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Raúl Bermejo: “Lo importante es disfrutar aprendiendo con todos los sentidos”

Por: Educación 3.0

Entrevistamos a Raúl Bermejo, autor de ‘Grafismo creativo’ y ‘¡Cuánto color!’, y coautor del proyecto ‘Croqueta’ para Infantil, todos ellos de Edelvives.

Raúl Bermejo es maestro de Educación Infantil y Primaria, además de neuropsicólogo. Es coautor del proyecto ‘Croqueta’ de Edelvives, dirigido a Educación Infantil, además de autor de varios libros, entre los que se encuentra ‘Grafismo creativo’ o ‘¡Cuánto color!’, manuales con actividades que ayudan a los niños a desarrollar las habilidades motoras finas, la creatividad, la atención o la concentración.

Pregunta: ¿Qué es el grafismo creativo?

Respuesta: Es una actividad basada en el desarrollo de habilidades motoras finas, un paso previo y de acompañamiento en la escritura. Es grafomotricidad, pero de una forma más creativa, espontánea y dando libertad de decisión a los niños.

P: ¿Qué ventajas tiene hacer este tipo de actividades con los más pequeños?

R: Es fundamental llevarlas a cabo desde edades tempranas, ya que potencia las capacidades de atención y concentración, la direccionalidad, el dominio del espacio, la pinza necesaria para escribir… Además, fomenta la confianza en ellos mismos y la motivación por el aprendizaje. Otra ventaja es que así se ponen en contacto con distintos materiales y adquieren destrezas fundamentales para el desarrollo perceptivo, que a día de hoy con la utilización de pantallas se está olvidando y son importantes para su progreso cognitivo.

Raúl Bermejo Edelvives disfrutar aprendiendo

P: ¿Por qué hace hincapié en usar muchos tipos de materiales?

R: Es revolucionario que puedan manipular, explorar, investigar, mancharse de pintura, usar todos los colores… Y lo es por lo que les aporta la toma de decisiones para la mentalidad de crecimiento y para nosotros como adultos porque muchas veces nos cuesta asimilar que las pinturas se puedan romper, desordenar, mezclar, que puedan utilizar el color negro o que las vacas sean rosas.

P: ¿Por qué lo importante es el proceso y no el resultado?

R: Tenemos la costumbre de que los niños tienen que hacer sus trabajos perfectos y bonitos de cara al adulto. Bonitos desde un estereotipo. Tenemos que comprender que es fundamental mirar las cosas como ellos las miran. Lo relevante es disfrutar haciendo. Se consigue mucho más.

P: ¿Qué recomendaciones daría para hacer grafismo creativo?

R: ¡A disfrutar! Porque es para disfrutar aprendiendo con todos los sentidos, sin presiones. Por eso, recomiendo hacerlo con música, la que uno quiera, aunque hemos confeccionado una playlist maravillosa para acompañar la experiencia multisensorial.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/disfrutar-aprendiendo-todos-sentidos/

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Entrevista a Miriam Miranda, coordinadora de Ofraneh | Honduras: El espejismo de las ZEDE. Un proyecto político de expulsión y despojo (parte 2)

Por: Giorgio Trucchi

 

La aceleración impuesta por las autoridades a las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE)  ha sido fuertemente criticada por amplios sectores de la sociedad hondureña. Las protestas se han multiplicado en todo el país y cada día hay organizaciones de diferentes ramas que se suman al rechazo de las ‘ciudades modelo’ (charter cities).

 

Mientras estoy escribiendo la segunda parte de este reportaje, llega la noticia de movilizaciones y tomas de puentes y carreteras en La Ceiba. Los grupos aglutinados en el Movimiento Social Organizado (MOSO) exigen que se derogue la Ley Orgánica de las ZEDE, y que en todos los 298 municipios del país se realicen cabildos abiertos para declarar los territorios libres de ZEDE.

Miriam Miranda, coordinadora de la Organización Fraternal Negra Hondureña (Ofraneh), asegura que no se trata de un proyecto aislado, sino que es parte de un proyecto político bien definido, de un modelo perverso de vaciamiento y venta de territorio nacional y de expulsión de comunidades.

[ Lea la primera parte del reportaje El espejismo de las ZEDE. Cuando el desarrollo es ilusión ]

“Es una apuesta de la narco-dictadura que gobierna en Honduras. Tenemos una década luchando contra este proyecto. Comenzamos a recolectar firmas y presentamos recursos de inconstitucionalidad en contra de las Regiones Especiales de Desarrollo (RED). Sabíamos que los pueblos indígenas, las comunidades garífunas, iban a ser las más afectadas”, explica Miranda.
“Finalmente logramos que se declararan inconstitucionales y tuvieron que dar un golpe de estado técnico en contra de la Sala de lo Constitucional para revertir el proceso. Eso fue gravísimo porque hundieron aún más la institucionalidad del país, que ya estaba quebrantada después del golpe de 2009. Luego les cambiaron el nombre a las RED y se inventaron las ZEDE”, recuerda la dirigente garífuna.

– ¿Qué pasó después?

– El proyecto quedó como dormido durante varios años, hasta que de repente, en marzo, explotó la protesta en Crawfish Rock contra la ZEDE ‘Roatán Próspera’, montada por un consorcio de inversionistas internacionales (Honduras Próspera) sin consultar a nadie.

Eso despertó una alarma y la gente comenzó a reaccionar. Hay como un despertar del pueblo, de las comunidades y también de algunas municipalidades. Se están organizando y movilizando de forma espontánea.  Están pidiendo declarar sus territorios libres de ZEDE. Es muy interesante lo que está pasando.

– ¿De qué manera está participando Ofraneh?

– Somos parte de la campaña contra las ZEDE y nos estamos coordinando con movimientos y organizaciones de La Ceiba para impulsar acciones. Hay toda una efervescencia alrededor de esta lucha y también hay alcaldes dignos que la están asumiendo y respaldando.

– Decías que las ZEDE no son algo nuevo.

– Desde los tiempos de la Colonia nos han venido imponiendo una economía de enclaves, entregando territorios enteros a las compañías bananeras, a las mineras, a la agroindustria y, más recientemente, a las maquilas (zonas francas).

Las ZEDE son una profundización, una extremización de ese mismo modelo. Un modelo entreguista al capital trasnacional, que le garantiza enormes privilegios en nombre de un falso progreso y de la ilusión del desarrollo y la generación de empleo.

Tal vez no fuimos capaces de entenderlo de inmediato, pero se trata de un proyecto político bien estructurado y muy peligroso, que viene con todo para vaciar territorios, expulsando comunidades y pueblos.

– ¿Qué es lo que más le preocupa?

– Un elemento que nos preocupa sobremanera es la tercerización de la justicia, la renuncia de la soberanía. ¿Qué va a pasar con todos aquellos mecanismos internacionales de protección de los derechos humanos? ¿Qué va a pasar con los tratados internacionales, con el Convenio 169 de la OIT, con las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos sobre las comunidades garífunas de Triunfo de la Cruz y Punta Piedra?

También va a haber más desplazamiento. Ya hay comunidades garífunas que han quedado medio vacías y esto va a empeorar. La gente se va a ir no solamente por la miseria, la violencia, la presencia del crimen organizado, sino porque los que impulsan las ZEDE van a meter mucha plata (dinero) para “convencerla” a desplazarse. Necesitan de territorios vacíos y las pequeñas comunidades van a ser las principales afectadas.

Una vez más, Honduras se convierte en un laboratorio para experimentar nuevas estrategias y modelos nefastos. Lo hicieron con el golpe de Estado de 2009, lo repitieron con el golpe técnico de 2012 y lo volvieron a hacer con el golpe electoral de 2017. Y como les funcionó, vuelven ahora a montar otro laboratorio para ensayar un modelo que legaliza la destrucción de la institucionalidad y la soberanía, dejando ‘cancha abierta’ a los intereses de la oligarquía nacional y el gran capital transnacional.

