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La experiencia de trabajar con un niño autista en una escuela rural

A través de juegos adaptados y asambleas de clase, el niño logró “una buena integración” en su primer encuentro social.

Ana Sellanes (i), y Gelen Romero, en el Décimo Coloquio de Educación Rural.

La enseñanza multigrado es un desafío para los docentes del medio rural, porque implica que niños de diferentes edades estén todo el año en una misma clase aprendiendo lo mismo, pero en distintos niveles. A esa complejidad, las maestras de la escuela 6 de Mangrullo, en Rincón del Pino, San José, tuvieron que agregar el trabajo con un niño con autismo severo en la clase de cuatro años de educación inicial. Sobre esa experiencia centraron su ponencia en el décimo coloquio nacional de educación rural y la titularon “Miradas diferentes hacia una verdadera inclusión”.

La maestra Ana Sellanes relató para sus colegas que “esta fue una experiencia muy movilizadora durante todo el año”. Comenzó cuando la madre se acercó a la escuela y preguntó si a su hijo le correspondía entrar a la institución. Tanto Sellanes como la otra maestra, Gelén Romero, no dudaron en aceptar el desafío: “Nosotras le dijimos que sí, pero a partir de ese momento comenzamos a buscar, a ver qué era lo que podíamos hacer. Era un niño con un Trastorno del Espectro Autista [TEA] muy fuerte, que no habla, que iba a tener a la escuela como su primera interacción en sociedad”. Como primera acción le pidieron a los padres que comenzaran a llevarlo durante el verano, que conociera el espacio, los juegos que había y los salones donde iba a pasar el resto del año. Allí obtuvieron la primera información sobre los gustos del niño: tenía un fuerte interés por los números.

Cuando comenzó el tiempo compartido con los demás compañeros decidieron que empezara a ir a la escuela poco a poco: “Una de las primeras preocupaciones fue hacerlo sentir lo mejor posible y se planteó un periodo de adaptación –como se le plantea a todos los niños de nivel inicial–; lo único que previmos fue que iba a ser un poco más extenso para él que para los demás niños”, explicó Romero. La adaptación no fue sólo para el niño con TEA sino también para el resto de los niños, las docentes y la comunidad educativa.

De hecho, Romero implementó una asamblea semanal de clase el día que el niño no iba a la escuela por tener que concurrir a un centro en la ciudad. “En la asamblea veíamos cómo había sido la semana, cómo podíamos seguir actuando para ayudarlo y todos los demás compañeros planteaban sus dudas. Tenían muchas preguntas y yo no quería que ellos se quedaron con cosas sin saber o que sólo jugaran con él porque sus padres se lo pedían. Para que ellos puedan aceptar la situación necesitan una explicación, hay que argumentar por qué hay cosas que a él se le permiten y a los demás no. Por ejemplo, durante la adaptación, los otros niños de cuatro años no podían estar con sus padres aunque quisieran, y a él lo dejábamos estar con su madre. Todo esto necesitaba una explicación y un acomodarnos todos”, detalló la maestra.

Romero destacó que el año pasado fue “un proceso de inversión”, en el que tuvieron que trabajar en conjunto “todas las partes que integran el apoyo del niño: padres, centro y comunidad educativa; todos realizamos con frecuencia evaluaciones y ajustes. Es un proceso, no podemos planificar todo lo que vamos a hacer con él porque es muy variable, no sabemos cómo van a actuar él ni sus compañeros porque son muy chicos y es muy difícil comprender la situación”.

Adaptados

Una parte fundamental de la enseñanza en primera infancia es el juego, pero fue aun más importante en esta clase. En el medio rural a veces el acceso al material didáctico es limitado. Sin embargo, Romero se dio maña y logró construir un set de juegos con materiales tomados de desechos, todos relacionados con los números. Contó que uno de sus preferidos era un juego hecho con los rollos en los que viene envuelta la manguera que se usa para regar las plantaciones de papa, también juegos con palillos que servían para trabajar la motricidad de todos los niños, o botellas con líquidos brillantes. La impresión que tuvieron es que se logró que el niño se integrara con los demás y “estuviera fascinado trabajando”.

