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Libro(PDF): Enseñanza superior en tiempos de pandemia

Reseña: CLACSO

*Disponible sólo en versión digital

El libro Enseñanza superior en tiempos de pandemia presenta las experiencias de acción y cambio en los procesos de formación en la educación superior y de posgrado durante la pandemia producto del contagio por el coronavirus SARS-CoV-2. La obra registra el testimonio del compromiso de la comunidad académica y estudiantil, que no detuvo su labor de enseñanza e investigación en los tiempos más aciagos de la crisis sanitaria. Los trece capítulos y el seminario académico titulado “Trans­for­ma­ción de los procesos de educación superior y de posgrado Innovación en tiempos de pandemia” dan cuenta de los efectos provocados por la COVID-19 en el modelo de Educación Superior en México, el cual se vio obligado a transformarse desde lo más profundo de las comunidades originarias hasta las masificadas universidades en México. Los autores presentan, analizan y ofrecen su opinión acerca de los retos enfrentados para transformar la estructura y organización educativa y de investigación con el fin de reaccionar ante la contingencia sanitaria y las políticas de confinamiento social en donde se improvisaron, fortalecieron e innovaron procesos de educación y comunicación basados en el uso de Internet para continuar las clases, cursos y seminarios.

Autoras(es): Ramón Abraham Mena Farrera. Sergio Iván Navarro Martínez. Dora Elia Ramos Muñoz. Antonio Saldívar Moreno. [Coordinación]

Amaranta Cornejo Hernández. Anna María Fernández Poncela. Claudia Islas Torres. Denisse Roca-Servat. Evangelina Cervantes Holguín. Fanny Escobar Melo. Felipe Javier Galán López. Guillermo López Varela. Gunther Dietz. José Antonio Agis Rosas. Karla Yasmín Ruiz Santos. Laura Regil Vargas. Laura Selene Mateos Cortés. Lilia Irlanda Villegas Salas. Luis Gabriel Arango Pinto. María Gisela Velázquez Silvestre. Margarita López Ramos. María del Rocío Carranza Alcántar. Marina Martínez Martínez. Mercedes Gómez González. Miguel Figueroa Saavedra. Pavel Roel Gutiérrez Sandoval. Rosa Ynés Alacio-García. [Autoras y Autores de Capítulo]

Editorial/Edición: CLACSO.  ECOSUR.

Año de publicación: 2022

País (es): Argentina.

ISBN: 978-607-8767-68-7

Idioma: Español

Descarga: Enseñanza superior en tiempos de pandemia

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?id_libro=2746&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1703

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El impacto del COVID-19 en las universidades tres años después de la disrupción

Por: Paulette Delgado

A tres años del cierre de las universidades por el COVID-19 ¿cómo siguen las cosas? ¿Qué ha cambiado? ¿Cuáles han sido los aprendizajes?

Ahora que parece que el sistema educativo aparenta volver a la normalidad después de la pandemia, es momento de darle seguimiento al impacto que esta tuvo tras casi tres años de disrupción. Esto fue justo lo que pensó la UNESCO cuando el año pasado publicó el libro ¿Reanudación o reforma? Seguimiento del impacto global de la pandemia de COVID-19 en la educación superior tras dos años de disrupción.

Dana Abdrasheva, Mauricio Escribens, Emma Sabzalieva, Daniele Vieira do Nascimento, y Clarisa Yerovi, autores del libro, señalan que el impacto de la pandemia ha sido «diverso, profundo y varía de una institución a otra y de un país a otro. Las instituciones de educación superior (IES), los estudiantes, el profesorado y el personal han demostrado un gran esfuerzo para ser resilientes y se adaptaron rápidamente a los cambios sistémicos». Para los investigadores, el propósito de esta publicación es detallar las lecciones aprendidas y conclusiones que pueden ser útiles para el futuro.

La mayoría de las instituciones educativas están reevaluando su papel con respecto al bienestar de su comunidad. Cuando comenzaron a aumentar los brotes de COVID-19, la primera respuesta de las escuelas fue cerrar sus puertas y apoyarse en las tecnologías existentes para continuar con sus actividades, dando prioridad a la continuidad pedagógica, y procurar la salud y bienestar de los estudiantes, docentes y el personal.

El Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (UNESCO IESALC) ha seguido de cerca el impacto de la pandemia en la educación superior en todo el mundo. Ha publicado en mayo del 2020, julio 2021, y ahora en el 2022, resultados de más de 100 universidades latinoamericanas encuestadas. Parte de su propósito al compartir estos hallazgos es informar a la comunidad académica del estado actual del impacto de la pandemia, incluyendo estrategias de reapertura en la región e ir mapeando como fueron abriendo sus puertas en el 2021. También incluye observaciones que pueden ser útiles para orientar acciones futuras.