Lo más valioso ahora, como te decía, es la reacción del pueblo. No está aceptando esta imposición, se está organizando y se está rebelando en varias partes del país. No quieren ZEDE en sus territorios. La pregunta del millón es: ¿respetarán la decisión del soberano?

– Ya han aprobado tres ZEDE. ¿Hay informaciones sobre otras en territorios garífunas?

– Además de Roatán y La Ceiba (Honduras Próspera LLC), Choloma (Ciudad Morazán) y San Marcos de Colón (Orquídea), sabemos que ya está identificada otra en la Bahía de Trujillo, donde están los inversionistas canadienses y donde, en los últimos diez años, ha habido un enorme pérdida de territorio ancestral garífunas y una profundización de la criminalización y judicialización de líderes comunitarios y defensoras de la tierra. Lamentablemente hay un secretismo absoluto de parte del gobierno alrededor de nuevas ZEDE.

– Faltan pocos meses para las elecciones generales. ¿Qué relación hay con el tema de las ZEDE?

– La aceleración impuesta a las ZEDE también tiene que ver con el tema electoral. El partido de gobierno y el mismo Juan Orlando Hernández, ambos deslegitimados y cuestionados nacional e internacionalmente, necesitan de una tabla de salvación y están jugando esta carta, prometiendo como siempre la falacia de más empleo y desarrollo.

En Honduras hay casi el 80% de economía informal y a las personas no les queda otra opción que el rebusque. Es a ellas que les van a ofrecer la ilusión de las ZEDE, para crear una expectativa y ganar credibilidad. Sin embargo están equivocados, porque desde hace rato que se les cayó la mentira.

Como pueblo tenemos un reto grande que es derogar la ley de las ZEDE. Lamentablemente, la política no ha sabido o querido conformar una plataforma de oposición unificada para parar este proyecto. Hasta el momento la política no ha hecho prevalecer el bien común y el futuro del país sobre los intereses personales.

En un país postrado como el nuestro, con una institucionalidad quebrantada, debemos apuntar a crear un nuevo modelo de convivencia, un nuevo modelo de país que sepa romper definitivamente con esta oligarquía y el capitalismo voraz.

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Entrevista a Paz Velasco: «La agresividad forma parte de la naturaleza humana. La violencia, en cambio, se aprende»

Por: Julio Fuentes González

Matamos menos que antes, pero matamos distinto. Por otra parte, los ciberdepredadores, el acoso, el bulling, el mobbing, los pedófilos online o grupos misóginos como los incels (célibes involuntarios) son algunas de las nuevas amenazas que Paz Velasco analiza en Homo Criminalis

 

El crimen forma parte de nuestra evolución como seres humanos. Así lo han expresado autores como Peter Vronsky en su reciente trabajo Hijos de Caín, o especialistas en la materia como el psicólogo y sociólogo David Buss, que afirma: «En la fría y calculadora lógica de la evolución, a veces matar es ventajoso». Sin embargo, ya no somos esa sociedad que institucionalizó el crimen durante los tiempos de Calígula, o en el periodo 1450-1650, que dio lugar al asesinato de cientos de miles de mujeres acusadas de brujería. El fenómeno de los asesinos en serie también ha descendido si observamos las últimas cifras. Paz Velasco, sin embargo, se niega a lanzar las campanas al vuelo, ya que el número de amenazas se ha multiplicado. 

Después del gran éxito de Criminal-mente, publicado en 2018 por la editorial Ariel, la criminóloga y abogada penalista Paz Velasco de la Fuente vuelve con Homo Criminalis. El crimen a un clic: los nuevos riesgos de la sociedad actual, libro en el que analizan cuestiones como la evolución de la huella criminal de los seres humanos a lo largo de la historia, las nuevas formas de criminalidad del siglo XXI o qué ha supuesto la aparición de internet como nueva escena del crimen. Además, Paz Velasco participa como experta en el documental El caso Wanninkhof-Carabantes, que se ha estrenado recientemente en Netflix. 

La primera afirmación que haces en el libro es que todos somos capaces de matar. ¿Por qué? ¿Qué cuestiones nos conducen a ser violentos?

Efectivamente, todos capaces de matar. Dos de las razones principales son las pasiones y las emociones. Pero cuando afirmo que todos somos capaces de matar esto no significa que todos nos podamos convertir en asesinos. La capacidad de matar es una respuesta automática a una amenaza, para proteger a un hijo, o ante situaciones de alto estrés, miedo insuperable, legítima defensa… Ante cualquiera de estas situaciones todos reaccionaríamos de un modo automático, con una conducta violenta para responder a esa amenaza. Otra cuestión distinta es convertirse en un asesino, que implica una serie de elementos concretos. Normalmente las emociones y las pasiones, la venganza, la ira, el odio, son las que motivan respuestas demasiado violentas. Me gustaría añadir que la agresividad forma parte de nuestra naturaleza, que es innata a la esencia humana, y que la violencia, por el contrario, es cultural. La violencia se aprende. Hay que sumar esta agresividad y esta violencia para que finalmente un sujeto acabe convirtiéndose en un aberrante asesino.

Paz Velasco, autora de 'Homo Criminalis': «La agresividad forma parte de la naturaleza humana. La violencia, en cambio, se aprende» 2

Imagen vía Editorial Ariel.

Es interesante todo el capítulo que dedicas al estudio de la psicopatía y en especial a lo que denominas «psicopatía corporativa». ¿Los psicópatas están cada vez mejor integrados y asimilados por parte de la sociedad?

Cuando oímos la palabra psicópata inmediatamente tratamos de ponerle un nombre: Hannibal Lecter. Hay que dejar de pensar que el psicópata es el criminal violento. Tenemos psicópatas emocionales, funcionales, corporativos… Los psicópatas corporativos son estos sujetos que alcanzan el éxito y el liderazgo en determinadas profesiones. ¿Por qué consiguen ese éxito? Precisamente porque tienen una serie de rasgos, que se consideran rasgos de psicopatía, que invierten en su propio beneficio y en el de esa empresa o de esa profesión. Ya hay un buen número de empresas –y esto comienza en Estados Unidos en los años noventa– que buscan personas con estas características y con estos rasgos de personalidad para puestos de dirección. Se trata de personas que poseen una serie de características al trabajar que se parecen mucho al liderazgo: carisma, una gran capacidad para dirigir a un equipo, decisiones rápidas cuando otras personas se quedan bloqueadas, son creativos… Y luego hay otro tipo de sujetos que, aunque no son psicópatas, poseen una serie de rasgos especiales que les permiten desarrollar trabajos concretos: desactivadores de bombas, bomberos… Estos sujetos no son psicópatas pero tienen una gran tolerancia al estrés y no tienen miedo ante determinadas situaciones. Gracias a estos rasgos, estas personas alcanzan el éxito en profesiones que no son para cualquiera. 

Tu libro aborda el problema de las nuevas amenazas y se centra en el análisis de una nueva escena del crimen: el ciberespacio. Hay una frase de Bill Gates ciertamente controvertida que citas en tu libro y que dice: «El crimen online es solo parte de la maduración del medio». ¿Coincides con este análisis? 

Creo que lo que quiere decir Bill Gates con esa frase es que la humanidad está evolucionando a golpe de tecnología, y que estamos en el albor, en los comienzos. Hay una película de ciencia ficción que me fascina: Minority Report. La trama gira en torno a la idea de prevenir un delito antes de que se produzca por parte de un sujeto. Sin embargo, nuestro Código Penal y casi todos los del mundo son códigos penales del acto, no del pensamiento. Lo que se castiga es el acto, no las fantasías ni los pensamientos. ¿Lo que se cuenta en esa película puede llegar a ocurrir? No lo sabemos, pero, con esta frase, lo que Bill Gates quiere decir es que la sociedad se va a adaptar un nuevo medio, a una nueva escena, y esta nueva escena es internet. Hemos trasladado nuestra vida a Internet, lo que nos gusta y lo que no nos gusta, con quién salimos, dónde vamos, dónde viajamos… Es decir, estamos entrando en una nueva situación donde vamos a terminar haciéndolo absolutamente todo a través de las nuevas tecnologías. 

