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La escuela es nuestra: expectativas encontradas

Por: Carlos Ornellas.

 

Las escuelas resisten con vigor las influencias externas, excepto aquellas que tienen que ver con sus tareas habituales, como cambios en planes y programas, libros de texto y materiales de apoyo.

Una demanda recurrente —por necesidad real— que enarbola el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación desde los años 50 es la de tener espacios dignos y adecuados para la labor escolar.

En eso sí, los padres lo secundan sin presión ni chantajes. Escuelas mal construidas y con mantenimiento defectuoso o nulo ha sido la regla, a pesar de esfuerzos que redituaron frutos por años. Pero el mantenimiento no forma parte de la cultura escolar mexicana.

Además, desde los años del desarrollo estabilizador, el Estado comenzó a dejar esa responsabilidad en los padres de familia, liderados por los directores de las escuelas; recuérdense las cuotas voluntarias.

En el gobierno de Adolfo López Mateos, el secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, lanzó la idea de instituir el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas, que tuvo su época de gloria en la construcción de aquellas aulas prefabricadas para dar cabida a la demanda creciente por educación.

También en la edificación de espacios para universidades públicas, aunque no dependieran del gobierno federal.

Pero al igual que toda institución pública se convirtió en presa de políticos y empresarios corruptos. Hubo intentos de limpia, que no sucedió con el cambio de nombre a Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa. Y hoy nos encontramos con las mismas faltas de servicios básicos y de mantenimiento.

El presidente López Obrador decidió dar una vuelta de tuerca. Como ya se sabe, el Congreso aprobó su propuesta y enterró al Inifed. No hay una institución que lo sustituya, utilizará un programa de transferencia directa de fondos.

La escuela es nuestra es la consigna clave del proyecto presidencial; tiene como meta principal rehabilitar casi 734 mil escuelas primarias. Y, como todo, tiene al menos dos caras.

El Presidente dio el banderazo de salida al programa en Puebla. Explicó que en una primera etapa se intervendrán 103 mil 268 escuelas y en otra 69 mil 474.

Dejó en claro que la inversión de 20 mil millones de pesos será compartida —a mitad y mitad— entre su gobierno y los de los estados. Aclaró que los recursos se entregarán de manera directa a las escuelas que tendrán que conformar un Comité Escolar de Administración Participativa.

La expectativa del gobierno es que de esa manera se evitará la corrupción, que los maestros y padres de familia saben qué es lo que su escuela requiere; que son buenos constructores y que la infraestructura de sus planteles será meritoria.

El secretario de Educación Pública criticó a quienes critican el programa, pero afirmó que ellos —el gobierno— sí confían en los ciudadanos.

Es obvia la suspicacia del Presidente al conocimiento experto, pero —dice mi amigo El Maestro— lo que está detrás es un programa clientelar diseñado para capturar votos.

Además, especula, con la entrega de recursos se lucirá el Presidente, los gobernadores recibirán poco crédito, unos ni eso siquiera.

Los problemas de infraestructura escolar en ciertas regiones son acuciantes, en otras no hay inconvenientes severos.

Es deseable que el programa La escuela es nuestra ofrezca resultados y pronto, que las comunidades agarren confianza, que haya participación entusiasta de padres de familia, pero es muy arduo romper una costumbre donde el gobierno hacía todo y esperaba aplausos.

No hay una tradición de autogestión —sí en el trabajo pedagógico de muchas escuelas multigrado— ni es seguro que construir aulas sea una tarea fácil.

No hay garantía de que con ese programa se acabe la corrupción ni el burocratismo.  Los CEAP tendrán que llenar muchos papeles que revisará la burocracia central. Pero si funciona con cierta eficacia, le hará bien al país. Si no, otra expectativa frustrada.

Fuente del artículo: http://www.educacionfutura.org/la-escuela-es-nuestra-expectativas-encontradas/

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Acuse de recibo

Por: Carlos Ornellas.

