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La dignidad de la infancia

Por: Claudia Rafael

Niñas y niños son sujetos políticos. A contracorriente de lo que plantea la ministra de Desarrollo Social. Como quedó plasmado en cada una de las marchas históricas del Movimiento Nacional Chicos del Pueblo. Como planteaba Alberto Morlachetti la infancia tiene voz. Y hay que escucharla.

Si un pibe se muere al lado de una pila de comida… ese pibe muere asesinado. Por eso el hambre es un crimen. Es mentira que el capitalismo tiene un rostro humano, no tiene ninguno. Haber inventado el hambre en la Argentina es lo más perverso que pasó en este país. (Alberto Morlachetti)

“Un niño es un sujeto político. Y ese niño tiene que tener voz. Hay que escucharlos”, decía Alberto Morlachetti. A kilómetros luz de ese pensamiento se ubica la convocatoria de la ministra de Desarrollo Social de la Nación cuando pidió la intervención de la Defensoría de Niñas, Niños y Adolescentes para evitar que haya pibes en los acampes piqueteros. Corre toda responsabilidad estatal sobre el hambre y las privaciones de las infancias y culpabiliza a sus familias por impedir que estén “en las escuelas, en los clubes o en las instituciones de sus barrios, ejerciendo sus derechos a educarse, alimentarse, relacionarse con sus pares y jugar”.

¿Acaso esas infancias a las que alude la ministra están atravesadas por todos los derechos enunciados por escrito en las leyes y en las convenciones nacionales e internacionales? Desmembrar esa misma frase desnuda con una contundencia inapelable que los chicos que no quiere en los acampes se alimentan en las escuelas, clubes e instituciones barriales. Y no junto a sus familias porque –elude la ministra ese tramo de la realidad que rodea a siete de cada diez niños que son pobres y al 16,3% que son indigentes- hace demasiado que no hay un plato sobre la mesa.

La historia misma de la humanidad ha contado con manojos de pibes en cada lucha. Cuando 22 años atrás arrancaba en la Quiaca aquella marcha heroica del Movimiento Nacional Chicos del Pueblo cuatro centenares de niñas y niños recorrerían casi 2000 kilómetros y plantaban bandera con su mirada de la vida: “Marchamos para que todos los chicos que están en la calle puedan tener un hogar y que los padres que están sin trabajo puedan tenerlo”, decía una de las chicas criadas en Pelota de Trapo.

En esa y en cada una de las marchas posteriores se fueron enriqueciendo y fueron a su vez enalteciendo el contenido de los reclamos desde su propia óptica. Decían apenas unos pocos años después que “estamos marchando porque cuando termina la zafra y la cosecha de limón nuestros padres quedan sin trabajo. Perdimos la mitad del año de clases porque el gobernador no les pagó a los maestros. Queremos, además, comer en nuestras casas y no en un comedor”, refería una niña tucumana. Y un chico santiagueño planteaba que “marchamos para que no nos desalojen de nuestra tierra y para que se cumplan los derechos de los niños. Vamos a seguir marchando porque no debe haber hombres sin tierra ni tierra sin hombres”.

O también, otra niña que contaba que “marchamos para que la Patagonia no sea un lugar ignorado por los gobernantes, para que no se negocien nuestras tierras como fueron expulsados nuestros hermanos mapuches y para que nunca en la Patagonia haya un repositorio nuclear”.

Es hora de que quienes hoy se debaten en una pugna obscena por puestos y sillones asuman sus propias responsabilidades en el padecimiento febril y doloroso de las infancias. No se trata de exigir a una defensoría que controle si niñas y niños están con sus padres y madres en acampes, marchas o protestas. Se trata de ubicar las deudas en la columna del debe y asumirlas sin desmarcarse de las propias responsabilidades.

Si el hambre sigue siendo este crimen cotidiano por el que hay que alzar la voz en cada rincón, en cada calle, en cada plaza, en cada esquina es porque hay responsables concretos, con nombre y apellido y conscientes de sus propias falencias y de sus propias obligaciones e incumbencias. Porque haber inventado el hambre en la Argentina es lo más perverso que pasó en este país.

Fuente de la información e imagen: Pelota de Trapo

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De la opresión a la esperanza: el legado de Grandes Maestros Latinoamericanos a la NEM

Por: Adriana Yolanda Domínguez Cornejo

 

«Cada uno de los maestros latinoamericanos de los que este sencillo artículo habla, merecen con total justicia, artículos independientes y libros completos que describan a detalle sus excelentes aportes en la forja del pensamiento pedagógico decolonial…»

Opresión y esperanza representan dos conceptos que sintetizan de manera integral las ideas pedagógicas de grandes maestros latinoamericanos como Simón Rodríguez, Domingo Faustino Sarmiento, José Martí, José Carlos Mariátegui, Ignacio Ramírez “El Nigromante”, Ignacio Manuel Altamirano, Justo Sierra hasta llegar a Paulo Freire quienes, como buenos hijos de su tiempo y de su época, levantaron su voz por la educación de las infancias, juventudes así como de las mujeres y de los hombres adultos de esta región del mundo que intentaba (intenta) superar un colonialismo arraigado en su historia, en su piel y en su espíritu; ellos desenvainaron su pluma, esgrimieron un ideario educativo revolucionario que defendieron en la práctica, portando muchas veces el sencillo traje del profesor de aula; algunas más, el del guerrero en el campo de batalla o el del literato y poeta en la soledad de sus aposentos; otras tantas, el del militante, el del reo político, el del exiliado o el del repatriado o inclusive, el del funcionario público que edificó los cimientos del sistema educativo de su nación.

Todos y cada uno de ellos han heredado a las maestras y a los maestros de este cambiante siglo XXI, a partir de sus inspiradoras y paradigmáticas biografías, una aleccionadora congruencia entre la vida y la obra y especialmente, una vigencia de sus ideas pedagógicas que traspasan las fronteras geográficas y temporales hasta lograr alcanzar a una naciente Nueva Escuela Mexicana (NEM) que busca un genuino cambio educativo con mayor identidad en lo latinoamericano, en la educación popular, en los saberes comunitarios, a partir de un pensamiento crítico y decolonial, fundamentado en las epistemologías del sur y, especialmente, buscando, la reivindicación social y humanista que absolutamente todas las mexicanas y todos los mexicanos necesitamos y merecemos en este justo momento de nuestra evolución como país y sociedad a partir de los escenarios que toca el manto incluyente de la educación pública.

¿Y de dónde retomo las conceptualizaciones de “opresión” y “esperanza”? Ciertamente, de todos los maestros latinoamericanos antes mencionados porque de una u otra forma aluden en sus escritos a estas dos caras de la praxis educativa en la región latinoamericana, aunque particularmente quien los explica y los abraza a profundidad, es el último de la lista, el más reciente en su ser y acontecer y, posiblemente, el más reconocido y cercano para el profesorado: Paulo Freire. Por lo que, a continuación, detallo el sentido que el educador brasileño otorga a estos términos.

