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Kenya: CS Magoha: Social distancing in schools will be a challenge

Africa/Kenya/28-06-2020/Author and Source: www.kbc.co.ke

Education Cabinet Secretary Prof George Magoha has acknowledged that social distancing in schools will be a major challenge ahead of the planned September re-opening.

Speaking in Kitui County Textile Centre (KICOTEC) on Wednesday, Magoha said the existing infrastructure in schools will not support such a recommendation given the learner population.

Magoha, however, said teachers will be required to report two weeks before reopening as part of the new measures to necessitate specialized training on management of COVID-19.

On students, the CS said the government will ensure schools get 24 million masks by September so that each child gets at least two.

“The government will procure 24 million face masks from government institutions of Rivatex, Kicotec and the National Youth Service (NYS) for school children ahead of September re-opening.”

“Once we agree on the prototype, then we will get the pricing so that when schools open in September, face masks will be in the institutions by mid-August as per the presidential directive,” Prof Magoha added.

“Every school will be required to also have thermal guns for temperature checks,” he said.

These are part of the measures that will have to be put in place in schools as the country grapples with the virus.

The minimum requirements upon reopening have been outlined as clean running water and soap for handwashing or hand sanitizers.

The institutions will also be required to sanitise often-touched surfaces such as doorknobs, light switches and stair railings with disinfectants.

In March, the government closed all schools in a bid to avert the unrestrained spread of COVID-19.

President Uhuru Kenyatta on June 1 asked the Education and Health ministries to chart the path towards reopening learning institutions.

Kenya has so far reported 5,206 cases of COVID-19, 130 fatalities and 1,823 recoveries since March 13, when the first local case was announced.

Source and Image: https://www.kbc.co.ke/cs-magoha-social-distancing-in-schools-will-be-a-challenge/

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Sudáfrica: más de 500 alumnos y docentes del Cabo Oriental dan positivo en COVID-19, 154 escuelas cerraron

Redacción: Allafrica

Más de 550 alumnos, maestros y personal de apoyo han dado positivo por Covid-19 en el Cabo Oriental, mientras que 154 escuelas provinciales han sido cerradas temporalmente, dijo el viernes el departamento de educación.

El portavoz del departamento de educación provincial, Loyiso Pulumani, dijo que 270 de los infectados eran alumnos, 271 maestros, mientras que 16 eran personal no docente.

Pulumani advirtió que se esperaba que el número de escuelas cerradas superara los 154 ya que solo seis oficinas distritales del departamento de educación presentaron sus informes sobre el impacto de Covid-19.

Hay un total de 12 oficinas de distrito en la provincia a cargo de 5 037 escuelas.

Los 557 casos positivos se registraron en escuelas de 10 distritos, dijo Pulumani.

Dijo que las estadísticas fueron enviadas al departamento el jueves por la noche.

«El aspecto positivo de toda esta situación es que el examen que se realiza en las escuelas garantiza que las personas que son positivas se identifiquen de manera temprana y aislada, lo que garantiza que la cantidad de infecciones se mantenga bajo control. Todos los días en las escuelas hay exámenes y mantienen registros a diferencia de en casa «.

La última escuela que cierra es CM Vellem en Joza Township de Makhanda, después de que un maestro dio positivo por el virus.

El director AA Ndyolashe dijo a los padres en una carta el jueves que la escuela volvería a abrir el 30 de junio.

«Nos gustaría instar a los alumnos a permanecer en casa, usar máscaras y lavarse las manos regularmente. Esto es para permitir que la escuela se someta a una limpieza profunda y descontaminación para prepararse para el martes».

Las escuelas de Eastern Cape han estado bajo el foco de atención esta semana después de que 204 alumnos y personal dieron positivo en la Escuela Secundaria Makaula en KwaBhaca.

Fuente: https://allafrica.com/stories/202006260570.html

 

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Los derechos de la mujer a la tierra siguen plagados de obstáculos en Kenia

Redacción: Rebelión

La Ley de propiedad matrimonial de Kenia discrimina a las mujeres y contraria la Constitución del país, en uno de los obstáculos de las mujeres en sus derechos a la tierra. Menos del cinco por ciento de todos los títulos de propiedad de la tierra en Kenia están en manos de mujeres. Foto: Miriam Gathigah / IPS

NAIROBI, 22 jun 2020 (IPS) – Ida Njeri era una funcionaria con acceso a una Sociedad Cooperativa de Ahorro y Crédito (Sacco) a través de su empleador, cuando comenzó a interesarse por los préstamos de la institución para adquirir tierras en Ruiru, en el centro de Kenia, junto con su esposo, un consultor privado en el sector de la comunicación.

Ella estaba dispuesta a hacerlo. Parte de su plan a largo plazo para tener una familia era comprar un terreno y construir allí la casa de sus sueños. Pero lo que no se dio cuenta Njeri es que 12 años y tres hijos más tarde, la ley le negaría tener derecho a su derecho a poseer la propiedad matrimonial.

«Como consultor privado, fue difícil para mi esposo unirse a un Sacco. La gente generalmente se une a los Sacco a través de su empleador. Esto hace que sea fácil ahorrar y tomar préstamos porque se necesitan tres personas dentro de su Sacco para garantizar el préstamo», explicó Njeri IPS

«Mi esposo tenía una cuenta bancaria de ahorros, por lo que decidimos combinar mis préstamos con sus ahorros. Para 2016, tenía 45 000 dólares en préstamos. Mi esposo me decía la cantidad necesaria para comprar un terreno y yo pedía un préstamo», agregó, explicando que fue él quien manejó todas las adquisiciones.

Para 2016, la pareja había comprado 14 terrenos diferentes, cada uno de uno de media hectárea. Pero el año pasado, cuando el matrimonio terminó, Njeri descubrió que todos los terrenos comunes estaban a nombre de su esposo.

«Todo el tiempo asumí que la tierra estaba a nuestro nombre. Realmente nunca pensé en ello porque estábamos construyendo conjuntamente nuestra familia. Y peor, todos los recibos de pago de la tierra y los acuerdos de venta también están solo a su nombre», dice ella.

Pero lo más negativo es que había poco que ella pudiera hacer al respecto, dadas las leyes del país.

El ítem tres del artículo 45 de la Constitución de 2010 establece la igualdad durante el matrimonio y el divorcio, y el matrimonio de Njeri fue legal y está registrado, lo que da sustento a que la propiedad de las tierras adquiridas sea conjunta, según la norma de 2014.

Pero existe una Ley de Propiedad Matrimonial, de 2013, que en su sección 7 establece que la propiedad de bienes matrimoniales depende de las contribuciones de cada cónyuge para su adquisición.

