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Las universidades árabes tendrán su propio sistema de evaluación de la calidad educativa.

Africa/Egipti/www.universityworldnews.com

El pasado lunes, la Asociación de Universidades Árabes acordó embarcarse en un proceso de clasificación de todas las universidades árabes con el objetivo de lograr la coherencia en los criterios utilizados para evaluar las instituciones en las clasificaciones universitarias mundiales.

La Asociación de universidades árabes tiene su sede en Amman, Jordania. Fundada en 1964, tiene miembros en 20 países de Medio Oriente y África del Norte y del Este. Está comprometido con el avance de la educación superior, trabajando en el marco de la Liga Árabe.

El Dr. Amr Ezzat Salama, secretario general de la asociación, dijo que la necesidad de una ‘clasificación árabe de universidades’ ahora era urgente. El proyecto de clasificación se lanzará en cooperación con varias instituciones y organizaciones árabes e internacionales tan pronto como se completen los preparativos para la evaluación cualitativa de las universidades de la región. Según los informes

El Dr. Maged Negm, presidente del consejo ejecutivo de la asociación y presidente de la Universidad de Helwan en la República Árabe de Egipto, dijo:Las universidades árabes tenían el deseo de desarrollarse y modernizarse para mantenerse al día con los desarrollos mundiales, y que un sistema de clasificación competitivo y transparente únicamente para las universidades árabes motivaría inevitablemente a las universidades árabes a avanzar. Dijo que la Universidad de Helwan solicitaría ingresar al sistema de clasificación tan pronto como sea funcional.

La iniciativa de clasificación está motivada por el hecho de que las universidades árabes de la región están clasificadas por diferentes organismos de acuerdo con criterios específicos que no son unánimes.

En el ranking de Shanghai de las mejores universidades del mundo en 2019, Arabia Saudita y Egipto afirman su liderazgo en el Medio Oriente, mientras que en el Magreb, solo la Universidad de Túnez El Manar se encuentra entre los primeros 1,000.

Entre las 15 principales instituciones de educación superior africanas se encuentran las de Túnez, Egipto, Sudáfrica y Nigeria, pero no Argelia, según QS World University Rankings 2019.

En Argelia, el problema se complica por una variedad de actitudes hacia las clasificaciones mundiales.

El año pasado, en un intento por explicar por qué las universidades argelinas permanecen en la parte inferior de las clasificaciones mundiales, el ex ministro de educación superior e investigación científica Tahar Hadjar sugirió que las principales universidades confíen en elementos sin importancia, como los premios Nobel, para pasar a la cima de la lista. clasificaciones internacionales. Según el ministro, un Premio Nobel no tiene impacto en la calidad de la educación.

«Supongamos que la universidad argelina tiene un Premio Nobel en las filas de su facultad. ¿Cuál sería su impacto en la calidad de la capacitación?», Preguntó.

Si creemos en las palabras surrealistas del ex ministro, no tendrá impacto

» . Incluso si tuviéramos 10 Premios Nobel, no tendrá ningún impacto», dijo.

En ese momento, los comentarios de Hadjar fueron ampliamente debatidos en Argelia. El ex ministro más tarde aclaró sus comentarios, según los informes , diciendo que creía que el ranking mundial de universidades No se hizo sobre la base de criterios científicos y la Universidad de Argel merece algo mejor que estar ubicada en 2.341 en el mundo.

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=20190926090253994

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“Es muy distinto África narrada por un africano que descrita por un europeo”

Por: Chema Caballero

Assane Sosseh habla de las imágenes con las que capta la cotidianidad de Dakar y su incursión en los retratos de la sociedad madrileña

“Es muy importante que los africanos contemos África”, afirma tajantemente el fotógrafo senegalés Assane Sosseh. “Es muy distinto África narrada por un africano que descrito por un europeo. El africano está inmerso en su propia cultura, en su propia vida. Tienes que estar en el corazón de un barrio para comprender los problemas de sus gentes, de esa sociedad. Son cosas que tienes que vivir desde dentro para poder explicarlas en su propio contexto, sin falsificarlas. Sin embargo, muchas veces las fotos son descritas de tal forma que no tienen nada que ver con la realidad de donde han sido tomadas», decribe Sosseh, que considera que por eso los africanos están mejor situados para contar lo que sucede en África. «Llevo en Madrid ocho meses y todavía no llego a comprender ni a conocer muy bien esta sociedad. En cambio, muchas personas que vienen a África muy poco tiempo, con sus imágenes dan la impresión de que la conocen a fondo”, añade.

