Page 258 of 396
1 256 257 258 259 260 396

Estados Unidos: Donald Trump quiere este modelo educativo en EU

Estados Unidos/09 marzo 2017/Fuente: viveusa

El presidente de Estados Unidos pretendería instaurar el método educativo del estado de Florida.

Durante su más reciente discurso en el Congreso de Estados Unidos, Donald Trump instó a los legisladores a presentar una iniciativa de “opción escolar” que les permitiría a los “jóvenes en situación de desventaja” asistir a una  “escuela pública, privada, charter, magnet o religiosa, o ser educados en casa”.

De acuerdo con analistas, el modelo de Trump sobre cómo difundir la opción escolar podría ser el programa de Florida, en donde se utiliza un programa de escuelas privadas a través de los vales. Una de esas escuelas es el St. Andrew Catholic School en Orlando.

Trump mencionó la posibilidad de becas por crédito fiscal como un camino a seguir, dijo Ron Matus. Matus es el director de política y asuntos públicos para Step Up for Students, la organización que administra las donaciones de becas de Florida.

¿Qué son los vales escolares? Los vales proporcionan dinero público a las familias para que los niños puedan asistir a escuelas privadas, incluyendo a escuelas religiosas. Sin embargo, dicho método es controvertido.

En el modelo Trump empresas obtienen exenciones fiscales por donar dinero a organizaciones sin fines de lucro. Esas organizaciones entonces les otorgan becas a los estudiantes para asistir a escuelas privadas o parroquiales.

Muchos detractores creen que empañan o incluso violan la separación de iglesia y estado y se preocupen sobre el uso de fondos públicos sin una reglamentación adecuada.

Por otro lado existen las becas por crédito de impuestos para pagar la matrícula. Les permite a los padres de familia anular una cierta cantidad de impuesto sobre la renta y aplicar ese dinero hacia la matrícula de una escuela privada.

La deducción suele ser mucho menor que el costo de la matrícula, por lo que algunos sostienen que beneficia más a las personas que ya tienen los medios para enviar a sus hijos a esas escuelas.

La beca por crédito de impuestos de Florida funciona así: Las empresas obtienen dólar por dólar en crédito de impuestos por sus contribuciones a las organizaciones sin fines de lucro que ofrecen becas. Dependiendo del tipo de impuesto, puede recibir un crédito de entre 50% al 100% de sus obligaciones fiscales a través del programa.

También lee

Los estados con mejor educación universitaria en EU
De acuerdo con el gobierno estadounidense, te decimos cuáles fueron las entidades con mejor nivel de aprovechamiento del ciclo escolar 2014-15

Los padres de familia solicitan las becas mediante la presentación de recibos de sueldos, declaraciones de impuestos y otros documentos financieros. Si son elegibles, puede obtener hasta 5,886 por estudiante y aplicar ese dinero a la matrícula en una lista de escuelas privadas K-12. Este año el costo promedio de las escuelas privadas en Florida es de 7,864.

El programa se centra en las familias de bajos ingresos. Inicialmente, las familias que hacen hasta el 185% sobre la línea federal de pobreza, o que ganaban alrededor de 45,000 por una familia de cuatro, eran elegibles para becas nuevas, y podían renovarlas si llegaban hasta el 200% de la línea federal de pobreza, dijo Matus.

A partir de este año escolar, las familias de mayores ingresos que conforman hasta el 260% sobre la línea de la pobreza, o 64,000 para una familia de cuatro, fueron elegibles  para cantidades de beca más pequeñas. En total, unos 98,000 estudiantes utilizan las becas.

¿Qué tipo de escuelas reciben el dinero? Ochenta y cinco por ciento de las escuelas de Florida que acepten las becas son  escuelas religiosas, según David Figlio, profesor de educación y política social en Northwestern University, quien evaluó el programa hace unos años.

Los estudiantes que utilizan las becas para asistir a estas escuelas no realizan exámenes estandarizados a nivel estatal, pero sí toman otro examen, con resultados que se reportan por separado.