«La propiedad matrimonial recae en los cónyuges de acuerdo con la contribución de cualquiera de los cónyuges para su adquisición, y se dividirá entre los cónyuges si se divorcian o si su matrimonio se disuelve de otra manera», establece la sección 7.

Debido a que Njeri no tenía pruebas de haber adquirido conjuntamente la tierra, tras su divorcio quedó sin derecho sobre ella.

El suyo no es un caso aislado de mujeres casadas que luchan por garantizar sus derechos sobre la tierra.

En 2018, se lanzó la Alianza por la Tierra de Kenia (KLA, en inglés), una red dedicada a promover que se ejecuten las disposiciones constitucionales de los derechos de las mujeres a la tierra y la promoción de la igualdad de género, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

La Alianza es la representante local de Deliver For Good, una campaña global que aplica una perspectiva transversal de género a los 17 ODS y que está impulsada por la organización internacional Women Deliver, que defiende los derechos de las mujeres en el mundo.

Odenda Lumumba, activista por los derechos a la tierra y fundadora de KLA, explica que los datos sobre la propiedad de la tierra apuntan a que persisten grandes disparidades de género, en especial por la intrincada relación entre los sistemas de tenencia de la tierra, los medios de vida y la pobreza.

«Hay muy poco avance hacia que las mujeres kenianas sean propietarias de tierras. Hay muchos obstáculos que superar para ello», dijo Lumumba a IPS.

La KLA realizó una auditoría de la propiedad de la tierra en que analizó aproximadamente un tercio de los 3,2 millones de títulos de propiedad registrados en el país entre 2013 y 2017, el mayor número de títulos de propiedad emitidos en cualquier periodo.

En ella se descubrió que solo 103 043 títulos, 10,3 por ciento del total de los emitidos, se concedieron a mujeres, mientras que 865 095, o 86,5 por ciento, se entregaron a varones.

Hay más disparidades en términos del tamaño de la tierra. De los 10 millones 129 704 hectáreas  que fueron registradas durante ese periodo de cinco años, nada menos que 97,76 fueron tituladas para varones y solo 1,67 para mujeres.

En 2018, la división el país de la Federación Internacional de Mujeres Abogadas (Fida) introdujo un reclamo ante el Tribunal Superior de Kenia, argumentando que la Sección 7 de la Ley de Propiedad Matrimonial era discriminatoria hacia las mujeres e inconsistente y contraria con el artículo 45 de la Constitución.

El máximo tribunal del país desestimó la querella, descartando una distribución equitativa de los bienes conyugales, ya que «abriría la puerta para que una parte se case y salga de ella en caso de divorcio con más de lo que se merece».

Dentro de este contexto, menos del cinco por ciento de todos los títulos de propiedad de tierras en Kenia están en manos de mujeres, que además están en desventaja en la forma en que usan, poseen, administran y disponen de esa tierra, asegura Fida-Kenia.

Pero los especialistas en temas de género alertan sobre el creciente número de hogares que tienen al frente a una mujer, 32 por ciento del total de 11 millones según datos oficiales,  y consideran que esa nueva realidad hace cada vez más urgente garantizar los derechos de las mujeres a la tierra.

«La Ley de Propiedad Matrimonial les da a las mujeres la capacidad de registrar sus propiedades, pero la mayoría de las mujeres no perciben lo importante que es esto, así que más tarde tienen que luchar por acceder a la propiedad, porque se cuidaron de estar registradas como propietarias, dijo a IPS la abogada Janer Anyango, asesora legal del Programa de Acceso a la Justicia de Fida-Kenia.

Fida-Kenia ofrece desde hace 34 años asistencia legal gratuita a al menos tres millones de mujeres y niños. También es otra organización socia de Women Deliver en Kenia.

Anyango dice que en la ley «el significado de ‘contribución’ se amplió para incluir contribuciones no monetarias, pero es difícil cuantificar la contribución en ausencia de pruebas tangibles. En la demanda de 2016, cuestionamos el hecho de que la ley atribuye pasivos por igual dentro del matrimonio, pero no hace lo mismo con los activos».

En 2016, FIDA-Kenia demandó también a la oficina del Fiscal General por no actuar en el tema de las medidas de discriminación contra la mujer, aunque tiene el mandato de hacerlo.

Además de la Ley de Propiedad Matrimonial, las leyes como la de Sucesión buscan respaldar a los conyugues  sobrevivientes, hombres y mujeres, pero siguen sesgadas a favor de los varones, ya que las viudas pierden su «interés vitalicio» en la propiedad si se vuelven a casar, por citar un ejemplo.

Otro es que donde no existe un conyugue o hijos sobrevivientes, el padre de la persona fallecida tiene prioridad en heredar sobre la madre.

Women Deliver reconoce que a nivel mundial las mujeres y las niñas tienen un acceso desigual a la tenencia de la tierra y a los derechos sobre la tierra, creando un negativo efecto dominó sobre el desarrollo y el progreso económico de toda la población.

«Cuando las mujeres tienen derechos garantizados sobre la tierra, sus ganancias pueden aumentar significativamente, mejorando sus habilidades para abrir cuentas bancarias, ahorrar dinero, obtener créditos y realizar inversiones para su beneficio, el de sus familias y sus comunidades”, aseguró a IPS la directora gerente de Política y Abogacía  de Women Deliver, Susan Papp.

Ella subraya que aplicar una mirada de género para acceder «a los recursos es crucial para impulsar el progreso para y con todos durante la pandemia de la covid-19, durante la cual el mundo sigue trabajando en alcanzar los ODS”.

Y a pesar de que los servicios vinculados a los temas matrimoniales han sido suspendidos por la pandemia en la Fiscalía General y en el registro de tierras, las mujeres como Njeri continúan su lucha por que se reconozcan sus derechos legítimos.