Otro efecto de las nuevas tecnologías es que «los malos se están organizando». Tenemos el caso de los pedófilos online, o el fenómeno de los incels, que afortunadamente no está muy desarrollado en España. ¿Qué supone el ciberespacio, en este sentido, como nuevo escenario? ¿Qué retos tenemos pendientes como sociedad?

Como sociedad, el reto que tenemos en primer lugar es darlo a conocer y que sepamos que están ahí. Considero que son mucho más peligrosos los pedófilos digitales que los incel (célibes involuntarios), que al fin y al cabo son grupos y foros de hombres frustrados sexualmente y que se organizan para culpabilizar a las mujeres de esa carencia de experiencias sexuales. Lo que sí nos tiene que preocupar es todo este grupo de personas que se están organizando, que tienen sus propios códigos, sus propias webs, sus propios blogs en los que, debido a sus distorsiones cognitivas, se apoyan unos a otros. Es sorprendente, pero resulta que no es ilícito crear una red ni un blog de sujetos que fantasean con menores. Tenemos que plantearnos como sociedad que, si bien es verdad que no podemos penalizar una fantasía, sí que tenemos que penalizar el hecho de que determinadas personas quieran incluso –y lo dicen así en sus blogs– legalizar esas relaciones sexuales con niños. Y eso está a un solo clic. Ves sus manifiestos, ves lo que piden, ves sus nombres y sus apellidos, y aquí sí que, como sociedad, deberíamos intervenir. 

Paz Velasco, autora de 'Homo Criminalis': «La agresividad forma parte de la naturaleza humana. La violencia, en cambio, se aprende» 1

Foto: Carola Melguizo | The Objective.

Abordas en tu libro el fenómeno de los copycat. Hay un tema de discusión apasionante que es el debate que existe en cuanto a la posibilidad de un efecto imitación cuando se publica la noticia de un nuevo feminicidio. En Homo Criminalis citas diversos estudios que sustentan esta tesis, aunque también citas tesis en sentido contrario. ¿Qué postura tienes personalmente ante este debate?

Yo creo que los medios nos tienen que informar, pero hay que tener en cuenta varias cuestiones: cómo se cuenta cuando ocurre un delito de violencia de género y qué es lo que se cuenta. A modo de ejemplo, pensemos en un sujeto que está dándole vueltas a la posibilidad de terminar con la vida de su esposa, porque resulta que hace unos meses ella le ha pedido el divorcio. Cuándo en los medios se dan determinados datos muy concretos sobre cómo es asesinada una mujer, en qué parte de la casa o cuál es la motivación del asesino, esta persona que está viendo la televisión y que ya tiene esa idea preconcebida de asesinar a su mujer, puede identificarse con este homicida y decirse a sí mismo: «Pues sí, fíjate, la ha matado por la misma razón que yo, le está pasando lo mismo que a mí, además sale en televisión, yo puedo ser como él», etc. A mí lo que me preocupa es esa identificación de un presunto homicida, o de un homicida latente, porque identifica que está viviendo la misma situación que están contando en televisión y porque hay veces que se dan detalles totalmente innecesarios. Se da la información de hasta el número de puñaladas que recibe la víctima y no hace ninguna falta. 

De hecho, en tu libro citas una frase del psiquiatra forense Park Dietz, que recomienda «dar estas noticias de la manera más aburrida posible».

Efectivamente. La sociedad necesita estar informada, pero habría que dar la información de la manera más aburrida posible y con la menor información posible, porque muchísimos sujetos se identifican con lo que ven en la televisión. 

Siguiendo las tesis de Vronsky, entre otros autores, en tu libro afirmas que se ha producido un descenso notable de la criminalidad. ¿A qué crees que se debe esto y qué crees que hemos hecho bien como sociedad para conseguirlo?  

Fíjate, una cosa muy curiosa es que, a nivel global, el índice de asesinos múltiples ha descendido. Sin embargo, en Estados Unidos aún no hemos completado la primera mitad del año y ya ha habido 276 tiroteos, de modo que también esto tiene que ver con el tipo de sociedad que analicemos. Hay una frase de Lacassagne que dice que «cada sociedad tiene el tipo delincuencia que se merece». En general, somos sociedades menos violentas porque culturalmente estamos evolucionando, es decir, hemos dejado atrás muchísimos de nuestros de nuestros rencores –esas pasiones y emociones de las que te hablaba al principio–; aunque también es cierto que tenemos ejemplos de países donde el PIB depende casi en exclusiva del narcotráfico o de la trata de personas o del crimen organizado. En general, somos unas sociedades menos violentas porque la cultura nos está convirtiendo en personas, si bien no más empáticas en todos los sentidos, sí capaces de trabajar más en grupo. Hay que reconocer que existe una mayor empatía hacia los menores y las mujeres. Por otra parte, ya no nos interesa ir a un cadalso a ver cómo ejecutan a una persona. Es decir, como sociedad hemos dado un paso muy importante, aunque va a seguir habiendo Estados y países en los que la violencia es la esencia de ese país. El hecho de que haya menos asesinos en serie, por ejemplo en Europa, es por la forma que tenemos de vivir. Sin embargo, ¿cuál el rasgo principal en Estados Unidos? La competitividad, la notoriedad, la fama, y como más fama se obtiene es convirtiéndote en un asesino mediático.

Por último, una cuestión de carácter más personal que supongo que tus familiares y amigos te habrán preguntado un millón de veces. Un buen día decides dedicarte a la criminología. Una profesión que tiene mucho de vocación, pero que por otra parte, es muy particular. ¿Cómo sobrellevas personalmente el estar en contacto a diario con este tipo de informaciones tan oscuras?

Es algo que, a la larga, pesa. Hay un principio en criminalística que dice que «toda interferencia y todo contacto deja una huella», y es así. Yo llevo muchos años trabajando en este tema, voy a prisión a hablar sobre todo con mujeres asesinas que están cumpliendo sentencia, y puedo asegurarte que ese tiempo te va dejando pequeños posos. Cuando hablo con asesinas o cuando analizo casos en mis propias investigaciones noto que siempre se me queda algo dentro. Yo peso 48 kilos pero realmente yo peso más de 100. Convivo con este lado oscuro, procuro que no me afecte, pero me afecta. Hay muchas cosas que no comprendes ni comprenderás nunca. Las entiendes desde un punto de vista criminológico, psicológico, psiquiátrico… Pero desde el punto de vista racional son imposibles de entender y ahí es donde más te pesan.

Fuente de la información e imagen: https://theobjective.com/

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Adelino Sousa: «No hay escuela del futuro sin tecnología»

Adelino Sousa: «No hay escuela del futuro sin tecnología»

Los países que no inviertan en educación y tecnología se quedarán definitivamente rezagados en la carrera del desarrollo, dijo al portal Jornal Económico, el director general de Virtual Educa. A continuación, compartimos la entrevista realizada por Almerinda Romeira, traducida al español.

Adelino Sousa dirige Virtual Educa, una especie de Web Summit de la educación, una organización que tiene como socios estratégicos a empresas como Microsoft, HP, Intel, Qualcomm y la portuguesa JP-Inspiring Knowledge. En julio de 2020, llevó a Portugal el mayor encuentro virtual internacional sobre innovación en educación para la transformación social: Virtual Educa Connect. En un portugués intacto pero más musical, y con la ayuda de la tecnología, habló con Jornal Económico desde su actual base en México -ya ha vivido en Panamá, Colombia y Puerto Rico-. Nos dijo que estamos ante el nacimiento de nuevas formas de enseñanza, en las que el profesor seguirá siendo fundamental para humanizar la tecnología. Ese nuevo mundo feliz, en su opinión, acercará a las personas y reducirá las desigualdades entre países. Sin embargo, para lograrlo es necesario invertir en educación y tener visión y estrategia. Portugal necesita un plan tecnológico a largo plazo, argumenta, que en 2008 vio nacer el Plan Tecnológico de la Educación, que pretendía situar al país a la vanguardia de la modernización tecnológica en materia de educación. En ese momento trabajaba en JP-Inspiring Knowledge (jp.ik, la unidad de negocio de educación de JP Sá Couto), que lanzó el ordenador Magalhães, el primer proyecto tecnológico a gran escala para la educación en el país. Como portugués, desea que su patria se convierta en un faro en el sector.