Como parte del trabajo de integración, la maestra decidió presentar los nuevos juegos a los compañeros el día que el niño no iba a clase: “Fuimos incorporando estos juegos de a uno, primero para los demás y después para él, porque todavía no maneja bien el compartir. Aprovechábamos el día que él no iba para presentárselo primero a los compañeros, ellos jugaban, lo exploraban, lo compartían, y al otro día se lo dejaban a su compañero para que él lo explorara en el tiempo que necesitara”.

Para Romero fue muy importante que los juegos pudieran ser usados por todos los niños de su clase. Explicó que ello “provocaba ir hacia una inclusión natural, sin forzar al niño a lo que no estuviera preparado” y sin obligar a sus compañeros a jugar con él sin tener ganas. “A través de su trabajo también fuimos aprendiendo nosotros; a veces él armaba secuencias de formas que nosotros no imaginábamos porque siempre tendemos a esperar que hicieran lo normal, no llegamos a comprender su criterio para ordenarlo pero a su vez estamos seguras de que hay uno, porque cuando desordenábamos las piezas, él las volvía a ordenar de la misma forma. Eso es un tema que también trabajamos con los otros nenes, y así se aprovechó la diferencia a favor de toda la clase”, contó la maestra.

Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/1/la-experiencia-de-trabajar-con-un-nino-autista-en-una-escuela-rural/

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¿Estás enseñando a tus hijos a pensar críticamente? Pocos padres hacen

Por 

A lo largo del año pasado, Facebook, Twitter y otras compañías de medios socialeshan incrementado sus esfuerzos para purgar sus plataformas de cuentas que difunden noticias falsas , teorías de conspiración y otras falsedades a través de Internet. Pero la democratización de los medios y la expansión de las redes sociales en los últimos años nos está poniendo una carga cada vez mayor a nosotros, los consumidores de esta avalancha de noticias e información, para hacer un mejor trabajo de discernir los hechos a partir de la ficción.

¿Estamos a la altura del reto? ¿Y qué tan bien harán nuestros hijos para enfrentar un panorama mediático aún más desafiante en los próximos años? Los resultados tempranos no son prometedores, al menos cuando se trata de qué tan bien lo hacemos la mayoría de nosotros al involucrarnos en el pensamiento crítico de manera regular, y al pedirles a nuestros hijos que hagan lo mismo, incluso en el área crítica de buscar puntos de vista opuestos a nuestro propio. De acuerdo con los resultados de una nueva encuesta de más de 1,100 adultos realizada por la Fundación Reboot, una organización comprometida a examinar el estado del pensamiento crítico:

SOLO EL 20 POR CIENTO DE LOS PADRES CON FRECUENCIA O MUY A MENUDO LES PIDE A SUS HIJOS QUE CONSIDEREN UNA OPINIÓN OPUESTA.

El pensamiento crítico es, en términos generales, esa combinación de lógica, razonamiento y análisis que nos permite reunir evidencia relevante, sopesar puntos de vista opuestos y llegar a una opinión o decisión informada. Es un tipo de pensamiento reflexivo que es importante no solo para navegar nuestra vida cotidiana sino también para cumplir nuestros roles como ciudadanos en una democracia. El pensamiento crítico siempre ha sido importante, pero en un mundo globalizado ahogado en un océano de información, podría decirse que nunca ha sido más esencial.

Y la mayoría de la gente parece reconocer esta importancia. Casi todos los encuestados de Reboot (más del 95 por ciento) estuvieron de acuerdo en que el pensamiento crítico es necesario en el mundo actual y es una habilidad importante para enseñar a los niños. De manera similar, el 87 por ciento dijo que considerar una visión opuesta es un ejercicio importante.

Sin embargo, al igual que con una dieta o una membresía en un gimnasio , es poner en práctica el principio donde la mayoría de nosotros nos quedamos cortos. Alrededor del 25 por ciento de los encuestados dijeron que rara vez buscan personas con puntos de vista diferentes a los suyos. Y además de la quinta parte de los padres que dicen que regularmente les piden a sus hijos que consideren una opinión opuesta, solo una cuarta parte afirma que regularmente los ayuda a evaluar la evidencia.

