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Angeyeimar Gil: La película Cuties y la acusación de pedófila

La realidad nunca es clara a simple vista. Para comprenderla hay que desentrañarla de la maraña de elementos que la opacan. La semana pasada leí un mensaje que invitaba a la organización social para denunciar la película Cuties, o Guapis (Mignonnes, título original en francés), que la mayor plataforma de streaming del mundo promociona para su estreno, el 9 de septiembre. El petitorio finaliza con la frase “para que Netflix cancele esta BASURA”. Inmediatamente dudé. Dudar es clave para la ciencia. Es lo que mueve a investigar, buscar la verdad. El texto afirmaba que la película “utilizaba a niñas de 11 años para el placer de los adultos» y “propiciaba una cultura de la pedofilia”.

Las redes sociales nos dan la oportunidad de comunicarnos con gente en cualquier parte del mundo. Sirve de plataforma para denuncias, manifestaciones y formas de organización social, pero también para fake news. Una de las características de las noticias falsas es el alarmismo, la intensidad y las palabras en mayúsculas. Y aunque la pedofilia está activa con movimientos que intentan justificarla, generando un estado de alarma constante, yo decidí investigar más. Motivada, además, por una amiga defensora de niños, niñas y adolescentes que acertó al decir “con cabeza fría, buscar información, la redes son expertas en linchamiento rápido”.

Luego de la investigación puedo decir que Netflix erró en la estrategia publicitaria, a pesar de que la publicidad sirve básicamente para engañar. En este caso, cumplía su objetivo de vender una cosa que no es tal. Pero fue equivocado mostrar, como lo atractivo de la película, a un grupo de niñas sexualizadas, exponiendo sus cuerpos como mercancía en una sociedad en la que cada día aparecen denuncias sobre abusos sexuales, redes de trata de personas, explotación sexual y pornografía infantil. Efectivamente, esa publicidad fue contraproducente al utilizar el término “sensualmente” -referencia directa a lo sexual- sobre el baile de niñas de 11 años.

Sin embargo, y a pesar del cambio inmediato por el alboroto social, la sinopsis de la promoción pasó de “Amy tiene 11 años y quiere pertenecer a un grupo de chicas que bailan sensualmente, entonces empieza a explorar su feminidad y a desafiar a su familia religiosa” a “Amy tiene once y quiere unirse a un grupo de chicas de su edad que bailan en competencias, así que empieza a desafiar a su familia conservadora”. La nueva versión intentaba ser inocua, pero ahora no expresa lo que la película quiere transmitir. Dejó de hacer énfasis en la hipersexualización, que se representa en la película como un factor de riesgo y evadió el asunto religioso, describiéndolo tímidamente como “conservador”.

La película, la motivación

El premio de Dirección en el Festival de Sundance y una mención especial en el Festival de Berlín fueron reconocimientos que recibió la opera prima de la directora de cine francesa, Maïmouna Doucouré, además de muy buenos comentarios en general por quienes han visto el filme, por el contenido y abordaje que hace de una realidad social. La directora declaró en el Festival de cine de Sundace que la motivó un evento al que asistió y vio cómo niños y niñas de 11 años bailaban de una forma sexualizada ante la mirada de un público de trajes religiosos tradicionales. El antagonismo cultural y la hipersexualización. Comentó que en la investigación que realizó le sorprendió la sexualidad explícita en tales bailes y cómo las redes sociales promueven una vestimenta que expone a las niñas.

La película, estrenada solo en Francia hasta ahora, no provocó el revuelo que se produjo en las redes sociales por quienes solo han visto el trailer. Hasta este punto, sin haber visto la película, es poco lo que podemos afirmar, y a pesar de conocer las motivaciones y una opinión de la directora sobre la sexualización de las niñas, no sabemos el manejo que hace del asunto. No podemos decir si realmente es una denuncia o si cosifica el cuerpo de las niñas y las convierte en mercancías, como hace ya la cultura contemporánea, redes sociales, medios, internet, que promueven la fetichización de mujeres y hombres y construyen socialmente determinada forma de ser, vestir y exponerse para ser aceptados y pertenecer a lo socialmente impuesto. Creo que el objetivo de la película es el primero, una crítica social, pero no tengo la certeza.

La película, estrenada solo en Francia hasta ahora, no provocó el revuelo que se produjo en las redes sociales por quienes solo han visto el trailer. Hasta este punto, sin haber visto la película, es poco lo que podemos afirmar, y a pesar de conocer las motivaciones y una opinión de la directora sobre la sexualización de las niñas, no sabemos el manejo que hace del asunto. No podemos decir si realmente es una denuncia o si cosifica el cuerpo de las niñas y las convierte en mercancías, como hace ya la cultura contemporánea