Sosseh no presume de conocer África. Él nació en Dakar y conoce su país. “Soy un senegalés que cuenta Senegal, o mejor, Dakar, que es la realidad donde he crecido y madurado”. Si algo caracteriza sus fotografías es que siempre muestran la dignidad de la persona en mitad de la situación en la que vive, sus sacrificios por salir adelante y su capacidad de esfuerzo y trabajo. “Los senegaleses son muy trabajadores. Todo el mundo está en la calle buscándose la vida y yo quiero mostrar esta faceta de la sociedad senegalesa. A pesar de que no hay mucho trabajo en el país, la gente hace lo que puede con lo que tiene. Cuando ves mis fotos dirías que son el paradigma de la pobreza, pero la persona fotografiada muestra siempre una sonrisa o un brillo en sus ojos que son el distintivo de su dignidad”.

Sosseh proviene de una familia de artistas. Es hijo de Laba Sosseh, pionero de la fusión afrocubana y primer disco de oro del continente. Su madre, Madeleine Tall, fue directora de escena del Teatro Nacional de Dakar. Él tocó el bajo en la orquesta de su barrio y tiene dos hermanos músicos. Empezó a hacer fotografía muy joven porque el padre de un amigo trabajaba en Air France y les traía cámaras no profesionales. Cuando en el barrio había una fiesta o una celebración iban al mercado de la Medina y compraban un carrete de 36 exposiciones. Él se encargaba de hacer las fotografías y, si les sobraba algún disparo, al día siguiente retrataban a sus amigos en sus casas. Fue así como empezó a interesarse por la fotografía callejera. Más tarde, entró en la Escuela de Bellas Artes de Dakar donde era necesario tener una cámara para captar escenas antes de dibujarlas. Después estudió infografía donde también tenía que hacer fotos y vídeos. A partir de ahí se incorporó en un colectivo de fotógrafos llamado Regards sur la ville, con el que expuso en la Bienal de Dakar de 2016. Dentro de este grupo, el artista Boubacar Touré diseñó un proyecto para fotografiar y mostrar la insalubridad y el abandono de la comuna de Rufisque, en Dakar, que también cuajó en una exposición.Mercado de pescado de Tiléne, Medina, Dakar.

Mercado de pescado de Tiléne, Medina, Dakar. ASSANE SOSSEH

Desde entonces ha seguido haciendo su trabajo individualmente y captando imágenes tanto en Dakar como en sus viajes por el país, buscando mostrar lo cotidiano, las escenas insólitas que llaman su atención, sobre todo de lo que ocurre en su ciudad. «Es esta mirada la que he querido enseñar aquí en Madrid y es por lo que hice una primera exposición en enero en la que mostré la cotidianidad de Dakar: la playa, los mercados, las calles, la actividad, los vendedores ambulantes…” cuenta el fotógrafo.

“Mi mirada ha evolucionado mucho desde que comencé a hacer fotografía”, confiesa Sosseh. “Me he vuelto mucho más curioso, incluso cuando camino sin la cámara de fotos la mirada se ha vuelto mucho más atenta, hay cosas y personas que me interrogan. Quizás antes las veía y no me cuestionaban, por eso siempre camino con mi cámara. Esta es la clave de la fotografía callejera. En la foto de calle las escenas son espontáneas, inmediatas, y hay que estar preparado para capturarlas. La escena va a desaparecer rápidamente y siempre puede darse delante de ti, en cualquier ocasión», prosigue el artista. «Aquí, en Madrid, hay un gran cambio de escena, pero sigue dándose la misma situación con imágenes que cuestionan: las personas mayores con sus perros, que no verás nunca en Senegal, por ejemplo. Aquí hay muchas más reglas, más condiciones. En Dakar hay mucha más locura que en Madrid. En wólof decimos mbéd mi mbédou bour leu, la calle no pertenece a nadie, pertenece a todo el mundo y esto conforma un modo de vivir la ciudad. Pero yo puedo hacer fotos allí donde esté porque la fotografía callejera está en todas partes”, añade.