Veintidós años son el tiempo que separa la publicación de dos libros pilares para comprender la pedagogía decolonial nacida en Latinoamérica: Pedagogía del oprimido publicado en 1970 y Pedagogía de la esperanza. Un reencuentro con la Pedagogía del oprimido, en 1992; ambos textos, legado del maestro Paulo Reglus Neves Freire, mejor conocido como Paulo Freire (1921-1997). El primer libro detona el origen de una reflexión avasallante para cualquier lector: desde un enfoque dialéctico, o eres opresor o eres oprimido en cualquier contexto en el que te posiciones: económico, político, social y, enfáticamente, en el educativo. Una perspectiva ontológica y epistemológica verdaderamente telúrica, cimbreante para las conciencias de las y los docentes de cualquier época, más aún si niegan o justifican dicha opresión.

Ergo, Freire a lo largo de las memorables páginas escritas desde el exilio, en su Pedagogía del oprimido nos invita a romper esas relaciones antagónicas de poder, siempre verticales y violentas a través de una “praxis que es reflexión y acción de los hombres sobre el mundo para transformarlo” (Freire, 1987, p. 43). En efecto, una praxis basada en el encuentro dialógico y horizontal de iguales, que configura una educación que es problematizadora y liberadora a la vez, dejando atrás y para siempre, la de tipo bancaria, ésa que se caracteriza por ser un mero “acto de depositar en el cual los educandos son los depositarios y el educador quien deposita” (Freire, 1987, p.72); en otras palabras, abandonar las transferencias de “conocimientos” (que realmente son datos, información acumulada) en la mente del otro, al que se le resta autonomía en la construcción de su saber.

Respecto al segundo libro referido, con un Freire ya en la madurez de su pensamiento pedagógico y nuevamente radicado en Brasil tras el exilio, brinda testimonio de sus años de lucha por la educación popular y la alfabetización crítica con trabajadores desarrolladas en diversas latitudes del orbe, recapitula experiencias que lo llevan a la orilla en un mar de reflexiones y que le permiten replantear la Pedagogía del oprimido al agregar un espléndido complemento semántico con honda carga emotiva: de la esperanza, que de ninguna manera se contrapone a su posicionamiento respecto a la opresión, sino más bien lo fortalece, para animar la misión de todo educador progresista, diciendo que la “esperanza es necesaria pero no es suficiente. Ella sola no gana la lucha, pero sin ella la lucha flaquea y titubea. Necesitamos de la esperanza crítica como el pez necesita el agua incontaminada” (Freire, 1993, p.8).

De esta manera, llama a asumir esta esperanza crítica como educadores, una esperanza que indudablemente no es pasiva, sino activa; no es ingenua, sino perspicaz y precavida; no lucha por utopías sino por realidades concretas y asequibles; en fin, se trata de una esperanza como motor de acción para combatir y resistir las múltiples manifestaciones de la opresión que se camufla con rostros multiformes (de amabilidad, manipulación y engaño que esconden explotación y abuso colonial, capitalista o patriarcal) en todas las épocas y lugares y que la educación, potencialmente, puede hacer consciente y con base a esta toma de conciencia construir un mundo mejor, entendido como “un mundo donde mujeres y hombres se hallen en un proceso de liberación permanente” (Freire, 1993, p.62).

De manera análoga a Freire, Simón Narciso de Jesús Carreño Rodríguez, identificado mejor como Simón Rodríguez (1769-1854) analizó la opresión bajo la lente de la esperanza desde Venezuela, en una época que transitaba del colonialismo virreinal a la república independiente, primeramente como maestro y guía del libertador Simón Bolívar y brillantemente, como pensador vanguardista e independiente, que abrazó la educación popular como el espacio para conquistar una autonomía pedagógica latinoamericana sin imitar modelos europeos y lograr la inclusión de los pueblos indígenas, de pobladores de todas las razas y credos, particularmente los más pobres, dentro de las aulas (Puiggrós, 2005) y asimismo, rescatando la enseñanza de los oficios y saberes populares dentro del currículum escolar.

Igualmente, Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) cimentó las bases de la educación en Argentina con ideas civilizatorias genuinas, encontrándose en la encrucijada de trascender su pensamiento reformista a partir de la función pública como presidente de su nación, esto es, trascender la esperanza, que no siempre es posible ni viable ni pertinente; José Julián Martí Pérez, el gran José Martí (1853-1895), prócer de la Guerra de Independencia de Cuba, quien, entre sus polifacéticas cualidades, así como su abundante literatura educativa, empoderó a las infancias con la edición de la espléndida revista La Edad de Oro (1889) generó auténtica esperanza para las niñas y los niños de su pueblo.

No omito mencionar a El Amuta (el maestro, en quéchua), José Carlos Mariátegui La Chira (1894-1930) quien desde el exilio bosquejó la educación peruana con los matices marxistas buscando la toma de conciencia de la clase trabajadora para conquistar su emancipación ideológica y cultural. Finalmente, delineo acaso, el pensar educativo de tres maestros que creyeron que, gran parte de la evolución de nuestro México tenía que emerger de los salones y las escuelas: Ignacio Ramírez Calzada “El Nigromante” (1818-1879) ferviente ideólogo liberal y acérrimo defensor de la educación indígena; posteriormente su discípulo, Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893) encarnación de la formación intelectual autónoma como senda de emancipación de los pueblos originarios y, además, entre sus muchos aportes, fundador de la Escuela Normal de Profesores de México, la cual, por cierto, tuvo mayor auge e impulso durante el porfiriato, tiempo en el que Justo Sierra Méndez (1848-1912), El Maestro de América, discípulo a su vez de Altamirano, así como creador del proyecto de Universidad Nacional de México, buscó, comprometidamente, elevar los niveles educativos y culturales de los nacidos en tierra azteca durante los albores del siglo XX, a partir de su inserción en la función pública.

Cada uno de los maestros latinoamericanos de los que este sencillo artículo habla, merecen con total justicia, artículos independientes y libros completos que describan a detalle sus excelentes aportes en la forja del pensamiento pedagógico decolonial nacido en Latinoamérica, ya que estas líneas sólo aspiran a incitar la curiosidad de los lectores, para que exploren estas magistrales joyas en las vetas de una historia emergente de la educación, que otorga sólidas bases a una NEM que florecerá paulatinamente con la sensibilidad, creatividad y entusiasmo del magisterio nacional.

A manera de colofón: En estos días que circundan la conmemoración del Día del Maestro en nuestro país, solamente quiero decir que dedico estos renglones a mis estudiantes normalistas y pares docentes de todos los niveles educativos, exhortándoles a colorear su enseñanza con esperanza y determinación; a trastocar el matiz del monólogo por la luminosidad del diálogo en la clase; a trazar relaciones más simétricas en los ámbitos escolares evitando ser opresor (a) y tampoco permitir ser oprimido (a); a combatir de forma inteligente, con estudio, investigación, saberes y praxis educativa decolonial cualquier forma de injusticia o exclusión que lastime o inhiba la mente, el alma y la conciencia de sí mismos, de sus educandos o de sus comunidades; a ser innovadores y no tan conservadores; a problematizar para liberar; a sonreír más…

Referencias:

Freire, P. (1987). Pedagogía del oprimido. Siglo Veintiuno Editores.

Freire, P. (1993). Pedagogía de la esperanza. Un reencuentro con la Pedagogía del oprimido. Siglo Veintinuno Editores.

