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Entropía y educación normal, algunas reflexiones.

Por: Luis Palacios Ortega

RESÚMEN

La dinámica social educativa ha sido trastocada por los efectos de la pandemia por el COVID-19. Este ensayo está conformado por una serie de reflexiones en torno a los efectos de ésta en la educación normal y

¿Qué es la entropía?, en términos simples… En física se habla de entropía (simbolizada con la letra S), para referirnos al grado de equilibrio o de desorden molecular de un sistema termodinámico (Raffino, 2020). La entropía, desde esa visión, se puede entender desde dos perspectivas:  a) Entropía positiva, o sea, desorden creciente en un sistema, el cual, muchas veces puede ser un mecanismo de reorganización (Cazau, 1995), o puede ser síntoma de un sistema desarticulado, sin una hoja de ruta, sin una finalidad, o con finalidades disímiles y dispersas y b) la negentropía, entendida como entropía negativa, una tendencia a la organización, a la coherencia, o a la minimización del azar, es la eterna distinción entre el ser y el deber ser. La entropía es un concepto clave para la Segunda Ley de la termodinámica, es decir, la entropía es la energía excedente, desechable, producto de la acumulación de la energía residual en la transformación en procesos industriales, sólo por citar alguno, por lo que podríamos afirmar que nuestra civilización, a partir de la Revolución Industrial es una civilización entrópica, cuyo ejemplo más sentido es el calentamiento global y sus efectos.

El concepto de entropía se ha filtrado hacia algunas explicaciones sobre fenómenos sociales,  ¿existe una entropía social?, ¿existen fenómenos sociales que tienden al caos, a la entropía?, ¿qué implicaciones tiene en la educación?… No son preguntas que conlleven una respuesta sencilla, en virtud de que utilizar la teoría entrópica a los ámbitos sociales corre el riesgo de no ser precisa, ni responder de forma natural a la teoría que la generó, pero, hagamos el ejercicio de tratar de responder a las preguntas anteriores.

Si pensamos en una sociedad de la entropía, el desorden y el caos, estos se traducen, como ejemplo, en una forma de gobierno.  La confusión e incertidumbre son el escenario, mientras que la división es la herramienta política (England, 2015). Contextualizando esto a nuestro ámbito social, y desde una perspectiva epistemológica, podríamos decir que la nueva política que estamos viviendo en México conforma una visión del mundo radicalmente diferente, sustento de la llamada Cuarta Transformación. En esa lógica, se ha venido utilizado el conflicto, desorden y confusión para afirmar que una transformación se está ejecutando, está surtiendo efecto y se está cumpliendo con las propuestas de campaña más contradictorias y, con ello, validarla, evidenciar su transición al cambio y comprobar  que el “nuevo” modelo de gobierno no es igual a los anteriores. Nos encontramos en un proceso irreversible de búsqueda de un nuevo equilibrio entre dinámicas económicas y sociales, en un momento de entropía que toca la vida política, económica y, en el caso de este ensayo, la educativa (Linari, 2005).

Ejemplos de esta vinculación los presentan Linari (2005), quien ha abordado el concepto en su obra: “Entropía educativa, desde el sistema educativo y desde la perspectiva del sujeto”, y  Vicuña (2018) en su obra “La entropía pedagógica”, cuando asume la entropía como fenómeno visible en un sistema educativo, pero, ¿qué implicaciones se advierten en la educación?, ¿existe una entropía educativa? La educación, como parte del ADN social y que debiera responder a las condiciones cambiantes de un entorno, adaptando sus prácticas y sus contenidos a las necesidades del estudiantado y a sus intereses de formación,  está sometida a altos niveles de entropía. En contraste, la realidad muestra que las prácticas educativas son altamente tradicionales, organizadas, con bajos niveles de entropía. Esta negentropía, si bien permite un cierto control (un poco ilusorio) del proceso educativo, no permite que se introduzcan al sistema, nuevas formas de comprensión del mundo y de construcción de sentidos (Linari, 2005).

Las condiciones que desde hace más un año dominan el ámbito educativo en México, son las de un alto nivel de entropía, la cual tienen diversas implicaciones que van desde el ámbito académico hasta el administrativo. El distanciamiento social, la utilización de las herramientas tecnológicas y las pocas opciones organizativas, de ajuste a los programas y de evaluación, que la autoridad educativa “proporciona”, así como los programas o propuestas institucionales, no han sido pensados ni dirigidos a enfrentarla, y han llevado a muchos docentes al  cumplimiento (cumplo y miento) de su tarea académica, de su horario, de sus cargas cotidianas, sin mucho interés por el aprendizaje, en medio de una pandemia que llegó para quedarse.

A esto hay que sumarle, la “resistencia argumentada” a los cambios necesarios que la situación requiere y que se convierte en una defensa de la razón, o de la verdad concebida desde las propias experiencias, podría sintetizarlo en una frase: “las cosas siempre se han hecho así…”. Bordieu (1984) planteaba en su teoría, que los habitus se definen a partir de las prácticas sociales repetitivas, sociales o individualmente incorporadas, y que responden a lo concebido como adecuado, correcto o tradicionalmente validado. Se puede inferir aquí una especie de resistencia paradigmática sobre la cual ya nos había advertido Kuhn (1962), en su “Estructura de las revoluciones científicas”. Esta pandemia ha evidenciado, desgraciadamente, prácticas de simulación que hoy se descubren y magnifican, provocando múltiples reacciones en cadena, más aún si de lo que se trata es de cubrir un calendario con ciertos días efectivos de estudio y trabajo; de desarrollar en ese tiempo las competencias necesarias para conformar un perfil de egreso y poder informar cómo la escuela mexicana “atiende puntualmente” lo solicitado por la autoridad, no importando si los estudiantes aprenden al pasar largas horas frente a un monitor, con apenas un respiro para alimentarse y medio descansar; todo sea por cumplir.

Maestras y maestros exigen a sus alumnos y a sus familias realizar actividades, muchas de ellas sin un sentido formativo claro, que a menudo implican gastos adicionales: imprimir o comprar materiales; no se diga las tareas, a menudo absurdas: repeticiones de la repetición, resúmenes, memorizaciones o las “actividades” que, simplemente, no se comprenden, como “subir” al Facebook una tarea para que, a partir de cierto número de “likes”, se concrete la aceptación o no de ésta como referencia de evaluación, ¡que creativo!…. En este contexto, el  magisterio se encuentra en el umbral de un riesgo gravísimo en su labor: el de estar entrando en una normalización sobre la explotación, la precarización, la obediencia, la incertidumbre, aderezado con una buena dosis de miedo, con el cual se pretende mantener cierto orden, cumplir de manera exhaustiva con las exigencias y directrices, competencias a desarrollar, perfiles de egreso, estándares, lineamientos, currículo mínimo sugerido, mejorar los puntajes obtenidos en las pruebas nacionales e internacionales, atención a los proyectos institucionales, entre otras fundamentaciones bastante estáticas. En este escenario, lograr que el proceso educativo se transforme/contextualice/adapte/evolucione en la medida que la teoría y la realidad se transforman, es poco probable.

