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Entrevista: «La batalla cultural demanda una pedagogía de la transformación social»

ENTREVISTA CON LA INVESTIGADORA SOCIAL ARGENTINA MABEL THWAITES REY

POR MARTÍN OGANDO

El pasado 27 de abril se cumplieron 80 años del fallecimiento de Antonio Gramsci. Para hablar sobre la significación histórica del filósofo italiano, sus aportes teóricos y su vigencia, conversamos con Mabel Thwaites Rey, investigadora social argentina, abogada y directora del Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

¿Qué lugar ocupan los aportes de Gramsci en el pensamiento de izquierdas?

Mabel Thwaites Rey: El mayor aporte de Gramsci es su capacidad de comprender la dominación capitalista contemporánea en un momento muy complejo, durante las décadas del veinte y treinta, cuando se desarrolla su reflexión en medio de grandes luchas obreras, pero también de sus derrotas y del posterior ascenso del fascismo. Sobre todo, su comprensión de las diferencias que posibilitaron la revolución en Rusia y no en otros países de Europa, pero también su capacidad de entender las heterogeneidades al interior del propio continente. En ese sentido, su elaboración sobre la llamada cuestión meridional, es decir entre el norte rico y el sur «atrasado» de la propia Italia, es central. Periferia y centro deben ser pensados conviviendo en el propio espacio europeo, y esto pasa no solo en Italia.

Pensar la dimensión del poder, de la dominación, de la coerción y el consenso expresadas en las lógicas estatales y societales es uno de los aportes más importantes de Gramsci. Es decir, el capitalismo no es solo la apropiación material de los medios de producción ni la represión estatal organizada, sino también la construcción de una manera de entender ese «estar en mundo» subordinado por parte de los propios sectores populares. Por ejemplo, hubiera sido un apasionado de estudiar hoy la deriva de los medios de comunicación, de ver cómo se reproduce ideológicamente el sistema y se construye una explicación de la propia existencia. Pero Gramsci no piensa esto como un «teórico de las superestructuras», sino que busca siempre qué arraigo tienen las ideas, los sentidos comunes, en prácticas materiales.

Lo que venimos charlando nos lleva un poco al concepto de «hegemonía». ¿Qué podés decir de una categoría tan significativa y a la vez tan escurridiza, que ha sido usada de las formas más variadas?

MTR: El concepto de «hegemonía» en Gramsci es polisémico porque lo usa para entender y analizar cómo la dominación del capital no se asienta exclusivamente en un momento económico o coercitivo-militar, sino también en las formas de construcción de adhesión por parte de los dominados. Pero por otro lado, simultáneamente, este concepto es utilizado para analizar las formas de contestación por parte de la clase obrera y los sectores populares, lo que nosotros en general llamamos «contrahegemonía», que no es un término de Gramsci. Esto incluye una disputa intelectual y moral, una batalla cultural, muy fuerte. La disputa por el sentido que supone enfrentar el «sentido común» que naturaliza la dominación capitalista. Por ejemplo, esta idea tan ideológica de que el empresario es el que «da» o el que «genera» el trabajo.

Como ocurre con cualquier teórico que logra formulaciones clásicas, el concepto de hegemonía tiene una productividad que trasciende el propio momento histórico-concreto que da lugar a su producción. Pero no hay que cometer el error de, junto con el concepto, querer trasladar las condiciones históricas específicas. Entonces, para pensar hoy la dominación política en América Latina, hay que identificar cuáles son los atributos de esa dominación, en términos de construcción hegemónica, porque se imponen con aceptación y están arraigados en elementos de la materialidad. Hoy uno de los ejes que me parece muy interesante para discutir tiene que ver con todos los artefactos de consumo masivo que aparecen como alfileres de seguridad de la reproducción del orden. Celulares, zapatillas, productos electrónicos, son todos artefactos muy poderosos de seducción de la construcción material del capitalismo a escala global. En última instancia, esto remite a cómo pensar las ventajas materiales que obtienen las clases populares en su dualidad, como conquista de la lucha, pero también cómo estas son revertidas y transformadas al mismo tiempo en alfileres de seguridad de la propia dominación.

Mencionamos antes el problema de los medios de comunicación. Hay un gran debate sobre su rol actual en la política. ¿Cómo lo ves vos?

MTR: Me parece que, en todo caso, los medios nunca giran en el vacío. Cuando una habla de la materialidad, está hablando de la existencia de relaciones de fuerzas. Entonces, la potencia mediática es mayor o menor en la medida que su relato tiene algún asidero en la realidad, o no. Por ejemplo, en momentos de mucha construcción y movilización popular, la población está menos permeable a aceptar el discurso mediático. O cuando la economía crece, por más que un gobierno tenga la hostilidad de los medios de comunicación, lo más probable es que pueda mantener fuerte su gestión. Cristina tenía a los medios en contra en 2011 y, sin embargo, ganó con el 54%. El discurso mediático en todo caso permea, da formato, le da un sentido, que se hace efectivo en segmentos de la población, si es que tiene algún correlato con su propia vivencia.

La disputa por el sentido, entonces, tiene que ver con cuestiones de la materialidad que son verificables o no. La pérdida de adhesión del anterior gobierno, que le permite a Macri ganar en segunda vuelta, tiene que ver con la forma de construcción de hegemonía del kirchnerismo, o más bien con su insuficiencia. Hay una franja de la población que se termina volcando contra el kirchnerismo, sectores asalariados y medios bajos, que compran el discurso macrista de la segunda vuelta, el «no van a perder nada de lo que tienen y van a estar mejor», porque se sintieron no contenidos en el otro proyecto. Allí la idea de Laclau de la construcción de campos antagónicos se mostró incapaz de articular intereses más amplios. En ese sentido, la noción clásica gramsciana de hegemonía resulta más productiva porque remite a cómo se construye en un momento histórico concreto una articulación social, política, económica y cultural. Si hay hegemonía, hay esa articulación.

En las condiciones que se le presentan hoy al movimiento popular, frente a esta ofensiva del capital, ¿qué legados de Gramsci pueden ayudarnos a orientar nuestra práctica?

MTR: Volviendo justamente al concepto de «hegemonía», el proyecto anticapitalista debe contener e incluir a la mayor variedad posible de situaciones de opresión que sean objetivamente confrontables con el capitalismo. Esto supone una labor pedagógico-política que es central en la perspectiva gramsciana y que hoy es muy importante. La batalla intelectual, moral y cultural demanda la necesidad de una pedagogía de la transformación social. Una pedagogía de la comprensión del mundo, que no es auto-evidente, porque lo auto-evidente es que se acepten las condiciones materiales existentes como las únicas posibles. Hay que superar la idea de que las cosas son así porque son así.