Fuente: https://rebelion.org/los-derechos-de-la-mujer-a-la-tierra-siguen-plagados-de-obstaculos-en-kenia/

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Confinarse en el bosque para evadir el coronavirus

Reseñas/África/25 Junio 2020/elpais.com

En las fronteras del sudoeste de la República Centroafricana, la covid-19 es una realidad distante. Allí, los indígenas bayaka se sienten protegidos por los genios de sus selvas ancestrales

    • Un curandero pigmeo tradicional, ganga en el idioma bayaka, realiza una ceremonia de curación en la selva tropical para mostrar a los jóvenes cómo funciona, en Bayanga, el 13 de marzo de 2020. Desde el comienzo de la pandemia de covid-19, las autoridades del parque Dzanga-Sangha han estado empujando a los pigmeos a los bosques. No obstante, aquí, en las fronteras del sudoeste de la República Centroafricana, el coronavirus sigue siendo una realidad distante.
      1Un curandero pigmeo tradicional, ganga en el idioma bayaka, realiza una ceremonia de curación en la selva tropical para mostrar a los jóvenes cómo funciona, en Bayanga, el 13 de marzo de 2020. Desde el comienzo de la pandemia de covid-19, las autoridades del parque Dzanga-Sangha han estado empujando a los pigmeos a los bosques. No obstante, aquí, en las fronteras del sudoeste de la República Centroafricana, el coronavirus sigue siendo una realidad distante. FLORENT VERGNES AFP
    • El ganga sopla en plena ceremonia de curación, en Bayanga. Esta comunidad cree que los genios del bosque les protegen. ¿Y en quién confiar, sino en los genios, en un país con infraestructuras sanitarias casi inexistentes y cuando la gran mayoría de los pigmeos son, en cualquier caso, demasiado pobres para consultar a un médico?
      2 El ganga sopla en plena ceremonia de curación, en Bayanga. Esta comunidad cree que los genios del bosque les protegen. ¿Y en quién confiar, sino en los genios, en un país con infraestructuras sanitarias casi inexistentes y cuando la gran mayoría de los pigmeos son, en cualquier caso, demasiado pobres para consultar a un médico? FLORENT VERGNES AFP
    • Por el momento, el virus aún no ha llegado a la reserva protegida de Dzanga Sangha, un santuario vinculado al resto del mundo por un camino estrecho, inaccesible después de la primera lluvia. Este aislamiento constituye hoy la mejor defensa para los pigmeos bayaka, considerados parias en un país ya clasificado entre los más pobres del mundo. Otro momento de la ceremonia pigmea de sanación.
      3 Por el momento, el virus aún no ha llegado a la reserva protegida de Dzanga Sangha, un santuario vinculado al resto del mundo por un camino estrecho, inaccesible después de la primera lluvia. Este aislamiento constituye hoy la mejor defensa para los pigmeos bayaka, considerados parias en un país ya clasificado entre los más pobres del mundo. Otro momento de la ceremonia pigmea de sanación. FLORENT VERGNES AFP
    • Mientras la epidemia se acelera en la República Centroafricana con, oficialmente, más de 3.000 casos detectados pero solo 37 muertes a finales de junio, los bayaka de Dzanga Sangha pasarán su confinamiento en el bosque para evitar el contagio. "Se les pidió que fueran a vivir a sus campamentos de caza durante tres meses", explica Luis Arranz, a cargo del parque nacional para el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). "Cada semana, dejaremos de lado la yuca y los medicamentos. Deben permanecer aislados. Esta es nuestra única solución", agrega el jefe de la ONG internacional.
      4 Mientras la epidemia se acelera en la República Centroafricana con, oficialmente, más de 3.000 casos detectados pero solo 37 muertes a finales de junio, los bayaka de Dzanga Sangha pasarán su confinamiento en el bosque para evitar el contagio. «Se les pidió que fueran a vivir a sus campamentos de caza durante tres meses», explica Luis Arranz, a cargo del parque nacional para el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF). «Cada semana, dejaremos de lado la yuca y los medicamentos. Deben permanecer aislados. Esta es nuestra única solución», agrega el jefe de la ONG internacional. FLORENT VERGNES AFP
    • Dos jóvenes bayaka posan para una foto mientras arman su campamento en el bosque de bayanga. La forma de vida de estas poblaciones seminómadas, potencialmente vulnerables a las enfermedades desconocidas en estas regiones, hace que el miedo sea peor en caso de contagio. "La gente continúa compartiendo cigarrillos, café y una cabaña para cinco o diez personas", se preocupa Yvon Martial Amolet, representante de la ONG Maison de l'Enfant et de la Femme pygmées, con sede en Bayanga, el pueblo principal. Según este abogado, nativo de la región, la esperanza de vida de los pigmeos bayaka es de alrededor de 35 años para los hombres y 38 para las mujeres.
      5 Dos jóvenes bayaka posan para una foto mientras arman su campamento en el bosque de bayanga. La forma de vida de estas poblaciones seminómadas, potencialmente vulnerables a las enfermedades desconocidas en estas regiones, hace que el miedo sea peor en caso de contagio. «La gente continúa compartiendo cigarrillos, café y una cabaña para cinco o diez personas», se preocupa Yvon Martial Amolet, representante de la ONG Maison de l’Enfant et de la Femme pygmées, con sede en Bayanga, el pueblo principal. Según este abogado, nativo de la región, la esperanza de vida de los pigmeos bayaka es de alrededor de 35 años para los hombres y 38 para las mujeres. FLORENT VERGNES AFP
    • Un grupo de jóvenes se adentra en el bosque donde se ha refugiado su comunidad. "La tasa de mortalidad infantil es muy alta entre los bayaka. Es probable que quienes sobrevivan resistan mejor a un virus, pero no tenemos datos sobre una posible vulnerabilidad o inmunidad natural a enfermedades importadas", subraya la doctora Emilia Bylicka, que pasó cuatro años cuidando pigmeos en el suroeste del país. "El problema es que abandonan el tratamiento muy rápidamente. Es imposible hacer que tomen un medicamento por más de unos pocos días", se preocupa.
      6 Un grupo de jóvenes se adentra en el bosque donde se ha refugiado su comunidad. «La tasa de mortalidad infantil es muy alta entre los bayaka. Es probable que quienes sobrevivan resistan mejor a un virus, pero no tenemos datos sobre una posible vulnerabilidad o inmunidad natural a enfermedades importadas», subraya la doctora Emilia Bylicka, que pasó cuatro años cuidando pigmeos en el suroeste del país. «El problema es que abandonan el tratamiento muy rápidamente. Es imposible hacer que tomen un medicamento por más de unos pocos días», se preocupa. FLORENT VERGNES AFP
    • "Los pigmeos confían en los remedios tradicionales", recuerda Yvon Amolet. "Al principio, explica, dijeron que el coronavirus era una 'enfermedad blanca". Luego dijeron que la enfermedad había llegado a castigar al bilo". Los "bilo", en idioma bayaka, son poblaciones bantúes que viven junto a los pigmeos y los explotan de una manera que a menudo se asemeja a la esclavitud moderna. En los pueblos alrededor de Bayanga, las casas de barro que bordean el camino pertenecen a los bilos. Los pigmeos a menudo ocupan pequeñas chozas en los patios traseros de sus empleadores.
      7 «Los pigmeos confían en los remedios tradicionales», recuerda Yvon Amolet. «Al principio, explica, dijeron que el coronavirus era una ‘enfermedad blanca». Luego dijeron que la enfermedad había llegado a castigar al bilo». Los «bilo», en idioma bayaka, son poblaciones bantúes que viven junto a los pigmeos y los explotan de una manera que a menudo se asemeja a la esclavitud moderna. En los pueblos alrededor de Bayanga, las casas de barro que bordean el camino pertenecen a los bilos. Los pigmeos a menudo ocupan pequeñas chozas en los patios traseros de sus empleadores. FLORENT VERGNES AFP
    • Henriette Memba, recolectora de remedios tradicionales bayaka, se adentra en el bosque para buscar plantas medicinales. El bosque ya no es suficiente para garantizar la subsistencia de los bayaka. "Los bilos dan un poco de sal o un cigarrillo, por un día de trabajo en el campo o en el monte", critica Didier, un cocinero bayaka. La violencia y la agresión sexual son comunes. "¡Todo bayaka tiene estos problemas!", lamenta otro anciano.
      8 Henriette Memba, recolectora de remedios tradicionales bayaka, se adentra en el bosque para buscar plantas medicinales. El bosque ya no es suficiente para garantizar la subsistencia de los bayaka. «Los bilos dan un poco de sal o un cigarrillo, por un día de trabajo en el campo o en el monte», critica Didier, un cocinero bayaka. La violencia y la agresión sexual son comunes. «¡Todo bayaka tiene estos problemas!», lamenta otro anciano. FLORENT VERGNES AFP
    • Una recolectora bayaka muestra unas bayas recogidas en el bosque con propiedades medicinales. Algunos bilos no dudaron en difundir rumores salvajes para evitar la partida de sus empleados. "Le dijeron a los bayaka que si se iban al bosque, los mataríamos", asegura Yvon Amolet. Pero gendarmes, subprefectos, alcaldes, pastores... Toda la población se asoció para convencer a los pigmeos de que lo mejor era refugiarse lejos de las aglomeraciones. "Una vez en el bosque, los pigmeos seguirán vendiendo sus productos, pero con un intermediario comunitario para evitar el contacto directo. La idea es que no vengan al mercado", explica Yvon Amolet. Algunos bayaka sedentarios, que ya no saben cómo vivir en el bosque, fueron los más difíciles de convencer. Pero la ayuda proporcionada por las autoridades del parque, mayor que el valor de su salario cuando trabajan para los aldeanos, finalmente les hizo decidirse.
      9 Una recolectora bayaka muestra unas bayas recogidas en el bosque con propiedades medicinales. Algunos bilos no dudaron en difundir rumores salvajes para evitar la partida de sus empleados. «Le dijeron a los bayaka que si se iban al bosque, los mataríamos», asegura Yvon Amolet. Pero gendarmes, subprefectos, alcaldes, pastores… Toda la población se asoció para convencer a los pigmeos de que lo mejor era refugiarse lejos de las aglomeraciones. «Una vez en el bosque, los pigmeos seguirán vendiendo sus productos, pero con un intermediario comunitario para evitar el contacto directo. La idea es que no vengan al mercado», explica Yvon Amolet. Algunos bayaka sedentarios, que ya no saben cómo vivir en el bosque, fueron los más difíciles de convencer. Pero la ayuda proporcionada por las autoridades del parque, mayor que el valor de su salario cuando trabajan para los aldeanos, finalmente les hizo decidirse. FLORENT VERGNES AFP
  • Sin embargo, se esperan otras dificultades, según Yvon Amolet: "Cuando los bayaka van al bosque, es cuando la gente aprovecha para ofrecerles participar en caza furtiva. Algunos cazadores les agreden", se preocupa. Sobre todo porque la caza ilegal podría intensificarse en caso de agravamiento de la epidemia, según Luis Arranz, quien ya debe garantizar la preservación del parque con medios reducidos. "Por el momento, la situación no ha cambiado. Pero si llega el virus, aumentará la caza furtiva, se aprovecharán de ellos", dice. En la imagen, Henriette Memba se adentra en el bosque.
    10 Sin embargo, se esperan otras dificultades, según Yvon Amolet: «Cuando los bayaka van al bosque, es cuando la gente aprovecha para ofrecerles participar en caza furtiva. Algunos cazadores les agreden», se preocupa. Sobre todo porque la caza ilegal podría intensificarse en caso de agravamiento de la epidemia, según Luis Arranz, quien ya debe garantizar la preservación del parque con medios reducidos. «Por el momento, la situación no ha cambiado. Pero si llega el virus, aumentará la caza furtiva, se aprovecharán de ellos», dice. En la imagen, Henriette Memba se adentra en el bosque. FLORENT VERGNES AFP