¿Son la tecnología y la educación aliadas o competidoras?

No hay escuela del futuro sin tecnología. La pandemia de Covid-19 demostró que no hay salida: la tecnología va a ser transversal a todos los sectores de la sociedad y tiene que integrarse en las nuevas formas de enseñar, porque de eso se trata realmente: de nuevas formas de enseñar utilizando herramientas tecnológicas. Los profesores tendrán que adaptarse y deben ser acompañados y apoyados en un conjunto de medidas que los gobiernos deben implementar para que la tecnología sea accesible a todos, para que haya conectividad para todos. Básicamente, se trata de adaptar la escuela a los retos del cambio tecnológico.

Fundamentalmente, ¿qué va a cambiar?

Es una cuestión de infraestructura. Normalmente, las infraestructuras son siempre la base de cualquier cambio en la sociedad y la economía. En el caso concreto de Portugal, el Gobierno tendrá que invertir en infraestructuras y, a medida que aumente la complejidad del proceso de enseñanza-aprendizaje, será necesario introducir nuevos contenidos digitales. En el futuro habrá una integración entre lo digital y lo físico. No se trata de un proceso binario en el que, en un escenario de pandemia, todo el mundo se va a casa y, en una situación en la que la pandemia se ralentiza, todo el mundo vuelve a la escuela. Lo presencial y lo digital coexistirán en un sistema híbrido, al menos en aquellos países que quieran tomar la delantera en la educación. La pandemia ha planteado la cuestión del acceso a Internet como un derecho universal, se ha hablado mucho de ello, pero se ha hecho poco en este sentido.

¿Qué posibilidades ofrece la tecnología para transformar el aprendizaje en el contexto de la IV Revolución Industrial?

La 5G acelerará enormemente el paso de lo industrial a lo digital y esto se notará en todos los sectores de la sociedad. La mitad de los puestos de trabajo que se crearán en el futuro están en la economía naranja y la economía azul, en la llamada economía del conocimiento y la economía oceánica… Los cambios se aceleran y la educación no puede quedarse atrás. Si vivimos en un mundo digital, la educación no puede quedarse en el mundo presencial, el presencial existe pero debe integrarse. Los tiempos actuales nos plantean estos retos, pero estos retos merecen la pena, son los que conducen al mundo a mejor.

¿Están las escuelas existentes preparadas para la generación de nativos digitales?

Obviamente no. Durante años no se han preparado y no es en un contexto de pandemia que se están preparando para recibir a los nativos digitales. Creo que se retrasará, pero, como he dicho antes, no hay vuelta atrás. ¿Qué hacer? En cualquier país, el inicio del proceso es poner en marcha la infraestructura, el equipamiento de hardware y la conectividad que permita a los estudiantes y profesores acceder a las herramientas. Entonces lo que hay que hacer es cambiar la pedagogía, incorporarla en un contexto de aprendizaje híbrido. Estamos en el inicio de este proceso, digamos que estamos en la prehistoria de lo que será la educación en el futuro. Los gobiernos tienen que estar atentos y crear las condiciones para que la revolución pueda tener lugar sin dejar a nadie atrás.

¿La tecnología acercará a los países o aumentará las desigualdades entre ellos?

Es una cuestión muy importante. Evidentemente, te diré que hay países que van a hacer sus reformas internas y en una economía global como la que vivimos, los que no lo hagan se quedarán fuera. Para lograr la digitalización, los países tienen que tener un plan, esto no es una carrera de 100 metros, es una maratón… Le voy a poner un ejemplo: Uruguay. Tiene uno de los planes más exitosos del mundo. Ha invertido continuamente en tecnología y educación desde 2006, por lo que a la llegada de esta pandemia estaba mejor preparado que cualquier otro país para afrontar el choque… En una conversación, el responsable del plan me dijo recientemente «hemos cometido muchos errores, pero estamos incomparablemente mucho mejor que cuando empezamos». Es poner los ojos en Uruguay.

¿Qué pasa con Portugal? ¿Cómo ve al país en esta carrera?

El Gobierno debe tener una visión, definir un camino, adoptar una posición estratégica y actuar con una perspectiva a largo plazo. Ese camino es, en mi opinión, un plan tecnológico para los próximos 20 años. Recuerdo que en la primera década de este siglo, Portugal tuvo un exitoso Plan Tecnológico. Se trata de dar continuidad a esa visión.

Existe una brecha entre el número de estudiantes que acceden a la educación superior y los que realmente la completan. Del mismo modo, tenemos jóvenes licenciados en paro y empresas que dicen necesitar mano de obra cualificada. ¿Puede la tecnología ayudar a resolver estos problemas, estas divergencias?

Objetivamente, sí. En Virtual Educa tenemos una iniciativa que se llama Universidad 2030, que presentaremos en septiembre en México y que se centra en la cuestión de cómo la educación superior podrá ayudar a generar empleo y a formar mano de obra para el empleo. Los países tienen que ser capaces de dar ese salto, si no vivimos en una ilusión.

El sueño de los estudiantes de que tienen un futuro cuando terminan la universidad se ha roto en los últimos años con mucho desempleo juvenil… la educación superior, con la ayuda de la tecnología, tiene que acercar a los jóvenes al mercado laboral, incluso porque la propia noción de trabajo tiene que cambiar, de hecho, ya está cambiando, hasta el punto de que el trabajo de toda la vida ya no existe. La pandemia ha abierto nuevas oportunidades en la forma en que el individuo se relaciona con el trabajo. En este escenario de increíble cambio, yo diría que la pregunta más relevante es: ¿cómo se vuelve relevante la educación superior en este contexto? Tiene que redefinirse para afrontar los nuevos retos de los próximos años.

¿Ayuda la tecnología a humanizar la educación? ¿Es eso posible?

Es una cuestión compleja. La tecnología aún está en sus inicios, no me refiero a la infraestructura, porque existe, está ahí, pero en los próximos años veremos la aparición de muchos productos nuevos, muchas soluciones innovadoras y verdaderamente digitales. Creo que en este contexto de evolución, humanizaremos aún más la educación. La tecnología puede permitir la personalización de los planes de estudio, con el desarrollo de competencias personalizadas, e incluso la conexión con las empresas puede permitir la creación automática de puestos de trabajo según los perfiles de los alumnos, pero… el profesor será fundamental. Los profesores no dejarán de existir, tendrán un papel más protagonista, de coach, una labor más de conocimiento y enfoque de humanización. Ellos son los que harán que la tecnología sea más humana.

¿Qué es y qué hace Virtual Educa?

Virtual Educa se centra principalmente en América Latina, donde celebramos muchos de nuestros eventos. Trabajamos para promover la innovación en la educación, pero también la inclusión de forma sostenida. Hablamos con muchos expertos en educación y tecnología, hablamos con muchas empresas y muchos gobiernos. En definitiva, puedo decirle que muchos gobiernos están preocupados, incluso un poco perdidos, diría yo, porque esta transformación acelerada por la pandemia ha planteado nuevos retos para los que ni siquiera había equipos preparados dentro de los propios ministerios, que poco a poco se han ido ajustando a la realidad. Pero la principal conclusión es que están abiertos a hacer cosas nuevas, abiertos a la innovación. Muchas personas con las que he hablado señalan la educación como la siguiente prioridad de los gobiernos después de la campaña de vacunación. Para ello, Virtual Educa ha creado un evento que comienza el 21 de julio y dura tres días. Se llama Virtual Educa Impact y en él participa la industria privada para presentar soluciones.

¿Cómo valora el sector de la tecnología educativa «made in Portugal»?