El impacto del COVID-19 en la administración y la gestión

Al momento que empezaron a cerrarse las escuelas, las instituciones de estudios superiores (IES) inmediatamente pusieron en marcha gestión de crisis, sin embargo, pocas se basaron en evidencias de experiencias pasadas. Las mejores prácticas se caracterizan por ser flexibles, tener una buena comunicación, crear equipos especializados en manejo de crisis y la digitalización de los procesos. Este último no trata sólo de las actividades académicas en línea, sino también de darle la oportunidad al personal administrativo de continuar sus actividades desde casa. Las IES deben establecer políticas y procedimientos para aumentar la capacidad de recuperación a largo plazo y prepararse por si algo así vuelve a suceder.

Aunque gran parte de lo que se necesita para digitalizar los procesos administrativos y el aprendizaje depende de la infraestructura, se requiere que las instituciones mejoren su respuesta ante una crisis. No se trata de sólo parchar, si no de crear prácticas que se basen en experiencia y en datos.

La pandemia ha afectado a todos los aspectos de la educación; no sólo a lo que tiene que ver con la enseñanza, sino también a la forma en que se gestionan o administran las instituciones educativas. Una parte clave fue el liderazgo, ya que de éste dependen las políticas de gestión institucional. Además, durante tiempos de crisis, deben poder delegar responsabilidades, comunicar adecuadamente y conectar con las personas.

Otro aspecto importante fueron las finanzas institucionales, ya que la pandemia también creó una crisis económica y de desarrollo. Las inscripciones y la matriculación se vieron afectadas ya que muchos estudiantes tuvieron que suspender o posponer sus estudios; esto sin contar los estudiantes internacionales. Una de las fuentes de ingresos más afectadas fue el alquiler de espacios del campus para eventos como conferencias, obras de teatro, actividades musicales o deportivas, exposiciones entre otros. Además, las IES también perdieron dinero en desocupar los dormitorios o residencias, los servicios de comida como las cafeterías, el estacionamiento, donaciones, formación continua, entre otros. Esto abrió la oportunidad de que las IES revisaran su modelo de negocio y financiamiento para buscar maneras de diversificar sus ingresos para ser menos vulnerables en futuras crisis.

Un aspecto importante del impacto del COVID-19 en la administración y la gestión de las instituciones educativas fue cómo se manejaron los servicios de TI ya que estos fueron la columna vertebral de la enseñanza y el aprendizaje en línea durante el cierre de las instituciones. Aún así, la UNESCO encontró poca información sobre «cómo los administradores de TI de las universidades gestionaron su trabajo durante la pandemia».

Por otro lado, la organización sí pudo encontrar evidencia sobre el impacto del COVID-19 en la salud mental de la comunidad educativa. El confinamiento, la crisis económica, pérdidas de seres cercanos, el cambio de vida debido a las restricciones, entre otros factores, fueron «un catalizador de fuertes sentimientos de estrés, ansiedad y, en algunos casos, depresión».

Muchas IES implementaron o mejoraron sus servicios de salud mental en línea, otras crearon una línea telefónica directa o plataforma virtual de apoyo psicológico. Algunas de estas soluciones llevaron a la contratación de psicólogos adicionales para manejar la crisis y poder tener mejores reuniones con los estudiantes. «Sin embargo, al menos en algunos casos, parece que los servicios de salud mental no han sido utilizados según las necesidades», explica el reporte. En una universidad encuestada para el estudio, las sesiones individuales tuvieron una tendencia a la baja, al igual que las de grupo. «Del mismo modo, en otros casos, la mayoría de los estudiantes con síntomas moderados o graves de estrés, ansiedad y depresión no recibieron la ayuda de un profesional dentro o fuera del campo».

La mayoría de las IES tuvieron que trasladar sus operaciones a formatos digitales, permitiendo que su personal trabajara desde casa, lo que fue una novedad para muchos de ellos. Diversas universidades invirtieron en programas para firmas y comunicaciones digitales más efectivas para sobrellevar el confinamiento, sin embargo, muchas abandonaron estas prácticas y optaron por volver a las actividades presenciales lo antes posible.

El impacto del COVID-19 en la enseñanza y el aprendizaje

El cambio rápido y casi universal de la enseñanza presencial a en línea fue sorprendente, sin embargo, «la escala y la velocidad de la transición repentina a los espacios virtuales repercutieron en la calidad de la enseñanza», señala el estudio de la UNESCO. De los mayores limitantes que se toparon los sistemas de enseñanza fue la brecha de infraestructura y la falta de experiencia en el aprendizaje. Según los autores, esto dejó como resultado «una lenta adaptación a las herramientas en línea, descubrió dificultades para la preparación del material de clase y a la participación activa de los alumnos».

