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El sistema escolar en el PND

Por: Carlos Ornelas. 

Los propósitos son claros y loables: bienestar, inclusión, igualdad, búsqueda de paz y justicia. Las herramientas que define para alcanzarlos, sin embargo, no apuntan a lo estratégico; al Plan Nacional de Desarrollo le falla lo programático.

Las políticas de educación –concebidas como estrategias, policies en inglés– y la política como lucha por el poder están enmarañadas; sólo pueden separarse para fines analíticos. Esta conjunción se encuentra en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2014, que el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó al Congreso para su aprobación o rechazo.

Los pertrechos intelectuales para el análisis de ese documento son variados: de la reseña simple a una revisión compleja de antecedentes, propósitos, instrumentos legales y políticos (tecnología del poder) y el contexto político en que se plantea desplegar la acción gubernamental. Todo envuelto en un discurso ideológico.

En una entrega periodística es imposible dilatar el examen del capítulo de educación en el PND, pero es factible destacar sus elementos centrales.

El diagnóstico contiene un tono político en contra del neoliberalismo y los últimos 36 años de gobiernos “oligárquicos” del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido Acción Nacional (PAN): “devastaron al país (…) se emprendió una ofensiva brutal contra las normales rurales (…) se operó una mal llamada reforma educativa (…) orientada a crear las condiciones para la privatización generalizada de la enseñanza” (pp. 42-43).

El diagnóstico de los males del sistema escolar se exhibe con cierta largueza en el texto del objetivo 2.2: “Garantizar el derecho a la educación laica, gratuita, incluyente, pertinente y de calidad en todos los tipos, niveles y modalidades del Sistema Educativo Nacional y para todas las personas” (p. 90).

Al resumir antecedentes, el Plan Nacional de Desarrollo no reconoce ningún avance. La paradoja: apoya su dictamen en cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con las pruebas de PISA, en otras del aborrecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y ratifica los Objetivos de Desarrollo del Milenio en su agenda para 2030.
Estos, si bien los abandera la Unesco y son defendibles en términos ideológicos y políticos, muestran que, a pesar de la retórica localista de la Cuarta Transformación, las “ideas itinerantes” están presentes en las mentes del alto funcionariado.

Los propósitos son claros y loables: bienestar, inclusión, igualdad, búsqueda de paz y justicia. Las herramientas que define para alcanzarlos, sin embargo, no apuntan a lo estratégico; al PND le falla lo programático. Claro, en el Programa Sectorial del Educación podemos esperar detalles, pero intuyo que se mantendrá más en la facundia antirreforma y menos en la sustancia.

El PND tiene líneas para todo el sistema escolar, pero privilegia dos cuestiones: maestros y propuestas para la educación superior.

Propone reconocer la función de los docentes, fortalecer su formación, otorgar estímulos y mejorar la actualización para “garantizar la calidad en el aprendizaje de las niñas, niños, adolescentes”. Asunto que embona con el diagnóstico de que las normales andan mal debido al neoliberalismo.

El PND sintetiza tres desafíos de la educación superior: mejorar calidad y pertinencia de la oferta respecto a las necesidades sociales y económicas; articular niveles, tipos y modalidades educativas de manera eficiente; y financiamiento oportuno, suficiente, con certidumbre para sustentar estrategias de largo plazo.

Para dar seguimiento y garantizar el cumplimiento de metas, propone indicadores de eficiencia y… nada más.

Tras revisar las páginas dedicadas al sistema escolar, lo único novedoso respecto a lo existente es la inclusión de educación inicial y crecimiento de programas de apoyo para estudiantes con el fin de asegurar el acceso y permanencia en la educación a mujeres, habitantes de pueblos indígenas y de grupos históricamente discriminados. Ratifica que ofrecerá oportunidades que tengan como eje principal el interés superior de niñas, niños y adolescentes.