Pero, además de comprender, de hacer evidente la explotación y la dominación, hace falta construir y organizar la voluntad de transformación. Lo que significa asumir que va a haber múltiples miradas que hay que articular. La hegemonía supone eso, no la mera supremacía de un pensamiento sobre el otro sino la posibilidad de articular. Se trata de una batalla que es larga, que es ardua, y hay que hacerla cotidianamente. Políticamente, el problema que tiene alguna izquierda muy combativa y muy valorable por su disposición a la lucha es que la forma de la construcción pedagógica suele terminar siendo la del «maestro ciruela», que se para arriba de un banco y le dice al alumno que ésta es la lección y que, si no la aprende, tiene cero. Es una izquierda que se termina encerrando en sí misma.

Por el contrario, la concepción pedagógica que propone el pensamiento gramsciano es la construcción pedagógica con el otro, es la posibilidad de que el otro extraiga sus conclusiones en el propio proceso de lucha. No acercar la verdad revelada, sino construir la verdad con el otro. Entonces, me parece que los proyectos de construcción en el campo popular no pasan por decirle a la gente «no seas estúpido, no votes a los explotadores», sino por ir construyendo en la voluntad de lucha, en la voluntad de confrontación, a partir de las injusticias cotidianas que enfrentan los sectores populares, una alternativa.

Es en esas experiencias que se puede ir gestando lo que Gramsci llamaba «el partido de nuevo tipo» y que, hoy, deberíamos discutir qué forma debería adoptar. Pero lo que no queda duda es que la organización política de los débiles para enfrentar a los poderosos sigue teniendo absoluta vigencia. Para esto, no alcanza con demostrar que el capitalismo es malo, sino que hay que poder plantear una perspectiva. Es importante que las izquierdas de distintas tradiciones entiendan que tienen que ir articulando caminos, tienen que ir dialogando con los que no son de izquierda, sino que son nacionales y populares, y debatiendo cuáles son las dirigencias, las organizaciones y los procesos que nos pueden abrir esa perspectiva de transformación. En este sentido, la mirada gramsciana de un proceso de construcción de hegemonía antes de la toma del poder se vincula directamente con la formación de una organización política eficaz. Claro que hay debates de estrategias entre las distintas expresiones del campo popular. Pero hay que tener en cuenta que toda estrategia es una apuesta, que se hace sobre la base de un análisis de situación y que, en todo caso, se verificará en la práctica política. Y, a veces, los debates en la izquierda no son siquiera por estrategias, sino por meras tácticas. Ahí avanza el enemigo.

En síntesis, hay cosas que cambian. La composición de la clase trabajadora, por ejemplo, sus sectores dinámicos e incluso su rol político. Lo que no cambia es la propiedad privada de los medios de producción, y que sus propietarios son cada vez menos, concentran cada vez más el capital y deciden sobre la vida y las condiciones de existencia del conjunto. Por eso, el núcleo central de cualquier estrategia de transformación pasa por organizar al polo del trabajo, en sus distintas categorías, y por fortalecer un punto de vista anticapitalista. Si hay algo que es Gramsci, contra toda manipulación, es anticapitalista. No hay nada de su pensamiento y su acción que se pueda sustraer de lo central de su pensamiento que es el proyecto revolucionario, que hoy podrá tener variantes y formas distintas pero sigue manteniendo vigencia.

Patria Grande, Buenos Aires, mayo de 2017.

Fuente de la Entrevista:

http://www.cronicon.net/paginas/edicanter/Ediciones121/nota9.htm

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Entrevista a Joan Riart Vendrell: “Los docentes son uno de los colectivos más propensos a tener estrés”

08 mayo 2017/Fuente: Blog Tiching

¿Qué es eso del estrés?
El estrés es una conducta generada por una tensión entre las demandas del entorno y la capacidad de respuesta de la persona. Estas demandas pueden ser desde agresiones a felicitaciones. Crean tensión y la capacidad de respuesta tiene que ser proporcional a la demanda.

¿Y cómo funciona exactamente?
El estrés yo siempre lo he enfocado como una línea de energía. Cuando está muy baja o muy alta, estamos en una zona de distrés, de distorsión. Y en la zona media está lo que se llama eustrés, el estrés bueno, de afrontamiento suficiente, enérgico y estimulante.
Por tanto hay que tener recursos para tener controlada esta línea y que si va ascendiendo la tensión, puedas amortiguarla y controlarla.

¿Hasta qué punto puede tener importancia el estrés en la vida laboral de los docentes?
Tiene muchísima importancia. El mundo laboral docente es uno de los colectivos que tiene propensión a tener más estrés. Por lo tanto, es uno de los sectores a los que hay que mimar especialmente. Hay muchas bajas que, en el fondo, lo que está detrás es el problema del estrés laboral.

¿Y se aborda el tema del estrés en el mundo educativo?
En el mundo educativo hay dos dificultades para abordar este tema. Por un lado, el estrés es percibido como un síntoma de debilidad. Los profesores, de vez en cuando, se enfrentan a situaciones complicadas, y es muy difícil que puedan admitir que uno mismo es débil.

Y la otra grave dificultad es que se interpreta como una falta de habilidad para asumir responsabilidades. Es decir, si yo reconozco que estoy estresado estoy reconociendo que no soy hábil gestionándome a mí mismo, y por tanto, tampoco para asumir responsabilidades.

Podría decirse que la presión que supone el trabajo de profesor es un factor que propicia el estrés, ¿no?
Exactamente. Hay diferentes elementos estresores en el entorno educativo, como son el propio centro o la gestión de las administraciones.

¿Y cuáles son los principales factores que potencian la aparición del estrés?
A nivel objetivo, podríamos decir que hay un triángulo: el alumnado, los padres y los propios colegas.

¿Por qué esos tres?
El alumnado es un núcleo que estresa mucho. Esto ya se sabe. El maestro se siente frente al alumno como un modelo de conducta. Y al sentirse así, tiene una dosis añadida de tensión respecto a lo que está enseñando. El otro foco son los tutores legales de los niños. Cuando el objetivo común, que es la educación del hijo, se pierde, se enfrentan los progenitores con los educadores.

¿Y el tercer elemento?
Son los compañeros educadores, una fuente de estrés alta. Hay una necesidad inconsciente de dominio, de querer ser respetado, etcétera. Entonces ponerse de acuerdo y saber ceder a veces se hace difícil. Este también es otro punto de generación de tensión innecesaria.

¿Ve sensibilizado al colectivo con la importancia de este tema?
El colectivo está relativamente sensibilizado. Se habla a nivel docente de que se está estresado, pero es difícil reconocerlo en uno mismo y siempre se habla con el sentido vulgar de la palabra estrés, que se utiliza como sinónimo de cansancio o tensión. Consideran que tienen tendencia a tener problemas, pero a veces el estrés no se reconoce como la fuente que está en el fondo de todo.

Entonces, ¿sería necesario sensibilizar en torno a los efectos del estrés?
Sí. Creo que la formación del docente sería uno de los puntos clave. Tanto en magisterio como en los masters de capacitación para la docencia, yo pondría el control del estrés como una formación obligatoria, para disponer de recursos para saber afrontarlo.

