Entrevista a Álvaro Pardo: «A los científicos colombianos les toca venderse al mejor postor para investigar”

Entrevista/04 Julio 2019/Autora: Tatiana Rojas/Fuente: Semana Educación

SEMANA Educación habló con Álvaro Pardo, economista y estudioso sobre el conflicto que hay entre la academia y las empresas que contratan estudios con las universidades colombianas. ¿Qué tipo de conocimiento están produciendo?

El debate que abrió el informe de la Universidad Sergio Arboleda sobre el glifosato ha dejado reflexiones en el país que van mucho más allá de esa sustancia y de la frustrada lucha contra las drogas ilícitas. En el campo académico también se plantearon muchas preguntas sobre la responsabilidad de la academia al generar información que pasa por científica para favorecer empresas. Álvaro Pardo, economista, investigador, ex director técnico de minas del Ministerio de Minas y Energía, miembro de la Red Justicia Tributaria y coautor de la serie Minería en Colombia de la Contraloría General de la República, asegura que este fenómeno no es nuevo y se ve tanto en instituciones públicas como en privadas. SEMANA Educación habló con él al respecto.

SEMANA: En Colombia es común que las empresas contraten a docentes investigadores para producir información de algunos temas de su interés. ¿Cómo ha sido esa relación?

A.P: Las empresas buscan dentro de las universidades grupos de estudios o profesores que les avalen lo que ellos están haciendo, para luego decir que la universidad investigó el tema y concluyó que lo hacen, lo están haciendo bien. Es una cosa que rompe en primer lugar con lo que deben hacer las universidades, porque es una forma de pervertir la academia y de llevarla hacia otro lado, y eso está pasando en Colombia desde hace varios años.

SEMANA: ¿Conoce de casos en donde las universidades están favoreciendo a las empresas? 

A.P: Hoy, por ejemplo, la universidad que más se cuestiona es la Facultad de Minas de la Universidad Nacional sede Medellín, porque ya abiertamente reconocen que hacen trabajos para multinacionales mineras, como Anglod Ashanti. Por eso, las universidades viven muy agradecidas con ellos porque les llevan plata y por que están generando empleo al interior de las instituciones. Pero, ojo, no es toda la Universidad Nacional.

SEMANA: ¿Hay universidades o docentes que se hayan negado a trabajar con estas empresas?

A.P: Sí, hay instituciones que les han dicho de frente que no. Por ejemplo, la Universidad Industrial de Santander, allá una vez encontraron a unos profesores haciendo un contrato con una empresa minera en Santurbán y la universidad tomó acciones y no dejó que esos trabajos se hicieran. La empresa quería que los profesores demostraran que sí se podía hacer minería en páramos. También ocurrió en la Universidad del Tolima, algunos profesores tenían contratos con Anglod Ashanti pero, por presión de los estudiantes que salieron a protestar, la universidad canceló esos contratos.

 

SEMANA: ¿Esto está pasando porque el Estado les exige investigación, pero el presupuesto para ciencia siempre ha sido el más bajo en Latinoamérica?

A.P: Ese es el problema de fondo. En Colombia no hay plata para la investigación. Además, las universidades públicas viven desfinanciadas, entonces a algunas no les queda otra opción que ir a buscar recursos con las empresas. Pero, el gran problema es que la independencia académica choca con el interés de esas empresas, porque como todos sabemos el que paga manda.

SEMANA: Hay un video circulando en redes de algunos estudiantes de la Universidad Nacional exigiéndole a la rectora que cree una comisión de expertos independientes que estudie los efectos del fracking. ¿Sabe algo al respecto? 

A.P: El Consejo de Estado dijo que en Colombia no hay estudios para verificar si hacer fracking produce daños como lo han mencionado los grupos ambientalistas y otras organizaciones en el mundo en donde se ha prohibido el fracking. Hay estudios de las empresas, no estudios propios. Así, las cosas, el Consejo de Estado le pidió a la Universidad Nacional que hiciera un estudio independiente sobre el fracking y le dio cuatro meses para hacerlo. El problema es que ha pasado el tiempo y Dolly Montoya, rectora de esta institución no ha nombrado esa comisión. Ya hubo una carta de 30  profesores y otra de estudiantes exigiendo que proceda a nombrar esa comisión y que nombre a gente independiente, porque el gran temor es que dentro de la universidad hay personas interesadas en el tema extractivista que depronto no podían ser lo suficientemente independientes para proveer una recomendación.

SEMANA: ¿Usted cree que en el país no se produce suficiente información científica sobre temas que se discuten todo el tiempo en el Congreso como el glifosato, asbesto, entre otros?

A.P: Con respecto a unos temas álgidos, por ejemplo el tema de la comida chatarra, el azúcar, fracking, el cigarrillo, siempre hay estudios que las mismas compañías interesadas logran filtrar en el debate y entonces nunca se puede llegar a una decisión soberana. Este país lleva más de 15 años en el tema del asbesto, hubo muchos debates en el Congreso, pero siempre las compañías interesadas lograban captar la discusión y mostraban estudios para demostrar que el Asbesto no mata. En Colombia desafortunadamente no hay recursos para que los científicos del país aporten información que le sirva al Estado y a la sociedad para poder tomar decisiones. Los científicos colombianos les toca venderse al mejor postor, entonces no se dan los debates como deben ser. Creo que el país sabe que llegó el momento en el que el Gobierno debe tomar decisiones basados en estudios propios y no en información que le entrega las mismas compañías interesadas

Imagen tomada de: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2019/6/28/621252_1.jpg

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/a-los-cientificos-colombianos-les-toca-venderse-al-mejor-postor-para-investigar/621251

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