Antes de instalarme en América Latina trabajé durante muchos años en este sector en Portugal, seguí muchos proyectos en JP-Inspiring Knowledge (jp.ik), que empezó con el ordenador de Magalhães, se internacionalizó y sigue siendo un ejemplo para el país. JP.ik está junto a organizaciones como Intel y Microsoft en Virtual Educa, que reúne sólo a empresas con objetivos globales y gran presencia en América Latina. Aparte de jp.ik, actualmente hay pocas empresas portuguesas que operen en el mundo en el ámbito de la educación y la tecnología. Sin embargo, creo que Portugal tiene una industria activa con mucho potencial que puede internacionalizarse. Espero que las empresas tengan esta capacidad porque se necesitan buenos proyectos para crear un impacto en otros países y, como portugués, me gustaría que el país se estableciera como un faro en este sector del futuro.

El ministro de Educación, Tiago Brandão Rodrigues, decidió que la participación de los profesores en la edición 2020 de Virtual Educa contaría como horas de formación para los profesores de primaria y secundaria. ¿Siguen el ejemplo otros países?

Sí, siempre que celebramos un evento importante, los gobiernos lo cuentan como horas de formación para sus profesores. Es un proceso natural. Nos alegramos mucho de que el Ministro de Educación portugués, Tiago Brandão Rodrigues, también lo haya adoptado. Fue una pena que la pandemia no nos dejara hacer Virtual Educa Connect en Portugal en persona. Se trata del mayor encuentro virtual internacional sobre innovación en educación para la transformación social. También el Congreso Mundial Virtual Educa, previsto para noviembre de 2020, en Lisboa, estaba en línea, por las mismas razones. Sin embargo, llegamos a más de 100 mil personas en cada uno de los eventos, lo que fue extremadamente importante tanto para nosotros como para Portugal.

Fuente de la Información: https://virtualeduca.org/mediacenter/adelino-sousa-no-hay-escuela-del-futuro-sin-tecnologia/

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La próxima semana retorna a la presencialidad la educación media

Entrevista de Radio La R a Oscar Pedrozo.

Oscar Pedrozo, Consejero del Consejo Directivo Central participó en el programa Comuna Noticias brindando toda la información acerca del retorno a la presencialidad en la educación media.

Estamos prácticamente por cumplir una nueva etapa con la presencialidad de los jóvenes, en los institutos de enseñanza. ¿Es así?

Así es. Damos continuidad al proceso que se inició con la educación inicial y primaria. Y ahora, ya completando con lo que hace a la educación obligatoria, fundamentalmente la educación media. Tanto de secundaria como en UTU.

Esto ya tiene fecha para después de esta semana de vacaciones de invierno ¿Verdad?

En el día lunes 12 ya están habilitados para dar inicio los cursos de 1er año de educación media básica, el 1ero de liceo y de UTU y el primer año y tercero de la educación media superior. Es el cuarto año en la educación secundaria y el sexto. Lo que es en los primeros años de la educación media profesionalizante, la educación media tecnológica. Y el tercero de la educación media tecnológica y los PP correspondientes a UTU.

Los protocolos anduvieron muy bien en la enseñanza inicial. En el área rural, fundamentalmente, el distanciamiento social. ¿Qué pasa con aquellos locales que tienen muchos jóvenes y la distancia es prácticamente inexistente? ¿Qué pasa allí, Consejero?

Los protocolos se mantienen en lo que hace al primer año de la media básica, seguimos con el metro de distancia entre los estudiantes en forma permanente. Más allá de las situaciones de movilidad básica y elemental que en cualquier clase se dan. Pero la cantidad de alumnos que corresponden es aquellos que entrarían en un salón con una distancia de un metro entre unos y otros. Y en el caso, a partir de segundo año es la distancia del metro y medio.

Se trabaja mucho con la ventilación, y la higiene de las aulas y de las propias personas. Entonces, en ese sentido, se mantiene el uso de tapabocas en la educación media, es obligatorio. Así que por lo tanto, pretendemos que la mayor presencialidad posible pueda brindarse. Cada uno de las direcciones generales va a estar orientando en lo que hace a cómo organizar los grupos.

Por otro lado, también cada uno de los centros educativos tienen sus propias realidades. Salones donde podemos ingresar unos 16 o 18 estudiantes. Bueno, ese será el aforo correspondiente para esa aula. Y, también, las direcciones tienen la posibilidades de en un grupo de 30 que ingresan 18 en el aula, convocar a los 18 no tienen por qué hacer convocatorias de 15 y 15, en sub grupos. Sino que perfectamente pueden hacerse así lo determina convocar a 18 y al día siguiente, o en la oportunidad que corresponda, el siguiente grupo. También igual cantidad, lo que va nos va a estar determinando que hay 4 o 6 alumnos que pueden tener la presencialidad total. De todos los días, de todo el horario. De manera de asegurar la mayor la presencialidad.

En el caso, que las direcciones liceales o las escuelas técnicas, determinen subgrupos pero en el mismo día, entonces, ahí sí proponemos que se mantenga la burbuja. Y entonces, sí, en grupos de 30 serán 15 y 15 de acuerdo a las realidades para que no estemos atravesando a los chiquilines de una burbuja, de un subgrupo, al otro.

¿Qué pasa con la presencialidad en caso de que el alumno tenga que cursar una cuarentena por contacto intrafamiliar?¿Allí se puede hacer un mix de virtualidad?

En el caso de aquellos chiquilines que están con cuarentena o que están atravesando la enfermedad por COVID, en esos casos o en aquellos casos donde hay alguna manifestación de gripe, de fiebre, de dolor de garganta, entonces proponemos que las familias no los envíen a los chiquilines a los centros educativos. De todas maneras los profesores van a estar desarrollando las actividades como vienen desarrollando. Y así también lo hicieron a principios de este año y del año anterior. En el sentido de en el mismo momento generar situaciones de no presencialidad, trabajos a distancia o a través de plataforma CREA, Whatsapp, en fin, distintas propuestas que cada uno de los docentes determina para acercar al estudiante la posibilidades de continuidad educativa, la continuidad en la clase. Pese a no estar en ese momento en el salón.

¿Es requisito tener las vacunas contra el coronavirus para concurrir a clases ?

No hay obligación en el tema de vacunas. Sin embargo, felicitamos a los chiquilines. Porque la verdad es que a nivel de los jóvenes ha habido una respuesta masiva, muy importante, donde los chiquilines se han volcado y han ido a vacunarse. Buscando, justamente, volver a una suerte de normalidad, con los cuidados por supuesto. Pero en ese estar con los otros. Creo que han sido los que más han impactado y han demostrado que es necesario estar en contacto, volver a esa socialización, más allá de los centros educativos, también en otros espacios.

Creo que eso es lo que han demostrado estos chiquilines al ir a vacunarse masivamente como lo han hecho. Y sí, tal cual, hay muchos que ya van a estar con las dos dosis o muy próximos a las dos dosis, dado que se inició este mes anterior la primera situación de los chiquilines menores de 18 años.

Fuente e Imagen: https://www.republica.com.uy/la-proxima-semana-retorna-a-la-presencialidad-la-educacion-media-id854529/
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Deberes en verano: la experta en educación que apuesta por el NO

Por: ABC

¿En diez meses no ha sido suficiente, con sus cinco horas diarias de materias curriculares durante 174 días? Se pregunta Pilu Hernández Dopico, reconocida experta en Educación, maestra y profesora de profesores en el Pupitre de Pilu.

Ya llegó el verano, un verano deseado más después del curso que hemos pasado con tanta mascarilla, reglas, no poder juntarnos con toda la clase, en fin, los más pequeños se han portado más que bien. Por ello quieren descansar, pero, ¿este año será diferente? O, ¿seguirán teniendo que trabajar en verano con esos interminables deberes?

