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Apuntes sobre la organización docente universitaria en Puerto Rico

Historia del sindicalismo y el gremialismo docente

Otras Voces de la Educación

Apuntes sobre la organización sindical docente en Puerto Rico.
El caso de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU).
Jorge Lefevre Tavárez

Fecha de constitución de la APPU: 9 de marzo de 1961
Fecha de reconocimiento como sindicato: 3 de noviembre de 2023

 

La historia de la organización gremial y sindical docente en Puerto Rico está por escribirse. Si escasos son los estudios históricos de organizaciones sindicales, incluso de aquellas con mayor impacto nacional, más dramática es la situación con respecto a esfuerzos organizativos con aportaciones humildes. La mayoría de los intentos de organización sindical docente, sobre todo de aquellos que ocurrieron en universidades privadas, o en universidades públicas que no forman parte del Sistema de la Universidad de Puerto Rico, consisten en esfuerzos importantes de organización laboral, pero de corta vida y sin grandes logros. Las presentes notas para este proyecto de Otras Voces de la Educación tiene el propósito de presentar un panorama general de la organización docente en Puerto Rico centrado, sin embargo, en la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU), el actual sindicato de docentes del Sistema de la Universidad de Puerto Rico. El material que se ha utilizado para prepararlas consiste en documentos primarios, las pocas publicaciones secundarias existentes, entrevistas a algunos protagonistas de esta historia[1] y la experiencia reciente vivida por el autor de estas líneas. Esperemos que este esquema ayude a educar sobre esta historia, pero, más que eso, que sirva de incentivo para futuras investigaciones que puedan rápidamente superar estos apuntes.

 

Algunos esfuerzos por organizar sindicalmente a docentes en Puerto Rico

Las primeras noticias sobre la organización sindical docente se remontan a la década del 1930, con alusiones en la prensa sobre el interés de parte de la docencia en crear una organización sindical en la Universidad de Puerto Rico. En la actualidad, se desconoce cuáles fueron, si algunos, los resultados de tales conversaciones.

 

Existen, también, múltiples esfuerzos pasados en universidades privadas de organización docente, que no lograron consolidarse, por razones de desorganización interna, por ataques y represalias patronales, o una combinación de ambos factores.

 

Carlos Alá Santiago, por otro lado, alude a dos iniciativas para la organización sindical docente en el sector privado que, en términos relativos, tuvieron mayor éxito: la Asociación de Maestros Universitarios (AMU) y la Unión de Profesores Universitarios (UPU). La AMU se funda en el 1974 en el sistema universitario privado Puerto Rico Junior College, y logra convertirse en el sindicato docente en dos de sus unidades, la de Río Piedras y la de Cupey, luego de triunfar en sus elecciones sindicales el 22 de enero de 1975. La AMU logra un convenio colectivo docente en Puerto Rico el 31 de octubre del mismo año. Es, por tanto, la primera organización docente en ser reconocida como sindicato y firmar convenio. Sin embargo, parecería que la AMU desaparece, producto de crisis internas luego de iniciar las negociaciones de su segundo convenio en el 1979.

 

Ese mismo año, la UPU sometió una petición en la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo para convertirse en representante exclusivo de la docencia de la Universidad Central de Bayamón (UCB). Luego de varios procesos legales por parte de la UCB que buscaban frenar la organización sindical, la UPU ganó sus elecciones celebradas en enero del 1980 y se le certifica oficialmente como sindicato el 7 de febrero. Pero los intentos patronales de impedir la negociación colectiva continuaron, con actos represivos y nuevas impugnaciones en los tribunales. Según Alá, la corte terminó por favorecer a la UPU en el 1986, por lo que esta “mantuvo su derecho a negociar pero nunca lo ejerció”; desapareció como organización en esos años[2].

 

Estos esfuerzos de organización sindical en el sector privado, mayormente olvidados hoy día, forman momentos importantes de este relato, por los retos que lograron superar y por constituirse en las primeras organizaciones docentes en ser reconocidas como sindicatos. Actualmente, si bien existen conatos de esfuerzos organizativos en ciertas universidades privadas, no existe en ninguna un sindicato reconocido.

 

Una mención aparte merece, por otro lado, la Asociación de Profesores del Conservatorio de Música de Puerto Rico, corporación pública de Puerto Rico que no forma parte del Sistema de la Universidad de Puerto Rico. Esta Asociación peticionó ser reconocida como sindicato ante la Junta de Relaciones del Trabajo en el 1987 y logra el reconocimiento como sindicato el 3 de julio de 1991 luego de celebradas las elecciones sindicales. Sin embargo, el Conservatorio se rehúsa a negociar al sindicato. Un fallo del Tribunal Supremo de Puerto Rico del 20 de marzo de 1996 finalmente dictamina, de manera arbitraria, que los empleados del Conservatorio no tienen derecho a sindicalizarse, como era la realidad de entonces en las agencias del gobierno de Puerto Rico[3]. Actualmente, existe una Asociación, de reciente creación, sin relación directa con el intento sindical anterior, aunque con el mismo nombre, que no cuenta formalmente con reconocimiento como representante exclusivo de la docencia de la institución, pero impulsa reivindicaciones laborales y ha llevado a cabo actividades de militancia y arte que han captado la atención nacional en los últimos años, particularmente alrededor del tema salarial. Sobre este tema, han logrado que se apruebe un nuevo Plan de Clasificación y Retribución para el Conservatorio, que ha elevado los salarios de la docencia.

Sin embargo, el centro de la historia de la organización sindical docente en Puerto Rico se encuentra en la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios, a la que se le dedica el espacio restante de este trabajo.

 

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La fundación de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios

La centralidad de la APPU en la historia sindical docente se debe a múltiples factores. En primer lugar, la APPU se funda en el sistema público de enseñanza universitaria, en el Sistema de la Universidad de Puerto Rico, que es el de mayor prestigio y que en gran medida dicta las pautas para la educación universitaria en Puerto Rico, incluyendo las condiciones laborales. La Universidad de Puerto Rico se crea en el 1903, siendo la primera institución de educación superior del país. En la segunda mitad del siglo XX, en décadas de creciente expansión del sistema universitario, la UPR crecerá a lo largo de la isla, hasta constituirse, como lo es en la actualidad, en un sistema de once recintos universitarios, y con oficinas y centros en distintos puntos de Puerto Rico. Sobre todo, la APPU ha tenido una vida extensa y activa en su unidad principal, el Recinto de Río Piedras. Ha estado, además, vinculada con el movimiento obrero de una manera en la que ninguna otra organización o asociación docente universitaria lo ha hecho, lo que la resalta, no solo dentro del ámbito universitario, sino dentro del movimiento obrero en tanto organización universitaria.

 

Es posible, también, que el hecho de que exista una cultura política y una tradición sindical en la UPR – a diferencia de lo que ocurre en el sector privado – haya fomentado una mayor libertad de expresión y organización sindical para la docencia. La UPR, y con especial énfasis en la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, ha sido la cuna de los movimientos estudiantiles más importantes del país, con huelgas que han marcado épocas en la educación superior. Muchos docentes de la UPR fueron, también, estudiantes de la UPR en estos momentos claves.

 

Desde el punto de vista sindical, la UPR igualmente ocupa un lugar aventajado con respecto a las demás instituciones de educación superior. El Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Puerto Rico, que agrupa a los empleados de mantenimiento y ornato, se funda el 20 de mayo de 1939 y es reconocida por la Universidad de Puerto Rico el 29 de agosto de 1942. El SUPR formó parte de importantes centrales obreras, como la Confederación General de Trabajadores, y ha sido consistente en movilizarse militantemente para adelantar los derechos laborales de quienes representa. Décadas más tarde, la Hermandad de Empleados Exentos No Docentes se fundaría en el 1972 y declararía una huelga de reconocimiento que tuvo el efecto de que la UPR la aceptara como representante de los empleados de oficina, laboratorios y bibliotecas. Existe, por tanto, un ambiente de organización sindical militante en la UPR.

 

La Asociación Puertorriqueña se funda el 9 de marzo de 1961 en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Para las y los 74 fundadores de la APPU, esta se crea “en un momento de crisis al interior de la Universidad”, que se debía a la falta de agencia de la docencia por las transformaciones gerenciales en la universidad y la falta de autonomía que poseía la comunidad universitaria ante el control irrestricto del Rector Jaime Benítez[4]. El discurso pronunciado en la primera Asamblea General de la APPU, el 4 de noviembre de 1961, por la reconocida profesora del Departamento de Estudios Hispánicos, Margot Arce de Vázquez, da cuenta de estas transformaciones en el ámbito académico que promovió la autoorganización del cuerpo docente.