¿Existe una relación entre la entropía y la Educación Normal? Como mencioné en el principio de este escrito, el concepto de entropía (del griego ἐντροπία que literalmente significa “vuelta”), tiene su origen en el nivel de desorden molecular de un sistema. Lo que contrasta con lo anterior es que, en la educación, cuando existe caos, dudas, desorden, conflictos cognitivos, casi siempre se genera aprendizaje, pero, ¿en qué nivel de atención a la entropía se encuentra la Educación Normal en México?

Es innegable que la Educación Normal mexicana se mantiene anclada a su pasado, a lo conseguido,  lo instituido, donde cada quien permanece en su lugar y donde los cambios o reformas no se articulan, no producen alteración alguna y no se crea algo nuevo. Está más preocupada por justificar y asegurar su supervivencia y estabilidad, dejando de lado responder a las necesidades de los alumnos y de la sociedad contemporánea. El normalismo se ha convertido en una barrera para la incorporación de enfoques y propuestas educativas que rompan el status quo del mismo que, con sus principios, valores, preceptos y aportaciones, ha quedado muy lejos del siglo XXI, mientras que los retos actuales de la complejidad de la formación parecen continuar olvidados. La formación para la docencia ha sido conceptualizada e interpretada en términos exclusivamente del hacer, esto es, desde el punto de vista instrumental y técnico, enfoque que se mantiene vigente desde la última mitad del siglo pasado hasta el día de hoy.

Por lo anterior, es muy fácil entender por qué, en la situación actual, las autoridades educativas responsables de “hacer funcionar” a las escuelas normales, no han entendido que la educación normal es un sistema de altos niveles de entropía, con la capacidad y la obligación de reorganizarse y re-significarse permanentemente, tal como lo plantean las reflexiones sobre las pedagogías activas (Ausubel, 1983; Garner, 1987; Berstein, 1988), y las más contemporáneas reflexiones sobre pedagogías sociales (Quintar, 1998; Bauman, 2000; De Sousa, 2012), las que  proponen comprender la realidad social como un sistema o un conjunto de sistemas altamente cambiantes, a los cuales la educación debe dar respuesta como subsistema del macro sistema cultural.

En contraste, la respuesta oficial ha sido estandarizar siempre. Una solución económica y técnicamente viable, que, sin embargo, no garantiza respuestas a las preguntas específicas de las regiones, ni soluciones a las problemáticas propias de cada escenario educativo. Tal es el caso del escenario que vivimos hoy. Existen varios ejemplos de que la educación normal no contempló ajustes a sus procesos, un caso claro y preocupante, son los criterios de evaluación, cuya operación en la realidad  va completamente contra el pensamiento pedagógico contemporáneo. Así mismo, la educación normal, parece desconocer propuestas que abonarían a mejores procesos educativos, por ejemplo, que la verdadera pedagogía es la de la potenciación de las capacidades del sujeto (Quintar, 1998),  que el desarrollo colectivo es posible en la medida que se propicie individualmente (Sen, 1999),  o incluso que el desarrollo debe ser a escala humana, reconociendo las particularidades económicas, sociales culturales y cognitivas de cada región y de cada sujeto (Max Neef, 1993), sólo por citar a algunos. La formación de maestros en México está más alejada que nunca de  funcionar a partir de la diversidad propia de la escena humana en la ciencia, la técnica, el arte y las humanidades, todas enmarcadas en sus propias realidades crono-geográficas, histórico-geográficas (De Sousa, 2012), lo que evidencia de forma alarmante la brecha que hay entre la educación y la realidad.

A  este panorama actual de la educación normal, hay que sumarle un problema de los estudiantes: el uso de dispositivos e internet. No me refiero a que cuenten con el internet o no, me refiero al impacto de la información y lo informacional, de la tecnología y de la globalización de las relaciones sociales, entendiendo como información al grupo  de datos ya supervisados y ordenados, que sirven para construir un mensaje basado en un cierto fenómeno o ente. La información permite resolver problemas y tomar decisiones, ya que su aprovechamiento racional es la base del conocimiento, mientras que lo informacional se refiere al saber cuándo y por qué necesitas información, dónde encontrarla, y cómo evaluarla, utilizarla y comunicarla de manera ética (Cuevas y Vives, 2005).

El problema que yo veo, con preocupación, es que los estudiantes normalistas han tenido que continuar con sus procesos de aprendizaje en el distanciamiento y sus efectos emocionales, económicos y familiares, resolviendo (en el mejor de los casos), las exigencias y prácticas muy particulares de sus maestros, y pensando que el hecho de contar con internet en cualquier dispositivo, es sinónimo de éxito en su formación. Con la tecnología (las TIC), el internet y la llamada educación a distancia las trampas se vuelven más sutiles. La pantalla y los buscadores nos llevan a creer que tienen la biblioteca en casa y pueden enterarse y leer sin comprar libros. El cómputo, su velocidad  y los instrumentos sofisticados, nos distraen y han llegado al punto de conceptualizarse como herramientas “indispensables”, más allá de lo que podemos lograr con ellas.

El problema que se presenta en esta era de la información, no es cómo utilizar el internet o la biblioteca para encontrar o canalizar información, sino cómo transformar esta información en conocimiento y cómo transformar el conocimiento en sabiduría. Los estudiantes deben saber cernir, desgranar la información que entra por nuestros sentidos, como la corriente de agua subterránea que se purifica al pasar por el manto de piedra. La palabra epistemología se refiere a ello: episteme es un término griego vinculado a crisis, construcción de juicio, criterio, de ahí significa por derivación cernir. Nuestro conocimiento es lo que hemos experimentado hasta ahora en la vida cotidiana, nuestros valores y lo que observamos, la concepción del mundo poseída desde nuestro particular punto de vista.

Por si fuera poco, cuando nos conectamos a internet ya no vemos el bosque, bueno, ni siquiera los árboles, vemos sólo hojas y ramas, pues entramos a un ecosistema de tecnologías de interrupción, donde tanto Google como Microsoft nos presentan pedazos o fragmentos de la realidad a través de sus buscadores (Carr, 2010).  El peligro de esto es que la misma escuela  prioriza entender textos y dejar de entender el mundo, lo que equivale a separar texto de contexto. El error está en  entrar en un mundo de palabras como única manera de entender la realidad, cuando vivimos en un mundo de no-palabras, un mundo de relaciones complejas (Morin, 1999). Actualmente se extiende la confusión entre texto y contexto; entre lo que leí, planeé o encontré en algún texto y lo que la realidad me exige. Por esa razón proliferan, ante las limitaciones y las condiciones de la educación en México, aquellos que creen que se educan porque saben “copiar y pegar” o “cortar y pegar” o asisten a cursos y diplomados.