Deberes para que no pierdan el hábito

Sin embargo, Pilu Hernández Dopico, reconocida experta en educación, maestra y profesora de profesores en El Pupitre de Pilu se pregunta: ¿en diez meses no ha sido suficiente, con sus cinco horas diarias de materias curriculares durante 174 días?, ¿de qué hábito hablamos? Si en todo este tiempo nuestros estudiantes no son capaces de conservar el hábito del trabajo sin tener que cumplir unos horarios o porque han de entregar trabajo es que algo estamos haciendo mal, muy mal…

«¿Qué pasaría si una empresa mandara a todos sus trabajadores trabajo en sus vacaciones? Abriría todos los informativos de todo el mundo y nos echaríamos las manos a la cabeza. Entonces, ¿por qué no vemos así los deberes? Para los niños no dejan de ser un trabajo, su trabajo y están cansados y más este año, y no les falta razón».

Dopico añade: « Es mucho mejor inculcar hábitos, que los niños lean por placer, lo que sea, pero que lean. Que cocinen, no sabéis todo lo que se puede trabajar dentro de una cocina, desde matemáticas, lengua, ciencias, plástica, hasta música si nos ponemos, tan solo hay que estar con ellos, compartir el tiempo y escucharles, cosa que con las prisas de hoy en día no hacemos. Dejemos a los niños ser niños y niñas que ya han vivido muchas cosas que nosotros a su edad ni nos las hubiéramos imaginado. Por ello, dejemos que disfruten el verano sobre todo esté más que nunca, que ya vendrán aquellos en los que tengan que trabajar…».

Por ello, la experta defiende que los deberes en verano no son necesarios. Padres, madres, docentes, educadores, dejemos a los niños ser eso, niños, y no creamos hábitos sin sentido. El menor lo que busca es atención y pasar tiempo con su familia.

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Entrevista a Angela Saini: Raza, biología y poder

Por: ​​Susanna Ligero

Si en su obra previa, Inferior, Saini se centraba en cómo la ciencia ha estudiado las diferencias entre mujeres y hombres, en Superior la autora nos lleva a los orígenes del racismo científico para mostrarnos sus ramificaciones.

En 1907, en París se celebró una gran exposición colonial en el Jardín de Agricultura Tropical del Bosque de Vincennes. Allí se recrearon cinco poblados diferentes donde, además de construcciones y paisajes típicos, había personas de carne y hueso pertenecientes a la cultura representada. Casi dos millones de visitantes pasaron por aquel zoológico humano en seis meses, algunos observando boquiabiertos lo que consideraban un exotismo más, otros tomando notas que asentarían las bases del racismo científico1.

En su libro Superior. El retorno del racismo científico, la periodista científica Angela Saini (Londres, 1980) describe su visita a este lugar (en sus palabras, una especie de «Disneylandia eduardiana»), un parque abierto al público pero sin demasiadas indicaciones, con los monumentos en escombros y ningún cartel que explique por qué están allí. Una buena metáfora de lo que ocurre con el pasado colonial de tantas naciones: una reliquia vergonzosa de la cual se prefiere no hablar.

No es la primera vez que Saini pone el foco en las confusiones y prejuicios que afectan la investigación científica. Si en su obra previa, Inferior2, Saini se centraba en cómo la ciencia ha estudiado las diferencias entre mujeres y hombres, en Superior la autora nos lleva a los orígenes del racismo científico para mostrarnos sus ramificaciones3. La ciencia de la diferencia humana nació en los años del colonialismo y el esclavismo; se dividió el mundo en razas y se situó la raza blanca en un escalafón biológico superior al resto, para justificar la conquista de territorios, el robo de riquezas y la aniquilación de poblaciones. Inevitablemente, estos hechos han dejado poso en la investigación científica hasta la actualidad y Saini aborda este hecho sin titubeos.

Superior, publicado en inglés en 2019, fue considerado «Libro del año» por medios como Financial Times, The Guardian o The Telegraph, además de estar incluido entre los diez mejores libros de 2019 de la revista Nature4. Tal como nos explica la autora, este libro provocó airadas reacciones entre grupos supremacistas blancos, pero también que muchos científicos e instituciones quisieran contar con ella para trabajar hacia un estudio del ser humano alejado del racismo científico. De hecho, la revista Prospect incluyó a Angela Saini en la lista de los 50 pensadores o intelectuales más importantes de 20205. Aprovechando la publicación en castellano de su libro, hablamos con ella en esta entrevista.

Su libro muestra cómo el concepto biológico de raza no funciona ni proporciona nunca datos fiables. ¿Por qué todavía tantos investigadores lo usan en su trabajo?

Creo que tiene que ver con la manera en que empezamos a pensar en las diferencias entre humanos ya desde el principio, de la Ilustración en adelante, en el nacimiento de la ciencia occidental moderna. Se asumieron ciertas suposiciones sobre la especie humana; algunas relacionadas con el género –por ejemplo, que las mujeres no eran iguales a los hombres en términos intelectuales– y otros, con la raza y la etnicidad. La idea de dividir a los humanos en grupos distintos ya es política, porque no es algo que se dé en la biología. La biología no discrimina a los humanos en grupos distintos, resulta que somos muy homogéneos. De hecho, somos una de las especies más homogéneas del planeta. Además, la manera de dividirnos siempre dependerá de las ideas políticas y de la sociedad en que vivamos. Así, cuando los científicos europeos asentaron unas determinadas categorías, estaban influenciados por el mundo en que vivían. Estaban influenciados por el colonialismo, por ideas sobre la superioridad europea, sobre la esclavitud… Todas las jerarquías de aquella sociedad se importaron a la ciencia de la diferencia humana y sentaron las bases de la investigación. Y durante cientos de años, esto es lo que han usado los investigadores en su trabajo. Estas suposiciones raciales, como las de género, se integraron en la investigación científica desde el inicio, y es muy difícil deshacerse de estas ideas una vez que están bien arraigadas dentro de nosotros, dentro del establishment.

Además de estas ideas tan arraigadas y los consiguientes prejuicios, ¿cree que hay un poco de cientificismo en esta cuestión?

Sí, lo creo, y de hecho buena parte de mi trabajo durante los últimos años se ha concentrado en este problema. Hay cierta arrogancia y soberbia en un estamento que se considera a sí mismo completamente objetivo, por encima de la sociedad y de la política, y que nada de esto es un problema para nosotros los científicos porque lidiamos con datos empíricos y estos están al margen de la cotidianidad de las personas. Esto nunca ha sido cierto. Los científicos son humanos como el resto de nosotros, se encuentran dentro de la sociedad y se ven afectados por ella. Las preguntas que plantean siempre se verán influenciadas por la sociedad y si no reconocen este hecho, están cayendo en las mismas trampas en que cayeron los científicos del siglo xix. Por ejemplo, mirando a su alrededor y asumiendo que la desigualdad tiene una causa biológica. Por supuesto, esto no es así, sino que la desigualdad es un producto de diferentes factores y tenemos que considerarlos todos.

En lugar de tratar de descubrir diferencias genéticas entre seres humanos que básicamente tienen un aspecto diferente, ¿qué preguntas podría plantear la ciencia para entender mejor, por ejemplo, la salud de las personas?

Me gustaría ver una ciencia de la diferencia que nos vea como individuos, que entienda que cada persona es única y una confluencia de diferentes factores. No solo la genética, sino la manera en que vivimos, dónde vivimos, nuestra dieta… La mayoría de las cosas que matan a los seres humanos, como mínimo en Occidente, son enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares… Cosas que dependen mucho de la forma de vivir. Así, me gustaría que la ciencia de la diferencia humana tuviera en cuenta todos estos determinantes sociales además de analizar nuestros cuerpos. Tenemos que recordar que la mayoría de las diferencias humanas las encontramos a escala individual, no grupal. Hay muy pocas enfermedades que muestren diferencias entre grupos de población, e incluso en este caso hablamos en términos estadísticos: no es que haya un gen que solo tienen los miembros de una población que no se encuentre en ninguna otra. No hay genes «negros» ni «blancos» ni «morenos». Tenemos que entender esto si realmente queremos un sistema de salud personalizado.

En el libro, encontramos, por un lado, científicos que usan las estructuras científicas como el sistema de publicación académica para justificar sus creencias racistas (con buena dosis de cherry-picking) y, por otro, investigadores que se consideran antirracistas pero que piensan que habría que explorar mejor el concepto de raza biológica. ¿Piensa que la segunda perspectiva de alguna manera ayuda a mantener la primera dentro de la esfera científica, aunque sea de forma marginal?