 

“Cada vez más las estructuras universitarias y su funcionamiento se van pareciendo a las estructuras y funcionamiento del Estado y los profesores empiezan a ser considerados tan solo como funcionarios. Sucesos recientes lo comprueban en todas partes del mundo y aún aquí en Puerto Rico. […] Si al profesor universitario le corresponde como tarea específica y propiamente suya formar a sus alumnos para que sean hombres libres, justos, fieles a sí mismos y a esa verdad que han de descubrir cada día mediante el ejercicio delicado, tenaz, generoso, desinteresado y perseverante de sus facultades intelectuales, su primer deber y responsabilidad será rescatar la universidad de su creciente institucionalización burocrática (perdónese el feo terminacho), de su carácter cada vez más abstracto, impersonal y deshumanizado. Situar de nuevo la universidad dentro de un contexto humano, devolverle su carácter esencial de libre unión de diversidades: he aquí nuestra ineludible tarea […]”[5].

 

Más adelante, vincula la autoridad ética que debería cumplir un profesor con la intervención activa en la vida pública, y sostiene:

 

“Un profesor universitario no puede encerrarse en su torre de marfil ni desentenderse de los problemas de su tiempo, de su país y de los del mundo. Ha de estar bien enterado, formarse una opinión y un juicio personal y tomar honradamente partido sobre ellos. Precisamente, la desaparición del maestro […] se debe en gran parte a esa neutralidad que se exige hoy en todas partes de los profesores […] que les impide pronunciarse, justamente sobre las cosas esenciales y que más nos importan: sobre la religión, sobre la filosofía, sobre la política” (276).

 

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La constitución como sindicato y las relaciones con el movimiento obrero

Es importante señalar que, al crearse la APPU, si bien había un interés evidente en que esta organización activamente defendiera e impulsara los intereses de la docencia, que siempre ha vinculado con los intereses universitarios generales, esta no se fundó con la intención de convertirse en sindicato. Más bien, hubo posiciones distintas, que convivieron en su fundación: una, más “gremial”, otra, más sindical. La organización le dedicó sus primeros años de vida a intervenir en los debates a favor de una reforma universitaria que se articulaban en un proyecto de ley altamente discutido en esos años, finalmente aprobado en el 1966, con resultados mixtos. No es hasta mayo de 1970 que la APPU finalmente comienza a autodenominarse como organización sindical e incorpora a sus objetivos programáticos tres puntos relacionados al sindicalismo[6].

 

Los casi diez años que separan la fundación de la APPU y su declaración de constituirse como organización sindical tiene múltiples explicaciones, entre ellas las distintas visiones sobre lo que debería ser la organización y el entusiasmo que hubo en el sistema con respecto a una nueva ley universitaria y la participación activa de la APPU en este proceso.

 

Pero la progresión de la docencia de la APPU en términos de consciencia de clase y sindical no se da de manera aislada. En un marco más amplio, se puede afirmar que un proceso análogo ocurría en el movimiento docente en los Estados Unidos, que influirá a su vez en la isla. Organizaciones como la National Education Association, la American Association of University Professors y American Federation of Teachers se originaron como organizaciones gremiales que, con el tiempo y la experiencia, fueron aspirando y constituyéndose también como sindicatos[7]. Rodríguez Fraticelli, además, reconoce que la tendencia sindical que se encuentra en la fundación de la APPU “estaba fuertemente influenciada por el resurgimiento del sindicalismo docente en las universidades estadounidenses. Entre ellos estaban los hermanos Ramón y Arturo Meléndez”[8].

 

Más allá del marco universitario y docente, en el contexto puertorriqueño, también hubo un proceso importante de renovación del movimiento obrero, enmarcado en los años entre el 1969 y el 1975[9], a veces conocido popularmente y en la historiografía como el momento del “nuevo sindicalismo” por la fuerte influencia que ejerció sobre él la “nueva lucha por la independencia”[10]. No es de extrañar, por tanto, que la fundación de la HEEND haya sido en el 1972, ni que los esfuerzos exitosos de organización sindical en el sector privado se hayan dado a mediados y finales de la década.

 

Por supuesto, este proceso de toma de conciencia, o “radicalización”, como afirman algunos no se dio sin controversias. Como reacción a esta transformación en la APPU, que también fue acompañada por una activa participación en contra del Servicio Militar Obligatorio, de la presencia del Reserve Officers’ Training Corps (ROTC) en el campus universitario y a favor de las distintas luchas obreras y estudiantiles de la época, se da una escisión en la que se crea la Organización de Profesores Universitarios (OPU).

 

En la década del 1970 también se aprecia una vinculación de la APPU con el resto del movimiento obrero en Puerto Rico. Así, por ejemplo, la APPU, a través de su Comité de Acción Sindical, participó del Movimiento Obrero Unido (MOU), una coordinación sindical militante y clasista que marcó estos años de renovación sindical. Cuadros de la APPU se convertirían en figuras destacadas de este movimiento, como Guillermo Bobonis, profesor de filosofía, quien fungirá por varios años como Secretario Ejecutivo del organismo[11]. Al MOU disolverse, la APPU será miembro fundador del Concilio General de Trabajadores en el 1980, con una Declaración de Principios que proponía desarrollar un sindicalismo clasista en Puerto Rico, favorecer la abolición de la explotación de la clase obrera y por una “sociedad justa” en que la clase obrera administrara la riqueza[12]. La CGT será una pieza clave del sindicalismo puertorriqueño hasta principios del siglo XX.

 

Un último comentario debería decirse sobre la APPU al interior del movimiento obrero. Por las particularidades del trabajo docente y la cultura universitaria, por la ausencia de incentivos materiales para el liderato de la organización y quizás también por la tensión a veces productiva entre la visión gremial y sindical, la APPU se ha caracterizado por ser un sindicato profundamente democrático. Por un periodo extenso, la Directiva de la APPU se elegía cada año; actualmente, los términos son de dos años. En escasísimas ocasiones se ha tenido una Presidencia por más de cuatro años, y solo en una ocasión fueron estos años consecutivos. A eso se le añade que ha contado con mujeres presidentas desde poco después de su fundación. La APPU, por tanto, presenta una consistente consciencia democrática al interior del movimiento obrero puertorriqueño.

 

 

Los esfuerzos de organización docente nacional

La APPU se funda en Río Piedras en el 1960 con la misión de “extender la misma a todas las instituciones universitarias que existían en la isla”[13], lo que incluía no solo a los demás recintos de la UPR sino también a las instituciones privadas. Poco después, sin embargo, el Sistema de la Universidad de Puerto Rico se expande, con la creación de 8 unidades adicionales[14]. Si bien había una intención de abarcar todas las universidades públicas, el crecimiento de la UPR llevó a la creación de Asociaciones Docentes particulares a cada recinto, cuyas historias también están por investigarse. Solo excepcionalmente hubo organizaciones de la APPU en otros recintos, como el caso de Mayagüez, poco después de fundada la APPU. Igualmente, existió la APPU en Cayey en los primeros años de los 1970, hasta que la represalia posterior a una huelga universitaria en el 1973 desarticularía ese esfuerzo con la expulsión masiva del profesorado. Por estas complejidades, la APPU se convirtió en una asociación docente de Río Piedras, a veces compitiendo con asociaciones rivales como la OPU, si bien siempre contó con miembros en otros recintos.

 

La década del 1980 presenta una situación paradójica. Según todos los recuentos y las entrevistas concedidas, estos fueron años de debilitamiento organizativo y de pérdida de afiliados para la APPU. Pero fueron también años en que el reclamo docente a favor de la negociación colectiva se fortalece en las demás asociaciones docentes[15]. Además, el 28 de mayo de 1987, la APPU oficialmente sometió una petición ante la Junta de Relaciones del Trabajo (JRT) para ser formalmente considerado como sindicato docente, aunque exclusivamente en el Recinto de Río Piedras.

 

Sobre esto, hay que decir algunas palabras. Cuando la APPU se declara sindicato en el 1970, sigue un modelo similar al del STUPR y la HEEND. Ninguna de estas organizaciones requirió ser reconocidas bajo las leyes del estado como sindicatos, sino que, a través de actividades concertadas, lograron que el patrono les reconozca. Así, la APPU redacta y presenta un Pliego de Peticiones en el 1971[16], y busca, en el nuevo contexto nacional de organización sindical, negociar colectivamente como lo hacían otras organizaciones universitarias. Sin embargo, ni la APPU ni ninguna asociación docente habían logrado movilizarse de manera tan contundente como estas otras organizaciones como para obligar a la UPR a negociar las condiciones laborales de la docencia. Obtuvo victorias en concesiones específicas, pero se encontraba lejos de poder aprobar un convenio colectivo con la UPR. La petición que lleva a cabo ante la JRT, tantos años luego de fundarse e incluso de constituirse como organización sindical, buscaba subsanar esta situación.

 

La petición de reconocimiento ante la JRT provocó que la UPR llevara el caso a los Tribunales para impedir que la docencia lograra constituir un sindicato al amparo de la ley. Entre los argumentos principales del patrono, sostenía que los docentes eran empleados gerenciales, por lo que no tienen derecho a la negociación colectiva.