¿Por qué nos encontramos en un vacío de pensamiento tan crítico? La encuesta apunta a una serie de razones. Alrededor del 26 por ciento de los encuestados identificó un sistema educativo defectuoso, mientras que el 27 por ciento lo atribuyó a la tecnología moderna. «Estructuralmente, la forma en que recopilamos información hoy crea un desafío natural para el desarrollo de las habilidades de pensamiento crítico», dice Helen Lee Bouygues, presidenta de Reboot Foundation y autora del estudio, de los temas presentados por la tecnología de la información. «Eso es algo nuevo y diferente de las formas de medios anteriores». Bouygues señala un ejemplo de su propia vida que la inspiró a examinar el problema en primer lugar: cuando se dio cuenta de que su hija de siete años iba a ir a Wikipedia para investigar un periódico escolar a pesar de que tenía libros sobre ese mismo tema en el estante de su habitación.

Pero, ¿estamos siendo realistas, y estamos lo suficientemente críticos, sobre los desafíos del pensamiento crítico? Bouygues dice que uno de los puntos de vista opuestos que ella misma enfrenta regularmente es el hecho de que el pensamiento crítico es difícil. No es algo natural para los humanos. «Es realmente la naturaleza humana preferir el pensamiento selectivo», dice ella. «Nos sentimos más cómodos con quienes comparten nuestras propias opiniones».

Las habilidades de pensamiento crítico son clave para muchas cosas que a los niños de hoy se les pedirá que hagan como adultos. Permiten que las personas resuelvan problemas en el lugar de trabajo, razonen con sus seres queridos, analicen riesgos, sean escépticos sobre la información errónea e incluso fomenten la intimidad emocional con los socios permitiéndose ver las cosas desde otro punto de vista.

Entonces, ¿cómo superamos estos obstáculos inherentes para pensar críticamente y también practicamos lo que predicamos, incluso con nuestros hijos? El primer paso en ese viaje, según Bouygues, es simple: la conciencia. Y uno de los resultados alentadores del estudio es que muchas personas, por edad, género e ingresos, son conscientes del problema. La Fundación Reboot ya está trabajando arduamente con neurocientíficos cognitivos para ayudar a contribuir al próximo paso en ese viaje: brindar a las personas, especialmente a los padres y educadores, las herramientas que necesitan para perseguir el pensamiento crítico de manera más efectiva, incluido el intento de aprovechar la misma tecnología actualmente. desafiando nuestras habilidades de pensamiento crítico para ayudar a desarrollarlas en su lugar. Mira este espacio.

Fuente: https://www.ozy.com/acumen/are-you-teaching-your-children-to-think-critically-few-parents-do/91337

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La “nueva reforma” y derechos profesionales docentes.

Por 

En menos de un mes, la Cámara de Diputados discutirá la iniciativa que busca reformar el artículo 3º constitucional. El presidente López Obrador caracterizó la presentación de dicha iniciativa como un compromiso cumplido con los maestros, pero ¿es ésta la respuesta a sus inquietudes? ¿Garantizará a los docentes sus derechos como profesionales del aprendizaje y agentes de cambio educativos?

Un gran acierto de la iniciativa es la propuesta de reconocer, desde la Constitución, el papel fundamental de los maestros como agentes sociales transformadores; un reconocimiento que ha tardado mucho en llegar, pero que es todavía insuficiente en el planteamiento actual.

Paraque la propuesta represente un avance, debe asegurar a cada docente la posibilidad de una trayectoria profesional que promueva su derecho a aprender (así como el de sus estudiantes).

Esto implica, desde la Constitución, garantizar sus derechos profesionales: perfiles claros y públicos, formación inicial y continua de acuerdo con su contexto y sus necesidades, y procesos de selección para el ingreso y promoción justos y equitativos.

La iniciativa sí establece el derecho de los docentes a acceder a un sistema permanente de actualización y formación continua. Sin embargo, la redacción sólo contempla el acceso a la formación, sin establecer la obligación del Estado de garantizar la pertinencia o relevancia de la misma.

Adicionalmente, la fracción III del artículo 3º vigente establece que el ingreso al servicio docente así como la promoción sólo se puede hacer por medio de concursos de oposición.

Alborrar dicha fracción, y no establecer un proceso alternativo, los docentes perderían certeza sobre cómo entrar a su profesión y promoverse dentro de ella.