Según un reporte publicado por la Asociación Internacional de Universidades (AIU por sus siglas en inglés) titulado Regional & National Perspectives on the Impact of COVID-19 on Higher Education, en mayo del 2020 alrededor del 67 % de las IES se pasaron a la enseñanza en línea, alrededor de una cuarta parte suspendieron las clases mientras buscaban soluciones, y el 7 % cancelaron completamente sus procesos de enseñanza.

Debido a que la manera en que la pandemia impactó a las universidades cambiaba según el país. Las IES respondieron de manera muy diferente a las otras alrededor del mundo. Algunas cerraron por completo, otras permanecieron abiertas para realizar tareas específicas, otras funcionaron con medidas de distanciamiento social y otras cerraron por poco tiempo.

Aún así, el estudio de la UNESCO menciona que la mayoría de las IES de todo el mundo han experimentado al menos una de las siguientes fases: i) cierre abrupto del campus, ii) adaptación del funcionamiento de las IES en condiciones de cierre y iii) reapertura gradual.

Trasladar la enseñanza a formatos en línea fue la principal estrategia de las universidades para garantizar la continuidad pedagógica. Este fue un cambio abrupto, no fue un proceso sólido, planificado a largo plazo para garantizar contenidos de calidad, y que contara con un apoyo institucional sostenido a estudiantes y profesores.

Los autores del estudio indican que «los educadores están preocupados por las pérdidas de aprendizaje y reconocen que el aprendizaje en línea forzada es un compromiso más que un ejercicio de mejora. En consecuencia, este tipo de experiencia pedagógica se ha definido como educación remota de emergencia, dado que el corto tiempo en el que se realizó la transición no ayudó a preparar eficazmente a los profesores y formarlos para que adoptaran las pedagogías fundamentales del aprendizaje en línea». En un corto plazo, los profesores han tenido una mayor carga de trabajo ya que el «tiempo típico de planificación, preparación y desarrollo de un curso universitario totalmente en línea es de seis a nueve meses antes de impartirlo».

El tiempo típico para planificar, preparar y desarrollar un curso universitario en línea es de seis a nueve meses, pero debido al coronavirus, esto tuvo que hacerse de la noche a la mañana. Gran parte de los docentes, y las mismas IES, no estaban preparadas para enseñar en línea y carecían de los conocimientos, competencias y recursos necesarios para hacerlo con éxito. Muchos simplemente copiaron y pegaron sus contenidos al entorno digital sin adaptarlos, demostrando lo importante que es la capacitación.

Sobre esto último, el estudio de la UNESCO señala que «si no se proporciona una capacitación adecuada, este escenario de enseñanza a distancia de emergencia podría abrumar a los profesores y conducir a resultados de aprendizaje deficientes y a la frustración del profesorado». Alrededor de 14 países de América Latina y el Caribe, ofrecieron programas masivos de capacitación para fortalecer las competencias digitales de sus docentes y promover el uso eficiente de herramientas digitales que se necesitan para crear cursos virtuales y poder minimizar el impacto negativo en los estándares de calidad de la educación superior.

Aunque el confinamiento provocó la transición a la enseñanza y aprendizaje en línea abrió una ventana de oportunidades en cuanto a adopción y adaptación a la tecnología, también trajo importantes desafíos. «Los contenidos, las herramientas pedagógicas y de evaluación deben diseñarse específicamente para los entornos de enseñanza y aprendizaje en línea a fin de garantizar la participación y el progreso de los estudiante», se indica en el estudio.

El impacto de la COVID-19 en la investigación

Desde la capacidad de investigación, los procesos de publicación y el financiamiento, el área de investigación también se vio gravemente afectada por la pandemia. Aún así, no todo fue negativo, el COVID-19 provocó que aumentara la colaboración y las IES desempeñaron un papel crucial para el desarrollo de vacunas. También se amplió el acceso al conocimiento ya que un mayor número de artículos, investigaciones y reportes se publicaron en servidores de acceso abierto e incluso ciertas revistas indexadas dejaron de cobrar temporalmente para acceder a ellas.

Como se mencionó anteriormente, los centros de investigación ayudaron a desarrollar las vacunas, sin embargo, esto también significó que se tuvieran que reasignar gran parte de recursos hacia esa área, dejando a otras áreas de la ciencia con financiamiento insuficiente. Además, otros sectores como el trabajo de campo, se vieron interrumpidos por los protocolos sanitarios y el tener que guardar distancia.

Esto dejó en evidencia que «los investigadores que inician su carrera y los estudiantes de doctorado han sido los más vulnerables en lo que respecta a su inserción y estabilidad en el mercado laboral».  La inestabilidad en los fondos destinados a la investigación exacerbó la inseguridad laboral de los investigadores, especialmente para los que van iniciando y las mujeres académicas. Aún así, la pandemia dejó dos influencias positivas: el enfoque en los principios detrás de la Ciencia Abierta ya que el mundo académico se tuvo que unir y tomar como base el conocimiento acumulado y emergente. La segunda influencia es el reflejo en los esfuerzos para aprovechar la ciencia e informar al público en general y «aumentar la colaboración de investigación conjunta que trascendió las fronteras y otros obstáculos».