Angeyeimar Gil


Hay dos temas relevantes en la trama, según el trailer. El antagonismo entre la religión musulmana senegalesa, impuesta familiarmente como dogma, y la realidad “moderna”. Este parece el centro del filme: una niña que crece en una familia conservadora y que al estar a pasos de su adolescencia, comienza a confrontar la autoridad parental, en un proceso de construcción de una personalidad propia. También parece confrontar la crianza coercitiva -en este caso por religión-, que la castra. Este proceso suele ser drástico y en materia de sexualidad, la cultura religiosa ortodoxa es un factor de riesgo. El segundo tema parece versar sobre la identificación con sus pares, las normas sociales y la transmisión cultural desde los medios de comunicación, la hipersexualización, la exposición sexual como atributos relevantes sobre cualquier atributo. La tendencia de niños y niñas a abandonar la infancia para parecerse a la mujer adulta o el hombre adulto, imitando generalmente al difundido en mass media, en publicidades, show de talentos, vídeos musicales y novelas. La crítica pareciera dirigida a los medios, convertidos en los principales responsables de la masificación de esas idea en las que las niñas deben “explotar su feminidad” como si se tratara de un proceso dirigido a la actividad sexual y no como el autorreconocimiento y aceptación como niñas y adolescentes, hasta convertirse en mujeres. En el concepto difundido, lo femenino está vinculado a lo sexual y el cuerpo de las mujeres se convierte en una mercancía que propende a su comercialización, objetivo del sistema capitalista en general y del patriarcado en particular. Así, vemos hoy la masificación de redes de trata de personas, explotación sexual y pornografía infantil, las peores formas de degradación de la dignidad humana.

Uno de los elementos controversiales que despierta el debate sobre Cuties, y que debe ser foco de la sociedad, es si los niños, niñas y adolescentes (NNyA) han recibido educación para una salud sexual y reproductiva libre, sana y placentera, que les eduque en formas de protegerse y cuidar sus cuerpos. Porque decir que determinado baile o forma de vestir es consumo para los pedófilos, es delegar en las niñas la responsabilidad de los pedófilos. Lo principal es que NNyA tengan disponibles herramientas para su protección, educación sexual alternativa que desmonte los tabúes que sectores conservadores han mantenido, que las familias cuenten con herramientas para orientar sobre los peligros de ideas difundidas en medios de comunicación y en la sociedad en general.

El cine, ¿para qué sirve?

El que haya ganado los premios que ha logrado, y que Netflix haya decidió incluirla en su parrilla siendo una plataforma que promueve contenido con importantes críticas a lo establecido, me permite darle un voto de confianza y esperar verla, tal como han recomendado los críticos de cine de Francia. Vincular temas tan duros no es cuestión sencilla, si se aspira a dejar una reflexión en los espectadores.

El cine es la síntesis de todas las expresiones artísticas. De allí su importancia para la cultura y para el desarrollo de la sociedad. Es una construcción artística que activa en el espectador sentimiento y pensamiento y finalmente produce una reflexión sobre el contenido, permitiendo hacer conciencia de situaciones de la historia o de la realidad como crítica social que moviliza, para cambiar lo que está mal o para comprender dónde se está. El cine es necesariamente político, porque tiene un impacto, genera algo y eso que genera debe propender siempre a enaltecer, de la sociedad, lo mejor y más sublime para la humanidad, o el cambio inevitable de lo malo.

No siempre existe la capacidad en el espectador de comprender el mensaje tal como fue pensado, porque lo social determina cada conciencia y el proceso de reflexión se dará con base en la formación, educación y creencias de quien aprecia la obra de arte. En este caso, la película. Así como para unos una película, una canción, un poema puede resultar sublime y profundo, que hace una crítica social a la violencia, por ejemplo, para otros puede constituir una “apología al delito” y ser catalogado como “inadecuado”.


No siempre existe la capacidad en el espectador de comprender el mensaje tal como fue pensado, porque lo social determina cada conciencia y el proceso de reflexión se dará con base en la formación, educación y creencias de quien aprecia la obra de arte

Angeyeimar Gil


La movilización y escándalo generados por la publicidad y sinopsis de Netflix, son válidos solo en el caso en el que la película no sea una crítica a lo que la sociedad, de forma cotidiana, le presenta a NNyA como divertido, atractivo y necesario para ser aceptados. Entre tanto, el debate debe darse entre una educación para la salud sexual y reproductiva alternativa, y la visión conservadora y de riesgo, impuesta desde la religión. Y también debe darse entre letras de reguetón que denigran y cosifican a las mujeres como objetos sexuales, con obscenidad que se difunden a todo volumen en transportes públicos, centros comerciales, fiestas, medios de comunicación y una educación culta y de apreciación de la creación artística sublime de la humanidad. Debe darse frente a los medios de difusión, redes sociales y la cultura patriarcal que define una forma particular de feminidad y la autoconcepción desde la libertad. Debe darse y con más fuerza, frente al sistema capitalista que convierte todo en mercancía, transable para extraer de ella el plusvalor que hace más pobre al pobre y más rico al rico; que mantiene incólume al sistema mientras nos hace desvariar en sus efectos particulares y no en los efectos generales de su degradación. Entonces, veamos Cuties primero y hagamos crítica después.

