Europa/ España/ 14.05.2019/ Fuente: cadenaser.com.
El nuevo informe sobre las Perspectivas del Medio Ambiente, elaborado por Naciones Unidas y presentado hoy en Nairobi, alerta de la desaparición de la capa de hielo del Ártico, el aumento de las muertes por contaminación del aire en las ciudades y la extensión del desierto en amplias regiones de la Tierra.
El deshielo del Polo Norte «devastará» esta región y su efecto también se notará en el resto del planeta, porque la temperatura media del Ártico sufrirá un aumento de entre 3 y 5 grados centígrados en los próximos 30 años, es decir, de aquí al año 2050.
Esta es sólo unas de las duras advertencias que contienen las 740 páginas del nuevo informe sobre el Estado del Medio Ambiente que la ONU ha presentado hoy en Nairobi (Kenia) durante la Cuarta Asamblea del PNUMA, el Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas.
Este informe revela que el deshielo podría despertar al «gigante dormido» del Ártico y que este problema tendrá impactos negativos en todo el planeta, porque incrementará la acidificación y polución de los océanos.
Más impactos
Según este informe de la ONU, en el 2050 unos 4.000 millones de personas vivirán en tierras desertificadas, sobre todo, en África y el sur de Asia, y confirma que la contaminación del aire mata ya a siete millones de personas, cada año.
Y para la ONU sólo hay una solución: reducir de forma drástica la emisión a la atmósfera de los gases tóxicos que emiten ahora los vehículos, las industrias y las calefacciones de las casas. En concreto, este informe pide un 40% de reducción en el año 2020 y un 70% en 2050.
Además, la resistencia a los antibióticos, provocada entre otras causas, por los contaminantes vertidos en el agua, será para 2050 la primera causa de muerte en el mundo, según este informe de ONU Medioambiente realizado por 250 científicos de 70 países.
Soluciones
De este modo, se podría frenar el aumento medio de la temperatura de la Tierra en 2 grados centígrados, como establece el Acuerdo de París contra el cambio climático.
Esto costaría a las países del mundo 19,5 billones de euros, pero se advierte que el coste de no actuar es mucho más alto, porque sólo en gasto sanitario para hacer frente a las enfermedades y muertes que causa la contaminación del planeta costará 47 billones de euros, es decir, más del doble.
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