Asimismo, de ser aprobada la iniciativa, se borraría al día siguiente de su publicación, la Ley General de Servicio Profesional Docente (LGSPD) que establece los perfiles docentes que deben guiar la formación inicial y continua, las características de los concursos de ingreso y promoción, el derecho de los docentes de nuevo ingreso al acompañamiento de un tutor, y el Servicio de Asistencia Técnica a las Escuelas (SATE).

Es cierto que no se han logrado implementar efectivamente estos elementos de apoyo a la vida profesional de todos los maestros, pero si se aprueba la iniciativa en su forma actual, los docentes perderían su derecho a exigir al Estado que cumpla con ellos.

Desaparecería la posibilidad de ir al tribunal y denunciar irregularidades en los procesos de promoción, de ampararse contra el uso discrecional de las plazas docentes, de demandar una formación o acompañamiento adecuado. Los legisladores se encuentran frente a una oportunidad de gran relevancia para el país. Esperamos que aseguren que cualquier reforma constitucional represente un avance para el ejercicio de los derechos profesionales de los docentes, y con ellos, de las niñas, niños y jóvenes en México.

Artículo publicado en El Heraldo de México.

Fuente: https://profelandia.com/la-nueva-reforma-y-derechos-profesionales-docentes/

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Nuestro derecho como país es aprender

Por: Pluma Invitada

Las palabras importan. Y cuando hablamos de las palabras consagradas en la Constitución, importan aún más. Son las palabras las que marcan el actuar de las autoridades y las que establecen la base mínima de lo que podemos esperar y exigir en el cumplimiento de nuestros derechos humanos.

Por eso, es imprescindible entender cada palabra de lo que ahora se propone en la iniciativa del presidente López Obrador en materia educativa.

Uno de los logros más importantes –aunque poco tratado en la conversación pública– de la reforma constitucional de 2013 fue reconocer explícitamente el derecho de cada niña, niño y joven (NNJ) al máximo logro de aprendizaje.

Con esta frase, por sencilla que parezca, el derecho a la educación en México dio un gran paso hacia delante. Hoy se entiende como el derecho a aprender y la obligación del Estado va más allá de facilitar el acceso a una escuela; el Estado debe garantizar el desarrollo de ambientes de aprendizaje eficaces, que cuenten con las condiciones básicas –maestros formados y acompañados, así como infraestructuramétodos y materiales y organización escolar adecuadas– para asegurar el desarrollo de cada estudiante.

La iniciativa enviada a la Cámara de Diputados que propone derogar esa frase de la Constitución presenta una visión tan limitada del derecho a la educación que implica un retroceso grave en el derecho a aprender.

El nuevo texto habla del interés supremo de las NNJ de la impartición de educación –no de aprender– y hace referencia a un nuevo Servicio de Carrera Profesional del Magisterio que debe favorecer –no garantizar– la equidad educativa, la excelencia de la educación y el desempeño académico de los educandos.

¿Qué pauta marca este fraseo para las autoridades? ¿Para las y los docentes? ¿Qué podemos exigir como ciudadanos, familias y NNJ?

La excelencia educativa es bastante general (con tendencia a ser excluyente) y desempeño académico implicaría que evaluáramos el cumplimiento de un derecho humano con base en calificaciones escolares. Si mi hija recibe un 10, pero no puede entender lo que lee, ¿se cumple su derecho?

Tal vez la evidencia más clara de la nueva visión sobre el derecho se encuentra en la propuesta para la Fracción IV: La educación universal y obligatoria implica el derecho de toda persona a acceder a la educación… El Estado promoverá la inclusión… y establecerá políticas enfocadas a evitar la deserción y fomentar su permanencia.

Es claro que el derecho a la educación no se cumple si dejamos a NNJ fuera de la escuela.

Pero años de escolaridad dejan de tener sentido si en ese tiempo no aprendemos, no desarrollamos lo que necesitamos y queremos para ser constructores activos del mundo a nuestro alrededor.