Fuente: https://elpitazo.net/opinion/la-pelicula-cuties-y-la-acusacion-de-pedofila/

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Conferencia Educativa Nacional: Venezuela. Rumbo al I Congreso Mundial de Educación 2020

En el marco del I Congreso Mundial de Educación 2020: En defensa de la Educación Pública y contra el neoliberalismo educativo, programado desde el Grupo de Contacto Internacional (GCI), espacio que aglutina a sindicatos, gremios educadores  y pensadores crític@s de América Latina y el Caribe, Norteamérica, Europa, África,  este martes 22 de septiembre se desarrollará la Conferencia Educativa Nacional en Venezuela.

El encuentro contará con la participaciones de David Lobão Coordinador General del Sindicato Nacional de Servidores Federales de Educación Básica, Profesional y Tecnológica (SINASEFE),  Brasil y Pedro Hernández  de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación(CNTE) México, Luis Bonilla-Molina, Coordinador General del Centro Internacional de Investigaciones «Otras Voces en Educación», así como 30 ponentes  venezolan@s.

La actividad, será moderado por Luz Palomino Directora del Centro Internacional de Investigaciones «Otras Voces en Educación y Rose Mary Hernández Representante del Foro Venezolano por el Derecho a la Educación y se transmitirá por el YouTube de OVE a las 09:00 horas Venezuela.

Descarga el programa general en el siguiente enlace:

PROGRAMA Venezuela Conferencia Nacional de Educación

Inscríbete en el I Congreso Mundial de Educación 2020.

https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLScHInA_1O1vqSYzpUSlvwMlDq13VsBgfESOMYp6MGTzkQQ11g/viewform?vc=0&c=0&w=1&flr=0&gxids=7628

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UNICEF critica la condena a diez años de cárcel a un niño de trece años por «blasfemia» en Nigeria

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha criticado este miércoles la condena a diez años de cárcel a un niño de trece años por «blasfemia», una sentencia dictada por un tribunal islámico del estado nigeriano de Kano.

El niño, Omar Farouq, fue declarado culpable el 10 de agosto de hacer comentarios «despectivos» sobre Dios durante una discusión en público y durante la jornada ha sido sentenciado a diez años de cárcel con trabajos domésticos, lo que ha sido descrito como «un error» por el representante de UNICEF en Nigeria, Peter Hawkins.

Fuente: https://www.notimerica.com/politica/noticia-nigeria-unicef-critica-condena-diez-anos-carcel-nino-trece-anos-blasfemia-nigeria-20200916181014.html

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Save the Children denuncia que Europa «ha dado la espalda» a 210.000 niños refugiados no acompañados

Asegura que, desde la muerte de Aylan Kurdi hace cinco años, han perecido 700 niños migrantes en el mar ante la «pasividad» de Europa.

Save the Children ha denunciado este miércoles, al cumplirse el quinto aniversario de la muerte del niño sirio Aylan Kurdi en las costas de Turquía, que Europa «ha dado la espalda» a 210.000 niños refugiados no acompañados que han buscado asilo en su territorio en los últimos cinco años.

En un comunicado, la organización no gubernamental ha señalado que muy pocos menores han logrado obtener el estatus de refugiado durante este tiempo y que la mayoría de los pequeños ha escapado por miedo a la deportación o para reunirse con sus familias.

La ONG ha recordado que la imagen del cuerpo sin vida de Aylan Kurdi en la costa turca se convirtió en el símbolo trágico de la «crisis de refugiados»: «su muerte generó una emotiva reacción a nivel mundial y logró que numerosos líderes políticos se comprometieran a proteger a las personas refugiadas y migrantes, especialmente a los niños y las niñas».

Pasados cinco años, la gran mayoría de las promesas políticas no se han llevado a cabo, a juicio de Save the Children, que ha advertido de que en este periodo de tiempo «al menos 700 niños y niñas como Aylan han perdido la vida en el mar ante la pasividad de Europa».

En este sentido, ha destacado que el discurso político ha cambiado desde 2015 y que los líderes mundiales se han centrado en abordar la cuestión migratoria con una perspectiva de seguridad. «Save the Children considera que la violencia en las fronteras de Europa está pasando desapercibida e incluso, en ocasiones, se ha justificado», ha indicado.

La ONG ha apuntado que los países europeos y del resto del mundo no han logrado un acuerdo sobre los mecanismos de distribución de responsabilidades para los refugiados y los migrantes, «un asunto fundamental para proteger las vidas de innumerables niños y niñas».

«La forma en que Europa ha tratado a la infancia migrante y refugiada durante los últimos cinco años es inaceptable. Desde agosto de 2019, una media de 10.000 niños y niñas se han quedado atrapados cada día en las islas griegas, de los cuales el 60% eran menores de 12 años», ha afirmado la directora de Save the Children Europa, Anita Bay Bundegaard.

«Aunque se tomaron algunas medidas para trasladar a los menores fuera de Grecia, miles de niños y niñas han sido abandonados ante la falta de voluntad de algunos países europeos para acoger y proteger a la infancia más vulnerable. Cinco años después de la muerte de Aylan Kurdi, los niños y las niñas siguen muriendo a las puertas de la Unión Europea mientras el mundo mira hacia otro lado», ha añadido.