Puiggrós, A. (2005). De Simón Rodríguez a Paulo Freire. Educación para la integración iberoamericana. Convenio Andrés Bello. Colección Confluencias. Disponible en: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20190930040039/puiggros_de_simon_rodriguez_a_paulo_freire.pdf

TEMÁTICAS: NUEVA ESCUELA MEXICANA | PLAN DE ESTUDIOS 2022 | SEP
Adriana Yolanda Domínguez Cornejo
Adriana Yolanda Domínguez Cornejo
Maestra en Formación Docente y Especialista en Formación de Formadores. Docente de la Escuela Normal de Educación Física de Toluca, me apasiona el estudio, interpretación e investigación del amplio universo educativo desde nuevos enfoques.
Fuente de la información:  https://profelandia.com

 

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Demonización de la nueva malla curricular

Por: Drina Ergueta

Algunas organizaciones de padres y madres de familia han decidido rechazar la nueva malla curricular educativa que, bajo interpretación libre, interesada e ideologizada -tal como se analiza en este artículo-, está siendo demonizada a través de las redes sociales en lo que toca a la “educación sexual integral”. De esa forma, respaldan al magisterio que inicia movilizaciones con una serie de demandas añadidas.

“Rezo todos los días para que a mi niña de cinco años no le muestren imágenes pornográficas en el colegio”, dice una mujer representante de padres y madres de familia en la ciudad de Santa Cruz. No se refiere a imágenes que corren por internet entre el alumnado, no. Se refiere a imágenes que el profesorado podría enseñar a ese alumnado gracias a la nueva malla curricular que enseña “la ideología de género”, “la despatricarcalización y la descolonización”.

Así, con confusión de conceptos, juntos y revueltos, este discurso se difunde por las redes y no es el único: también se explica cómo se cambiará la lógica “natural” de la división sexual entre hombres y mujeres, incluyendo una serie de variantes “aberrantes” y llaman a la movilización en defensa de la infancia y la juventud sana. Por ello, se suman a la protesta del magisterio. Aquí se intentará desmenuzar y analizar uno de los discursos, el de esta madre (a quien no mencionamos porque lo relevante es su discurso), que circulan, además, en un momento clave.

Esas instituciones naturales

“La familia es la institución por naturaleza que ha estado mucho antes incluso de la política”

La familia es evidentemente una institución y eso quiere decir que es algo socialmente creado, instituido y que tiene una relevancia en la sociedad porque permite que ésta funcione tal como está consolidada; sin embargo, no es por naturaleza. Esa idea viene fundamentalmente del pensamiento religioso judeocristiano y asentado en la Modernidad y el mundo occidental. La Antropología tiene una rama enorme de estudios del parentesco que demuestran que en distintas sociedades puede haber distintas formas de organización parental (y maternal), donde el padre, la madre y su descendencia no es el centro. Por otra parte, actualmente, la familia tradicional está dejando paso a la familia diversa y extendida a más personas que la incluyen.

Respecto de la política, ésta forma parte de la vida de las sociedades humanas desde que nuestra especie apareció porque tiene que ver con la forma de gestionar el poder.

Pérdida de la patria potestad

“El Ministerio de Educación está cimentado sobre la idea de que van a despatriarcalizar y descolonizar a toda la sociedad y eso es un atentado en contra de la patria potestad”.

“Por lo tanto, estamos en contra de que se apliquen este tipo de políticas de prevención porque están invadiendo incluso la vida privada de las familias. Somos las familias las que debemos educar a nuestros hijos en los valores y no el Estado”.

Despatriarcalizar tiene que ver con un proceso de eliminación del patriarcado donde, a su vez, expresa que el patriarcado es un sistema de opresión en el que toda la sociedad, sus instituciones, símbolos y organización de poder están constituidos para favorecer a lo masculino. Descolonizar se refiere al proceso de eliminación de rastros del poder colonial o de romper la influencia neocolonial en los territorios y pueblos invadidos y colonizados por las potencias europeas. Tiene que ver con la valorización de lo local en todos los aspectos.

Desde el gobierno actual se difunde los conceptos de “despatriarcalización y descolonización”, aunque hay sectores que ven que lo que lleva adelante es insuficiente, tanto en la lucha contra el patriarcado y sus violencias como en el enfoque de la descolonización. En todo caso la relación que se hace con la pérdida de la patria potestad está agarrada por los pelos.

Antes de la Modernidad, en Europa que es el referente para la cultura occidental y clases altas de pueblos conquistados, la patria potestad era total del padre (no la madre) respecto de hijos e hijas. Él era quien decidía el destino de su descendencia, tanto con quién se casaría o la actividad laboral que realizaría. La Modernidad da derechos a las personas y concretamente al individuo y es lo que hoy tenemos. Derechos que no son iguales para las mujeres, pero que adquiere fundamentalmente el hijo varón, y es por eso con la Modernidad nace el movimiento feminista que pide los mismos derechos que tienen los hombres.

Las leyes regulan los derechos y, principalmente en los estados de bienestar europeos y también en estados socialistas, el Estado asume mayor relevancia para el cuidado de sus ciudadanos, siendo así que norma un mínimo de cuidados para niños, niñas y adolescentes, como la obligatoriedad de su escolarización. En Bolivia esto no es estricto por sus limitaciones como Estado. También se establece que la paternidad o maternidad no da derecho a hacer lo que sea sobre la descendencia, la patria potestad da fundamentalmente responsabilidades sobre quienes la tienen y quien no es responsable la puede perder. Los niños y niñas son personas, no propiedad de nadie ni siquiera de sus padres, por el ello el Estado les debe proteger.

En todas las sociedades, todo Estado imprime los valores sociales hegemónicos y las personas se mueven en ese marco. La vida privada de las familias es algo relativo porque forman parte de una sociedad y las diferentes formas de pensar al interior se mueven dentro de un marco posible de esa sociedad. Puede haber disidencias y ello puede crear conflictos, lo que es normal en una sociedad viva.

Imagen de la madre que hace el discurso de rechazo a la nueva malla curricular.

Educación sexual, “esa aberración”

“La educación sexual integral es la aberración más fuerte que podemos tener en la malla curricular, detrás de las políticas que nos plantean de que vamos a poder solucionar los temas de los abusos en niños y adolescentes vienen una mucho peor, que al final el remedio es peor que la enfermedad”.

“Lo que queremos es dejar en claro que la violencia no es estructural, es circunstancial, dejar en claro es que la educación sexual integral viene a corromper la inocencia de nuestros hijos y les dejará un daño en su mente y su educación que será irreparable”.

Antes de entrar en este tema, habría que preguntarse: ¿Qué sentido tiene que desde el Estado se pretenda “pervertir” a la niñez? La respuesta es que simplemente es una idea absurda.

Nos guste o no, los tiempos cambian y la forma de relacionarse en el aspecto afectivo también: las familias hoy son diversas, las relaciones son “fluidas”, la sexualidad es más abierta, las opciones sexuales aparecen en todas las series de televisión ¿Es posible, entonces, encerrar a hijos e hijas en casa y taparles los ojos y oídos? Todo eso les llegará y el problema está en cómo lo hará. Por eso, el hecho que desde la escuela se enseñe de manera correcta y cuidadosa, evidentemente, es una necesidad y una gran ventaja. Lo que habría que pedir y vigilar es que lo hagan con parámetros de calidad.