Por lo demás, a pesar de la oratoria antineoliberal, no difiere mucho de los propósitos de la “mal llamada” Reforma Educativa, ni reniega de fines pedagógicos que adelantó el modelo educativo para la educación obligatoria. Tampoco documenta que el gobierno de Peña Nieto quisiera privatizar la educación.

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/el-sistema-escolar-en-el-pnd/1314352

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El memorándum

Por: Carlos Ornellas.

El concepto de República imperial, que trabajó Enrique Krauze bajo la inspiración de don Daniel Cosío Villegas, es amplio y complejo. Baste por lo pronto señalar que implica concentración de poder en quien ocupe la silla del águila, sin contrapesos de valía

A juzgar por sus actos, el presidente López Obrador se desesperó por el retraso para legislar el fin de la Reforma Educativa del gobierno de Peña Nieto y encumbrar la de la Cuarta Transformación. Pero la desesperación es mala consejera, o tal vez buena, si se acomoda a un fin más allá de la enmienda constitucional. Me refiero a la tentación de restablecer la República imperial.

El concepto de República imperial, que trabajó Enrique Krauze bajo la inspiración de don Daniel Cosío Villegas, es amplio y complejo. Baste por lo pronto señalar que implica concentración de poder en quien ocupe la silla del águila, sin contrapesos de valía.

El presidente López Obrador dio la prueba de la desesperación: “Ya se envió una iniciativa de ley de reforma a la Constitución, pero hay grupos del magisterio que no ven con buenos ojos la propuesta… pero si se tarda mucho y no hay acuerdo voy a sacar un decreto abrogando, quitando la mal llamada Reforma Educativa” (Excélsior, 14/04/19; énfasis en el original).

El Presidente no ha firmado tal decreto; no obstante, remitió un memorándum a la secretaria de Gobernación y a los secretarios de Educación Pública y de Hacienda para que, “con base en las facultades que me confiere el cargo que detento”, ordenar se abrogue la mal llamada Reforma Educativa.

La parte medular que apunta a la concentración del poder se expresa en los lineamientos b y c del memorándum. Dispone que las instancias del Poder Ejecutivo federal dejen sin efecto todas las medidas de la Reforma Educativa. Pero, al mismo tiempo, afirma que la nómina del sector quedará bajo control de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la cual impedirá prácticas patrimonialistas, “aviadores” y cualquier otra forma de corrupción. La Secretaría de Educación Pública administrará las plazas magisteriales, evitará que se trafique con ellas y garantizará la contratación de maestros egresados de las normales públicas. La Secretaría de Gobernación realizará diligencias y acciones para poner en libertad a maestros y luchadores sociales que persiguen causas sociales justas y retirar las imputaciones para castigar activismos pacíficos.

Legisladores de todos los partidos, representantes empresariales, activistas sociales, académicos y juristas destacados, como el ministro en retiro de la Suprema Corte, José Ramón Cossío, señalaron la inconstitucionalidad del memorándum y la invasión de facultades de otro poder.

El Presidente piensa que tiene potestad para juzgar cuáles son causas justas y afirma que el activismo de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación es pacífico. Y, a pesar de que él supone que con estas medidas contentará a sus líderes, ellos responden con más presión: “Hasta no ver no creer”. Quieren el retorno total de sus privilegios: controlar la nómina y disponer de la trayectoria laboral de los maestros.

La idea de rehabilitar la República imperial forja contrapesos. Unos se enojan y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación muestra músculo. Espero que el Presidente no se desespere más.

Fuente del artículo: http://www.educacionfutura.org/el-memorandum/

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Disidencia magisterial y proyecto alterno

Por: Carlos Ornellas.

 

No es un secreto que guardo distancia con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y sus facciones. Con frecuencia critico sus acciones y su estrategia, de vez en cuando también a sus dirigentes con nombre y apellido. No obstante, también tiene proyectos de educación, aunque pasan desapercibidos en la plaza pública, quizá por su afán pleitista.

