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Ecología Social:Por una ecología de la clase obrera

Por una ecología de la clase obrera

Suzanne Icarie

Para aclarar los malentendidos teóricos y los obstáculos a la necesaria alianza entre el movimiento ambientalista y la clase obrera, Paul Guillibert ensaya una ecología política del trabajo. Y hace un llamado a reactivar el ecologismo obrero.

Sobre Paul Guillibert, Exploiter les vivants. Une écologie politique du travail, París, Amsterdam, 2023.

Inicialmente estructurado en torno a la “huelga escolar” y la estrategia estudiantil inaugurada por Greta Thunberg en 2018, el movimiento ambiental internacional aún no ha convergido masivamente con el movimiento obrero, a pesar del continuo empeoramiento de la crisis ecológica y una notable intensificación de la lucha de clases, como se vio en Francia con la revuelta de los Gilets Jaunes y los movimientos contra las pensiones en 2019 y 2023. Mientras que algunos “huelguistas ambientales” se plantean ahora modos de acción más radicales, como la recuperación de tierras o el “desarme” de infraestructuras destructoras del medioambiente, siguen siendo pocos los interesados en llevar a cabo acciones localizadas en los lugares centrales de la producción capitalista y en colaboración con los trabajadores empleados en sectores estratégicos, como la energía o el transporte. Convencido de que los malentendidos teóricos son uno de los obstáculos que se oponen a esta necesaria alianza entre los activistas medioambientales y la clase obrera, el filósofo Paul Guillibert propone en su último libro, Exploiter les vivants. Une écologie politique du travail (Explotar a los vivos: una ecología política del trabajo), una aclaración conceptual centrada en dos cuestiones.

En primer lugar, sintetiza los trabajos de las ciencias humanas y sociales para convencer a quienes se preocupan por la crisis ecológica de que la catástrofe actual es en gran medida el resultado de las diversas formas capitalistas de explotación del trabajo. En segundo lugar, en el capítulo central de su libro, Guillibert propone reexaminar el concepto de “poner a trabajar la naturaleza” desarrollado por el geógrafo marxista Jason W. Moore. ¿Afirmar que el capitalismo contemporáneo “pone a trabajar a la naturaleza” a escala planetaria significa que los capitalistas someten a los agentes “no humanos” a una forma de explotación idéntica o comparable a la de los trabajadores humanos?

Para Guillibert, esta cuestión no es un simple juego de lenguaje. Tiene fuertes implicaciones políticas, que desarrolla en el tercer capítulo de su libro, de orientación más estratégica que los dos precedentes. En su opinión, solo una disminución radical de la producción, acompañada de la emergencia de un nuevo imaginario político, permitirá luchar contra el ecocidio planetario en curso. A diferencia de los defensores no marxistas del decrecimiento, que tienden a pensar en términos individuales, el planteamiento de Guillibert pretende vincular esta consigna con el cuestionamiento del capitalismo y la defensa del comunismo como única alternativa viable a este modo de producción ecocida.

Aunque afirma que asignar un papel estructurador a los trabajadores de la industria y la energía en las futuras luchas políticas “tiene mucho sentido en vista de la centralidad de la energía en la producción capitalista” [1], Guillibert no examina con precisión las formas en que esta clase obrera cuestionará la producción capitalista y destructiva y la sustituirá por una forma más democrática de organización económica que sea, sobre todo, compatible con la continuación de la vida en la Tierra. Pero el objetivo de Exploiter les vivants no es señalarle a los trabajadores qué forma adoptará el control obrero de la producción ecológica. Su meta principal es convencer a los simpatizantes del movimiento medioambiental y a los intelectuales ligados a él de que dejen de dar la espalda a la categoría de “trabajo” en sus teorías y prácticas.

Una perspectiva marxista del ecocidio en curso

En términos teóricos, los primeros interlocutores de Guillibert fueron los pensadores críticos de la ecología política que estudiaron el ecocidio situando el género, la colonialidad y el estudio de la tecnología en el centro de su pensamiento. Sin dejar de reconocer el gran valor de sus trabajos, Guillibert sostiene que convendría combinarlos con un enfoque marxista de la crisis ecológica actual.

Este enfoque marxista, que se afirma en la introducción, evita los dos principales escollos de la ecología tal y como la promueven las clases dominantes. Volviendo a la definición de Marx del capitalismo como modo de producción que combina tecnología, producción y consumo, muestra que la transición ecológica no se producirá como resultado de la innovación tecnológica o de cambios en el comportamiento individual. De la misma manera, pensar en la transición como un cambio necesario y drástico del modo de producción previene contra la tendencia al desprecio ecológico de clase, por el cual quienes no tienen los medios para afrontar la transformación de sus modos de consumo son acusados inmediatamente de “negacionismo climático” por aquellos entre las clases medias y altas que poseen “consciencia climática”. Sin embargo, la lección que saca Guillibert de la revuelta de los Chalecos Amarillos es que, lejos de estar reñidas con la ecología, las clases trabajadoras de los países imperialistas pueden producir una visión de futuro alternativa a la transición ecológica que las clases dominantes intentan imponerles.

Para persuadir a los partidarios de la ecología política radical del papel esencial que tienen los trabajadores en la lucha contra el desastre ecológico, Guillibert comienza destacando el hecho de que las relaciones de clase han sido fundamentales en la historia de la crisis ecológica desde la era moderna. Se remonta a varios siglos antes de la Revolución Industrial inglesa del siglo XVIII, que condujo a la generalización de la relación salarial y a la consiguiente utilización de combustibles fósiles. Basándose en particular en los trabajos de los historiadores del medio ambiente Jean-Baptiste Fressoz y Fabien Locher [2], Guillibert sostiene que fue el desarrollo de las primeras economías coloniales y esclavistas a partir del siglo XV lo que inauguró la catástrofe ecológica que sigue desarrollándose hoy en día.

Si bien el trabajo asalariado se convirtió en la principal forma de explotación laboral con la progresiva extensión del capitalismo industrial y de los combustibles fósiles por todo el mundo, el autor señala que dicha explotación del trabajo asalariado fue posible gracias a la apropiación de otras formas de trabajo, en particular el trabajo en régimen de servidumbre en las colonias y el trabajo reproductivo, realizado principalmente por las mujeres en el hogar. La explotación asalariada también se basa en la apropiación de la “naturaleza”, que Guillibert propone definir aquí como todas las realidades que los capitalistas consideran que no tienen valor de cambio y que, por tanto, pueden apropiarse gratuitamente.

Demostrar que el capital acuerda valor solo a una parte del trabajo explotado y de las fuerzas naturales apropiadas no tiene únicamente importancia teórica. Si ciertas feministas marxistas de los años 60 y 70 promovieron una definición del trabajo más inclusiva que la que figura en El Capital de Karl Marx, fue para dar armas a los movimientos de liberación de la mujer más radicales de su época. Del mismo modo, al denunciar la concepción reduccionista e inerte que tiene el capital respecto a la naturaleza, Guillibert pretende dotar a los pensadores ecologistas radicales con herramientas de lucha suplementarias.

El enfoque adoptado en Exploiter les vivants también se inspira en el Libro I de El Capital en la medida en que Guillibert opta por centrarse en las características específicas del modo de producción capitalista. En su opinión, el extractivismo puede definirse como el modo típicamente capitalista de apropiación de la naturaleza. A diferencia de la socialización de la naturaleza en las sociedades donde no domina el capitalismo, el extractivismo se practica sin ninguna contrapartida religiosa o simbólica. Por lo tanto, no tiene límites. El modo de producción capitalista es también el único que separa radicalmente las actividades de subsistencia de las demás actividades sociales. Así, para Guillibert, como para muchas feministas marxistas antes que él, el “trabajo doméstico” como actividad de producción y reproducción de la vida, separada de la esfera productiva, solo existe bajo el capitalismo. Del mismo modo, el filósofo coincide con la socióloga Jocelyne Porcher en que el trabajo animal alienado solo existe en el contexto de la producción capitalista y, en particular, en las granjas industriales. Para Guillibert, las formas de resistencia que los animales son capaces de desplegar en esas granjas son la prueba de que los humanos no son los únicos desposeídos de su “ser genérico” por el modo de producción capitalista.

Los trabajadores en el centro de la transición ecológica

Según Guillibert, los ecologistas tienen todas las de ganar si desarrollan nuevas estrategias a partir de los lugares donde desarrollan su actividad los trabajadores, a condición de que asuman la constatación de que el capital domina conjuntamente la naturaleza, el trabajo humano y el trabajo “no humano”. Mientras que las “huelgas ambientales” a menudo se han contentado con retomar métodos de movilización inventados por la clase obrera, el movimiento ambiental debe ahora ir más lejos y apoyar más sistemáticamente las movilizaciones obreras en favor de una auténtica reconversión ecológica, en la línea de las luchas llevadas a cabo por los trabajadores de la refinería Total de Grandpuits o por los antiguos trabajadores de la planta subcontratista de automóviles GNK de Florencia.

