacción: José Alberto Chacón/Panamá América
Gremios docentes y directivos de colegios públicos y privados catalogan la huelga de irresponsable. Los educadores reclaman salarios no pagados y otras demandas que el Gobierno desatiende.
La huelga general de docentes anunciada para este lunes 16 de julio, a raíz de las intenciones del Gobierno de aumentar la tarifa eléctrica, ha generado más rechazo que aceptación.
Se trata de 42 mil educadores, aglutinados en 17 gremios a nivel nacional, que dejarán de impartir clases durante 48 horas.
Pero la medida adoptada por los maestros no ha sido bien recibida ni entre los padres de familia ni todos los grupos agremiados al magisterio panameño.
Los días de asueto del calendario escolar, la semana de vacaciones al terminar cada trimestre y el hecho de que un 40% de los colegios del país culminarán las clases a mediados de noviembre para ser usados por los peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), es más que suficiente para no aupar medidas de paro.
Así lo manifestó Karina Herrera, representante de la Confederación de Padres de Familia de colegios oficiales.
Herrera declaró que el llamado a suspensión de clases es absurdo tomando en cuenta que el sistema educativo de nuestro país es endeble.
«El sistema educativo panameño no aguanta una huelga más», aseveró esta fuente.
Herrera agregó que los gremios están perjudicando a los alumnos y que antes de paralizar clases, estos deben consultar a las partes involucradas.
«Estamos de acuerdo con las manifestaciones, pero no aprobamos se tome una decisión unilateral sin ni siquiera consultar», explicó la entrevistada.
Los directivos de las escuelas privadas tampoco ven con buenos ojos el llamado a huelga. Para Manuelita Vallarino De Saint Malo, de la Academia Interamericana de Panamá, se trata de buscar medidas que edifiquen no que atrasen la enseñanza en las aulas.
«Hay muchas formas de protestar. El paro de labores perjudica a cientos de miles de estudiantes, ya que reciben una educación inferior, es criminal, no patriótico», escribió Saint Malo en su cuenta de Twitter.
Como si fuera poco, el Ministerio de Educación (Meduca) expresó en un comunicado que la semana entrante hay pruebas del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (Pisa) y que las fechas no pueden variar.
«Actualmente estamos en un proceso de evaluación internacional de las pruebas Pisa. Este es un compromiso que no debe verse afectado».
La Asociación de Educadores de Veraguas (Aeve) tampoco avala la interrupción de las clases hasta que la mayoría de sus bases aprueben la medida.
«Aeve llamó a piqueteos, pero no al paro docente, en Aeve esas son decisiones de las bases docentes en Asamblea, la cual se convocará próximamente para tomar decisiones al respecto», dijo Yadira Pino, de Aeve.
Pero los docentes se mantienen en pie de guerra, no solo por el posible incremento del costo de la luz, sino por otras batallas contra el Gobierno que aún no culminan.
Luis López, del Frente Nacional de Educadores Independientes (Frenei) comentó que el Gobierno mantiene abiertos varios frentes de batalla con los educadores panameños.
Contó que esta administración se comprometió a invertir el 6% del producto interno bruto (PIB) en el sistema educativo tras firmar el acuerdo de huelga en 2016, promesa que hasta el momento ha sido incumplida.
«Adicional a eso, el Gobierno no ha cumplido con el pago de las deudas atrasadas a los docentes, no ha cumplido con pagarles su salario a todos los educadores que fueron nombrados este año, ya sea por concurso o por contrato», reveló el gremialista.
López agregó que su lucha también abarca la no ejecución de las jornadas extendidas en los 100 colegios que fueron elegidos por las autoridades y padres de familia.
«Ese programa es costoso y está a punto de fracasar», aclaró López.