¿Y cómo cree que pueden los profesores gestionar ese estrés y mitigar sus efectos?
Hay muchos recursos. Unos propios del sujeto y otros más protectores a nivel social.

¿Podría enumerar algunos de esos recursos propios?
Son muchos. Desde la educación nutricional hasta dormir adecuadamente. Además de gestionar bien el tiempo de ocio, saber recuperar las energías que se gastan diariamente, saber gestionar cuerpo y mente, aprender a gestionar las relaciones humanas y esforzarse para ser feliz. De hecho, ¿sabes cuál es la mejor actividad física y mental?

¿Cuál?
El chi kung. Mejor incluso que el tai chi. Son ejercicios muy suaves pero también muy energizantes.

¿Y cómo podrían los centros prevenir la aparición de estrés entre sus trabajadores?
En alguno de los trabajos que hicimos en el GRELDO, uno de los elementos más estresantes para los docentes era la propia dirección del centro educativo, la gestión de su equipo directivo. Esta es una de las piezas claves, y precisamente es uno de los elementos que habría que trabajar.

¿Algún otro elemento a destacar que produzca estrés en los docentes?
Otro punto que recuerdo que se señalaba como estresante era la ineficacia de las reuniones.

¿Cómo puede el estrés docente afectar a la educación emocional del alumnado?
Afecta desde el punto de vista de que el alumno aprende las actitudes de aquel que tiene delante. Es objeto de imitación. Por tanto tiene que ser una persona con una ética muy coherente. Es un trabajo muy importante, para que el alumno se sienta reflejado y haga un aprendizaje también coherente.

Fuente:http://blog.tiching.com/joan-riart-vendrell-docentes-colectivo-propensos-estres/

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Entrevista a León Trahtemberg sobre el Derecho a la Educación

Entrevista a León Trahtemberg sobre el Derecho a la Educación

Enfoque Derecho entrevistó a León Trahtemberg, Magíster en Educación por la Universidad Hebrea de Jerusalem y miembro del Consejo Nacional de Educación desde el año 2002, tratando distintas aristas sobre el Derecho a la Educación.

Enfoque Derecho: El artículo 13º de nuestra Constitución establece que los padres de familia deben participar en el proceso educativo de sus hijos. ¿En qué consiste esta participación?

León Trahtemberg: En todos los artículos de la Constitución de 1993 y de la Ley de Educación Nº 28044 del 2003, se observa un claro deslinde entre el rol de la familia (deber de educar, escoger el centro educativo, apoyar, colaborar, participar, informarse, velar por la calidad de este último) y el rol del Estado (organizar, dirigir, normar), tanto en la educación pública como en la privada (incluyendo elaborar el currículo escolar por niveles). Como se observa, los padres pueden escoger el colegio en el que deseen matricular a sus hijos, pero los padres no pueden imponer al colegio qué y cómo enseñar. Por eso es que resultaba absurda (quizá inconstitucional) la norma que dio el Congreso hace un tiempo en el sentido de que los padres deciden qué libros de texto usarán sus hijos en el colegio o a qué edad creen que sus hijos deben ingresar al primer grado de primaria.

En ninguna parte de la legislación se dice que los padres deciden sobre los quehaceres del colegio, mucho menos en la definición del currículo. Ese es un rol del Estado administrado por el gobierno.

ED: En el artículo 14º de este mismo texto se precisa que la educación religiosa se imparte con respeto a la libertad de conciencia, ¿se cumple ello en nuestro país?

LT: No se cumple en el sentido estricto del concepto. Por un lado, se obliga a la enseñanza de la religión católica en todos los colegios. Quien no lo desee, tiene que hacer una gestión para exonerarse o para mostrar que es de una confesión distinta. Esa es una forma inequitativa de tratar a todas las otras religiones o incluso a los laicos. Los estados modernos democráticos no incluyen la enseñanza de religión en la escuela pública que debe ser laica para no establecer diferencia alguna y dejar la religión en el ámbito de la vida privada.

Regresando a la libertad de conciencia, no se colige con claridad a quienes está dirigida: ¿a los padres que se la imponen a sus hijos o a la elección propia de los hijos? En el caso peruano, los hijos no pueden ejercer su libertad de conciencia porque los padres definen la religión de estos y se les impone dogmáticamente el credo desde la infancia en la escuela.

Por otro lado, ese artículo 14 dice que: “La enseñanza se imparte, en todos sus niveles, con sujeción a los principios constitucionales y a los fines de la correspondiente institución educativa”. Si la institución es laica, ¿por qué debe enseñar religión? Si la institución no es católica, ¿por qué tiene que hacer trámites para tener una opción confesional distinta a la que los católicos obtienen automáticamente, por default?

ED: En este mismo numeral, se decreta que los medios de comunicación deben colaborar con la educación y la formación moral y cultural; sin embargo, la mayoría de programas de TV y radio reproducen contenidos que no contribuyen a alcanzar este fin. ¿Cree usted que debería existir regulación más estricta en este tema?

LT: La palabra “colaborar” no está definida, pero sin duda alude a un concepto diferente al de “están obligados”, de modo que se puede interpretar de muchas formas. Tampoco está definida qué es la formación moral y cultural. Acaba de verse el conflicto suscitado por la educación sexual. ¿Qué rol de los medios se consideraría que cumple el mandato constitucional? ¿Cumplen con los criterios constitucionales los noticieros matutinos, programas radiales sobre sexualidad, entretenimiento juvenil con juegos agresivos vespertinos, dibujos animados violentos, o alguna novela que se sustenta en continuos adulterios y asesinatos por encargo? Un medio de prensa que inventa noticias, o propala chismes, ¿cómo calificaría? Un entrevistador que agrede a un invitado con el que no concuerda y ensalza a quien está en su línea, ¿cómo califica? Un medio que no da la oportunidad a los dos lados de la moneda para expresarse en un tema polémico, ¿cómo califica?

No me siento preparado para dar una propuesta específica sobre la regulación en prensa, radio y televisión. Creo que los códigos de ética de los medios, los anunciadores, el horario de protección a los menores, las regulaciones de la publicidad, deben converger en algún punto que contribuya a la salud mental y cívica de la población. Junto con ello la oferta estatal de medios bien financiados con productos de calidad deben ser una opción a la par de las otras, que si es buena se convierte en un referente valorado por la población.

ED: La Constitución también instaura que se debe fomentar la educación bilingüe e intercultural, según las características de la zona. ¿Cuánto hemos avanzado en esta materia?