 

La controversia legal no vino a resolverse hasta julio de 1994. Pero ese periodo entre 1987 y 1994 resultó en experiencias sistémicas (es decir, a lo largo del Sistema UPR) y de organización docente que representaron importantes avances en este relato. Si bien la docencia se encontraba organizada en distintas asociaciones, una (o más) por unidad institucional, el deseo de agruparlas bajo un esfuerzo unitario poco a poco se materializó en estos años, primero a través de la Federación Nacional de Asociaciones de Profesores Universitarios (1989) y, luego, la Confederación de Asociaciones de Profesores Universitarios (CONAPU), fundada en el 1992[17].

 

La vida de la CONAPU, aunque breve, marca un periodo importante en la historia de la negociación colectiva docente. Como parte del proceso de reconocimiento sindical, la APPU había empezado a articular un borrador de Convenio Colectivo, más ambicioso que el Pliego de Peticiones del 1971. Al formarse la CONAPU, esta adopta el borrador y continúa con el proceso de desarrollarlo. Más importante aún, se empieza un proceso de amplia discusión a lo largo del Sistema de la UPR. La negociación colectiva y el desarrollo de un convenio se volvió tema de discusión en todas las unidades universitarias. Finalmente, propone que de cada facultad se elija representación para constituir un Comité Negociador del Personal Docente, que se formaliza en abril del 1994. Es decir, articulan “un esquema de negociación colectiva sin sindicato”[18].

 

La gerencia de la UPR se niega a reconocer el Comité. Apenas unos meses después, en julio, el Tribunal Supremo de Puerto Rico decide en contra de la APPU, al determinar que los docentes eran empleados gerenciales.

 

El proceso que impulsó la CONAPU y el Comité Negociador del Personal Docente, sin embargo, se desarrolló con tal entusiasmo e independencia de la petición legal, que la decisión del Tribunal Supremo, en ese momento, no sirvió como un gran desaliento. Tan es así que la APPU llamó a un paro laboral en Río Piedras para el primer día de clases, el 22 de agosto de 1994, exigiendo que la gerencia reconociera al Comité Negociador de la CONAPU. El resultado inmediato fue positivo, ya que la gerencia estuvo obligada a entablar conversaciones con el Comité Negociador y eventualmente crear mecanismos institucionales que, en un principio, buscaban similar un proceso de negociación colectiva, primero bajo el Comité de Asuntos Laborales (CAL) y luego el Comité de Diálogo (CODI). Con el tiempo, el CODI pasará a ser repudiado por las asociaciones docentes por ser solo un simulacro, pero, en sus inicios, y con el impulso del borrador de convenio y de la CONAPU, se lograron importantes reivindicaciones económicas, como aumentos salariales anuales y mayores oportunidades de sabáticas[19].

 

La reorganización de la APPU

Luego de una difícil década para la APPU, los años 90 (sobre todo, los últimos años de esta década) representaron un crecimiento acelerado de la organización, educación sindical – como acompañante a la petición de reconocimiento sindical – y una militancia activa en las principales luchas de Puerto Rico, incluyendo la Huelga del Pueblo[20].

 

A finales de la década, dos hechos parecían hacerse evidente: el CODI, en la medida en que se institucionalizaba, perdía importancia como herramienta de negociación; y la CONAPU, a pesar de los importantes pasos que dio, carecía de la estructura necesaria para convertirse en vehículo de lucha docente. Por eso, la APPU apostó por salirse de la CONAPU y reestructurarse como sindicato nacional. Esto lo hizo creando un nuevo reglamento y estructura que permitía que en cada recinto existiera un “capítulo” APPU. La APPU se expandiría, entonces, a lo largo del Sistema UPR. La reacción inmediata en las distintas unidades fue diversa: en algunos recintos, la asociación existente se disolvía para convertirse en capítulo APPU; en otros, coexistieron o coexisten los capítulos de la APPU con las asociaciones antiguas. Luego de poco más de dos décadas, la APPU finalmente logra presencia a lo largo de la UPR, cumpliendo la intención que se trazó al fundarse[21].

 

En todo este proceso, la organización no ha dejado de estar presente en las luchas más importantes del país. La APPU fue un apoyo importante en las huelgas estudiantiles del 2010 y del 2017, las primeras huelgas sistémicas en la UPR. Ha sido una voz consistente contra las políticas neoliberales, oponiéndose a la Junta de Control Fiscal, impuesta por el gobierno de los Estados Unidos, al igual que participando activamente en los procesos contra la privatización de la energía eléctrica. Así, también, se ha insertado en las luchas populares, como las que se dieron en el Verano del 2019 y que resultaron en la renuncia del gobernador electo de Puerto Rico.

 

A este contexto se le debe añadir una transformación en la consciencia de clase de la docencia con el cambio de siglo. Las últimas décadas del siglo XX y las primeras del XXI presentaron un cambio dentro de la manera en que la docencia se entendía a sí misma. Era común apreciar una ausencia de consciencia de clase dentro de la docencia universitaria, en la medida en que docentes pensaban que, por las particularidades de su trabajo, no formaban parte de la clase trabajadora. Dadas las transformaciones sociales y económicas que deterioraron las condiciones laborales de la docencia y la profundización de la política pública neoliberal, se fue haciendo más común que la docencia se concibiera dentro del marco de la clase trabajadora. Un elemento importante en este cambio fue el aumento dramático de docentes por contrato, es decir, docentes sin un puesto permanente en la UPR. Su estado de inseguridad laboral y la mayor precariedad hacía más fácil desvanecer la ilusión de una docencia desclasada. Quienes contaban con contratos a tiempo parcial, además, obtenían salarios que los ubicaban por debajo del nivel de pobreza oficial[22]. Si antes era común que sectores docentes se resistieran al discurso sindical de la APPU, estos representarían ya una minoría.

 

Veinte años luego del fallo del Tribunal Supremo declarando a la docencia empleados gerenciales, la APPU, el 15 de septiembre de 2015, volvió a peticionar una elección sindical en la JRT. Ya no en momentos de debilidad, sino de cierta solidez, como estructura nacional; ahora no para representar a docentes en una unidad, sino con la intención de representar a la docencia a nivel del sistema. Por razones técnicas y legales, este proceso nuevamente quedó paralizado, hasta su reactivación el 14 de septiembre de 2021. La APPU, para este momento, redefinió la unidad apropiada. Por un lado, para incluir a los docentes por contrato. Por otro lado, para eliminar de ella algunos docentes que podía argumentarse que ejercían tareas gerenciales.

 

La investigación que llevó a cabo la JRT al reactivar la petición determinó, contrario a lo que sostenía todavía el patrono y contrario al fallo del Tribunal Supremo, que la docencia tal como se encuentra definida en la unidad apropiada peticionada no cumplía funciones gerenciales y, por tanto, mandató a celebrar elecciones sindicales, del 23 al 26 de octubre del 2023[23]. El 3 de noviembre, la APPU fue oficialmente certificada como representante de la docencia de la UPR, con el apoyo de 97% de quienes emitieron su voto.

 

La negociación colectiva docente en la actualidad

El proceso para negociar un primer convenio docente en la UPR, todavía encaminado, se da en momentos de una crisis profunda en Puerto Rico, como pocas en la historia del país. Desde el 2006, Puerto Rico vive bajo una crisis económica estructural, que ha llevado a una reducción de su economía en un 20%, una emigración masiva que redunda en una reducción poblacional y el recrudecimiento de la política colonial de los Estados Unidos, bajo una Junta de Control Fiscal (JCF)[24]. El ataque a la negociación colectiva en el sector público ha sido de tal grado que se legisló para limitar la capacidad de mejorar ciertos beneficios marginales (Ley 26), además de una política impuesta por la JCF para excluir los aumentos salariales del convenio y limitarlo a ser tema para trabajarse a través de Planes de Clasificación y Retribución que deberían seguir parámetros que la misma institución colonial impone.

 

La política neoliberal y colonial en Puerto Rico, además, ha conllevado recortes sustanciales del presupuesto de la UPR. Actualmente, el gobierno le otorga la mitad de lo que establece la ley presupuestaria de la UPR[25].

 

Si la fundación de la APPU se daba en momentos de radicalización del sector docente, y su constitución como organización sindical en una época de renovación del movimiento obrero puertorriqueño, su reconocimiento oficial como sindicato se da en momentos de una crisis profunda del sindicalismo en Puerto Rico. No existe coalición similar al MOU o el CGT; sindicatos históricos han sido diezmados (como la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y de Riego, o la Federación de Maestros y Maestras de Puerto Rico) o desmovilizados por la política patronal; la tasa de sindicalización continúa decayendo y hay una falta de dinamismo por parte de los sindicatos existentes como para organizar nuevos talleres[26].

 

Sin embargo, también es cierto que, en el contexto del sindicalismo estadounidense – con el que, por distintas razones históricas, el sindicalismo puertorriqueño mantiene estrechos vínculos – la organización de docentes universitarios ha sido una pieza clave en la ola de organización sindical y en la expansión y democratización de las centrales obreras de los Estados Unidos. El movimiento obrero puertorriqueño, y el público más atento a las luchas sociales en Estados Unidos (incluyendo el sector patronal y el gobierno), tienen plena conciencia de la importancia del sector sindical en el movimiento obrero estadounidense.