Cada vez que sale con su cámara por las calles de Madrid, Sosseh es cuestionado. Muchas personas le preguntan qué hace, qué si ese es su trabajo… porque a muchos les llama la atención ver a “un africano en Madrid con una cámara”. Confiesa que en esta ciudad hace las fotos con mucha timidez porque la actitud de la gente es muy distinta de la de los senegaleses. “En Dakar la gente te puede pedir que les hagas una foto, o si le preguntas a alguien si puedes hacerle una, se prepara, se peina para ella, también puede ser al contrario, que la gente salga corriendo como si la cámara fuese un arma. Pero aquí no ocurre ninguna de las dos cosas, nadie te pide que le hagas una foto, les es indiferente”. Sosseh vive ahora entre Madrid y Dakar y sus planes de futuro pasan por continuar con lo que más le gusta: hacer fotos en las dos ciudades con la intención de preparar próximas exposiciones.

Vendedor ambulante, Medina, Dakar.
Vendedor ambulante, Medina, Dakar. ASSANE SOSSEH

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/06/27/africa_no_es_un_pais/1561647976_199548.html

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El deporte femenino que arrasa en el África austral

África/Malawi/03 Octubre 2019/El país

En Malawi, el ‘netball’ trasciende a la actividad física y sirve para crear espacios de convivencia y relaciones entre mujeres de distintas edades y comunidades

Al hablar de deporte femenino se tiende a pensar en una actividad minoritaria que, salvo el fútbol, cuenta con poca repercusión social. Sin embargo, hay uno que arrasa en el África austral: el netball. En Malawi es el más practicado entre las mujeres, y la selección nacional femenina, llamada The Queens, es una institución dentro y fuera del país. En un contexto en el que una mujer tiene una media de cinco hijos y donde el 25% de los nacimientos son de madres adolescentes, practicar este deporte implica una forma de relacionarse entre ellas y de generar espacios donde pueden empoderarse y hablar de temas que en otros contextos serían tabú.

El netball es un deporte similar al baloncesto muy extendido entre los países de la Commonwealth. Con equipos de siete jugadoras que tienen que ir pasándose el balón, sin poder botar en el suelo, hasta que las tiradoras puedan colarlo en la canasta del equipo contrario, situada en un extremo del campo. Es eminentemente femenino, y aunque en los últimos años se han ido creando equipos masculinos o mixtos, lo practican sobre todo mujeres y la media de las jugadoras de la selección nacional es de 31 años. En el último campeonato mundial, celebrado en julio en Liverpool, Malawi quedó en sexta posición. Según datos de la ONU, Malawi es el sexto país más pobre del mundo, con más de la mitad de la población bajo el umbral de la pobreza.

A lo largo del país es muy frecuente encontrar campos de netball en las escuelas y aldeas, y a grupos de mujeres o niñas jugando un partido improvisado sobre la tierra roja y polvorienta. Lo practican jóvenes y mayores, desde monjas a estudiantes o madres de familia, y es de los pocos momentos en que cambian el tradicional vestido chitenje por un pantalón.

La integración social en las comunidades

Con esta idea presente, cuando las mujeres de las comunidades tradicionales de Kachere y Kaphuka, en el distrito de Dezda, intentan organizar una actividad en común, todas coinciden en que quieren tener un espacio de ocio y jugar al netball. Mujeres de pequeñas aldeas, que viven de la agricultura, y prácticamente todas madres de familia, se reúnen durante varias semanas para establecer unas reglas comunes de juego y fijar un día para un campeonato, pensando también en poder organizar una liguilla a lo largo del año. Para ellas es un aliciente para tener un espacio propio, una excusa para juntarse con otras mujeres. Algunas juegan mejor, otras son más altas o más jóvenes y tienen más energía, pero da igual. Lo que les interesa aquí es la relación que se va creando entre comunidades, que trasciende más allá del equipo y sirve para atajar posibles conflictos.