Reflexiones finales

¿Cómo darle la “vuelta”, a partir de lo expuesto, sin pretender ofrecer una receta de lo que “debe hacerse”?, considero necesario que la educación normal, atienda lo que planteo en las siguientes reflexiones finales:

  1. Poner en perspectiva el efecto multiplicador y amplificado que tiene la educación normalista y su importancia estratégica, en virtud de que la función del profesor ha sido reducida a fungir como un operador de planes y programas educativos. Se ha promovido la idea de que el profesor no es más que el último eslabón en la maquinaria educativa, cuyo papel consiste en reproducir los modelos, contenidos y pautas en turno, atendiendo a los intereses de las organizaciones internacionales que buscan la globalización de la educación y la cultura a través de reformas educativas estandarizantes.
  2. La educación normal requiere urgentemente de autonomía académica suficiente. Esto conlleva un cambio estructural del Sistema Educativo: que las escuelas normales sean reconocidas administrativa, académica y presupuestalmente como escuelas de educación superior. Esto permitirá que propuestas, como las expuestas en este documento, sean motivo de discusión, implementación y evaluación y su operación no dependa de imposiciones centralizadas, que pocas veces (por no decir ninguna) son resultado del conocimiento de los procesos de formación docente y las necesidades de atención locales-regionales que deben atender los egresados de la Educación Normal.
  3. La autonomía tiene sus beneficios, a) el de crear métodos de enseñanza dirigidos a las generaciones actuales, lo que permitirá guiar a los adolescentes y jóvenes a ser sensibles y responsables con el mundo que les rodea, prepararlos hacia resolver problemas actuales y situaciones de la vida diaria; es decir, crear métodos de desescolarización ( Illich, 1985). b) cuestionar si la escuela normal cumple su cometido como institución educativa al continuar con técnicas de enseñanza obsoletas para adolescentes y jóvenes, ya que los adolescentes de hoy no piensan como los del pasado; en consecuencia, las técnicas de enseñanza que se siguen aplicando ya no son eficientes para lograr la reflexión y un pensamiento crítico. c) Cuestionar si el método pedagógico resulta eficiente para la enseñanza, admitiendo su obsolescencia para las necesidades educativas, es decir, si ya no es coherente con el tiempo y los problemas actuales.
  4. Otro aspecto importante se relaciona con la naturaleza de la educación normal. Me refiero a que esta institución del estado necesita desarrollar una línea pedagógica orientadora,  buscando que el sistema de educación normal en México se transforme en un sistema abierto, permeado de las realidades exteriores, en la medida que este no se forme, no se apropiará de nuevas perspectivas teóricas, no incorporará el uso de nuevas tecnologías a su praxis, o desarrollará cierto activismo pedagógico que producirá una intencionalidad pedagógica clara (Ranciere, 2003).
  5. Desde la perspectiva de las funciones sustantivas, en la medida en que no fomentan la investigación, no propician espacios de reflexión pedagógica ni la incorporación de modelos activos o sociales que se acerquen más a la realidad de los contextos que se atienden.

Concluyo con la siguiente síntesis: a mayor entropía (caos, incertidumbre), mayores posibilidades de emancipación intelectual (Ranciere, 2003), mayores posibilidades de constitución de capitales sociales de contexto (Bordieu, 1984), y mayor posibilidad de incorporación de modelos educativos propios de las dinámicas contemporáneas de los sujetos (Garner, 1987). En contraparte, menor entropía, mayor organización estandarizada, menor capacidad de adaptación a los cambios, mayor riesgo de pérdida de utilidad práctica del sistema educativo formal y menor capacidad de respuesta a los cambiantes problemas de la sociedad contemporánea (Bauman, 2000), cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia…

Fotografía: unicoos

REFERENCIAS

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contemporáneos. Educación y Humanismo, 19 (33), 271-288. doi: http://dx.doi.org/10.17081/eduhum.19.33.2644

Ausubel, D. (1983). Psicología educativa: Un punto de vista cognitivo. México: Trillas.

Bauman, S. (2000). Modernidad líquida. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Berstein, B. (1988). Poder, educación y conciencia. Santiago: CIDE.

Bordieu, P. (1984). Sociología y cultura. Argentina: Grijalbo.

Carr, Nicholas (2010), The Shallows: What the Internet Is Doing to Our

Brains, New York: W. W. Norton & Company, ISBN: 978-0393072228

Cazau, P. (1995). La teoría del caos. Recuperado de

http://www.uca.edu.sv/facultad/chn/c1170/Teoria%20del%20caos.pdf

De Sousa, S. B. (2012). Epistemologías del sur. México: Siglo XXI Editores.

Cuevas, A., & Vives, J. (2005). La competencia lectora en el estudio PISA. Un análisis desde la

alfabetización en información. Anales De Documentación, 8, 51-70. Recuperado a partir de https://revistas.um.es/analesdoc/article/view/1541

England, J. (2015). Entropía social y teoría de caos social. Recuperado de

https://www.englandlab.com/publications.html

Figueira, F. (2008). La desigualdad como clave social del desarrollo maniatado. Buenos Aires:

Clacso.

Gardner, H. (1987). Las estructuras de la mente. México: Fondo de Cultura Económica.

Gómez-Hernández, José-Antonio. (2007). Alfabetización informacional: cuestiones básicas.

Anuario ThinkEPI, 2007, v. 1

Illich, I. (1985). La sociedad desescolarizada. México. Grupo Editorial Planeta.

Kuhn, T. (1962). Teoría de las revoluciones científicas. México: Fondo de Cultura Económica.

Linari, D. (2005). Entropía Educativa. Buenos Aires: Dunken.

Max, N. M. (1993). Desarrollo a escala humana. Icaria: Barcelona.

Mineducación. (2019). Ministerio de Educación Nacional. Recuperado de:

https://www.mineducacion.gov.co/portal/Preescolar-basica-y-media/

Morín, E. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Paris: UNESCO.

Quintar, E. (1998). La enseñanza como puente a la vida. México: IPECAL.

Raffino, M. (2020). “Entropía”. Disponible en: https://concepto.de/entropia/. Consultado: 27

de octubre de 2020.

Ranciere, J. (2003). El maestro ignorante. Barcelona: Laertes.

Revista Semana. (2016). La educación de Uribe Vrs la de Santos. Recuperado de

https://bit.ly/35K4Acb

Sen, A. (1999). Desarrollo y libertad. Barcelona: Planeta.

Vicuña, S. (2018). La entropía pedagógica. Lima: Yopublico.

Fuente e imagen: insurgenciamagisterial

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MORENA no asume ningún compromiso con la EDUCACIÓN PÚBLICA en las actuales elecciones

Por: Colectivo Insurgencia Magisterial

En las elecciones presidenciales de 2018 el magisterio fue una pieza clave para el triunfo de AMLO. MORENA impulsó diversas estrategias para lograr los votos de las cúpulas del SNTE, la CNTE y el CEND-SNTE. Se prometió tirar la reforma del Pacto por México y se asignaron varios “puestos” a personajes vinculados a las cúpulas magisteriales.

En las elecciones federales del 2021, las cosas son distintas, MORENA da por sentado que cuenta con los votos del magisterio, por ello, ya no plantea ningún compromiso en materia de educación pública o de mejora de las condiciones laborales de las maestras y maestros.

MORENA llama al magisterio a un VOTO MASIVO sin asumir ningún compromiso con el desmantelamiento del NEOLIBERALISMO, lo cual no se ha concretado.