• Moctezuma habló de equidad y justicia, también de interculturalidad y otros propósitos de la Nueva Escuela Mexicana, no de calidad, pero sí de excelencia educativa.

El miércoles 25 asistí al seminario internacional Equidad y Justicia en la Nueva Escuela Mexicana. La Secretaría de Educación Pública y el Banco Interamericano de Desarrollo fueron los anfitriones.

Hubo presentaciones y discusiones interesantes —y provocadoras— de personalidades de varias partes del mundo. Académicos y funcionarios mexicanos no se quedaron atrás. Me agitaron el cerebro las intervenciones de Javier Murillo Torrecilla e Ivania de la Cruz Orozco.

Como en toda ceremonia oficial, las palabras de los jefes atraen más reflectores. Antes de la intervención del secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, el subsecretario de Educación Básica, Marcos Bucio, planteó las perspectivas del seminario con el fin de aprender de otras experiencias. La educación mexicana no se encierra en sí misma, parece que quiso decir.

El secretario repitió consignas sobre el Acuerdo Educativo Nacional y la política del presidente López Obrador, aunque no escuché menciones a la Cuarta Transformación.

Pudiera decirse que la pieza de Moctezuma fue mesurada e informativa. Habló de los temas de la conferencia, equidad y justicia; también de interculturalidad y otros propósitos de la Nueva Escuela Mexicana, no de calidad, pero sí de excelencia educativa.

Aprovechó el pódium para cantar victoria por la aprobación de las leyes secundarias y debatió —sin aspavientos ni descalificaciones, hay que decirlo— con analistas que están en desacuerdo con la política educativa de este gobierno. Acuso recibo de un punto.

Según mis notas, dijo algo así: “Basta con leer las leyes para darse cuenta de que no se regresará a la venta de plazas… Habrá una caja transparente para el manejo de las plazas y los distintos trámites de las maestras y los maestros que, por distintos motivos, eran causa de extorsión, abuso y corrupción”.

La Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (artículo 34, fracción IV) establece: “La Secretaría celebrará un proceso público en el que pondrá a disposición de las autoridades educativas de las entidades federativas y las representaciones sindicales, en una mesa tripartita en cada uno de los estados y la Ciudad de México, para su participación…”.

No basta con leer la ley. También hay que examinar la historia. La representación sindical ya tiene una rendija, pronto abrirá la puerta para recolonizar la política de admisión, promoción y recompensa de los maestros. Lo tripartito es temporal. Esas y otras letras de la ley vaticinan que, de nuevo, las facciones del SNTE serán rectoras en la educación básica.

Y no hay que esperar tanto. La senadora Guadalupe Murguía Gutiérrez leyó en la tribuna una convocatoria de la sección 22 de Oaxaca para puestos de supervisión. En Michoacán, la venta de plazas está en crecimiento y va de 150 mil a 300 mil pesos (ContraRéplica 27/09/2019). Aquí están la extorsión, el abuso y corrupción.

En la rectoría de la educación se concentra la disputa. ¡La CNTE va a la vanguardia!

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/acuse-de-recibo/1338992

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México-Japón: Japón-México

Por: Carlos Ornellas.

Las universidades deben trabajar de manera conjunta para contribuir a la solución de problemas como la escasez de alimentos, las enfermedades infecciosas, el terrorismo y el crecimiento desigual, destacó el rector de la Universidad de Hiroshima, Mitsuo Ochi.

 

Decía mi abuela que aun en tiempo nublado se colaban rayos de sol. Sí, el horizonte de la educación mexicana está cubierto de nubarrones. El más reciente, el presupuesto para el sector. Pero hay fragmentos de fulgor, aunque poca gente los note.

La semana anterior la Universidad Nacional Autónoma de México y El Colegio de México fueron anfitriones de la IV Cumbre de Rectores de Universidades Mexicanas y Japonesas. El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, representó al gobierno mexicano; su pieza fue mesurada y de encomio. Las de los rectores de la UNAM, Enrique Graue, y de la Universidad de Hiroshima —sede de la III Cumbre hace dos años— Mitsuo Ochi, fueron al grano de la cooperación entre las casas de estudios de ambos países.