Los maestros no necesitan mostrar al alumnado imágenes pornográficas, ya que gran parte de niños y niñas de 12 años ya han visto pornografía por internet, entonces hay que guiarles. Esa visión de pornografía, de la que no se escabullirá prácticamente ningún hijo o hija, con seguridad, enseña formas violentas de relación sexual y normaliza las violaciones. Por otra parte, a partir de esa edad son especialmente vulnerables para ser captados por pederastas o redes prostituyentes a través de internet. Deben estar advertidos y saber actuar.

La falta de educación sexual se observa en el alto índice de los embarazos adolescentes en Bolivia, muchos de ellos producto de violaciones. La prevención, la enseñanza es necesaria. Finalmente, el acoso y discriminación a quienes tienen otras opciones sexuales se inicia desde muy temprano, es algo que también hay que evitar.

Todas estas violencias son estructurales y son parte del patriarcado porque las producen personas, fundamentalmente hombres, que responden a esas condiciones favorables para que las cometan.

Alfred Kinsey y Judith Reisman

Las fuentes científicas

“Los padres hemos investigado y analizado esta situación en varios países y nos hemos dado cuenta que esta filosofía nace con Alfred Kinsey, sexólogo en boga, que ha lanzado la Tabla 15, que nos dice el nivel de sexualidad u orientación sexual que ellos se pueden encontrar, si son heterosexuales, homosexuales, bisexuales, etc”.

“Esta educación sexual integral que viene cimentada por Alfred Kinsey y que viene abalada por medio de un experimento que hizo este señor, en el libro ‘El desarrollo sexual del ser humano”, la persona que lo leyó puede constatarlo. Hizo experimentos para constatar que los seres humanos disfrutamos de los orgasmos desde que nacemos. Tiene unas tablas en sus libros en que se estimulaban a menores de edad desde los cinco meses. Se puede apreciar también que hay un niño de 4 años que fue estimulado durante 24 horas”.

“Dice Judith Reisman, una escritora y activista en contra de la pornografía y de la educación sexual integral que vive peleando por estos derechos que nos corresponden a los padres esta enseñanza, que ‘toda educación sexual es pornografía progresiva’”.

Kinsey no es cualquiera y no es que esté en boga, es un biólogo considerado el padre de la sexología y a partir de él estos estudios se han desarrollado. Plantea que casi nadie tiene una orientación sexual 100% definida y para ello utiliza un escala. Esta afirmación levantó mucho revuelo. Para sus estudios hizo miles de entrevistas, incluidos pedófilos lo que generó una serie de cuestionamientos (en su tiempo, hoy sería algo normal y necesario para un estudio de ese tipo) y entre las personas que más lo criticaron está Judith Reisman, quien luego de que él muriera lo denunció, pero ante una demanda legal lo retiró. En todo caso, ella es una de las fuentes científicas de los movimientos del fanatismo religioso. A quien le interese este tema con seriedad, puede buscar en Google académico: “Janssen, Diederik F. Kinsey, el ‘desarrollo sexual’ y la angustia americana por la infancia. Anuario, 2008, p. 59” u otros.

Reisman también es conocida por su postura anti-pornografía, aunque el fondo de su postura no es compartido por las feministas que rechazan también esta actividad. Ellas no centran la crítica en la moralidad, sino que señalan que se trata de explotación sexual de mujeres, adolescentes y niñas y niños; que se les trata como objetos y se les degrada, humilla y violenta; que los vídeos e imágenes están dirigidas a un público masculino; y que el contenido normaliza prácticas de dominación y cosificación hacia las mujeres en el acto sexual, lo que puede conducir a ejercer violencias hacia las mujeres. Existe una parte del feminismo que no rechaza la pornografía siempre que ésta trasmita otro tipo de condición, de igualdad y desde los deseos femeninos, en las relaciones.

El uso de estas fuentes en el discurso que se analiza muestra que detrás hay una ideología (evidentemente siempre hay alguna) que está relacionada con los movimientos considerados de fanatismo religioso cristiano, ya que son en éstos donde circula dicho discurso y se dan por ciertas aseveraciones no siempre bien contrastadas científicamente.

Imagen de una de las movilizaciones del magisterio urbano.

El contexto y la oportunidad

Este tipo de discursos se dan cuando la Confederación de Trabajadores de la Educación Urbana de Bolivia plantea al gobierno lo que llama “cinco puntos fundamentales”, que son: presupuesto para el sector de educación, ítems nuevos, y reducción del déficit histórico (de los primeros dos puntos), nivelación de horas, un congreso nacional de educación para participar en las decisiones y rechazo a la nueva malla curricular 2023. Al no llegar a un acuerdo con el Ministerio de Educación, este sector determinó empezar una huelga de hambre este martes 28 de marzo y realizar un paro nacional de 48 horas este 30 y 31 de marzo. Además, los dirigentes agradecen el respaldo de grupos de padres y madres, con el simple criterio de cuantos más seamos, mejor.

Las razones del magisterio tienen que ver con las condiciones laborales, fundamentalmente, a las que se añade en uno de los puntos el contenido de la malla curricular, al que consideran “improvisado”. En lo práctico, todo docente se molesta porque le cambien los contenidos que debe enseñar, ya que implica que lo que tenía preparado ya no sirve y debe volver a elaborarlo y, en ese caso, a formarse para poder enseñar. En este sentido, posiblemente sea necesario un tiempo de adaptación. Además, demandan condiciones adecuadas para implementar los cambios.

En este contexto de movilización de maestros y maestras, surge el discurso (que se analiza) que se atribuye la representación de padres y madres de familia y que propone:

“¿Entonces qué podemos hacer los padres de familia? ¿Reunirnos en la Asamblea Legislativa y sólo pelear por los padres cruceños?, no me parece correcto. Nuestra lucha es a nivel nacional, estamos hablando con todos los padres de Bolivia”.

“Que sean los padres quienes, por ejemplo, salgan el día jueves a la rotonda y se manifiesten en contra de la malla curricular”.

Por un lado, estos grupos aprovechan la protesta del magisterio urbano nacional para mostrarse y difundir sus posturas conservadoras, que esperan sean a nivel nacional; por otro, al magisterio, que enarbola el conocimiento y la ciencia como bandera, al parecer, no le interesa el discurso con bastante fundamentalismo cristiano incorporado que hay detrás de ciertos grupos de padres y madres de familia con tal de que les respalden en sus demandas. Tendrían que marcar la diferencia.

La experta en Ciencias de la Educación, Mónica Olmos, en una entrevista en un medio de comunicación, señala que “cuando se leen los nuevos contenidos se puede advertir que se trata de una propuesta reflexionada que, en gran medida, intenta atender las recomendaciones del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) 2019 (que mide los logros de aprendizaje de estudiantes de sistemas educativos de América Latina y el Caribe). Varias de las observaciones y sugerencias de este estudio regional del currículo, llevado a cabo por el Laboratorio Latinoamericano de la Evaluación de la Calidad de la Educación (Llece) con sede en Santiago de Chile, que es parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), están reflejadas en estos aproximadamente 60 nuevos contenidos”.

Olmos, que es enfática en aclarar en las redes sociales que no es militante ni simpatizante del partido de gobierno, a quien más bien rechaza, señala que esta nueva malla curricular no es de ninguna manera improvisada.