 

Por el panorama descrito, el proceso de elección sindical y el eventual reconocimiento de la APPU como sindicato docente produjo gran entusiasmo en la comunidad universitaria, en el movimiento sindical e incluso en otros sectores del pueblo trabajador. Por eso, las negociaciones del primer convenio docente de la UPR han sido de un destacado interés público. Hay grandes esperanzas, quizás incluso demasiadas expectativas, puestas actualmente sobre este proceso de negociación. Se espera que el convenio pueda revertir la congelación salarial de la docencia con puestos permanentes, que hace más de una década no reciben aumento, y terminar con la extraordinaria desproporcionalidad salarial de los docentes por contrato. Las limitaciones mayores del proceso son de carácter político, más que sindical, con un presupuesto universitario tan limitado y con la imposición de una política pública neoliberal.

 

La elección sindical de la APPU, finalmente, ha producido entusiasmo en otras universidades del país. Ha habido cercanía entre la APPU y la Asociación de Profesores del Conservatorio de Música; docentes en la Escuela de Artes Plásticas e incluso en universidades privadas han hablado de organizar un proyecto sindical. Esto en parte se propicia también por la precariedad de la docencia por contrato, y el que muchos docentes laboren en más de una universidad. Es decir, viven en la UPR la experiencia de la sindicalización a la vez que en universidades privadas no cuentan con sindicato reconocido. El contraste sirve de incentivo para pensar proyectos organizativos. Si el convenio tiene logros importantes, sobre todo con respecto a los docentes por contrato, no cabe duda de que ese entusiasmo pudiera inspirar proyectos que contribuyan a esta historia y a la lucha por las mejores condiciones laborales de la docencia en Puerto Rico.

 

Notas

[1] Agradezco a Félix Córdova Iturregui, Javier Córdova Iturregui, Carlos Rodríguez Fraticelli, Lida Orta Anes, Ángel Rodríguez Rivera y Jaime Bofill por su ayuda y sus comentarios.

[2] Carlos Alá Santiago. Negociación colectiva y reingeniería universitaria. Debates en torno a la organización sindical de profesionales. Fundación Atlantea, 1998. pp. 42-51.

[3] Tribunal Supremo de Puerto Rico, “Junta de Relaciones del Trabajo, demandante y recurrida, v. Corporación del Conservatorio de Música de Puerto Rico, demandada y peticionaria”, Decisiones de Puerto Rico, Tomo 140. pp. 407-452.

[4] Carlos Rodríguez Fraticelli. “A 50 años de la creación de la APPU”. Conferencia presentada en celebración del 50 Aniversario de la APPU. Escuela Hotelera de la Universidad de Puerto Rico en Carolina, 10 de diciembre de 2011. pg 3.

[5] Margot Arce de Vázquez, “La responsabilidad del profesor universitario”. Obras Completas. Volúmen 3. Puerto Rico: lengua, educación, reforma universitaria, política, cultura y religión. Ed. Matilde Albert Robatto. Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 2008. p. 272-279. Las citas son de las páginas 274-275.

[6] “1) Promover el uso de la negociación colectiva como instrumento de justicia para todos los profesores universitarios de Puerto Rico; 2) Promover derechos sindicales en otras organizaciones docentes; 3) Promover la solidaridad sindical”. Citados en Vélez Cardona, “Historia y desarrollo de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU)”, documento presentado en el Seminatio-Taller ofrecido a la Junta de Directores de la APPU el 13 de febrero de 1999. p. 6.

[7] “En la medida en que las instituciones crecen y expanden sus funciones, las regulaciones gubernamentales y el papeleo aumentan geométricamente, la necesidad de la organización académica por una gerencia parecida a la empresarial se hace más y más evidente. Entonces, la gerencia universitaria comienza a parecerse a la de cualquier otra organización empresarial grande. Cuando esto sucede, se ensancha el abismo que separa a los docentes de la administración. Los administradores comienzan a perder el sentido tradicional de estar entre pares y se convierten en gerentes”. Waldemiro Vélez Cardona, “La participación claustral por medio de la negociación colectiva”. Congreso de Investigación sobre la universidad. Actas de Congreso organizado por la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios celebrado el 13 y 14 de septiembre de 2001. Publicado por la APPU en el 2003. pp. 291-304.

[8] Rodríguez Fraticelli, “A 50 años de la creación de la APPU”, 4.

[9] César J. Ayala y Rafael Bernabe, Puerto Rico en el siglo americano: su historia desde 1898, Ediciones Callejón, 2001. p. 326.

[10] “A partir de 1959 y durante la década del sesenta, el movimiento obrero y el movimiento independentista marcharán paralelamente guiados por diferentes ideologías: el independentismo por el nacionalismo y el movimiento obrero por el economismo. Será necesario el encuentro de ambas fuerzas con el marxismo para que pueda darse el nuevo sindicalismo que ha de caracterizar al movimiento obrero a principios de la década de 1970”. Juan Ángel Silén, Apuntes para la historia del movimiento obrero puertorriqueño. Editorial EDIL, 1978. p. 141.

[11] Carlos Carrión, “Hacia una historia del Movimiento Obrero Unido”. Pensamiento Crítico XVIII.82 (nov-dic 1995).

[12] Vélez Cardona, “Historia y desarrollo”, p. 9; Conferencia Sindical (autor), Entre la huelga del pueblo y la cumbre social. El movimiento obrero puertorriqueño en la encrucijada. p. 47.

[13] Citado en Rodríguez Fraticelli, “A 50 años de la creación de la APPU”. pg. 5.

[14] La fundación de las distintas unidades se da en las siguientes fechas: Río Piedras (1903), Mayagüez (1911), Ciencias Médicas (1950), Arecibo (1967), Cayey (1967), Humacao (1967), Ponce (1969), Bayamón (1971), Aguadilla (1972), Carolina (1973), Utuado (1978).

[15] Javier Córdova Iturregui. “Negociación colectiva y sindicación para el personal docente de la UPR”. Congreso de Investigación sobre la universidad. Actas de Congreso organizado por la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios celebrado el 13 y 14 de septiembre de 2001. Publicado por la APPU en el 2003. pp. 277-285.

[16] Un resumen accesible del pliego se encuentra en Alá Santiago, Negociación colectiva y reingeniería universitaria, pp. 53-54.

[17] La CONAPU agrupó a las siguientes organizaciones docentes: la APPU, la Asociación de Profesores del Colegio Universitario de Cayey, la asociación de Profesores del Colegio Universitario de Humacao, la Asociación de Profesores de Arecibo, la Asociación de Profesores de Aguadilla, la Asociación de Profesores del RUM, la Asociación de Profesores del Colegio Regional de la Montaña, la Asociación de Profesores del Colegio Universitario de Bayamón, el Comité de Apoyo a la Negociación Colectiva en el Colegio Universitario de Tecnológico de Ponce, el Comité de Apoyo a la Negociación Colectiva en el Colegio Universitario de Carolina. Alá Santiago, Negociación colectiva y reingeniería universitaria, 56-58.

[18] Córdova Iturregui, “Negociación colectiva y sindicación docente”, 282-283; Alá Santiago, Negociación colectiva y reingeniería universitaria, 56-60. La cita es de Vélez Cardona, “Historia y desarrollo de la APPU”, 15.

[19] Alá Santiago, Negociación colectiva y reingeniería universitaria, 69-81.

[20] Conferencia Sindical, De la Huelga del Pueblo a la Cumbre Social. “La APPU tuvo una enorme proyección en todo ese proceso ya que el superintendente de la policía, Pedro Toledo y algunos legisladores de mayoría la emprendieron contra el presidente de la APPU y lo acusaban de instigador y provocador de confrontaciones en el proceso huelgario. En ese ‘verano huelgario’ los docentes vieron a la APPU por televisión y en las líneas de piquete”. Cita de Vélez Cardona, “Historia y desarrollo de la APPU”, p. 19.

[21] Las fechas de fundación de los capítulos son las que siguen: Ciencias Médicas (10 de marzo de 2004), Utuado (23 de marzo de 2004), Ponce (21 de mayo de 2004), Carolina (26 de mayo de 2005), Arecibo (4 de abril de 2013), Bayamón (16 de febrero de 2017), Cayey (30 de junio de 2017), Aguadilla (23 de mayo de 2023), Humacao (12 de septiembre de 2024). Solo en Mayagüez falta constituir un capítulo de la APPU, si bien ya hay trabajo adelantado en esa dirección.

[22] Sobre el tema de los docentes por contrato, ver: Gazir Sued, Profesores desechables, La Grieta, 2020.

[23] Junta de Relaciones de Trabajo, “Orden de elección – Caso Número P.2015-01”, emitida el 30 de agosto de 2023.