En función de alentar a que ese tipo de acciones se multipliquen, Guillibert recuerda a lo largo de su libro una serie de episodios emblemáticos del “ecologismo obrero”. Desde las primeras décadas de la industrialización, los miembros de esta clase se han movilizado políticamente con frecuencia contra los efectos nocivos del modo de producción capitalista sobre sus cuerpos y sobre los lugares donde viven. Desde principios del siglo XX, algunos sindicatos estadounidenses de trabajadores de la madera fueron aún más lejos al reivindicar una gestión racional de los bosques: consideraban que esas prácticas conservacionistas eran inseparables de la mejora de sus propias condiciones de vida y de trabajo. A la cabeza del Sindicato de Trabajadores del Petróleo, la Química y la Energía Atómica (OCAW) y en contacto con los trabajadores de Shell, el activista estadounidense Tony Mazzochi proclamó a principios de los años 70 la necesidad de preparar la reconversión de los trabajadores del sector petrolero hacia actividades menos destructoras de los cuerpos y de la naturaleza. Guillibert señala que el plan de reconversión ecológica propuesto por Mazzochi hace cincuenta años era mucho más radical en su contenido que la “transición justa” preconizada desde 2010 por las burocracias sindicales representadas a escala mundial por la CSI (Confederación Sindical Internacional).

Convencido de que la alianza entre el movimiento ambientalista y los trabajadores a favor de la transición ecológica vendrá desde abajo, Guillibert no subestima las dificultades que también existen en este plano. Si bien considera que la condena en 2012 contra el grupo siderúrgico ILVA, que empeoró la vida de todos los habitantes y trabajadores de la ciudad italiana de Taranto, es una victoria conjunta de los movimientos ecologistas y del mundo del trabajo, muestra que el vínculo entre el sindicalismo de base en la fábrica y el sindicalismo más comunitario dirigido por los movimientos de mujeres y de residentes locales no es algo que se haya dado de forma evidente ni automática.

Hacia una teoría ecológica del capitalismo

Al tiempo que defiende las aportaciones teóricas y prácticas del enfoque marxista a la crisis ecológica, Guillibert afirma que esta catástrofe es también una oportunidad para que la tradición filosófica de la que él proviene se actualice desarrollando “una teoría ecológica del capitalismo”. En particular, insta a sus colegas marxistas a no reducir el ecocidio a la crisis climática, porque tal reducción les lleva a propugnar soluciones que él considera que confían demasiado en el progreso tecnológico y que están demasiado centradas en los países del Norte global.

En este sentido, Guillibert critica el plan de batalla propuesto por Matt Huber en 2022 en su ensayo Climate Change as Class War: Building Socialism on a Warming Planet. A pesar del título de su libro, que hace referencia a una escala planetaria, Matt Huber plantea que la transición energética puede comenzar con la socialización del sector de producción de electricidad en Estados Unidos, en la medida en que se trata de un área especialmente estratégica y sindicalizada en el corazón de uno de los principales países emisores de gases de efecto invernadero. Sin negar la importancia del trabajo de Huber, Guillibert considera que uno de los límites de este “socialismo en un solo sector” y en un solo país es que no se enfrenta a la catástrofe ecológica a la escala a la que se está desarrollando: la del sistema-mundo capitalista.

Siguiendo el ejemplo del peruano José Carlos Mariátegui y del trinitense Eric Williams, los pensadores marxistas del Sur han demostrado desde hace más de un siglo que los hombres blancos asalariados y sindicalizados están lejos de ser los más explotados en el contexto de un capitalismo cada vez más globalizado. Desde la época de las primeras plantaciones, la división capitalista del trabajo también ha producido y reproducido relaciones de dominación racial, que los pensadores marxistas tienen el deber de considerar y combatir.

Para ello, es particularmente importante estudiar en detalle las diferentes formas que adopta el imperialismo en nuestro mundo poscolonial, que está sumido en formas particularmente agudas de crisis ecológica. Como demuestran los trabajos de los ecosocialistas estadounidenses John Bellamy Foster y Brett Clark, el imperialismo ecológico no es nada nuevo en el siglo XX [3]: es una de las realidades constitutivas del modo de producción capitalista. Sin embargo, con la descolonización del mundo a partir de 1945 y la multiplicación de las migraciones intercontinentales de mano de obra, ya no es posible proponer una geografía de la dominación mundial similar a la presentada por Rosa Luxemburg en La acumulación del capital. En el siglo XXI, la explotación asalariada existe mucho más allá de las fronteras de los países del centro, y los trabajadores que migran hacia allí pueden verse sometidos a formas de explotación desenfrenada que prolongan las prácticas que prevalecían en los Estados periféricos en la época de la colonización. Por lo tanto, incluso dentro de los Estados imperialistas, no toda la mano de obra está sujeta a la forma “regulada” de explotación que distinguía a los trabajadores asalariados en contraposición a los pueblos colonizados en la primera mitad del siglo XX.

Es en este sentido en el que Guillibert considera que quienes forman parte del ecologismo radical y de los movimientos de izquierda radical con base dentro de las fronteras de la Francia continental deberían apoyar más las luchas en curso en los territorios dominados por el imperialismo, ya sean países semicoloniales o de persistencia colonial, como los llamados territorios de ultramar de Francia, y, por ejemplo, no permanecer en silencio ante la operación Wuambushu en Mayotte. Con ello se hace eco de la exhortación [4] dirigida a los simpatizantes de Soulèvements de la Terre [5] por el filósofo Malcolm Ferdinand en la antología On ne dissout pas un soulèvement publicada la primavera pasada. Aunque la violencia en Sainte-Soline [6], Martinica y Mayotte no es idéntica, Ferdinand afirma no obstante que “sigue siendo algo común, dando testimonio de la misma política de destrucción de la tierra y de deshumanización de una parte de sus habitantes: una política capitalista y neoliberal impuesta por la fuerza” [7].

Guillibert comparte la observación de Ferdinand sobre la multiplicidad de relaciones de dominación que estructuran el mundo actual, y cree que no surgirá una clase ecológica en el sentido del término que le da Marx. Para luchar contra la crisis ecológica y desarrollar una “ecología de clase” en los viejos países industrializados como Francia, Guillibert sostiene que hay que apoyarse en la multiplicación de las alianzas entre grupos sociales explotados de diversas formas por el capitalismo contemporáneo. Para el filósofo, las alianzas que se forjen también deben contribuir a la emergencia de una forma de subjetividad política que vincule a los humanos y a los “no humanos”, de ahí el lugar importante que concede en su libro y en su pensamiento al trabajo animal y a la resistencia que probablemente muestren frente al modo de producción capitalista.

Contrariamente a las propuestas teóricas de Bruno Latour [8] y Andreas Malm, la amplia definición que hace Guillibert del sujeto político de la transición ecológica tiene la ventaja de demostrar que no puede tener lugar una transición “justa y eficaz” sin los trabajadores. No obstante, es una lástima que en la parte final y programática de su libro no aborde de forma más concreta las transformaciones sociales y económicas que hay que llevar a cabo en el interior de los centros de producción capitalistas para frenar la crisis ecológica.

Ecología de clases y comunismo de lo vivo

Para Guillibert, el principal reto de la “ecología de clase”, que también denomina “ecología obrera”, es luchar contra la mercantilización de todos los aspectos de la vida. En su opinión, así es como los trabajadores explotados se liberarán de su doble dependencia del trabajo asalariado y del mercado de bienes de consumo, por lo que los anima a participar de experimentos ecológicos que intenten desarrollar nuevas formas de subsistencia al margen del sistema capitalista, a escala de determinados territorios.

En el marco de los debates marxistas contemporáneos, Guillibert se sitúa así resueltamente del lado de Kohei Saito frente a la propuesta “ecomodernista” de Huber esbozada más arriba. Llegado al final de su razonamiento, considera que solo una versión mejorada del “comunismo del decrecimiento” teorizado por el filósofo japonés es capaz de alcanzar el principal objetivo de la ecología obrera: “arrancar la reproducción social a la producción capitalista”. Al igual que Saito, Guillibert vuelve a poner en el orden del día las consignas históricas del movimiento obrero marxista, como la abolición del trabajo asalariado, el fin de la división capitalista del trabajo que opone el trabajo manual al intelectual y la reducción de la jornada laboral. Saito y Guillibert añaden las del decrecimiento y el aumento de las tareas vinculadas a la reproducción ecosocial, encarnadas en particular por los trabajadores de las tareas de cuidado y del tratamiento de residuos que Guillibert destaca constantemente en su libro.