El gobierno asegura que la nueva malla curricular, que de manera resumida se ha difundido en algunos medios, ha sido consensuada con 75 instituciones.

Fuente de la información e imagen: https://www.bolpress.com

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El profesor, investigador y activista

Por: Mauricio Argüelles

Los personajes emblemáticos de nuestra sociedad son importantes no sólo por su trayectoria de vida misma, sino por lo que han significado para otras personas. Eleocadio Martínez Silva, profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y aspirante a competir como candidato en las próximas elecciones para director de esta escuela, ha significado para mucha gente que le conocemos un referente como profesor, investigador, activista comprometido, pero sobre todo como ser humano.

Originario de San Luis Potosí pero con fuerte arraigo en Monterrey desde que era niño, Eleocadio Martínez desmitifica la idea de que para ser un profesor investigador exitoso hay que plegarse acríticamente a la institución de la cual se forma parte. Con una trayectoria impecable como investigador, graduado de posgrados de excelencia en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de su maestría y del Colegio de México (COLMEX) del doctorado, integrante del prestigioso Sistema Nacional de Investigadores (SNI) en el nivel I, lo mismo escribe artículos de investigación en revistas reconocidas de México y otras partes del mundo en español o francés, y al mismo tiempo alza su voz sin regateo cuando es necesario defender las causas de los más desfavorecidos, de sus propios colegas de la Universidad, incluso. Desde sus inicios como universitario, siendo estudiante de Agronomía, confrontó al poder despótico ejercido por las más altas autoridades de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), cuando a mediados de los años 80 fue parte de un movimiento estudiantil que se oponía al establecimiento de las cuotas universitarias. En ese tiempo él y sus compañeros jamás se doblegaron ante las amenazas del poder, y el precio por su “desobediencia” fue ser expulsados de la Universidad. Años más tarde Eleo volvería a estudiar, ahora Sociología, la que se consolidó en él como su más ferviente vocación.

Portada del libro “Convertirse en ex obreros”, de Eleocadio Martínez, basado en su tesis de Doctorado en Sociología en el Colegio de México (COLMEX)

Eleocadio es profesor en el aula pero también fuera de ella. Dentro de su alma máter, la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UANL, y pensando a partir de su formación como sociólogo, argumenta que no se puede enseñar unas Ciencias Sociales reducidas al análisis y construcción de conceptos sobre causas abstractas o meramente nacionales, sino que el sentido crítico de lo social debe aplicarse sobre todo en el ambiente más inmediato de vida de un profesor, esto es, su propia institución. El cambio social debe comenzar afuera del salón, desde el pasillo mismo. Un pie en la academia pero otro en la acción política, en buscar la transformación de la institución, en incidir en la discusión sobre qué tipo de Universidad queremos, merecemos como sociedad (más o menos así van sus palabras cuando conversamos).

Para Eleocadio entonces la divulgación del conocimiento implica generar soluciones prácticas que atiendan problemas reales de las comunidades, como la desigualdad, la violencia, la contaminación. De ahí su crítica a la idea de tener en la Universidad una “isla bonita” (haciendo referencia a uno de sus propios maestros, Sergio Zermeño, de la UNAM). La Universidad no puede estar apartada de los problemas que aquejan a las comunidades más desprotegidas. Para Eleocadio las Ciencias Sociales están muertas si sólo quedan en el concepto y la teoría. Debe haber una vinculación del conocimiento con las necesidades más apremiantes de nuestra sociedad.

Desde siempre y no sólo en su estrategia para convertirse en candidato para ser director de Filosofía y Letras, en su ideario permanece la idea de escuchar a los demás. Por eso es común verlo saludar y departir con gente de todos los niveles ocupacionales de la Universidad, sobre todo con guardias y personal de intendencia, con quienes frecuentemente comparte la hora de los alimentos entre sus clases y su trabajo como investigador. Por ejemplo, para cimentar su plan de trabajo como candidato escuchó la voz de los estudiantes por medio de encuestas -vía Google Forms, con una respuesta masiva- tal como la han tenido sus videos de Tik Tok con los que ha buscado concientizar sobre la necesidad de trabajar por un proyecto común de Facultad y de Universidad. En esos videos le escuchamos hablar con su propia voz, directo y haciendo uso de la razón pero también de la pasión (una combinación de logos, pathos ethos, como él diría).

Póster de campaña realizado por Raúl Márquez, artista visual regiomontano y egresado de Sociología de la FFyL, UANL

Cuando platico con Eleo en los pasillos, en el patio central de la Facultad, cuando coincido con él para tomar el transporte público al salir de la Facultad, pienso en esa idea que tiene de reconstruir los espacios de socialización y de debate de ideas que tuvo alguna vez la Facultad y que ahora están normados por controles a la entrada, por rejas que dividen nuestra escuela de las  facultades aledañas (Leyes, Trabajo Social, FACPyA), por un ambiente de fiscalización casi permanente. Sé que él sueña con una Facultad de Filosofía y Letras y una Universidad que representen un ágora continua, donde sea posible discutir los asuntos públicos de la institución en el aula, en el pasillo, frente a la dirección, en juntas con los demás colegas, con el Rector y demás autoridades administrativas, en escritos con firma propia, mediante mantas colgadas en la Facultad, en redes sociales, donde sea y con quien sea. No cabrían aquí las estrategias estilo Maquiavelo tan denostadas por Eleo: pronunciarse o callarse con base en un cálculo de ganancias de prebendas o de evasión de posibles castigos, que todavía hasta esta dirección actual se otorgan de manera discrecional, con base en pruebas de lealtad o deslealtad (bonos económicos y estímulos, promociones laborales, viáticos para congresos, etc.).

El ideario de Eleocadio es incesante. Es acción de vida. Lucha por que se reestablezca la democracia en la Universidad, que quizás en los años 70 todavía la hubo, época en que fue perdiéndose esa autonomía que ahora sólo forma parte del nombre Universidad “Autónoma” de Nuevo León, pero que en los hechos no se cumple. A diferencia del imaginario común regiomontano, que estigmatiza a la gente que discute los asuntos públicos de su institución abiertamente como “grillera” o problemática, para Eleocadio es motivo de orgullo decir que en los años 80 fue partícipe de ese movimiento estudiantil en defensa de la imposición de las cuotas, narrativa épica que incluso forma parte de su currículum vitae. Y sí, Eleo practica la autonomía en su propia voz. Sabe que los coordinadores y coordinadoras y las autoridades máximas de la Facultad y de la Universidad conocen lo que piensa, dice y siente porque esto está abierto siempre a los demás. No es asunto que haya que esconder. Porque emitir nuestro sentir, nuestro pensar, no es asunto que nadie debíamos esconder; al menos así debía ser en una institución que se presume de pública, de acoger todas las corrientes de pensamiento, de promover la divergencia de opiniones. Qué paradoja sería que en nuestros propios planes de estudio trabajemos por valores como la democracia plena, el diálogo y el respeto a los derechos humanos y en la práctica quede todo esto en simples bellos conceptos vacíos de realidad.

Manta en el patio de la Facultad con la que Eleocadio y yo buscamos ser portavoces de la exigencia de llamar a elecciones para renovar la dirección de la Facultad, elecciones pospuestas por más de dos años. El lema de esa manta meses después se retomó como lema de la campaña de Eleocadio.

