Texto: Laura Román/educaciontrespuntocero.com
Natural, cruzada, forzada… La ‘Guía para ventilar las aulas’ que ha publicado el CSIC ofrece diversas soluciones de ventilación en las aulas para reducir el riesgo de contagio por coronavirus. Y es que, según un estudio, los centros educativos españoles suspenden en ventilación y calidad ambiental.
Con el frío a la vuelta de la esquina, en los centros educativos surge inevitablemente la siguiente cuestión: ¿cómo ventilar de forma correcta el aula? El coronavirus sigue activo y tanto estudiantes como docentes comparten el mismo espacio durante muchas horas al día. Sin embargo, parece que los colegios españoles suspenden en ventilación, condiciones de confort y calidad ambiental, según las conclusiones de un estudio elaborado por la Universidad de Burgos y la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP), tras analizar durante un año lectivo y validar más de 700.000 parámetros en 36 centros escolares de 33 ciudades españolas.
Para tratar de arrojar algo de luz a este problema, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha creado la ‘Guía para ventilar las aulas’ (basada principalmente en la redactada por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard). En ella se explican estrategias y soluciones para ventilar las clases y determinar si las condiciones de ventilación alcanzadas son las adecuadas.
Cinco soluciones de ventilación en las aulas
Teniendo en cuenta que la propia guía de Harvard recomienda entre 5 y 6 renovaciones de aire por hora por cada 100 metros cuadrados y con 25 estudiantes de entre 5 y 8 años, en la guía del CSIC se establece un diagrama que flujo en el que se proponen cinco soluciones de ventilación dependiendo, algunas de ellas, de las condiciones climatológicas. Unas soluciones que parecen indicar que los estudiantes deberán ir bien abrigados al colegio a lo largo de este invierno.
- Hacer actividades en el exterior. Si las circunstancias climatológicas lo permiten, se considera la primera de las soluciones al problema de la ventilación, ya que el exterior el viento diluye la concentración de las partículas emitidas por una persona y las arrastra fuera del entorno. Eso sí, haciendo uso de las mascarillas, las medidas de distancia social y las de higiene.
- Ventilación natural. Consiste en aumentar la renovación del aire interior con aire exterior abriendo puertas y ventanas para provocar un flujo de aire. Para que sea efectiva, se recomienda la ventilación cruzada (abriendo ventanas y puertas en lados opuestos al aula). Para favorecer esta ventilación natural se aconseja colocar un ventilador junto a una ventana colocado con el flujo hacia el exterior favoreciendo la extracción del aire del interior.
- Ventilación individual forzada. Aplicable cuando la ventilación natural no es suficiente y se trata de renovar el aire interior con aire exterior mediante impulsión (introduciendo aire del exterior con instrumentación como un ventilador) o tomando aire del aula y sacándolo (por extracción). Para ello, y según el espacio se puede establecer un punto de extracción de aire en una zona común, como por ejemplo un pasillo, que sirva para varias clases. Hay que tener en cuenta el volumen del aula.
- Ventilación forzada centralizada. Esta solución se aplica cuando no hay ventilación natural y hay que hacer uso de sistemas de ventilación centralizados (los comunes a todo el edificio) con el objetivo de incrementar la renovación de aire interior con aire exterior. Se trata de maximizar la cantidad de aire exterior con respecto a la cantidad de aire recirculado y su configuración o modificación depende de personal técnico especializado, ya que el aire recirculado se puede filtrar introduciendo un filtro específico en el sistema.
- Purificación. Esta última solución se da cuando no hay posibilidades de ventilación natural, ni forzada central o individual, o bien ninguna de las anteriores son suficientes. En este caso hay que utilizar un purificador para eliminar las partículas susceptibles de contener virus del aire interior. Es importante que el purificador se coloque, si es posible, en el centro del aula; que no ‘sople’ directamente a los estudiantes y que contenga un filtro HEPA (High Efficiency Particulate Air) tipo H13 o superior (ya que son capaces de retener hasta el 99,95% de las partículas). Una versión simplificada es la utilización de un ventilador junto con un filtro específico, MERV13.
Al final de la guía se establecen ejemplos con casos prácticos para cada una de las soluciones de ventilación, además de distintos métodos (a través de experimentos explicados en detalle) para medir la concentración de CO2 en las aulas.