Save the Children ha advertido de que los menores migrantes y refugiados se exponen al riesgo de convertirse en una «generación perdida» si Europa no asegura su protección, su salud, su educación y su bienestar emocional y físico.  La ONG ha recordado que muchos de estos niños y niñas tienen pesadillas y altos niveles de estrés y ansiedad por las experiencias vividas en su país de origen y en el arduo viaje, a lo que se suma la constante renovación de sus permisos de residencia y el miedo a ser deportados.

«El contexto de los países de origen de estos niños y niñas también ha empeorado desde 2015. La guerra en Siria dura ya diez años y la mitad de los ocho millones de niños y niñas del país no ha conocido otra cosa que la guerra», ha explicado la ONG.

SI LA SITUACIÓN EN ORIGEN NO MEJORA, «LOS NIÑOS SEGUIRÁN HUYENDO»

Además, el conflicto en Afganistán sigue siendo uno de los más peligrosos para la infancia, siendo niños casi la mitad de las víctimas de guerra. Tras recordar que la mayoría de los menores que llegan a Europa proceden de Afganistán, Siria y Eritrea y acaban residiendo en Alemania, Grecia, Italia y Suecia, Save the Children ha dejado claro que, mientras que la situación en sus países de origen no mejore, «los niños y las niñas seguirán huyendo de la violencia, la pobreza y la persecución».

«Vistos los limitados esfuerzos realizados en los últimos cinco años, y de cara a la adopción del próximo Pacto Europeo de Migraciones y Asilo, Save the Children insta a la UE y a sus líderes a que tomen medidas urgentes para garantizar la seguridad de estos niños y niñas», ha afirmado.

La ONG ha abogado por que se prohíba la detención de los menores en las fronteras, que se les proteja de inmediato cuando llegan a Europa y que se agilicen los trámites para que puedan reunirse con sus familias en un plazo de tres meses. Por último, ha señalado que con más y mejores vías legales de migración se podrían evitar muertes como las de Aylan Kurdi.

Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-save-the-children-denuncia-europa-dado-espalda-210000-ninos-refugiados-no-acompanados-20200902093616.html

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El día que los maestros se hicieron padres y los padres se hicieron maestros

Fernando Flores Velázquez

La pandemia del COVID-19 trastocó las tareas tradicionales del Sistema Educativo en el Mundo, al menos de los últimos tres siglos, desde que en el Siglo XVII en Francia se sientan las bases para la fundación de la escolarización obligatoria.

Una tarea tradicional es la enseñanza, un proceso que antes lo asumía de manera vertical el docente hacia el estudiante con un lema básico, “la letra con sangre entra” propio de la escuela lancasteriana del siglo XIX, más tarde la escuela nueva en el siglo XX y los distintos movimientos pedagógicos han pugnado por una interacción más flexible entre docente y estudiantes, caracterizada por ideas constructivistas en que el educador tiene el siguiente rol: Orientador, facilitador, acogedor de aportes y sugerencias,   los alumnos son activos, es agente o sujeto del currículo que se está desarrollando, por tanto participa en todo momento de acuerdo con sus posibilidades, su interacción es horizontal, cercana, hay calidez.  (Domínguez, Martínez, 2014)

Se pueden agregar otros factores como ambiente estimulante, participativo, la planeación es flexible, creativa que atiende las necesidades del estudiante, la evaluación se da en función de todos los agentes y elementos del currículum, hay principios que focalizan al estudiante y al aprendizaje como centros de la clase.

Así se pudieran ir enumerando otra serie de características de la educación presencial.

Lo que se desea destacar en esta ocasión, es el giro que se generó durante los últimos meses hacia la educación a distancia, virtual, e-learning, denominaciones que ha recibido un tipo de educación cuyas características son la sincronía y asincronía, que se traducen a la simultaneidad o a simultaneidad de las clases mediadas por recursos tecnológicos.

Particularmente hacia la parte emocional de los sujetos de la comunidad escolar.

El avance natural de las actividades en la vida cotidiana hace que los sujetos estén tan acostumbrados a las rutinas, levantarse, asearse, trasladarse, llegar a los lugares de trabajo o de estudio, saludar sin sentir, ingresar a los espacios en ambientes de monotonía y aburrimiento. El filósofo Indú Hosho en uno de sus libros “Cuando el zapato es cómodo se olvida, cuando el cinturón es cómodo la cintura se olvida”…así ocurría en la vida del ser humano, una vida de comodidad en que muchas cosas se habían olvidado pasando desapercibidas.