Los invitamos a revisar la Plataforma Electoral que MORENA registró ante el INE y así conocer los compromisos que asumen ante los ciudadanos que voten por los Candidatas(os) que postulan. Por ejemplo, en materia educativa la plataforma dedica un apartado a la educación denominada: DERECHO A LA EDUCACIÓN. Éste se compone de 5 párrafos, en los dos primeros MORENA culpa a los gobiernos anteriores de la devastación de la educación pública y en los dos últimos hacen un reporte cuantitativo de las Universidades para el Bienestar.

Transcribimos textualmente el tercer párrafo, que es lo que más se acerca a lo que podríamos denominar COMPROMISOS:

“Ante esta circunstancia, nos hemos comprometido desde un inicio a mejorar las condiciones materiales de las escuelas del país, a garantizar el acceso de todos los jóvenes a la educación y a revertir la mal llamada reforma educativa. La Secretaría de Educación Pública tiene la tarea de dignificar los centros escolares y el Ejecutivo federal, el Congreso de la Unión y el magisterio nacional se encuentran en un proceso de diálogo para construir un nuevo marco legal para la enseñanza.”

El primer enunciado alude a un compromiso del año 2018, el cual no se ha cumplido y en el segundo se informa de una atribución de la SEP y de un supuesto proceso de diálogo, el cual es inexistente. No existe ni un compromiso puntual de MORENA con la educación pública, ni con la mejora de las condiciones laborales del magisterio.

Pulsa aquí para leer Plataforma Electoral de MORENA en este proceso electoral 2021.

Fuente e imagen: Insurgencia Magisterial

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La Educación como factor para la normalización de la Sociedad.

Por: Carlos Sandy

El maestro Eduardo Galeano expresó en una de sus múltiples conferencias  un pensamiento que describe lo que viven los pueblos del mundo en estos tiempos. Dominados por las élites a través de la tecnología, en esta actualidad  la realidad ha superado a la ficción.  ” Nos tienen de conejillos de indias y que quizás nunca fue tan impune la tecnología del terror en el manejo del mundo, creo es así. Este es un mundo condenado al miedo continuo, ese si es full time”  dijo Galeano en uno de esos  instantes lúcidos y proféticos que caracterizan a los grandes pensadores.   Y son precisamente estos momentos inéditos que vive el mundo, en medio de una pandemia y de una globalización, que se está utilizando   la tecnología y el distanciamiento social como armas de control masivo de la sociedad. Nada será igual después de esto. La sociedad debe desaprender y perder el miedo para ser mejor, evolucionar hacia un humanismo que se ha perdido y la educación es la ruta que debe trazarse.

Un enemigo invisible ha causado terror y miedo, aunado al bombardeo incesante de noticias manipuladas para generar  una realidad virtual y aumentada de las cosas,  así como el confinamiento social ha generado  terror, miedo, zozobra y parálisis en la gente.  La parálisis no solo es económica y social es también intelectual y educativa.  Los estragos son múltiples y quizás irreversibles en el aspecto educativo. Los niños y jóvenes del mundo no pueden ir a la escuela.  Y es tan importante este rubro social  que la Educación sirve como un indicador  de la pandemia: en  cuando más pronto se regrese a clases se regresará también a la normalidad social, esa es la apuesta.

La educación es fundamental para recuperar la normalidad de la vida social y política en todos los países afectados por este flagelo.  Eso es lo primero, luego vendrá la recuperación económica en cada país.  Tomar acuerdos de manera global pone a la Educación en el ámbito de la importancia que debe tener para las sociedades. Cómo nunca antes se espera el momento de abrir las escuelas y un pronto regreso a las clases  presenciales, a partir de ese momento surgirá una nueva escuela.  Será sin duda un bálsamo de alivio social para cada país y que servirá para recuperar poco a poco esa normalidad de la vida en sociedad, dónde la escuela y la educación representan el regreso de la paz en los pueblos.

Fuente: https://insurgenciamagisterial.com/la-educacion-como-factor-para-la-normalizacion-de-la-sociedad/

Fotografía: Facebook/Sinautorvisible

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La educación pública en manos neoliberales: tres impactos en México.

Por Redacción de Insurgencia Magisterial

A nivel federal las celebraciones por el cumplimiento de los dos años del triunfo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se centran en la exhaltación de dos aspectos: el fin del neoliberalismo y el combate a la corrupción. Sobre esos dos elementos se tejen diversas narrativas. Lamentablemente en el campo de la educación pública, el consenso apunta a que esto no ha ocurrido.

Pero más allá de que AMLO decidiera no impulsar una política educativa no neoliberal en el campo de la educación pública, lo cual fue una promesa de campaña, alarma que cedió la rectoría del Estado en este rubro a uno de los grupos empresariales más depredadores del país. Este grupo empresarial contaba desde hace años con una agenda privatizadora en materia de educativa, la cual se ha convertido ahora en política gubernamental.

A menos de dos años que este grupo empresarial capturó al gobierno de AMLO, sus decisiones ya empiezan a mostrar impactos en el desmantelamiento de la educación pública, que parecen ya irreversibles. A continuación presentamos tres impactos.

  1. El contenido, los métodos y fines de la educación pública apuntan a la consolidación de la formación de un “sujeto neoliberal”. De manera acelerada se perfeccionan los mecanismos de construcción de ciudadanos funcionales para el neoliberalismo, incorporando el “aprendizaje” de nuevas herramientas que buscan resolver fallas de mercado, tales como el emprendedurismo, el “control” emocional, la “educación financiera” o la alimentación “sana”. Este enfoque funcional, se caracteriza por no cuestionar las causas estructurales que originan los “problemas”.
  2. La centralización de la toma de decisiones y con ello el erosionamiento del federalismo, que implica que se estandaricen intervenciones, desconociendo las diferencias contextuales. Esta centralización del poder empieza a impactar en las decisiones que se están tomando en el rubro financiero, acelerando los procesos de privatización ya conocidos e incorporando otras expresiones como la venta de información del Sistema Educativo a redes corporativas.
  3. El desmantelamiento, coptación o negociación con organizaciones magisteriales para nulificar puntos de resistencia o interpelación que pudieran poner en peligro el “arreglo” de AMLO con ese grupo de empresarios a los cuales “vendió la Secretaría de Educación Pública”. Esto lo ha logrado AMLO de manera sorprendente.
    La CNTE está feliz con “mesas de negociación” que las atiende personalmente AMLO. Las críticas que realizan son “suaves” y dirigidas a la “nada”, han logrado una “bilateralidad” cómoda. A cambio se han desmovilizado y guardado un silencio cómplice. Un  ejemplo es la declaración en Facebook del combativo líder de la Sección 9 hace unos momentos, dice: “Un supuesto “Encuentro de docentes con el Secretario de Educación” que resulto un monólogo desde el poder, ni los veo ni los oigo. Profr. Pedro Hernández Morales, Secretario General Sección 9 Democrática SNTE-CNTE”, a eso se reduce la combativa CNTE.
    Otro “referente nacional, ” el CEND del SNTE, está ocupado en formar comités para defender a AMLO y con ello obtener candidaturas en las próximas elecciones. Al igual que la CNTE sus críticas a lo que ocurre en la educación pública  en la 4T, no se traduce en una agenda de lucha.

