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El ingreso al Capitolio Nacional está copado por docentes que exigen un diálogo con el Gobierno del presidente Petro para que se resuelvan sus peticiones. Los presidentes del Senado, Roy Barreras, y de la Cámara, David Racero, no han dado ninguna directriz para solucionar la situación.
Un fuerte olor a orines, moscos e incluso roedores es lo que se evidencia al llegar al Congreso de la República por la entrada del Capitolio Nacional que está ubicada en la Plaza de Bolívar.
Todo empezó el pasado -7 de febrero-, cuando el Congreso de la República inició las sesiones extraordinarias y, mientras que se instalaban las plenarias, un grupo de docentes del Cauca intentó entrarse a la fuerza a las instalaciones del Legislativo.
En ese momento todo fue tensión, en un principio se pensó que eran indígenas que querían tomarse las instalaciones del Congreso, pero después se supo que eran docentes del Cauca que pedían ser escuchados por el Gobierno del presidente Gustavo Petro, ante unos posibles incumplimientos. Además, pedían la presencia de la vicepresidenta Francia Márquez.
La situación fue controlada, los gestores de paz y la Defensoría del Pueblo impidieron que el asunto pasara a mayores, pero desde ese momento los docentes decidieron quedarse en el lugar.
Los docentes decidieron tomarse la entrada del Capitolio y armar una especie de campamento para exigir que sus reclamos sean escuchados, esa situación se prolongó y ya llevan más de ocho días en el lugar. Como evidencian las imágenes, prácticamente están viviendo en el lugar. Cuelgan su ropa en las vallas de seguridad, instalaron carpas en las que están durmiendo y lo más preocupante es que usan como baño público la entrada del Capitolio Nacional.
El asunto es tan preocupante que funcionarios del Congreso han advertido sobre un fuerte olor a orines y la presencia de moscos en el lugar por la falta de aseo. Incluso se han visto roedores por las sobras de comida que dejan en el lugar.
Los indígenas y maestros reclaman, entre otros puntos, mayor seguridad en sus territorios y el cumplimiento de varias promesas de la vicepresidenta, Francia Márquez.
En un video divulgado por la representante a la Cámara por el Pacto Histórico, Karmen Ramírez Boscán, uno de los manifestantes, quien se identifica como José María Trochez, afirma que quienes protestan son “un grupo de docentes del departamento del Cauca que nos encontramos en pie de lucha por el pésimo servicio a la salud” que les prestan en su departamento.
“Estamos aquí en Bogotá exigiéndoles al Ministerio de Salud, a los senadores, muchos de los cuales son propietarios de las EPS y no permiten que se haga el cambio en la salud”, dice el manifestante.
Los presidentes de Senado, Roy Barreras, y de Cámara, David Racero, no se han pronunciado sobre esta situación y sencillamente congresistas y funcionarios deben ingresar por las instalaciones del Edificio Nuevo del Congreso.
Sin embargo, la Policía que está a cargo de la seguridad del Capitolio Nacional está preocupada porque los docentes e indígenas prácticamente están en las instalaciones del Legislativo.
El asunto es tan preocupante que se han puesto cercas en las vallas de la plaza Nuñez, pero se desconoce quién dio esa orden, el asunto es que el Capitolio Nacional parece una cárcel.
La plaza Nuñez está ubicada en la parte de atrás del Congreso y tiene conexión con la plaza de Armas de la Casa de Nariño, pero nunca ese lugar había tenido cercas de ese tipo.
Aunque, por ahora, no ha ocurrido ninguna situación que ponga en riesgo las instalaciones del Congreso, sí hay preocupación por la presencia de estos docentes que por lo visto permanecerán durante varios días en la entrada del Legislativo. No obstante, la preocupación de las autoridades ha crecido porque ni el Gobierno Petro y las mesas directivas del Congreso dicen nada al respecto.
De hecho, el pasado 8 de febrero, Barreras dio a entender que los indígenas y maestros que protestan frente al Congreso pueden ser grupos afines al ELN. “Yo pregunto si este bloqueo del Congreso es una protesta sindical legítima por recursos de salud o una expresión de grupos afines al ELN como sugieren sus atuendos y arengas. ¿Si así fuera es una expresión política ilegal de un grupo en armas? ¿Es parte de algún ‘acuerdo parcial’?”, propuso el senador en Twitter.