    Fuente e image tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/06/04/album/1591290772_617882.html#foto_gal_10

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Sierra Leona: Lecciones a un mundo asustado del hombre que doblegó la malaria

África/Sierra Leona/25 Junio 2020/elpais.com

El impacto de la covid-19 puede duplicar las muertes por paludismo en África subsahariana. Pero hay un médico sierraleonés que sabe cómo evitarlo

Las conclusiones de quienes más saben de malaria o paludismo son unánimes y claras: la humanidad ha logrado un inmenso avance en la lucha contra la enfermedad en las últimas décadas, pero ahora es más importante que nunca no flaquear. El progreso se refleja en los números: en 2018 se contagiaron 228 millones de personas y murieron otras 360.000 de este mal, provocado por un parásito que se transmite por la picadura de un mosquito. Aunque parecen —son— muchas víctimas, se trata de la cifra más baja registrada en los últimos 20 años. Desde el principio del siglo XXI ha muerto un 60% menos de afectados, según el último Informe Mundial de la Malaria elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este progreso solo se había visto mancillado por ligeros repuntes en los últimos tres años que advertían del peligro de bajar la guardia.

En semejante escenario, el virus de la covid-19 se expande por el planeta y provoca una crisis mundial en múltiples aspectos, y uno de ellos es, precisamente, en los esfuerzos por prevenir y curar el paludismo. La OMS calcula que, de interrumpirse ahora el trabajo, las muertes pueden doblarse, es decir, podemos acabar 2020 con 768.000 fallecidos. De hecho, los últimos resultados de una encuesta realizada por el Fondo Mundial contra la malaria, la tuberculosis y el VIH apuntan a que se está siguiendo un mal camino: en 106 países, sobre todo africanos, se están produciendo interrupciones en la prestación de servicios de prevención y tratamiento de las tres enfermedades. En el caso del paludismo, las disrupciones afectan al 73% de los programas revisados. Al mismo tiempo, el Fondo también ha avisado de que la financiación de los donantes se reduce año tras año.

Hay que actuar y hay que hacerlo ya. Desde el inicio del confinamiento, el mundo de la epidemiología se puso a buscar soluciones para mantener todas las actividades y recursos destinados a combatir la malaria a pesar de los estragos del nuevo coronavirus. En esta tormenta de ideas, destaca un nombre: el doctor Samuel Juana Smith.