A más de tres años desde que surgió la pandemia de COVID-19, su impacto sigue permeando en todo el mundo. Aún así, la UNESCO destaca en esta publicación que «los cambios de 2020 y 2021 no conducirán a una transformación fundamental en la comprensión de la educación superior como un esfuerzo difícilmente presencial». Se requiere que las IES continúen con prácticas de digitalización a largo plazo para evitar que la educación retorne a las prácticas previas a la pandemia y aprender de esta situación para reformarse y no sólo reanudarse.

Fuente de la información e imagen:  https://observatorio.tec.mx
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Costa Rica: Educación sigue rezagada tras 9 meses de gobierno

La falta de planteamientos claros para atacar el apagón educativo es para los expertos la tendencia hasta ahora que se ha tenido en el MEP durante la actual administración liderada por Katherine Müller.
Han pasado casi nueve meses y el Gobierno del presidente Rodrigo Chaves aún no ha planteado estrategias claras para combatir la crisis educativa que el país lleva años arrastrando y que se agudizó tras la pandemia de COVID-19.

Hasta el 31 de enero del 2023, de las acciones para “encender la luz” en el sistema educativo por parte de la administración Chaves, no había ni rastro, señalan expertos en educación.

“Es evidente que no hay cambios o acciones en esa dirección. Hay una urgencia de acciones. (…) Hay un sistema educativo con problemas serios en la dirección política del Ministerio de Educación, donde no se ve una direccionalidad ni un sustento en la toma de decisiones”, destacó el investigador de la Universidad Nacional (UNA), Pablo Chaverri.

De acuerdo con el último Informe del Estado de la Educación, actualmente el país enfrenta una grave crisis en educación, la cual es el resultado de rezagos y problemas históricos no resueltos antes de la pandemia a los cuales se les suman los efectos de la emergencia sanitaria y las rigideces institucionales para responder a la afectación. (Foto: Katya Alvarado)

De acuerdo con el último Informe del Estado de la Educación del 2021, actualmente el país enfrenta una grave crisis en educación, un apagón educativo, el cual es el resultado de rezagos y problemas históricos no resueltos antes de la pandemia a los cuales se les suman los efectos de la emergencia sanitaria y las rigideces institucionales para responder a la afectación.

Los investigadores del informe señalaron también que esta crisis educativa es la peor en varias décadas y necesita de la respuesta de todo el país. Dentro de esta crisis educativa destacan graves problemas en infraestructura y en conectividad dentro de los centros educativos, rezagos importantes en los aprendizajes en todos los niveles, así como pocas competencias digitales en los docentes, entre otros.

Sin planteamientos claros

La falta de planteamientos claros para atacar el apagón educativo es para los expertos la tendencia que hasta ahora se ha tenido en el MEP durante la actual administración liderada por Katherine Müller. Así lo señala el investigador del Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la Niñez y la Adolescencia (Ineina), Diego Conejo. “No hay hasta el momento algún plan anunciado, o estrategia que permita ver cuáles son las acciones concretas que se están llevando a cabo”, mencionó Conejo.

La idea también fue reforzada por la presidenta de la Asociación Nacional de Educadores Costarricenses (ANDE), Gilda Montero, quien indicó que en los primeros meses el Gobierno se ha enfocado en poner en práctica el Plan Integral de Nivelación Académica. “Ella ingresa en mayo del 2022, cuando en apariencia el Gobierno anterior dejó un plan de nivelación para cinco años. Durante estos meses, de mayo a noviembre, lo que hizo el MEP –y no es una justificación para el trabajo de doña Katherine– fue ponerlo en práctica”, indicó Montero, quien además señaló que existen varios temas pendientes por abordar en el Ministerio, pues el sistema educativo viene muy resentido de Gobiernos anteriores.

“Incoherencias” en ideas del MEP

Por su parte, la diputada del Frente Amplio (FA) Rocío Alfaro, señaló que las comunicaciones que ha realizado el MEP han estado permeadas de “incoherencias”.

“Si vemos el comportamiento del Gobierno de apostarle a la tecnología para traer desarrollo al país y bienestar a las personas, pero quitar el presupuesto para Robótica o cerrar convenios que facilitaban el acceso a computadoras en zonas rurales. Es una incoherencia que por un lado se diga que hay que cerrar la brecha y darle importancia a la ruralidad y después quitar los recursos”, indicó Alfaro, quien además agregó que el plan del MEP por crear megacentros y disolver escuelas unidocentes es a su juicio “desconocer la realidad rural del país”.