La directora General del Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla, quizá con algo de envidia, destacó el apoyo del gobierno japonés a la investigación científica, y Silvia Giorguli, presidenta de El Colegio de México, subrayó la importancia de las ciencias sociales y las humanidades en el intercambio académico.

El honorable Yasushi Takase, embajador de Japón en México, en perfecto español, resaltó las buenas relaciones entre ambos países y la necesidad de cooperar más en ciencia y tecnología. Jaime Valls, secretario general de la Anuies, coincidió con los planteamientos.

En las delineaciones se ofrecieron cifras, se habló de proyectos concretos de universidades mexicanas, públicas y privadas, con sus pares de Japón. También de publicaciones conjuntas y de las perspectivas futuras.

Sin embargo, poco trascendió a la plaza pública. Los rectores no tomaron el Congreso ni marcharon ni exigieron atención del poder público. Sólo uno que otro boletín de las instituciones involucradas merecieron notas en la gran prensa y alguna en la radio y la televisión.
Esos rayos de luz alumbraron a poca gente.

No obstante, si uno mira al plazo largo, la colaboración entre instituciones —más entre grupos de investigación— la movilidad académica de profesores y estudiantes es trascendente. El impulso a la investigación científica, tecnológica y a las humanidades, aunque sus resultados no se vean de inmediato, arroja consecuencias que beneficiarán al país, a su desarrollo social y crecimiento económico.

La información que intercambiaron los rectores, las cifras de proyectos, publicaciones y capacidades financieras fueron significativas, pero el corolario estuvo en los conceptos y los símbolos.

La amistad, la colaboración, la solidaridad que mostraron los 23 rectores japoneses con sus pares y las expectativas que siembran son buenas noticias y hay que celebrarlas.

El interés de Japón por México crece cada semana.
Por ejemplo, las tres primeras cumbres fueron cada tres años; ahora serán de dos; un distintivo de que las cosas pueden ir mejor todavía.

La frase sustancial —quizá— la expresó el rector de la Universidad de Hiroshima, Mitsuo Ochi: “Hoy, los avances en ciencia y tecnología generan cambios en las reglas socioeconómicas y las innovaciones se propagan en un abrir y cerrar de ojos. Pero se sigue enfrentando escasez de alimentos, enfermedades infecciosas, terrorismo y crecimiento dispar.
Las universidades deben trabajar conjuntamente para contribuir a la solución de estos problemas”.

El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no favorece la cooperación internacional y parece que, más allá del incremento de la matrícula, le importa poco la educación superior. Las cantidades que le asigna en el Presupuesto de Egresos implican estancamiento.
Empero, las universidades y la academia tienen tradiciones de valor que cultivan a pesar del cielo cerrado.

Retazos

Más de cooperación internacional. Del 11 al 13 de este mes el Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav fue sede del XVI Congreso Internacional sobre Reformas en la Educación Superior.
El tema central mira al futuro: “Sociedad digital y educación superior: Impacto y consecuencias para las políticas”.
Otras buenas nuevas.

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/mexico-japon-japon-mexico/1336859

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Cambalache para las escuelas normales

Por: Carlos Ornellas. 

 

Más claro ni el agua purificada. En la mañanera (ya caí en este uso) del 11 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador expresó “No se van a cerrar las escuelas normales, al contrario, se van a abrir más y el que salga de ahí va a salir con su plaza”. Lo dijo después de que el día anterior había parlamentado una vez más con el liderazgo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

El Presidente aseguró que no recibió ningún apremio, “a mí nadie me presiona”. Sin embargo, la obtención de una plaza automática para los egresados de las escuelas nórmales es una de las demandas centrales de los cabecillas de esa facción, al menos desde 1993, cuando ya hubo más egresados que plazas disponibles.

