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Cristina Bustillo y el terrorismo de Estado en Colombia contra el sindicalismo

Fuentes: Rebelión/ Danna Urdaneta

El Sindicato Nacional Memoria Viva de Trabajadores de la Seguridad y la Protección del Pueblo es un sindicato de escoltas de la Unidad Nacional de Protección de Colombia[1]. Fue fundado en diciembre de 2017 con 345 integrantes y es producto de los Acuerdos de Paz de La Habana entre la antigua insurgencia de las FARC-EP y el gobierno colombiano como parte de la implementación de los Acuerdos[2] y la reincorporación de las y los excombatientes.

La historia de vida a continuación es una entre miles que, durante el gobierno del subpresidente Iván Duque, han terminado fuera de su país producto de la guerra. Estas historias no aparecen en los medios corporativos porque evidencian la conflictividad social y la negación del derecho a la participación política de la oposición en Colombia. El desplazamiento colombiano es también una pandemia silenciosa que se pretende negar para vender falsamente una democracia fundamentada en la muerte del opositor político, en el despojo y en la condena del más humilde.

Exilio de Cristina Bustillo, una entre miles

Cristina Bustillo Paredes es una costeña de 32 años, profesora de danzas tradicionales, madre, abogada y sindicalista colombiana. En diferentes espacios ha trabajado por la universidad pública[3] y por la salida política al conflicto social y armado: en la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES), en la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), en el Movimiento Caribe de Artistas por la Paz.

Este 11 de diciembre de 2020 Bustillo anunció su exilio en la videoconferencia “Políticas Carcelarias, DD. HH. y Pandemia: Caso Simón Trinidad”[4] organizada por el Comité de Solidaridad Internacional y Lucha por la Paz (COSI) – Venezuela con participación de Carmelo Suárez del Partido Comunista de los Pueblos de España, Héctor González Baldizón del Partido de los Comunistas de México, Mark Burton del Consejo de Paz de los Estados Unidos y abogado de Simón Trinidad. Esta actividad que contó con la moderación de Gabriel Aguirre, secretario general del COSI.

Posteriormente el 13 de diciembre Bustillo mediante video[5] hizo una exposición más detallada de las amenazas de muerte, hostigamientod y persecución que la condujeron al exilio. Relató que la historia del Sindicato Nacional Memoria Viva ha estado transversalizada por la estigmatización[6] de parte del gobierno, la Unidad Nacional de Protección (UNP)[7] y algunos miembros del partido FARC rosa. Los señalamientos públicos y abiertos en su contra han llegado al extremo de adjudicarle falsamente la vocería de las FARC-EP Segunda Marquetalia, poniendo así en riesgo su vida y la de sus familiares.

Sindicato Nacional Memoria Viva y Campaña Santrich Libre

El 9 de abril de 2018 Jesús Santrich fue capturado bajo un falso positivo que lo acusaba de narcotráfico y buscaba su extradición. El Sindicato Memoria Viva se incorporó a la Campaña Santrich Libre el mismo año cuando este demostró su inocencia en las altas cortes colombianas más de una vez, pese a lo cual fue recapturado, drogado y torturado por la Fiscalía y el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI).

A mediados de 2019 el excombatiente Jesús Santrich decide salvar su vida escapando del oximorón llamado “justicia colombiana”. En agosto aparece en el video fundacional de la Segunda Marquetalia junto a Iván Márquez y otros mandos de las antiguas FARC-EP que decidieron retornar a la lucha armada ante la ausencia de garantías para el ejercicio de la política así como el riesgo de extradición[8].

            Esta secuencia de hechos vinculados a los montajes contra la paz de Colombia intensificó la persecución contra Bustillo y el sindicato[9] en asambleas públicas, llamadas telefónicas, medios, donde fue señalada de ser la vocera de Jesús Santrich en la UNP[10] y dentro del sindicato. Sin embargo, recientemente los senadores Gustavo Petro, Iván Cepeda, Roy Barreras y otros realizaron un debate de control político a la Fiscalía y allí develaron las pruebas que demuestran por enésima vez que Jesús Santrich siempre fue inocente y que todo consistió en un entramado diabólico del exfiscal Néstor Humberto Martínez para liquidar por completo toda posibilidad de paz con justicia social en el vecino país.

Timochenko y el falso positivo contra afiliados del sindicato

En este contexto de satanización[11] a inicio de 2020 se dio el falso positivo contra dos de los afiliados al sindicato: Gerson Morales y Carlos Ricaurte fueron señalados por la Policía Nacional y el Ejército Nacional de Colombia de haber sido autores de un atentado contra Rodrigo Londoño “Timochenko”. Este personaje vergonzosamente respaldó la versión de la policía y agradeció públicamente al Estado el haberle salvado la vida, convirtiéndose así en cómplice del falso positivo[12].

Con este montaje se intentó ocultar las torturas y muerte a las que fueron sometidos los afiliados ya que la versión oficial desde el inicio consistía en que ambos habían caído en un enfrentamiento donde las autoridades frustraron el atentado. Al conocer esta versión oficial respaldada desde el inicio por Timochenko, los familiares de las víctimas decidieron publicar las fotografías de los cuerpos que ya estaban en estado de descomposición avanzado, pero, uno más que otro. Este detalle advertía signos de inconsistencia en el relato oficial que afirmaba que ambos habían muerto en el mismo tiempo, modo y lugar. Vale destacar que, para vergüenza de muchos, la evidencia de las fotografías de los cuerpos con signos de torturas obligó a más de uno a retractarse de las revictimizaciones que ya habían cobrado la vida de estos dos afiliados al Sindicato Nacional Memoria Viva[13].

La abogada Cristina Bustillo fue portavoz de la denuncia de este falso positivo[14], lo cual le ganó más señalamientos. El pasado 16 de marzo de 2020 la Asamblea Nacional Ordinaria “Gerson Morales” del Sindicato Nacional Memoria Viva se hizo en homenaje al afiliado torturado y asesinado. En esta asamblea ganó la autonomía sindical y Bustillo fue nuevamente elegida en su junta directiva[15]. Desde el primer día de la elección recibieron amenazas de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia[16], por lo cual interpusieron tutelas y solicitaron medidas cautelares ante la Jurisdicción Especial para la Paz.

En medio de este caudal de amenazas y hostigamiento por parte del Estado, los paramilitares y señalamientos por parte de integrantes de FARC rosa, Bustillo denuncia que ha sido amenazada de muerte, perseguida, hostigada, y que la junta recibió la información de la existencia de un listado de inteligencia con nombres de personas que son señaladas de ser infiltrados de las FARC-EP Segunda Marquetalia en el sindicato. No obstante, la sindicalista confirmó por distintas vías que su nombre aparecía en esta lista para ser capturada bajo cualquier montaje judicial y advirtió que el objetivo del Estado es destruir el sindicato.

Persecución a muerte contra el sindicalismo en el conflicto colombiano

En el video realizado por Cristina Bustillo explica que el seguimiento exhaustivo por parte de inteligencia persigue el objetivo de hacerle un montaje judicial que la vincule con Jesús Santrich. Sin embargo, ratifica que a pesar de la estigmatización nunca negará el aprecio y admiración para el intelectual colombiano ya que “dio en su momento todo por la paz y fue víctima de un montaje por parte del Estado colombiano y los gringos para acabar con el Acuerdo, tal como por estos días ha sido develado con argumentos y pruebas suficientes que colocan al exfiscal Néstor Humberto Martínez como uno de los principales artífices de este grave atentado contra la paz de Colombia”.

Cristina Bustillo enfatiza que no dará su brazo a torcer porque es una mujer con dignidad y principios, razones por las cuales luego de un mes de encierro total y de aislamiento producto de la persecución, decidió solicitar asilo político “porque negarse a sí mismo es morir en vida”. “Hace unos días empecé el éxodo y estoy viviendo el dolor del desprendimiento familiar”, afirmó la sindicalista. Manifestó de manera pública que en reunión de la junta en días pasados se tomó la decisión de que dejará de ser la presidenta del sindicato para pasar a ser la vicepresidenta por su actual situación jurídica y política.

Esta es una historia reciente de persecución que está en pleno desarrollo así como muchas otras historias silenciosas de desplazamiento en medio del conflicto social y armado en Colombia. Visibilizar una es visibilizar, en este caso, la lucha sindical, la lucha de los feminismos populares, la lucha de las y los artistas por la paz con justicia social.

¡Hermana, no estás sola! ¡Para la guerra nada!