Para hacer deseable el programa de Saito, Guillibert considera que su tarea como filósofo consiste en contribuir a la emergencia del imaginario de un “comunismo de lo vivo”, atento a las causas sociales de la destrucción ecológica en curso y que tenga en cuenta las relaciones y simbiosis entre el mayor número posible de seres vivos explotados. Deja a otros la tarea de determinar la forma y la naturaleza exactas del poder que sería capaz de planificar el ambicioso programa político expuesto al final de Exploiter les vivants. Sin embargo, en la medida en que este programa prevé la reorientación de la producción hacia el trabajo de reproducción ecosocial, el racionamiento de los más ricos, la abolición de la propiedad privada y la lucha contra todas las formas de apartheid climático, es en realidad indisociable del desarrollo de una estrategia revolucionaria cuyo sujeto principal sigue siendo la clase obrera.

Notas:

[1] Paul Guillibert, Exploiter les vivants, París, Amsterdam, 2023, p. 171

[2] Jean-Baptiste Fressoz y Fabien Locher, Les Révoltes du ciel. Une histoire du changement climatique XVe-XXe siècle, París, Seuil, 2020.

[3] Brett Clark, et John Bellamy Foster. 2009. ‘Ecological Imperialism and the Global Metabolic Rift : Unequal Exchange and the Guano/Nitrates Trade’. International Journal of Comparative Sociology, 50(3-4), 311-334.

[4] Malcom Ferdinand, « Outre-mer, Pour des soulèvements décoloniaux de la Terre » en On ne dissout pas un soulèvement, París, Seuil, p. 109-112

[5] Colectivo ecologista francés radical y contestatario. Fundado en enero de 2021, se opone al acaparamiento de tierras y lucha contra determinados proyectos de desarrollo de infraestructura. (Nota del traductor)

[6] Comuna rural francesa del oeste del país donde en 2022 hubo represión contra el movimiento que se oponía a la construcción de una “mega-cuenca”. (N. del T.)

[7] Malcom Ferdinand, op. cit., p. 111

[8] Ver por ejemplo: Bruno Latour y Nikolaj Schulz, Mémo sur la nouvelle classe écologique. Comment faire émerger une classe écologique consciente et fière d’elle-même, París, La Découverte, 2022

Traducción: Guillermo Iturbide

Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Por-una-ecologia-de-la-clase-obrera

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/por-una-ecologia-de-la-clase-obrera/

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México: La función social de la Secundaria Popular, más necesaria que nunca

La función social de la Secundaria Popular, más necesaria que nunca

Lenin Contreras

El día 3 de enero de 2023, los representantes legales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) intentaron realizar el desalojo del edificio que aloja a la Secundaria Popular “Carrillo Puerto”, la cual alberga a más de 170 estudiantes, 40 profesores, así como de madres y padres de familia.

Pese a la decidida posición de las autoridades universitarias de usar la fuerza pública, la convicción política de la comunidad de la Secundaria de no entregar el edificio, así como la amplia solidaridad popular que ha recibido en los últimos meses, impidieron que el despojo se concretara.

La Secundaria, es un proyecto autogestivo de educación que tiene el objetivo de poner al alcance el derecho a la educación a los sectores más humildes y segregados de la ciudad de morelia. Fundada en un contexto de efervescencia del movimiento estudiantil revolucionario en 1976, la Secundaria se fundó como una propuesta alternativa ante los vicios del sistema público de educación, como el elitismo, clasismo y los mecanismos de exclusión.

Después de 47 años de existencia, la función social de la Secundaria Popular es más necesaria que nunca. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), para el ciclo escolar 2020-2021en Michoacán, México, existía una tasa de abandono escolar para nivel de secundaria del 8.1 por ciento, lo cual cuadruplica la tasa nacional que se estima en 2.1 por ciento. Es alarmante que las mayores tasas de abandono escolar en el nivel secundaria para Michoacán respecto de la estadística nacional han sido una constante desde el año 2000.i

Es bien conocido que el abandono escolar impacta de forma negativa en la cobertura de educación básica. Es por ello que, según datos de la Secretaría de Educación en el Estado de Michoacán (SEE), para el ciclo escolar 2022-2023, 14 de cada 100 niños y adolescentes en la entidad no asistían a la escuela,ii este porcentaje es mayor que la media nacional, el cual se estima en 3.7iii.

Lo anterior significa que, en Michoacán, del millón 378 mil 993 niñas, niños y adolescentes que deberían estar cursando su educación básica, 193 mil no lo hacen.iv En el caso específico de los que tienen entre 13 y 15 años, se estima que 3 mil 767 no acuden a ninguno de los tres grados de secundaria correspondientes a su edad.v

El problema del abandono escolar e inasistencia a la escuela pública se concentra en infantes y adolescentes de sectores populares y de bajos ingresos, en otras palabras, la pobreza infantil es uno de los principales factores de que los niños y adolescentes interrumpan sus estudios de educación básica y, por tanto, se vean impedidos de acceder a proceso de movilidad social. Esta circunstancia contraviene tanto lo establecido en el artículo 3ro Constitucional, como en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes en su artículo 57.

El abandono escolar ha desembocado en una alarmante situación de rezago educativo en todo México. Según el CONEVAL en el 2020, 12.3 por ciento de la población nacional de entre 3 y 17 años presentaba rezago educativo; esto significaba que 4 millones de niñas, niños y adolescentes en el país no asistían a la escuela y no contaban con la educación obligatoria.vi

En este contexto se inscribe la importancia social e histórica de la Secundaria Popular “Carrillo Puerto” que desde 1976 atiende a los niños y adolescentes de orígenes populares. Tan solo en el periodo comprendido entre los ciclos escolares 2000-2001 y 2020-2021, en promedio se ha contabilizado una inscripción de 223 estudiantes por ciclo escolar. Lo que significa que, en 20 años, miles de niños y adolescentes han derrotado el fantasma del rezago educativo gracias a La Popular. Cabe señalar que el promedio de la eficiencia terminal en este periodo ha sido del 90 por ciento.

Fuente: archivo de la Secundaria Popular “Carrillo Puerto”

Pero la labor social de la Secundaria Popular no termina en contribuir en hacer efectivo el derecho a la educación, también juega un destacado papel como escuela para maestros. En la secundaria popular, cientos de jóvenes y pasantes de nivel licenciatura han aprendido su oficio de maestros o han descubierto su vocación como educadores, ya que al realizar su servicio social en esta institución descubren o desarrollan su futura profesión.

Entre los años de 2004 al 2021, 210 pasantes de licenciatura han realizado su servicio social en esta institución. Además, se registra que del total de prestadores de servicio social el 97.6 por ciento se encontraban inscritos en diferentes escuelas o facultades de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, lo que demuestra el carácter nicolaíta de Secundaria.

Resulta penoso que derivado del intento de despojar de su histórico edificio a la Carrillo Puerto, en el año de 2021, el departamento de Servicios Social de la UMSNH negara la posibilidad de los pasantes de las diferentes facultades a realizar su servicio social en la secundaria.

Es inegable que la labor social de la Secundaria Popular contribuye al desarrollo democrático y social, tambien es inegable el carácter reaccionario de las autoridades universitarias que pretenden acabar con una escuela que se dirige a los hijos e hijas de los trabajadores que habitan las colonias populares de Morelia, Michoacán. El choque entre ampas posiciones ha derivado en que la Secundaria Popular emprenda una batalla por mantener su función social, a saber: garantizar el derecho a la educación para los más humildes.

En la defensa del edificio que alberga la Secundaria Popular, su comunidad usará todos los medios a su alcance, tal como lo han demostrado las marchas del 15 de diciembre de 2023, la marcha del 3 de enero o la defensa del edificio del 4 de enero del 2024; por que en esta batalla, los profesores, estudiantes y padres de familia de la Secundaria han entendido y asimilado con justeza la sentencia lanzada por el procer de la revolucion mexicana y precursor de la lucha socialista, Felipe Carrillo Puerto, sentencia que reza: “Tengan el valor de siempre hacer respetar sus derechos, arrazando todo cuanto se oponga a su paso para alcanzar el poder, por la razon o por la fuerza”.