Nuestro derecho es a APRENDER y no debemos aceptar menos.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/nuestro-derecho-como-pais-es-aprender/

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Educación y Derechos Humanos: el desafío del contexto digital

Por: Hugo Martínez

 

En el marco de la celebración del Día Mundial de los Derechos Humanos (10 de diciembre), es necesario hacer una reflexión de los nuevos contextos (la masividad en el acceso a redes sociales) que obligan a revisar las estrategias didácticas en las escuelas mexicanas para verdaderamente resguardar los derechos fundamentales.

Este año conmemoramos setenta años desde que la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó en París la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y a pesar del tiempo que ha pasado y del cambio de contexto que originó esta declaración, sus principios y significado siguen vigentes. Hoy esta declaración es parte de los contenidos considerados en los programas curriculares escolares de asignaturas relacionadas con la formación cívica y ciudadana. Existe consenso respecto a que una educación de calidad, además de alcanzar niveles de logro en aprendizajes duros, debe entregar formación valórica relacionada con los derechos sociales y el valor de la vida. Y aunque muchas de las injusticias sociales sobre las que se pronuncia la Declaración siguen lamentablemente vigentes, hoy día el resguardo de los derechos fundamentales cobra relevancia en nuevos contextos y situaciones que exigen revisar las estrategias didácticas implementadas en nuestras escuelas para formar en este ámbito.

Así, por ejemplo, el derecho a la privacidad, la honra y la reputación implican nuevas dimensiones ante la masividad en el acceso a redes sociales, que simplifican las posibilidades de atentar contra la privacidad de otras personas. Similar situación ocurre con el derecho a la propiedad individual o colectiva, en el que la facilidad para utilizar y adueñarse de la propiedad de terceros parece estar incluso socialmente aceptada. Cuidarse y cuidar a otros en las redes sociales (como lo promueve la campaña de Colegium#YoCuidoMiHuellaDigital) es valorar y defender los derechos humanos.

Aprender a citar y referenciar contenidos de otros, respetar las fuentes y asegurarse de contar con autorización del autor de un texto, para hacer uso y difusión del mismo es también, valorar y respetar al ser humano.

La formación en derechos humanos es aún una tarea vigente, es más que una efeméride y un acto de recordación de un hito significativo en la historia de la humanidad.Afortunadamante, existen estrategias didácticas que transformen esta tarea en una oportunidad educativa interesante y muy relevante para las nuevas generaciones.

Fuente: https://profelandia.com/educacion-y-derechos-humanos-el-desafio-del-contexto-digital/

 

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El aforismo de la buena enseñanza: carta abierta a los futuros educadores

Por: Pluma Invitada

“Lo poco que he aprendido carece de valor,
comparado con lo que ignoro y no desespero por aprender”.
-Descartes

Quien ha participado en la vinculación semiótica del niño al mundo cultural creado por los adultos, podrá entender que la riqueza del intercambio maestro-alumno, radica en el aprendizaje, no en la enseñanza. Enseñar a leer, implica antes, un aprender a leer.

Si has observado de cerca, el esfuerzo cognitivo que los niños de educación primaria realizan, para entender las fórmulas de las áreas y volúmenes de cuerpos geométricos, entenderás que en su esfuerzo de discernimiento, se oculta la mejor lección para el docente: los objetos culturales atemporales renacen en un tiempo biográfico particular.

Si al dedicarte a la docencia, alcanzas a comprender, el esfuerzo cognitivo que los alumnos de secundaria realizan para reconstruir el tiempo histórico de la humanidad, en su tiempo histórico personal, podrás entender que el mayor aprendizaje emergió de los estudiantes.
Cuando trabajas con estudiantes de licenciatura en educación, que se tornan confiados y devotos a los panteones pedagógicos de sus profesores, y elucubran altares a corrientes y movimientos de renovación pedagógica, entenderías que la mejor habilidad que podrías coadyuvar a construir, es la de la duda sistemática. Que la afiliación y la desafiliación pedagógica suceda cada semestre. No importa.

Si tienes la distinción profesional de ingresar a una maestría como docente, y te encuentras a profesionales de la educación, ansiosos de abdicar sus viejos y mohosos reinos de certidumbre y tranquilidad intelectual, comprendes como maestro, que la revolución cognitiva apenas empieza.

