Australia: El problema de las pantallas en la infancia: estudio australiano demuestra su uso excesivo desde primaria

Rubén García Diaz

Ser padres ? OVE ? 16 de junio de 2025

Un estudio realizado en Australia alerta del uso excesivo del móvil y videojuegos en niños desde los 10 años, con impactos directos en su desarrollo emocional, físico y escolar. El fenómeno se confirma como un reto global.

 

El exceso de pantallas en la infancia es un problema que cruza fronteras. Es una preocupación, que para nada es nueva, extendida entre familias e instituciones de todo el mundo. Un nuevo estudio demuestra que lo que ocurre en nuestro país también pasa parecido en nuestras antípodas: Australia. Los niños y niñas abusan de las pantallas mucho antes de la adolescencia, lo cual tiene implicaciones negativas potentes en su desarrollo.

La preocupación por el tiempo que pasan los niños frente a las pantallas no es nueva. En España, el debate sobre el uso de móviles, videojuegos y redes sociales por parte de los menores ha ganado terreno tanto en el ámbito político como en el familiar. Asociaciones de madres y padres, profesionales de la salud mental infantil, pediatras y docentes han levantado la voz en los últimos años sobre los efectos de la sobreexposición digital en la infancia. Incluso instituciones como la AEP (Asociación Española de Pediatría) o el Ministerio de Educación han incluido este tema en su agenda. La primera de ellas, en su guía digital para familias, lo deja claro: cero pantallas hasta los 6 años.

En España, por formar parte de la primera plana del debate social, educativo y político (este el mapa de la prohibición de los teléfonos móviles en los colegios), quien más, quien menos, tiene en mente esta cuestión de la gestión de las pantallas en la infancia y adolescencia y su impacto potencial. Sin embargo, lo que quizá no todos saben es que este problema trasciende nuestras fronteras.

Pantallas que impactan en lo emocional, lo social y lo escolar desde edades tempranas.

Pantallas que impactan en lo emocional, lo social y lo escolar desde edades tempranas (Midjourney-RG)

Un nuevo estudio realizado en Australia demuestra que el fenómeno no es exclusivo de nuestro país. Investigadores de la Universidad Macquarie, en Sídney, han analizado a casi 2.000 escolares de entre 10 y 14 años y han documentado con rigor cómo el uso excesivo de pantallas, especialmente de smartphones y videojuegos, empieza a generar impactos negativos en la salud emocional, social y educativa de los niños y niñas desde primaria.

Los resultados confirman lo que en muchos hogares se sospecha, pero con datos medidos y validados científicamente: una parte nada despreciable de los niños y niñas presenta ya niveles problemáticos de uso digital que interfieren en su desarrollo. Este hallazgo, además, refuerza la urgencia de abordar el tema con una perspectiva global y coordinada, porque la infancia está expuesta, viva donde viva.

Redes, videojuegos y apps: una maraña digital que empieza a envolver a los más pequeños.

Redes, videojuegos y apps: una maraña digital que empieza a envolver a los más pequeños (Midjourney-RG)

Un 10% utiliza un smartphone de manera problemática

El trabajo, titulado “Internet gaming disorder (IGD) and smartphone overuse in Australian primary school and secondary school children: prevalence and developmental impacts” , ha sido publicado en la revista científica Current Psychology en mayo de 2025. Está firmado por Brad Marshall, Wayne A. Warburton, Maria Kangas y Naomi Sweller.

En total, participaron 1.993 alumnos de entre 10 y 14 años (de 4º de primaria a 2º de secundaria), provenientes de seis centros escolares. Se les aplicaron tres herramientas reconocidas internacionalmente: la escala SABAS para evaluar el uso problemático del smartphone, el test IGDT-10 para medir síntomas de adicción a los videojuegos y un nuevo cuestionario diseñado por los autores (SDIQ) para valorar el impacto en cuatro áreas del desarrollo: emocional, social/física, conductual y educativa.

El 9,9% del total presentó uso problemático del smartphone. En cuanto a los videojuegos, un 2,7% mostró síntomas subclínicos de adicción y un 1,2% cumplía criterios clínicos de trastorno por juego en línea. Aunque estas cifras puedan parecer bajas, los autores subrayan que representan a miles de niños —incluso en edades tempranas— cuyo desarrollo puede estar viéndose afectado. Por ejemplo, en los niños y niñas con uso problemático del móvil, el impacto medio en el desarrollo fue más del doble que en el grupo sin problemas digitales.

Tabla 4 Puntuaciones medias (y desviación estándar) de la escala de impacto del desarrollo por pregunta (máximo 4) en todos los grupos

Tabla 4 Puntuaciones medias (y desviación estándar) de la escala de impacto del desarrollo por pregunta (máximo 4) en todos los grupos
Lás evidencia científica a la ya existente

Uno de los datos más significativos es que los efectos negativos no se limitan a la adolescencia: ya se detectan en los primeros cursos de primaria. Este hallazgo cuestiona la idea extendida de que el problema empieza “más adelante” y señala la necesidad de actuar antes, en las etapas en las que madres y padres aún tienen mayor capacidad de intervención.

Entre los efectos destacados del uso problemático de pantallas están:

  • Peor desarrollo emocional, con mayores niveles de ansiedad, tristeza y desregulación.

  • Reducción del ejercicio físico y la vida social presencial, especialmente en el caso de los videojuegos.

  • Peor rendimiento académico: los niños con IGD obtenían puntuaciones notablemente más altas en la escala de impacto negativo en el ámbito educativo.

  • Mayor conflicto conductual y dificultades para autocontrolar sus hábitos digitales.

Estos datos refuerzan lo que otros estudios previos ya apuntaban y ofrecen una herramienta útil para padres y educadores: identificar síntomas, actuar a tiempo, establecer normas de uso, y fomentar actividades alternativas. Y, por encima de todo, potenciar la educación digital desde edades tempranas.

El uso del móvil se integra tan temprano que ya forma parte del pensamiento infantil.

El uso del móvil se integra tan temprano que ya forma parte del pensamiento infantil (Midjourney-RG)

Aunque el estudio se ha realizado en Australia, sus conclusiones pueden extrapolarse a otros contextos occidentales, incluido el español. No en vano, muchos de los patrones de consumo digital infantil se replican con escasas diferencias entre países.

La media de uso diario de pantallas en los adolescentes del estudio fue de más de 9 horas; en primaria, superaba ya las 6. Estas cifras encajan con las tendencias observadas también en informes como el de Common Sense Media o la RCH de Australia, y se asemejan a lo que ocurre en España, según recientes encuestas de salud infantil.

Por eso, el estudio australiano funciona como espejo y como advertencia. Frente a un problema que no entiende de idiomas ni fronteras, la prevención y la educación digital deben construirse desde casa, desde la escuela y desde las políticas públicas. No se trata de prohibir, sino de entender, acompañar y guiar. Y, por supuesto, de poner límites, intentando que sean consensuados y acordes a la edad de los menores de la familia.

Referencias

  • Brad Marshall, Wayne A. Warburton, Maria Kangas, Naomi Sweller. Internet gaming disorder (IGD) and smartphone overuse in Australian primary school and secondary school children: prevalence and developmental impacts. Current Psychology, 2025. DOI: 10.1007/s12144-025-07975-w
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