Un plus para el liceo (II)

Aurora Lacueva

Toda política que proteja a la familia en áreas como empleo, vivienda, alimentación y salud contribuye a mantener a las y los adolescentes en las aulas. Pero también el liceo o la escuela técnica necesitan cambiar. Centrándonos hoy en el liceo, podemos darnos cuenta de que una institución monótona, desvinculada de los grandes temas vitales y, por el contrario, atrapada en un acartonado academicismo y una disciplina autoritaria o de indiferente “dejar-hacer” no ayuda a retener a sus estudiantes. Y no ofrece la educación estimulante y profunda que ellas y ellos requieren.

En ese sentido, resulta valioso el enfoque del cambio curricular oficial para el nivel, actualmente en ensayo en cerca de setenta planteles. La idea es alejarse de la simple transmisión de contenidos disciplinarios aislados y, por el contrario, alentar la conexión de las diferentes disciplinas entre sí y con la palpitante vida fuera de las aulas, moviéndose desde lo planetario hasta lo local y lo personal. Además, se plantea ofrecer a las y los jóvenes otras actividades más allá de sus clases, creando un liceo donde se puedan (¡y se quieran!) pasar muchas horas: en clases dinámicas, de investigación y producción, pero también haciendo deporte, integrando un grupo ecologistao formando parte de un taller de teatro, etcétera.

Esta propuesta afronta dos grandes obstáculos. Uno es económico: un liceo con más horas de actividades, que además sean diversificadas, es más costoso. En lo inmediato, seguramente deberá empezarse con opciones más restringidas y menor carga horaria total, apuntando a alcanzar lo deseado conforme la economía mejore. Otro obstáculo es pedagógico: no es sencillo pasar de la enseñanza tradicional a la que se plantea, ni aún para quienes tienen que hacer los planes de estudios. Tales planes han de elaborarse sin prisas y con mucha dedicación. Y tanto profesores como estudiantes necesitan más materiales de apoyo. Así, se impone la progresividad. Por cierto, entre las posibilidades “más allá del salón de clase” puede interesar a muchos jóvenes de Cuarto y Quinto Año la oportunidad de capacitarse para el trabajo: acuerdos con el INCES podrían abrir esta opción, tocando campos de interés según la localidad. (lacuevat@hotmail.com).

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Aurora Lacueva

Aurora Lacueva se graduó como profesora de educación secundaria en el Instituto Pedagógico de Caracas, tiene dos maestrías de la Universidad de Stanford (EEUU) y un doctorado de la Universidad de Barcelona (España), todos en el área educativa. Es profesora de la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas. Se ocupa de temas de pedagogía general y enseñanza de las ciencias, dentro de un enfoque crítico, y ha publicado libros y artículos en ese campo. Ha colaborado con docentes en trabajos de investigación-acción en la escuela, guiando sus tesis de licenciatura y maestría.