Estos tres impactos combinados muestran un desmantelamiento acelerado de la Educación pública en México, algo que ni el PRI, el PAN o el PRD soñaron estando en la cúspide del “pinche” poder.

Fuente: https://insurgenciamagisterial.com/la-educacion-publica-en-manos-neoliberales-tres-impactos-en-mexico/

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Formación de Sujetos u Objetos en la Educación Mexicana

Por: José Carlos Buenaventura[1] Coordinador del Seminario de Perspectivas Críticas en Educación de México y Latinoamérica: construcción y discursos y prácticas.

Idealistas seríamos si, dicotomizando la acción de la reflexión, entendiéramos o afirmáramos que la mera reflexión sobre la realidad opresora que llevase a los hombres al descubrimiento de su estado de objetos significara ya ser sujetos. No cabe duda, sin embargo, de que este reconocimiento, a nivel crítico y no sólo sensible, aunque no significa concretamente que sean sujetos, significa, tal como señalara uno de nuestros alumnos, “ser sujetos en esperanza”. Y esta esperanza los lleva a la búsqueda de su concreción.

Paulo Freire[2]

El problema de la formación no es sólo importante para los pedagogos, sino para todos aquellos que consideren necesario que haya cambios profundos en las sociedades americanas. Por esto, es necesario preguntarse: ¿qué seres humanos está formando el actual proyecto educativo? Y ¿qué seres humanos se necesitan formar para poder resolver los grandes problemas nacionales que permitan el desarrollo de la nación y la dignidad de los mexicanos? Estas preguntas se pueden responder de una forma inmediata, pero comprender el sentido de la respuesta implica un esfuerzo de análisis y cuestionamiento.

A la pregunta número uno se puede responder que en el marco del proyecto de la educación neoliberal a los seres humanos se les forma como objetos. La respuesta de la segunda pregunta es que para resolver nuestros problemas se debe formar a los seres humanos como sujetos.

Las preguntas y las respuestas pueden ser claras en su escritura. Sin embargo, como ya señalaba Hugo Zemelman, vivimos en un mundo polisémico,[3] donde el significado de las palabras no es claro, por lo tanto no podemos llegar al acto de comunicación ni a realizar acciones concretas para resolver los problemas que tenemos.

Ante estas respuestas tenemos que presentar algunas aclaraciones, lo que implica una postura epistemológica y política de cómo se comprenden las respuestas dadas.

En los últimos años, en el campo pedagógico y educativo se ha hecho una reducción a la comprensión del ser humano que se está formando. Se plantea que siempre se están formando sujetos o que ya se es sujeto, utilizando de cierto modo la categoría de sujeto como una esencia de los seres humanos, con lo cual se reduce la discusión de qué seres humanos se están formando, ya que si el objetivo de los procesos pedagógicos es formar sujetos y éstos ya lo son, entonces ya no tiene ningún valor la discusión y la construcción de proyectos que busquen este objetivo. En este sentido, el discurso que ve a todos como sujetos se convierte en un discurso esencialista y no problematizador. Se convierte el ser sujeto en sinónimo de ser humano, lo cual fue utilizado desde la década de los ochenta por especialista en educación para justificar el proyecto educativo neoliberal.

Plantear el problema de la formación de sujetos u objetos no es nada novedoso, eso lo podemos ver en la obra de Paulo Freire, Pedagogía del oprimido, donde él a lo largo de su obra habla de los sujetos y los objetos. Freire tenía influencias de teorías como el marxismo y la teología de la liberación. En México, en el terreno educativo, por ejemplo, el marxismo se considera una teoría superada, ya que se pensaba que el marxismo es sólo el ortodoxo y dogmático, y por eso se negó o se hizo a un lado en la construcción del conocimiento pedagógico; sin embargo, ante esta postura hay otras que consideraron lo contrario, ejemplo de ello es el trabajo de Hugo Zemelman que sostuvo que el marxismo crece con la historia.[4] ¿Por qué hablar del marxismo? Porque quienes trabajaban el marxismo antes de la década de los ochenta trabajaban con la tensión pedagógica de formar a los seres humanos como sujetos o como objetos, donde la discusión con el marxismo tenía relación con el debate de la cosificación del ser humano y con la mercancía. Al verse hecho a un lado el marxismo en la educación en México, se dejó a un lado, también, la discusión de la formación de los objetos.

En este trabajo se asume que los seres humanos pueden ser formados como sujetos o como objetos. Se concibe tanto al sujeto como a la noción de objeto como una categoría, que puede ayudar a la comprensión de los procesos pedagógicos y a la construcción de conocimiento en este campo. Asimismo, es importante señalar que se entiende “categoría” como lo plantea Hugo Zemelman: aquella palabra que puede tener múltiples contenidos.[5]

Por la necesidad de comunicar aquello que llamamos en este texto sujeto u objeto, diremos algunos conceptos, los cuales no son los únicos significados ni son definiciones terminadas, sino son un intento para podernos comunicar con el lector. El sujeto se puede concebir como un individuo o un colectivo que construye la historia y su propia historia, es un actor, participa en la construcción de un proyecto de sociedad que corresponde al desarrollo de su pueblo y de sus propias necesidades económicas, políticas, culturales, sexuales y otras.[6] Por otro lado, siguiendo el pensamiento feminista mexicano, se toma como objeto un “ser para otro”,[7] que lleva a cabo proyectos de sociedad u otro tipo de proyectos para otros, de otros países, de otras naciones, de otras sociedades, de otros pueblos, es decir, es un ser colonizado, inferiorizado y excluido de las decisiones de su propia sociedad y vida. Un individuo puede ser objeto, pero también colectividades u organizaciones sociales.

Cuando se habla de sujetos u objetos, no se piensa en identidades definitivas y completas, sino como procesos que constantemente se están dando y en los cuales es necesario toda una maquinaria psico-social y cultural para poderse concebir y vivir como sujeto u objeto.[8]

No se está pensando al objeto como el objeto de investigación que se construye en un proceso de investigación, sino que se parte de la necesidad y la pregunta: ¿quién no es sujeto, qué es? La respuesta que se trata de sostener, es que es un objeto.

Lo antes dicho sirve de base para hacer algunas propuestas conceptuales que se consideran pertinentes con los objetivos que se plantean en esta obra, que es perseguir la construcción de las pedagogías de cada uno de los pueblos humanos que conforman la nación mexicana. Desde los años noventa, Adriana Puiggrós hizo un aporte fundamental para la comprensión de los procesos pedagógicos. Ella propuso la categoría de sujeto pedagógico; considero que es necesario además proponer la categoría del “objeto pedagógico”, la cual nos permitiría construir conocimiento de cómo se forman los seres humanos que no son sujetos, sino objetos o “cosas de otros”, como los niños de la calle, las prostitutas, los inmigrantes pobres y excluidos de los países, los habitantes de pueblos colonizados que viven explotados y en la miseria, u otros.