El público salta al campo para celebrar un tanto marcado por el equipo de Mlinga, en Malawi.ampliar foto
El público salta al campo para celebrar un tanto marcado por el equipo de Mlinga, en Malawi. R. PERIAGO

En el campo de la escuela de primaria de Mtendere se reúnen unas 200 jugadoras procedentes de Mlinga, Mkantho, Nthulo, Mgundadzuma, Mtande, Ntakati y Mtendere, las siete comunidades que se van a ir enfrentando en diferentes partidos a lo largo de toda la jornada. Faltan las de Nthulo, que no han podido asistir porque les coincide con un funeral en la aldea ese día. Todas vienen andando desde sus pueblos, cargando a la espalda los bebés y sobre la cabeza los útiles para cocinar, esterillas y lo que van a necesitar durante la jornada. El campo de césped y tierra enseguida se va llenando de gente que se acomoda en el suelo, en los soportales de la escuela y a la sombra de un gran árbol.

Con el apoyo logístico de una ONG española, mujeres de diferentes edades, con numerosos bebés y niños pequeños, se juntan para jugar, pero también para animar a los equipos, cocinar y pasar un día en común con otras de aldeas cercanas, con las que van creando vínculos. Jennifer y Mele son de las jugadoras más jóvenes. Tienen 20 años y ambas son de Mlinga. “Estoy muy feliz con esta experiencia”, cuenta Jennifer mientras da de mamar a uno de sus hijos. “El netball hace que mi cuerpo esté más fuerte”.

La salud es el argumento principal que esgrimen cuando se les pregunta por este deporte. En un contexto donde la medicina tradicional convive con los hospitales y donde por cada mil habitantes hay 0,02 médicos, cuidar el cuerpo no es solo por razones de estética, sino para evitar enfermedades. Según datos del Banco Mundial, un 4,4% de las mujeres entre 15 y 24 años en Malawi son portadoras de VIH, una dolencia que, pese a que el Estado financia antirretrovirales, sigue causando unas 13.000 muertes al año, aunque la incidencia ha ido bajando. También justifican el practicar deporte porque así se mantienen ocupadas. “Jugamos para evitar estar bebiendo cerveza y otros vicios”, señala Esintha, de 32 años, con cuatro hijos y de Nkantho.

Cánticos y gritos en lengua chichewa animan a los equipos en un ambiente latente de rivalidad entre pueblos vecinos, porque a nadie le gusta perder. Emilda Khulungira tiene 37 años y es la entrenadora del equipo de Mgundadzuwa. Ha ido anotando en un cuaderno todos los tantos marcados y los fallos cometidos durante los partidos: “Intento enseñarles las reglas del netball, cómo jugar, cómo tocar la pelota y hacer jugadas mejores”, se justifica. “Estoy un poco triste porque hemos perdido, pero llevamos entrenando solo dos meses”, señala.

Después de más de tres horas de partido, al que apenas unos pocos hombres se han acercado curiosos, se las nota cansadas tras una eliminatoria amenizada por los bailes y cantos del público. Durante la competición, algunas dejan la camiseta para amamantar a sus bebés y luego vuelven a ponérsela para retornar al campo. Todas animan a sus compañeras, varias cocinan, y más tarde, recogen las cosas para regresar caminando a sus casas. Sin embargo, no se van con las manos vacías: aunque el balón se lo quedan las jugadoras del equipo anfitrión para los próximos partidos, todas han conseguido crear por unas horas un espacio de convivencia y entretenimiento.

Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/09/24/planeta_futuro/1569334038_227402.html

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.PNG: Has education policy reform worked?

The ambition to improve the quality of teaching and
provide free education has not entirely matched reality.

Papua New Guinea continues to reform its education sector. In recent years, the spotlight has been on teaching quality. Research by the World Bank indicates that teacher effectiveness is the most important school-based predictor of student learning. Despite this, PNG has lacked a clear roadmap and funding for the upskilling of teachers.

The Tuition Fee Free (TFF) policy was launched in PNG in 2012. It was the fourth attempt at providing free education. Initial reviews of the policy found it to be successful in reducing financial costs to families, with most schools surveyed having received the subsidy. In recent years, however, it has become evident that implementation of the policy has varied significantly between provinces, and contradictory approaches to financial management have caused confusion and inefficiencies.