[24] Rafael Bernabe, “La crisis multinivel en Puerto Rico”. Sin Permiso (25 de abril de 2021). https://www.sinpermiso.info/textos/la-crisis-multinivel-de-puerto-rico

[25] Iyari Ríos González, “Panorama general de la situación económica en Puerto Rico”. momento crítico (11 de abril de 2024). https://www.momentocritico.org/post/panorama-general-de-la-situación-económica-de-puerto-rico-un-contexto-al-mensaje-de-estado-del-gobe

[26] Jorge Lefevre Tavárez, “Reconfiguraciones en la economía y su impacto sobre el movimiento sindical (apuntes)”. Categoría Cinco 3.2 (Verano-Otoño). https://categoria5.org/reconfiguraciones-en-la-economia-y-su-impacto-sobre-el-movimiento-sindical-apuntes/

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La transformación digital en la educación superior no es una opción, sino una necesidad’

Por: René Mora Vicuña

Guillem Garcia Brustenga desveló en el IFE Conference 2025 las tendencias que marcarán el rumbo de la educación superior por cuenta del auge de la tecnología y la innovación.

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en uno de los mayores desafíos para la educación superior. Sin embargo, no solo plantea dificultades, sino que también ofrece oportunidades para mejorar el aprendizaje, especialmente en la personalización educativa a gran escala.

Así lo manifestó Guillem Garcia Brustenga, experto en transformación digital de la educación, gestión de la innovación docente y análisis de tendencias en el eLearning Innovation Center de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

«La IA parecía un tsunami peligroso en sus inicios, pero ahora vemos que puede ayudarnos a solucionar problemas estructurales, como la personalización del aprendizaje, algo que antes parecía imposible», explicó Garcia a La Opinión durante el IFE Conference 2025.

Sin embargo, señaló que el sector educativo avanza más lento que el mercado laboral en la adopción de estas tecnologías.

«Las empresas han incorporado la IA rápidamente para mejorar la productividad, mientras que la educación ha estado observando qué sucede. Ahora, después de más de dos años, comenzamos a tener un panorama más claro», agregó.

Para acortar esta brecha, Garcia considera fundamental capacitar a docentes y personal universitario en nuevas herramientas digitales.

Los actores del cambio  

La transformación digital en la educación no depende de un solo actor. Según el experto, es un proceso multifactorial en el que intervienen gobiernos, universidades y empresas.

«Los gobiernos deben establecer marcos regulatorios, las empresas adoptan tecnologías con rapidez y las universidades deben mantenerse al tanto de estos cambios porque están formando a los futuros profesionales», afirmó a La Opinión.

Desde su experiencia en la WOC y el Learning Innovation Center, Garciaidentificó seis tendencias clave para 2025 en la educación superior: pedagogías activas, personalización del aprendizaje, educación en desarrollo sostenible, materiales didácticos potenciados por IA, capacitación en IA para docentes y estudiantes, y el aprendizaje a lo largo de la vida.

«El aprendizaje permanente requiere que las universidades ofrezcan microcredenciales, portafolios y herramientas que ayuden a los estudiantes a conocer mejor el mercado laboral», explicó.

Resistencia al cambio y el rol del docente

A pesar de los avances de la tecnología, también persiste una resistencia al cambio dentro de las instituciones educativas, especialmente entre los docentes.

«El temor no es perder el empleo, porque la IA es solo una herramienta. El problema es que cambiar la forma de enseñar no es fácil. Hace años, cuando surgió internet, los profesores pasaron de transmitir información a guiar a los estudiantes en el acceso al conocimiento. Ahora deberán evolucionar otra vez», dijo Garcia.

La flexibilidad en los modelos educativos también será clave. «El auge de la tecnología y la innovación universitaria no significa que todos los programas deban acortarse. Lo importante es ofrecer una oferta variada para que las personas puedan formarse a lo largo de su vida con cursos de diferente duración».

Para Garcia, la transformación digital en la educación superior no es una opción, sino una necesidad. La clave estará en la adaptación de docentes, estudiantes y políticas institucionales para integrar la IA de manera efectiva y potenciar la enseñanza en el futuro.

https://www.laopinion.co/empresas/la-transformacion-digital-en-la-educacion-superior-no-es-una-opcion-sino-una-necesidad

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ASOPROF Panamá: balance preliminar del inicio de la formación docente implementada por el MEDUCA (presentación)

ASOPROF – OVE

ASOPROF INFORMA
1. El lunes 3 de febrero, a lo largo y ancho del país, los asistentes a los seminarios del MEDUCA pudieron comprobar lo que desde el 15 de enero advertimos, centros educativos con instalaciones sanitarias insalubres, aulas sin la ventilación ni pupitres adecuados, instalaciones que en su mayoría no cuentan tampoco con Internet y en los que hay inmediatamente se cae, así como la carencia de dispositivos propios del plantel y en muchos lugares ni facilitadores.
2. La improvisación y el show han vuelto a quedar al descubierto. Si eran seminarios obligatorios para los 60,000 docentes, a 35 participantes por seminario, serían 1715 seminarios con 1715 facilitadores y 1715 aulas con Internet habilitado para tales seminarios. Era previsible lo que iba a suceder.  Cuando fue la pandemia, había 1809 centros educativos registrados con Internet para todos, es decir, sin Internet con verdadera capacidad, lo que correspondía en ese entonces a 600,200 estudiantes, 1435 centros educativos sin Internet, 394 sin electricidad, con una cobertura entre ambos de 83,643 estudiantes. TAL SITUACIÓN NO HA VARIADO.
3. La actual Ministra, que es capaz hasta de inventarse un supuesto ataque cibernético para ocultar las fallas del Portal Educativo, es responsable de la gravedad de lo ocurrido. Ese Portal se cayó en la pandemia, el SIACE todos los años, PROVEL igual, de allí las inmensas dificultades del docente para poder hasta inscribirse en tales seminarios.
4. Lo sucedido evidencia una vez más las malas decisiones adoptadas en sus siete meses al frente nuevamente del MEDUCA continuidad de aquellas de su primer mandato, que dejaron sin idoneidad a los bachilleres agropecuarios, entre otras. Contando con el mayor presupuesto de la historia, producto de la conquista magisterial del 2022 del 7% del PIB destinado a Educación, a implementarse en el 2024, no invirtió en habilitar Internet robusto y dispositivos para cada centro educativo, en mejoras al Portal, mucho menos las urgentes reparaciones requeridas por eduvielas y colegios, como tampoco en el impulso a las construcciones pendientes.
5. Puso la carreta por delante de los bueyes, al empeñarse en la compra millonaria directa de laptops, antes de garantizar el Internet requerido. En vez de regalar las laptops, lo que se estila es que el centro educativa las preste y les sean devueltas cada año, como se hacía antes con el programa de dotación de textos escolares. Incluso pasa por alto que cada estudiante tiene una computadora ya, su celular, que lo urgente es un Internet que funcione, junto a laboratorios equipados, para subsanar situaciones como que de los 108 bachilleratos en Ciencias, 75 carecen de sus laboratorios, ni hablar de los talleres arcaicos y desprovistos de todo de los IPTs.
6. Quienes convocan a seminarios sobre inteligencia artificial y tecnología 5.0, ni siquiera se les pasa por la cabeza que los seminarios deberían entonces ser virtuales. Pero como el objetivo es ir doblegando al docente, lo obligan a concurrir a centros educativos, de allí la terquedad en aquellos en que ni luz había, de que los docentes se quedaran haciendo nada hasta la 1pm.
7. La Ministra ha presentado un proyecto «`​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​de ley para otorgar permanencia a docentes que estén ocupando por años posiciones THFA, SIN NINGUNA CONSULTA CON LOS GREMIOS QUE REPRESENTAMOS AL CUERPO DOCENTE. Hemos denunciado que desde hace varios gobiernos, tales vacantes en esa condición han proliferado para tener una población cautiva que dependa de la designación de las autoridades. Su supuesta buena voluntad queda en duda, pues mientras para ambos concursos de traslados hubo apenas unos centenares de vacantes, sometió a nombramiento 4,200 vacantes, que en estricta legalidad, debían haber sido primeramente para traslados y después para nombramientos.
8. El gobierno nacional está empeñado en una reforma a la ley de la CSS, que en el artículo 65 del proyecto 163 le entrega los 20,000 millones en reservas a la administración del capital privado, mantiene en su artículo 111 las cuentas individuales que garantizan peores pensiones por el orden de apenas el 20% del salario, sigue permitiendo la prescripción de las deudas en su artículo 14, y continúa impidiendo en su artículo 16 la tan necesaria autonomía de la CSS al seguir siendo el dedo del presidente, el que de ternas nombra su Junta Directiva y su Director. Su inminente aprobación en el mes de febrero no puede ser una clavo más como fue la eliminación de la jubilación con el último salario en aquel nefasto viernes de carnaval de 1997. Tenemos la obligación de conducir a nuestro pueblo a un nuevo estallido social al regreso a clases, que eche abajo tal aprobación, y permita también el uso de los fondos que alegremente transfiere la Ministra a otras instituciones.
9. Un pueblo en las calles por tales demandas, es el mejor disuasivo contra el empeño imperial de quitarnos el canal que tanto ha costado recuperar. Si bien sus mieles se las han llevado hasta ahora la oligarquía y sus gobiernos, no podemos perder ese preciado bien, sino pasar a que sus aportes al fisco nacional sean entregados directamente a la CSS y el MINSA para una atención de calidad de la población. Esa será la mejor defensa de nuestro canal. «`​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​
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Venezuela: Fenasopadres. La carrera de educación se ha vuelto poco atractiva.