Unos son de aspecto amplio que incluye una legislación laboral y modelos de desarrollo educativo locales. El Plan para la Transformación de la Educación de Oaxaca (PTEO), que enarbola la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, tal vez sea el más conocido, ya que ambiciona a convertirlo en ley estatal. Antes en contraposición a la Reforma Educativa del gobierno de Enrique Peña Nieto; hoy como alternativa a la iniciativa del presidente López Obrador.

Un designio local, del cual apenas acabo de tener noticia, es el Proyecto Alternativo de Educación (Escuela Altamiranista) de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero. Es un plan donde maestros afiliados a la CETEG, una facción de la CNTE, trabajan los fines de semana y a contraturno en comunidades pequeñas con proyectos de educación, capacitación para el trabajo, actividades artísticas y organización comunitaria. Sus promotores no han producido literatura todavía. Por ello, pido licencia para narrar cómo me enteré de ello y, de paso, apuntar lo de una convivencia civilizada con dirigentes de la CETEG: Arcángel Ramírez Perulero, secretario general de la sección XIV, y Jonathan Márquez Aguilar, secretario general de la zona 48; duros entre los duros.

El viernes 1º y sábado 2 de este mes, estuve en territorio CETEG. Mi amigo, el profesor Humberto Santos Bautista organizó presentaciones de mi libro reciente, La contienda por la educación, en Chilpancingo (en la Universidad de Estudios Internacionales del Pacífico, con Jaime Correa Rivera como anfitrión, y la Universidad Pedagógica Nacional) y Acapulco, en el Centro de Actualización del Magisterio. Ambas acompañadas de charlas acerca de las iniciativas de mudanzas en el artículo 3º, en debate en el Congreso en estos días.

El viernes 1º, en un desayuno apresurado, el maestro jubilado Félix Moreno Peralta, comisionado para elaborar el proyecto alternativo, en especial en Tierra Caliente (donde la violencia anida), me ofreció el primer esbozo del plan. “Rescatar lo nuestro, a Ignacio Manuel Altamirano, el educador mexicano por excelencia, pensador profundo y creador de instituciones formadoras de maestros”. Se trata de actualizar y aplicar sus enseñanzas para educar al pueblo.

El sábado 2, en otro desayuno, este con más calma, los líderes mencionados arriba y otros maestros que no militan el CETEG charlamos de la política actual y de la historia de la CNTE. A pesar de los desacuerdos no hubo reclamos, hasta pudiera decirse que hubo cordialidad. Unas bromas y el relato breve de uno de los maestros que había leído unos de mis libros aligeraron el ambiente.

Luego fuimos a la conferencia y presentación del libro en el CAM. Arcángel Ramírez se sentó en primera fila. Unas butacas a la izquierda las autoridades del CAM y Edwin Noel Morales Leguizamo, alto funcionario de la Secretaría de Educación local. Justo detrás de ellos, otro dirigente: Robespierre Moreno Benicio, secretario general de la Sección XIV del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero. Recibí e hice críticas. Hubo debate, mas no diatriba.

No se trataba de convencer unos a otros. Sin embargo, estuvieron de acuerdo en que las cosas importantes que hacen a favor de la educación de los guerrerenses se oscurecen ante el fulgor de la lucha reivindicativa.

Fuente del artículo: http://www.educacionfutura.org/disidencia-magisterial-y-proyecto-alterno/

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Política y retruécano de la Reforma Educativa

México / 12 de marzo de 2019 / Autor: Carlos Ornelas / Fuente: Educación Futura

La política práctica, el ejercicio del poder y la oposiciónde grupos subalternos no es lineal, es confusa, es un asuntode avance y retroceso, de negociación y logros incompletos.La Reforma Educativa del gobierno de Enrique Peña Nietoarroja enseñanzas relevantes.