Video para linkear: https://www.facebook.com/dannaurdaneta/videos/10222495269986520


[1] Redacción Judicial. (12 de febrero de 2019). Escoltas del partido FARC piden garantías al presidente Iván Duque. Colombia: El Espectador. Recuperado de https://www.elespectador.com/noticias/judicial/escoltas-del-partido-farc-piden-garantias-al-presidente-ivan-duque/

[2] V/A. (20 de febrero de 2020). Carta de protesta contra Darío Acevedo al presidente Iván Duque. Google: Colombia. Recuperado de https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwjGxNO-_9LtAhUjuVkKHVURAD0QFjAEegQIChAC&url=http%3A%2F%2Fwww.sindhep.org%2Fwp-content%2Fuploads%2F2020%2F02%2FCarta-al-Presidente-caso-CNMH-final-con-firmas.pdf&usg=AOvVaw3mObpbh9EA7MPkUs9DcQ_3

[3] Contagio Radio. (12 de septiembre de 2011). Denuncia. Colombia: Contagio Radio. Recuperado de https://twitter.com/Contagioradio1/status/113381759730724864?s=20

[4] COSI Venezuela. (11 de diciembre de 2020). Videoconferencia sobre Políticas Carcelarias, DD.HH y Pandemia: Caso Simón Trinidad. Mundo: Facebook. Recuperado de: https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=221643206071197&id=104227661146086

[5] Tatuy TV. (13 de diciembre de 2020). Colombia: Exilio de Cristina Bustillo, presidenta del Sindicato Nacional Memoria Viva de los Trabajadores de la Seguridad y la Protección del Pueblo. Venezuela: Twitter. Recuperado de https://twitter.com/TatuyTv/status/1338211946290622467?s=20

[6] JR Bogotá. (12 de febrero de 2020). Denuncia. Colombia: Twitter. Recuperado de https://twitter.com/JR_Bogota/status/1227757337995292673?s=20

[7] Sindicato Memoria Viva. (3 de septiembre de 2019). Denuncia. Colombia: Twitter. Recuperado de https://twitter.com/viva_memoria/status/1168963186390904833?s=20

[8] Partido Comunista de Venezuela. (4 de septiembre de 2020). Manifiesto de las FARC-EP: “Mientras haya voluntad de lucha habrá esperanza de vencer”. Venezuela: YouTube. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=kRb3fi5Zg3c&t=199s

[9] Sindicato Memoria Viva. (24 de enero de 2020). Denuncia. Colombia: Twitter. Recuperado de https://twitter.com/viva_memoria/status/1220717161984987137?s=20

[10] Benedicto González. (14 de febrero de 2019). Denuncia. Colombia: Twitter. Recuperado de https://twitter.com/BenedictoFARC/status/1096041625229451267?s=20

[11] Sindicato Memoria Viva. (2 de marzo de 2020). Denuncia. Colombia: Twitter. Recuperado de https://twitter.com/viva_memoria/status/1234548600954347523?s=20

[12] La Crónica del Quindío. (14 de enero de 2020). Entrevista con Rodrigo Londoño. Colombia: La Crónica del Quindío. Recuperado de https://www.facebook.com/watch/?ref=external&v=2839752129408143

[13] Redacción Judicial. (28 de enero de 2020). Por fotografías, “Timochenko” duda de autoría del atentado frustrado. Colombia: La Crónica del Quindío. Recuperado de https://www.cronicadelquindio.com/noticias/judicial/por-fotografas-timochenko-duda-de-autora-del-atentado-frustrado

[14] Noticias Uno Colombia. (2 de febrero de 2020). Múltiples interrogantes en caso de atentado contra Timochenko. Colombia: Noticias Uno. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=1W7mVSBu85g y Unicauca Estéreo. (31 de enero de 2020). Denuncia. Colombia: Twitter. Recuperado de https://twitter.com/unicaucaestereo/status/1223277212750708739?s=20

[15] Sindicato Memoria Viva. (12 de marzo de 2020). 2 ASAMBLEA NACIONAL ORDINARIA «GERSON MORALES» SINDICATO MEMORIA VIVA. Colombia: YouTube. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=8ZqR_JFMv1w y https://twitter.com/viva_memoria/status/1237075518182350849?s=20

[16] Sindicato Memoria Viva. (2 de octubre de 2020). Denuncia. Colombia: Twitter. Recuperado de https://twitter.com/viva_memoria/status/1312053391162593281?s=20

Danna UrdanetaComité de Solidaridad Internacional y Lucha por la Paz (COSI) Venezuela

*https://rebelion.org/cristina-bustillo-y-el-terrorismo-de-estado-en-colombia-contra-el-sindicalismo/

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El virus más letal no es el covid-19, es la guerra

Fuentes: Counterpunch/John Pilger
[Photograph Source: Sjwells53 – CC BY-SA 3.0]
Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

El Memorial de las Fuerzas Armadas Británicas es un lugar evocador y silencioso. Situado en la hermosa campiña de Stattfordshire, en un parque donde crecen 30.000 árboles en amplias colinas, sus figuras homéricas conmemoran la determinación y el sacrificio. Los nombres de más de 16.000 soldados, hombres y mujeres están grabados en piedra. La leyenda dice que “murieron en el teatro de operaciones o víctimas de un atentado terrorista”.

El día que lo visité un cantero estaba añadiendo nuevos nombres de los caídos en unas 50 operaciones en todo el mundo, durante lo que se conoce como “tiempo de paz”. Malasia, Irlanda, Kenia, Hong Kong, Libia, Palestina y muchos otros lugares, incluyendo operaciones secretas como la de Indochina.

Desde que se declaró la paz en 1945, no ha pasado un solo año sin que Gran Bretaña haya enviado fuerzas militares a combatir en las guerras del imperio. No ha pasado un solo año sin que algunos países, la mayoría empobrecidos o desgarrados por conflictos, hayan comprado armas británicas (o las hayan conseguido mediante “créditos blandos”) para promover las guerras o los “intereses” del imperio.

¿El imperio? ¿Qué imperio? El periodista de investigación Phil Miller ha desvelado recientemente en [el sitio web británico] Declassified que el Reino Unido de Boris Johnson mantiene 145 plazas militares (llamémoslas bases) en 42 países. Johnson alardea de que Gran Bretaña pronto será “la principal potencia naval de Europa”.

En medio de la mayor emergencia sanitaria de los tiempos modernos, cuando el Servicio Nacional de Salud (NHS) ha retrasado más de 4 millones de operaciones quirúrgicas, Johnson ha anunciado un incremento de 16.500 millones de libras en el llamado “gasto de defensa”, una cifra que serviría para restaurar varias veces la maltrecha sanidad británica.

Pero estos miles de millones no son para la defensa. Gran Bretaña no tiene más enemigos que aquellos que traicionan desde dentro del país la confianza de sus ciudadanos corrientes, de sus enfermeros y sus médicos, sus cuidadoras, ancianos, indigentes y jóvenes, tal y como han hecho los sucesivos gobiernos neoliberales, tanto conservadores como laboristas.

Según iba dejándome invadir por la serenidad del Memorial Nacional de la Guerra me di cuenta de que ningún monumento, plaza, pedestal o rosaleda honraba la memoria de las víctimas de Gran Bretaña, los civiles fallecidos en las operaciones “en tiempo de paz” que aquí se conmemoran.

No hay ningún recuerdo para los libios asesinados cuando su país fue deliberadamente destruido por el primer ministro David Cameron y sus colaboradores en París y Washington.

No hay una sola palabra de arrepentimiento por las mujeres y niños serbios caídos bajo las bombas británicas, arrojadas desde la seguridad que proporciona la altura sobre escuelas, fábricas, puentes y ciudades por orden de Tony Blair; o por los empobrecidos niños yemeníes muertos por disparos de los aviones saudíes, pertrechados por Gran Bretaña desde la seguridad de sus cuartos con aire acondicionado de Riad; o por los sirios muertos por falta de alimentos a consecuencia de las “sanciones”.

No hay monumento alguno en recuerdo de los niños y niñas palestinos asesinados con la prolongada connivencia de la élite británica, como la reciente campaña que destruyó el modesto movimiento reformista que se estaba produciendo en el interior del Partido Laborista con engañosas acusaciones de antisemitismo.

Hace dos semanas el Jefe del Estado Mayor Militar de Israel y su homónimo británico firmaron un acuerdo para “formalizar y perfeccionar” la cooperación militar. Pero dicho acuerdo no fue considerado de importancia para salir en las noticias. A partir de ahora, aumentará el armamento y el apoyo logístico de Reino Unido hacia el régimen despiadado de Tel Aviv, cuyos francotiradores disparan contra muchachos y cuyos funcionarios psicópatas someten a interrogatorio a menores recluidos en régimen de aislamiento (véase el reciente y escalofriante reportaje de la ONG Defense for the Children, Isolated and Alone).

Tal vez lo más llamativo del memorial de guerra de Staffordshire sea la total ausencia de reconocimiento del millón de iraquíes cuyas vidas fueron destruidas, junto con su país, por la invasión ilegal capitaneada por Tony Blair y George W. Bush en 2003.