LT: Formalmente el Ministerio de Educación ha procurado producir materiales y alfabetos escritos de todas las lenguas nativas y promover su uso en las zonas en las que están vigentes. En lo posible (difícil de lograr), que cuenten con maestros bilingües castellano-lengua nativa. La parte intercultural es más compleja porque no se circunscribe a la enseñanza en la escuela. Entra a tallar todo el entorno social, cultural, los medios de comunicación, las autoridades policiales y judiciales, los servicios públicos, etc. Y en eso falta mucho (no sé si realmente sería posible). También hay un bilingüismo internacional para vivir en un mundo globalizado, lo que incluye castellano-inglés u otro idioma de uso amplio. Esto tomará aún mucho tiempo.

Pero hay otra dimensión intercultural que es nacional, y concierne a la valoración y respeto a las diferencias incluyendo las étnicas, sociales, raciales, etc. Siendo el Perú un país fracturado, con fuerte presencia de racismo y discriminación, nuestra caracterización como país intercultural queda muy debilitada.

Diversas organizaciones sociales están tratando de avanzar en esos temas e influir en los parlamentarios para que legislen en función de ello y a las autoridades para que tomen cartas en el asunto, pero es un proceso lento con muchos retrocesos y acomodos a las conveniencias políticas. Más aún cuando hay una asociación entre minorías discriminadas y niveles socio-económicos más débiles, que hace que no tengan peso político para avanzar en sus derechos y demandas.

Fuente: http://enfoquederecho.com/civil/entrevista-a-leon-trahtemberg-sobre-el-derecho-a-la-educacion/

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Argentina. Cultura Liberadora. Implicarte, terapia por otros medios: Entrevista con Oscar Cioncio-Cooperativa Ático

Por Oscar Castelnovo

“Para crear necesitamos el caos no el orden. Picasso decía que cuando tenés la tela en blanco vos la vas a destruir con tus colores, con tus trazados, pasás por distintos momentos de caos hasta llegar a la producción final. El caos es creativo”. Así lo afirma del director de Ático Implicarte, psicólogo social y maestro en pintura, grabado, xilografía, aguafuertes e instalaciones con objetos, entre otras artes. Su infancia transcurrió en Colegiales y se formó en un colegio salesiano, con algunas singularidades: “Mi abuelo paterno era anarquista, con diagnóstico de delirio de persecución –paranoico- y vivía en casa. El abuelo materno era intendente de Escobar por el partido peronista. Uno anarco y otro cuello duro. Mi viejo era un gendarme socialista que renunció a esa fuerza luego de la “Fusiladora”, afirma Oscar. “Cuando fue el bombardeos del ’55 yo era muy pibe y veíamos pasar los aviones desde la terraza, acá, en la calle Amenábar”, recuerda. A la vez, el director de Ático Implicarte, narra que “para ir al colegio salesiano pasaba por el campito donde tenía relación directa con la villa, la murga y el barrio de los gitanos. La sede de Ático está en Colegiales y para mí fue volver a encontrar mi casa en el lugar de origen donde hago las actividades que tienen que ver con la calle, los manicomios, la cárcel y la murga. Yo sigo estando en la murga de Colegiales en la cual está toda la familia: mi hija, mi nieta, mi ex pareja, estamos todos. Respecto de su infancia, Oscar Ciancio evoca que: “Mi niñez fue feliz por lo activa y por las transgresiones. No era lo mismo estar en la villa que en mi casa o en el colegio de los curas donde era un total transgresor. Me echaron de ese colegio, a vieja no le gustó nada y mi abuelo me llenó de regalos”.

-¿Qué estoy nombrando cuando digo “Implicarte”?

-Estás nombrando a una forma de abordar lo artístico sea la pintura, la danza, la literatura, o cualquier expresión, combinada con militancia social. Me acuerdo de maestros como Antonio Berni o Juan Carlos Castagnino que utilizaban la pintura para mostrar el compromiso contra las injusticias. Ahora, respecto de la manera de trabajar con el arte implicado, refiere a hacer que los colectivos, barrios o instituciones sean parte de la producción artística, no se trata solo de tu producción sino de la inclusión de todos en lo elaborado. Así el artista se implica en cuanto a generar un espacio de creación tengan o no experiencia. Un mural puede ser pintado también por quienes nunca tomaron un pincel. Hay una estimulación permanente hacia una mirada activa y no pasiva. Por caso, nosotros acompañamos a los Familiares de Luciano Arruga, (joven torturado, desaparecido y asesinado por la Policía Bonaerense en 2009, por negarse robar para la “fuerza”, crimen que fue encubierto por diversas instancias estatales), desde la primera convocatoria e hicimos un mural bandera. En lugar de hacerse sobre una pared se hace sobre una tela. Ese mural luego se izó en el mástil la Plaza de Luciano y fue algo muy profundo para todos. Podemos hacer el mural en una pared, una gran tela o una placa, para poder trasladarlo. De ese modo, estamos rompiendo también con el usar solo el recurso de las técnicas tradicionales. No se trata de desecharlas. Las usamos con todo respeto para producir otro tipo de estética, con un compromiso ético en relación a lo social.

-¿De qué modo nace el concepto “arte implicado”?

-Si mi memoria no falla, Amnistía Internacional nace allá por los 60 y, luego, crea un programa por el cual las personas muestran su compromiso en la promoción y defensa de los derechos humanos vulnerados en el mundo a través del arte; y con el tiempo se fue enriqueciendo. También influenció para su surgimiento un gran movimientos de artistas, por ejemplo en nuestro país, como te dije: Berni, Castagnino o Benito Quinquela Martín, en La Boca. En la áreas donde se más se desarrolló es en pintura y en grabado.

-Siempre hablás de “educación por el arte” y de “arteterapia”…

-Sucede que duramente varios años fui docente en diversas escuelas y muchos de nosotros fuimos impactados por la corriente de “Educación por el arte”, creada por e Herbert Read, poeta y anarquista inglés. Se impulsaba que todo el sistema educativo esté relacionado al arte, trabajás Matemáticas, Historia o Geografía en forma sincronizada con el educador en arte. Esto de “Educación por el arte” tiene un hilo muy finito con el “Arteterapia”. Cuando yo empiezo a trabajar con el tema antimanicomial, obviamente, tomo ambos conceptos para mi labor de educador, porque el sistema educativo tiene que ver con lo organizativo: Se trata de una educación libertaria o popular frente a la tradicional.

Y en Arteterapia, a una persona que está internada en un manicomio, que no puede expresarse a través de la palabra, le brindás herramientas para hacerlo de otro modo, es una búsqueda de comunicación a través del hecho artístico. Se puede aplicar en las escuelas y en los tratamientos psicológicos, psicoanalíticos o psiquiátricos. Para dar un ejemplo: Hace unos días fuimos desde Ático a acompañar a Irma Caupán Perrioti y Jorgelina Araceli Méndez en el proyecto de Nodos de Promoción de Salud del Hospital Alvear y pusimos música desde un equipo. Inmediatamente se acercaron cuatro chicas que estaban internadas e hicimos un taller con ellas. Ahora vamos a reiterar la experiencia porque fue excepcional en estas Prácticas militantes en Salud. Y estamos seguros que vendrán muchas más, las chicas mismas nos pidieron seguir porque se quedaron con mucho entusiasmo a partir de la generación del vínculo. Y precisamente el vínculo es la necesidad esencial de la persona que te viene a ver.