Notas:

i Consultado en https://www.inegi.org.mx/app/tabulados/interactivos/?pxq=9171df60-8e9e-4417-932e-9b80593216ee

ii Consultado en https://see.michoacan.gob.mx/19838-2/

iii Consultado en https://blog.derechosinfancia.org.mx/2022/10/05/abandono-escolar-de-ninas-ninos-y-adolescentes-en-mexico/

iv Consultado en https://www.contramuro.com/en-michoacan-mas-de-295-mil-ninos-y-jovenes-no-asisten-a-la-escuela/

v Consultado en https://www.contramuro.com/en-michoacan-mas-de-295-mil-ninos-y-jovenes-no-asisten-a-la-escuela/

vi Consultado en https://blog.derechosinfancia.org.mx/2022/10/05/abandono-escolar-de-ninas-ninos-y-adolescentes-en-mexico/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/la-funcion-social-de-la-secundaria-popular-mas-necesaria-que-nunca/

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Gaza-Palestina tiene hermanos

Gaza-Palestina tiene hermanos

Ramón Pedregal Casanova

Cada vez que luché por ti, te amé más. / ¿Qué otro suelo hay, de almizcle y ámbar? / ¿Y qué otro horizonte, perfumado? / Cada vez que tu tierra defendí, / la rama de la existencia reverdecía, / y por encima de las cumbres, Palestina, / mis alas se extendían. / … / ¡Palestina! / ¡No hay nada más querido, más dulce ni más puro! / ¡Cada vez que por ti luché, te amé más!

Versos del poema titulado Te amé más, del poeta Palestino Abu Salma.

“Afirmamos la continuación de las operaciones militares contra la entidad sionista hasta que cese su agresión contra nuestros hermanos en la franja de Gaza.

Hacemos un llamado a todos los pueblos libres de la nación árabe e islámica y a los pueblos libres del mundo a adoptar posiciones honorables respecto dela cuestión palestina.”

Nota de las Fuerzas Armadas de Yemen.

Y en medios sionazis leemos: “El primer lote de envíos comerciales cargados con productos alimenticios frescos llega desde Dubái a “Israel”. Los envíos de alimentos frescos fueron transportados a través del nuevo puente terrestre alternativo al Mar Rojo. Los envíos de alimentos frescos se transportaron a través de los puertos de Dubái, Arabia Saudita y Jordania hasta “Israel.” Otra nota de los medios sionazis: “La empresa turca de agua “Sima” suministra agua al “ejército israelí” durante sus combates en Gaza.”

En todo el mundo se suceden las manifestaciones de la clase trabajadora y la población en general como apoyo al Pueblo de Gaza-Palestina, en ellas se denuncia el genocidio sionazi, el holocausto palestino, se reclama el cierre de embajadas y la expulsión de todos los representantes sionazis, que la CPI de la orden internacional de detención de sus dirigentes y se les juzgue por crímenes de guerra y lesa humanidad, y que lleguen alimentos, agua, medicinas, equipos de atención médica, … bloquear a la entidad colonial imperialista, paz y Palestina libre.

Mientras tanto: El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, decidió que el portaaviones Ford estaría presente en el Mediterráneo durante varias semanas más.

Mientras, Netanyahu y su banda han nombrado un Consejo de Guerra para dirigir al ejército sionazi en su masacre de la población de Gaza-Palestina, y se cuentan ya más de 21.000 palestinos asesinados y más de 50.000 heridos. En su genocidio, los sionazis acaban con la vida de algunos colonos retenidos por la Resistencia, aplicándoles su “doctrina Anibal”, que el periódico Haaretz el 3 de agosto de 2014 decía que es una orden de fusilamiento del soldado que pueda ser capturado para que no caiga prisionero”. Y en Cisjordania, en los dos últimos meses, el ejército ocupante a detenido a 4.400 palestinos y ha destruido barrios. No hay límite para la entidad colonial imperialista a la hora de asesinar. Netanyahu – Biden en una mano sostienen el “talmud”, en el que leen que son los elegidos, seres superiores a los que su dios les ordena asesinar hasta a los niños de pecho, porque con el exterminio tendrán bajo su propiedad tierras y riquezas naturales de Gaza – Palestina y del mundo conquistado, y los que queden vivos serán sus esclavos. Así lo expresan los talmudistas.

Pero el mundo no se divide entre asesinados y asesinos, esa es la simplificación de lo más complejo, el nuevo año anuncia el orden internacional que manifiesta una esperanza política a medio y largo plazo, sin que deje la esperanza de un presente de paz y libertad para el Estado de Palestina. En Gaza, en Cisjordania, en Jerusalén las élites estadounidense, europea, inglesa y sionista se han sumergido en la matanza de seres humanos con el único fin de recuperarse como imperios. Su crueldad llega a enterrar vivos a los palestinos que captura, a bombardear los hospitales y los centros de refugio, a poner en la calle a los heridos del Hospital Kamal Adwan y abandonarlos mientras se llevan al personal médico. Han creado dos campos de concentración uno en Sufa y otro en Karem Abu Salem.

Libano se ve atacado y responde con baja intensidad. Los sionazis quieren una guerra regional, y una mundial, por eso hablan desde la Casa Blanca de que puede durar meses, y acuerdan un mayor envío de armas y demás equipos para un enfrentamiento duradero, pero además, quieren crear una coalición internacional de todo tipo contra Yemen por defender al pueblo palestino. Y el pueblo palestino tiene como amigos a las fuerzas de Yemen, las fuerzas populares antiimperialistas que se manifiestan a diario en todas las ciudades del mundo, y unos pocos gobiernos que con la mayor dignidad se han puesto junto a los pueblos que caminan por la libertad dando su apoyo político al pueblo palestino. Los gobiernos antiimperialistas lo han manifestado en encuentros de representantes, en llamados a los organismos internacionales y en condenas al régimen colonial, y han liquidado, algunos hace mucho, todo trato con la empresa criminal que hace ver lo peor que se recuerda en la Historia de la Humanidad: en pleno siglo XXI el genocidio nazi – colonial, la limpieza étnica, el exterminio de los pueblos originarios y la invasión para el robo, como siempre, con el armamento prohibido de fósforo y demás destrucción masiva, tapándose con el seudo mandato “divino”. Habrá juicio para los sionazis, un Nurenberg 2.

La última declaración de las Fuerzas Armadas de Yemen dice lo siguiente: “Continúa la comunicación con las partes internacionales patrocinadas por Omán con respecto a las operaciones en el Mar Rojo. En más de una reunión recalcamos que la posición de Yemen con Gaza no está sujetara a negociación y que no podemos quedarnos de brazos cruzados.”

Al crimen sionazi y las élites del régimen estadounidense, inglés y los europeos le llaman “derecho a defenderse” al asesinato continuado del pueblo palestino desde hace 76 años. La Resistencia al colonialismo imperial cuenta con el reconocimiento de los gobiernos antiimperialistas y el pueblo trabajador en las calles del mundo, Gaza-Palestina tiene hermanos que acompañan la declaración de la Resistencia: habrá paz cuando cese la agresión a Palestina.

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; y, Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Presidente de AMANE. Miembro de la Asociación Europea de Apoyo a los Detenidos Palestinos. Internacionalista e integrante de la REDH y de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/gaza-palestina-tiene-hermanos/

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Solo tres de cada diez investigadores en las universidades vascas son mujeres, cifra que no ha variado en una década

Solo tres de cada diez investigadores en las universidades vascas son mujeres, cifra que no ha variado en una década

Fuentes: El diario [Imagen: El Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha contra la desigualdad EFE]

En la universidad pública, el porcentaje de mujeres en los primeros estadios de la carrera es mayor que el de hombres, sin embargo, la cifra se reduce a medida que las categorías avanzan, haciendo que casi el 75% de las cátedras estén ocupadas por hombres

A pesar de que durante la última década la cifra de mujeres que han defendido sus tesis doctorales en las universidades vascas, es decir, en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), pública, y en dos de las privadas, la Universidad de Deusto y la Universidad de Mondragón, ha aumentado ligeramente en comparación con el número de hombres que se han doctorado, la brecha de género entre la población investigadora de Euskadi no se ha reducido. En concreto, el porcentaje de mujeres que se dedicaban a la investigación en 2021 era de un 35% de un total de 22.000 personas, porcentaje que apenas ha aumentado un 1% durante los últimos diez años.

Estas son algunos de los datos que aporta el ‘Informe sobre Ciencia en Euskadi 2023‘ realizado por la Fundación Vasca para la Ciencia (Ikerbasque) y presentado este miércoles por el consejero de Educación, Jokin Bildarratz. Según el informe, por universidades, la Universidad de Deusto es la única que alcanza la paridad entre su personal investigador. Por su parte, el documento recalca, sin aportar datos concretos de cada una, que la UPV/EHU y la Universidad de Mondragón mantienen durante los últimos cursos académicos una “tendencia al alza”. “Estos datos, sin embargo, ocultan desigualdades importantes en lo que respecta al desarrollo de la carrera investigadora y al acceso a puestos de máxima responsabilidad, lo que se conoce como el efecto tijera, según el cual hay menos mujeres cuanto más se asciende en la escala de reconocimiento académico y profesional. Para analizar este efecto, es necesario estudiar el porcentaje de hombres y mujeres por categoría profesional, de tal forma que se pueda apreciar distribución entre mujeres y hombres de las posiciones de mayor responsabilidad”, destaca el documento.