Un miembro del British Polling Council *, [la organización] ORG International, cifra ese número de muertes en 1,2 millones de personas. En 2013, la consultora ComRes preguntó a una muestra representativa de la población británica cuántos iraquíes habían muerto en la invasión. Una mayoría contestó que menos de 10.000.

¿Cómo es posible mantener ese silencio letal en una sociedad avanzada? En mi opinión, esto se debe a que la propaganda resulta mucho más efectiva en una sociedad que se considera libre que en las dictaduras y autocracias. Aquí incluyo la censura por omisión.

Nuestras industrias de la propaganda –tanto cultural como política, incluyendo a la mayor parte de los medios de comunicación– son las más poderosas, extensas y refinadas de la Tierra. Es posible repetir sin cesar las mayores mentiras con la cadencia confortable y creíble de las voces de la BBC. Las omisiones no son problema.

Lo mismo ocurre con la guerra nuclear, cuya amenaza “carece de interés”, citando a Harold Pinter. Rusia, toda una potencia nuclear, está cercada por el grupo belicista conocido como OTAN, y tropas británicas efectúan regularmente “maniobras” justo en la frontera en la que se produjo la invasión de Hitler.

La difamación de todo lo relacionado con Rusia, en particular la ocultación de la verdad histórica de que fue principalmente el Ejército Rojo el que ganó la Segunda Guerra Mundial, ha penetrado en la consciencia pública. Los rusos “carecen de interés”, excepto como demonios.

China, otra potencia nuclear, es el principal foco de una provocación continua: los bombarderos estratégicos y los drones de Estados Unidos rastrean constantemente su espacio aéreo y el nuevo portaviones HMS Queen Elizabeth, que ha costado 3.000 millones de libras, pronto zarpará para recorrer 6.500 millas con el fin de proteger la “libertad de navegación” frente al continente chino.

China está rodeada por unas 400 bases estadounidenses, “atrapada en el lazo”, como me dijo en una ocasión un antiguo funcionario del Pentágono. Se extienden a lo largo de todo el Pacífico, desde Australia hasta China meridional y septentrional y a través de Eurasia. Y en Corea del Sur, el sistema de misiles balísticos denominado THAAD (Terminal High Altitude Air Defense) apunta directamente a China, al otro lado del estrecho Mar de China Oriental. Imaginen qué pasaría si hubiera misiles chinos en México, en Canadá, o en la costa californiana.

Unos pocos años después de la invasión de Irak realicé una película llamada The War You Don’t See (La guerra que usted no ve) en la que preguntaba a destacados periodistas británicos y estadounidenses y a directivos de noticiarios de televisión –todos ellos colegas de profesión– cómo era posible que Bush y Blair fueran a escabullirse del enorme crimen cometido en Irak, dado el caso de que sus mentiras no eran muy inteligentes.

Su respuesta me sorprendió: si hubiéramos cuestionado las afirmaciones de la Casa Blanca y de Downing Street, si hubiéramos investigado y sacado a la luz las mentiras, en lugar de amplificarlas y repetirlas, probablemente la invasión de Irak de 2003 no se hubiera producido. Hoy día seguiría vivo un gran número de personas. Cuatro millones de refugiados no habrían tenido que huir de su país. Posiblemente el siniestro Estado Islámico, un producto de la invasión de Blair/Bush, no habría sido engendrado.

David Rose, que entonces escribía en el Observer londinense (diario que apoyaba la invasión) explicaba que “la sarta de mentiras me llegó a través de una sofisticada campaña de desinformación”. Por su parte, Rageh Omah, entonces corresponsal de la BBC en Irak, me contó: “No logramos presionar los botones más incómodos lo bastante fuerte”. Dan Rather, presentador de la BBC, estaba totalmente de acuerdo, como muchos otros.

Admiro a estos periodistas que rompieron el silencio, pero lo cierto es que constituyen honrosas excepciones. En la actualidad nuevos personajes baten con entusiasmo los tambores de guerra en Gran Bretaña, Estados Unidos y “Occidente”.

Elija usted mismo a su favorito entre la legión de quienes despotrican y promueven ficciones como el escándalo de la trama rusa. Yo daría el Oscar a Peter Hartcher, del Sydney Morning Herald, cuyas imparables e impactantes estupideces sobre la “amenaza existencial” (de China y de Rusia, especialmente de China) iban acompañadas de la foto de un sonriente Scott Morrison, el relaciones públicas que ocupa el cargo de primer ministro en Australia, vestido como Churchill, con el signo de la victoria y todo. “Desde los años 30 no había ocurrido…” entonaban ambos. Ad nauseum.

El covid ha proporcionado una excusa para esta pandemia de propaganda. En julio, Morrison siguió el ejemplo de Trump  y anunció que Australia, que carece de enemigos, destinaría 270.000 millones de dólares en crearse uno, con la compra de un sistema de misiles capaces de llegar a China. El hecho de que las exportaciones de minerales y productos agrícolas a China genere importantes ingresos económicos para Australia “carecía de interés” para el gobierno en Camberra.

Los medios de comunicación australianos alabaron está medida prácticamente con una sola voz, soltando un montón de exabruptos sobre China. El gobierno chino aconsejó a los miles de estudiantes chinos, que permiten los sabrosos salarios de los vicedecanos de las universidades australianas,  que se fueran a estudiar a cualquier otro lado. Se calumnió a los chino-australianos y algunos repartidores sufrieron agresiones. No resulta difícil revivir el racismo colonial.

Hace años entrevisté a un antiguo director de la CIA para Latinoamérica, Duane Claridge. En pocas y sorprendentemente sinceras palabras, vino a decir que Washington era quien ordenaba y dirigía la política exterior de “Occidente”. La superpotencia, afirmó, podía hacer lo que quería, donde quería, cuando sus “intereses estratégicos” lo requerían. Sus palabras fueron: “El mundo tendrá que acostumbrarse a ello”.

He sido reportero en diversas guerras. He presenciado restos de niños, de mujeres y de ancianos que habían sido bombardeados y quemados vivos; sus aldeas convertidas en escombros, sus árboles petrificados con restos humanos. Y mucho más.

Quizás esa sea la razón por la que siento un especial desprecio por quienes promueven el crimen de las guerras voraces, que las fomentan con mala fe y blasfemias sin haberlas experimentado nunca. Es nuestro deber romper con su monopolio.

Este artículo es una versión de un discurso que John Pilger dirigió a la organización Artists Speak Out, una de las que financian la coalición pacifista Stop the War.

Se puede contactar con John Pilger a través de su web: www.johnpilger.com

Fuente: https://www.counterpunch.org/2020/12/15/the-most-lethal-virus-is-not-covid-it-is-war/

El presente artículo se puede reproducir libremente siempre que se respete su integridad y se nombre a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo.

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Latinoamérica, trabajo infantil y neoliberalismo

Por Hedelberto López Blanch

La pandemia de covid-19 ha destapado con fuerza que las verdaderas causas por las que sobrevive gran parte de la población latinoamericana se debe fundamentalmente a los sistemas capitalistas neoliberales instaurados en la región.

Responsables directos son los regímenes derechistas, muchas veces encabezados por millonarios o por políticos dirigidos desde Washington, que acatan todas las leyes de controles financieros y económicos impulsadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Uno de los sectores sociales que ha sido más golpeado por la crisis económica mundial y las políticas de globalización neoliberal y de privatizaciones que tomaron auge en los últimos años ha sido el de la niñez.

América Latina y el Caribe por sus antecedentes de desigualdad será una de las regiones más afectadas del orbe por la pandemia. Se afirma que América del Sur encabezará esa negativa lista al sumar otros 11 millones de menores que vivirán en la pobreza; América Central y México con casi 4 millones adicionales y el Caribe agregará otro millón.

Como consecuencia directa, en muchos países latinoamericanos, los niños y adolescentes en vez de ir a las escuelas, laboran en minas, fabricas de ladrillos o muebles, limpian cristales de autos, o trabajan en  pedregales a tiempo completo.

Ellos ganan centavos o en el mejor de los casos unos pocos dólares al día para tratar de poner alguna comida en la mesa de sus familias. Además de ser mano de obra clandestina, los menores no tienen ningún respaldo social ni perciben subsidios sociales en caso de enfermedad o accidente.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Educación y la Infancia (Unicef) señala que 600 millones de niños viven en la pobreza; a 131 millones se les niega el derecho a la educación; 352 millones están obligados a trabajar; más de dos millones son forzados a ejercer la prostitución o utilizados en la pornografía, y un altísimo número muere a consecuencia de enfermedades prevenibles o son víctimas del tráfico de seres humanos.