Sí, la confusión de términos es lo que realmente hace posible que estas ideas continúen vivas. El relato que las sustenta tiene la presencia suficiente dentro de la ciencia mainstream, todavía se cree lo suficiente en la raza biológica como para que esta continúe dentro de la ecuación, cuando la tendríamos que haber sacado de ahí hace mucho tiempo. Si la mantenemos dentro de la ecuación, tiene que ser como factor social. Por ejemplo, hace 100 años los científicos de Reino Unido solían pensar que las clases sociales eran genéticamente diferentes, que las personas pobres de alguna manera eran más débiles que las ricas. Por norma general, ya no pensamos así y lo mismo tiene que ocurrir con la raza. Hay que estudiarla, pero como fenómeno social, no como uno biológico, de la misma forma que lo hacemos con la clase social. Por ejemplo, las personas norteamericanas negras tienen tasas de mortalidad más altas que las blancas en casi cualquier cosa, pero esto no se debe a su «negritud». Las personas viven vidas muy diferentes de acuerdo con la percepción social de quiénes son y de sus circunstancias y, por lo tanto, de cómo son tratadas en este mundo. Pero veo que esta fina línea a veces se confunde y es fácil que se acabe pensando que también hay diferencias genéticas.

Aunque sea un fenómeno más bien marginal y localizado en ciertos grupos, ¿cómo puede el racismo científico reforzar los estereotipos raciales en la sociedad?

Hay dos maneras de abordar la diferencia humana: una es decir que somos prácticamente iguales por dentro, y que hay algunas diferencias marginales entre individuos y también diferencias todavía más pequeñas entre grupos de población. La otra es concentrarse por completo en estas diferencias marginales. La narrativa que se escoge es la que guiará la manera en que los públicos piensen en la diferencia humana. Me preocupa que los científicos se hayan concentrado mucho en estas diferencias y no hayan enfatizado lo suficiente las similitudes entre nosotros, cuando lo cierto es que somos prácticamente iguales bajo la piel. Por ejemplo, en Reino Unido se han dado ciertas reticencias por parte de grupos étnicos minoritarios hacia la vacuna del covid-19. Hay gente que me ha preguntado: «¿Es segura para mí? Soy negro, y creo que no se ha probado en gente negra». Y la cuestión es que no importa en quién se haya probado la vacuna, mientras la muestra haya sido amplia. No somos tan diferentes por dentro como para que un medicamento que se prueba en personas blancas pueda no funcionar en personas negras. Pero como el relato alrededor de la raza y la salud se ha centrado tanto en las pequeñas diferencias, el imaginario público arrastra la impresión de que estas diferencias son muy destacadas, cuando casi no importan. Por lo tanto, pienso que los científicos tienen que aceptar un poco de responsabilidad por eso, así como los medios. Porque todo es cuestión de narrativas, de la forma en que explicamos historias y, en concreto, la historia de la diferencia humana. Así que no culpo a la gente cuando a veces cae en estos malentendidos.

En uno de los últimos capítulos del libro, de hecho, explica cómo en Estados Unidos un medicamento para la hipertensión fue aprobado para ser vendido solo a personas negras…

Sí, esto tiene que ver con mitos raciales sobre la hipertensión [como enfermedad que afecta más a las personas negras]. Este en particular hace mucho tiempo que circula, sobre todo en eeuu, pero también en Reino Unido. Es cierto que se ven más pacientes negros con hipertensión, pero tenemos que recordar que esta es una enfermedad que depende mucho de la forma de vivir, y de la dieta en particular. Por ejemplo, mi madre tiene hipertensión y sé que se debe a su forma de vida y su dieta. Pero también influye ser una persona inmigrante: hay estudios que muestran que la presión sanguínea es más alta si eres inmigrante por las presiones y los estreses de ese tipo de vida. Por lo tanto, que se hable de diferencias genéticas en esta cuestión dice más del deseo de la comunidad médica de tener una explicación biológica muy simple para lo que en realidad es un fenómeno social complejo.

Incluso en proyectos bien intencionados, usted señala cómo la metodología para estudiar diferencias biológicas entre poblaciones a menudo ha sido problemática, sobre todo en cuanto a la protección de datos y la privacidad.

Ciertamente, esto ha sido muy conflictivo en el pasado. Hemos visto por ejemplo usos abusivos de los datos, sobre todo de los datos de poblaciones indígenas. En los últimos 20 o 30 años, hubo un gran empujón dentro del campo de la genética de poblaciones para estudiar a grupos indígenas aislados porque imaginaban que serían diferentes genéticamente en algunos aspectos. Resultó que no lo eran tanto. Pero, en el proceso, a veces los datos fueron usados de forma inadecuada. El activismo ha trabajado en respuesta a esto, porque hay cuestiones que preocupan a las personas implicadas: si doy mi adn, ¿lo usarán para estudiar cosas que me beneficien, o para tratar de encontrar alguna inferioridad genética, o para tratar de demostrar que soy distinta o extraña de alguna forma? Estos errores se han cometido, y a veces por parte de gente muy bien intencionada. Esto ha perjudicado a la ciencia, y todavía pasa actualmente. Veo todavía a científicos diciendo a grupos minoritarios: «Si no participáis en estos ensayos clínicos, quizás este medicamento no funcione para vosotros», cosa que suena a amenaza y además es falso. Esa no es la manera de llevar a cabo este tipo de investigación. Lo que hay que recordar continuamente es que es bueno tener a todo tipo de personas en los ensayos clínicos, pero no porque seamos diferentes como grupo, sino porque somos diferentes individualmente, y una muestra amplia siempre resultará más fiable que una reducida. Fijémonos en la pandemia de covid-19. La diferencia más grande que estamos encontrando [en cuanto a la gravedad de la enfermedad] es entre grupos de edad. ¿Cuántos ensayos clínicos suelen usar la edad como variable? Muy pocos en realidad, la mayoría se hacen en personas jóvenes y no lo consideramos importante. Así, me pregunto a veces por qué escogemos las variables que escogemos. No toda variable será importante según en qué contexto. Si escogemos ciertas cosas y no otras, hay que explicar por qué lo hacemos así, e involucrar a la población en estos debates, en lugar de dar por hecho que encontraremos las diferencias que ya hemos razonado que encontraremos.

A causa de su historia reciente, ¿podríamos decir que eeuu es el epicentro del racismo científico actualmente?

Esta pregunta es complicada de responder, porque por un lado sí que pienso que hay muchos mitos raciales en ese país, tanto en la comunidad científica como en la sociedad en general. Pero también tengo que decir que es en eeuu donde encontramos ahora debates muy maduros e inteligentes alrededor de la raza y la salud, y de los determinantes sociales de esta. Dentro de las ciencias sociales, la mejor investigación en torno de la raza se está llevando a cabo en eeuu. En este sentido, en Reino Unido vamos un poco atrasados, todavía se piensa primero en términos genéticos y después en términos sociales, mientras que en eeuu la narrativa ya ha cambiado. He dado muchas charlas en universidades estadounidenses e incluso he dado un par en los Institutos Nacionales de Salud. Y realmente me anima mucho ver cuánto se ha avanzado en esta cuestión.

En el libro habla de cómo otros países como China, Rusia y la India usan ahora esta narrativa, tratando de demostrar por ejemplo que sus antepasados son incluso anteriores a la salida del Homo sapiens de África… ¿Por qué caen ahora estos países en esta serie de mitos?