En el caso de la universidad pública, el porcentaje de mujeres en los primeros estadios de la carrera es mayor que el de hombres, sin embargo, es una cifra que se va reduciendo paulatinamente a medida que las categorías avanzan, haciendo que casi el casi el 75% de las cátedras estén ocupadas por hombres en el curso 2021/2022. Aun así, se perciben ligeros avances, como en el caso de las categorías senior en la que el número de investigadoras asociadas a la Universidad del País Vasco ha pasado de un 31% a un 46%, es decir, ha crecido un 15%. El porcentaje de Titulares o equivalentes y de Catedráticas o equivalentes por su parte, apenas han crecido un 2% y un 4% respectivamente en los últimos 10 años. “Esto puede deberse a que en los últimos años apenas se han formalizado nuevas plazas para profesores titulares, y por tanto no ha sido posible la incorporación de mujeres a estas posiciones. El aumento del porcentaje de adjuntas sin embargo augura un incremento en el de titulares una vez que se permita la entrada de nuevo personal en esta categoría”, sostiene el informe.

Dejé la investigación tras terminar la tesis doctoral y ahora he vuelto al mundo académico, pero no hago investigación, me parece un ámbito muy duro

En las universidades privadas vascas, el informe apunta que “la distribución es más igualitaria, aunque la estructura de la carrera profesional es diferente a la de la universidad pública y por tanto no puede establecerse una comparación automática”. “La brecha de género va aumentando a medida que avanza la carrera investigadora. Si bien el número de estudiantes de doctorado es similar, son menos las mujeres que continúan en la Ciencia después de obtener el doctorado, y la mayor pérdida se da a la hora de consolidar posiciones estables y liderar sus propios laboratorios y grupos de investigación en dichos centros”, concluye el documento.

María Sánchez (quien prefiere no dar su verdadero nombre para este artículo) es una de esas mujeres que tras doctorarse, no se quiso dedicar a la investigación. En su caso se doctoró en Biología por la Universidad del País Vasco en 2019, pero abandonó el mundo académico. Casi cuatro años más tarde, ha regresado a la Universidad, pero como profesora. “Tenía la sensación de que era un mundo muy difícil y de que no tenía muchas puertas abiertas. Dejé la investigación tras terminar la tesis doctoral y ahora he vuelto al mundo académico, pero no hago investigación. Es difícil retomar porque siento que estoy desactualizada y que no puedo reengancharme por mí misma, necesitaría mucho apoyo. A día de hoy no me he planteado regresar a la investigación, pero me parece un ámbito muy duro”, explica a este periódico.

Sánchez opina que la falta de ayudas financieras y apoyo, dificulta aún más el regreso de las personas que deciden abandonar la investigación. “Para poder investigar necesitas tener un currículum y varias publicaciones. Si haces un parón en tu carrera académica, sea por cuestiones personales o por otras oportunidades profesionales, es complicado que con la competitividad que hay puedas retomarla después. Debería haber más ayudas en este sentido”, detalla.

Te planteas constantemente si estás haciendo suficiente, si eres suficiente o si vales para esto

En esa cuestión también coincide Marina Pérez, quien tampoco quiere dar su verdadero nombre. En su caso la semana pasada se doctoró en Biotecnología y tiene unos meses para pensar si quiere seguir investigando en su campo o prefiere seguir otro camino. “La investigación en la universidad es muy competitiva y tienes que luchar todos los días por publicar más, hacer cursos, ir a congresos, dar clases, actualizarte y seguir teniendo vida fuera del trabajo. Te planteas constantemente si estás haciendo suficiente, si eres suficiente o si vales para esto. En mi caso, acabo de terminar el doctorado y no tengo opción para investigar en ninguna universidad, porque para pedir becas competitivas aún tengo que mejorar mi currículum. En estas becas puntúa mucho el haber realizado estancias en universidades de excelencia en el extranjero. Entonces, ahora a mis 30 años, sin ahorros, dejo mi vida y me voy a Alemania, por ejemplo, a hacer currículum. Pero, claro, en un año no publicas, es imposible. Necesitas mínimo tres o cuatro años para generar resultados, cocerlos, escribirlos y publicarlos. Y luego pide una beca y espera que te la den. Me plantaría con 34 o 35 años sin todavía conseguir ser realmente una investigadora”, señala la doctora, que reconoce que, en su opinión, la falta de conciliación familiar es una de las razones por las que las mujeres deciden abandonar la investigación.

Según ha informado Bildarratz, Euskadi es la comunidad autónoma líder en retorno per cápita de fondos europeos, con una captación de 240 millones de euros entre 2021-22. Además, ha detallado que los últimos datos publicados por el INE apuntan que Euskadi es la comunidad autónoma que más invierte en actividades de I+D con una inversión del 2,3% del PIB, cifra que ha aumentado un 9,1% respecto al año anterior, hasta alcanzar el máximo histórico de una inversión de casi 1.800 millones de euros en 2022. “La tendencia de nuestra Ciencia está siendo muy positiva y el informe presentado hoy confirma esa tendencia en constante crecimiento. Tanto las instituciones públicas como el sector privado están realizando una apuesta firme que se tiene que mantener en el tiempo para que los resultados se consoliden, y parece que como sociedad lo estamos consiguiendo”, ha indicado Bildarratz.

En este sentido, el consejero ha señalado que en 2022 Euskadi alcanzó las 7.818 publicaciones científicas anuales, una producción similar al “extraordinario” año anterior, y más de un 14% respecto a la producción prepandemia. Para este curso, según ha adelantado el director científico de Ikerbasque, Fernando Cossío, se esperan “más publicaciones y la conclusión de los trabajos iniciados”. “Sin tener el año terminado, rondamos las 8.000 publicaciones, por lo que es de esperar que esta tendencia al alza se consolide”, ha concluido, sin indicar cuántas de esas publicaciones están firmadas por investigadoras.

Fuente: https://www.eldiario.es/euskadi/tres-diez-investigadores-universidades-vascas-son-mujeres-cifra-no-variado-decada_1_10687823.html

Fuente de la Información: https://rebelion.org/solo-tres-de-cada-diez-investigadores-en-las-universidades-vascas-son-mujeres-cifra-que-no-ha-variado-en-una-decada/

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Palestina: La guerra contra los pobres

La guerra contra los pobres

Por Carlos Martínez García

La guerra mundial de clases es una realidad. En todo el mundo se lucha por acabar no con la pobreza, no contra el hambre, no por la salud y la dignidad, sino por defender los intereses de las oligarquías colonialistas y violentas dispuestas a defender sus capitales a misilazos y sus riquezas con otra guerra mundial.

Lo que ocurre ahora en Gaza y Cisjordania, la Palestina ocupada es consecuencia del colonialismo vigente y que la anglosfera defiende al objeto de favorecer su poder y por tanto sus riquezas, las de sus élites y oligarquías y en esta estrategia el papel del estado de Israel es decisivo, pues es una gran base militar y gendarmería, clavada en plena ruta comercial y marítima, un portaviones permanente armado y potencia nuclear en el corazón del mundo, en el Mediterráneo, cerca del Bósforo, el Canal de Suez y a las espaldas de Rusia y China.

Se lucha por defender los intereses de las oligarquías colonialistas y violentas dispuestas a defender sus capitales a misilazos y sus riquezas con otra guerra mundial

La anglosfera dominante, es decir, los EEUU y el Reino Unido más sus colonias de Canadá y Australia unidas al sionismo y con intereses comunes si no superpuestos, conforman un eje de dominio real que tiene en la Unión Europea no solo un fiel aliado. La UE, es una zona que controlan y que carente de soberanía real presta sus servicios a la anglosfera renunciando a la defensa de sus intereses y los de sus pueblos. Esto lo puedo afirmar más alto, pero no más claro.

Pero para mantener ese poder colonial en primer lugar hay que contar con otras potencias colonialistas de la Unión, como Francia, Italia y España, la parte más influyente de la Unión Europea sin olvidar a Bélgica u Holanda con intereses en América, África y Asía.