-¿Cómo te incorporaste a Ático?

-Fue a partir de una invitación de Alfredo Grande. Cuando lo conozco el hablaba de psicoanálisis implicado y yo venía con esto del arte implicado. Y apenas lo escuché me identifiqué inmediatamente porque encontré una relación total con lo que él planteaba. Y luego, la amistad y el trabajo conjunto me confirmaron que no estaba equivocado. Ático es una cooperativa de trabajo en salud mental donde tenemos múltiples iniciativas y una matriz en la que coincidimos todos. Yo siento que allí puedo desarrollar la tarea para la que me formé durante gran parte de mi vida y lo sigo haciendo porque el aprendizaje no termina nunca.

-¿Qué fue la experiencia de “Voces de los muros?

– “Voces de los muros” nació en el Borda, donde trabajamos en el Frente de Artistas, con Alberto Sava, “La colifata” y otros espacios que funcionaban en el Hospital. Yo estaba coordinando el Taller de Plástica y cuando decidimos pintar el frente del galpón surgió la idea de hacer un taller de murales y luego, ese taller se transformó en Voces de los muros. Y después de la represión nos fuimos del Borda y se transformó en una organización social. Recordemos que en ese 2013 donde nos reprimieron estaban en la Ciudad, Mauricio Macri, Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal. Teníamos un compromiso muy grande, íbamos todos los domingos y realizábamos una tarea muy efectiva y a la vez gratificante, aunque como sucede con toda la militancia le quitás tiempo a la vida familiar.

-Tenés dos hijas que también están vinculadas a la salud mental. Bajaste línea, según parece…

-Sí, bajé línea, pero nunca lo hice desde la imposición. Vivimos en una especie de casa-taller por darte una idea aproximada, yo no concibo vivir escindido de lo que pienso, digo y milito. En mi casa se respiró ese clima, entonces ellas lo vivieron como algo cotidiano, no como una obligación y lo eligieron como su opción de vida: Una es psicóloga y la otra se está preparando para trabajar con niños autistas.

-Vos distinguís la lucha antimanicomial de la desmanicomialización…

-Sí, acá en la Argentina a la desmanicominalización se la relaciona con el proceso de Trieste, Italia, con Franco Basaglia como su impulsor, donde se cerraron los manicomios. Pero lo que sostengo es que no es suficiente con cerrar los manicomios, instituciones como el Borda, el Moyano o el Tobar García. Porque si vos vas a cualquier hospital público hay también un estado manicomial. La manera en que es atendida una persona te lo dice de modo contundente, recibe un maltrato cruel, porque están colapsados y otras razones. Si vos venís un día y no te atienden luego de horas de cola, si te dan fecha a la larga para algo urgente, si tenés que quedarte a dormir en el piso para conseguir que te atiendan al otro día, entre otras barbaridades, estás viviendo en un estado manicomial.

-Te escuché poner énfasis al diferenciar entre crueldad y violencia…

-Así es, prefiero usar el término “crueldad de género”, cuando un hombre golpeador y abusador de una mujer la somete. Puede que ella tenga una reacción violenta, pero esa es una violencia legítima, defensa propia y nada tiene que ver con la crueldad. Hoy tenemos casos en los que el sistema penal condena esa defensa legítima y lo que está sancionando es el ejercicio de un derecho.
La sociedad, el sistema, la cultura represora ejercen diversas crueldades y luego reprueba las respuestas violentas que promueven las mismas. Fijate los chicos que el sistema tira a la calle, a la selva, a veces responden con una violencia que suele ser su defensa. O, por caso, yo estoy vinculado con luchadorxs de diversidad de género. Las mujeres trans hace tiempo se organizaron y obtuvieron conquistas valiosísimas. Pero todas ellas fueron pibas sometidas a mucha represión, familiar, social, grupal, institucional, entre otras, por no acatar la lógica biológica. Y empezando por la familia hubo crueldad al no escucharlas, porque si hoy es una mujer, cuando ella decía que era una nena, era una nena.

-La forzaban a ser lo no que no era por todos los medios…

-Eso, exactamente, hizo la cultura represora, devastó a muchas y te podría hablar de cualquier otro área de discriminación, que fueron luchando y creando un espacio de resistencia. Allí, hubo quienes enfrentaron al “orden sagrado”, y se produjo ese caos creativo nada menos que para defender la vida, la integridad y el derecho a ser lo que deseo ser.

Fuente de la Entrevista:

Argentina. Cultura Liberadora. Implicarte, terapia por otros medios: Entrevista con Oscar Cioncio-Cooperativa Ático

 

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Colombia: «No es posible pensar en educación sin tecnología de aquí en adelante» Entrevista a Eugenio Severín

América del Sur/Colombia/6 Mayo 2017/Autor y fuente: Semana Educación

Semana Educación habló con el investigador chileno Eugenio Severín. El experto considera que la tecnología es una herramienta fundamental para la enseñanza y que puede revolucionar el rol del docente.

Eugenio Severín es el director del programa ejecutivo “Tu clase, Tu país”, un programa que desde hace cinco años se implementa en Latinoamérica para mejorar el nivel de formación de los docentes. El investigador chileno estuvo recientemente en Bogotá como invitado a dictar una conferencia en la Cátedra de Pedagogía, un evento en el que participaron más de 700 docentes y en donde se socializó el Sistema Distrital de Formación Docente, el cual pretende ofrecer a los maestros la posibilidad de capacitarse.

Semana Educación (S.E.): ¿Qué significa ser un buen profesor?
Eugenio Severín (E.S.): Un buen profesor es una persona capaz de lograr que sus estudiantes aprendan lo que necesitan para la vida. Sin embargo, resulta ser una respuesta tan obvia y tan amplia que termina no diciendo mucho. Yo creo un profesor tiene que ser una persona que es capaz de diseñar experiencias de aprendizaje significativas para sus estudiantes. Tal vez uno de los grandes retos de hoy es el cambio del paradigma del docente, pues antes era quien transmitía el saber; ahora lo que hace es producir experiencias de aprendizaje para sus estudiantes.

S.E.: ¿En qué consiste el proyecto “Tu clase, Tu país” y en qué ha contribuido en la enseñanza en Latinoamérica?
E.S.: “Tu Clase, Tu País” es un proyecto que tiene ya casi cinco años y busca mejorar la calidad de la formación y el desarrollo profesional de los docentes. Lo esencial de esta estrategia tiene que ver con hacer un acto de confianza en los profesores y poner al docente como actor de su propio desarrollo profesional. Durante muchos años en América Latina se impuso la lógica de que los sistemas públicos eran los que decidían lo que los profesores tenían que saber hacer y trabajar en el aula, y yo creo que lo que hoy tenemos que hacer es devolverle al profesor su carácter profesional. El maestro es el que está en el aula, él es el que conoce a su estudiante y su contexto y él es el que tiene que tener contenido, criterio, herramientas y conocimientos que le permitan tomar buenas decisiones.