“(…)“Se habla de habilidades de carácter laboral o empresarial que se quiere trabajar con los jóvenes. Eso nos hace pensar que se abandona la idea de una formación integral de la población, de desarrollar su capacidad de aprender cualquier tipo de aprendizaje y se concentra en una visión empresarial exclusivamente para atender el mercado laboral inmediato”, criticó la legisladora.

Alfaro agregó también que el único proyecto que se ha recibido por parte del Gobierno en la Comisión Especial de Educación en la Asamblea Legislativa es el expediente 23.380 “Ley Reguladora del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES)”, pretende quitar autonomía en la administración de este Fondo a las universidades públicas e incluso está lleno de inconstitucionalidades.

“No se ve el sistema educativo integralmente, se ve a la educación superior como algo de lo que se puede dispensar. (…) En la Asamblea Legislativa no hemos tenido ningún proyecto que vaya en la línea de revertir el rezago educativo que se está viviendo”, mencionó.

Asimismo destacó que dentro del MEP existe una tendencia en declaraciones y en procedimientos de culpabilizar a los docentes del rezago; sin embargo, no se fiscaliza la graduación masiva de profesionales de la educación en universidades privadas en tiempo récord.

¿Qué debería tener el plan para combatir el rezago educativo?

Ante el estado actual de rezago en que se encuentra el sistema educativo, la tarea pendiente del Gobierno es “mucha” en esta materia. Así lo señalaron los diversos investigadores y expertos consultados. Para el investigador de la UNA, Pablo Chaverri, es sumamente necesario diagnosticar cómo se encuentra el sistema educativo.

“Se necesita evaluar el estado de los aprendizajes. La ministra dice que le preocupa que hay niños en tercero que no saben leer y escribir y propone la posibilidad de que los niños que así lo necesitan, repitan primer grado, pero para tener un diagnóstico no se vale decir ‘yo vi a un chiquito un día cuando visité una escuela’. Yo no puedo decir que, como vi eso, eso significa que todos los niños están mal”, indicó Chaverri, haciendo referencia a que cualquier tipo de cambio en el sistema educativo se debe realizar luego de una evaluación.

“Más que tener unas pruebas nacionales, lo que necesitamos es un sistema de evaluación de los aprendizajes que tenga la capacidad de reportarle a los estudiantes, a los profesores y al país cuál es el estado de los aprendizajes de los niños y niñas”, agregó.

Además de esto, Chaverri considera importante que se dé la educación entre pares para que los estudiantes avanzados ayuden a los que están rezagados, que se apliquen cambios en en el sistema de reclutamiento de los docentes, así como una transformación en la formación inicial de los docentes.

El Informe del Estado de la Educación, en 2019, por ejemplo, señaló luego de realizar una encuesta que solo la mitad de docentes de primaria de la GAM tiene el perfil idóneo para lograr una implementación exitosa del programa de estudios de Español, tomando en consideración su formación académica inicial, concepciones y prácticas en el aula, relacionadas con la enseñanza de la lectura y la escritura. Asimismo, un 64% de los docentes consultados no se siente preparado para enseñar el Español.

Chaverri agregó que ve necesario que la educación tenga objetivos intelectuales, pues el Gobierno ha hecho hincapié en que hay que “enseñar para hacer cosas prácticas” para así obtener empleo. “Hay presión por formar técnicos, pero la formación debe ser integral”.

El investigador del Ineina, Diego Conejo, respaldó algunas de estas ideas y agregó que se requieren estrategias localizadas y no generales debido a la heterogeneidad y desigualdad que existe en el sistema educativo. Asimismo señaló que es necesaria la capacitación al cuerpo docente, y que se den procesos de diálogo que tomen en cuenta perspectivas docentes.

En la misma línea, la presidenta de la ANDE, Gilda Montero, señaló también que considera necesario que el MEP garantice la capacitación docente para que estos estén mejor calificados para dar las clases. Montero agregó que ve importante que no existan improvisaciones en el sistema educativo, que se devuelva al docente la posibilidad de mejorar los estándares de conducta dentro del aula pues estos ni siquiera le pueden llamar la atención a los estudiantes, así como asegurar que los estudiantes inicien el curso lectivo con docentes, entre otros.

UNIVERSIDAD consultó al MEP sobre las acciones que ha realizado durante esta administración para combatir el rezago educativo; sin embargo, sobre este tema la institución indicó que el próximo jueves 2 de febrero realizará la presentación de la “Ruta de la Educación”.

Esta estrategia es liderada por Silvia Castro, prima hermana de la ministra de Educación, Katherine Müller y presidenta de la Junta Directiva de la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (Ulacit), quien ha insistido en años recientes en ataques e intentos de desfinanciamiento a las universidades públicas.