Israel es igualmente una potencia colonialista y ocupa Palestina con mano de hierro, a sangre y fuego. Las colonias israelíes no solo son un apartheid sino también un foco de riqueza aunque esto siempre se oculte, con mano de obra barata y una agricultura que controla para su comercio exterior el invasor.

La Anglosfera no solo controla y esa sería la segunda premisa a la UE, sino también otros estados mediante la corrupción de sus dirigentes, monarquías inestables pero fieles a EEUU o naciones empobrecidas que necesitan recursos y préstamos del FMI y del Banco Mundial.

Israel es igualmente una potencia colonialista y ocupa Palestina con mano de hierro, a sangre y fuego

A pesar de todo ello cada vez hay más movimientos de libertad, han surgido potencias muy fuertes en el Sur y Eurasia y se planta cara al imperio anglosajón comenzando por nuevos entes económicos y el objetivo a medio plazo de des dolarizar sus economías.

Hay potencias que juegan a dos barajas luego el coste de dominio es mayor y mucho más costoso, de hecho el estado más endeudado del mundo son los EEUU y la economía británica está en una posición muy delicada, pero basando los EEUU sus negocios en el dólar y poder militar dominan lo cual les lleva a estar siempre en la guerra contra los pobres, impidiendo soberanías y colonizando por la fuerza.

El problema surge cuando el poder militar está al menos equilibrado y la capacidad de destrucción del mundo es la misma en ambos bandos como de hecho ocurre.

Carentes de estructuras internacionales políticamente coherentes los estados pobres, pero sobre todo las personas pobres y las clases obreras, sufrimos y estamos lejos de alcanzar nuestros objetivos que no son sino la paz, la dignidad, el techo, la salud, la educación y una vida con felicidad y libertad, sin desigualdades.

Creo que hay que apoyar las iniciativas que surgen en SUR global como parte de la crisis del dominio colonial de la anglosfera

Pero el mundo cambia. La invasión de Ucrania por Rusia con todas sus negatividades ha de ser tenida en cuenta necesariamente. Tras las sanciones a Rusia se fortalece su alianza con China y una con una posición independiente y de gran potencia resurge la India. Los BRICS que son parte de esta nueva iniciativa nos llevan a no olvidar, pues son más importantes de lo que parece, los golpes de estado anticolonialistas en África contra sus élites corruptas.

Ante esto tres consideraciones:

En primer lugar creo que hay que apoyar las iniciativas que surgen en SUR global como parte de la crisis del dominio colonial de la anglosfera. Iniciativas que van desde alianzas y pactos de estados a golpes militares anticolonialistas en África.

En segundo lugar a los movimientos de liberación, partidos y sindicatos del SUR global que con problemas e incluso incoherencias, inician el duro camino de la soberanía con el apoyo de su pueblo pobre y sus clases obreras, todo nuestro apoyo y humilde colaboración. Porque ellos son más valientes y capaces que nosotras y nosotros, las clases trabajadoras occidentales. Hemos además de pedirles auxilio o ayuda.

En tercer lugar apoyar la creación de un movimiento internacionalista e internacional, pero en el que ellas y ellos, los del SUR deben jugar el papel de dirección que se lo han ganado a pulso. Internacionalismo de clase y solidario. Ante esto y hay que saberlo y decirlo, las internacionales eurocéntricas y anglosajonas, impulsadas por la clase media ilustrada y progresista europea y/o del Norte global, están condenadas al fracaso y a la intrascendencia.

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/global/guerra-pobres-neoliberalismo-desigualdad-capitalismo/20231113135909219397.html

Fuente de la Información: https://rebelion.org/la-guerra-contra-los-pobres-2/

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Mundo: Las cosas del comer exigen un gran acuerdo social

Las cosas del comer exigen un gran acuerdo social

Por Blas VJ Simón Navajas

La agricultura y la ganadería generan servicios positivos e impactos negativos en las zonas donde se desarrollan. La economía, el empleo directo e indirecto, bienes socioculturales como ferias, gastronomía y medioambientales como el mantenimiento de la biodiversidad, secuestro de CO2 (producciones en pastoreo) y la gran disponibilidad de alimentos, estarían entre los positivos.

La patrimonialización del agua, la contaminación de aire, suelos y agua por nitratos, amoniaco, fito y zoosanitarios, efluentes de granjas (purines, estiércol y digestatos) emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), pérdida de fertilidad del suelo, contaminación de alimentos y producción de un gran número de residuos, todos ellos contribuyendo a la emergencia climática, estarían entre los negativos.

En los últimos 60 años, hemos pasado de una producción agraria natural, con un componente importante de autoconsumo, reutilización de los medios de producción, una gran población laboral poco ocupada y unos paisajes agrarios muy distintos a los actuales, a otra groindustrial orientada al mercado, muy dependiente de las compras externas de insumos, con unas prácticas mirando exclusivamente la productividad y dentro del sistema agroalimentario (SA) que engloba a la producción primaria, las industrias alimentarias y la distribución.

La agricultura y la ganadería generan servicios positivos e impactos negativos en las zonas donde se desarrollan

La mayor disponibilidad de alimentos conseguida con el sistema agroindustrial, no ha conseguido frenar la desnutrición en el mundo y al contrario ha producido en el primer mundo un incremento de problemas de salud por exceso y malnutrición.

El número de explotaciones agrarias se ha reducido, siendo ahora más especializadas e intensivas, buscando las economías de escala (tamaño, integración vertical) como reacción a la reducción de los márgenes unitarios. Las actividades también se han concentrado regionalmente para aprovechar sinergias, economías de situación o aglomeración.

Esta evolución, que en una situación de estabilidad tiene sus indudables ventajas económicas, convierte también a las explotaciones y las regiones en menos adaptables y menos flexibles ante los cambios que sin duda se avecinan. Los impactos negativos son así mismo más importantes, pues se concentran en explotaciones y zonas determinadas.

El sistema agroalimentario es global, muy pocas empresas transnacionales (ETN) dominan en el mundo tanto la producción de los medios de producción, como la comercialización y distribución de materias primas y alimentos. El comercio a lo ancho del mundo no tiene trabas ni aranceles, cambiando el paradigma de soberanía alimentaria, de la capacidad de producir a la capacidad de acceso en el mercado. Recientemente nos hemos apercibido que ésta es también una situación de riesgo. Las crisis de materias primas de los años 2007 y 2008, la Pandemia, las guerras y la inflación actual, debidos a problemas de abastecimiento ligados a la organización y/o especulación-financiarización y menos a las carencias de productos.

El dominio cultural que ejercen las empresas transnacionales a través de los medios de comunicación, ha propiciado una transición nutricional tendente a la homogeneización de las dietas a lo largo del mundo. Hoy hablamos de una dieta estándar mundial, que con algunas variantes regionales, impulsa el consumo de carnes, productos lácteos y cereales, junto con platos preparados y alimentos ultra procesados, alejados del producto original.

La mayor disponibilidad de alimentos conseguida con el Sistema Agroindustrial, no ha conseguido frenar la desnutrición en el mundo

En el reciente estudio realizado por Noelia Parajuá publicado en 2022 sobre el periodo 1980 – 2016, nos muestra que la participación de los productores en el valor añadido del sistema agroalimentario, pasó del 50,4% al 26,4%, la industria alimentaria se mantiene en promedio entorno al 21,5%, mientras que la Distribución fue del 27,6 % al 52,5%. Esa situación marca una tendencia, la distribución que fija condiciones y precios, distribuye los márgenes en los estratos inferiores y controla el sistema. De ésta forma actúa sobre su estructura, concentración de la producción y los impactos. Esa estructura no satisface ni al consumidor ni a la producción e industria, que continuamente se quejan de los precios y su pérdida de poder en el sistema.

La conexión directa entre el agricultor y ganadero con el consumidor, está rota. Todos los medios usados en el sistema agroalimentario, químicos, abonos, motorización y transporte, son altamente dependiente de una energía fósil barata, principal responsable de los GEI y con un alto riesgo de escasez y precios altos en el futuro, pero nos resistimos a producir de otra manera.

La presión de los lobbies de los sectores implicados en el Sistema Agroalimentario, argumentando continuamente contra cualquier medida que intente controlar los impactos negativos, retrasa e impide los cambios legales y los hace desaparecer del debate público. Para justificar se muestran sobre todo problemas del sector productor (catástrofes, precios, despoblación) que es el que más empatía suscita en la ciudadanía, sin llegar a analizar profundamente las causas que los provocan.

La garantía de alimentación y la protección del medio, están íntimamente ligadas y es sin duda urgente una concertación entre los sectores que intervienen en el sistema agroalimentario y la Ciudadanía, donde se analice, planifique y acuerde que hay que hacer y cómo financiar la multitud de medidas que habrá que poner en marcha a nivel local, regional y en cada sector productivo. Se requerirá un gran esfuerzo en investigación, desarrollo y difusión, sin olvidar la formación en los cambios de todos los actores del sistema agroalimentario.