Cuando súbitamente emerges de las sombras envolventes de la caverna -ese cómodo escondite, que al abrir y cerrar de ojos, se convirtió en la peor trampa inmovilizante-. Emergencia que deja tras de sí la autoflagelación nocturna, por los paisajes abiertos de la responsabilidad compartida. Entiendes que tu aprendizaje, es la asignatura no cursada en tu formación inicial.

Si además de todo lo anterior, estableces un diálogo franco y abierto con tus alumnos de doctorado, comprendes que otros profesionales, con trayectorias en ocasiones más extensas que la propia, están en la misma búsqueda que te motivó desde hace 26 años, desplazarte de los cálidos entornos de la autocomplacencia, a los territorios desolados y agrestes del cambio educativo y el desarrollo profesional amplio.

Estos alumnos, como los anteriores, te enseñan en tu aprender cotidiano, que la lucha por el conocimiento profesional es compartida y cotidiana.

En suma, el aforismo de la buena enseñanza es el siguiente: si quieres enseñar, antes deberás querer aprender.

Y en esta tarea, no hay atajos, ni recetas. El itinerario para aprender desde la profesión docente, es íntimo y personal. No existe, ni existirán dos rutas idénticas. Cada quien las construye desde su contexto, desde su ideario pedagógico y desde su voluntad por conocer.

La consecuencia de este hecho es puntual: si no estás dispuesto a aprender, lo tuyo jamás será, enseñar. Dedica tu esfuerzo y tu energía a otras tareas, no a la enseñanza.
Pero si tu voluntad de conocer, está discretamente enlazado a tu ADN, bienvenido a la más hermosa profesión. Te ocupamos, inspirando a otros con tu magisterio en cada aula, en cada escuela, en cada comunidad, en cada ciudad de nuestro país.

Y parafraseando al viejo poeta:

Si por casualidad lees estas líneas, está bien. Y si jamás las lees. También, estará bien.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-aforismo-de-la-buena-ensenanza-carta-abierta-a-los-futuros-educadores/

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‘Soy daño colateral de la profesión docente’: un ex profesor comparte su historia desgarradora

Por anónimo

En el segundo día del nuevo año escolar, rompí. Otra vez. Ha ocurrido antes, hace unos cinco años. En ese entonces, me desperté una mañana y no podía levantarme de la cama. Mi cuerpo se negó. Ignoró las peticiones de mi cabeza para levantarme y vestirme.

Esta vez fue diferente, esta vez estaba en el trabajo. De repente no pude ir a una reunión. Una abrumadora sensación de temor se estrelló sobre mí y me sentí atrapado y no podía respirar. Lloré. Adecuado incontrolable, con el pecho agitado sollozando. No lloro a menudo, incluso después de escuchar historias de abuso tras abuso que he hecho durante muchos años.

Solía ​​ser duro y sólido.

De repente, estaba sentado en la sala de reuniones y mi jefe tuvo la misma conversación que tuve con muchos empleados: que debería ir a ver a un médico y tomarme un descanso. Que si me sentía así, entonces algo estaba seriamente mal; Que la vida y mi bienestar eran más importantes. Trabajar en una escuela de SEMH (salud social, emocional y mental) puede ser difícil a veces.

Hace muchos años, vi a un maestro ser sacado de la clase por la cabeza después de que él se hubiera roto frente al grupo. Estaba sollozando y temblando, igual que yo. Fue horrible. Por suerte me ahorré eso. Me puse de pie en el patio de recreo, en el frío, y lloré.

Hablé con algunos de los niños que habían llevado al profesor a una crisis nerviosa algún tiempo después. Se odiaron a sí mismos por lo que habían hecho, pero dijeron que no podían detenerse. Sabían que él estaba a punto de romperse y siguieron atacándolo hasta que lo hizo. Dijeron que querían que él los detuviera, pero él no pudo. Todo el asunto simplemente se deshizo lentamente frente a ellos, como un accidente de coche en cámara lenta. Ese recuerdo siempre ha estado pegado firmemente en mi cabeza. Los niños pueden ser brutales y pueden concentrarse en cualquier debilidad si se les permite.

Al final, no fueron los niños los que me rompieron. Tenía más que ver con la política que con cualquier cosa, y con las crecientes presiones por la falta de fondos, causadas por el gasto indebido del presupuesto para necesidades especiales.