En medio de la crisis de la Covid-19, los estudiantes abandonan sistemas precarios escolares, a la par que el cierre de escuelas ha afectado a más de 1 500 millones de menores en todo el mundo y la Unicef calcula que la cifra puede seguir en aumento.

Esa organización de Naciones Unidas rememora que ya América Latina era una región desigual antes de la llegada de la pandemia, una de las razones del aumento de la pobreza entre menores y que en 2020 la región podría terminar con más de 11 600 000 desempleados que incidirán en mayor discriminación infantil.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) puntualiza que en Latinoamérica el panorama es muy complejo si se tiene en cuenta que hasta el 60 % de los niños entre 0 y 4 años pertenece a un hogar donde sus padres no tienen trabajo o padecen mediocres condiciones laborales.

La covid-19, aseguran los expertos de la ONU, ha provocado un retroceso de 10 años en toda la región dando un giro de 180 grados a los pequeños logros que se habían alcanzado en la lucha contra la pobreza infantil.

En el ámbito mundial, la organización No Gubernamental Oxfam indica que la inseguridad que enfrentan muchas familias frente a la pandemia del nuevo coronavirus se debe a que la mayoría de los gobiernos no pusieron en marcha durante las últimas décadas políticas efectivas en materias de salud fiscal y laborales que redujeran la brecha entre ricos y pobres, lo cual hubiera permitido que las economías fueran más resistentes a los choques actuales.

Por esos motivos, se espera que en 2021, entre 300 y 500 millones de personas engrosen las filas de los pobres debido a que la pandemia ha provocado la caída de la inversión extranjera en los países en desarrollo, gran baja en la economía turística, disminución en el precio de las materias primas agrícolas y pérdida de puestos de trabajo.

En este contexto, la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL), Alicia Bárcena informó que “en 2020 habrá una caída de la inversión extranjera a nivel mundial del 40 % y en América Latina será de entre el 45 % y 55 %, o sea, la región donde bajará más la inversión extranjera directa”.

En Latinoamérica para minimizar esa precaria situación se hace necesario que los gobiernos impulsen políticas sociales que beneficien a las grandes mayorías empobrecidas.

Para eso, regímenes como el colombiano, brasileño, chileno, ecuatoriano, paraguayo, guatemalteco, hondureño, salvadoreño, entre otros, deben quitarse las ataduras neoliberales que les imponen desde Estados Unidos a través de los organismos financieros internacionales.

Como colofón se puede afirmar sin equívocos que la aplicación del neoliberalismo ha fracasado en Latinoamérica.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.

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Depresión severa, deficiencias cognitivas, riesgo de suicidio

Por: Conocimiento Libre

El domingo 22 de noviembre de 2020 se cumplirán doce meses desde que médicos de todo el mundo escribieron a la ministra del interior británica, Priti Patel, para solicitarle poner fin de inmediato a la tortura y abandono médico de Julian Assange.

Desde entonces, Doctors for Assange ha advertido en repetidas ocasiones que el abuso documentado de los derechos humanos del Sr. Assange, incluida su detención en la prisión londinense de alta seguridad de Belmarsh1, es perjudicial para su salud y su propia supervivencia. Nuestros avisos han incluido cartas a los gobiernos, comunicados de prensa, declaraciones públicas y entrevistas, así como dos llamamientos en la destacada revista médica The Lancet. Distintos abogados y políticos han hecho referencia a nuestra preocupación en los medios de comunicación.

En la actualidad, un año después, la tortura y la nula atención médica de Assange lejos de reducirse se han intensificado. Continúa arbitrariamente privado de libertad en la prisión de Belmarsh, según ha determinado el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de las Naciones Unidas, encarcelado por ejercer una actividad periodística que era legal cuando y donde tuvo lugar y que así sigue siéndolo. Para el Relator Especial de la ONU sobre la Tortura Assange corre riesgo de morir y es víctima de tortura psicológica.

El Home Office de Priti Pavel no respondió de forma directa a nuestra carta, pero hizo una declaración a la prensa el 25 de noviembre de 2019: “Las alegaciones a la supuesta tortura a la que estaría sometido Julian Assange carecen de fundamento y son completamente falsas. Reino Unido está comprometido con el principio de legalidad y se asegura de que nadie esté por encima de dicho principio”.

Seamos claros: cuando Doctors for Assange escribió a la ministra del interior, el Sr. Assange ya había sido evaluado como víctima de tortura psicológica y seguía siéndolo.  No se trataba solo de que hubiera sido sufrido tortura, sino de que estaba siendo sometido a una tortura continuada, como es el caso hasta nuestros días.

El gobierno británico ha recluido a Assange en la prisión de alta seguridad de Belmarsh en deferencia a una solicitud de extradición del gobierno estadounidense basada en acusaciones políticas controvertidas que carecen de precedente, todo ello en represalia por ejercer un periodismo de interés público que ha sido merecedor de premios. Julian Assange es, sencillamente, un prisionero político de la “relación especial” entre Reino Unido y EE.UU.

Y, sin embargo, ninguna de las condiciones médicas y psicológicas detalladas en nuestra primera carta ha sido adecuadamente abordada. Tampoco el gobierno australiano ha intervenido en defensa de su ciudadano a pesar de nuestra solicitud y otras solicitudes similares.

Assange no solo permanece en aislamiento, en una reclusión solitaria que recientemente se ha incrementado de 23 a 24 horas. Su vida corre peligro a cuenta del covid-19 dada su enfermedad pulmonar crónica y probable inmunodepresión debida a una prolongada tortura psicológica. Cumple con todos los criterios internacionales para la liberación de prisioneros vulnerables a la vista del covid-19. A pesar de ello, se le ha negado la libertad urgente bajo fianza aunque el pabellón penitenciario en el que está recluido haya tenido casos de covid-19 en noviembre de 2020. Tanto su madre como su compañera sentimental han expresado justificadamente que temen por su vida.

En Doctors for Assange compartimos esos temores, basados en numerosas consideraciones médicas, y queremos conmemorar el año cumplido desde aquella primera carta renovando nuestro llamamiento para que Julian Assange sea liberado de su cautiverio de forme inmediata.

Predecibles daños médicos y psicológicos

Dada su continuada tortura y la falta de atención médica a la que está sometido, no es raro que en el tribunal donde tuvieron lugar las audiencias para su extradición en septiembre de 2020 se escucharan evidencias de un grave sufrimiento psicológico y médico, que conlleva un elevado riesgo de suicidio. De hecho, diversos expertos médicos testificaron que Assange sufre muchos de los síntomas médicos, psicológicos y cognitivos que Doctors for Assange lleva señalando en los últimos doce meses.

En virtud de los abusos continuados al derecho a la salud a los que está sometido el Sr. Assange a pesar de nuestras advertencias, era previsible que el tribunal escuchara en septiembre que el acusado sufre depresión severa, trauma, riesgo de suicidio y deficiencias cognitivas que afectan a su concentración, a su memoria y a su expresión verbal.

En una carta ampliamente difundida dirigida al gobierno de Australia en diciembre de 2019, Doctors for Assange manifestó que el tratamiento recibido por Assange por parte de gobiernos y autoridades judiciales y carcelarias (arbitrariedad, miedo constante, amenazas y trauma y aislamiento prolongado)

* podría causarle “indefensión extrema, desesperación y desestabilización, afecciones todas ellas relacionadas con el suicidio”

*podría provocar que “el propio deseo de vivir se vea fatalmente debilitado”.

*”puede causarle una grave discapacidad cognitiva, incluyendo déficits de atención, memoria y concentración”, lo que afecta a “la capacidad de la persona de razonar, pensar y hablar”.

Vulnerable a daños psíquicos

El tribunal escuchó asimismo que Assange sufre de psicosis en forma de alucinaciones, algo muy preocupante, también para cualquier persona o para cualquier autoridad que tenga el deber de velar por la salud de Assange, ya que se sabe que las condiciones de su detención pueden precipitar la psicosis. Diversos miembros de Doctors for Assange han avisado en comunicados públicos y entrevistas de que el aislamiento prolongado, como el impuesto a Assange, puede provocar alucinaciones y psicosis en individuos vulnerables.

El tribunal también escuchó que Assange es vulnerable no solo a las alucinaciones y al covid-19, sino también a la depresión y al suicidio. Varios expertos testificaron que Assange tiene un historial de depresión y alucinaciones, antecedentes familiares de suicidio y ha sido diagnosticado con el trastorno del espectro autista (TEA), en concreto de síndrome de Aspergen. Los expertos explicaron al tribunal que el diagnóstico de TEA le sitúa en un riesgo de suicidio nueve veces superior al de la media.