De acuerdo con Adriana Puiggrós el sujeto pedagógico lo: “definimos como las múltiples articulaciones posibles entre el educador, el educando y los saberes, tomando los términos educador y educando en un sentido amplio, referido a todos los sujetos sociales que enseñan y aprenden.”[9]

A partir de este planteamiento podemos considerar o presentar otras relaciones que, considero, pueden fortalecer la categoría de sujeto pedagógico, pero además abrir la pedagogía para incluir en su estudio otras realidades, que no sean exclusivamente las escolares. Las relaciones con la cuales también se podría comprender el sujeto pedagógico son:

  1. Creencias, sujeto que enseña y sujeto que aprende.
  2. Conocimientos, sujeto que enseña, sujeto que aprende.
  1. Saberes, sujeto que enseña, sujeto que aprende.

En esta lista ya estaría incluido lo que nos señala la autora.

Esta propuesta de incluir otras nociones epistémicas está influido por el trabajo de Luis Villoro, Creer, saber y conocer.[10] El tomar estas nociones nos permiten pensar de una forma más compleja los procesos pedagógicos, y no excluir elemento que son fundamentales en los momentos de la formación de los seres humanos. Y más aún cuando la noción de conocimiento fue limitada y controlada por un paradigma dominante, como es el de la ciencia de occidente, que no consideraba como conocimiento lo que provenía de las humanidades o de los pueblos colonizados. Como bien los describe Boaventura de Sousa Santos en su libro Crítica de la razón indolente.[11]

Incluir las nociones de creencia y conocimiento también nos lleva al cuestionamiento de la neutralidad del conocimiento pedagógico y de la educación, ya que como señala Paulo Freire, todo acto educativo es un acto político, el cual responde a los intereses de una sociedad, así también de determinados sectores sociales y hasta de individuos determinados.

Por otro lado, mi propuesta de la categoría de objeto pedagógico estaría conformada de las siguientes relaciones:

  1. Ideología, objeto que enseña, objeto que aprende.
  2. Conocimiento colonizador, objeto que enseña, objeto que aprende.
  3. Ideología, sujeto que enseña, objeto que aprende.
  4. Conocimiento colonizador, sujeto que enseña, objeto que aprende.

En la primera propuesta se puede decir que lo que se transmite es una ideología. En este sentido, se necesita hacer algunas aclaraciones de la forma como se trabaja el concepto de ideología; para ello la base es el trabajo de Luis Villoro, El concepto de ideología y otros ensayos.[12] La ideología no se comprende como sinónimo de cosmovisión o de todo tipo de pensamiento que tenga un sector social o pueblo o individuo, sino en los términos que planteaba Villoro:

Las creencias compartidas por un grupo social son ideológicas si y sólo sí:

  • No están suficientemente justificadas; es decir, el conjunto de enunciados que las expresan no se funda en razones objetivamente suficientes.
  • Cumple la función social de promover el poder político de ese grupo; es decir, la aceptación de los enunciados en que se expresan esas creencias favorece el logro o la conservación del poder de ese grupo.[13]

La noción de ideología no se concibe como una categoría omniabarcante, sino como un concepto que permite explicar el uso de determinadas creencias que favorecen la visión de determinados grupos para mantener su poder y dominio sobre otros. En este orden, entra el análisis de lo que producen los medios de comunicación e información, las redes sociales, los discursos políticos, las campañas publicitarias y todas aquellas acciones y procesos que producen determinados procesos de formación que no persiguen la libertad, emancipación, dignidad y cumplimiento de los derechos de los seres humanos; además, se vuelven pieza clave para que esto no suceda.

En la segunda propuesta podemos encontrar el lugar de conocimiento, pero éste utilizado con fines de colonización y explotación del otro. Boaventura de Sousa Santos nos menciona en su texto de Crítica de la razón indolente, donde el conocimiento que dominó en la ciencia de occidente en la época moderna es el conocimiento-regulación y que su objetivo es el colonialismo.[14] El conocimiento-regulación se nombra en este trabajo como conocimiento colonizador, en un esfuerzo de síntesis de este tipo de procesos, que siguen aconteciendo en la actualidad, de unas naciones sobre otras y no sólo entre naciones. Como señala Pablo González Casanova, el colonialismo también es interno, de ciertos grupos sociales culturales a otros que están dentro de un mismo Estado nacional.[15]

Los procesos pedagógicos para formar a los seres humanos como objetos no es sólo que se transmitan determinados elementos epistémicos, sino que pueden ser varios a las vez, se hace presente la complejidad de los procesos de formación de los seres humanos como objetos, ya que pueden estar presente la transmisión de la ideología y del conocimiento colonizador a determinados grupos sociales o pueblos al mismo tiempo.

El uso de los conceptos de ideología y el conocimiento colonizador, nos permite tener herramientas para poder comprender y describir otros procesos pedagógicos, que necesitamos conocer para transfórmalos y cambiarlos. Ya que el objetivo de una posición digna y democrática es que los seres humanos no sean objetos, sino sujetos. Esto no se resuelve al anular la palabra de objeto en el discurso educativo; sino comprendiendo y construyendo procesos, otro tipo de contenidos e inventando herramientas para llevar a cabo procesos pedagógicos.

Ejemplos de la categoría de objeto pedagógico pueden ser los siguientes:

El primer ejemplo es el discurso de la calidad como ideología que forma a los estudiantes como objetos y como consumistas, que no está transmitiendo los conocimientos básicos a los estudiantes de educación básica, como son: leer, escribir y hacer cuentas. Además, esconde la gran crisis educativa que el discurso y la política de la calidad ha impulsado desde la década de los ochenta, datos como el que 4 millones 749 mil 057 sean analfabetas para el 2015[16] o se plantee el problema del analfabetismo funcional; por un lado, su definición es un problema, por ejemplo la UNESCO define como analfabeta funcional a una persona mayor de 15 años que, más allá de que tenga la capacidad de leer y escribir, no ha cubierto al menos 4 años de educación básica o ha abandonado el sistema educativo, pero ¿qué pasa con estudiantes que cursan primaria, secundaria y hasta a veces bachillerato que no saben leer, escribir, ni hacer cuentas, de los cuales no existen datos precisos? Para el 2011 Rosaura Ruiz (directora en aquellos años de la Facultad de Ciencias de la UNAM), daba el dato de que en México había 33 millones de analfabetas funcionales en México.[17] Otro gran problema que hace presente la crisis educativa en México es que alrededor del 90% de los jóvenes no son aceptados en las universidades públicas de prestigio y consolidadas, por no alcanzar los aciertos o por no tener conocimientos necesarios para ingresar a la educación superior. [18]

El segundo ejemplo es aquel en donde se transmiten los conocimientos de los grupos dominantes, en el caso de México, los mestizos. Con ello las personas que son de pueblos originarios reniegan de su origen étnico y hacen que sus creencias, saberes, conocimientos ya no se transmitan a su descendencia, para dejar de “ser indio”, pobre y mal hablado; en términos de Boaventura de Sousa Santos, se da un epistemicidio. Esto sigue presente cuando en todo el Sistema Educativo Nacional no se enseña las diferentes variables de las lenguas de los pueblos originarios que integran México.