While a main priority of the TFF policy is to reduce costs to households, TFF subsidies have not always been paid in full, requiring parents to contribute additional funds. In 2016, the subsidy was separated into three buckets – a cash administration component, a teaching and learning component, and an infrastructure component. Previously, schools had been issued TFF subsidies directly, but following the 2016 reforms, only the administration component was given to schools, with the other two components going to the provincial government.

Partly, this was born of concerns that schools were not managing the funds properly and required greater oversight from provincial administrators. Anecdotal evidence suggests that some administrators police the funds rigidly and have implemented their own compliance requirements for schools in order to issue funds.

As of 2019, the TFF policy continues to operate successfully in some provinces, with limited success in others, particularly remote and island provinces such as Gulf and Milne Bay. The main concerns raised by educators are that TFF subsidies are not received on time, and parents are having to contribute their own fees, which in some instances keeps them from sending their children to school at all.

In 2016, the National Department of Education announced that it would terminate the contracts of more than 3000 partially trained elementary teachers within 12 months if they didn’t complete their certification. After the Kokoda Track Foundation and the PNG Education Institute committed to training them, the Department agreed to extend the deadline for certification to the end of 2018.

Between 2016 and 2018, 3685 partially trained teachers across 14 provinces received their elementary certification. In most case, the teachers had completed one of three parts of their training, which then varied the length of the training required for completion. After additional training, they were certified to teach all three years of elementary schooling.

The Government of PNG has remained focused on teacher quality, in order to see large-scale improvements to teaching outcomes. Elementary teachers in some provinces reportedly remain unpaid and have no indication of when they can expect to be on the payroll. There has been confusion around the accreditation process, and ongoing delays, which have prevented teachers who work full-time from being paid, including in Milne Bay and Southern Highlands provinces.

The current system of education in PNG is known as 3-6-4, which involves three years of elementary, six years of primary, and four years of secondary school. In alignment with the Australian system, and other education systems, the PNG has committed to transitioning to 1-6-6, meaning one year of elementary and six years of primary and secondary, respectively.

Minister for Education Joseph Yopyyopy announced at an education conference in Goroka in July 2019 that the 1-6-6 transition would be rolled out by 2030. In order to make this transition, teacher qualifications will need to be upgraded, alongside improvements to school infrastructure. The newly trained cohort of elementary teachers will lose two-thirds of their students, requiring them to retrain as primary teachers, teach only first-year students, or prepare for incoming pathways into newly proposed early-childhood care and education.

Although 1-6-6 makes sense in theory, implementation of the policy is causing concern. Schools are concerned they don’t have adequate infrastructure as is, and classes are already overcrowded. Opportunities for further training and professional development for teachers are scarce, and monitoring of teacher performance is equally uncommon. Thus, there is very little baseline data on teacher quality across the country, nor any plan on how the national population of teachers will be upskilled in readiness for 1-6-6.

In the wake of PNG hosting Asia-Pacific Economic Cooperation (APEC), questions have been raised about whether expenditures intended for the education budget were reallocated to APEC spending, including the purchase of luxury vehicles for delegates. In July 2019, the then–Shadow Treasurer and now Treasurer Ian Ling-Stuckey asked parliament why there had been an education underspend of up to 50%.

There is continued concern regarding teacher salaries, and a fear of further pay cuts. Deterring high-performing young people from entering teaching careers, out of a belief that the salary and benefits will be limited, is a risky step in the wrong direction for PNG.

Despite these concerns and challenges, anecdotal evidence suggests that there is widespread commitment among teachers to the profession and that many identify alternative pathways in which to support their schools and their positions, including partnerships with communities, Churches, and NGOs.

Further reform is needed. A nationwide stock-taking of school infrastructure needs would be a possible starting point. Further, teachers and trainers require greater performance monitoring, as well as further opportunities for training and professional development. For PNG to achieve its vision of having a world-class education system, teachers need to be appropriately trained, resourced, and supported, and other stakeholders in the education sector need clear and evidence-based directives from the top to promote collaboration and consistency, rather than contradiction and confusion.

Fuente de la Información: https://www.lowyinstitute.org/the-interpreter/png-has-education-policy-reform-worked
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‘Arrestan y procesan a niñas embarazadas de la escuela de Tanzania’

Redacción: Allafrica

A medida que el gobierno lucha por mantener a las alumnas en las escuelas, se está desarrollando una tendencia atroz en el distrito de Nkasi, región de Rukwa, donde los informes indican que más de 200 alumnas han abandonado la escuela en un período de seis meses como resultado de embarazos adolescentes.