Si el Presidente no sintió presión, si las marchas, plantones, tomas de casetas, cierres de aeropuerto no le causaron mella en su creencia, entonces su decisión es producto de un pacto político que, si se le busca fecha, quizá se selló el 12 de marzo de 2018 en Guelatao. Pero concedo que puede ser producto de una convicción profunda, aunque equivocada. ¡Sí, el Presidente puede equivocarse!

La CNTE y sus líderes son huesos duros de roer, no dan su brazo a torcer. No les bastó la palabra del Presidente, bloquearon el Congreso, no habrá leyes secundarias hasta que les cumplan todo y digo todo. Ya lograron mucho y van por más. La nueva exigencia: que se elimine de la Ley General de Educación los consejos de participación social.

La oferta de la coordinadora al gobierno es diáfana: “gobernemos juntos en la educación”. En otras palabras, “vamos a colonizar de nuevo el mando en la educación básica”. Y esta vez no nada más en los territorios que controlamos, “vamos a desplazar a los charros. El mensaje, nada sublime: “tú te irás y nosotros seguiremos”.

Ante las críticas por el convenio —que no fue pacto, sino autosugestión—, el Presidente comparó a los egresados de las normales con los de los colegios del Ejército y la Armada. No obstante, se le pasó señalar las exigencias para la admisión, el rigor de los estudios y la instrucción disciplinaria que reciben en sus estudios.

Para el Presidente: “Los maestros en México están capacitados y ya basta de estar partiendo de supuestos falsos”. Frase contundente. El asunto es que contradice los esfuerzos —al menos discursivos— de la Secretaría de Educación Pública. El mensaje es que la Estrategia para la Mejora de las Escuelas Normales es innecesaria, los egresados de las normales no requieren más.

El Presidente acuerda con la coordinadora, pero ningunea al Congreso Nacional de Fortalecimiento y Transformación de las Escuelas Normales, le reduce el 20% del presupuesto a las normales públicas, pero habrá plaza en automático para sus egresados.

Un cambalache que beneficiará a unos y perjudicará a la educación pública.

 

RETAZOS

Esta semana se llevó a cabo la IV Reunión de Rectores de Universidades Mexicanas y Japonesas en la UNAM. Habrá tiempo de compartir buenas noticias.

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/cambalache-para-las-escuelas-normales/1336364

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El tiempo pasa y no hay leyes secundarias

Por: Carlos Ornellas. 

 

El Presidente se esfuerza en cumplir con sus promesas

En sus famosas tesis sobre la dominación legítima, Max Weber argumentó que la credibilidad es la base de esa legitimidad. Si la gente no acepta como buenas las propuestas del gobernante y su cuadro administrativo (burocracia, partido y afines en el parlamento), disminuye su confianza en el gobierno.

El presidente López Obrador se esfuerza en cumplir con sus promesas, “soy un hombre de palabra”, y hasta el momento su técnica le reditúa frutos; las encuestas recientes muestran que su grado de aprobación es alto, la menor le concede el 62 por ciento. Ergo, la mayoría confía en él, pero ¿qué de su cuadro administrativo?

Se supone que la racionalidad política de un Estado emana de su orden jurídico y el Congreso es el responsable de dictar leyes que disponen el andamiaje institucional para esa dominación (o gobernabilidad para aligerar el lenguaje de Weber) legítima. Pero el Congreso es irracional, muchos legisladores se la pasan en pleitos vulgares, les interesa el poder, legislar es una tarea subsidiaria.

Si el Presidente goza de carisma, el Congreso carga con desprestigio (tal vez esa sea su tradición) porque, además de las querellas, siempre andan con rezagos. Hoy, Morena tiene mayoría y puede aprobar leyes sin necesidad de consensos y parece que quiere agradar al Presidente.

Por ejemplo, el artículo quinto transitorio de la reforma constitucional del 15 de mayo ordena que a más tardar en 120 días el Congreso deberá expedir las leyes del Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación y la General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros. El plazo se vence este jueves 12 y si bien ya hay iniciativas, no han discutido más allá de pequeños corros.

