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El confinamiento profundiza las desigualdades de género en el empleo y los cuidados, asegura estudio de la Facultad de Ciencias Sociales

Noticias Clacso

La investigación explica por qué la romantización del “quedate en casa” invisibiliza las problemáticas de muchas mujeres.

Las medidas dispuestas en el marco de la emergencia sanitaria por el coronavirus y, en particular, la exhortación al confinamiento voluntario, no impactan de la misma forma en todos los sectores de la población. Mientras algunas personas pueden quedarse en casa para aprovechar a pasar más tiempo en familia, terminar proyectos que fueron postergados o incluso darle rienda suelta a la introspección –como invitan distintas consignas que surgen en los medios y las redes sociales–, otras tienen dificultades para compatibilizar las tareas de cuidados y el teletrabajo, o directamente se quedaron sin trabajo e ingresos económicos, entre otras dificultades.

En este escenario, el Grupo de Investigación de Sociología de Género de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República, que coordina la socióloga y docente Karina Batthyány, realizó un estudio sobre el impacto del confinamiento en la vida cotidiana de las mujeres. Los resultados del análisis fueron sintetizados en el documento La romantización del “quédate en casa”, cuya conclusión principal es que la situación actual pone en evidencia “las desigualdades de género en el mundo laboral y en las tareas de cuidados”. Ratifica que, como en todas las crisis, la peor parte se la llevan las mujeres.

La carga de los distintos tipos de cuidado en los hogares creció desde que las autoridades decretaron el cierre de los centros educativos para evitar contagios. Esto provocó que, en muchos casos, las tareas de cuidados se superpusieran con el teletrabajo, lo cual demostró “que las jornadas laborales tal como las conocemos no son compatibles con cuidar a niñas, niños, adolescentes y personas dependientes”, dice el documento. “Esta situación de quedarse en casa tensiona los cuidados y las responsabilidades laborales durante todo el día, sin la distancia que puede ofrecer la oficina o espacio laboral y el centro de cuidados o educativo”, asegura el Grupo de Investigación de Sociología de Género.

Las tensiones son más evidentes para las mujeres trabajadoras de sectores medios que pueden realizar sus tareas laborales desde sus casas, ya que “su carga de trabajo remunerado, en la mayoría de los casos, o se mantiene, o aumenta y el trabajo de cuidados, lejos de reducirse, aumenta considerablemente”. Las investigadoras mencionan el ejemplo de las maestras y profesoras, que tienen que dar clases virtuales y prepararlas al mismo tiempo que cuidan a sus hijas e hijos.

El mandato de “quedarse en casa y trabajar desde los hogares” tampoco toma en cuenta las repercusiones de los cuidados en la productividad laboral. Es decir: a las mujeres se les exige la misma productividad que tendrían si estuvieran trabajando en la oficina, sin tener en cuenta que conviven con niñas y niños que demandan constante atención, supervisión y entretenimiento.

Los cuidados son un obstáculo también para las mujeres que están obligadas a seguir trabajando fuera de sus hogares, como las profesionales de la salud o las trabajadoras de supermercados y farmacias. El desafío para ellas es resolver cómo cuidar a sus hijas e hijos cuando los centros educativos están cerrados, las empleadas domésticas y las niñeras no trabajan, y las abuelas y los abuelos –que suelen ser centrales en los cuidados de las nietas y nietos– tienen que extremar precauciones porque son población de riesgo.

En cualquiera de los casos, la pandemia de covid-19 puso en evidencia que el mercado laboral cuenta con pocas herramientas para apoyar los cuidados de trabajadoras y trabajadores con personas a cargo. “¿Cómo están actuando los empleadores frente a esta tensionante situación de las mujeres que trabajan desde casa? ¿Es posible pensar en políticas que mandaten a las empresas que emplean madres y padres con niñas y niños a reducir la carga de trabajo durante la pandemia, sin reducir los salarios? ¿Cuáles son las señales que se deberían dar desde el Estado hacia el mercado laboral?”, cuestionan las investigadoras.

Plantean que esta crisis también puede ser una oportunidad para visibilizar la desigual distribución de los cuidados entre varones y mujeres. Para eso, hay que hacerse algunas preguntas: “¿De qué manera están involucrándose los varones en el cuidado en los hogares donde conviven varones y mujeres? ¿Cuánto están cuidando dentro de los hogares los varones? ¿Qué características tienen los varones que cuidan en forma equitativa? ¿Qué proporción son del total? Y cuando no están presentes los varones en los hogares, ¿qué apoyos para el cuidado tienen las mujeres que viven solas con sus hijos (11% de los hogares en Uruguay)?”.

El impacto en el trabajo

Además de generar una división desigual de las tareas de cuidados, la emergencia sanitaria podría profundizar aún más la brecha económica entre mujeres y varones, advierte por otro lado el Grupo de Investigación de Sociología de Género, porque “una gran parte de las mujeres latinoamericanas va a dejar de percibir sus ingresos en unos momentos especialmente difíciles”. Esto es porque los primeros sectores afectados por la crisis están altamente feminizados, como el trabajo doméstico], los sectores vinculados al turismo o los servicios. A esto se suman las trabajadoras informales o precarizadas, que están siempre expuestas a perder los ingresos. Un ejemplo son las trabajadoras sexuales, que al no poder salir a la calle y con los boliches cerrados ven mermadas todas sus posibilidades laborales. “¿Cómo puede pensarse que estas mujeres pueden continuar con su rol productivo con el confinamiento de las personas dependientes?”, se preguntan las investigadoras.

La crisis de cuidados tendrá otra consecuencia en el mundo laboral que es la dificultad de incorporación o continuidad de las mujeres en el trabajo remunerado en igualdad de condiciones respecto de los varones. “Teniendo en cuenta que los trabajadores y las trabajadoras con mayor desprotección, informales y que trabajan en base a jornales, van a recibir el mayor impacto de las repercusiones económicas que genere esta emergencia sanitaria, podemos afirmar que probablemente la pandemia vuelva más pobres y vulnerables a las mujeres”, aseguran.

La investigación recuerda que igualmente el confinamiento “puede agravar o generar situaciones de violencia basada en género, particularmente de violencia doméstica, lo cual también cuestiona la romantización de la cuarentena”.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/articulo/2020/4/el-confinamiento-profundiza-las-desigualdades-de-genero-en-el-empleo-y-los-cuidados-asegura-estudio-de-la-facultad-de-ciencias-sociales/

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