Vulnerable al suicidio

En base a las evidencias médicas, Doctors for Assange coincide con los testigos expertos en que Julian Assange tiene muchas probabilidades de sucumbir a los impulsos suicidas si se confirma la extradición a EE.UU. No obstante, eso no quiere decir que las condiciones actuales de su detención, que constituye una “privación arbitraria de libertad” según el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU, no supongan de por sí un riesgo sustancial.

Doctors for Assange quiere añadir que su vulnerabilidad al suicidio se ha visto agravada por el abandono médico que hemos documentado y denunciado repetidamente. Se sabe que la enfermedad física incrementa el riesgo de suicidio, especialmente cuando se juntan múltiples dolencias. La prolongación del abandono médico de Julian Assange al mantenerlo encerrado en la cárcel de Belmarsh (en lugar de liberarle para que pueda recibir el adecuado tratamiento médico) constituye un riesgo adicional para su salud psicológica y mental, con consecuencias potencialmente fatales.

Vulnerable daños físicos

En marzo de 2020 Doctors for Assange emitió una declaración en la que detallaba la vulnerabilidad médica de Assange ante el covid-19.

En el tribunal de Old Bailey también se dijo Assange se rompió una costilla cuando se ataba los cordones de los zapatos y que sufre de osteoporosis. Doctors for Assange ya había advertido de la posibilidad de que Julian Assange tuviera problemas en los huesos al haber sido forzado a buscar asilo en la embajada de Ecuador y vivir tantos años sin recibir la luz solar, hacer suficiente ejercicio o suficientes cuidados médicos.

Deber de cuidar

Dada su vulnerabilidad, las autoridades y los gobiernos responsables del bienestar de Assange tienen el deber y la responsabilidad de evitar acciones que pudieran dañar aún más su salud física y psicológica.  A pesar de que un testigo de la acusación sostuvo que si los médicos que le trataban no recomendaban su ingreso hospitalario sus síntomas no podían ser graves, las pruebas disponibles indican precisamente lo contrario: que esas recomendaciones se realizaron, por ejemplo, en septiembre de 2015, en enero de 2018 y en junio de 2018.  Incluso esa necesidad fue documentada en nuestra carta al gobierno británico de noviembre de 2019 y es una de las razones de nuestras cartas a The Lancet, en las que hacíamos referencia a la tortura y abandono médico del Sr. Assange, instrumentos utilizados para maltratarle y causar su sufrimiento, de los que muchos funcionarios son cómplices.

Nuestras recomendaciones médicas

A la vista de las evidencias médicas y el cada vez más numeroso historial de tortura psicológica de Assange y de falta de cuidados médicos, corresponde a las autoridades del gobierno británico, incluyendo a los responsables directos de su atención médica, abstenerse de situarle en una situación de mayor riesgo en una prisión de alta seguridad, siendo como es una persona no violenta en prisión preventiva, sin ningún cargo pendiente por la ley británica y que ha sido detenido exclusivamente por controvertidas ofensas políticas bajo la arcaica y draconiana Ley de Espionaje de EE.UU. de 1917.

Por lo tanto, Doctors for Assange se une a destacadas autoridades mundiales en el campo de los derechos humanos y de la libertad de prensa para solicitar la liberación de Assange de su prisión y la negativa a extraditarle por su actividad editora. Como mínimo, Julian Assange debería pasar urgentemente a arresto domiciliario por razones médicas, en consistencia con su derecho humano a la vida y a la salud y en consonancia con la inviolable obligación médica de no causar daño.

Doctors for Assange agrupa a médicos de todo el mundo que se unieron en octubre de 2019 para hacer pública su preocupación por la salud de Julian Assange y condenar las violaciones a su derecho de no sufrir tortura, su derecho a la salud y su derecho a la confidencialidad médico-paciente. Se web es www.doctorsassange.org

Fuente: https://doctorsassange.org/22nov2020/

1. Se conoce a la prisión de Belmarsh como “la mansión de los monstruos”, por la cantidad de asesinos y violadores peligrosos que encierra (N. del T.).

Fuente: https://rebelion.org/depresion-severa-deficiencias-cognitivas-riesgo-de-suicidio/

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El consuelo de un país en crisis recae en sus estudiantes de psicología

Por Mayuri Castro

El cuidado de la salud mental nunca ha sido prioridad en la agenda del gobierno ecuatoriano. Por eso, este año que el coronavirus ha inundado de tristeza e incertidumbre al país, no había una estructura lista para contener tanto golpe emocional. En medio de la emergencia, los estudiantes de psicología han tenido que asumir la responsabilidad de brindar alivio durante una pandemia.

María Judith López tiene veintidós años y es estudiante de psicología. Ya ha avanzado lo suficiente en la carrera para explicar sus posibles temas de investigación de grado con términos como “intervención en crisis”, “contención”, “procesos de duelo”. Es decir, a María Judith le interesa acompañar y guiar a otros cuando les toque recorrer los caminos más espinosos de la vida. Y para eso se ha estado preparando. En la universidad le enseñaron toda la teoría necesaria para equilibrar las emociones de alguien en shock frente a un evento traumático. El problema es que no esperaba tener que ponerla en práctica de manera tan abrupta. No esperaba que de pronto llegue una pandemia y se le presenten casos mucho más complejos de los que había leído en los libros.

En abril, María Judith era una de los más de trescientos estudiantes de psicología que atienden la opción 6 del 171, la línea gratuita del Ministerio de Salud Pública de Ecuador, que brinda atención psicológica. Esta ha sido una respuesta del Estado para atender la emergencia y que los estudiantes cumplan sus prácticas preprofesionales. Son una especie de ejército voluntario que trata de contener desde sus celulares el dolor y la desesperanza que ha impuesto la crisis del COVID-19.

Aunque María Judith contestó más de cien llamadas durante su servicio, hay algunas que simplemente no puede olvidar. Una noche sonó su celular, al que le ponía un chip especial para atender la línea 171. Era un hombre pidiéndole que le ayude a resolver un dilema que jamás pensó enfrentar: no sabía qué hacer con el cuerpo de su hija que había muerto por COVID-19 en su casa. María Judith le dio indicaciones para que lo envolviera con un plástico o una sábana hasta que un funcionario del gobierno lo recogiese. Dicen los psicólogos que un consejo práctico puede reducir la intensidad de las emociones de alguien en medio de una crisis. Pero después, hay que escuchar. El hombre le contó a María Judith que, además del duelo, había perdido el empleo por la pandemia y que no tenía nada que comer. Ella le preguntó si profesaba alguna religión para que hiciera una oración. Él le dijo que era cristiano, pero que estaba tan triste y enojado que había olvidado su fe. Entonces se necesitaba otro tipo de soporte. María Judith le preguntó si podía enviar un mensaje a algún familiar o amigo en ese momento para que lo acompañase aunque sea por teléfono. El hombre contestó que sí. La estudiante colgó la llamada luego de más de una hora de conversación, cuando el hombre le confirmó que estaba más tranquilo. Pero ella, no. “Yo pensaba ¿será que el psicólogo al que lo derivé le llama pronto? ¿Será que le pueden ayudar a enterrar a su hija? ¿Será que el gobierno le va a entregar alimentos o le apoyarán los amigos?”, recuerda María Judith. Su trabajo terminaba en esa conversación pero ella se quedaba con una cadena de “pequeñas angustias”. Fue su primer y único contacto con él.

Para la estudiante responder las llamadas de auxilio representaba una responsabilidad con esos pacientes. Ella debía aplicar lo que le habían enseñado en la universidad y ayudar a las personas en todo lo que pudiese. Esta presión no se manifestó de ninguna forma física: no tuvo insomnio ni problemas para comer. Pero una vez sus padres le dijeron que después de colgar el teléfono, su humor cambiaba. Estaba más irritable, más enojada. “Me di cuenta que a veces yo me quedaba pensando en los casos de violencia que me contaban. Me quedaba con la duda si la persona recibió la atención que pedía o no. Me llenaba de incertidumbre porque mi trabajo terminaba al colgar el teléfono”, cuenta María Judith. Quizás la señal más clara que tuvo sobre el reto de atender la línea 171 fue que su corazón empezaba a palpitar más rápido cada vez que escuchaba el timbre de su celular. La estudiante de psicología solo se calmaba cuando se daba cuenta que no estaba en horario de atención, que se trataba de la llamada de un amigo o familiar que quería saber cómo estaba llevando la cuarentena.

Desde abril, cuatro días a la semana, los estudiantes de al menos ocho ciudades del país reciben entre cinco a seis llamadas de personas agobiadas. — Ya no soporto estar encerrada con mis hijos—Tengo problemas para comer — Estoy escondida en el armario porque mi marido me golpeó—Señorita, he pensado en matarme— No puedo dormir y comencé a tomar pastillas ¿eso está bien? Y, por supuesto, también están los temores por el virus que trastornó al mundo. Muchos ecuatorianos llaman al 171 porque no soportan el miedo de contagiarse y enfermar de Covid-19. Otros porque no saben cómo sobrellevar el duelo de las muertes abruptas que ha causado la pandemia.