Tal es el caso de los roles que cada uno de nosotros jugamos, refiriéndonos de manera singular a lo que ocurre en las interacciones de la vida cotidiana de una escuela:

  • El profesor atendiendo a los estudiantes.
  • Los alumnos conectados en sus clases.
  • Los padres como proveedores.
  • Todos concentrados en sus rutinas. Ocurría que ya no se valoraba en su justa dimensión el rol de cada uno de estos actores, en ocasiones descalificando o criticándose unos a otros.
  • Los maestros hacia los padres que ya no los valoraban como antes y hacia los alumnos que ya cumplían como en el pasado.
  • Los alumnos desconfiando hacia el docente de sus saberes y del dominio de las tecnologías.
  • Los padres de familia criticando a los maestros de pérdida de autoridad hacia los estudiantes.

En esta ocasión en que algunos meses la Secretaría de Educación Pública promovió el programa Aprende en casa, se generó una cosa curiosa, nunca vista antes en la historia de la humanidad.

Los maestros se hicieron padres y los padres se hicieron maestros, hago esta aseveración debido a que los maestros atendieron de manera virtual a sus alumnos, pero al mismo tiempo estuvieron pendientes de sus hijos, y los padres de familia, si bien con asesoría de los maestros debieron ser los profesores de sus hijos, regular en tiempo de sus hijos, vigilar las tareas, cuidar de su buen resultado en los ejercicios. Esta situación seguramente ha tenido que ver con el aumento de los indicadores de violencia doméstica en los hogares, 20.7% y más de 60 mil denuncias fueron registradas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública  (AP, 2020), el espacio que se supone mejor resguardado, la situación de confinamiento y al mismo tiempo la necesidad de que los estudiantes estén ocupados se ha traducido en tensiones familiares.

Deseo focalizar la parte de la emotividad cuando se está descentrado del rol principal que se asume comúnmente en la sociedad, ocurre que la afectividad aflora en las relaciones humanas.

Al respecto Luri (2016) expresa cuando su hijo va bien académicamente, muchos padres consideran que han hecho un buen trabajo familiar, mientras que si tienen problemas, tienden a sospechar que el centro no está tratándolo como cabría…cuando tenemos a nuestro hijo delante, es imposible no ver a nuestro hijo. Esto nos permite saber cosas de él que su profesor ignora. Pero hemos de ser perfectamente conscientes de que precisamente porque el profesor no ve en nuestro hijo a su hijo, sino a un alumno, sabe cosas de él que nosotros ignoramos. Esto significa que la comprensión de nuestro hijo no se puede captar desde una única perspectiva.

En esta ocasión, por la contingencia hubo necesidad de confinarnos, así ocurrió que los maestros fueron padres de sus hijos, y los padres fueron los maestros de sus hijos, teniendo la oportunidad de apreciar sus gustos hacia los contenidos escolares a lo largo de varias mañanas de trabajo.

Esto nos debe llevar a revalorar la importancia de unos y otros, muy valiosos son los maestros, como el apoyo de los padres, ya que los dos se enamoran de lo que pueden llegar a ser los hijos, por la dedicación y esfuerzo que aporten a sus estudios.

Bibliografía

AP (2020) Llamadas y denuncias por violencia familiar se disparan durante pandemia por COVID-19. Noticias. México.

Domínguez Pino, Marta y Martínez Mendoza, Franklin. (2014) Principales modelos de la educación preescolar. PE. Cuba.

Luri, Gregorio. (2016) Mejor educados. El arte de educar con sentido común. Ariel. España.

Fuente: https://profelandia.com/el-dia-que-los-maestros-se-hicieron-padres-y-los-padres-se-hicieron-maestros/

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La educación está perdiendo diversidad política e ideológica, sobre todo en las últimas décadas

Aspirar a que todos los puestos de trabajo estén equilibrados políticamente es una entelequia, al igual que lo es el pretender que haya la misma proporción de sexos, etnia, altura, belleza o cualquier otro rasgo que consideremos que quien lo detenta puede sentirse discriminado (a no ser que implementemos políticas totalitarias para que eso ocurra).

Sin embargo, empieza a resultar preocupante que en el campo de la educación, donde los educandos deben recibir el máximo de puntos de vista para que su juicio se afine, el profesorado esté tendiendo de forma generalizada a ser de izquierdas, sobre todo en las humanidades y las ciencias sociales.

Eje derechas-izquierdas

Hasta cierto punto, que haya mayoría de izquierdas entre el profesorado es deseable a fin de garantizar la desconfirmación institucionalizada en cualquier campo que aborde temas politizados, y eso es lo que ha sucedido en la mayor parte del siglo XX: la proporción fue de dos o tres a uno.

No obstante, las cosas empezaron a cambiar a finales de la década de 1990, cuando los profesores de la «gran generación» empezaron a jubilarse y fueron sustituidos por los miembros de la generación baby boom, tal y como denuncia Jonathan Haidt en su libro La transformación de la mente, hasta que en 2011 la proporción había llegado hasta los cinco a uno:

Los profesores de la gran generación eran predominantemente varones blancos que habían luchado en la Segunda Guerra Mundial, a los que se estimuló para que realizaran estudios superiores por medio de unas leyes diseñadas para ayudarlos en el período de posguerra. La ola de académicos incluía a muchos republicanos y conservadores. Entre los profesores del baby boom, en cambio, había una mayor diversidad de razas y sexos, pero menor en sus tendencias políticas. Muchos de ellos estaban influidos por la gran ola de protestas sociales de la década de 1960.