El doctor Smith comparece ante un grupo de invitados en una conferencia virtual organizada por la Red Africana de Medios e Investigación de Malaria (AMMREN) y RBM Partnership, una plataforma de 500 socios, desde empresarios hasta organismos públicos con el mismo objetivo de acabar con esta enfermedad en el mundo.

Smith es jefe de Centro de Control y Prevención de Enfermedades del Ministerio de Sanidad de Sierra Leona, un país de África occidental que se cuenta entre los más pobres del planeta y que se ha enfrentado a tremendos retos en las últimas décadas. Los más graves, la guerra civil entre 1991 y 2002 y el brote de ébola en la región en 2014 que solo aquí dejó 4.000 muertos. Además, es uno de los lugares favoritos del mosquito Anopheles, cuya hembra es la transmisora de la enfermedad: Sierra leona es uno de los siete Estados de África subsahariana donde más de un cuarto de la población está infectada y donde la malaria provoca cuatro de cada diez consultas hospitalarias.

Quizá porque ya saben manejarse en contextos de crisis, también es el país de África occidental que ha logrado el mayor retroceso del paludismo en los últimos tiempos: con 7,5 millones de habitantes, en 2010 registraron 8.188 decesos, y en 2018 habían bajado a 1.949. Buena parte de este logro es responsabilidad del doctor Smith, quien antes de ocupar su actual cargo fue responsable del Programa Nacional de Control de la Malaria. «Durante la epidemia de ébola, fue el primero en decir que también había que hacer algo con el paludismo, o todos morirían por una u otra causa. Y así, diseñó una estrategia muy cuidadosa para garantizar que los medicamentos y mosquiteras pudieran distribuirse de manera segura a la población», dice de él Melanie Renshaw, co-presidenta de RBM Partnership.

La idea de la cita es explicar, desde su punto de vista, cómo puede hacer el mundo ahora para no perder posiciones en la lucha contra el paludismo y para que los países más afectados continúen con sus campañas de distribución de mosquiteras, de fumigación de hogares y de profilaxis para mujeres embarazadas y niños, los más vulnerables. «Tiene que ser ya, cuando todavía existe una ventana de oportunidad crucial antes de la temporada de lluvias en África y partes de Asia», advierte el doctor.

Una de las claves del éxito ha sido el trabajo conjunto de Gobierno, organizaciones, científicos, médicos y de la sociedad, pero sobre todo, la buena compenetración entre organizaciones públicas y privadas. «Intentamos mejorar la atención hospitalaria y dotar de más médicos a los servicios sanitarios, y ahora estamos viendo un aumento en el uso de nuestras instalaciones sanitarias», afirma. Antes de la covid-19, se establecieron acuerdos con 36 centros de salud de todo el país para apoyar la implementación de servicios preventivos y curativos. Se les proporcionaron medicamentos, materiales de diagnóstico, herramientas de recopilación de datos, asesoramiento… Luego, los médicos de esos ambulatorios enviaban información de sus casos de paludismo a través de un sistema informático que los acababa recopilando e integrando en la base de datos nacional.

En las mejoras de los centros se tuvo en cuenta la formación de enfermeros y enfermeras a nivel comunitario. Sin acceso a los servicios de salud, los niños corren el riesgo de morir de enfermedades prevenibles tan comunes como la neumonía y la diarrea, y también de malaria. El papel de estos trabajadores sanitarios es tan esencial que el Gobierno de Sierra Leona los reconoció como parte del sistema de atención primaria del país y lanzó una política nacional en febrero de 2017 para ampliar el alcance de su trabajo y darles acceso a capacitación y a un sueldo mensual. Sierra Leona ha estado implementando esta política con ayuda de Unicef, que equipó a 15.000 trabajadores comunitarios y supervisores como recursos para desempeñar sus funciones, incluyendo materiales de formación, ayudantes de trabajo y herramientas, ropa de lluvia, antorchas, camisetas, mochilas y temporizadores de infecciones respiratorias agudas.

También se ha dotado a las farmacias de equipos para hacer pruebas rápidas de malaria con el fin de evitar que los ciudadanos se automediquen en cuanto sientan fiebre, aún sin tener un diagnóstico.

Asimismo se reparten mosquiteras de forma masiva en todos los hogares, ya que estas son la herramienta más eficaz para reducir el riesgo de transmisión hasta en un 50% y la mortalidad infantil en un 25%. Se hizo durante el ébola y se ha hecho ahora. La última campaña de reparto, de hecho, se ha realizado en plena pandemia: el pasado 22 de mayo se inició la distribución de 4,6 millones de mosquiteras tratadas con insecticidas en los 14 distritos del país. «Cuando la pandemia llegó a Sierra Leona ya habíamos diseñado la campaña y tuvimos que volver atrás y repensarla teniendo en cuenta la covid-19», explica Smith. «Revisamos la estrategia a seguir para proteger tanto a nuestros beneficiarios como a los sanitarios que las distribuían considerando nuevos aspectos como la distancia social y el uso de mascarillas». En 2018, un 60% de los hogares sierraleoneses contaba con al menos una mosquitera, según Unicef. Una década antes, esta medida de protección solo llegaba a un cuarto de la población.

Sierra Leona, además, incorporó a su estrategia nacional en 2010 la llamada Terapia Preventiva Intermitente en Infantes (IPTp, por sus siglas en inglés) siguiendo la recomendación de la OMS. La intervención exige la administración de una dosis completa de un medicamento combinado para tratar la malaria a base de sulfadoxina y pirimetamina en los lactantes dentro de su calendario de vacunación. De igual manera, esta terapia se administra a mujeres embarazadas durante las visitas de atención prenatal, pues es una forma efectiva de reducir la anemia materna y el bajo peso al nacer. Según Unicef, en 2019 casi un tercio de las embarazadas recibió al menos tres dosis de IPTp durante su última gestación, una cifra superior a la media de África.

Difundir información veraz es otra de las herramientas que no se pueden perder de vista, especialmente a la hora de que los ciudadanos sepan tanto identificar los síntomas de la malaria como lo importante que es acudir al hospital para hacerse pruebas lo antes posible. «La malaria y la covid-19 tienen síntomas muy parecidos, como fiebre, debilidad y dolores de cabeza y musculares», avisa Smith. Pero también tienen importantes diferencias, pues la malaria no se contagia entre personas y el nuevo coronavirus sí. «Después del diagnóstico, es fundamental advertir a familiares, vecinos o personas que vivan cerca de nosotros». Igualmente, la distribución de mosquiteras no sirve de nada si no se sensibiliza sobre su uso. «Dormir bajo una mosquitera es la mejor herramienta en cuanto a coste y efectividad».