Además, durante unos meses, en este país la muerte se impuso de tal manera que no se podía ignorar. El sufrimiento de la gente se agudizó porque en las calles, especialmente en Guayaquil, había cadáveres esperando que un vehículo de medicina legal los llevase a un cementerio, las funerarias estaban colapsadas, la gente no encontraba ataúdes para sus muertos, el municipio repartía cajas de cartón para enterrar los cuerpos. En su intención de controlar la pandemia, el gobierno designó al entonces presidente del directorio de BAN Ecuador, Jorge Wated, como líder del grupo de recolección de los cadáveres de las calles. El 1 de abril de 2020, Wated dijo que pasaron de recoger 30 a 150 cuerpos diarios. El concejal de Guayaquil Andrés Guschmer dijo que habían recogido 400 cuerpos de las personas fallecidas en sus hogares, no dijo en qué lapso.

Verse obligado a convivir con el cuerpo sin vida de tu padre, hija o hermano tendrá un efecto en tu salud mental que solo podrá calcularse con el tiempo. No en vano el ser humano es una especie que necesita enterrar a sus muertos. Para Mary Roach, escritora estadounidense especializada en ciencia popular, esto se debe a que “el hombre no observa al cadáver de su ser querido como su ser querido”. De pronto, ese cuerpo se ha convertido en un contenedor de carne y hueso donde habitó la persona que tanto amamos pero que ya no está. Seguir observándolo, percibir alguna señal de descomposición como el cambio del color de la piel o un intenso olor, suele grabar imágenes traumáticas que se sostendrán en el tiempo. Si la muerte nos arrebata a la persona que amamos, la presencia de un cadáver podría enturbiar la manera en la que deseamos recordarla.

La incapacidad del gobierno para recoger y enterrar a los muertos no es lo único que ha hecho más trágico el duelo de los ecuatorianos. Cientos de familias perdieron el rastro de su pariente fallecido. Las personas no encontraban el nombre de su ser querido en la página web del gobierno creada para indicar en qué cementerio estaba enterrado cada cuerpo recogido. Los cuerpos de Inés Salinas y el de su esposo Filadelfio Asencio, fallecidos el 30 de marzo, fueron retirados de su casa cuatro días después. Su familia los envolvió en plástico para evitar el mal olor porque comenzaron a descomponerse y los puso en la puerta de la casa esperando al grupo que tenía que recogerlos. En la página web del gobierno no aparecían los nombres de Inés Salinas y Filadelfio Asencio, su familia comenzó a buscarlos. Luego de cuatro meses, en julio de 2020, después de una intensa búsqueda en cementerios, hospitales y morgues, Mercedes Asencio, hija de los fallecidos, encontró los cuerpos de sus padres y pudo sepultarlos. Hasta hoy, decenas de personas siguen buscando el cuerpo de su familiar para darles sepultura.  §La pandemia ha evidenciado la relevancia de un tema poco debatido pero esencial para cualquier sociedad: el Estado ecuatoriano no se ha hecho cargo de la salud mental de su gente. Antes de la pandemia 1 de cada 10 personas en el país necesitaba atención en un momento crítico de su vida. En la emergencia por el Covid-19, la cifra ha crecido a 7 de cada 10 personas, dice Ignacia Páez,  gerente de la Mesa de Salud Mental, creada por el Comité de Operaciones de Emergencias (COE Nacional), que se encarga de manejar la crisis sanitaria en el país. La funcionaria reconoce que el Ministerio de Salud no tiene el personal necesario —cuenta con 3,8 psicólogos por cada 100 mil habitantes cuando la OMS recomienda 9— para contener emocionalmente a la población. Por eso, ante la urgencia, creó un sistema de semaforización para dar atención psicológica gratuita. En este proyecto el gobierno ha invertido cero dólares, y es el que recae en los hombros de los estudiantes de psicología.