Para unos, causó un daño terrible al magisterio, por eso hay que abolirla. Para otros, no pasó nada, fue pura propaganda sin consecuencias tangibles. No acabó con la herencia ni la venta de plazas, tampoco tocó la corrupción existente. Hoy voy a rebatir este último punto, dado que, si no causó efectos, entonces, ¿por qué hay fuerzas que quieren echarla para atrás? Para ello, un relato telegráfico de las pugnas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación contra el gobierno de EPN y su reforma.

Ya he referido las negociaciones en la Secretaría de Gobernación que hoy el Poder Judicial arrojó al tonel de la ilegalidad. Lo que es poco conocido es otro tipo de negociaciones entre la CNTE —sus facciones, dicho con propiedad— con la SEP y cómo se redujo su acción política hasta 2018, cuando, al calor de la campaña presidencial, miró la posibilidad de retorno.

En el verano de 2015, el gobierno dio la vuelta de tuerca. En julio vino la “recuperación” del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, que incluyó cortar fondos a la disidencia y sacó a la Segob de las negociaciones. El gobierno trató y tuvo cierto éxito en romper el ciclo de movilización-negociación-movilización (MNM).

Con todo y conflictos, en noviembre de ese año se realizó la evaluación del desempeño docente, participó más del 90% de los maestros convocados. En los territorios de la CNTE el porcentaje fue menor, pero sí hubo maestros que intervinieron, aunque el gobierno los trasladó a otras partes. Cierto, la Policía Federal —nunca el Ejército— protegió las sedes de los exámenes de las embestidas de los grupos más radicales de la CNTE.

Tras los escarceos de 2015 se acabaron las negociaciones con el “pleno” de la CNTE. La SEP convocó y —aunque quizás a regañadientes— los grupos aceptaron arreglos discretos con el entonces secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, si bien seguían denostándolo en la plaza pública. El ajuste de rosca incluyó dar de baja a los maestros que no se evaluaron, a pesar de ser convocados. Ello endureció el mensaje de que la reforma iba en serio.

El evento trágico de Nochixtlán dio un respiro a la CNTE de mayo a agosto de 2016, cuando, de nuevo, hubo negociaciones en la Segob con el pleno de la CNTE. La SEP desconoció los acuerdos —lo que ratificó el Poder Judicial la semana pasada a insistencia de Mexicanos Primero— y volvió a fraccionar las negociaciones.

Consecuencias: en mayo de 2017 no hubo ni un día de paro. Entre abril y julio, normalistas de la comarca CNTE participaron en la evaluación para el ingreso a la carrera docente. En agosto, en Chiapas, Michoacán, Guerrero —incluso a egresados de Ayotzinapa— y Oaxaca se entregaron las plazas de ingreso en actos públicos, con incidentes leves. Pero la CNTE y los otros grupos del SNTE son tenaces, junto con burócratas (la mayoría colonizadores) inventaron trabas, impidieron que muchos maestros que obtuvieron su plaza pudieran acceder a ella o, ya dentro de las escuelas, los bloqueaban.

El efecto más notable: el ciclo escolar 2017-2018 inició sin paros ni incidentes. El primero desde 1993.

Irrefutable: el gobierno no logró desmantelar los controles corporativos de la CNTE ni de las otras facciones del SNTE, pero el progreso fue importante, a pesar del desgaste, las luchas interburocráticas (SEP-Segob) y las presiones externas.

En 2013, la CNTE, incluso con actos de violencia extrema, convocó a más de 60 mil maestros a “tomar” la Ciudad de México y mantuvo un plantón en el Zócalo por casi seis meses. En 2017 no se movilizó, fue el año de mayor avance de la reforma. Es más, en 2018, ya al calor de la campaña, la CNTE sólo pudo movilizar a unos cuantos cientos de maestros a la Ciudad de México y por menos de tres días. El gobierno logró romper su estrategia de MNM.

La política es de retruécanos. La CNTE quiere la eliminación absoluta de la reforma. La iniciativa del presidente López Obrador no le satisface —es neoliberal, dice— y ya puso en marcha su estrategia conocida. Otras facciones del SNTE se adhieren a la propuesta del Presidente, no para apoyarlo, pienso, sino para recuperar prebendas.