La última vez que volví. No creo que haya vuelta esta vez. Mi tiempo en la educación está hecho. La idea de tener que lidiar con los problemas infinitos, empeorados por los cambios constantes, las expectativas poco realistas y la falta de financiamiento es demasiado.

Solía ​​ser un reto. Ahora era un trabajo insoportablemente duro. Parecíamos estar luchando contra el mundo solo para lograr la igualdad de condiciones para nuestros hijos, y no debería ser así.

Tomé la decisión de trabajar en educación especial hace unos 17 años. Sabía que sería difícil trabajar con estudiantes de EBD (Dificultades de Comportamiento Emocional) tal como era antes de que se convirtiera en BESD (Dificultades de Comportamiento, Emocionales y Sociales) o SEMH como lo es ahora, pero no pensé que terminaría así.

Durante las vacaciones, había habido una inquietante ansiedad todo el tiempo. Había sido muy difícil el año anterior y sabía que este año sería aún más difícil, comenzando con una gestión del cambio y otras restricciones presupuestarias. Cada correo electrónico relacionado con el trabajo causó ansiedad y un estrechamiento de mi pecho. La idea de hacer otro año se volvió insoportable.

Teníamos poco personal y exceso de trabajo, lo que nos llevó a errores, retrasos y frustraciones. Solo puedes apretar mucho antes de que las cosas empiecen a desmoronarse. Entiendo la necesidad de la responsabilidad, pero tiene que ser realista. Todos querían su libra de carne, incluso cuando estábamos desnudos hasta el hueso. No puede seguir subiendo el listón mientras reduce todos los sistemas de soporte y las agencias. Algo tiene que dar. En este caso, fui yo. Daños colaterales.

Estoy teniendo asesoramiento ahora. Como relato incidente tras incidente: los asaltos; las revelaciones; los incidentes interminables y horribles de salvaguardia; la agresión el bastón roto las muertes; Creo que no es de extrañar que me haya roto. Mi consejero dice que he experimentado numerosos traumas en mi trabajo; que el entumecimiento paralizante que tengo en la parte posterior de la cabeza, que me impide poder pensar con claridad cuando pienso en el trabajo, es común en las experiencias postraumáticas. He sido traumatizado por la enseñanza.

No sé qué voy a hacer ahora. He enseñado durante 20 años y he sido líder sénior durante siete años. De repente, se acabó. Solo espero que algo aparezca. Me siento enojado, frustrado, triste, inútil y patético. Siento que he decepcionado a mis colegas y los niños.

Lo peor es que sé que mi ausencia está ejerciendo más presión sobre nuestro personal ya estirado, pero no pude continuar. Otros días me siento adormecida. Roto. Vacío. Incluso en la medicación. He conocido a muchos otros maestros y SLT que han dejado de fumar o que están a punto de hacerlo.

Cuando me fui, un colega líder principal dijo: «Era solo una cuestión de tiempo antes de que uno de nosotros se rompiera». Se habla de bienestar constantemente en los medios de comunicación en este momento, pero a menos que algo drástico cambie pronto, estamos ante un éxodo creciente. y la fuga de cerebros de la educación.

El asesoramiento está ayudando. Realmente no entiendo cómo; Parece que soy yo hablando de cosas. Supongo que ayuda a poner las cosas en perspectiva; deja de embotellar las cosas para que puedas explorarlas y entenderlas a la luz del día y para mí eso ha hecho que mi cabeza se sienta menos abarrotada. Aunque no es ciencia espacial. La solución parece tan simple: alguien con quien hablar que sabe escuchar y que tiene el tiempo y el espacio para hacerlo. Es una pena que no tuviera esto antes. Necesitamos tomar la salud mental mucho más en serio, pero esto cuesta dinero y el dinero, lamentablemente, no está disponible.

Espero poder recuperar el equilibrio y encontrar un trabajo que pague las cuentas sin destruir mi salud mental. Lamentablemente, por mucho que crea en el poder de la educación para mejorar las vidas, no creo que pueda hacerlo más.

El escritor es un  ex profesor en una escuela especial en Inglaterra. 

Fuente: https://www.tes.com/news/i-am-collateral-damage-teaching-profession

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