E igual que James Baldwin, escritor y activista afroamericano que en los años 60 se enfrentó al poder hegemónico de su propio país, Estados Unidos, representado por la tiranía del hombre blanco, heterosexual y educado que perpetuaba la discriminación racial, algunos como tú, Eleocadio, buscan enfrentarse con lo que parece imposible pero no lo es: esos molinos de viento que parecen gigantes y que se disfrazan de flama de la verdad y están apostados en las oficinas centrales del poder de la Universidad, donde parece decidirse todo y la suerte de todos. En el contexto de la plena lucha del movimiento por los derechos civiles en ese Estados Unidos segregacionista y desesperanzador, alguna vez uno de sus seguidores comentó a James Baldwin que en sus libros y acciones él no reflejaba la esperanza, sino que él mismo era esperanza. Y así también podemos decir de ti, Eleocadio. Has motivado la esperanza de mucha gente. Y ya has ganado no importa cuál fuese el resultado en las elecciones para renovar la dirección de la Facultad. Más bien, hemos ganado, pues tu causa la hemos hecho nuestra mucha gente, tanto colegas como estudiantes. Eres heredero de otros y otras que antes que tú también pelearon por democratizar la UANL y revolucionar la educación universitaria. Ahora, como tú siempre lo dices, quienes son nuestro referente son nuestros y nuestras estudiantes, que siempre nos inspiran para seguir adelante, para ser no sólo maestros del aula, sino sobre todo del pasillo hacia afuera. A esos y esas estudiantes nos debemos.

21 de marzo de 2023

arguellesperez@yahoo.com

**Ilustración de portada: En un acto promovido por el mismo Eleocadio dentro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, conmemorando uno de los primeros años sin los 43 estudiantes desaparecidos de la Escuela Normal Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero. Cortesía de Eleocadio Martínez.

Fuente de la información e Imagen:  https://academicxsmty43.blog/

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Chabelo y la publicidad infantil en TV

Por Jorge Bravo. Proceso

Independientemente de su trayectoria en la televisión, el cine y el teatro, de su profesional y entrañable persona, “Chabelo” representaba uno de los tantos cacicazgos de la TV mexicana, en este caso de los contenidos infantiles.

CIUDAD DE MÉXICO (apro).–Como muchos otros niños, me levantaba temprano a las 7 am los domingos para encender el televisor y mirar «En Familia con Chabelo». Me sentaba muy cerca del jorobado aparato, algo poco recomendable, alejado de la vigilancia parental. Fantaseaba con acudir al programa en Televisa San Ángel, ser seleccionado para participar en un concurso y ganar algún premio. Nunca ocurrió y me quedé con las ganas de unos chicles Motitas de Adams (ya no existen) o una avalancha Apache.

Xavier López Rodríguez “Chabelo” falleció a los 88 años de edad el 25 de marzo de 2023. Aunque miraba su programa, a la distancia lo veo distinto.

Independientemente de su trayectoria en la televisión, el cine y el teatro, de su profesional y entrañable persona, “Chabelo” representaba uno de los tantos cacicazgos de la TV mexicana, en este caso de los contenidos infantiles. Los otros cacicazgos icónicos que duraron décadas en la pantalla fueron Jacobo Zabludovsky en el periodismo, Raúl Velasco en los espectáculos o Roberto Gómez Bolaños “Chespirito” en la comedia. Era otra época -oligopólica- de la televisión mexicana.

Estos personajes de la TV comercial de entonces eran reflejo de otros en el país, como el presidencialismo, el PRI, Emilio Azcárraga Milmo en los medios de comunicación o don Fidel Velázquez en el sindicalismo.

Durante 48 años Xavier López fue el conductor del programa infantil «En Familia con Chabelo», transmitido por primera vez en 1968, uno de los programas de la TV más longevos. La emisión era en vivo y “Chabelo” sólo se ausentó en una ocasión, cuando falleció su padre.

El programa era muy popular entre los niños y las familias. Tenía juegos, concursos, entrevistas con celebridades y era habitual que “Chabelo” cantara al final. Su segmento más divertido y emocionante era el de la catafixia.

“Chabelo» se convirtió en un icono de la TV mexicana gracias a su personalidad alegre, amable y voz aniñada, su vestimenta con pantalones cortos y tirantes estilo tirolés, y frases famosas como «¡Aguas, que ahí viene Chabelo!» o “cuates”. Cuando algún niño perdía un concurso y se le notaba la frustración en el rostro, “Chabelo» salvaba la situación y le entregaba un premio al infante, que salía radiante de felicidad. Todos los concursantes ganaban algo, aunque fuera un premio de consolación.

El papel realmente destacado de “Chabelo” fue su influencia en la publicidad y el consumo entre los niños. Como conductor de «En Familia con Chabelo», tuvo acceso a una gran audiencia de infantes y familias en hogares, lo que lo convirtió en un blanco atractivo para los anunciantes.

El modelo de negocio de «En Familia con Chabelo» era publicitario. El domingo en la mañana no es un buen horario en la TV, pero la genialidad de “Chabelo” consistió en diseñar un programa de entretenimiento familiar, un formato de concursos y hacerlo atractivo para los anunciantes.

Durante el programa se transmitían bloques de publicidad dirigidos principalmente a niños y sus padres, como los Muebles Troncoso. Promovía productos relevantes para esa audiencia como juguetes, comida, ropa y golosinas. Contaba con patrocinadores que invertían dinero a cambio de tener presencia en la pantalla, a través de anuncios o menciones especiales.

El plan comercial de «En Familia con Chabelo» estaba diseñado para maximizar la exposición de las marcas y productos, utilizando diferentes estrategias publicitarias como la integración de productos. Éstos eran mostrados y promocionados de manera natural y el principal anunciante era “Chabelo».

La publicidad dirigida a niñas, niños y adolescentes es problemática porque son especialmente vulnerables a los mensajes publicitarios y pueden tener dificultades para distinguir entre las promociones, el contenido y el entretenimiento. Los niños pueden ser influenciados por los mensajes publicitarios y presionar a sus padres para que compren productos que aparecen en la TV.

Los anunciantes aprovecharon la popularidad de “Chabelo» para promocionar productos dirigidos a niños como juguetes, dulces, cereales, bebidas azucaradas y otros productos alimenticios. Los anuncios, las marcas y las menciones se integraban en el programa como parte del contenido.

No obstante su popularidad, «En Familia con Chabelo» recibió críticas por su contenido simple, superficial, orientado al consumismo, sin valor educativo o cultural para los niños. Los anunciantes explotaban la vulnerabilidad de los infantes y fomentaba hábitos de consumo poco saludables. También se cuestionó la longevidad tanto del programa, su formato y el propio “Chabelo”, por no dejar espacio para nuevas figuras y perspectivas en la televisión infantil, típico de los cacicazgos.

Los defensores de las audiencias, de los consumidores y los especialistas en salud pública han pedido una regulación más estricta de la publicidad dirigida a niños, para protegerlos de mensajes publicitarios engañosos y para promover hábitos de consumo saludables.

La publicidad dirigida a niños, niñas y adolescentes debe ser veraz, clara y no inducir a error; no debe utilizar lenguaje o imágenes que puedan confundir o incitarlos a comprar productos innecesarios. Además, los anuncios deben estar claramente identificados como publicidad.