Conclusión: si no hubo avances, luego, ¿para qué extirparla? De que caló, caló.

Fuente del Artículo:

Política y retruécano de la Reforma Educativa

Fuente de la Imagen:

https://titosalomon.blogspot.com/2013/06/politica-educativa-mexicana.html

ove/mahv

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Iniciativas de reforma al tercero constitucional

Por: Carlos Ornelas.

Además de la iniciativa del presidente López Obrador para desmantelar —que no del todo— la Reforma Educativa del gobierno de Peña Nieto, los partidos de oposición lanzaron otra el 6 de este mes. Desde la reforma de 1993 se acentuó el centralismo en el sector educativo, con todo y la cesión de responsabilidades y poca autoridad, que no de poder, a los estados. El centralismo se significó por mecanismos de control normativo, técnico, político y financiero. Aunque las facciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación acapararon el traspaso de dinero.

La reforma de 2013 acentuó ese centralismo. Las dos propuestas de reforma en el debate de hoy lo ratifican. Desde hace lustros argumento que sería conveniente debatir ventajas y contras de un sistema unitario; ya conocemos los quebrantos de uno “descentralizado”.

El proyecto gubernamental, como el Presidente expresó, fue para cumplir promesas de campaña. A pesar de que Esteban Moctezuma Barragán organizó consultas en cada estado, el texto es pobre, con fallas ortográficas y “erratas”, como la eliminación de la autonomía universitaria, que nunca enmendó. La de los partidos de oposición tiene una redacción clara y coherencia en su razonamiento.

Académicos reunidos en la RED (Red, Educación, Derechos) elaboraron el documento que apadrinaron Movimiento Ciudadano, PAN, PRD y PRI. En ambas iniciativas, el INEE y el Servicio Profesional Docente se modifican, pero no desaparecen. En la del Presidente se anuncia la creación del un “Centro con autonomía técnica que contribuya a la mejora continua de la educación”, dentro de la SEP y gobernada por un consejo directivo designado por su titular y otro consultivo plural, también designado por la autoridad. Del mismo modo, la propuesta alternativa exhorta a transformar el INEE, pero mantiene su autonomía constitucional, lo denomina “Centro Nacional para la Mejora Continua de la Educación”.

En la moción oficial, el Servicio Profesional Docente se le designará “Servicio de Carrera Profesional del Magisterio”, a cargo del gobierno federal. La iniciativa de la oposición lo nombra “Servicio de Desarrollo Profesional del Magisterio”, con funciones que determinará una nueva ley.

La apuesta de la oposición suprime el término excelencia, rescata la autonomía universitaria y quita la obligatoriedad de la educación superior, pero no la del Estado de impartirla. También redime la educación inicial, pone énfasis en la educación para los derechos humanos, cultura de la paz y otras tendencias humanistas en pedagogía.

La iniciativa de los académicos no es una afrenta a la del presidente López Obrador, comparte la preocupación por atender la desigualdad de oportunidades y aprendizajes, el reconocimiento a los docentes como agentes de cambio social, la importancia de la capacitación y la formación de los maestros. Y, al igual que la del Presidente, aboga por eliminar las connotaciones punitivas de la evaluación. También ratifica que valora los principios de calidad, inclusión y equidad, pero mantiene el mérito como principio para el ingreso y la promoción de los docentes. No habla de concursos de oposición, sino de admisión.

En suma, la propuesta de los opositores le abre la puerta al Presidente para cambiar en lo sustantivo, sin desechar lo que consideran avances. Más importante, pienso, le brinda la oportunidad de poner un candado a las avideces de la CNTE —también del SNTE, pero sin estridencia— de renacer la venta, herencia y renta de plazas, así como el otorgamiento automático de puestos de trabajo a los egresados de las normales. Aunque ratifica el valor de estas escuelas.