Al pensar con la categoría del objeto pedagógico se puede señalar que la crisis de la educación, por un lado, es la aplicación de la ideología de un grupo dominante sobre los otros que conforma México; por otro lado, al mismo tiempo es la negación del conocimiento, saberes y creencias que tienen diferentes pueblos de México. Y que aunque en el discurso ideológico de la educación de calidad se dice que estamos en la sociedad del conocimiento, es lo que en realidad no estamos teniendo los mexicanos: el conocimiento. Para finalizar, podemos decir que la pedagogía neoliberal también es una pedagogía de la ignorancia.

Referencias

[1] Licenciado en Pedagogía y coordinador del Seminario de Perspectivas Críticas en Educación de México y Latinoamérica: construcción y discursos y prácticas. Agradezco las correcciones y sugerencias de David Elías Hernández Morales y de Miriam Isabel Arcieniega.

[2] Paulo Freire, Pedagogía del oprimido, México, Siglo XXI Editores, p. 169.

[3] Hugo Zemelman señalaba: “Lo que quiero decir es que en el mundo donde vivimos, polisémico, no se entienden las palabras y, al no entenderse, da lo mismo decir cualquier cosa. Ésta es una cuestión grave que encuentra su máxima expresión en la política –zoológica, diría yo-, en donde está muy presente la deformación del pensamiento junto con la deformación del lenguaje.” Hugo Zemelman, “El pensamiento epistémico en la educación”, en: José Carlos Buenaventura (coordinador), La educación sitiada. Entre la política y el mercado, México, Ediciones Eón, 2017, p. 171.

[4] Hugo Zemelman, “El marxismo crece con la historia: su herencia presente (Una lectura no exegética de la “Introducción de 1857”: para discutir y desarrollar)”, en: Hugo Zemelman, Voluntad de conocer. El sujeto y su pensamiento en el paradigma crítico, España, Anthropos, 2005, p.p. 125-137.

[5] Hugo Zemelman señala: “Una segunda cuestión sobre la cual habría que detenerse es que las categorías, a diferencia de los conceptos que componen un corpus teórico, no tienen un contenido único sino muchos contenidos. En ese sentido, las categorías son posibilidades de contenido, no contenidos demarcados, identificables con una significación clara, unívoca, semánticamente hablando.” Pensar teórico y pensar epistémico. Los desafíos de la historicidad en el conocimiento social”, en: Zemelman, Hugo, Voluntad de conocer. El sujeto y su pensamiento en el paradigma crítico, España, Anthropos, 2005, p. 69.

[6] Hugo Zemelman señala al respecto: “Si razonamos la relación entre individuo y sociedad en términos dinámicos, tendríamos que alejarnos de una concepción dicotómica, por lo que sería menester incorporar el planteamiento metodológico que concibe la relación entre individuo y sociedad como dos polos extremo de un continuo.” Hugo Zemelman, Voluntad de conocer. El sujeto y su pensamiento en el paradigma crítico, España, Anthropos, 2005, p. 41.

[7] Graciela Hierro señalaba: “El “ser para otro” del que nos habla Beauvoir, se manifiesta concretamente en la mujer a través de su situación de inferiorización, control y uso. Son éstos los atributos derivados de su condición de opresión, como ser humano, a quien no se le concede la posibilidad de realizar un proyecto de trascendencia.” Graciela Hierro, Ética y feminismo, México, UNAM, 2014, p.p. 17-18. Simone de Beauvoir señalaba: “Ahora bien, lo que define de una manera singular la situación de la mujer es que, siendo como todo ser humano una libertad autónoma, se descubre y se elige en un mundo donde los hombres le imponen que se asuma como lo Otro: se pretende fijarla en objeto y consagrarla a la inmanencia, ya que su trascendencia será perpetuamente trascendida por otra conciencia esencial y soberana.” Simone de Beauvoir, El segundo sexo, México, Penguin Random House, 2016, p.p. 31.

[8] Señalaba Zemelman: “Es el punto fundamental en el cual surgen consideraciones de carácter ideológico, a partir de la cuales es indispensable el reconocimiento de las dificultades y los obstáculos que enfrenta el sujeto; es decir, el momento en que se tiene que considerar, en su real dimensión, la idea del sujeto como proceso que, desde el punto de vista de la construcción social, es también la construcción del sujeto”. Hugo Zemelman, Voluntad de conocer. El sujeto y su pensamiento en el paradigma crítico, España, Anthropos, 2005, p. 56.

[9] Adriana Puiggrós, Volver a educar. El desafío de la enseñanza argentina a finales del siglo XX, Argentina, 1995, p. 65. Cursivas de la autora.

[10] Luis Villoro, Creer, saber, conocer, México, Siglo XXI, 2014.

[11] Boaventura de Sousa Santos, Crítica de la razón indolente: contra el desperdicio de la experiencia, España, Desclée de Brouwer, 2003.

[12] Luis Villoro, El concepto de ideología y otros ensayos, México, Fondo de Cultura Económica , 2007.

[13] Luis Villoro, El concepto de ideología y otros ensayos, México, Fondo de Cultura Económica , 2007, p. 27.

[14] Boaventura de Sousa Santos señala: “Vimos también que en los últimos doscientos años la racionalidad cognitivo-instrumental de la ciencia y de la tecnología se fue imponiendo a las demás. De este modo, el conocimiento-regulación conquistó la primacía sobre el conocimiento-emancipación: el orden se transformó en la forma hegemónica de saber y el caos en la forma hegemónica de la ignorancia. Este desequilibrio a favor del conocimiento-regulación, permitió a este último recodificar bajo sus propios términos al conocimiento-emancipación. Por ello, el estado de saber en el conocimiento-emancipación pasó al estado de ignorancia en el conocimiento-regulación (la solidaridad fue recodificada como caos) e, inversamente, la ignorancia en el conocimiento-emancipación pasó al estado de saber en el conocimiento-regulación (el colonialismo fue recodificado como orden). Boaventura de Sousa Santos, Crítica de la razón indolente: contra el desperdicio de la experiencia, España, Desclé de Brouwer, 2003, p. 87.

[15] Pablo González Casanova señala: “La definición del colonialismo interno está originalmente ligada a fenómenos de conquista, en que las poblaciones de nativos no son exterminadas y forman parte, primero, del Estado colonizador y, después, del Estado que adquiere una independencia formal, o que inicia un proceso de liberación, de transición al socialismo o de recolonización y regreso al capitalismo neoliberal. Los pueblos, minorías o naciones colonizados por el Estado-nación sufren condiciones semejantes a las que los caracterizan en el colonialismo y el neocolonialismo a nivel internacional: habitan en un territorio sin gobierno propio; se encuentran en situación de desigualdad frente a las elites de las etnias dominantes y de las clases que las integran; su administración y responsabilidad jurídico-política conciernen a las etnias dominantes, a las burguesías y oligarquías del gobierno central o a los aliados y subordinados del mismo; sus habitantes no participan en los más altos cargos políticos y militares del gobierno central, salvo en condición de “asimilados”; los derechos de sus habitantes y su situación económica, política, social y cultural son regulados e impuestos por el gobierno central; en general, los colonizados en el interior de un Estado-nación pertenecen a una “raza” distinta a la que domina en el gobierno nacional, que es considerada “inferior” o, a lo sumo, es convertida en un símbolo “liberador” que forma parte de la demagogia estatal”. Pablo González Casanova, “Colonialismo interno (una redefinición)”, en: Atilio A. Boron, Javier Amadeo y Sabrina González (compiladores), La teoría marxista hoy: problemas y perspectivas, Buenos Aires, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, 2006, p. 410.