No pienso que sean los países en sí, sino determinadas fuerzas políticas dentro de estos países, y todo responde al auge de nacionalismos étnicos y religiosos. Veo ecos inquietantes con lo que ocurrió en la Alemania nazi, cuando el Partido Nacionalsocialista trató de crear este mito de una raza germánica diferente del resto y vincularla con el discurso de «sangre y tierra». De acuerdo con este discurso, si encontraban pruebas de esta raza germánica en cualquier lugar de Europa, entonces podían reclamar aquel territorio. Esto obviamente asentó las bases del programa eugenésico de higiene racial que llevó al Holocausto. Y veo el mismo trasfondo en nacionalismos étnicos modernos que tratan de vincular la idea de una genética diferente con el derecho a ciertas tierras, o incluso apelan a mitos fundacionales. Todas las naciones, todas las comunidades del mundo, de hecho, tienen mitos fundacionales. Pero estos se tienen que entender como historias fantásticas que tienen un propósito político y que pueden ser muy valiosas para nuestra concepción como humanos de quiénes somos, qué valores tenemos y cómo nos pensamos. El problema es cuando trasladamos estos mitos fundacionales a la biología. Esto es lo que estamos viendo pasar en países como Rusia, la India y China, cuando vemos a científicos o políticos tratando de apelar a la biología para apoyar sus ideologías.

¿Piensa que hay alguna manera práctica de impedir que el racismo activo se valga de las estructuras o metodologías de la ciencia?

Tenemos que entender que la ciencia no existe al margen de la sociedad, forma parte de ella. Tiene que basarse en el mundo real e interactuar con este, y hace falta que lo haga de una manera honesta y verídica que reconozca sus falibilidades. Pienso que hay que involucrar al público de manera que asuma que los científicos no lo saben todo siempre, que se equivocan y que muchas veces están en desacuerdo. Si el público ve esto en lugar de asumir que los científicos lo saben todo porque son muy listos y trabajan todos en la universidad y tienen siempre toda la información [riendo]… Si podemos trabajar en esta línea, la confianza en la ciencia aumentaría, porque entonces la veríamos tal como es, en lugar de imaginarla como algo perfecto. Es imposible que sea perfecta.

En su libro previo, Inferior, reflexionaba sobre cómo la ciencia ha estudiado las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, de nuevo en muchas ocasiones dejando fuera aspectos sociales que explican algunas de estas diferencias. Me preguntaba si ha encontrado similitudes entre cómo la ciencia ha estudiado las diferencias entre razas y las diferencias entre hombres y mujeres.

Esta cuestión es compleja porque el sexo no es completamente un constructo social, sabemos que hay ciertas diferencias biológicas entre hombres y mujeres. Pero sí me preocupa que se esté cayendo en las mismas trampas del racismo científico en cuanto a las diferencias entre sexos. Por ejemplo, he escuchado voces dentro del activismo que afirman que los medicamentos que se han probado en hombres no funcionarán en mujeres. Debemos tener cuidado con estas ideas, porque no es necesariamente el caso. La mayoría de los medicamentos no funcionarán en algunas personas, pero a causa de las diferencias individuales de las cuales hablábamos. Por ejemplo, yo soy alérgica a la penicilina y mi padre también. Esto no tiene nada que ver con mi sexo, es solo que somos individuos diferentes. Pero también tengo migrañas hormonales, y eso sí que tiene mucho que ver con mi sexo, porque mis niveles hormonales cambian durante mi ciclo. Así pues, en un caso el sexo importa, y en el otro, probablemente, no. No tenemos que asumir que los cuerpos de los hombres y las mujeres son completamente diferentes y que, en cada grupo, que todos los hombres son completamente iguales al resto, y que las mujeres son iguales a todas las otras. El sexo puede ser importante en algunas cosas, pero esto no significa que lo sea en todas. En la era de las redes sociales, es muy difícil transmitir este mensaje: no es que seamos completamente diferentes o completamente iguales. Es posible que haya algunas áreas en que las diferencias importen, y otras muchas en las cuales no, y las dos cosas son verdad sin tener que caer en ninguna narrativa específica. La salud de las mujeres ha sido un motivo de preocupación, porque sabemos que a veces la medicina les ha fallado… Pero esto es por el machismo en la medicina. Tenemos que entender los matices y concentrarnos en las variables de acuerdo con la enfermedad que nos interesa. Para el covid, no importa tanto el sexo, sino la edad, por ejemplo. Para las migrañas hormonales, sí que importa el sexo. Realmente depende de las cuestiones que se investigan, y me preocupa que se usan estos enfoques tan amplios, haciendo pruebas sobre la raza y el sexo en general, a ver qué diferencias hay. Son enfoques poco refinados y no le hacen justicia a la variación humana.

De hecho, recuperando lo que hablábamos antes, para el covid-19 quizás sí que importa el sexo, pero como factor social. Hace poco en Mètode publicábamos un artículo6 sobre cómo en España, aunque la mortalidad era más alta en hombres, más mujeres se contagiaban porque se encontraban muy expuestas, como trabajadoras esenciales, cuidadoras…

En Reino Unido, de hecho, nos encontramos con que al principio los hombres se vieron muy afectados, sobre todo cuando el virus llegó a Londres, pero porque muchos repartidores y taxistas suelen ser hombres. Es un tema de demografía social, así que por supuesto los datos presentan estos sesgos. Debemos tener cuidado con no biologizar las cosas, sobre todo en una pandemia: un virus no llega a un país y se extiende de manera uniforme y afecta a todo el mundo por igual. Depende de la demografía, de la ocupación, de si eres trabajadora esencial o no, de si trabajas en un hospital… Como he dicho, a veces queremos explicaciones simples para los patrones que vemos, pero raramente encontramos estas respuestas tan sencillas.

¿Qué reacciones ha tenido Superior por parte de gente que participa activamente del racismo científico? Pienso en personas que ha entrevistado para el libro y que forman parte de publicaciones racistas, por ejemplo…

Han pasado casi dos años desde que se publicó Superior y varias organizaciones supremacistas han estado acosándome, a mí, a mi familia, a mi hijo de siete años incluso… Escribieron artículos sobre él, sobre mi marido, mis padres, mis hermanas… El maltrato fue tan terrible que abandoné Twitter y otras redes sociales. Era imposible quedarme, bloqueaba a la gente pero no daba abasto, así que tuve que irme. Fue bastante terrible.

Eso es espantoso. Confieso que pensaba más en reacciones en el mundo académico, no sabía que la cosa se había puesto tan fea…

Bien, al inicio me encontré también con reticencias por parte de genetistas de poblaciones, supongo que recordará que en un par de capítulos critico el trasfondo racista que a veces encontramos en la genética de poblaciones. Pero ahora trabajo con algunas de estas personas y hemos forjado una relación muy buena. Pienso que la narrativa dentro de la comunidad de la genética de poblaciones está cambiando, porque se han reconocido los errores que se han cometido en el pasado, y que tenemos que ser más cuidadosos a la hora de estructurar estos debates. Pero tengo que decir que el cambio más grande vino después del asesinato de George Floyd el pasado verano. A raíz de las protestas del movimiento Black Lives Matter, la comunidad científica cambió por completo su manera de hablar de estas cuestiones. Todas estas cosas sobre las cuales había escrito, que habían sido recibidas con reticencias sobre todo por parte de médicos… de repente, los médicos las aceptaban y me pedían que trabajara con ellos. Así que ahora colaboro con muchos grupos diferentes, formo parte del comité de varias instituciones científicas y museos, y hago lo que puedo para que las universidades desarrollen currículums académicos que nos ayuden a entender estos asuntos mejor.

Eso es una prueba de que este libro era necesario.

No estoy tan segura de eso, se han publicado libros similares antes, pero sí pienso que el mensaje llegó en el momento adecuado, afortunadamente.

  • 1.Círculo de Tiza, Madrid, 2021.
  • 2.Inferior. Cómo la ciencia infravalora a la mujer, Círculo de Tiza, Madrid, 2017.
  • 3.Anna Mateu: «Somos seres biológicos, sociales y culturales», entrevista a Angela Saini en Mètode, 4/9/2019.
  • 4.«Nature’s Top Ten Books of 2019» en Nature, 16/12/2019.
  • 5.«The World’s Top 50 Thinkers 2020» en Prospect, 14/7/2020.
  • 6.Alícia Villar Aguilés: «Las mujeres y la covid-19» en Mètode, 4/12/2020.

Fuente de la información e imagen: https://nuso.org

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