Mi duda es si el Presidente aceptará ese puente o ratificará su alianza con la CNTE, que tacha su proyecto de neoliberal.

En ambas iniciativas el centralismo es patente, los estados aparecen como subordinados; vamos, apenas si se mencionan en lo que queda del texto original y en las modificaciones al artículo 73. ¿Vale la pena seguir fingiendo un federalismo inexistente?

Fuente del artículo: 

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Educación y política, semana movida

Por: Carlos Ornelas. 

Como es natural, intereses de grupo impregnan los debates acerca de la política educativa y confunden las perspectivas. Un repaso breve a los hechos de la semana acaso pruebe el punto.

1. Los diputados escuchan sin debatir. Esta semana comenzaron las audiencias públicas en la Cámara de Diputados, con miras a perfilar, se dice, el fin de la Reforma Educativa del gobierno de Peña Nieto y enterrar la evaluación punitiva. La facción mayoritaria del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación acudió a reiterar lo que expresa en los medios y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación lo que manifiesta en calles y vías de ferrocarril. La cuadrilla que comanda Alfonso Cepeda Salas apoya la iniciativa del presidente López Obrador sin quitarle una coma. La CNTE quiere abrogar todo. La participación de académicos y organizaciones sociales se distinguió por la escasa pluralidad. Obvio, Morena y aliados son mayoría y querían escuchar sus planteamientos, que se enfocaron más a denostar el pasado inmediato que a profundizar en la propuesta. Hubo quien recordó la fracción VII del artículo 3º y pidió que se consagre de nuevo la autonomía universitaria.

2. El martes 6, los partidos de oposición —que hicieron suya una propuesta de académicos— presentaron una iniciativa que no contradice la del presidente López Obrador, pero mantiene la autonomía del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, aunque con otro nombre y funciones más amplias y, a la vez, reduce el peso de la evaluación estandarizada. En mi entrega del miércoles 13 haré una reseña de ella. Advierto que tiene dos vertientes: 1) Las fracciones de Movimiento Ciudadano y de los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Revolucionario Institucional le manifiestan al Presidente que no le otorgarán la mayoría calificada para aprobar su iniciativa. 2) Pero que tampoco defienden el estatus actual. Le tienden una mano y le ofrecen un instrumento para evitar que quede cautivo en las redes de la CNTE.

3. La CNTE, una federación de grupos con intereses disímbolos, tiene en su ADN político nunca ceder y oponerse a cualquier gobierno. No sólo insulta al presidente López Obrador objetando que su iniciativa es neoliberal, sino que también mantiene el bloqueo a las vías ferroviarias en partes de Michoacán. El mandatario quiere salir de esas mallas, “no nos merecemos ese trato”, dijo y luego solicitó la intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. La respuesta de la CNDH fue dura. Las autoridades expresaron: “están obligadas a proteger y garantizar, en el ámbito de sus atribuciones, los derechos de las personas, mandato al que no pueden renunciar o pretender delegar a terceras instancias”.

4. La huelga del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana parece un sinsentido. Los líderes saben que la UAM no puede ofrecer más, que en cuestiones salariales no es autónoma y aun así se embarcaron en una aventura. Incluso, organizaron una marcha hacia la SEP; también desafían al Presidente. Escribo el sábado por la mañana, hoy, habrá pláticas de conciliación. Si no hay solución, es posible que se prolongue varias semanas. La anterior duró 64 días.

Las audiencias en la Cámara de Diputados no generaron debates, fue una reiteración de posturas de los diferentes actores. Los litigios serios vendrán cuando se discutan las iniciativas del Presidente y de los partidos opositores, junto con otras que sólo ajustan parcelas. Al Presidente se le hace tarde en Michoacán, la disidencia magisterial desoye sus llamados y él no quiere romper las trampas de la CNTE usando el poder del Estado. Y ahora los jefes del SITUAM también quieren que les resuelva su pliego. Parece que las cosas seguirán movidas.