[16] Datos consultados en: http://cuentame.inegi.org.mx/poblacion/analfabeta.aspx?tema=P, el domingo 27 de enero de 2019, a las 10:44 p.m.

[17] Información consultada en: http://archivo.eluniversal.com.mx/editoriales/52267.html, el domingo 27 de enero de 2019, a las 10:58 p.m.

[18] En caso de los aspirantes para entrar a estudiar en la UNAM el 94.5% quedan fuera, en el 2018. Información consultada en: https://www.eluniversal.com.mx/nacion/sociedad/recibe-unam-9-mil-817-jovenes-en-licenciatura, el domingo 27 de enero de 2019, a las 11:07 p.m.

Fuente del artículo: http://insurgenciamagisterial.com/formacion-de-sujetos-u-objetos-en-la-educacion-mexicana/

Fuente de la imagen: http://insurgenciamagisterial.com/formacion-de-sujetos-u-objetos-en-la-educacion-mexicana/

Fotografía: kaos

Falla estrategia de la Normal Veracruzana, pierde batalla ante defensores de la Reforma

México / 3 de junio de 2018 / Autor: Equipo de Investigaciones Especiales / Fuente: Insurgencia Magisterial

La Reforma a las Escuelas Normales se anunció y empezó a implementarse desde el 2013. No inicia hace algunos días cuando se anuncia el fin de la Licenciatura en Educación Especial y la implementación de una nueva propuesta curricular para diversas licenciaturas. ¿Por qué se tardó tanto la Normal en reaccionar? ¿Por qué sus directivos y representantes ante diversas instancias que diseñaban la Reforma no alzaron la voz? ¿Por qué se opta por una estrategia mediática para detener esta Reforma? ¿Por qué la Benemérita no alzo la voz cuando se modificó el mecanismo de ingreso al servicio educativo de los Normalistas?

No es objeto de este artículo buscar las respuestas, solo compartiremos una frase de un amigo normalista que ante esta crisis y la débil respuesta de la Veracruzana afirma: “El problema es que hay Escuela Normal, pero ya no hay Normalismo”.

Falla estrategia de la Normal Veracruzana 

La Reforma educativa es una guerra. Del diagnóstico sobre el estado en el que se encuentran los enfrentamientos, los territorios ocupados, los daños, las alianzas, las vías de abastecimiento, el armamento, el número de efectivos, etc.,  depende el tipo de estrategia que se va a utilizar. En ese sentido, por los resultados, todo parece indicar que la Normal Veracruzana realizó un mal diagnóstico y por tanto diseñó una estrategia que no está incidiendo en las decisiones de la autoridad federal.

La Normal opta por una estrategia mediática, en un momento en que la Reforma ya no se está disputando en las percepciones, sino en la modificación puntual de dispositivos (como la curricular). Ese error, está neutralizando toda posibilidad de incidencia de su estrategia y somete a la Normal Veracruzana a un desgaste nacional que habrá de terminar minando su todavía existente reputación.

La estrategia de la Normal Veracruzana es neutralizada y superada por defensores de la Reforma 

Ante la errática estrategia de la Veracruzana, el Gobierno federal empezó la difusión de una serie de vídeos donde estudiantes normalistas, docentes y directivos defienden la reforma, las modificaciones curriculares y lo “democrático” que ha sido el rediseño curricular. Todo ello, ha ido desmontando el argumento central de la Normal Veracruzana, cuyos impactos ya se muestran de manera palpable. Ante estas evidencias, la Normal no modifica su estrategia, al contrario la refuerza publicando un vídeo, con muy mala producción, donde una voz lee el “posicionamiento”, no hay ninguna novedad en el mensaje. Si esto no fuera suficiente, llaman a una Conferencia de Prensa, donde si ser adivinos, seguramente se reiterará lo dicho en el “posicionamiento”. Algo que llama la atención es que la citada Conferencia de Prensa, será en Xalapa y no en la Ciudad de México, algo no funciona en esta estrategia.

Más personas defienden la Reforma curricular de las Normales 

A las 19:00 horas del día de hoy, en la Plataforma internacional Change.org existían dos peticiones encontradas:

  1. A favor del rediseño curricular desde las comunidades normalistas.

  2. Por un normalismo incluyente.

La primera a favor de la Propuesta de la SEP y la segunda pidiendo un aplazamiento en la aplicación de la citada Reforma argumentando diversas situaciones.

A pesar de que la Normal Veracruzana y su Junta académica han iniciado un activismo institucional, las posturas respecto de las dos peticiones no les favorecen.

A favor del Rediseño curricular de la SEP han votado 1,559 personas, mientras que por la propuesta de la Normal Veracruzana lo han hecho 1,513 personas.

Los datos indican que el gobierno federal, sin usar gran cantidad de recursos ha neutralizado esta rebelión institucional.

Escenarios 

Es complicado tomar una postura de oposición cuando no existe una tradición en ello, lo cual se observa por el repertorio en las estrategias de lucha de la Normal Veracruzana.

Una posibilidad para equilibrar las fuerzas con la SEP, pasa por una demostración de fuerza que implique un posible escenario de polarización nacional. Lograr esto implica que en la próximas horas se presente un Frente estatal integrado por todas las Normales del estado de Veracruz, acompañados por el Director de Educación Normal, así como del Subsecretario responsable de esta materia. Posteriormente se haría un llamado nacional a otros estados a unirse a esta petición y convocar a una Conferencia de prensa en la Ciudad de México. El problema con esta línea de acción es que la petición es pequeña en relación con los recursos que implica movilizar. Sólo se pide “aplazar”, no hay una bandera de lucha que coloque en el centro, la revisión de la misma Reforma. ¿Valdrá la pena el riesgo?

Fuente del Artículo:

Falla estrategia de la Normal Veracruzana, pierde batalla ante defensores de la Reforma.

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Comparación entre las propuestas educativas de Obrador, Cuitláhuac y las de colectivos magisteriales.

Por: Equipo de Investigaciones Especiales del Portal Insurgencia Magisterial. 13/05/2018 

El pasado sábado 14 de abril nos reunimos en Xalapa, Veracruz, delegaciones de 7 estados del país (Jalisco, Michoacán, Puebla, Ciudad de México, Tabasco, Tlaxcala y Veracruz) para elaborar la Agenda educativa: Compromisos por la educación pública. En Guelatao, Oaxaca, Obrador presentó el sábado 12 de mayo, sus Compromisos para mejorar la educación en México y a través de su página web, Cuitláhuac García difunde sus Propuestas para la educación.

Con estos tres insumos, desde el Portal Insurgencia Magisterial realizamos un ejercicio de comparación con el siguiente propósito:

Descargar el documento aqui: MORENA_ComparaciónEduc_2018

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/comparacion-entre-las-propuestas-educativas-de-obrador-cuitlahuac-y-las-de-colectivos-magisteriales/

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