Las escuelas que reciben 250,000 al año del programa de becas necesitan que un  contador público independiente acreditado presente una auditoría sobre sus prácticas financieras, para asegurarse de que no estén utilizando indebidamente los fondos públicos.

Fuente noticia:http://www.viveusa.mx/articulo/2017/03/08/educacion/donald-trump-quiere-este-modelo-educativo-en-eu

Fuente imagen :http://i0.wp.com/www.sopitas.com/wp-content/uploads/2017/02/donald-trump-estados-unidos-presidente-orden-ejecutiva.jpg

Comparte este contenido:

Estados Unidos: Las escuelas de Nueva York toman medidas para evitar que los indocumentados dejen de llevar a sus hijos a las clases

Estados Unidos/09 marzo 2017/Fuente: Univision

A pesar de las garantías que ha ofrecido la ciudad de proteger la información personal de los estudiantes, expertos y activistas están preocupados porque ahora los estudiantes inmigrantes dejen de ir al colegio.

Después de la elección presidencial, un estudiante de un programa de actividades extraescolares en el Bronx le entregó un dibujo a su directora con la imagen de un agente de inmigración arrestando a una mujer.

Escrito arriba decía, «Donald Trump, ¿por qué deportas a nuestros padres? No te das cuenta de que los niños están muy asustados».

Un estudiante en un programa de actividades extraescolares dirigido por...
Un estudiante en un programa de actividades extraescolares dirigido por el Comité para Niños y Familias Hispanas, donde Helena Yordan trabaja, dibujó y describió su temor a Trump. «Donald Trump ¿por qué deportas a nuestros padres? No reconoces lo asustados que están los niños por ti. Si me dieran un centavo cada vez que le rompes el corazón a una familia sería un millón de veces más rico que tú».

Ese estudiante sigue asistiendo al programa, pero la directora, Helena Yordan, dice que le preocupa mantener a otros estudiantes en la escuela y en los programas extraescolares a medida que la ansiedad crece y consume a muchas familias de inmigrantes.

La madre de este niño, una inmigrante indocumentada de El Salvador que prefirió no dar su nombre, dijo que algunos padres hispanos tenían miedo a visitar la escuela y una de sus amigas estaba considerando retirar a su hijo por completo.

Aunque la madre con la que hablamos no tiene planes de mantener a sus hijos en casa, ella entiende este impulso.

«Yo tenía los mismos temores», dijo ella. «A veces me sentía demasiado insegura para salir a la calle. Tenía pesadillas».

Esos temores se reflejan en toda la ciudad. Conforme el gobierno federal se involucra de lleno en la aplicación de las leyes de inmigración –de forma más reciente al ampliar drásticamente el grupo de inmigrantes indocumentados que pueden ser deportados– las familias están escondiéndose cada vez más en sus casas. A pesar de las garantías por parte de la ciudad de que protegerá a los estudiantes, los defensores temen que las familias empiecen a abandonar las escuelas.

Cientos de estudiantes de secundaria de la ciudad de Nueva York se salen...
Cientos de estudiantes de secundaria de la ciudad de Nueva York se salen de clase para unirse a las protestas en contra de las políticas de inmigración del presidente Donald Trump, el 7 de febrero de 2017 en Nueva York. Spencer Platt/Getty Images

Los efectos del terror

«El gran problema es que existe una ansiedad generalizada entre las comunidades de inmigrantes», dijo Kim Sykes, quien trabaja en educación en la Coalición de Inmigración de Nueva York. «Tienen miedo de ir a la lavandería. Tienen terror de que los separen. Esta inquietud se extiende a todos los ámbitos de la vida y la escuela no está exenta».

Sykes relató una instancia en la que los padres, de camino a dejar al hijo en un centro de cuidado infantil en el Bronx, pensaron que estaban siendo seguidos por agentes del ICE. Por miedo, no llevaron a su hijo al centro ese día.

