Trabajan a costa de su presente, en busca de un futuro. En medio de una zona industrial de Idlib, Siria, Ibrahim está ocupado, intentando desenroscar los tornillos de un pesado motor. Desde las 8 de la mañana hasta las 7 de la tarde, cada día, libra una agotadora batalla física y mancha sus manos de aceite mientras intenta seguir las instrucciones de su jefe.
«Desatornillo el motor, desatornillo la transmisión automática, la junta de la culata… todo lo que me dice mi jefe. A veces, cuando los tornillos están muy apretados, llamo a mi jefe para que me ayude. En el futuro, me gustaría seguir trabajando como mecánico y tener mi propio negocio. No terminé mis estudios porque no se dedicaba suficiente atención a las escuelas«.