«Deberíamos considerarnos afortunados por recibir alguna vacuna», afirma el jubilado Laszlo Cservak frente a un centro de vacunación de Budapest, despejando las dudas sobre el inmunizador contra el covid-19 del laboratorio chino Sinopharm, que se administra en Hungría desde el miércoles.
Ante la «lentitud» del proceso de Bruselas, el primer ministro soberanista Viktor Orban encargó millones de dosis de vacunas contra el coronavirus a Rusia y China, convirtiendo a Hungría en el único país de los 27 que desafía las normas de la Unión Europea.
Pero mientras los medios de comunicación afines al gobierno alaban los méritos de las vacunas chinas Sputnik V y Sinopharm, ambas son rechazadas por muchos húngaros, según los sondeos de opinión.
Prefieren las validadas por la Agencia Europea del Medicamento (EMA), es decir, la de Pfizer-BioNTech, Moderna o AstraZeneca.
Para este jubilado de 75 años, que espera su turno junto a otros entusiastas candidatos, este escepticismo es totalmente injustificado. «La culpa es de ciertos medios de comunicación que siembran la incertidumbre y luego la gente duda en elegir las vacunas no occidentales», ironiza sobre los 10 millones de personas que se creen todos «expertos».
– Falta de datos –
Hasta ahora, Hungría recibió 550.000 dosis de Pekín, que se distribuyeron inmediatamente a los médicos de familia.
Se espera otro millón en marzo y abril, y otros 3,5 millones en mayo, según los datos facilitados por el gobierno.
Los diseñadores de Sinopharm afirman una eficacia del 79%, pero los datos en los que se basan no fueron publicados. Ante esta falta de información, algunos profesionales de la salud se muestran reacios a administrarla a sus pacientes, informó el jueves la prensa local.
La Asociación de Médicos MOK había estimado a principios de febrero «no poder, en conciencia, recomendar el uso de este producto a sus miembros», por falta de documentación suficiente.
Sin embargo, el Centro Nacional de Salud Pública (NNK) siguió adelante y dio su aprobación definitiva la semana pasada, sin responder a sus temores.
Por su parte, la doctora Emese Bone afirma haber recibido poco rechazo por parte de sus pacientes. «Alrededor del 70% de las 67 personas que tenía en mi lista aceptaron venir», explica a la AFP, y «sólo un puñado de ellas estaban preocupadas por la falta de aprobación de la EMA».
Entre los reticentes, «algunas personas mayores, preocupadas por los efectos secundarios, prefieren esperar, aunque piensan que cualquier cosa es mejor que contagiarse del covid-19».
– Cualquier vacuna –
Ilona Mester, de 59 años, está «deseando» recibir la segunda inyección dentro de un mes, explica saliendo del centro de vacunación. «He leído cosas buenas sobre la vacuna china, y no dudé mucho antes de aceptar. Para ser sincera, habría aceptado cualquier vacuna».
Todos los que estaban en la cola se habían preinscrito en el sitio web del gobierno, que cuenta con 2,5 millones de inscritos.
«Tal vez habrían preferido Pfizer o Moderna, pero quién sabe lo que estará disponible más adelante y, sobre todo, cuándo», comenta una enfermera del centro, Szilvi Eszes.
Hasta la fecha, casi medio millón de húngaros recibieron al menos una dosis, principalmente de Pfizer, pero la llegada de los lotes chinos debería permitir aumentar rápidamente el número, se congratulan las autoridades médicas del país.
Viktor Orban, que espera recibir las dosis de Sinopharm la semana próxima, subraya la urgencia de la campaña de vacunación, ya que el número de contaminaciones diarias aumenta considerablemente.
A Hungría le esperan «las dos semanas más difíciles» desde la aparición de la pandemia, advirtió el dirigente, al tiempo que anunció una prórroga hasta el 15 de marzo del confinamiento parcial vigente desde noviembre.
Fuente: https://www.france24.com/es/minuto-a-minuto/20210226-entre-esperanza-y-miedo-hungr%C3%ADa-recibe-vacuna-china-contra-el-coronavirus