S.E.: ¿Qué tan valorada es la labor del profesor en Latinoamérica?
E.S.: Ciertamente, en muchos países, la figura del maestro no está valorada y por eso su labor se ha desprofesionalizado. A los profesores los fuimos convirtiendo en ejecutores de guiones, de recetas, de currículo, de guías. Como eran unos ejecutores de prácticas no es necesario pagarles tanto, y como no es necesario pagarles tanto, lo que fuimos perdiendo fue que las mejores personas, las mejores mentes, la gente más preparada y más inquieta, decidió dejar la profesión docente. Yo creo que hemos hecho un largo camino de deterioro de la labor y del valor del profesor, y tengo la impresión de que en los últimos cinco o seis  años en América Latina hemos empezado a revertir eso. Creo que las políticas de formación docente, de desarrollo profesional, incluso de salario, van en la dirección contraria: revaloran el rol del docente y lo vuelven a poner en el centro de la experiencia. La calidad de la educación no depende de ningún otro factor que de la calidad de la experiencia que el docente le proponga a los estudiantes.

S.E.: ¿Qué experiencias exitosas conoce en formación docente que hayan tenido un gran impacto en los estudiantes?
E.S.: A mí me tocó conversar con una profesora que permitía que los estudiantes tuvieran dispositivos como teléfonos, tabletas y computadores en el aula. Su clase consistía en lo siguiente: ella planteaba una serie de conceptos en la clase y decía: “hoy vamos a ver estos cuatro conceptos”. Uno de los conceptos ella lo iba a explicar mal intencionalmente, y los últimos diez minutos de la clase consistía en que los estudiantes, usando sus dispositivos, tenían que descubrir cuál era el concepto que ella había enseñado mal. Al final, los estudiantes que gastaron 10 o 15 minutos en descubrir el error aprendieron mucho mejor los cuatro conceptos que si solo se hubieran quedado con la clase expositiva de la profesora y sin ningún error. La tecnología ahí está utilizada como un instrumento; lo esencial es el diseño de una experiencia lúdica, que les permita a los estudiantes cuestionarse al respecto del aprendizaje y del contenido del aprendizaje. Entre otros casos, conozco también el de una profesora de Historia que descubrió que sus alumnos eran muy buenos editando y haciendo películas en el teléfono, entonces lo que hacía es que en cada clase designaba un grupo de dos o tres estudiantes que tenían la tarea de grabar la clase y de convertirla en un clip de tres minutos. La clase siguiente miraban el clip que el grupo había hecho y discutía si el clip resumía bien la clase o no. Es una experiencia pedagógica riquísima y didáctica en torno a la Historia. Y otra vez la tecnología estaba ahí como un instrumento para que esa experiencia pudiera operar.

S.E.: ¿Cuándo la tecnología puede llegar a ser perjudicial en la educación?
E.S.: No es posible pensar en educación sin tecnología de aquí en adelante. Una educación que prescinda de tecnología sería una práctica que no está formando para la sociedad de hoy, y de esta manera no cumpliría su misión fundamental. Cuando ponemos a la tecnología en el centro de la preocupación terminamos desperdiciando los recursos tecnológicos y perjudicando las experiencias educativas. Lo que hemos aprendido es que la tecnología es un instrumento que sirve para proponer a los estudiantes experiencias de aprendizaje significativas. Y otra vez, no es posible ninguna experiencia significativa para los estudiantes del siglo XXI si no se incorpora la tecnología. Para los estudiantes, la tecnología es un componente fundamental de sus vidas, es parte de su cultura y es parte de su identidad.

SE.: ¿Cuándo para la sociedad puede llegar a ser perjudicial la tecnología?
E.S.: Yo creo que es como con todo en la vida. Cuando la tecnología nos aleja de los otros, en vez de acercarnos, cuando la tecnología nos oculta la verdad, en vez de mostrarnos la realidad, es cuando se convierte en un obstáculo, y eso no tiene que ver con la tecnología, tiene que ver con el uso que nosotros como seres humanos le damos. La misma tecnología que nos permite conocer la realidad casi instantáneamente y saber lo que pasó hoy en Alemania o en Turquía, se usa para crear noticias falsas y generar emociones en la gente a partir de hechos falsos. ¿Qué es lo que hace la diferencia? ¿Es la tecnología? No, es lo que hacemos nosotros como seres humanos, y otra vez, eso nos vuelve a poner en el centro de la educación: cómo aprendemos a distinguir el buen uso y el mal uso de la tecnología, eso es educación.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/tecnologia-uso-de-herramientas-tecnologicas-en-la-educacion/523919

Fuente de la imagen: https://www.tuclase.net/img/noticias/eugenio_severin_educa.png

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“A los gobiernos les cuesta medir cuáles son los problemas tecnológicos de las escuelas” Entrevista a Steven Hodas

Europa/España/6 Mayo 2017/Autor: Pau Rodríguez/Fuente: El diario la Educación

Steven Hodas fue el responsable durante 8 años de iZone, una iniciativa de la ciudad de Nueva York para conectar escuelas y empresas tecnológicas para que desarrollasen juntas las herramientas que compraría la Administración.

De la aplicación de las nuevas tecnologías en las aulas, de sus beneficios y perjuicios, se ha hablado ampliamente. Pero ¿quién es el encargado de comprar estas herramientas? ¿Quién debe decidir qué marca de tabletas necesita una escuela? ¿O cuál es el software más adecuado? La avalancha de nuevas empresas, a menudo start-ups, que ofrecen productos a los centros educativos es cada vez más voluminosa, pero pocos se han parado a pensar cuál es el mejor procedimiento para incorporar, si es que hay. Las concertadas tienen más margen para valorar qué se adapta mejor a sus escuelas, pero las públicas están a menudo a merced de compras a gran escala de la Administración. Ante este panorama, en Nueva York pusieron en marcha el iZone, un proyecto de innovación que pone en contacto escuelas y empresas desarrolladoras de programas para diagnosticar cuáles son sus necesidades en el ámbito tecnológico y adaptar las soluciones. Esta iniciativa la dirigió durante ocho años Steven Hodas, que dio todos los detalles en el acto Debates de Educación, organizado por la UOC y la Fundación Jaume Bofill.

¿Por qué el Departamento de Educación de Nueva York decidió que debía crear un espacio de colaboración entre maestros y start-up con respecto a la innovación relacionada con las nuevas tecnologías?