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En algunos campos del saber, la falta de proporcionalidad política es abismal: en humanidades y ciencias sociales, por ejemplo, sobrepasan a los diez a uno, y el desequilibrio es mayor en las universidades más prestigiosas. Ello no solo compromete la eduación abierta a las ideas diversas (los estudiantes se autodefinen cada vez como más de izquierdas), sino que perjudica la calidad y el rigor de la investigación académica.

El único campo de todas las humanidades y ciencias sociales donde consta que existe suficiente diversidad política para permitir la desconfirmación institucionalizada es el de la economía, donde la proporción entre izquierda y derecha, hallada por un estudio de los registros de voto de los profesores, era comparativamente baja: cuatro a uno.

Por supuesto, uno puede imaginar que alguien de izquierdas también es capaz de ser honesto intelectualmente para presentar ideas de derechas a sus alumnos, pero entonces estamos infravalorando los sesgos inconscientes de todos los seres humanos, amén de que, como escribió John Stuart Mill en Sobre la libertad a propósito de que las ideas conservadoras deben poder ser explicadas por conservadores: «Debes conocerlos en su forma más plausible y persuasiva».

Habida cuenta de que en política hay pocas verdades incontrovertibles, pues dependiendo del contexto y el problema que debe abordarse resulta más eficaz un tipo de idea frente a otra, lo peor que puede pasarle a las nuevas generaciones es que solo analicen el mundo desde la óptica de un único ojo, como tuertos intelectuales, en vez de la visión tridimensional que proporcionan los dos ojos.
Fuente: https://www.xatakaciencia.com/psicologia/educacion-esta-perdiendo-diversidad-politica-e-ideologica-todo-ultimas-decadas
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Una escuela temporal para los niños en busca de asilo

Los esfuerzos por educar a los niños en la frontera entre México y Estados Unidos se han visto frustrados por la pandemia. Unos voluntarios están llenando ese vacío.

Ana Morales Becerra, una madre soltera de Michoacán, México, describe su antiguo hogar como un lugar tranquilo en medio de una guerra de cárteles. Con tantos narcos en su barrio, en la ciudad de Uruapan, estaba segura de que nadie se atrevería a entrar a robarle. Pero aún así, siempre se sintió incómoda porque su rutina diaria —trabajar en dos empleos y cuidar a sus hijos— estaba marcada por el paso de camionetas llenas de gente armada.

Sin embargo, la gota que derramó el vaso fue cuando las camionetas de los narcos comenzaron a seguir a sus hijos. “¡Hasta aquí!”, recuerda haber dicho. “Me voy”. Huyendo de la violencia de los cárteles, el abuso sexual y las amenazas de muerte, dejó su hogar para buscar una nueva oportunidad en Estados Unidos. En octubre pasado llegó a Tijuana, México, con sus cuatro hijos, muy poco dinero y sin un lugar donde quedarse.

Pero buscar asilo, algo que Morales Becerra pensó que sería un proceso relativamente rápido, resultó ser un pantano administrativo que la dejaría varada a ella y a su familia durante meses mientras esperaban a que un juez decidiera su destino. “No sabía que había que llevar todo este proceso”, dijo. Con sus vidas en suspenso y sin acceso a trabajos formales ni a la escuela, han vivido en el albergue Embajadores de Jesús, a solo cinco kilómetros al sur de la frontera entre Estados Unidos y México, durante casi un año.

Como la familia Morales Becerra, miles de familias de Centroamérica y México han llegado a la frontera sur de Estados Unidos en los últimos años para escapar de la violencia. Los Protocolos de Protección a Migrantes de la Casa Blanca, también conocido como el programa “Quédate en México”, ha obligado a los migrantes a esperar en México durante meses, sin garantías de asilo.

Durante este tiempo, los niños tienen poco o ningún acceso a la educación formal. “Jesús, mi hijo más grande, estaba preocupado”, dijo Morales Becerra. “Me decía: ‘Ya perdí un año, mamá, no quiero perder otro’”.

En la última década, Estados Unidos registró aproximadamente 1,7 millones de solicitudes de asilo, según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados. El gobierno de Donald Trump redujo la cantidad de refugiados que Estados Unidos acepta anualmente de 110.000 en 2017 a 30.000 en 2019, menos del diez por ciento de las solicitudes presentadas ese año. Entre los que buscan asilo, “los niños son mucho más vulnerables”, dijo Germán Casas, un psiquiatra infantil que vive en Colombia y es el presidente para América Latina de Médicos Sin Fronteras.

El trauma que algunos experimentan en el camino —separación familiar, violencia física, secuestro, abuso sexual y trata de personas— es perjudicial para su desarrollo y salud mental, dijo Casas. Muchos niños migrantes tienen dificultades para regular sus comportamientos y emociones, manejar el estrés y desarrollar empatía, según investigaciones.