La regulación internacional más importante sobre publicidad en TV y niños es la Convención sobre los Derechos del Niño, un tratado internacional adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1989, ratificado por México. El artículo 17 establece que los Estados parte deben proteger a los niños contra la publicidad y la información perjudiciales para su bienestar.

La Unión Europea ha establecido normas específicas sobre publicidad en TV dirigida a niños en la Directiva 2010/13/UE del Parlamento y del Consejo. Establece que la publicidad no debe incitar directamente a los niños a comprar un producto o servicio, explotar su falta de experiencia o credulidad o presentar situaciones peligrosas. La Ley de Comunicaciones de Estados Unidos define límites sobre la cantidad de tiempo de publicidad que puede transmitirse en programas infantiles.

En 2015 se anunció que «En Familia con Chabelo» saldría del aire y el último episodio se transmitió el 20 de diciembre de ese año. El programa tenía una producción costosa y había comenzado a perder rating y audiencia. Con la llegada de las plataformas de streaming y las redes sociales, la televisión y sus formatos tradicionales perdieron relevancia y popularidad entre las nuevas generaciones de espectadores, que ahora tienen un smartphone en la mano para entretenerse sin necesidad de desmañanarse en domingo.

Fuente: https://www.proceso.com.mx/opinion/2023/3/29/chabelo-la-publicidad-infantil-en-tv-304484.html?fbclid=IwAR1wqonsEKlXIYxxKNRSzXkbd59WrgDj_Rdoi7b40GgJzDBnzOGsmxC2piY

Fotografía: Google Images

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Pienso, luego… critico. Parte I

Por: Ricardo Vicente López

Reflexiones sobre las formas del conocimiento como verdades dogmáticas, y de la necesidad de un pensamiento crítico

I.- Consideraciones Previas

Comienzo por una breve referencia al título, que, como no escapará a muchos, consiste en una reversión de la famosa sentencia del filósofo francés René Descartes [1]: «Pienso; luego, existo» (en latín: cogito ergo sum). La traducción divulgada supone erróneamente, por una mala interpretación [[2]], que la relación entre los verbos “pienso” y existo” es de carácter temporal, cuando en realidad expresa, una relación lógica por lo cual una traducción más fiel debería ser: «Pienso; por lo tanto, existo». Para este trabajo, corresponderá entenderlo como: «Pienso; por lo tanto, yo debo ser una persona que ejerza la crítica». Y ese es, precisamente, el objetivo más importante, para cuyo cumplimiento convoco a Ud., amigo lector.

Comencemos por la etimología que nos indica el sentido primero del vocablo crisis, del que hemos heredado crítica y el verbo criticar. Según la Academia:

«Crisis es una situación grave y decisiva que pone en peligro el desarrollo de un asunto o un proceso; es también una coyuntura de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura. De allí deriva crítica: Conjunto de opiniones o juicios que responden a un análisis y que pueden resultar positivo o negativo».

Para nuestro caso, con un sesgo más filosófico:

«Crítica es la opinión intuida como una forma de pensamiento que se cuestiona a sí mismo y que considera no sólo los límites y posibilidades de la razón, sino también la realidad humana e histórica de un sujeto que se constituye en un “nosotros”».

El pensamiento crítico no es un concepto nuevo, su origen se remonta a la antigua Grecia: se originó en las ciudades griegas del Asia Menor (Jonia), a partir de las primeras reflexiones de los presocráticos, centradas en la naturaleza, teniendo como base el pensamiento racional o logos. Posteriormente Sócrates y su mayéutica, Platón y su dialéctica, Aristóteles y su retórica. De las tantas definiciones que ha acumulado la historia, tal vez una de las más simples y precisas es la que hizo célebre el filósofo, político, Francis Bacon [3]:

«El pensamiento crítico es tener el deseo de buscar, la paciencia para dudar, la afición de meditar, la lentitud para afirmar, la disposición para considerar, el cuidado para poner en orden y el odio por todo tipo de impostura».

Desde una perspectiva cercana a la modernidad:

«El pensamiento crítico se entiende como la capacidad de analizar y evaluar la consistencia de los razonamientos, en especial, de aquellas afirmaciones que la sociedad acepta como verdaderas en el contexto de la vida cotidiana, como las fake news, especialmente relevantes en la actualidad por su proliferación y rápida viralización».

El pensamiento crítico es también un concepto educativo:

«El pensamiento crítico, como innovación educativa, puede ser definido como el proceso intelectual decidido, deliberado y auto-controlado, que busca llegar a un juicio razonable. Los objetivos del proceso de pensamiento crítico son, primero, llegar a un juicio razonable mediante un esfuerzo honesto de interpretación, análisis y evaluación de evidencias; y segundo, que ese juicio sea explícito y justificado a partir de conceptos, de su contexto y de los criterios en que se fundamenta. En otras palabras: el pensamiento crítico es un proceso mental que permite razonar y evaluar la evidencia disponible, respecto de un problema que se quiere resolver».

II.- La grave crisis del sistema

En el tema que trataré en estas páginas me voy a concentrar en una pregunta muy antigua, que ha dado lugar a múltiples respuestas a través de los siglos. Desde los inicios de lo que se ha definido, para nuestra historia occidental, como los comienzos de la filosofía, en la Grecia de los siglos V a. C. en adelante, la relación entre la realidad, la existencia concreta de las cosas que nos rodean, el mundo físico, y el conocimiento acerca de cómo y qué es esa verdad, derivado en la presentación de un problema: designado como el problema del conocimiento.

Esta articulación entre las cosas y el registro que produce nuestra mente (nuestra conciencia, nuestra inteligencia, o cualesquiera de las otras denominaciones posibles) y de los otros tantos conceptos que se podrían utilizar para referirse a este dispositivo de aprendizaje, hace que la pregunta siga siendo un tema fascinante, de matices variados y riqueza infinita, casi podría decir, si me lo permite, amigo lector: un misterio [[4]]. Esta última palabra puede resultar incómoda, inconveniente, molesta, en desuso (deberíamos preguntarnos por qué); pero creo que no debemos descartarla: ha padecido el ataque del pensamiento positivista. Doy por concedida su autorización: debo incorporarla como parte del problema que me propongo analizar.

Todo ello se ve agravado, enmarañado, complejizado, en este mundo de comienzos del siglo XXI, por la saturación informativa. No hace tanto tiempo, a comienzos del siglo XX, la información era un bien relativamente escaso, cuya obtención imponía arduos esfuerzos; hoy su abundancia es casi incontrolable, nos desborda, nos excede, nos sobrepasa hasta el hartazgo. El problema de hoy no es la escasez sino la sobreabundancia. Y es, precisamente, por la existencia de esa condición, que se utiliza para la saturación, como parte de la estrategia que el sistema global ha dispuesto para ejercer su dominio y control sobre todos nosotros: la denominada opinión pública. (Esta afirmación puede parecer exagerada, porque todavía una parte importante de los ciudadanos de a pie ignora, prácticamente, todo ello [[5]]). Amigo lector, a pesar de que esta afirmación pueda parecer un poco irrazonable, le ruego que sea aceptada como anticipo de lo que vamos a revisar en las páginas siguientes. Ese dispositivo señalado intenta encubrir la realidad con una impresionante catarata informativa, para ocultar o tergiversar el estado de un mundo profundamente injusto, que pretende que sea aceptado callada y sumisamente. Una prueba de lo que estoy afirmando es la carta que Sigmund Freud [6], envió en las primeras décadas de siglo pasado, a Albert Einstein [7], tengamos presente que estaban en plena crisis de los años 30:

«No es exagerado afirmar que la comunidad está formada por elementos de poderío dispar, vencedores y vencidos, que se convierten en amos y esclavos, expresando la desigual distribución del poder entre sus miembros. Los amos intentarán el dominio por la violencia y los oprimidos buscarán iguales derechos para todos. Para conservar la comunidad, le recomiendo a los miembros que deberán re-pactarla permanentemente».