Antes de participar en esta iniciativa, yo había trabajado en empresas de software, y me había dado cuenta de que las escuelas en general son compradores muy malos. Me explico: se gastaban mucho dinero sin conseguir todo el valor que sus vendedores y los respectivos productos pueden ofrecer. A la administración pública, que es quien compra, le cuesta diagnosticar los problemas reales de las escuelas en este sentido. A la vez, muchas empresas innovadoras eran reacias a trabajar con las escuelas porque para ellas es difícil y desagradable, porque los lleva a procesos muy lentos.

Hasta ahora no son las escuelas las que deciden qué se compra y qué no, sino sus titulares. A menudo, pues, el Gobierno.

Y el Gobierno suele ser un mal consumidor porque no tiene formas precisas de medir cuáles son los problemas tecnológicos de las escuelas. Además, tarda meses o años a comprar lo que cree que puede ir bien y, entonces, encima, el mundo ha cambiado y ya hay productos mejores en el mercado. Deben ir más rápido.

Entonces ¿Quién sabe qué tecnologías necesita una escuela?

Depende del problema que tengan. Si hablamos de tecnología relacionada con el aprendizaje, seguramente los maestros son quienes más pueden saber. Ellos saben cómo hacer clase, cómo aprenden sus alumnos, así que deben formar parte de la definición del reto. En Estados Unidos -en otros países no lo sé- los maestros nunca han formado parte de este proceso. Suele ser alguien en una oficina sin contacto con los maestros, que no ha pisado un aula desde hace años, sin herramientas para evaluar el producto, el que toma la decisión de comprar. Y se gastará muchísimo dinero en colocar una herramienta en todas las escuelas que luego le sorprenderá que nadie utiliza.

Hay muchos ejemplos de estas compras al por mayor. En España hubo un caso con la compra masiva de ordenadores. En Los Ángeles hay un juicio abierto entre la Administración y Apple y Pearson por la adquisición millonaria de tabletas para todos sus alumnos.

Esto ocurre porque no se paran a pensar despacio. Alguien en Los Ángeles decidió que repartirían tabletas en todo el mundo sin preguntar a los maestros. ¡Nadie con dos dedos de frente daría un proyecto de esta envergadura sin haberlo probado antes! Hacer un piloto con cinco escuelas, ver cómo funciona, qué cambiarían …

¿Es esto lo que hacen en iZone? ¿Valorar la tecnología antes de aplicarla?

Usamos los principios básicos del diseño centrado en el usuario. Es decir, que se va a la persona que tiene el problema, es decir, al maestro: se lo observa, se le escucha, se le deja diseñar el propio problema… Y entonces los diferentes desarrolladores tratan de dar respuesta, la devuelven al docente, que prueba las diferentes opciones, las elige… Fíjate que hasta aquí aún no se ha comprado nada. La prueba puede durar tres o seis meses, trabajando codo a codo los maestros y los desarrolladores, que adaptan el producto en función de ello. Al cabo de unos meses, tienes una herramienta mucho mejor para las escuelas, y la próxima que desarrollen seguro que será más cuidadosa.

Las empresas tienen ánimo de lucro, claro. ¿Cómo saben que tienen un interés real para hacer buenos productos educativos?

Deben tener ánimo de lucro, sino no durarán mucho en el mundo de la empresa. Les interesa hacer productos útiles para las escuelas aunque solo sea para garantizar que crecen como empresa. Tienen un interés real por hacer las cosas mejor. Y créeme, la gente que funda pequeñas empresas o start-up que ofrecen servicios a escuelas saben que no harán mucho dinero rápidamente. Si buscaran eso se dedicarían a otra cosa.

Fotografía: Robert Bonet

Pero me refiero a que ustedes dan una información con un potencial de explotación muy valioso -por ejemplo: qué necesitan los docentes- a unas compañías determinadas. ¿Cómo las seleccionan?

Esto es cierto, tenemos que ser muy cuidadosos a la hora de conectar las empresas con los maestros. Nos aseguramos de que se tomen el proyecto serio y que su compromiso se mantenga en el tiempo. Hacemos un proceso de evaluación severo. También con los maestros, porque las startup están invirtiendo su tiempo sin asegurarse de que venderán el producto, lo hacen de forma gratuita. El compromiso y el nivel han de ser en ambos, porque es una relación que no tiene nada que ver con una transacción.

Y al final, ¿quién decide qué se compra? ¿La escuela o la Administración?

En Estados Unidos depende de la ciudad. A veces uno, a veces otro, dependiendo del coste y, sobre todo, de si es o no para todos los centros.

Póngame un ejemplo de iZone de colaboración entre maestros y empresas emergentes que haya llegado a buen puerto.

Quizá el más conocido es el Gap App Challenge, pensado para solucionar un problema de bajos resultados de matemáticas en Primaria. Abrimos un concurso donde se presentaron 200 empresas y particulares. Los maestros evaluaron las propuestas, y escogieron 40 de finalistas. Estas se adjudicaron a diferentes clases que también se habían presentado al concurso. Los juntamos de forma cuidadosa y trabajaron conjuntamente para mejorar los programas. El proceso duró 9 meses.

¿Y ustedes subvencionan a las empresas?

No, nunca. Estos experimentos no comportan darles dinero. A excepción de los que se llevan premios en casos como el del ejemplo anterior. El compromiso consiste en invertir su tiempo y recursos para tener estas reuniones con los maestros. Y lo hacen con gusto, algunas veces volando a Nueva York desde la otra punta del país.

Las nuevas tecnologías ¿pueden ser una herramienta que ayude a personalizar el aprendizaje? ¿O aún están lejos de este objetivo?

De entrada, sabemos que la tecnología en sí misma no conduce a la personalización. Es una herramienta que nos sirve para un objetivo, y gracias a dios es el objetivo el que debemos definir primero, y luego pensar cómo adaptamos la herramienta. En iZone no sólo desarrollábamos tecnologías, también a veces repensábamos cuestiones del día a día en el aula, como los espacios o los tiempos. Para personalizar los aprendizajes, si me lo permites, no necesitas ni electricidad: te basta personas conversando y un maestro hábil que aprovecha lo que sabe cada alumno. Con o sin iPad.

Las escuelas cada vez reciben más mensajes sobre la incoporación de tecnologías. Empresas que los venden su producto, familias que recomiendan aplicaciones, maestros informados que proponen otras… ¿Cómo debe proceder un centro ante esto?

Todo ha cambiado mucho en los últimos años, es cierto. Pero antes también pasaba. Los directores, o las administraciones, siempre han tenido vendedores llamando a su puerta constantemente. Con los libros de texto, por ejemplo. Con el actual bombardeo de recursos por parte de startup, no hay forma de evaluarlo todo. La pregunta que se hace un centro es: “¿Como sé qué hay en el mercado y qué es bueno o malo?”. Y la cuestión es que no hay un producto bueno, sino que depende del ecosistema o del currículo donde se aplique. Sabemos que aprender es complejo y que no hay ningún factor mágico. Para ello se ha de implicar a las escuelas en el proceso de selección de los productos.