El dominio cultural que ejercen las empresas, ha propiciado una transición nutricional tendente a la homogeneización de las dietas a lo largo del mundo

Las 3 acciones prioritarias serían:

Mitigar los daños causados, comenzando por las explotaciones y actividades más contaminantes, utilizando fundamentalmente métodos de la agroecología, reduciendo progresivamente los impactos negativos, como las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de abonos de síntesis y fito-zoosanitarios y aumentando las superficies captadoras de CO2.

Adaptación a los cambios previstos, estudiando las debilidades y amenazas sobre producciones y regiones. Implicará cambios en los usos del agua, el manejo de los ciclos de producción, la genética utilizada y la ubicación de las producciones, acompañados de las inversiones necesarias. Será importante en nuestro entorno la búsqueda de alternativa para las superficies en secano actuales o que se reconviertan por la gestión del agua, el empleo de herbívoros en pastoreo, como elemento de mejora del medio y la adecuación de la ganadería intensiva (aves, porcino, vacuno de leche, engorde de terneros).

Garantizar el suministro de alimentos a la población y la remuneración de los actores Hay que asegurar la supervivencia económica de los productores y la industria agroalimentaria en todo el periodo, para evitar su desaparición y eliminar resistencias.

Las limitaciones en el uso de los medios habituales de producción, si bien bajarán la presión sobre los ecosistemas, en un primer momento pueden suponer disminuciones en la producción y el riesgo de aumentos de costos. Estos aumentos se deberán repercutir bien sobre los consumidores o sobre el erario público, el consumidor deberá ser también consciente que los precios pagados hasta ahora, tenían un elevado costo social y ambiental.

El mayor riesgo de catástrofes climáticas implicará nuevas infraestructuras de protección, mantenimiento de mayores stocks de seguridad y reforzar los sistemas de seguros agrarios frente a siniestros.

Además de esas acciones anteriores, otras acciones debieran ser aplicadas:

– Formación y educación de los ciudadanos: Educación en nutrición y preparación de alimentos de niños y adultos. Adaptar las dietas a la nueva situación productiva y a un consumo saludable y responsable, reduciendo el consumo de productos ganaderos y exóticos.

– Reducir el desperdicio alimentario (evaluado entorno al 30% de la producción total de alimentos). En los países desarrollados, sobre todo en productos preparados (pan, lácteos, frutas..) por falta de concienciación o previsión, mientras que en los países en desarrollo la parte más importante es debida a la deficiente conservación de las cosechas, por la carencia de infraestructuras.

– Control de las empresas transnacionales (ETN)Acciones públicas para controlar el dominio económico y cultural de las ETN sobre el Sistema Agroalimentario, en el control de las técnicas de producción y las patentes sobre productos y seres vivos, que debieran pasar al dominio público. La Emergencia Climática es un problema mundial, sistemas de producción que en Europa occidental están siendo contestados por la población, por problemas medioambientales o de dominio sobre las producciones, como las integraciones de cerdos, aves y vacuno, las ETN los trasladan a los países del Este de Europa, Lejano Oriente o Sudamérica, con los mismos sistemas de producción y los mismos impactos.

– La distribución: No remunera adecuadamente ni a la producción ni a la industria, forzando la desaparición de explotaciones sin aportar valor a la nutrición del consumidor e influye concentrando la estructura de la producción. Debiera haber participación pública en la distribución de alimentos, con control de los precios y márgenes en la cadena de valor, la actual Ley de la Cadena Alimentaria, no es suficiente.

La distribución no remunera adecuadamente ni a la producción ni a la industria, forzando la desaparición de explotaciones sin aportar valor a la nutrición

Lo que hace unos años era urgente, hoy es crítico. Es necesario seguir las indicaciones de la ciencia, que estudia desde hace años la complementariedad de modelos productivos realmente sostenibles, con unas dietas suficientes para la población mundial.

El sector primario, utiliza y gestiona directa o indirectamente alrededor del 80 % de la superficie total y el 80% del agua regulada, es por tanto una actividad crítica en la lucha contra la emergencia climática además de la Seguridad Alimentaria.

Hay una gran resistencia a los cambios, pero la realidad es que a pesar de las advertencias que durante años se han hecho por la comunidad científica, propugnando poner rápidamente en marcha actuaciones de cambio, se retrasa lo más posible tomar medidas.

Se argumentan riesgos sobre el abastecimiento, cuando el problema es el acceso a los alimentos, el desperdicio alimentario y una consecuencia de la globalización, la dependencia en muchos países de las producciones de otros, tanto en materias primas y alimentos como en abonos nitrogenados indispensables. Más del 70% de los alimentos que consumimos dependen de esos abonos.

El empleo de químicos en la producción animal y vegetal, que a pesar de la legislación, sigue habiendo trazas de los mismos en los productos. No hay información histórica de las consecuencias, ya que no hace muchos años que se utilizan. Su reducción y eliminación a corto plazo, debe ser una prioridad para la salud humana.

Las empresas transnacionales disponen hoy de mejores tecnologías, que distribuyen según la posición de los países, vendiendo productos prohibidos en la Unión Europea por riesgo para la salud, en los países en desarrollo.

En los países desarrollados y entre la población de ingresos altos, el consumo de alimentos de origen animal está disminuyendo desde hace más de 20 años

En los países desarrollados y entre la población de ingresos altos, el consumo de alimentos de origen animal está disminuyendo desde hace más de 20 años, por una concienciación de los riesgos para la salud y ambiente. Las ETN, para seguir manteniendo el negocio, exportan el sistema productivo a otras partes del mundo, asociando la Dieta Estándar Mundial a una mejor situación económica de la población, cuando en realidad es lo contrario.

Otro argumento en contra de tomar medidas, es el crecimiento de la población mundial, deberemos alimentar a más humanos y tenemos que seguir produciendo más. Sabemos que cuando las mujeres pueden decidir, controlan la natalidad, como ha ido pasando históricamente. Solamente está previsto que aumenten la población en África y Oriente Medio, por lo que a medio plazo la población del resto del mundo se estabilizará y posiblemente decrecerá.

Debemos exigir a nuestros Gobiernos una información objetiva sobre la situación y poner urgentemente en marcha un debate abierto que evite la confrontación entre consumidores y productores, para desplazar el discurso que mantienen los negacionistas sobre el problema y que tanto gusta en algunas organizaciones y medios de comunicación.

Blas VJ Simón Navajas | Veterinario especialista en producción animal, Investigador en Historia del sector agrario

Fuente: https://www.nuevatribu

Fuente de la Información: https://rebelion.org/las-cosas-del-comer-exigen-un-gran-acuerdo-social/

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La historia de cómo España redujo la jornada laboral a 40 horas semanales

 

Por Laura Olías

«La patronal puso el grito en el cielo»

La última vez que se modificó la jornada de trabajo máxima en España fue hace 40 años. En 1982, Felipe González se hizo con la presidencia del Gobierno, el primer gobierno de izquierdas posterior a la dictadura franquista. Una de sus promesas electorales más populares era el recorte de la jornada a las 40 horas semanales, “reivindicación histórica del movimiento obrero y de la izquierda”, recuerda Joaquín Almunia, el ministro de Trabajo en aquel momento. La ley levantó a los empresarios, que pusieron “el grito en el cielo”, pero también acabó siendo motivo de “mucha bronca” con los sindicatos y “el inicio de la ruptura de UGT con el PSOE”, coinciden varios actores de la época.

 

Al igual que Sumar incluyó el recorte de la jornada laboral como una de sus medidas estrellas en la pasada campaña electoral, el PSOE de Felipe González hizo lo propio hace cuatro décadas, de cara a los comicios generales de octubre de 1982, que dieron a los socialistas una amplísima mayoría absoluta, con 202 diputados.

 

Además de la creación de 800.000 puestos de trabajo, los socialistas enarbolaron la bandera sindical de la jornada de 40 horas semanales, sin reducción de salario, para ser aprobada en el primer año de mandato, y la ampliación de las vacaciones a 30 días naturales. Con el Estatuto de los Trabajadores recién aprobado dos años antes, en 1980, las vacaciones eran entonces de 23 días naturales y la jornada “de trabajo efectivo” podía alcanzar las 43 horas semanales si era partida (con una hora de descanso diaria como mínimo) y de 42 horas semanales si era continuada.