El semáforo de salud mental  tiene, como el de tránsito, tres colores: verde, amarillo y rojo. Páez dice que el código verde está relacionado con la psicoeducación, que es dar información sobre el COVID-19. Su objetivo es reducir el temor y la ansiedad de las personas. En este código, hay recomendaciones para que quienes visitan la  página web del gobierno dedicada al seguimiento del nuevo coronavirus en Ecuador, encuentren ideas para mantener el buen estado de la salud física y mental. Páez dice que el mensaje está llegando a la gente: el sitio web ha tenido hasta 125 mil visitas en un día. Esta cifra es menos optimista cuando se recuerda que en el país existe una brecha digital: hasta el 2018, sólo el 37,2% de hogares de Ecuador tenía acceso a Internet. En las zonas urbanas, había un total de 46,6 % de hogares con servicio de internet, mientras que en las zonas rurales el porcentaje era de 16, 1%. A pesar de que el sistema de semaforización fue creado por el Ministerio de Salud, son los docentes y estudiantes de psicología quienes mantienen a flote la atención  en la pandemia. Como parte de las prácticas preprofesionales, las universidades en las que hay la carrera de psicología acordaron con el Ministerio de Salud que los estudiantes estarían encargados de atender las llamadas de la opción 6 del 171 que califiquen para el código amarillo. Es decir, deberían brindar primeros auxilios psicológicos. En la práctica, sin embargo, también atienden el código verde. “Yo he contestado llamadas de gente asustada de salir a la calle, gente que tiene miedo de contagiarse, que necesita contar sus síntomas porque cree que ya se va a morir”, dice la estudiante Dennisse Tirado, de 22 años.Cuando un caso presenta mayor riesgo, los estudiantes de psicología lo derivan a los psicólogos profesionales. Más de novecientos psicólogos y noventa y ocho psiquiatras del sector público, del sector privado y voluntarios de organizaciones particulares, son los encargados de atender los códigos rojos. Pero algunas veces, los psicólogos no contestan cuando los estudiantes transfieren la llamada. “El problema es que en ese código, nadie responde. No hay profesionales en la línea entonces nosotros debemos hacer lo posible para que la persona vuelva a la estabilidad emocional”, dice Vanessa Jaramillo, estudiante de psicología de la Universidad Central del Ecuador. Para poder cumplir con ese trabajo, los estudiantes han tenido que aprobar un curso virtual publicado en las páginas web de la Universidad de las Américas (UDLA) y la Universidad Particular de Loja (UTPL), sobre cómo abordar la emergencia sanitaria y cómo identificar el riesgo psíquico. En el curso refuerzan lo que ya aprendieron en las aulas, como técnicas de relajación: pedir a la persona que tome agua, que se lave la cara, que ponga música, que busque a alguien que le acompañe. Las llamadas las reciben tres o cuatro días a la semana durante jornadas de hasta cuatro horas. Solo en esos espacios tienen activo el chip de la línea 171. En el último turno que tuvo Dennisse Tirado, de octavo semestre de la UDLA, atendió seis llamadas entre la medianoche y las cuatro de la mañana. “Termino una y empiezo otra, contesto como cuatro llamadas en un turno, pero son largas, de más de una hora”. Gráfico de Jason Martínez, Salud con LupaEntre todas esas experiencias, una de las que más recuerda Dennisse es la de una mujer contándole que había perdido el control de sus hijos. Le dijo que mientras les estaba haciendo un pastel, uno de ellos le apuntó con el cuchillo. Estaban discutiendo todos muy fastidiados y cansados por el encierro. No ocurrió ningún accidente, pero la mujer sintió que perdió el control de su familia. Colgar el teléfono y sacudirte de historias como esas, es muy complicado. Pero Dennisse siente el apoyo de su universidad que tiene el Centro de Psicología Aplicada, en el que trabajan psicólogos graduados que van guiando a los estudiantes cuando atienden casos difíciles como éste.El Ministerio de Salud ha comunicado que de las 17.706 llamadas recibidas en mayo, junio y julio, 1.627 fueron transferidas al código rojo. El semáforo rojo también se aplica para quienes necesitan medicinas psiquiátricas, el Ministerio no detalla cuántas personas han llamado por esta razón. §La psicóloga clínica Aimee DuBois dice que el sufrimiento de las personas que perdieron a sus familiares es esperable: “están conmovidas y desorganizadas pero no es una reacción patológica, no es una enfermedad mental”. Sería un error que se quiera conectar a una situación de duelo extraordinario automáticamente con un diagnóstico como el estrés post-traumático. Puede darse el caso porque una pandemia como esta es una situación emocional extrema, sin embargo, no todas las experiencias caerán bajo esta categoría.  Con el apoyo emocional a tiempo de familiares y de profesionales de la salud mental, se puede cooperar a que el doliente atraviese este periodo con mayor contención y no llegue a una condición mental que necesite hospitalización. Antes de la pandemia, los estudiantes asistían a hospitales públicos, centros de salud o clínicas privadas para realizar sus prácticas pre profesionales, pero por la emergencia se suspendieron. María Judith López hacía prácticas pre profesionales en el Eugenio Espejo en Quito, uno de los hospitales públicos más grandes del país. Ahí la estudiante llenaba las historias clínicas de personas que estaban hospitalizadas por quemaduras o cirugías y necesitaban atención psicológica. “Aprendí a hacer exámenes psicopatológicos”, dice. Con estos se evalúa si las personas están orientadas en tiempo, espacio, si saben quién son, saben dónde están, o qué día es, también se hace evaluación del lenguaje, y se evalúa si están inconscientes o somnolientos. Ahora siguen las prácticas con este método virtual de atención, dice Ignacia Páez, y explica que como no es un trabajo, sino el cumplimiento de sus prácticas pre profesionales, no reciben un pago. |Para saber las últimas actualizaciones sobre las Elecciones de 2021 en Ecuador, haz clic aquí| María Judith López terminó sus prácticas pre profesionales el 1 de junio. Ese día dejó de contestar la línea del 171 y en las 102 horas que duró su práctica pre profesional contestó 123 llamadas: la mitad para atención de salud mental, las otras para pedidos de alimentos, medicamentos o citas médicas de otras especialidades. Su universidad creó espacios para que los alumnos que respondan estas llamadas puedan descargar el peso emocional de las mismas con otros estudiantes que no atienden la línea. López dice que se conectaba por videollamadas de Zoom, en un lapso de dos horas semanales, y compartía cómo se sentía. También era un espacio para intercambiar experiencias sobre el confinamiento y, finalmente entre amigos, reír un poco.Sara Herrera, psicóloga clínica, dice que es importante que los psicólogos tengan apoyo entre sí porque las experiencias de los pacientes los pueden afectar emocionalmente. “Todos los psicólogos deben ir al psicólogo”, remarca. Según una investigación de la Universidad del Mar de Chile, los psicólogos que participan en terapias disminuyen significativamente sus niveles de estrés. En especial, los psicólogos tienen que aprender a ser conscientes de situaciones que aparentemente no les provocan malestar. Por su parte, el Ministerio de Salud está preparando un proyecto de investigación y evaluación del estado emocional de los estudiantes y psicólogos que realizan la teleasistencia pero confirma que las universidades son las encargadas de mantener el buen estado de la salud mental de los estudiantes. El Colegio de Psicólogos Clínicos de Pichincha dijo en un comunicado que el voluntariado debe ser complementario y que “no se puede dejar a cargo del voluntariado el servicio público de atención en salud mental que todos merecemos”.  Daniela Alvarado es psicóloga experta en salud mental y señala que ser voluntario en temas psicológicos debería realizarse desde el activismo, como en el caso de la plataforma ¿Y si nos acompañamos? En este proyecto, psicólogas y psicólogos atienden, mediante videollamadas o llamadas telefónicas, a las personas afectadas por el confinamiento. Las personas que estén en Ecuador, Latinoamérica o Europa pueden dejar un mensaje con sus datos en la página de Facebook de la plataforma, y un psicólogo le llamará. Como es un proyecto voluntario, los profesionales no están disponibles las 24 horas pero intentan atender a la mayoría de personas. Alvarado cree que el proyecto de la atención en el 171 del MSP, que atiende bajo un horario establecido, debería ser reconocido como un trabajo. Que el gobierno no pague por los servicios de salud mental para la población es muestra de la poca importancia que le brinda al asunto.Y la desatención al bienestar emocional de los ecuatorianos no es nueva. Por la emergencia, el COE creó la Mesa Nacional de Salud Mental porque el Ministerio de Salud Pública no tiene en su organigrama una subsecretaría, secretaría o dirección específica que se encargue de ejecutar proyectos o programas para la salud mental. La Mesa que se ha creado, como una respuesta rápida en esta etapa, está conformada por hospitales públicos y privados, asociaciones de la sociedad civil, la Cruz Roja Ecuatoriana y representantes de las universidades en las que hay facultades de psicología. El sistema de semaforización se creó porque el Estado ecuatoriano no tenía un proyecto tan grande que pudiese atender la salud mental de todos sus habitantes. El descuido a la salud mental no es exclusivo del gobierno de Lenín Moreno sino que es un problema histórico. La psicóloga Aimee DuBois dice que el gobierno está fallando en la atención porque en Ecuador el modelo de salud mental es “hospitalocéntrico, asiliar o asistencial”. Este modelo, según la experta, está enfocado en internar en un hospital a la gente con dolencias psicológicas. Esto sucede aunque los planes de salud mental comunitaria que existen en Ecuador, como la Guía de Salud Mental Comunitaria o el Modelo y Plan estratégico de Salud Mental, indiquen que los pacientes deben recibir atención en salud mental en centros de salud u hospitales generales cerca a donde viven, estudian o trabajan.Ignacia Páez —que está al frente de los temas de salud mental en el Ministerio de Salud desde antes de la pandemia— explica que el Ministerio tiene 12 millones de dólares en el presupuesto para salud mental hasta 2023. Dice que planificaron invertir ese dinero en capacitaciones sobre salud mental comunitaria a los médicos y enfermeras pero la llegada de la crisis sanitaria por el Covid-19 paralizó esa intención. El Ministerio de Salud tiene un presupuesto corriente, es decir fijo, destinado para el mantenimiento de los 12 centros de tratamiento de adicciones, las 81 unidades de salud mental hospitalaria, más de 700 centros ambulatorios y 68 servicios de atención ambulatoria intensiva. Esto evidencia que el gobierno invierte más presupuesto en el mantenimiento de los hospitales y centros de adicciones que en la prevención. Daniela Alvarado dice que el tema de salud mental siempre ha sido considerado desde los trastornos graves y las adicciones, desde la visión de la enfermedad por eso el gobierno invierte más en los centros de hospitalización. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el presupuesto para salud mental en América Latina y el Caribe es en promedio solo el 2% del presupuesto de salud y de ese porcentaje el 60% es para los hospitales psiquiátricos. La misma OMS dice que los países de bajos ingresos invierten menos de dos dólares por persona al año, entre esos está Ecuador que han tenido a estudiantes de psicología como María Judith López, Vanessa Jaramillo o Dennisse Tirado calmando a las personas afectadas emocionalmente por la pandemia.

Fuente: https://saludconlupa.com/series/cuando-la-realidad-se-quebro/las-llamadas-mas-dificiles-los-estudiantes-de-psicologia-que-consuelan-a-un-pais-en-crisis/

 

Fuente: https://rebelion.org/el-consuelo-de-un-pais-en-crisis-recae-en-sus-estudiantes-de-psicologia/

 

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Simón Rodríguez, visionario en política y educación

Por: Clodovaldo Hernández

Simón Rodríguez tenía claro que las nuevas repúblicas nacidas de las antiguas colonias españolas debían resistirse a la tentación de trasplantar las instituciones de la democracia liberal que ya Estados Unidos se empeñaba en preconizar como un modelo universal.

“La América española es original. Originales han de ser sus Instituciones y su gobierno, y originales los medios de fundar uno y otro”, escribió este maestro adelantado a su época. “Nos parece que podemos adoptar sus instituciones sólo porque son liberales, sin tomar en cuenta aspectos geográficos, históricos, étnicos, religiosos ni tampoco las diferencias en cuanto a ideas, creencias y costumbres”.

El rasgo visionario del gran docente caraqueño se pone de manifiesto en que, dos siglos después, sus advertencias siguen siendo pertinentes. Hemos pasado doscientos años dirigidos –salvo escasas excepciones– por clases políticas que han tratado de establecer en nuestras naciones mestizas e irredentas los sistemas políticos del Norte, como si se tratara de una franquicia o de la sucursal de una corporación. Quienes han tratado de buscar vías propias, como las planteadas por el hombre que se hizo llamar Samuel Robinson, han pagado caro su osadía. La Venezuela de este siglo puede confirmarlo.

Para Rodríguez, no solo debíamos evitar la imitación del modelo político estadounidense porque éramos distintos, sino también porque era un mal ejemplo. Lo ilustró, como corresponde a su condición, magistralmente. Dijo que “Estados Unidos presenta la rareza de un hombre mostrando con una mano a los reyes el gorro de la Libertad, y con la otra levantando un garrote sobre un negro, que tiene arrodillado a sus pies”. Contundente en su irreverencia, se preguntaba qué tipo se libertad y democracia podía ser esa en la que solo los blancos tenían derechos.