Los textos que ya se conocen, con todo y que acaso tengan virtudes, generan desconfianza por todos lados. Organizaciones de la sociedad civil y académicos les ponen peros porque eliminan criterios de mérito para ingreso, promoción y recompensa de los docentes. Además de que se corre el riesgo de que, como en el pasado, sean las camarillas sindicales las que determinen la trayectoria profesional de los maestros.

En tanto, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación —con todo y que obtiene canonjías— ve fantasmas neoliberales y los combate con paros y gritos. Dice que las iniciativas de leyes secundarias mantienen las propuestas de los organismos internacionales y asegura que la intención es privatizar la educación pública. Pocos le creen.

Y es aquí donde entra el quid. El presidente López Obrador insiste en mantener una alianza con la Coordinadora. Le concede plazas, reinstalación de rescindidos, reconocimiento ideológico y hasta fotografías con sus líderes en el Palacio Nacional.

Aunque quizá no de inmediato, conjeturo que la mezcla de un mandatario carismático con una organización sin credibilidad le restará puntos a su legitimidad. Y más si el Congreso con la mayoría que ya tiene Morena saca leyes a modo y en el último momento.

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/el-tiempo-pasa-y-no-hay-leyes-secundarias/1335052

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Regreso a clases

Por: Carlos Ornellas.

 

¡Se cumplió el ritual! Sin sobresaltos, el presidente Andrés Manuel López Obrador inauguró el ciclo escolar, el primero de varios. Ni entregó una pieza conceptual donde planteara una visión del porvenir ni dijo algo nuevo, aunque trató de sembrar optimismo en los alumnos. Se refirió a las becas, a los apoyos directos a cada escuela y ratificó que los maestros nunca serán ofendidos.

Antes, en la conferencia matutina del día 26, el Presidente aventuró un pensamiento que no por ser trillado es incorrecto: “Sin demagogia, la educación es la base del desarrollo, es lo que nos va a permitir
no sólo mejores condiciones de vida, sino también ejercer a plenitud nuestras libertades”. No entiendo por qué comenzó esa arenga con la sentencia de que no hacía demagogia. Tampoco quiero suponer la razón.

El secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma, expuso la numeralia del regreso a clases: cifras de alumnos, maestros, escuelas y libros de texto. También sobre la capacitación a los docentes por dos semanas sobre la Nueva Escuela Mexicana.

La ceremonia de inauguración en la escuela secundaria técnica Melchor Ocampo fue sobria. El Presidente se hizo acompañar en el presídium por alumnos y padres familia en paridad de género. Participaron también la directora de la escuela, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, el secretario de Educación Pública y otros funcionarios.

Reiteró que con sus programas de becas universales en la educación media y para los pobres en la básica y la superior habrá una mejor educación. Que ahora sí, no como en el pasado, se invertirá en el mantenimiento y reconstrucción de escuelas e insistió que canalizaría el dinero directo a cada comité escolar. Para evitar burocracia y rezagos, lo más importante, subrayó, es que cada comité decidirá en qué y cómo invertir.

Justificó la transferencia directa de fondos con críticas a la burocracia: “Por eso cuando hablo del elefante reumático y mañoso les pido que me ayuden a moverlo porque obstruye a la nueva realidad”. Veremos cómo funcionan esos comités.

Unos criticaron que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no haya entregado seis millones de libros. Aún no llegan, tal vez algunos no estén impresos, pero lo que resalta es el esfuerzo que la SEP y la Comisión de Libros de Texto Gratuitos hicieron para que la mayoría estuviera en las escuelas. Fue una hazaña, luego de que el Presidente canceló de manera abrupta la compra de papel a la empresa de su compadre. Alteró el calendario. Además, ya están en línea, aunque eso no ayuda a los niños pobres de regiones aisladas.

La falta de libros y el hecho de que haya tres planes de estudio diferentes son problemas menores, es un asunto de transición. El enigma es lo que vendrá después; qué le depara a México con la
Nueva Escuela Mexicana, en qué consiste el Acuerdo Educativo Nacional, cómo se comportarán las facciones y líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Allí, el panorama, en el mejor de los casos, es nubloso.