Esto significa que al menos 33 niñas abandonan la escuela cada mes, una situación que pinta una imagen sombría del distrito en términos de tasas de deserción escolar en el país. La Directora Ejecutiva del Consejo del Distrito de Nkasi (DED), Missana Kwangura, dijo por teléfono al «Daily News» que se están centrando en los embarazos de adolescentes en el distrito, insistiendo en que plantea grandes desafíos que se pueden denominar como el desastre del distrito.

«Es cierto, los casos de embarazos de adolescentes en escuelas secundarias en el distrito de Nkasi son peores y desalentadores, dado que más de 200 alumnas han abandonado la escuela … la mayoría de ellas son de escuelas secundarias, en realidad plantea inmensos desafíos que pueden calificarse de catarsóficos «, explicó DED.

«La provisión de comidas en las escuelas es de suma importancia, que los padres y tutores, los comités escolares y los miembros de la junta han sido sensibilizados al respecto», explicó el Sr. Kwangura.

Una sección transversal de los concejales del Consejo de Distrito de Nkasi entrevistados por este documento recientemente al margen de su reunión del Consejo Completo sugirió que ya era hora de que las autoridades relevantes vean la importancia de arrestar y enjuiciar a las niñas embarazadas.

«Más de 200 niñas en edad escolar que están embarazadas en un período de seis meses es impactante, y se debe hacer algo tangible para abordarlo … como fue el caso en el que los hombres que embarazaron a niñas estudiantes fueron arrestados y procesados, lo mismo debería se aplicará a las alumnas «, dijo el concejal de Kabwe Ward, Sr. Asante Lubisha.

Varios consejeros hicieron eco de un sentimiento similar, incluido el Presidente del Consejo del Distrito de Nkasi, Sumuni Mwanakulya. Mientras tanto, el Sr. Kwangura dijo en este documento en una entrevista telefónica que alrededor de 2,999 alumnos que comenzaron el Estándar Uno en 2013 no pudieron alcanzar el Estándar Siete debido a varias razones, que incluyen absentismo, enfermedad y embarazos.

«Alrededor de 8.347 alumnos se matricularon en el Estándar Uno en 2013, entre ellos, las niñas eran 4.263 y los niños 4.084 … de ellos, unos 5.348 se inscribieron para rendir el Examen Nacional Estándar Siete celebrado el 12 y 13 de septiembre de este año, «señaló el Sr. Kwangura. Además, explicó que 91 alumnos en el distrito de Nkasi no se presentaron al Examen Nacional Estándar Siete este año, entre ellos 48 niñas y 43 niños.

Fuente: https://allafrica.com/stories/201909190481.html

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Análisis del Sector Educativo de Nigeria: una síntesis analítica de rendimiento y sus aspectos principales

Autor: Banco Mundial

Reseña: Nigeria anticipa actualmente otra «independencia» tras el final del colonialismo británico en 1962. La población del país ahora espera liberarse de una larga historia de regímenes militares autoritarios y rapaces que han gobernado el país, a excepción de breves intervalos de democracia, para la mayoría de las cuatro décadas intermedias.

DESCARGAR en: https://siteresources.worldbank.org/NIGERIAEXTN/Resources/ed_sec_analysis.pdf

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Tanzania: Zanzíbar regulariza a los curanderos

África/Tanzania/26 Septiembre 2019/El país 

El uso en África de sanadores pone en peligro muchas veces la medicina tradicional. Zanzíbar ha dado un paso adelante para colaborar con ellos y mejorar el control de calidad y estandarización de las plantas usadas como medicamentos

Las autoridades de Zanzíbar, un archipiélago del océano Índico, están decididas a regularizar a los curanderos que tratan toda clase de dolencias, desde depresiones hasta hernias, y por eso están elaborando un registro de médicos tradicionales que utilizan hierbas, escrituras sagradas y masajes.

Según Hassan Combo, registrador del Consejo encargado de la tarea, desde que esta región perteneciente a Tanzania, en África oriental, aprobó la Ley de Medicina Tradicional y Alternativa en 2009, se ha inscrito en la lista a más de 340 mgangas [curanderos], y se calcula que hay otros 2.000 que esperan ser añadidos.