Fuente e imagen tomadas: https://elpais.com/elpais/2020/06/17/planeta_futuro/1592389810_004903.html

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La educación sexual a lo largo de toda la vida: una necesidad social sin respuesta

Noticia/25 Junio 2020/elpais.com

La ausencia de contenidos educativos sobre el hecho sexual humano ha dejado un espacio a la pornografía que cada vez es más utilizada en edades tempranas, incluso en la etapa infantil

Una de las carencias constatadas en la educación abarca todo lo relacionado con la educación sexual. Las sucesivas leyes de educación en España han ignorado de una u otra forma la necesidad social de una educación de calidad sobre el hecho sexual humano, sustentado actualmente en un amplio campo epistemológico y teórico (Amezua, 1999). Esto ha sido puesto en evidencia en numerosas ocasiones por profesionales de la educación, la medicina y la psicología, pero, sobre todo, por los profesionales que trabajan en el área de la sexología, que han contribuido y contribuyen con ideas y conceptos a mejorar el conocimiento científico y la práctica docente.

Esta necesidad se ha visto especialmente acrecentada en los últimos años, en los que, con el uso y abuso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), además de la vida de los adultos, la infancia y la adolescencia se han visto profundamente alteradas e influenciadas por imágenes y contenidos que distorsionan lo que es y representa la sexualidad humana.

A pesar de los muchos esfuerzos realizados en las últimas décadas en favor de la educación sexual, la ausencia de contenidos educativos sobre el hecho sexual humano, fundamentales para el crecimiento personal y la adquisición de los conceptos, las ideas, las actitudes y el lenguaje adecuados, ha dejado un espacio que ha sido ocupado por los contenidos procedentes del consumo de pornografía a través de internet, especialmente en dispositivos móviles de última generación y tablets que cada vez son más utilizados en edades tempranas, incluso en la etapa infantil, y que son comunes en la preadolescencia y adolescencia.

Ese consumo de pornografía hace que la información y la percepción de la sexualidad se vea interferida y distorsionada por contenidos que, en la mayoría de las ocasiones, nada tienen que ver con la información científica, rigurosa, positiva y ética que necesitan, tanto las personas jóvenes, como las adultas.

No es de extrañar el incremento de prácticas sexuales que son consideradas como inadecuadas o de riesgo, que incluyen comportamientos sexistas, agresivos y violentos a partir de la adolescencia, y contribuyen al incremento de los embarazos no deseados.

Estas realidades constituyen factores de riesgo real para una vivencia adecuada y con valores de la sexualidad humana, en la que se prime el respeto, el afecto y los sentimientos positivos por sí misma/o y por la pareja. La vivencia del reconocimiento mutuo como personas sexuadas y el comportamiento ético y responsable son principios de la educación sexual que se van adquiriendo desde las primeras etapas de la educación infantil, con los contenidos adecuados a cada etapa del desarrollo, y serán determinantes a lo largo de la vida.

La demanda social de una educación sexual de calidad se une al interés en que ésta se conforme como un instrumento básico para generar un cambio de actitud que favorezca el desarrollo libre e integral del proceso de sexuación de las personas; así como una actitud ética en la toma de decisiones desde la igualdad, con responsabilidad, reciprocidad y respeto a la diversidad.

En ello hemos incidido en el documento La educación sexual en España: propuestas para asegurar el acceso, publicado por la Fundación Alternativas. Tras analizar el desarrollo de la educación sexual en el sistema educativo español, creemos que asegurar el acceso generalizado y suficiente a esta materia y responder a esta necesidad social precisa de un proceso para diseñar adecuadamente una asignatura específica de educación sexual o educación en sexualidad, acompañada por el impulso de una campaña institucional de concienciación y sensibilización social.

Es esencial la formulación de un proyecto que impulse el debate y el encuentro para consolidar la educación sexual en el sistema formativo

Estas acciones deberían liderarse desde las Administraciones públicas, sanitarias y educativas que, de forma coordinada, trabajen los contenidos curriculares adecuados a los distintos niveles formativos del sistema educativo, evaluando su implantación y resultados. Existen numerosas publicaciones, programas formativos y profesionales con amplia experiencia en el ámbito educativo que pueden contribuir a definir los diferentes contenidos y la metodología más adecuada.

Organismos internacionales como la UNESCO y la OMS llevan reiterando desde hace décadas la importancia de fomentar el diseño y la impartición de programas formativos en educación sexual para dar respuesta a una necesidad objetiva y generalizada en toda la población a nivel mundial.

Para que esta reforma se lleve a cabo, vemos como esencial la formulación de un proyecto que impulse el debate y el encuentro de profesionales de la sexología y de la educación, con experiencia, tanto a nivel estatal y autonómico como local, con el fin de consolidar la educación sexual en el sistema educativo.

Ahora que la LOMLOE inicia su trayectoria legislativa, esperamos que se contemple la educación sexual de forma positiva y con entidad y estructura de asignatura. Con el fin de contribuir a este debate, hacemos público este documento e invitamos a las autoridades sanitarias y educativas a que, de una vez por todas, den respuesta a esta necesidad social y que juntos podamos trabajar para asegurar el acceso a una educación sexual de calidad para nuestros jóvenes.

* Matilde Díaz Ojeda es médico especialista en Medicina del Trabajo; Isabel Tajahuerce es profesora de Comunicación y Género en la UCM; José Luis Pedreira es médico especialista en Psiquiatría y Pediatría. Los tres son autores del documento ‘La educación sexual en España, propuestas para asegurar el acceso’, publicado por la Fundación Alternativas

Fuente: https://elpais.com/economia/2020/06/25/alternativas/1593076197_475697.html

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Whatsapp, tele y radio: los más usados para educar durante la pandemia

Reseñas/25 Junio 2020/Autora: Belén Hernández/elpais.com

Un recorrido gráfico sobre el modo en que se las han arreglado los escolares de todo el mundo para no perderse enseñanzas. Cerca de 1.200 millones de ellos siguen afectados por el cierre de escuelas. La desigualdad de acceso a la tecnología y al wifi amenazan su derecho a la educación en muchos lugares, especialmente de África, Asia y América Latina

 