Educación sigue rezagada tras 9 meses de gobierno

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Casi 7 millones de niños en Ucrania en riesgo debido a los ataques a la infraestructura energética que causan apagones generalizados e interrupción de la calefacción y el agua

La Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, insta a proteger a los niños y la infraestructura civil

NUEVA YORK/KIEV, 14 de diciembre de 2022 – Los continuos ataques contra la infraestructura energética crítica en Ucrania han dejado a casi todos los niños en Ucrania, casi siete millones de niños, sin acceso sostenido a electricidad, calefacción y agua, poniéndolos en mayor riesgo a medida que las temperaturas continúan bajando y el invierno se profundiza, advirtió hoy UNICEF.

Sin electricidad, los niños no solo se enfrentan a un frío extremo (las temperaturas invernales pueden caer por debajo de -20 ° C), sino que tampoco pueden continuar con las oportunidades de aprendizaje en línea que son el único acceso de muchos niños a la educación, con tantas escuelas dañadas o destruidas. Además, es posible que los centros de salud no puedan proporcionar servicios críticos, y el mal funcionamiento de los sistemas de agua aumenta los riesgos ya extremadamente altos de neumonía, gripe estacional, enfermedades transmitidas por el agua y COVID-19.

«Millones de niños se enfrentan a un invierno sombrío acurrucados en el frío y la oscuridad, con poca idea de cómo o cuándo puede llegar el respiro», dijo la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. «Más allá de las amenazas inmediatas que traen las condiciones de congelación, los niños también se ven privados de la capacidad de aprender o mantenerse conectados con amigos y familiares, poniendo en riesgo desesperado su salud física y mental».

La intensificación de los ataques en octubre destruyó el 40 por ciento de la producción de energía de Ucrania, exponiendo aún más a las familias a las duras condiciones invernales, afectando los medios de vida y aumentando la probabilidad de grandes movimientos de población adicionales. A pesar de las reparaciones en curso, el 28 de noviembre, el sistema energético ucraniano pudo cubrir solo el 70 por ciento de la demanda máxima para generar energía, según OCHA.

El duro invierno, combinado con la pérdida de ingresos y la crisis energética y socioeconómica desencadenada por la guerra, son devastadores para el bienestar de los niños y las familias. Los ingresos de las familias y el acceso a los servicios han sido diezmados por la destrucción de la infraestructura en los casi 10 meses transcurridos desde que se intensificó la guerra. La situación es especialmente grave para los 6,5 millones de personas, incluidos 1,2 millones de niños, que actualmente están desplazados dentro de Ucrania.

A medida que las zonas anteriormente afectadas por los intensos combates se vuelven accesibles, UNICEF comenzó a distribuir kits de ropa de invierno, calentadores de agua y generadores en las zonas de primera línea y recientemente accesibles de las provincias de Kharkiv, Kherson y Donetsk. Hasta la fecha se han adquirido más de 20 millones de dólares en suministros para el invierno.

Un invierno sombrío probablemente también empeorará la situación psicosocial de los niños, que ya enfrentan una inminente crisis de salud mental, con un estimado de 1.5 millones en riesgo de depresión, ansiedad, trastornos de estrés postraumático y otras afecciones mentales. El impacto en el acceso de los niños a la educación es solo la última interrupción después del final temprano del año escolar anterior y las interrupciones relacionadas con la pandemia de COVID-19. UNICEF ha preparado para el invierno más de 55 de sus SPILNO Child Spots, espacios seguros y cálidos que brindan servicios integrados para niños, jóvenes y cuidadores.

«Las reglas de la guerra son claras: los niños y la infraestructura civil esencial de la que dependen para sobrevivir deben ser protegidos», dijo Russell. «También es esencial que UNICEF y nuestros colegas humanitarios tengan acceso rápido y sin trabas a los niños y las familias que necesitan asistencia humanitaria, sin importar dónde se encuentren».

Hasta la fecha, UNICEF ha podido proporcionar acceso a la atención primaria de salud en instalaciones apoyadas por UNICEF y a través de equipos móviles a casi 4,9 millones de niños y mujeres en Ucrania. Más de 4,2 millones de personas han tenido acceso a agua potable y más de 1 millón de personas han recibido suministros críticos de agua, saneamiento e higiene, incluso en áreas recientemente accesibles. Las intervenciones de apoyo a la salud mental apoyadas por UNICEF han llegado a más de 2,5 millones de niños, casi 900.000 niños han participado en la educación formal o no formal y casi 500.000 niños se han beneficiado de intervenciones de aprendizaje. Casi 200.000 familias han sido alcanzadas gracias a transferencias humanitarias de efectivo multipropósito financiadas por UNICEF.

La semana pasada, UNICEF lanzó su llamamiento anual de Acción Humanitaria para la Infancia. UNICEF necesita 1.100 millones de dólares para abordar las necesidades inmediatas y a largo plazo de 9,4 millones de personas, incluidos 4 millones de niños, que siguen profundamente afectados por la guerra en Ucrania. La financiación permitirá a UNICEF proporcionar, mantener y ampliar servicios esenciales en materia de salud, nutrición, protección infantil, violencia de género, agua, saneamiento e higiene y protección social, junto con los esfuerzos gubernamentales de socorro y recuperación. Garantizará la preparación oportuna para nuevos desplazamientos internos y movimientos de refugiados.

