Redacción: El Dctamen/14-11-2018
Zhu Long, cofundador y presidente de Yitu, una de las principales empresas de inteligencia artificial de China, aseguró, en una entrevista reciente, que su país llevará la batuta en las innovaciones digitales que abrirán una nueva era, la de una revolución tecnológica que provocará cambios socioeconómicos más profundos que los de la industrial. Zhu, que desarrolla sistemas de reconocimiento facial y algoritmos para diagnósticos médicos, asegura que muchas de las cosas que ahora consideramos imprescindibles para el desempeño de nuestras vidas y de nuestra formación dejarán de serlo, y advierte de que no es ciencia ficción, sino algo que sucederá en los próximos 10 o 20 años. Además, está convencido de que esta nueva etapa tecnológica va a estar liderada por su país: China. Sustenta esta predicción con tres argumentos. “Primero, porque tanto la población china como el Gobierno son mucho más receptivos a las nuevas tecnologías que el resto. Eso ha permitido que en el mercado abunden las oportunidades empresariales y que la inversión en I+D se haya disparado. Segundo, porque hay mucha gente que, como yo, se ha formado en centros de élite de todo el mundo y regresa a China para poner en práctica lo aprendido e ir más allá. Y tercero, porque nadie puede igualar el peso demográfico del país. Los 1.400 millones de habitantes crean economías de escala y retos que son un aliciente para desarrollar tecnologías como la inteligencia artificial, que en China tiene más aplicaciones prácticas que en otros países”.
Y las estadísticas le dan la razón. El año pasado, el gigante asiático destinó 1,79 billones de yuanes a investigación, un crecimiento del 14% con respecto a 2016 y un 70,9% más si se compara con la cifra de 2012. Y la segunda potencia mundial todavía tiene margen para el crecimiento porque su inversión en I+D es de solo el 2,1% del PIB, solo a 7 décimas detrás de Estados Unidos y 1,2 puntos por debajo de Alemania. China es el país con más estudiantes fuera de sus fronteras, pues el año pasado 608.400 chinos viajaron al extranjero para formarse. Un 11,74% más que en 2016. El número de estudiantes chinos que regresaron a su país también creció a un ritmo parecido (11,19%) y alcanzó los 480.900. De esos, 227.400 volvieron con un máster o un título superior.
Desde hace cuatro décadas que China decidió abrirse al mundo, más de 5,1 millones de chinos han estudiado en el extranjero. 3,1 millones (un 83,73%) han vuelto a China. El año pasado ocho millones de chinos se graduaron en las universidades del país, una cifra que duplica la de Estados Unidos y multiplica casi por 10 la de China en 1997. Los buenos resultados de Shanghái en el informe PISA también reflejan la gran inversión realizada en el sector educativo. Según previsiones de The Economist Intelligence Unit, China liderará el mundo en número de graduados en estudios STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).