Coronavirus en asilos: los ancianos necesitan más contacto social
En muchos lugares de Alemania los casos de coronavirus están aumentando de nuevo. Pero la mayoría de las personas mayores en el país probablemente no tengan que volver a vivir en confinamiento absoluto.
La fase con más contagios de coronavirus en marzo y abril fue un momento especialmente malo para muchas personas mayores en Alemania. En los asilos tuvieron que soportar semanas sin casi ningún contacto con el mundo exterior. El sistema de atención domiciliaria, en el que muchos cuidadores provienen de otros países de Europa del Este, pareció entonces estar al borde del colapso.
Según el Instituto Robert Koch, el 86 por ciento de las personas que murieron en relación con COVID-19 en Alemania, tenían, hasta el 18 de septiembre de 2020, 70 años o más. «La política y la sociedad han aprendido mucho, y ahora son más sensibles con el tema de la libertad de los residentes de los asilos», dice Helene Maqua, quien dirige el departamento de cuidado de ancianos en la Asociación Diocesana de Caritas del Arzobispado de Colonia. Después de las numerosas quejas sobre las medidas, a veces, muy estrictas, se han adoptado otro plan de actuación.
Aislamiento prolongado, perjudicial para la salud
Desde mediados de marzo hasta principios de mayo de 2020, de acuerdo al Reglamento de Protección contra el Coronavirus del estado de Renania del Norte-Westfalia (NRW), se prohibieron, con solo unas pocas excepciones, todas las visitas «que no fuesen atención médica o de enfermería o necesarias por razones legales» en los asilos. Tuvieron que comer solos en sus habitaciones. No fue una situación fácil, especialmente para los residentes con demencia, quienes no podían entender por qué tenían que mantener distancia, y los familiares no los visitaban.
Entre tanto, como en la mayoría de los otros estados federales, las visitas están de nuevo permitidas en NRW, aunque por un tiempo limitado, con mascarilla y a distancia, porque rápidamente quedó claro el enorme estrés que supuso la ausencia de visitas para los ancianos.
Cuando los cuidadores van a casa
También las personas mayores que viven en casa y reciben cuidados por parte de un servicio a domicilio o de 24 horas, tuvieron que aceptar ciertas restricciones: el llamado distanciamiento social. En una entrevista con el diario Frankfurter Rundschau a finales de abril, el investigador de envejecimiento Hans-Werner Wahl dijo: «Las emociones positivas, la sensación de ser necesitado, la ternura, todo eso se ha ido ahora. Es muy estresante».
Esto hace que el contacto con los enfermeros y cuidadores sea aún más importante para estas personas mayores. Sin embargo, al comienzo de la pandemia, el personal tuvo también sus propias dificultades, como informa Renata Föry. «Cuando se cerró la frontera germano-polaca a mediados de marzo, fue un caos absoluto, nadie sabía nada y algunas de nuestras cuidadoras se fueron por su propia cuenta a sus países de origen», dice la directora de Seniocare24, una agencia de contratación de cuidadores polacos. En ese momento, se decidió pagar un bono coronavirus de 300 euros para incentivar que se quedaran en Alemania. A finales de marzo, el Ministerio del Interior alemán dejó claro que los cuidadores (y conductores de camiones) de Europa del Este podían viajar a Alemania. Fue una excepción.
Corona revela deficiencias en la atención domiciliaria
Para proveedores de cuidados sanitarios, como Seniocare24, la situación, en gran medida, se ha normalizado. Sin embargo, según una estimación de la asociación industrial VHBP, en los 300.000 hogares alemanes en los que los cuidadores viven con las personas a las que cuidan, más del 90 por ciento ni siquiera trabaja para tales agencias, lo hacen ilegalmente.
Es probable que estos trabajadores ilegales hayan regresado a sus países de origen en marzo y no regresen durante mucho tiempo. Durante esta fase, «muchos de los que anteriormente contrataban cuidadores de Europa del Este recurrieron a nosotros», afirma Föry. Sin embargo, desde la apertura de la frontera en junio, cada vez más clientes le han dicho que han «encontrado a alguien en privado», lo que suele ser sinónimo de ilegalidad.
Föry no teme a condiciones similares a las de marzo, aunque la cantidad de infecciones por coronavirus está aumentando nuevamente. Después de una breve fase de caos, los políticos actuaron
rápidamente: «Estoy muy agradecida al señor Spahn por ello».
Confinamientos probablemente solo a nivel local
Helena Maqua, de Caritas, piensa de forma similar. Solo al principio, las instituciones se sintieron abandonadas con la responsabilidad, lo que luego llevó a la excesiva cautela en algunos lugares. Pero ahora ya no se esperan confinamientos generalizados de asilos. Además, el estado de Renania del Norte-Westfalia ha establecido grandes existencias de materiales de protección; al comienzo de la pandemia, la escasez de guantes, máscaras u otra ropa fue un verdadero problema.
Los centros de ancianos también deben estar en cuarentena si se producen casos de coronavirus, pero con la ayuda y consideración de todos, estos pueden seguir siendo casos aislados. El virólogo Hendrik Streeck también enfatizó, durante una entrevista con la Agencia Alemana de Prensa, que él cuenta con «que la gente asume la responsabilidad, no solo de sí misma, sino también de otras personas. Casi todos conocemos a personas mayores o personas de riesgo, para las que el coronavirus puede ser peligroso».
Fuente de la Información: https://www.dw.com/es/coronavirus-en-asilos-los-ancianos-necesitan-m%C3%A1s-contacto-social/a-55110670