Fuente de la información e imagen:  https://www.unicef.org

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Los jóvenes no son nuestro futuro, son nuestro presente

Por: Roberto Patiño

Tras dos años de pandemia, el lunes 3 de octubre las clases presenciales volvieron a Venezuela, sin lugar a dudas una buena noticia para muchos venezolanos conscientes de la necesidad de recuperar la normalidad en la vida cotidiana y para quienes están conscientes del esfuerzo que tendremos por delante para recuperar el tiempo que se perdió durante este lapso académico, donde la educación a distancia mostró sus debilidades en una sociedad como la venezolana, alejada de las capacidades tecnológicas necesarias para trasplantar el liceo a la casa.

Como es natural el hecho fue celebrado por la red de medios públicos, quienes aprovecharon la fecha para hacer actos de campaña mostrando la recuperación de los liceos, celebrando la buena disposición del gremio docente y anunciando su compromiso de apoyar a las familias venezolanas con la vuelta a clases, un proceso que ha convocado a las aulas a más de 8 millones de niños y jóvenes, según cifras oficiales.

Denimar tiene sus dudas sobre este ánimo de celebración. Con doce años de experiencia como docente en un liceo en Nuevo Horizonte, Caracas, la profesora nos advierte que el regreso a clases es un reto muy grande. En principio las condiciones salariales y laborales que se le han impuesto al gremio docente ha hecho que muchos profesionales estén perdiendo su compromiso para atender un proceso educativo con las peculiaridades como el venezolano, donde falta personal en los colegios, donde muchos alumnos no cuentan con una red de apoyo familiar que lo acompañe durante su educación y donde es necesario, en muchos casos, retomar casi en el mismo punto donde se interrumpió las clases con la llegada del covid 19 en 2020. ¿Cómo puedes exigirle a un maestro atender aulas repletas de muchachos con necesidades pedagógicas específicas, cuando tiene que buscarse la vida al salir del liceo?, se pregunta Denimar quien para sobrevivir, al salir de clases, tiene que llenar su día con tareas dirigidas en su casa y con los pedidos en repostería que tiene que atender, iniciativas que ha emprendido en los últimos años para tratar de cuadrar las cuentas familiares. Y es que solo para cubrir la compra de útiles escolares y uniformes para su hija, con el salario que devenga como maestra, tendría que trabajar un año entero.

No tiene tiempo para nada que no sea trabajar, reconoce.

Quienes se dedican a la docencia, nos recuerda Denimar, lo hacen por vocación, pero el compromiso no es correspondido. La eliminación de los incentivos la llevó a la calle, junto a sus compañeros, en contra del llamado Instructivo Onapre, una causa justa que de momento no ha tenido un final feliz para el gremio docente, que se ha tenido que conformar, al parecer y por ahora, con un bolso y unos zapatos. Sin embargo no tira la toalla, hay mucha lucha que dar y “los buenos somos mayoría” nos dice.

El optimismo de Denimar es genuino. Desde hace meses participa en los talleres de formación para líderes comunitarios en Mi Convive y ha encontrado en estos espacios, muchas coincidencias con su vocación docente: hay que aprender a formar a los niños en el aula, a la gente en la calle, aprender a tener una meta en común, defender pacíficamente lo que es tuyo, trabajar en el espacio comunitario por una mejor calidad de vida, por el país que queremos.

El enorme parecido que existe entre el colegio como espacio de formación y crecimiento personal y la comunidad, lo “público”, como el lugar para formación los ciudadanos en valores, es evidente. En nuestros años de experiencia en Mi Convive hemos aprendido que la escuela es donde se concentra el reservorio de los valores democráticos de nuestro país, es un punto de encuentro para el trabajo compartido, voluntario, para la puesta en marcha de proyectos comunes, es el lugar donde se resume lo mejor de la vida comunitaria. El liceo es el corazón de una comunidad, el punto de partida donde se atan voluntades y se trabaja por el futuro. Todo lo que se haga en torno al aula de clases redunda en beneficio de los niños y jóvenes y es un lugar para la organización popular que lucha por el cambio en el país.

Invertir esfuerzo, tiempo y recursos en la escuela, en los maestros, en los padres que acompañan a sus hijos en su formación, es una forma de trabajar por el bien común de todos en la comunidad. Bien nos lo dijo Denimar: los niños no son nuestro futuro, ¡son nuestro presente!

www.rpatino.com

Fuente e Imagen: https://www.elnacional.com/opinion/columnista/los-jovenes-no-son-nuestro-futuro-son-nuestro-presente/

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Revaloricemos la educación

Por: Marcelo Trivelli

Las cifras entregadas por el Ministerio de Educación sobre la deserción escolar en el año 2021 indican que cerca de 40 mil niños, niñas y jóvenes en edad escolar abandonaron sus estudios en el último año, de ellos, un 53% son hombres y el 46% mujeres. Este número sólo se refiere a aquellos que, habiendo estado dentro del sistema, no se matricularon este año.