Por: Radio Fe Y Alegría

«Cada año se visibiliza y agudiza más la falta de docentes»

Nancy Hernández, presidenta de la Federación Nacional de Sociedades de Padres y Representantes en Venezuela (Fenasopadres), afirmó que la carrera de educación, en la actualidad, se ha vuelto poco atractiva.

“Hoy la carrera de educación es poco atractiva porque los estudiantes ven las fallas en el sistema gubernamental y el nivel salarial donde la meritocracia ha desaparecido”, aseguró en entrevista con el programa En Este País de Radio Fe y Alegría Noticias.

En ese sentido, la entrevistada resaltó la crítica situación que vive el sector educativo venezolano desde hace más de 10 años en todos sus niveles, destacando que cada año se visibiliza y agudiza más la falta de docentes. “Sobre todo en la educación básica”, remarcó.

Una jubilación “lamentable”

Por otra parte, Hernández resaltó que la jubilación en Venezuela no tiene suficientes beneficios como para hacer un poco atractiva la carrera.

“La edad promedio de un estudiante de educación para graduarse es a los 25 años. A eso hay que sumarle 25 años de ejercicio docente: estarían sobre 50 o 55 años hábiles para jubilarse, y jubilarse en el país es bastante lamentable a nivel de beneficios”, destacó.

Hernández también hizo énfasis en la necesidad de reestructurar y priorizar a la educación en Venezuela. “Si no tenemos educación y formación básica… ¿cómo pretendemos contar con generación de relevo?”, se preguntó.

Para Hernández, la situación es grave pues “en sus proyectos de vida los muchachos no se visibilizan hoy en la carrera de educación, por estos factores que restan atractivo y motivación”.

Con preocupación, Hernández aseguró que las instituciones universitarias en el país empezaron a recibir “los peores promedios” para subsanar esta situación, tras la migración y las fallas del mismo gremio en cuanto a beneficios.

“Se dejaron de lado las competencias que hacen falta para estudiar educación, entonces la formación es deficiente o abandonan la carrera”, lamentó.

Sobre la educación básica en Venezuela

Según Hernández, un “85% de los planteles en Venezuela están bajo la administración oficial y actualmente hay situaciones en cuanto a infraestructura, social, político y económico que conspiran contra la permanencia del estudiante en el salón de clases”.

Con la reducción oficial en el horario escolar (horario mosaico) por parte del Ministerio Poder Popular para la Educación (MPPE), desde el mes de noviembre del 2022, la comunidad estudiantil y docente sufrió varias consecuencias, de acuerdo a la entrevistada, quien destacó que las instituciones privadas sí cumplen las cinco horas reglamentarias los cinco días a la semana, pero la situación en las escuelas públicas es otra.

“El estudiante no acude todos los días a clase porque la familia no cuenta con los recursos económicos y hay docentes que no pueden ir todos los días a clase porque no tiene cómo pagar el traslado a su centro de trabajo”, resaltó Hernández.

“Deben existir acuerdos nacionales y respeto a los pilares de la educación, que es la más importante después de la Constitución y está hoy en abandono por el Estado”, sentenció.

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Día de la maestra en Uruguay

Día de la maestra en Uruguay

Escrito por la Maestra Ana Claudia Pérez y la Profesora Estela Gramajo

Pensar en la sociedad es pensar en la humanidad en varias dimensiones: social, económica,
política, cultural entre otros pero ninguno de ellos podría desarrollarse sin educación, sin maestros
y maestras, sin niños y niñas, sin espacios de construcción, es decir que no podemos pensar la
sociedad sin la escuela pública, y si bien la escuela pública la hacemos entre todos y todas también
es verdad que sin maestros y maestras no habría escuela.

Durante el período colonial y en las primeras décadas del siglo XIX, la educación primaria en
nuestro país se desarrollaba en el hogar, contratando a instructores que enseñaban a los niños y
niñas conocimientos básicos de aritmética, matemática y lengua pero cabe destacar que estos
niños y niñas pertenecían a familias adineradas de la alta sociedad ya que eran quienes podían
costear los gastos de la institutriz.

En estos tiempos que corrían, el 26 de mayo de 1816, durante el período artiguista, se funda la
primera Biblioteca Pública, propuesta por el presbítero Dámaso Antonio Larrañaga. La iniciativa
fue ratificada por José Gervasio Artigas desde Purificación. Larrañaga, en su carácter de director,
pronunció la oración inaugural, donde expresó: “Una biblioteca no es otra cosa que un domicilio
o ilustre asamblea en que se reúnen, como de asiento, todos los más sublimes ingenios del orbe
literario o por mejor decir, el foco en que se reconcentran las luces más brillantes que se han
esparcido por los sabios de todos los países y de todos los tiempos. Estas luces son las que el
ilustrado y el Gobierno vienen a hacer comunes a sus conciudadanos.” Cuatro días después,
sensible a la repercusión pública del hecho, Artigas dispuso que el santo y seña de su ejército en
Purificación fuera “Sean los orientales tan ilustrados como valientes”.

Luego la educación pasó a implementarse en los colegios privados (católicos) pero seguían
accediendo a la educación solo quienes podían costearlo, en otras palabras sólo aprendían a leer y
a escribir una pequeña élite acaudalada en una sociedad segmentada en quienes sabían leer y
escribir y en quienes no. Es aquí donde aparece, en la segunda mitad del Siglo XIX, la figura de
José Pedro Varela quien, como instructor de educación pública, recorrió las escuelas del país y
llegó a la conclusión que plasma en sus obras “La legislación escolar” y “La educación del
pueblo”, de que solo una pequeña parte de la sociedad sabían leer y escribir, considerando este
hecho muy injusto en un país ganadero y pastoril que se preparaba para la industrialización y fue
así que comenzó una lucha por una educación más democrática y a decir de sus palabras «La
educación, como la luz del sol, puede y debe llegar a todos». Como sostiene Méndez Vives (2007)
Varela más que reformar creó un sistema educativo. Dió contenidos científicos a los programas de
estudio, seleccionó personal docente dando amplia participación a la mujer, implantó la descentralización administrativa, procurando la participación popular en el mejoramiento de la escuela pública, impulsó la construcción de escuelas y la fabricación de materiales didácticos.

Varela, inspirado en la obra de Sarmiento, junto con varios jóvenes amigos impulsó la creación de
un movimiento educacional, la «Sociedad de Amigos de la Educación Popular», que confluyó en
la aprobación -por el Gobierno- de una Ley de Educación y en su designación como Inspector
Nacional de Instrucción Pública en 1877. Su temprana muerte en 1879 no le impidió dejar sentada
las bases de un sistema escolar, cuyas líneas generales se prolongarían a través de más de un siglo
(Bralich, 2011).

Varela consideraba que la educación era la herramienta para resolver las contradicciones del
liberalismo clásico. También creía que la educación era la que permitía formar a los niños para ser
hombres y a los hombres para ser ciudadanos. “Y las inmensas riquezas nacionales movidas por el
brazo del pueblo, trabajador e ilustrado, formarán la inmensa pirámide del progreso material.”
“La ilustración del pueblo es la verdadera locomotora del progreso.” Asimismo se inspiró en los
modelos educativos que conoció en Europa y Estados Unidos concretando sus ideas y su proyecto
en el gobierno militarista de Lorenzo Latorre.

Es acá cuando nace, en nuestro país, la educación pública laica, gratuita y obligatoria,
características fundamentales para un pueblo que consolida sus bases en la democracia y la
participación. Según datos de la UNESCO del 2019, Uruguay tiene una tasa de alfabetización del
98,77%1. Es notable que la tasa de alfabetización femenina es superior a la masculina, con un
99,04% de mujeres alfabetizadas frente al 98,48% de hombres.

Muchos años después en nuestro país se celebra el día del maestro, siendo la fecha designada por
el Consejo Nacional de Enseñanza Primaria y Normal el día 22 de setiembre, el cual se firmó en
agosto de 1939, durante la presidencia de Alfredo Baldomir (militar, arquitecto y político, que
siendo Jefe de Policía de Montevideo participó en el golpe de Estado de Terra, en 1933), siendo en
ese momento Ministro de Instrucción Pública y Previsión Social el nacioanlista Eduardo Víctor
Haedo. Desde entonces, en la educación inicial y primaria ese día es un asueto escolar, que se
ubica en medio de las vacaciones de setiembre. En la actualidad en nuestro país el 97% de los
maestros son mujeres, por ello se le denomina, en general, “el día de la maestra”.