  • La madre de Ange, de ocho años, ayuda a sintonizar su televisión para acceder a las clases desde casa, en Man, al oeste de Costa de Marfil. "Me gusta estudiar en casa. Mi madre es maestra y me ayuda mucho. Por supuesto que extraño a mis amigos, pero puedo dormir un poco más por la mañana. Cuando sea mayor quiero ser abogada o jueza", dice la niña. En este país africano, desde que comenzó la pandemia, Unicef ha estado trabajando con el Ministerio de Educación en una iniciativa llamada 'Escuela en casa' que incluye la grabación de lecciones que se transmiten en la televisión y radio nacionales.
    1 Ange, ocho años. Costa de Marfil La madre de Ange, de ocho años, ayuda a sintonizar su televisión para acceder a las clases desde casa, en Man, al oeste de Costa de Marfil. «Me gusta estudiar en casa. Mi madre es maestra y me ayuda mucho. Por supuesto que extraño a mis amigos, pero puedo dormir un poco más por la mañana. Cuando sea mayor quiero ser abogada o jueza», dice la niña. En este país africano, desde que comenzó la pandemia, Unicef ha estado trabajando con el Ministerio de Educación en una iniciativa llamada ‘Escuela en casa’ que incluye la grabación de lecciones que se transmiten en la televisión y radio nacionales. FRANK DEJONGH UNICEF
  • En Timor Oriental, el programa de educación a distancia 'Eskola ba Uma' (La escuela va a casa) permite a los niños seguir estudiando a través de plataformas de internet, la televisión o la radio. Para quienes no tienen acceso a ninguna de estas opciones, Unicef trabaja con la compañía telefónica Telenor con el fin de proporcionar acceso gratuito a materiales a 600.000 usuarios de teléfonos móviles en las zonas rurales.
    2 Clases en remoto en Timor Oriental En Timor Oriental, el programa de educación a distancia ‘Eskola ba Uma’ (La escuela va a casa) permite a los niños seguir estudiando a través de plataformas de internet, la televisión o la radio. Para quienes no tienen acceso a ninguna de estas opciones, Unicef trabaja con la compañía telefónica Telenor con el fin de proporcionar acceso gratuito a materiales a 600.000 usuarios de teléfonos móviles en las zonas rurales. SOARES UNICEF
  • En Siria, millones de niños en edad escolar han visto interrumpida su educación debido a la suspensión de actividades como medida de precaución contra la propagación de la covid-19. Sin embargo, los maestros y los niños han encontrado formas de mitigar el impacto de esta suspensión y continuar su educación. "Los profesores aquí crearon grupos de WhatsApp para conectarnos con nuestros estudiantes. Con la ayuda de sus padres, pueden seguir las lecciones e incluso enviarnos preguntas". Una de las personas que se benefician de estas clases remotas es María, de nueve años, que nació en un pueblo cerca de Maarat Al-Numan, y ella y su familia buscaron seguridad más al norte en el campamento de Kili, donde también se unió a la escuela del campamento. "Estas lecciones pregrabadas no son un sustituto del aula", dice Walid, maestro en las carpas educativas apoyadas por Unicef en el campamento de desplazados internos en Kili, a 20 kilómetros al norte de Idlib, "pero hasta que podamos dar la bienvenida a nuestros estudiantes nuevamente en sus aulas, esta es la mejor alternativa que tenemos por ahora".
    3 María, 9 años. Siria En Siria, millones de niños en edad escolar han visto interrumpida su educación debido a la suspensión de actividades como medida de precaución contra la propagación de la covid-19. Sin embargo, los maestros y los niños han encontrado formas de mitigar el impacto de esta suspensión y continuar su educación. «Los profesores aquí crearon grupos de WhatsApp para conectarnos con nuestros estudiantes. Con la ayuda de sus padres, pueden seguir las lecciones e incluso enviarnos preguntas». Una de las personas que se benefician de estas clases remotas es María, de nueve años, que nació en un pueblo cerca de Maarat Al-Numan, y ella y su familia buscaron seguridad más al norte en el campamento de Kili, donde también se unió a la escuela del campamento. «Estas lecciones pregrabadas no son un sustituto del aula», dice Walid, maestro en las carpas educativas apoyadas por Unicef en el campamento de desplazados internos en Kili, a 20 kilómetros al norte de Idlib, «pero hasta que podamos dar la bienvenida a nuestros estudiantes nuevamente en sus aulas, esta es la mejor alternativa que tenemos por ahora». SULEIMAN UNICEF