Muchos otros estudiantes simplemente no asisten. El ausentismo es la principal causa de déficit en el aprendizaje de contenidos y desarrollo de habilidades socioemocionales. Según Fundación Presente, uno de cada tres estudiantes tiene ausentismo crónico, es decir falta a clases un mes o más al año.

Las tres principales causas que explican la deserción y el ausentismo son, sentirse o estar siendo agredidos por sus pares (matonaje) o desvalorizados por uno o más profesores, no contar con condiciones para asistir a clases (ser cuidadores de un familiar, tener que trabajar, etc.) o falta de valoración de la educación por parte del estudiante y/o de su familia.

Recordemos que la obligatoriedad en la educación fue contemplada por primera vez en Chile en la ley N°3.654 del 26 del año 1920 que establecía que “a falta de cumplimiento que se refieren a las obligaciones de los padres o guardadores con respecto a la matrícula y a la asistencia escolar, será penada: a) Con amonestación verbal; b) Con multa de dos a veinte pesos, o prisión de uno a diez días, si pasados quince después de la amonestación no se ha cumplido todavía con la ley; y c) En caso de reincidencia, con pena doble de la anterior, precedida de amonestación hecha con quince días de anterioridad”.

Y continuaba: “La misma pena señalada en el inciso primero del artículo precedente sufrirá el director de fábrica o taller que acepte como trabajadores a menores de dieciséis años que no hayan cumplido la obligación escolar”.

La suspensión de clases presenciales por la pandemia de COVID-19 ha demostrado que la escuela juega un rol fundamental en la socialización; el aprender a vivir en comunidad y compartir con otros niñas, niños y jóvenes. En otro ámbito fue una buena decisión del Ministerio de Educación suspender la aplicación del SIMCE que ha terminado siendo un instrumento de discriminación más que un aporte al aprendizaje de las y los estudiantes.

Actualmente la educación básica y media son obligatorias, sin embargo, no existe política pública que haga a padres, madres y/o apoderados, ni al Estado hacer cumplir la ley resguardando el interés superior del niño, niña o joven. Por tanto, nadie se hace cargo efectivamente de la exclusión escolar.

En el caso de la educación, aplica el refrán popular que dice: “lo que por conocido se calla, por callado se olvida”. Y a eso podemos agregar que el discurso hegemónico, pero equivocado, de estos días es que en Chile la educación es de mala calidad. Hay problemas, sí, pero la educación es mucho más que el rendimiento en pruebas estandarizadas.

Quienes trabajamos en educación tenemos el desafío de revalorizar, resignificar y volver a dignificar la escuela como el lugar donde se aprende a convivir y también se aprenden materias. Por el interés superior del niño, niña y joven, la escuela debe valorarse como un lugar de convivencia y bienestar de las comunidades educativas.

Fuente de la información: https://www.pressenza.com

Imagen: Fotografía: UNICEF. Pressenza

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La salud mental como prioridad mundial

Por: Curro Oñate / Agencia SINC

Todos los 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una efeméride impulsada por la Federación Mundial para la Salud Mental (WFMH, por sus siglas en inglés) con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Su objetivo es concienciar acerca de este problema en todo el mundo. Cada año se establece un tema central para la campaña, para el 2022 el lema es: «Hacer de la salud mental y el bienestar para todos una prioridad mundial», elegido mediante una votación mundial abierta al público, incluidos los miembros de la WFMH, las partes interesadas y los partidarios.

“El tema de esta año nos brinda la oportunidad de reavivar nuestros esfuerzos para hacer del mundo un lugar mejor. La covid-19 ha demostrado que ninguna nación estaba preparada para la crisis de salud mental asociada y los efectos de la larga covid. Necesitamos un nuevo pacto por la salud mental”, afirmó Gabriel Ivbijaro, secretario general de la WFMH.

Desde dicha institución advierten de que los efectos de la pandemia de coronavirus, las guerras, los desplazamientos y la emergencia climática tiene consecuencias para el bienestar de los ciudadanos del mundo. Asimismo, “los índices de personas con ideas suicidas están aumentando en todo el mundo y las personas con experiencias vividas de salud mental, sus familias y otras poblaciones siguen diciéndonos que el bienestar de su salud mental no siempre está en el punto de mira de los gobiernos, de los que pagan los servicios o de la sociedad en general”, aseguran en un comunicado.

El estigma y la discriminación siguen siendo una barrera para la inclusión social y el acceso a la atención adecuada.

Fuente: SINC

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