Roksana Mun, directora de estrategia y capacitación de DRUM, una organización que ayuda a los inmigrantes del sur de Asia, ha escuchado algunas de las mismas preocupaciones que Sykes. En conversaciones privadas y llamadas de teléfono, dijo, tres familias distintas le han dicho que les preocupa mandar a sus hijos a la escuela.

Hasta ahora en la ciudad de Nueva York éstos son temores e historias anecdóticos. El Departamento de Educación dijo que no hay pruebas de un descenso generalizado en la asistencia en la ciudad o entre comunidades inmigrantes específicas.

La ciudad responde

«Queremos asegurarnos de que los padres envíen a estos niños a la escuela. El mejor lugar para estar protegidos es la escuela«, afirmó la Canciller Escolar Carmen Fariña en una conferencia de prensa el martes. «No hemos visto una disminución en la asistencia y quiero que siga siendo así».

La ciudad envió una carta a los padres en enero explicando que las escuelas no mantienen registros del estado migratorio y no permitirá que los agentes del ICE accedan a edificios escolares sin la «autoridad legal adecuada». El martes, también dijo que la ciudad está preparando una segunda carta que detalla el protocolo si los agentes de inmigración se presentan en una escuela.

La presidenta del Consejo Municipal Melissa Mark-Viverito, quien hizo de la protección a los inmigrantes el tema central de su reciente discurso sobre el estado de la ciudad, dijo que está considerando si la ciudad puede fortalecer su respuesta. Incluso le preocupan los rumores de que los estudiantes están evitando la escuela, dice.

«Puede que no esté ocurriendo a gran escala», dijo Mark-Viverito, «pero el hecho de que está comenzando a suceder en algunos casos es una preocupación para nosotros».

Los últimos acontecimientos parecen justificar los temores de los padres. En Virginia y Texas, varios padres han sido detenidos o recogidos por agentes de ICE mientras dejaban a sus hijos en la escuela, según el Washington Post. En Connecticut, hay evidencia de que algunas familias podrían estar evitando que sus hijos vayan a la escuela, según una portavoz del departamento de educación.

Y la educación superior ya ha sido afectada también en California. El número de estudiantes indocumentados que solicita ayuda financiera estatal en ese estado disminuyó en más de un 40% en comparación con el año pasado.

Un miedo con antecedentes

Ésta no sería la primera vez que el temor a las leyes de inmigración evita que los estudiantes vayan a la escuela.

En Durham, Carolina del Norte, la asistencia al bachillerato disminuyó un 20% el año pasado, después de que un estudiante fuera arrestado en una redada de inmigración. Cuando Alabama promulgó una amplia ofensiva contra los inmigrantes indocumentados en 2011, la cual inicialmente les exigía a las escuelas registrar el estatus migratorio de los alumnos, el Departamento de Justicia documentó un incremento en las ausencias de estudiantes hispanos.

Los temores de algunos padres no se centran en la seguridad de la escuela, sino en la amenaza de ser separados de sus hijos, dijo Ref Rodríguez, miembro de la Junta Escolar de Los Ángeles. Él comenzó a presionar para que Los Ángeles aumentara las protecciones para los estudiantes inmigrantes después de que escuchó sobre una familia que pegaba números de teléfono en su refrigerador para que los niños tuvieran a alguien a quien llamar si algún día llegaban a casa después de la escuela y descubrían que sus padres ya no estaban.

«Ningún niño debería llegar a casa y preguntarse si su mamá o su papá va a regresar esa noche», dijo Rodríguez. «Hemos hecho las cosas de manera que podamos ayudar a la gente a sentirse segura».

Muchos de los defensores locales quieren que la ciudad de Nueva York haga aún más para tranquilizar a las familias inmigrantes. El temor, dicen, es palpable, y generalizado.