Rodríguez no era de los que critican solo hacia afuera. Fue un cuestionador profundo de la educación que se impartía en la Caracas de finales del siglo XVIII, justamente por ser excluyente por motivos raciales y sociales. Para él, los niños y adolescentes con acceso a la educación (una absoluta minoría), tenían como maestros a gente sin formación pedagógica, mientras los programas de estudio eran conservadores y controlados por la Iglesia. Mientras tanto, la gran mayoría no contaba siquiera con esa precaria posibilidad de aprender.

Propuso crear más escuelas en las que se recibieran a niños pardos, negros e indios. Todos los institutos educativos debían tener maestros profesionales que cobraran un salario justo, en jornadas de seis horas y con materiales didácticos idóneos. Infortunadamente, si se diera una vuelta por el presente, comprobaría que aún hoy sus propuestas siguen estando vigentes.

Más allá de las reivindicaciones que pedía, Rodríguez era también un adelantado a su tiempo en el campo mismo de la teoría pedagógica.

Los estudiosos de sus planteamientos no dudan en calificarlos como revolucionarios, comparables con las ideas que muchos años después postularían los grandes filósofos de la educación, entre quienes se puede mencionar a Paulo Freire, Jean Piaget y Lev Vigotsky, con la diferencia de que ellos tuvieron la ventaja de los estudios universitarios y la investigación académica, en tanto nuestro Robinson, por decirlo de alguna forma, tocaba de oído.

Y es que Simón Rodríguez aprendió en carne propia acerca de la segregación educativa. Por ser un niño expósito (aunque las “redes sociales” de la época aseguraban que era hijo del sacerdote Alejandro Carreño) no tuvo la oportunidad de realizar estudios universitarios, que entonces eran privilegio de los jóvenes de familias de linaje.

A pesar de no haber tenido esa formación, tanto él como su hermano, Cayetano Carreño, fueron destacadas figuras de sus respectivas especialidades. Cayetano fue uno de los mejores músicos venezolanos de su tiempo, mientras Simón (que nunca quiso usar el apellido del cura Carreño), es reconocido hoy como un referente de la filosofía educativa.

Los méritos de este gigante de la teoría docente han quedado en segundo plano, al menos en el relato histórico que muchas generaciones conocimos, opacados por el hecho de que Rodríguez fue maestro del niño Simón Bolívar, una tarea que, según parece, no era nada sencilla porque el muchacho era un rebelde de nacimiento.

También es notable su rol en el episodio casi mítico del juramento de Bolívar en el Monte Sacro, en agosto de 1805, luego de que maestro y estudiante volvieron a reunirse en Europa y pudieron presenciar diversos acontecimientos noticiosos de la época, incluyendo la coronación de Napoleón. Eran los años de génesis del proceso independentista y Bolívar tenía tan solo 22 años y se encontraba abatido por la temprana muerte de su esposa, María Teresa del Toro Alayza.

Algunos historiadores, que a veces gustan de actuar como aguafiestas, han puesto en duda que ese momento haya ocurrido de la manera que lo conocemos, pero se ha hecho muy difícil el desmentido, especialmente después de que Tito Salas, el gran pintor de toda la iconografía de Bolívar, pusiera la escena en uno de sus lienzos.

De lo que sí no hay dudas es del valor fundamental que el Libertador le otorgó a su profesor y amigo, que queda extraordinariamente resumido en la frase: “Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso. Yo he seguido el sendero que usted me señaló (…) Puede usted figurarse cuán hondamente se han grabado en mi corazón las lecciones que usted me ha dado, no he podido jamás borrar siquiera una coma de las grandes sentencias que usted me ha regalado”.
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No pudo ejecutar su obra

Como tantos precursores de grandes ideas y proyectos, Simón Rodríguez murió sin ver cristalizada su visión de la educación universal, pública, libre, obligatoria y financiada por el Estado.

Durante la etapa colonial no pudo avanzar porque debió huir del país, tras verse relacionado con la conspiración de Gual y España. Una vez que triunfó la República, Bolívar quiso encargarlo nada menos que de la estructura educativa que había de fundarse en la Gran Colombia, convencido como estaba de que “moral y luces son nuestras primeras necesidades”. Pero, como en tantos otros temas, los ideales del Libertador no eran recibidos con entusiasmo por otras figuras emergidas de la Independencia.

Ni siquiera el fiel y bondadoso Antonio José de Sucre aceptó a Rodríguez para guiar la política educativa de la recién nacida Bolivia.
Las experiencias de aplicación práctica de sus principios tropezaron con la incomprensión y terminaron en fracasos.

El hombre que quería enseñar oficios útiles a los estudiantes, basándose en la práctica y en la disposición a innovar, hubo de dedicarse él mismo a otras actividades a lo largo de un periplo por el continente que nunca incluyó un retorno a Venezuela y concluyó en Perú. Con el mismo fervor fundó escuelas y fábricas de velas. Y con fina ironía, haciendo un juego de palabras, llamó a una de esas pequeñas factorías “Luces de América”.

Fuente: http://ciudadccs.info/2020/10/29/perfil-simon-rodriguez-visionario-en-politica-y-educacion/

Fuente de réplica: https://rebelion.org/simon-rodriguez-visionario-en-politica-y-educacion/

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¿Hay algo más revolucionario que el amor?

Por: Irene Fernández Rodríguez

 

¿Hay algo más revolucionario que el amor? El amor es respeto, hermandad, solidaridad, valentía; y sobre todo, el amor es cuidado, cuidarse una y cuidar a los demás. Cuando tienes esa mochila das las gracias y los buenos días, pides perdón cuando toca y te revisas continuamente para desterrar actitudes irrespetuosas o injustas. Este capitalismo moribundo nos está dejando una estampa cruelmente distópica, la crisis de la Covid ha recrudecido el individualismo generalizado.

            Todo aquello que se estaba cargando nuestro sistema social de garantías se ha agudizado. En unos meses se ha deteriorado enormemente la sanidad, la educación, cualquier servicio esencial para la vida ahora es peor. Hay más gente pobre, más gente en riesgo de pobreza, menos trabajo y más precario. Mientras los pequeños negocios cierran por ahogamiento las empresas del Ibex aprovechan para hacer ERTES, los trabajadores que se quedan trabajan más y cobran menos, los ricos aumentan sus cifras aprovechando las oportunidades que le brinda un gobierno que besa por donde andan.

            Por otro lado una sociedad sumida en una depresión crónica, agarrándose a los pequeños placeres del entretenimiento barato. Nos convirtieron en productos, las relaciones sociales se han enfriado tanto que ya no ves personas, ves anuncios, en tu pantalla, en tu zona. ¿Cuándo ha sucedido que nos dejamos tratar como mercancía? Si el producto tiene una tara, a la basura y me compro otro. Cuándo ha pasado de moda tener en cuenta los sentimientos de los demás, en qué momento se ha normalizado un tipo de relación basada en lo más superficial y efímero de la vida.

            Para los conscientes de su depresión hay toda una industria del coach que es capaz de culpabilizarte de tus fracasos a la vez que perpetúa el sistema que causa tus problemas. Se vende como empoderante un ego que te hace peor persona. Con la bandera del amor propio defiendes tu marca, que no vale nada, porque la misma vida es un devenir de cambios y aprendizajes. Hasta qué punto nos pasará factura esta categorización constante es algo que ya estamos viendo, solo hay que abrir los ojos.

            En los últimos tiempos las aplicaciones para ligar han visto como se multiplicaban los nuevos usuarios, ¿es esto un signo de los tiempos, una forma de relacionarse como otra o un síntoma del decaimiento social al que nos vemos abocados? Las redes sociales no son ni buenas ni malas para la sociedad, es decir, en algunos puntos arroja la peor versión de la humanidad y otros es activismo, es sororidad para tantas mujeres, como la que escribe, que se ha formado en feminismo a través de ellas.

            Todos conocemos, más o menos, cómo funcionan las aplicaciones, las redes, cómo nos engaña el algoritmo, etc., más allá de hacer crítica a ello me parece imprescindible reflexionar cómo nos afectan a nosotras. Instagram se ha revelado como uno de los espejos más severos del siglo XXI, el nuevo hit del canon de belleza son los filtros, al filtro del maquillaje tradicionalmente impuesto le hemos añadido el filtro de las aplicaciones. Cuánto vamos a aguantar dejándonos tratar como seres imperfectos, cuándo vamos a dejar de normalizar tener la seguridad personal a la altura del betún.

            El amor, motor de la vida y de las revoluciones, es político, quererse y querernos es un acto de rebeldía en un mundo que se encuentra en batalla entre lo reaccionario y el progreso, la verdadera democracia, que no es esto y que sí, nos necesita libres. El odio de clase también es amor, por los tuyos, porque no nacimos para sufrir, nacimos para ser libres y, como dice la canción, queremos todo lo que es bello.

Fuente:  https://rebelion.org/hay-algo-mas-revolucionario-que-el-amor/

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