El Presidente aseguró que todo es normal. ¡Qué bien que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) no haya cumplido su amenaza de huelgas! Al menos no todavía. Pero hay broncas en
Baja California, Guerrero y otras partes por “falta de pagos”. Los maestros de escuelas del Partido del Trabajo ofrecen clases en las calles para protestar porque el gobierno de
Durango no les transfiere fondos. Vaya normalidad.

Si se mira al pasado –no al reciente que el Presidente aborrece, sino al del régimen de la Revolución Mexicana, que parece que admira– para estas alturas del sexenio, el jefe de Estado en turno ya había entregado al menos una pieza con doctrina sobre la educación, un atisbo al futuro, un reconocimiento de hechos. Incluso, alguna frase que se convertía en consigna.

Tal vez nos quedemos con las ganas de escuchar algo así del presidente López Obrador. No reconocerá ningún avance previo a su gobierno. Lo suyo es la polémica y la defensa de sus programas dilectos.

Fuente del artículo: http://www.educacionfutura.org/regreso-a-clases/

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La CNTE, la Luz del Mundo y la SEP

Por: Carlos Ornellas. 

Algo no funciona en la narrativa del gobierno. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación dice que el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó a la Secretaría de Educación Pública establecer mesas de trabajo para discutir sus proyectos alternativos e imprimir sus libros de texto. Luego la SEP declara que eso no se podrá, que va en contra de la ley, hasta el senador Ricardo Monreal, quien apapachó a la CNTE cuando fue gobernador de Zacatecas, dijo que eso no.

La Luz del Mundo, la conspicua asociación religiosa —que se hizo más famosa a partir del encarcelamiento de su líder espiritual, nada menos que por abusar de menores y producir pornografía— dijo que el gobierno de Jalisco y la SEP le prestaron 63 escuelas para albergar a sus fieles durante la celebración, de la “Santa cena”, en Guadalajara. La SEP negó tal préstamo. Pero el gobierno de Jalisco no se echó para atrás, se las facilitó, para dormir, no para rezar. Estado laico, faltaba más.

La CNTE se dispone a otorgar plazas conforme a reglas de antes de la reforma de 2013. Tal vez eso no le guste mucho a la jerarquía de la SEP, pero no se pronunció en contra ni tachó de ilegales las convocatorias de Oaxaca y de Chiapas.

Hubo más notas en la semana, algo sobre la Nueva Escuela Mexicana, un apunte sobre cómo abordar en las leyes secundarias fórmulas para abatir —o al menos disminuir— la deserción escolar. El 2 de agosto, la SEP publicó Hacía una nueva escuela mexicana: taller de capacitación, educación básica. Pero la batahola mediática se lo llevaron la Luz del Mundo y la CNTE.

La SEP ya no esclareció, pero la guía para ese taller es una réplica de la que negó su autoría hace 14 días. El contenido es casi el mismo. Cierto, ya quitó de las páginas 7 y 8 el mensaje del secretario de Educación Pública, aunque en el programa dice que se leerá el día 12. También desapareció el espacio destinado a una carta del Presidente y la nota donde se pedía aplaudirle. Con ligeras correcciones en títulos y subtítulos, los anexos son iguales. La versión negada tenía bellas estampas de alumnos sonrientes o haciendo sus tareas; en la exégesis sí reconocida —la bajé del portal de la Subsecretaría de Educación Básica— esos ornatos desaparecen.

Estoy convencido que el alto funcionariado —y también segmentos medios— de la SEP trabajan duro, hacen su tarea y perseveran. Sin embargo, su labor provechosa trasciende poco a la plaza pública. Arrastran ese lenguaje vindicativo, echan culpas al pasado, en vez de apostar por el futuro.

Cavilo que hacen eso porque es más fácil disparar diatribas que construir, aunque sea un intento de restaurar el orden anterior.

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/la-cnte-la-luz-del-mundo-y-la-sep/1329735

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