Asimismo esta idea de conmemorar la labor de los maestros y maestras surgió a principios del
siglo XX, como resultado de las políticas públicas de universalización de la educación. Pero
muchos años después, en 1994, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO) declaró el 5 de octubre como el Día Mundial de los Docentes.

Construcción de una identidad: del maestro apóstol al maestro como trabajador consciente

En nuestra sociedad, como en la mayoría de los países, el rol de los maestros desempeña un papel
importante en el desarrollo de la sociedad y si pensamos en América Latina es ésta una región
donde se enfrentan grandes desafíos que van desde la diversidad cultural hasta las desigualdades
sociales y económicas aunque todos sabemos que los maestros y maestras influyen sobre el
progreso educativo, social, económico y cultural del país.

La identidad docente es un pilar fundamental en el sistema educativo de cualquier país, ya que no
solo define la labor de quienes se dedican a la enseñanza, sino que también influye en la
formación de las futuras generaciones. En este contexto, es esencial reconocer a aquellos docentes
que, a través de su dedicación y creatividad, han dejado una huella imborrable en sus estudiantes y
en la sociedad en general. Docentes destacados, con enfoques revolucionarios, pioneros en su
época, y un compromiso inquebrantable con la pedagogía, han contribuido a la construcción de
una identidad que trasciende las aulas, inspirando a otros a seguir su ejemplo y a fomentar un
aprendizaje significativo y transformador. En el presente artículo, se destaca la actuación y la
influencia de maestros y maestras, reconociendo que no se abarca la totalidad de figuras
educativas. Esta selección busca poner de relieve las contribuciones significativas de estos
profesionales, aunque es importante señalar que existen numerosos educadores cuyas aportaciones
también merecen ser reconocidas.

Uno de los episodios más destacados fueron las Misiones Socio-Pedagógicas, que se llevaron a
cabo entre 1945 y 1959, contaron con la participación de varios maestros y estudiantes de
magisterio. Estas misiones fueron organizadas por estudiantes de magisterio y otros institutos
normales, así como por la Universidad de la República. Entre los maestros destacados que
participaron en estas misiones se encuentran:

Julio Castro (1908 – detenido-desaparecido el 1° de agosto de 1977) fue un destacado maestro,
periodista, intelectual y luchador social uruguayo. Sus principales aportes incluyen su compromiso
y defensa de la educación rural, analizando y trabajando para mejorar las condiciones educativas
en las zonas más desfavorecidas del país, participando en diversos congresos de maestros rurales y
realizando investigaciones sobre el analfabetismo en Uruguay y América Latina. Fundó y
colaboró en varios medios de comunicación, como el diario «El Nacional»; y el semanario
«Marcha», donde denunció las injusticias sociales y promovió la educación como herramienta de
cambio. Escribió numerosos libros y artículos sobre educación, incluyendo El Analfabetismo
(1940), El banco fijo y la mesa colectiva (1942), La Escuela rural en el Uruguay
(1944),Coordinación entre Primaria y Secundaria (1949), Cómo viven «los de abajo»; en los
países de América Latina (1949), Bombas y dólares sobre Guatemala (1954), El Plan de Estudios
Magisteriales (1960), La escuela rural en esta hora (1961), Tenencia de la Tierra y Reforma
Agraria (1965), reflejando su compromiso con la educación y su visión de una sociedad más justa
e igualitaria. Como firme defensor de los derechos humanos y la justicia social, fue secuestrado y
desaparecido durante la dictadura uruguaya debido a su activismo y sus críticas al régimen. Su
legado sigue vivo en la lucha por una educación inclusiva y de calidad, dejando una huella imborrable en la educación y la sociedad uruguaya, e inspirando a educadores y activistas en la actualidad.


Jesualdo Sosa (1905 -1982) fue un destacado maestro, escritor, pedagogo y periodista uruguayo.
Su actividad docente se centró en la educación rural, y su obra más conocida es «Vida de un
maestro»;, una novela autobiográfica que retrata su trabajo en la escuela de Canteras de Riachuelo,
en el departamento de Colonia. Entre sus principales obras se encuentran: Vida de un maestro
(1935): Una novela autobiográfica que critica el sistema educativo de la época. 180 poemas de los
niños de la escuela de Jesualdo (1938): Una recopilación de poemas escritos por sus alumnos.
Problemas de la educación y la cultura en América (1943): Un análisis de los desafíos educativos
y culturales en América Latina. 17 educadores de América (1945): Un estudio sobre la vida y obra
de destacados educadores latinoamericanos. La expresión creadora del niño (1950): Un libro que
explora la creatividad infantil y su importancia en la educación. Fuera de la escuela (1960): Una
reflexión sobre la educación fuera del ámbito escolar tradicional. El niño y la educación en
América Latina (1966): Un análisis de la situación educativa en América Latina. Antecedentes de
mi pedagogía de la expresión (1968): Un libro que detalla su enfoque pedagógico basado en la
expresión infantil. Jesualdo Sosa también dictó conferencias y cursos en diversos países de
América, Europa, Asia y África. En 1961, al inicio de la Revolución Cubana, viajó a Cuba, donde
entre 1961 y 1962 se desempeñó como decano de la Facultad de Educación de la Universidad de
La Habana. Durante este tiempo, también colaboró como asesor en la Campaña de Alfabetización,
un proceso que tuvo un impacto profundo en la transformación educativa de la región. La
alfabetización se convirtió en un tema central en la vida y obra de Jesualdo Sosa, marcando su
compromiso constante con la educación y el progreso social, con su posición sobre la relación
entre las esferas de lo político y de lo educativo. Es por esto que en la actualidad se ubica a
Jesualdo Sosa entre quienes valoran el papel democratizador de la escuela en el ámbito social.
Para él, el analfabetismo era un resabio de la esclavitud y señalaba: Yo no estoy dispuesto a hacer esclavos: prefiero hacer rebeldes contra cualquier esclavitud.

La pedagogía de la Escuela Nueva, iniciada por el reformista norteamericano John Dewey, tuvo
una profunda influencia en Uruguay a lo largo del siglo XX. Intelectuales y pensadores como Julio
Castro, Reina Reyes y Agustín Ferreiro fueron entusiastas del escolanovismo. Sin embargo,
Jesualdo Sosa siempre se mantuvo escéptico sobre los alcances reales de la Escuela Nueva como
herramienta de transformación social o empoderamiento de los desposeídos. Aunque valoraba los
avances progresistas de la escuela "progresista" en comparación con el opresivo y disciplinante
esquema de la escuela tradicional, Jesualdo nunca dejó de criticar y cuestionar profundamente las
limitaciones de una pedagogía "democratizante" condicionada por el modo de producción
capitalista. Además, desenmascaró el centro imperialista de su producción intelectual y teórica, el
imperialismo norteamericano.

Clemente Estable (1894 -1976): Un científico y pedagogo uruguayo que también participó en
estas misiones y dejó un legado importante en la educación del país. Revolucionó la educación
con su Plan Estable, un enfoque pedagógico innovador inspirado en las teorías de Dewey. Este plan centraba el aprendizaje en el niño, respetando sus intereses y ritmos individuales, y promovía
una educación integral basada en la investigación y la experiencia. Aunque enfrentó dificultades
para su implementación a gran escala, el legado de Estable sigue siendo relevante, inspirando a
educadores que buscan sistemas educativos más justos y equitativos. Además de ser un destacado
pedagogo, Estable fue un renombrado científico que fundó el Instituto de Investigaciones
Biológicas, combinando rigor científico y pedagogía innovadora para transformar la educación y
la investigación científica en el país.

Estas misiones tenían como objetivo mejorar las condiciones educativas y sociales en las áreas
rurales de Uruguay, y los maestros que participaron en ellas realizaron un trabajo invaluable en la
promoción de la educación y el bienestar de las comunidades rurales. Otras maestras que se destacaron por sus aportes fueron:

Enriqueta Compte y Riqué (1866 –1949) se graduó como maestra de primer grado a los 19 años.
En 1887, fue designada subdirectora del Instituto Normal de Señoritas y viajó a Europa para
especializarse en educación preescolar, estudiando las enseñanzas de Friedrich Fröbel. En 1892,
fundó el primer jardín de infantes público de Uruguay y de toda Latinoamérica, adaptando los
principios fröebelianos a la realidad uruguaya. Implementó métodos psicológicos y pedagógicos
que respetaban la individualidad y capacidad personal de aprendizaje de los niños. Su enfoque se
centraba en el desarrollo integral del niño, fomentando su creatividad y autonomía. Fue una
precursora de la enseñanza laica, basada en la igualdad social y la superación de prejuicios. Creía
firmemente en la educación como herramienta para la justicia social. Realizó numerosas
publicaciones en revistas y libros especializados en educación infantil. También se integró a varias
asociaciones que luchaban por los derechos de la mujer, contra la tuberculosis y el alcoholismo.
luchó por el voto femenino en Uruguay: "La concesión de derechos políticos a la mujer
transformará hondamente la condición social de los pueblos. ¿Cómo no es posible concebirlo? Es
indudable que será para su provecho, pues los errores de la inexperiencia pronto quedarán
compensados por el beneficio que aportarán las cualidades femeninas, al fundirse en un mismo
propósito, con las del hombre.