¿Y cómo los evalúan?

Probando el producto sin pagar, o pagando poco. Y entonces la clave es habilitar webs donde los profesionales puedan ir compartiendo sus comentarios sobre los productos y los contextos en los que los han utilizado. Al estilo de webs como Tripadvisor.

Una última pregunta. Las nuevas tecnologías cada vez tardan menos en quedar obsoletas o superadas. ¿Esto significará que el sistema educativo tiene que gastar cada vez más? ¿Se puede evitar?

Pues no lo sé… Es algo que tendremos que resolver. Lo que es evidente es que tenemos que aceptar que la forma como adquirimos ahora tecnología no es la mejor ni es la que debería ser.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/05/01/a-los-gobiernos-les-cuesta-medir-cuales-son-los-problemas-tecnologicos-de-las-escuelas/

Fuente de la imagen: https://leaders.edweek.org/wp-content/uploads/2014/02/LTLF-Steven-Hodas-Emile-Wamsteker-940.jpg

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Ana Magallanes y Elena Callealta: «Los menores tienen normalizados los comportamientos que sustentan el maltrato»

Ana Magallanes y Elena Callealta recorren los colegios de Andalucía concienciando sobre la violencia de género en Bachillerato y en Secundaria

Europa/España/LaVozDigital.es

La violencia machista no es una realidad lejana que salga solamente en la televisión. Una de cada tres mujeres en el mundo será víctima de ella. En las primeras diez semanas del año han sido asesinadas en España nada menos que 19 mujeres. El año pasado 44 mujeres murieron a manos de sus parejas o exparejas en España. Tan sólo 15 de las asesinadas habían denunciado a su agresor. En Cádiz, 15 mujeres han muerto por violencia machista desde 2003. Según los datos del Consejo General del Poder Judicial, el año pasado 3.915 mujeres presentaron denuncias en la provincia, lo que supone casi once casos al día. Las cifras hablan por sí solas pero reflejan tan solo la punta del iceberg. La violencia de género afecta a mujeres de todas las edades y no distingue clase social, situación laboral, lugar de residencia, nivel educativo, posicionamiento ideológico o religión. La Junta de Andalucía registró el año pasado 385 denuncias de chicas entre 14 y 17 años.

En Cádiz, de las 3.915 mujeres denunciaron ser víctimas de machista, 385 fueron chicas de entre 14 y 17 años

«Es un tema que debe preocuparnos porque por estadísticas somos candidatas», alerta la pedagogaAna Magallanes. La formadora gaditana lleva años trabajando con temas de violencia de género e inteligencia emocional. Desde hace un año recorre junto con Elena Callealta, también formadora y psicopedagoga, los colegios andaluces impartiendo talleres para concienciar a los más jóvenes de una realidad a la que, en demasiadas ocasiones, no se le da la importancia que tiene. Las gaditanas trabajan desde Mesáuricasofreciendo programas tanto a las Administraciones Públicas como a empresas privadas. «Por ejemplo, –repasa Magallanes– hace poco hemos tenido un programa de empoderamiento con mujeres de la casa de acogida, mujeres en riesgo de riesgo de exclusión social, prostitución, inmigrantes y madres adolescentes».

En ocasiones, se ocupan facilitar una educación primaria; otras veces, realizan una segunda socialización enseñando a desprenderse de lo aprendido para poder adquirir una manera nueva de hacer las cosas. «Es necesario vigilar los comportamientos que arrancan cuando los jóvenes empiezan a tener las primeras relaciones afectivo-sexuales porque esos pequeños detalles sustentan las relaciones de desigualdad del futuro», advierten.

Uno de los objetivos de los talleres que imparten es erradicar la violencia como mecanismo para la resolución de conflictos. Para lograrlo, analizan las causas que la generan, ofrecen estrategias para reconducir las conductas y abogan por el uso de la inteligencia emocional como la mejor herramienta para solucionar los conflictos. «Plantar cara y posicionarse es fundamental para resolver esas situaciones desde el principio, para atajar conductas agresivas», sostienen. La perspectiva de género siempre está presente tanto si trabajan con el objetivo de empoderar a las mujeres para que tomen conciencia de sus derechos, como cuando facilitan a los hombre estrategias emocionales para que resuelvan los conflictos sin violencia. El sexismo a limitado al uso de la agresividad como el único recurso que se les valora en los varones.

Cercanía y sencillez

Los talleres que realizan Ana y Elena deben ser dinámicos para facilitar la participación de los jóvenes y se asemejan más a charlas cercanas con casos prácticos donde se recurre al humor, la ironía y el sarcasmo. Cuentan experiencias personales que exponen en improvisados teatrillos que realizan ellas o los adolescentes. Usan como recurso el ‘roleplay’, juego de roles, una dinámica de grupo en la que varias personas dramatizan situaciones de la vida real y actúan según el papel que se les ha asignado. Así, a partir de las conductas propias de los adolescentes, van desmontando mitos que existen como el que «etiqueta de chico guay al chico más gallito y chulo del instituto. Los menores tienen normalizados los comportamientos que sustentan el maltrato»», explica Magallanes.

También emplean material audiovisual como cortos y recurren a lo que se llama «aprendizaje por descubrimiento» que permite que los jóvenes sean los que analicen de una manera crítica los productos que consumen y reflexionen sobre ellos para que «sean dueños de su propio aprendizaje».

Otro aspecto a tener en cuenta es que las víctimas de acoso cada vez más jóvenes. Según el II Estudio sobre bullying y ciberbullying realizado por Fundación Mutua y Fundación ANAR en 2016 se ha reducido la edad media del acosado a los 10,9 años (desde los 11,6 del informe previo), que el problema sigue afectando en una proporción muy similar a chicos y chicas (casi en un 50%), y que aumenta significativamente el número de víctimas de siete años o menos. El problema se agrava cuando docentes y familias minimizan las actitudes de acoso y no se consideran como bulling la coacción, el aislamiento, la exclusión social, el hostigamiento y la intimidación.

«Para luchar contra este problema, los países nórdicos han implantado un programa que está funcionando muy bien y que ha conseguido bajar la incidencia en más de una 90%», explica Magallanes. La pedagoga gaditana hace referencia a KiVa, un sistema que no solo detiene a los acosadores sino que también aumenta el bienestar y la motivación por estudiar. El programa busca que el grupo esté concienciado para no permitir ciertas conductas ni considerarlas como válidas. Influye en los testigos para que no apoyen y rían la actuación del acosador. «La sociedad tiene que ser consciente de que es un problema de todos y que no es del ámbito privado.Es un problema social», concluye.

El teléfono de atención gratuita contra la violencia de género es el 016. No deja rastro en la factura y está disponible las 24 horas.

Fuente: http://www.lavozdigital.es/cadiz/lvdi-jovenes-maltratadores-no-conscientes-201705011639_noticia.html

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