    Azah y Zaara tienen a su padre como principal apoyo educativo desde que se encerraron bajo confinamiento en su casa en Delhi, la capital de la India. Las dos adolescentes hacen diariamente los deberes que su escuela les manda por correo electrónico.
    4 Azah y Zaara, India. Azah y Zaara tienen a su padre como principal apoyo educativo desde que se encerraron bajo confinamiento en su casa en Delhi, la capital de la India. Las dos adolescentes hacen diariamente los deberes que su escuela les manda por correo electrónico. KHEMKA UNICEF
    A Sheila Achieng, una joven estudiante del asentamiento informal de Kibera, su maestra le envía preguntas de revisión una vez por semana a través del teléfono de sus padres. Ella las imprime, completa las preguntas y regresa a la escuela para que el maestro las marque. Sheila está en su último año de primaria, pero le preocupa que debido a la pandemia que ha cerrado todas las escuelas en Kenia, pueda suspender sus exámenes o verse obligada a repetir la misma clase.
    5 Sheila Achieng. Kenia A Sheila Achieng, una joven estudiante del asentamiento informal de Kibera, su maestra le envía preguntas de revisión una vez por semana a través del teléfono de sus padres. Ella las imprime, completa las preguntas y regresa a la escuela para que el maestro las marque. Sheila está en su último año de primaria, pero le preocupa que debido a la pandemia que ha cerrado todas las escuelas en Kenia, pueda suspender sus exámenes o verse obligada a repetir la misma clase. OTIENO UNICEF
    Cristian, Sherlyn y Sharon, siguen sus clases a través de la televisión. En Guatemala, el ministerio de Educación y Unicef han producido y distribuido distintos materiales didácticos por diversos medios, uno de ellos, programas educativos que se transmiten en la televisión nacional. Además, se han grabado y transmitido 570 horas a través de radios y ha habido más de 27 publicaciones impresas en los principales medios escritos del país.
    6 Cristian, Sherlyn and Sharon. Guatemala Cristian, Sherlyn y Sharon, siguen sus clases a través de la televisión. En Guatemala, el ministerio de Educación y Unicef han producido y distribuido distintos materiales didácticos por diversos medios, uno de ellos, programas educativos que se transmiten en la televisión nacional. Además, se han grabado y transmitido 570 horas a través de radios y ha habido más de 27 publicaciones impresas en los principales medios escritos del país. VOLPE UNICEF
    George Latjor, de 17 años, escucha una lección grabada para la radio en la sala de estar de la familia. "No tenemos radio, así que estoy usando mi teléfono. A veces no tiene batería o está cargando y no puedo escucharlo", explica este joven. “No siempre es fácil entender lo que dicen los maestros en la radio y es posible que necesites múltiples explicaciones. Me preocupan los alumnos lentos y los que viven en zonas rurales donde las ondas no llegan". George está en su último año, quiere ser médico cirujano y tendrá que hacer sus exámenes finales para pasar al nivel superior. Sin embargo, nadie puede decir cuándo, ya que la pandemia se sigue extendiendo por el país. George está preocupado por lo que esto significará para él.
    7 George Latjor, 17 años. Sudán del Sur George Latjor, de 17 años, escucha una lección grabada para la radio en la sala de estar de la familia. «No tenemos radio, así que estoy usando mi teléfono. A veces no tiene batería o está cargando y no puedo escucharlo», explica este joven. “No siempre es fácil entender lo que dicen los maestros en la radio y es posible que necesites múltiples explicaciones. Me preocupan los alumnos lentos y los que viven en zonas rurales donde las ondas no llegan». George está en su último año, quiere ser médico cirujano y tendrá que hacer sus exámenes finales para pasar al nivel superior. Sin embargo, nadie puede decir cuándo, ya que la pandemia se sigue extendiendo por el país. George está preocupado por lo que esto significará para él. RYENG UNICEF
    La radio es la tercera plataforma más utilizada por los gobiernos para ofrecer educación mientras las escuelas permanecen cerradas: un 60% de los 127 países, según recoge un estudio de Unicef. Irasubiza Uwayo Merveille, de 10 años, hace sus deberes junto a su madre, Nyiraneza Jeannette, después de escuchar juntas la lección de radio de Merveille Primary 3. La escuela de Merveille está actualmente cerrada para ayudar a prevenir la propagación de la covid-19.
    8 Irasubiza Uwayo Merveille, 10 años. Ruanda La radio es la tercera plataforma más utilizada por los gobiernos para ofrecer educación mientras las escuelas permanecen cerradas: un 60% de los 127 países, según recoge un estudio de Unicef. Irasubiza Uwayo Merveille, de 10 años, hace sus deberes junto a su madre, Nyiraneza Jeannette, después de escuchar juntas la lección de radio de Merveille Primary 3. La escuela de Merveille está actualmente cerrada para ayudar a prevenir la propagación de la covid-19. KANOBANA UNICEF
    Igihozo Kevin, de 11 años, estudia en casa escuchando sus lecciones en una radio. “Es el medio más popular y accesible en Ruanda. Como emisora ​​pública nacional, las estaciones de Rwanda Broadcasting Agency llegan a casi el 99% de la población, incluidas Radio Rwanda y cinco emisoras regionales", explica Aldo Havugimana, director de Radio de Rwanda Broadcasting Agency. "Dado este alcance expansivo, las lecciones por este medio se identificaron como la solución inmediata más adecuada".
    9 Igihozo Kevin, 11 años. Ruanda Igihozo Kevin, de 11 años, estudia en casa escuchando sus lecciones en una radio. “Es el medio más popular y accesible en Ruanda. Como emisora ​​pública nacional, las estaciones de Rwanda Broadcasting Agency llegan a casi el 99% de la población, incluidas Radio Rwanda y cinco emisoras regionales», explica Aldo Havugimana, director de Radio de Rwanda Broadcasting Agency. «Dado este alcance expansivo, las lecciones por este medio se identificaron como la solución inmediata más adecuada». KANOBANA UNICEF
    Mounee Mahdeya, de 10 años, usa su tablet para completar sus deberes en su casa en Dacca, la capital de Bangladés. Su escuela ha introducido el aprendizaje a distancia a través de plataformas digitales para continuar la educación de los niños durante el bloqueo indefinido impuesto en todo el país por la pandemia.
    10 Mounee Mahdeya, 10 años. Bangladés Mounee Mahdeya, de 10 años, usa su tablet para completar sus deberes en su casa en Dacca, la capital de Bangladés. Su escuela ha introducido el aprendizaje a distancia a través de plataformas digitales para continuar la educación de los niños durante el bloqueo indefinido impuesto en todo el país por la pandemia. KHALIDUZZAMAN UNICEF
    Kimy, de seis años, estudia en casa con la ayuda de su padre en Yakarta, la capital de Indonesia. Ella y su hermana Feli, de cinco años, han estado aprendiendo a distancia desde la segunda semana de marzo, cuando el Gobierno cerró todas las aulas. Kimy y Feli están en el jardín de infancia y su maestra les envía una tarea todos los días que su padre les ayuda a completar. "Me gusta estudiar en casa, pero extraño a mis amigos en la escuela", dice Kimy. Unicef está apoyando al Ministerio de Educación y Cultura para que transmita un programa educativo de televisión para ayudar a los escolares con acceso limitado a internet a aprender desde casa.
    11 Kimy, 6 años. Indonesia Kimy, de seis años, estudia en casa con la ayuda de su padre en Yakarta, la capital de Indonesia. Ella y su hermana Feli, de cinco años, han estado aprendiendo a distancia desde la segunda semana de marzo, cuando el Gobierno cerró todas las aulas. Kimy y Feli están en el jardín de infancia y su maestra les envía una tarea todos los días que su padre les ayuda a completar. «Me gusta estudiar en casa, pero extraño a mis amigos en la escuela», dice Kimy. Unicef está apoyando al Ministerio de Educación y Cultura para que transmita un programa educativo de televisión para ayudar a los escolares con acceso limitado a internet a aprender desde casa. VESKA UNICEFFatimata Bagayogo, de 11 años, estudia en su casa durante la crisis de la pandemia, en Odienné, al norte de Costa de Marfil. Como las escuelas están cerradas, ella asiste a clases por televisión y practica matemáticas en una pizarra que le ha comprado su padre. Sidiki Bagayogo, de 47 años, es profesor y conoce la importancia de la educación. "Me gusta que mi padre me ayude. No me obliga. Me gusta estudiar y extraño la escuela. Echo de menos a mis amigos, pero ahora ayudo a mi madre a cocinar cuando estoy aburrida. Quiero ser médica", dice la pequeña.
    12 Fatimata Bagayogo, 11 años. Costa de Marfil Fatimata Bagayogo, de 11 años, estudia en su casa durante la crisis de la pandemia, en Odienné, al norte de Costa de Marfil. Como las escuelas están cerradas, ella asiste a clases por televisión y practica matemáticas en una pizarra que le ha comprado su padre. Sidiki Bagayogo, de 47 años, es profesor y conoce la importancia de la educación. «Me gusta que mi padre me ayude. No me obliga. Me gusta estudiar y extraño la escuela. Echo de menos a mis amigos, pero ahora ayudo a mi madre a cocinar cuando estoy aburrida. Quiero ser médica», dice la pequeña. FRANK DEJONGH UNICEF

    Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/06/05/album/1591356238_273904.html#foto_gal_12

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