La sanadora tradicional Bi Mwanahija Mzee, de 56 años, ya está registrada. Atiende a los pacientes en su concurrida clínica, donde las mujeres hacen cola bajo el primer sol de la mañana mientras acunan a sus hijos enfermos. Una familia busca alivio para un pequeño que sufre de una hernia umbilical porque tienen miedo de que, si lo llevan al hospital para que lo operen, se morirá, mientras que una embarazada que ha tenido varios abortos acude para recibir consuelo, hierbas y oraciones que le aseguren que, esta vez, el bebé sobrevivirá.

“La gente viene porque yo le doy verdadera ayuda. Tengo muchos pacientes que primero fueron al hospital y no les curaron o los medicamentos que les dieron no funcionaron”, asegura esta sanadora, que aprendió el oficio de sus padres. “Hace más de 20 años que trabajo en esto seis días a la semana, así que lo hago mejor y sé más que ellos. Los que vienen a mi consulta no se mueren”.

Para entrar en el registro, los mgangas tienen que tener 18 años, al menos tres de experiencia y una carta de recomendación de un médico tradicional experimentado. Un consejo formado por 11 miembros, entre los que puede haber parteras, curanderos de prestigio, ancianos y abogados, aprueba cada mes las solicitudes. Combo explica que la intención del Gobierno no es imponer métodos a los supuestos sanadores, pero sí colaborar con ellos en el control de la calidad, por ejemplo, asegurando que todas las plantas que utilizan como medicamentos cumplen los mismos estándares.

El funcionario añade que un grupo organizado por la oficina de registradores pone en contacto a los médicos con los curanderos para darles formación sobre determinadas enfermedades como la hipertensión o la diabetes, o sobre el embarazo. Los mgangas comparten con los facultativos información referente a las estadísticas y las necesidades de los pacientes.

Espíritus sobrenaturales

Algunos sanadores utilizan hierbas; otros, textos del Corán, el libro sagrado de los musulmanes. La mayoría emplean ambas cosas. La creencia en los espíritus sobrenaturales, como los djinns, desempeña un papel importante. Haji Mrisho es uno de los médicos tradicionales que se dedica principalmente a dar bendiciones a las embarazadas para evitar que sus bebés sean poseídos por estos genios. También los hay que leen el Corán para expulsar a los djinns, a los que se culpa de muchas enfermedades. Es el caso de los jeques de la clínica naturópata Shifaa. Mwanahija Mzee usa una combinación de masajes, medicamentos elaborados a base de raíces, hierbas y hojas, y versículos coránicos, a veces escritos en un plato con colorante alimentario rojo. El plato se enjuaga, y el agua se bebe como parte del tratamiento médico.

Algunos pacientes, como Fatma Hamad, afirman que se fían más de los curanderos que de los hospitales públicos saturados de usuarios y faltos de fondos, en los que muchas personas tienen la sensación de que sus enfermedades no reciben el tratamiento adecuado.

Fatawi Haji Hafidh, director de la clínica Makunduchi, el segundo hospital público más grande de la isla principal de Zanzíbar, reconoce que es posible que los médicos y las enfermeras, sobrecargados de trabajo, no dispongan de equipo diagnóstico o no tengan tiempo para visitar a los pacientes. Estos, por su parte, a veces no se pueden permitir las medicinas que les han recetado, o dejan de tomarlas antes de tiempo, lo cual provoca recaídas y aumenta su desconfianza en los servicios sanitarios oficiales.

Muchos creen, sencillamente, que el problema son los djinns. Fatma Hamad llevó a su hija de dos años al hospital cuando se le paralizó una pierna durante un episodio de fiebre alta. El hospital no consiguió averiguar cuál era el problema utilizando rayos X, así que recomendó a la madre que buscase un curandero. Mwanahija Mzee empezó a dar masajes a la niña, y después de unas cuantas sesiones, la movilidad mejoró. Hamad considera que esto demuestra que la enfermedad era consecuencia de una posesión. “Ha tenido que ser un djinn, como me dijo Bi Mwanhija”, concluye.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/09/18/planeta_futuro/1568805303_086009.html

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