Es a partir de la dura realidad de este estado social, de un mundo dual: incluidos y excluidos, de condiciones insoportables para muchos, ya denunciado en el siglo pasado, que muestra una dinámica que, una vez comenzada, se mantendrá por un largo tiempo y se profundizará hasta niveles imposibles de pensar. Pero que no puede ni debe ser eterna, puesto que lleva en su seno las causas de su propia destrucción. Por esta razón debemos pensar el problema que nos presenta su ocultamiento. Además debemos comprender que no se puede cambiar sin saber qué hay que cambiar, por qué hacerlo, cómo hay que intentarlo y al servicio de qué, para luego proyectar el cambio. Dar las respuestas requeridas exige el desarrollo de un pensamiento que sea crítico, que no se satisfaga con las primeras conclusiones, para continuar hasta conseguir un diagnóstico ajustado de esa realidad.

Los informes anuales de Oxfam (el Comité de Oxford de Ayuda contra el Hambre), fundado en Gran Bretaña en 1942, para socorrer a las víctimas de la guerra: su lema es: “Salvamos vidas en situaciones de emergencias, defendemos los derechos de quienes sufren la pobreza y apoyamos sus iniciativas para lograr que la superen”. Anualmente publican un prestigioso informe sobre el hambre en el mundo. Dice en su última presentación: «La desigualdad extrema nos perjudica a todos y a todas, pero especialmente a las personas más pobres, sobre todo a mujeres y niñas. Poco importa lo duro que trabajen, demasiadas comunidades viven en la miseria debido a sueldos bajos y no tienen acceso a derechos básicos. Los diez hombres más ricos del mundo han duplicado su fortuna, mientras que los ingresos del 99 % de la población mundial se han deteriorado a causa de la COVID-19. Las crecientes desigualdades económicas, raciales y de género, así como la desigualdad existente entre países, están fracturando nuestro mundo».

[1] Fue un filósofo, matemático y físico, considerado como el padre de la filosofía moderna, uno de los nombres más destacados de la revolución científica.

[2] Tiene como sinónimos términos como: por consiguiente, por lo tanto, en consecuencia que sería más correcto.

[3] Canciller de Inglaterra, fue un célebre filósofo, político, padre del empirismo filosófico y científico.

[4] Misterio se define como algo muy difícil de entender, algo extraño e inexplicable de comprender o descubrir, por lo oculto que está o por pertenecer a algo muy difícil de conocer por ser recóndito, secreto o reservado.

[5] Puede consultarse para este tema en la página www.voltairenet.org/article145977.html el artículo del Noam Chomsky El control de los medios de comunicación: su autor es lingüista, filósofo, politólogo y activista estadounidense; Profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.

[6] Médico neurólogo austriaco, padre del psicoanálisis y una de las figuras intelectuales del siglo XX.​

[7] Fue un físico alemán, nacionalizado después suizo; se le considera el científico más importante, conocido y popular del siglo XX.

Fuente de la información:  https://kontrainfo.com

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Suicidio en las aulas

Por: Antonia Martí

Desgraciadamente oír que un/a menor ha intentado suicidarse o lo ha consumado, es cada vez más frecuente y empieza a formar parte de nuestra vida diaria. Cuando oímos estas noticias, muchas son las preguntas que se nos vienen a la cabeza, pero sin duda la más frecuente es ¿por qué?, ¿qué puede haber que haga que un menor, que debería estar jugando, aprendiendo, negociando con sus padres y, al fin y al cabo, viviendo, decide poner fin a su vida?

La respuesta, por desgracia, no es única. Según datos del Observatorio de Salud Mental de la OMS, en el año 2019 se registraron en el mundo un total de 167.917 suicidios en población menor de 29 años, 10.196 en menores de 15 años y 157.721 en jóvenes entre 15 y 29 años. Según el último informe de la Asociación ANAR, con datos extraídos del Instituto Nacional de Estadística (2020), en el año 2020 se produjeron en España un total de 314 suicidios, 300 de jóvenes entre 15 y 29 años y 14 de niños/as menores de 15 años lo que supuso una tasa de variación respecto al año 2015 del +3,3%. Sin duda estamos ante datos realmente alarmantes sobre los que hay que actuar.

Aún no disponemos de un plan nacional escolar con pautas precisas y protocolos ante una situación de suicidio, tentativa de suicidio o autolesiones que los docentes puedan adoptar en el aula y en sus planes de acción tutorial. Los centros no disponen, en su mayor parte, de indicaciones de cómo deben actuar ante una situación de muerte o suicidio lo que provoca en muchas ocasiones desasosiego en el profesorado y respuestas erráticas para los alumnos y sus familias.

Los suicidios y tentativas de suicidio en los niños y adolescentes son multicuasales, es decir, no hay un único factor que provoca que un menor decida quitarse la vida y por tanto debe trabajarse con un equipo multidisciplinar, algo de lo que a día de hoy carecen los centros educativos. Aunque solo se habla del acoso escolar como la principal causa que detrás de los últimos suicidios, lo cierto es que el acoso escolar es un factor de riesgo entre muchos.

Existen factores de riesgo personales como la existencia de trastornos mentales incipientes, historias vividas traumáticas , consumo de tóxicos, enfermedades crónicas; factores de riesgo familiares, como puede ser la existencia de violencia intrafamiliar, consumo, carencias afectivas

También existen factores de riesgo sociales, como estar sufriendo algún tipo de violencia como acoso o ciberacoso, desarraigo socicultural, soledad o sentimientos de rechazo.

Los centros educativos deben estar preparados para trabajar de forma efectiva los factores de protección que puedan ayudar a los menores a pedir ayuda en caso de estar vivenciando alguna de estas situaciones, no estigmatizar el suicidio o la salud mental, trabajar con las familias, entrenar en resiliencia, en bienestar emocional y flexibilidad cognitiva y para ello se necesita mayor formación docente en estos aspectos y mayor presencia de psicólogos y trabajadores sociales en los centros.

Una evidencia clara que tenemos a día de hoy es que los menores que sufren acoso o ciberacoso padecen en mayor medida trastornos depresivos y ansiosos y trastornos por estrés postraumático. Estos trastornos emocionales conllevan mayor riesgo de terminar en una conducta suicida ya que las y los jóvenes no quieren seguir sufriendo, y solo ven en ello una salida. Recordemos que no desean morir, desean dejar de sufrir.

Para ello, es sumamente importante que los centros escolares cuenten con espacios seguros y privados donde estudiantes sepan que pueden acudir y se les va a tratar de forma confidencial, y poder pedir ayuda.

Fuente de la información e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com

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