Con poca ayuda del gobierno de Tijuana, voluntarios de ambos lados de la frontera han intervenido para ofrecer clases a algunos niños. Pero justo cuando uno de estos proyectos ganaba fuerza, llegó la pandemia de la COVID-19.

ImageEl autobús del proyecto School Box afuera de un albergue en 2019. Durante meses, hasta que la pandemia los obligó a parar, el aula móvil con los colores del arcoíris llevó a profesores voluntarios hasta los migrantes que esperaban en México su audiencia en el tribunal migratorio de Estados Unidos.
Credit…Picture Alliance vía Alamy

Andrea Rincón Cortés, de 21 años, siente una profunda conexión con los migrantes. Su padre intentó cruzar la frontera en 1992, pero terminó por asentarse en Tijuana, donde ella nació y se crio. A medida que crecía, vio que cruzar era una cuestión de supervivencia para la mayoría de los migrantes. Cuando era adolescente, comenzó a visitar albergues y a coordinar donaciones. “Sentí este acercamiento con ellos porque me veo reflejada ahí”, dijo.

En julio de 2019, mientras hacía malabares con los cursos universitarios y su trabajo en una organización sin fines de lucro llamada Border Angels, Rincón Cortés descubrió el School Box Project, una organización internacional que lleva actividades educativas a niños refugiados en Grecia, Bangladés y Siria. Rápidamente propuso llevar también estas actividades a los niños migrantes en la frontera mexicana.

Durante los siguientes meses, ella y otros cuatro voluntarios de ambos lados de la frontera, a bordo de un autobús escolar con los colores del arcoíris convertido en un aula móvil, visitaron tres albergues de Tijuana para dar lecciones de dos horas a los niños. “Nos enfocamos al principio en hacer actividades de arteterapia para identificar qué necesidades educativas y emocionales había”, dijo Rincón Cortés.

En 2019, Andrea Rincón Cortés, de 21 años, se convirtió en voluntaria para dar clases a niños en los albergues de la frontera mexicana. Cuando la pandemia obligó a parar su programa de aula móvil fundó su propia organización sin fines de lucro para darle clases virtuales a los niños migrantes.

Credit…Guillermo Arias para The New York Times

Después de crecer en lugares peligrosos y experimentar traumas durante su trayecto a la frontera, los niños migrantes desarrollan a menudo inseguridades permanentes y tienen problemas para relacionarse con el mundo, explicó Casas. También tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos de salud mental como el trastorno de estrés postraumático.

La educación y el sentido de la rutina adquieren un significado más profundo para ellos, según Casas, que ha tratado a niños refugiados durante más de 20 años. Dijo que disminuye su ansiedad al proporcionar un entorno seguro donde pueden concentrarse en el conocimiento útil, en lugar de la atmósfera angustiante que los rodea.

En una fría mañana de diciembre del año pasado, abordamos el autobús-salón de clases en el puerto de entrada El Chaparral y viajamos con dos voluntarios que darían clases aquel día. La gente miraba el autobús escolar pintado de arcoíris en medio de una corriente de autos monótonos en las calles de Tijuana. Tan pronto llegamos al albergue, una decena de niños salió corriendo para saludarnos, abrazándonos las piernas y saltando sonrientes. Luego se sentaron a pintar, unos con los dedos, al azar, otros representaban su viaje por el desierto.

Zaida Guillén, la directora del albergue Embajadores de Jesús, dijo que las clases cambiaron la conducta de los niños y les permitieron florecer. “Los niños se empezaron a integrar, empezaron a tener más respeto, trabajaban en equipo”.

La escuela móvil pareció distraerlos de sus terribles experiencias, señaló Dulce García, abogada de inmigración en San Diego y directora de Border Angels. “Por lo menos tienen ese momento donde son niños, donde tienen que hacer tarea o pueden hablar de la situación con un experto”.

Niños migrantes juegan en la iglesia y albergue Embajadores de Jesús, a unos 5 kilómetros al sur de la frontera entre México y Estados Unidos, en Tijuana.

Credit…Guillermo Arias para The New York Times

Después de ocho meses, el proyecto del autobús escolar funcionaba sin problemas. Los niños estaban acostumbrados al horario, confiaban en los voluntarios (que también enseñaban matemáticas e inglés) y los extrañaban cuando no podían llegar. “Ellos ya te ven como parte de sus vidas”, dijo Rincón Cortés.

Pero luego, en marzo, ambos países cerraron sus fronteras y los gobiernos emitieron órdenes de quedarse en casa debido a la pandemia. La directora de School Box Project le dijo a Rincón Cortés que no podían seguir impartiendo clases de manera segura y que terminaban sus programas en todo el mundo. Rincón Cortés llevó a los niños al cine como una excursión de despedida, y luego ella y los voluntarios se quedaron sin el autobús para continuar con su enseñanza.

Los hijos de Morales Becerra, junto con los otros 75 niños en los tres albergues, quedaron repentinamente a la deriva, en confinamiento, mientras sus padres se enteraban que sus citas en la corte para solicitar asilo se retrasarían debido al coronavirus. O peor aún: que podrían verse obligados a volver a la violencia de la que huían.

