Un informe revela los devastadores estragos de Boko Haram en la educación en el noroeste de Nigeria.

www.ei-ie.org/19-04-2016/

Un nuevo informe de Human Rights Watch indica que los ataques de Boko Haram contra escuelas, alumnos y docentes han afectado a todos los ámbitos de la vida en el noroeste de Nigeria; la educación es, además, el sector más afectado por el conflicto.

Este informe de 86 páginas, “They Set the Classrooms on Fire’: Attacks on Education in Northeast Nigeria”, presentado por Human Rights Watch (HRW) el 11 de abril, documenta los ataques cada vez más brutales de Boko Haram («La educación occidental está prohibida», en hausa, el idioma predominante en el norte de Nigeria) contra escuelas, alumnos y docentes desde 2009 en los estados de Borno, Yobe y Kano.
Entre 2009 y 2015, los ataques de Boko Haram destrozaron más de 910 escuelas y obligaron a cerrar como mínimo 1.500 más. Al menos 611 docentes han sido asesinados. Miles de estudiantes y docentes han resultado heridos, algunos en ataques suicidas letales con bombas durante ese mismo periodo. El grupo insurgente ha secuestrado a más de 2.000 civiles, muchos de ellos mujeres y niños, incluidos grupos numerosos de estudiantes. Se calcula que 10.000 civiles han perdido la vida en Nigeria desde que este grupo inició sus ataques en 2009. El conflicto ha dejado a casi un millón de niños sin acceso o con un acceso limitado a la educación.
Ataques deliberados
El informe de HRW explica que, entre finales de 2012 y principios de 2013, a medida que las fuerzas de seguridad nigerianas aumentaron sus acciones contra Boko Haram, creció la brutalidad de los insurgentes, con ataques y asesinatos centrados en docentes, administradores de centros y funcionarios del sector educativo. El grupo también atacó a estudiantes para alejarlos de las escuelas y los reclutó a la fuerza para que se sumaran a las filas de Boko Haram. Sus guerreros secuestraron a alumnas para convertirlas en sus «esposas» y, en realidad, tratarlas como esclavas sexuales. Cuando las medidas de seguridad se reforzaron, Boko Haram adaptó el método de las bombas suicidas como táctica en escuelas y otros lugares con las que asesinó a un número creciente de niños y personal de centros docentes.
Intimidación y acoso a docentes
Los docentes y el personal de centros educativos narraron a HRW cómo los insurgentes empezaron primero a intimidarlos y acosarlos en numerosas zonas de los estados de Borno y Yobe a finales de 2012. Los docentes de escuelas públicas fueron los primeros objetivos de sus amenazas por su función como empleados del gobierno y profesores en centros educativos de estilo occidental. Muchos recibieron visitas de insurgentes para advertirles de que abandonaran la docencia.
Asesinatos de docentes
Además, los insurgentes iban a las mezquitas para predicar contra los docentes y pedir a los padres que dejaran de llevar a sus hijos al colegio. Después, recorrían los pueblos en busca de profesores para matarlos o secuestrarlos.
Boko Haram ha mostrado un odio particular por determinadas asignaturas como geografía y ciencia. Los analistas e investigadores explicaron a HRW que a los insurgentes se les enseña que ciertos aspectos de la ciencia, como la evolución o el principio de la evaporación en geografía, contradicen los textos coránicos. Los docentes de estas asignaturas, así como los profesores responsables de la supervisión o evaluación de estudiantes, se convirtieron en objetivo de los ataques. La enseñanza de asignaturas como religión cristiana o lengua inglesa también ha despertado la ira de los insurgentes. Ciertos docentes árabes y religiosos cuya enseñanza o sermones contradecían la ideología de Boko Haram pasaron a ser víctimas de estos ataques.
Ataques a profesoras
Los insurgentes también afirmaron que no querían que asistieran a la escuela ni profesoras ni alumnas. Además de los asesinatos y el acoso que sufren los docentes de ambos sexos, han secuestrado a profesoras para obligarlas a convertirse al Islam, violarlas y forzarlas a casarse o vestirse como a ellos les parece adecuado.
NUT: «traumático y desmoralizador»
En octubre de 2015 el Presidente del Nigeria Union of Teachers (NUT), Michael Olukoya, reconoció que «el recuerdo de las 276 niñas chibok secuestradas y las miles cuyas posibilidades y vidas se han visto truncadas, sigue siendo traumático y desmoralizador».
Después de condenar enérgicamente el asesinato de docentes en estos ataques terroristas, añadió que 19.000 docentes más han tenido que desplazarse y están sufriendo grandes pérdidas por culpa de las «acciones brutales de los insurgentes».
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