Además, con el estallido de la Guerra Civil en España, su país natal, integró la Comisión para la
Paz, y fue defensora de la República y de las libertades. En sus últimos años, acostumbraba a
visitar presos en las cárceles, porque creía que había que apoyarlos. Afirmaba que «todos los seres
humanos nacen buenos y que solo un medio desfavorable llega a apartarlos del bien».

Reina Reyes (1904 – 1993) fue una destacada maestra, pedagoga, psicóloga, periodista y
legisladora uruguaya. A lo largo de su vida, Reyes realizó importantes contribuciones, en
diferentes áreas. Fue una militante activa en causas populares, movimientos en defensa de la
educación pública y laica, la educación rural, la autonomía universitaria y los derechos del niño y
el adolescente. Entre sus obras se encuentran La Escuela que el Uruguay necesita (1943), La
Educación Laica (1946), Psicología y Re-educación del Adolescente (1963), ¿Para qué futuro
educamos? (1973), en el que critica la educación tradicional y aboga por una educación que forme ciudadanos críticos y comprometidos con la sociedad, preparando a los estudiantes para enfrentar
desafíos futuros. Destaca el rol fundamental del educador como agente de cambio, la necesidad de
una educación contextualizada que considere las realidades sociales y culturales de los
estudiantes, y defiende el derecho a una educación inclusiva y accesible para todos.

———————————-

Más allá de nombrar algunas de tantas maestras y maestros que aportaron al magisterio, a la
intelectualidad y a las luchas sociales, es necesario destacar el papel del magisterio organizado.
Como se expresa en la página de la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM) : en 1945, como
resultado de la decisión de las entidades gremiales que nucleaban a la casi totalidad del magisterio
nacional, la Confederación de Maestros del Uruguay y la Federación de Asociaciones
Magisteriales del Uruguay (FAMU), convocaron a un Congreso Constituyente con el objetivo de
unificar al magisterio uruguayo. Del mismo, resultó el 20 de febrero de 1945 la fundación de la
Federación Uruguaya de Magisterio. Ese año, importante en cuanto a la definición de proyectos
discutidos largamente, marcó la creación de la Federación a partir de las gremiales existentes
(Confederación de Maestros del Uruguay y Federación de Asociaciones Magisteriales del
Uruguay [FAMU]), al realizarse la convocatoria a un Congreso Constituyente que Año 1945
definió su creación. A partir de ese momento, «culminando un largo proceso unificador» , la
FUM participó en todas las actividades sindicales y académicas del país, marcando tendencia a
través de sus posiciones de vanguardia pedagógica, sindical y social. (Lopez Fraquelli, 2007)
Se consagró como algunos de sus fines: representar a todos los maestros agremiados en la
enseñanza, propender a perfeccionar y mantener el régimen de autonomía técnica, administrativa y
financiera para la enseñanza pública, propiciar una activa defensa de la democracia y la justicia
sociales.

Puede acceder a una presentación power point de este artículo haciendo clic en el siguiente enlace Dia-de-la-Maestra-en-Uruguay

Durante la dictadura cívico-militar en Uruguay (1973-1985), los maestros organizados jugaron un
papel crucial en la resistencia contra el régimen autoritario, que pretendía adoctrinar e instalar un
tipo de pensamiento único, acrítico. A través de sindicatos y organizaciones como la Federación
Uruguaya de Magisterio (FUM), los maestros se unieron para defender la democracia, la
educación pública y los derechos humanos. Los maestros participaron activamente en huelgas,
manifestaciones y otras formas de protesta, denunciando las violaciones a los derechos humanos y
la represión del gobierno. Además, muchos maestros fueron perseguidos, destituidos, expulsados
al exilio, detenidos y desaparecidos debido a su activismo y oposición al régimen.

Cada 1° de agosto (día que fue detenido desaparecido Julio Castro) se recuerda a maestros y
maestras, estudiantes magisteriales, profesores, profesoras y trabajadores de la enseñanza
detenidos desaparecidos y en cada 20 de mayo en las Marchas del Silencio, el pueblo uruguayo les
dice PRESENTES.

Podemos plantearnos el por qué del Día del Maestro, y la respuesta que más resuena es que es un
día para reconocer la vocación de los profesionales y técnicos de la educación, para homenajear a
los maestros y maestras por su trabajo, compromiso y dedicación, y sobre todo para reivindicar la
figura de quien tiene el sueño y la convicción de que una sociedad más justa es posible a través de
la educación, parafraseando a Paulo Freire de que la educación no cambia el mundo sino que
cambia a las personas que cambian el mundo.

 

Bibliografía

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Colombia: Prohibición de celulares en colegios, lo que dice el Ministerio de Educación.

En los últimos meses, varios colegios y jardines infantiles en Colombia han optado por restringir o prohibir el uso de celulares en sus instalaciones. Mientras algunos padres y expertos respaldan la medida, otros consideran que limita el acceso a la tecnología y afecta la educación digital de los estudiantes.

Ante esta discusión, el Ministerio de Educación aclaró que los colegios, tanto públicos como privados, tienen autonomía para decidir si permiten o no el uso de celulares dentro de sus aulas. No hay una norma nacional que imponga una prohibición general, por lo que cada institución puede tomar sus propias decisiones, siempre y cuando lo haga en consenso con su comunidad educativa.

Otro punto que destacó el Ministerio es que algunos colegios internacionales han decidido restringir completamente el uso del celular porque cuentan con otras herramientas tecnológicas, como tabletas y laboratorios digitales. Sin embargo, esta no es la realidad de muchas instituciones en el país, por lo que cada colegio debe evaluar su propia situación antes de tomar una decisión.

En conclusión, los colegios sí pueden regular o restringir el uso de celulares dentro de sus instalaciones, pero deben hacerlo con un enfoque que tenga en cuenta las necesidades de su comunidad educativa.

La clave está en encontrar un equilibrio entre el acceso a la tecnología y la formación de hábitos digitales responsables.

https://extrategiamedios.com/prohibicion-de-celulares-en-colegios-lo-que-dice-el-ministerio-de-educacion/

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Perú: Sutep ratifica denuncia de inconstitucionalidad contra ley 32242 y mayor presupuesto para la educación

Alfredo Velásquez, secretario de Asuntos Pedagógicos del SUTEP, ratificó que presentarán una demanda contra la ley 32242 que permite la destitución automática de docentes por delitos graves, vulnerando el derecho al debido proceso y a la pluralidad de instancia. Agregó que el magisterio dará un plazo de 30 días al Minedu para la instalación de la mesa de negociación colectiva tras presentar el pliego de reclamos.

“Algunos congresistas días antes con 10 u 20 personas del Movadef denegaron su registro, pero hoy pretenden comprar un kit con la inconstitucionalidad de la ley 32242 que desde el Congreso fueron indiferentes y ahora quieren abanderarse, por eso, hacemos un llamado a los maestros 2 y auxiliares de educación de que sus firmas aparezcan en fachadas de Sendero Luminoso”, dijo a través del programa Enlace Educativo por RCR.

Indicó que espera que en los siguientes 30 días el Ministerio de Educación instale la mesa de negociación tras la presentación del pliego de reclamos, que incluye diversas demandas como un incremento del presupuesto del sector educación, aumento salarial a los docentes y auxiliares de educación y el cumplimiento del pago de bono por maestrías y doctorados.

“Estamos planteando el 6% del PBI, el incremento salarial del próximo año para docentes y auxiliares de educación y el pago de bono por maestrías doctorados. Hoy en día los bloques magisteriales se olvidan de las demandas del sector educación, tratan de amordazar a los maestros para evitar que exijan lo que les corresponde”, expresó.

Finalmente, convocó a una Asamblea Nacional para el 5 de febrero, con el objetivo de analizar el pliego de reclamos y aprobar un plan de lucha para este año. Además, anunció un Diálogo por la Educación que abordará el tema de la infraestructura de los colegios.

“Este 5 de febrero hemos convocado una Asamblea Nacional para profundizar el pliego de reclamos, plazos de nuevas afiliaciones del Sutep a la Derrama Magisterial y también un dialogo por la educación para priorizar el tema de infraestructura educativa, un factor vital para el desarrollo de clases”, anotó.

Ver entrevista …

https://www.rcrperu.com/sutep-ratifica-denuncia-de-inconstitucionalidad-contra-ley-32242-y-mayor-presupuesto-para-la-educacion/
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