A medida que los donativos y la ayuda disminuyeron durante los siguientes dos meses, los niños del albergue Embajadores de Jesús estaban desesperados, estresados y aburridos sin sus lecciones. “Todas las ayudas dejaron de venir. Los doctores, las donaciones, el psicólogo… Todo”, dijo Morales Becerra.

Su hijo mayor, Jesús, de 12 años, tenía una copia de Harry Potter y la piedra filosofal, que cuenta las aventuras de un joven mago. “Como no tenía nada que hacer, lo terminaba y lo volvía a leer. Lo terminaba y lo volvía a leer”, dijo.

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Credit…Guillermo Arias para The New York Times

Cuando vivía en Michoacán, Morales Becerra había sido una madre soltera que tenía dos trabajos. Ahora, en el albergue durante el confinamiento, languidecía en depresión. “Yo no he estado acostumbrada a no hacer nada, siempre tengo que estar activa”, dijo. “Yo ya estaba desesperada”.

Cuando se dio cuenta de que su hijo menor, Axel, de cinco años, no recordaba la mayor parte de lo que había aprendido en la guardería el año anterior, le preguntó a Guillén si podían iniciar clases informales para los más pequeños, y pronto se encontró enseñando matemáticas y lectura a los habitantes más jóvenes del albergue.

Mientras tanto, al otro lado de la ciudad, Rincón Cortés elaboraba su propio plan para seguir con la enseñanza. Para ella, era algo más que ofrecer clases a los niños. Quería hacerles sentir que alguien los estaba cuidando, dijo. “Que ellos importan”.

Fundó su propia organización sin fines de lucro, llamada International Activist Youth, y reclutó a otros estudiantes universitarios para ayudar a enseñar. Pero era obvio que el aprendizaje a distancia era la única forma segura de llegar a los niños. Recurrir a métodos en línea significaba que tenían que establecer en el albergue un servicio de internet confiable y computadoras. Una donación de 500 dólares los ayudó a impulsar el nuevo proyecto.

Para julio, tenían ya una conexión a internet en el albergue, y trajeron proyectores, bocinas, sillas y otros materiales donados para las clases. Rincón Cortés también tuvo que entrenar a los maestros voluntarios a interactuar con los niños migrantes. Los pequeños detalles, como aprenderse el nombre de un niño o reconocer activamente su trabajo, les da a los pequeños un sentido de confianza en sí mismos y dignidad.

A mediados de julio, empezaron a enseñar. Rincón Cortés y su equipo de 14 voluntarios ahora brindan más lecciones de las que podían con el autobús escolar. Matemáticas, inglés, lectura y arte en línea ocupan la mayor parte de los días de los niños. “Ya mis hijos me advirtieron que no los voy a ver en todo el día por tanta actividad que hay”, dijo Morales Becerra, riendo.

Aunque su hijo Jesús extraña la interacción en persona con sus maestros, le gusta tener más lecciones. También hay otros aspectos positivos. “Me siento mejor porque si estuvieran aquí los maestros me daría más vergüenza”, dijo Jesús, quien siempre ha sido tímido. Ahora que las lecciones son en línea, participa más.

Su hermano menor, Axel, también está ocupado con las clases. “Apenas estoy aprendiendo a leer”, dijo. “Puedo leer: ‘Mamá me ama’”.

Ambos niños siguen soñando con su futuro. Mientras Jesús quiere convertirse en biólogo marino o arquitecto, Axel se debate entre ser policía, soldado o pizzero.

Las clases virtuales también incluyen lecciones sobre los derechos internacionales básicos del niño, como el derecho a tener un hogar seguro, a estar protegido contra la violencia o a recibir una educación. “Vemos un derecho por sesión”, dijo Rincón Cortés. Esto ayuda a preparar tanto a los niños como a los padres para reconocer los abusos y la violencia. El nuevo programa también ayudará a las familias a ponerse en contacto con consejeros y organizaciones para obtener asesoramiento legal o psicológico.

Aunque México y Estados Unidos han comenzado a abrirse después del confinamiento, Rincón Cortés planea continuar con las clases virtuales. Morales Becerra dijo que ella y muchos otros padres comienzan a encontrar estabilidad y un sentido de esperanza, aunque su objetivo aún es cruzar la frontera después de que se reanuden las citas en las cortes.

“Tengo muchos planes”, dijo. “Quiero estudiar y solo tengo la secundaria y espero me ayude para sacar a mis chiquillos adelante”.


Myriam Vidal Valero es una periodista mexicana que cubre salud y ciencia. Es miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia.

Rodrigo Pérez Ortega es un periodista radicado en Washington D. C. que cubre salud y ciencia.

La reportería para esta historia fue financiada por la Beca Rosalynn Carter para Periodismo en Salud Mental.

Fuente: https://www.nytimes.com/es/2020/08/18/espanol/america-latina/escuela-frontera-mexico.html

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