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/carlos-ornelas/educacion-y-politica-semana-movida/1295608

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Jóvenes, limpieza, salud, cultura y trabajo

Por: Carlos Ornelas

Cuando usted viaja por carreteras, ferrocarril, camina por el lado de un río o un lago, o hasta cuando circula por las ciudades, quizá se llene de tristeza y vergüenza. ¡A mí me pasa! Por dondequiera veo montones de basura, verdaderos muladares compuestos por bolsas, botellas, papeles y más suciedad compuesta por deshechos de plástico. Más allá del daño ecológico, que es severo, la porquería genera un problema grave para el país en la economía, la sociedad, la salud y la cultura nacional.

Si bien cada vez atraemos más turismo, también es cierto que esa posibilidad merma cuando los visitantes observan las toneladas de mugre en los caminos y calles. Es un daño económico, pero es mucho más el perjuicio que causa en la sociedad, se hace costumbre y cada vez hay más indolencia; muchos ya no se quejan, al contrario, contribuyen y descargan sus sobras en la vía pública. Además de afear el paisaje y provocar disgusto, la inmundicia representa riesgos para la salud, en especial para menores, ancianos y para quienes habitan en zonas vulnerables. Y, por encima de todo, las pocilgas en el suelo simbolizan una cultura pobre. Un pueblo que no cuida de su salud ni su higiene deshonra la cultura que sus antepasados le heredaron. Nosotros estamos orgullosos de la cultura nacional, pero —literalmente— corremos el riesgo de tirarla a la basura.

Sé que no fue una de sus promesas de campaña, que la limpieza física de la nación no entra en los planes prioritarios del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero si al término de su gobierno logra —y hay un potencial enorme para alcanzarlo— dejar un país libre de basura le dará más créditos a la Cuarta Transformación que a otros programas. Además, es un asunto que es difícil que otros lo impugnen.

Desde que alguna vez lo anunció como candidato y mostró admiración por los programas sociales del presidente estadunidense Franklin D. Roosevelt, consideré que lo que hoy se denomina Programa Jóvenes Construyendo el Futuro era viable como motivo de legitimidad, sí, pero también que hacía frente a un problema real. Buena parte de nuestra juventud, en especial de los segmentos pobres, viven en la desesperanza o el ocio y sin perspectivas de futuro. Este programa les ofrece no nada más tres mil 600 pesos al mes, sino oportunidades de capacitación para el trabajo, crecer en su escolaridad o hacer alguna actividad productiva.

Me permito hacer una sugerencia al presidente López Obrador y a la secretaria del Trabajo y Previsión Social, Luisa María Alcalde Luján. El programa para los jóvenes tiene propósitos loables, herramientas institucionales definidas y métodos de seguimiento. Está bien pensado. No obstante, su ejecución demanda de mucho talento y disciplina y que los establecimientos del sector privado cumplan, ya que a ellos se les encarga 70% de la responsabilidad de capacitación.

Propuesta: destinar más de 10% de las actividades vinculantes al sector social y organizar una campaña nacional por la limpieza, la salud y la cultura. Por un pueblo limpio, saludable y culto. Pueden organizarse brigadas de recolección de impureza en los espacios públicos, acompañados de una intensa campaña de educación en medios usando el tiempo del Estado. Al Presidente lo escucha mucha gente y puede marcar el comienzo del éxito. Cierto, implica gastos en logística y viáticos no contemplados en el presupuesto. Pues bien, puede hacer convenios con las empresas embotelladoras, de alimentos chatarra y otras productoras de la suciedad a que aporten en especie para esta cruzada nacional por una cultura de la pulcritud.

Paulo Freire conmina a los educadores a nunca perder la esperanza. Espero que alguien tome en cuenta esta idea y tengamos una vida limpia.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/jovenes-limpieza-salud-cultura-y-trabajo/

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