 

“Habíamos conocido las jornadas de 48 horas a la semana hacía poco, estuvo vigente hasta el año 1976”, cuando se redujo a 44 horas semanales, destaca el catedrático de Derecho del Trabajo, Eduardo Rojo. Así, en apenas seis años las normas laborales habían reducido notablemente las horas legales de trabajo. “Fue muy relevante, algo histórico”, recuerda Rojo.

 

A finales de diciembre de 1982, menos de un mes después de la toma de posesión del gobierno socialista, el Consejo de Ministros aprobó la jornada laboral de 40 horas semanales para que fuera tramitada en las Cortes y que entrara en vigor a mediados del año siguiente. El ministro Almunia presentó ante la prensa la reducción de la jornada máxima como una reivindicación “ampliamente sentida” por la sociedad, que alcanzaba a cuatro millones y medio de trabajadores, y subrayó que la medida acercaba a España “a los niveles europeos”.

 

La CEOE en rebeldía y una coma fantasma

En la misma rueda de prensa de diciembre del 82, los ministros socialistas ya tuvieron que responder a las críticas de la patronal CEOE, y en concreto las de la banca, que se revolvieron en contra de la medida desde un inicio. Los empresarios defendieron que, en caso de reducirse la jornada, esta disminución tendría que tener una repercusión en los salarios. “La filosofía de la CEOE en este sentido es que si los asalariados trabajan menos, cobren menos, para que así colaboren en el sacrificio que se pide a todos para crear empleos”, recogía ABC en esos días.

 

 

Con argumentos similares a las críticas actuales de la patronal al acuerdo de gobierno de PSOE y Sumar para reducir la jornada a las 37 horas y media, como el aumento de costes, la afectación al empleo y la vulneración de la negociación colectiva, entonces el tono de las organizaciones empresariales era “más duro”, considera Joaquín Almunia en conversación con elDiario.es.

 

“La CEOE tuvo ya un tono intolerable en la campaña electoral y le costó digerir los resultados de las elecciones”, apunta Almunia. Dado que tenían una mayoría muy holgada, el Ejecutivo de Felipe González inició su hoja de ruta en seguida, lo que “no sentó nada bien” a la patronal, dirigida por su presidente Carlos Ferrer Salat, “más dialogante”, pero con José María Cuevas como secretario general, “que tenía un tono más agrio”, valora el entonces ministro de Trabajo.

 

A días de aplicarse la medida, José María Cuevas declaró la insumisión a la nueva norma ante los medios: “La CEOE no acepta la entrada en vigor del decreto que fija en 40 horas semanales la jornada de trabajo”, ya que consideraba que iba en contra del Acuerdo Interconfederal de 1983. La patronal anunció la denuncia de “la mayoría de los convenios firmados”, que dio lugar a una batalla judicial sobre la interpretación y aplicación de la norma con “muchos conflictos colectivos”, recuerda Enrique Lillo, abogado laboralista de CCOO.

 

Por un lado, los tribunales dieron la razón a los sindicatos en que la norma tenía una aplicación inmediata, ya desde julio de 1983, independientemente de que los convenios se hubiesen pactado previamente, algo que confirmó el Constitucional en 1990. Por otro lado, la justicia falló a favor de los empresarios en la posibilidad de la distribución irregular del horario dentro de la jornada anual, lo que permitía superar algunas semanas el límite de 40 horas en favor de otras más cortas, según la actividad de la empresa.

 

“De algo malo, la reducción de la jornada, conseguimos un efecto bueno, pactar la jornada anual, globalizar la jornada. Provocó una gran conmoción en Europa, recuerdo perfectamente la carta de la patronal alemana felicitándonos”, explica Fabián Márquez, presidente de Arinsa y negociador durante años de la patronal. “Fueron meses de mucha tensión y negociación”, recuerda, ya que muchas empresas mantenían jornadas que superaban el nuevo límite legal. “Entonces los bancos abrían los sábados”, responde Márquez sobre el porqué de tanta hostilidad del sector financiero.

 

Joaquín Almunia relata una “anécdota” que da cuenta de la tensión en la tramitación parlamentaria de la medida. “Había una coma que se movía en el texto y cambiaba el sentido en contra de la voluntad del legislador. Cuando salió el texto de la ponencia, se lo dije a los letrados de las Cortes y se corrigió, pero después el texto volvía a tener la coma”, sostiene el socialista. “Nunca lo pude probar, pero creo que había alguien de CEOE detrás”, añade Almunia. ABC da cuenta en una información del 23 de julio de esta coma fantasma, con la que se indica que la patronal había hecho su interpretación sobre la aplicación de la ley.

 

Conflicto sindical y ‘divorcio’ con UGT

Sin embargo, las discusiones no se limitaron al lado de los empresarios. Desde su anuncio en diciembre de 1982, “la tramitación de la norma estuvo marcada por las incidencias”, explica Agustín Moreno, entonces secretario de Acción Sindical de CCOO, más tarde dedicado a la enseñanza y a la política (ex diputado regional de Unidas Podemos en Madrid).

 

Más allá de la coma fantasma que favorecía a la CEOE, los sindicatos mayoritarios lanzaron duras críticas contra el Gobierno cuando este publicó una instrucción sobre cómo debía aplicarse el límite de 40 horas a la semana en lo que quedaba de año, con un cómputo que reflejaba más horas que las que anotaban los sindicatos. Las centrales sindicales acusaron directamente al Ejecutivo de Felipe González de plegarse a la CEOE y desvirtuar “plenamente el contenido de la ley”, apuntaba CCOO a los medios de la época.

 

La disputa fue especialmente relevante en el caso de UGT, por la unión histórica existente con el PSOE, que se rompería pocos años después. Nicolás Redondo, entonces líder del sindicato, tuvo un “enorme cabreo” con la actuación del Gobierno socialista sobre la aplicación de las 40 horas de jornada, sostiene Fernando Luján, actual vicesecretario general de Política Sindical de UGT. “Por aquel entonces, Nicolás ya acuñó la frase que luego repetiría ‘no hay más radical que un moderado engañado’. Empezó ahí su divorcio con Felipe González”, explica Luján.

 

Agustín Moreno coincide, de su amistad de años y conversaciones con Redondo (fallecido hace unos meses), en que el encontronazo sobre la jornada de 40 horas a la semana fue “el principio de la ruptura histórica del PSOE y UGT”, cuando se “rompió una confianza” que se resquebrajaría después con más conflictos, como el proceso de reindustrialización, la reforma de pensiones y el plan de empleo juvenil que dio lugar a la gran huelga del 14-D de 1988, entre otros.

 

“Creo que muy rápidamente el PSOE tomó consciencia de que no quería enfrentarse tanto a la patronal”, valora Moreno, que destaca que la flexibilidad permitida impedía el espíritu de reparto del trabajo que defendían los sindicatos con las 40 horas bajo el lema ‘Trabajar menos para trabajar todos’.

 

Joaquín Almunia sigue defendiendo que “había que graduar” la aplicación de la medida, por lo que reconoce que discutió mucho con los sindicatos. El entonces responsable del Ministerio de Trabajo advierte de la difícil situación del mercado laboral de la época, con altos niveles de paro y una economía afectada por varias crisis, entre ellas inflacionistas, que los socialistas heredaron del anterior gobierno. “Había que ser cuidadosos con los efectos no deseados”, considera.

 

Fabián Márquez, negociador con la patronal, cree que “Almunia fue consciente de la repercusión que iba a tener eso en las empresas, en el país”. Advierte de que, aunque muchos sectores ya tenían jornadas pactadas en este sentido, otras actividades no y tenían que adaptarse al cambio. “Como ocurre ahora, no todas podrán hacerlo”, sostiene Márquez, que señala en especial a los sectores de hostelería y comercio y a las pequeñas empresas.

 

En la parte trabajadora, consideran que la “sobreactuación” de los empresarios en los 80 se está replicando en el presente, indica Fernando Luján, que pone el acento en que los pronósticos fatalistas de las patronales no se cumplieron hace cuarenta años ni lo harán ahora, cuando considera que la reducción de la jornada mejorará la productividad.

 

“Siempre lanzan mensajes catastrofistas y esto no hunde nada, como no lo ha hundido la reforma laboral ni el salario mínimo”, destaca también Enrique Lillo. Agustín Moreno defiende que el acuerdo de gobierno es “moderado” y recuerda que la reivindicación sindical se sitúa en las 35 horas a la semana, jornada que reguló Francia hace más de 20 años. “La jugada de la CEOE es poner pie en pared, impedir que se vaya a más, pero este debate debería seguir, no puede quedarse en las 37 horas y media”, sostiene.

 

Fuente: https://www.eldiario.es/economia/historia-espana-redujo-jornada-laboral-40-horas-semanales-patronal-puso-grito-cielo_1_10654791.html

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