Darnell Benoit, director de Flanbwayan, un grupo que ayuda a jóvenes inmigrantes de Haití, dice que sabe de padres haitianos que están planeando regresar a Haití y dejar a sus hijos menores de edad en custodia de otras personas. Ninaj Raoul, directora ejecutiva de Haitian Women for Haitian Refugees, explicó que ha recibido al menos 20 llamadas diarias de personas nerviosas desde la elección.

En este punto, precisó Benoit, «cualquier cosa puede ocurrir», incluso que los padres saquen a sus hijos de la escuela. «Definitivamente la gente tiene miedo».

Fuente:http://www.univision.com/noticias/educacion/como-afectan-las-redadas-contra-inmigrantes-la-asistencia-de-estudiantes-en-las-escuelas-de-nueva-york

Comparte este contenido:

Reseña de Película:En busca de un milagro

America del Norte/EEUU

La historia se centra en Ralph Walker, un adolescente que asiste a una escuela católica privada. Su padre murió en la Segunda Guerra Mundial y su madre está hospitalizada con una enfermedad no identificada. Ralph es naturalmente propenso al mal y, a menudo se encuentra como un paria entre sus compañeros de clase. Usualmente intenta emular la conducta de los adultos, motivo por el cual es atrapado fumando cigarrillos y posteriormente masturbándose por el director de la escuela, el Padre Fitzpatrick.Debido a su conducta, considerada problemática, Ralph es obligado por el Padre Fitzpatrick a unirse al equipo de campo traviesa de la escuela para «acabar con su exceso de energía».

Cuando la madre de Ralph cae en un estado de coma se le dice que solo un milagro para ella para sobrevivir. En una plática con el entrenador, el Padre Hibbert, quien era un corredor de maratón de clase mundial hasta que se vio obligado a retirarse por una lesión en la rodilla, este afirma que sería un milagro que miembro del equipo escolar ganara el maratón nacional de Boston, Ralph decide entrenar para el maratón en la esperanza de que con su victoria se cumpliría el milagro que se necesita para salvar la vida de su madre.

En un inicio Ralph ni siquiera podía mantener el mismo ritmo de sus compañeros de equipo, decide leer libros para aprender acerca de la ejecución del atletismo y mejora poco a poco con lo que va aprendiendo. El Padre Hibbert decide entrenarlo a pesar de la desaprobación del padre Fitzpatrick. Ralph comienza a ganarse el respeto de sus compañeros de clase, y, finalmente, gana la atención de los medios de comunicación locales cuando gana una carrera regional de prestigio.

Cuando el padre Fitzpatrick se entera de Ralph tiene la intención de correr la maratón de Boston, lo amenaza con expulsarlo si participa, así como amenaza al Padre Hibbert con retirarlo del sacerdocio si trata de interferir. Tanto Ralph como su mentor deben decidir hasta qué punto creen en los milagros, y lo que es posible cuando una persona corre el riesgo de todo y sin promesa de éxito. Tanto él como el padre Hibbert desafían padre Fitzpatrick y decide ir a Boston. Ralph termina ganando el segundo lugar después de una reñida contienda con el ganador del año anterior. Al final le da la medalla a su madre la cual despierta del coma.

Fuente:https://youtu.be/o6sDP_M6_TQ

Imagen:https://i.ytimg.com/vi/0rgP_VKt0g8/hqdefault.jpg

Comparte este contenido:

Trump defiende uso de fondos públicos en escuelas privadas de EE.UU.

América del Norte/Estados Unidos/07.03.2017/Autor y Fuente: http://prensa-latina.cu/
El presidente norteamericano, Donald Trump, defendió hoy el uso de recursos públicos para que estudiantes de familias de bajos ingresos asistan a la escuela de su elección, incluyendo las privadas.

El jefe de Estado recorrió este viernes las instalaciones de la institución católica St. Andrew, en la ciudad de Orlando, donde calificó el modelo de elección escolar como el futuro de la educación en el país.

Trump se reunió con padres, maestros y alumnos involucrados en un programa que emplea el dinero público para permitir a los estudiantes de bajos ingresos asistir a escuelas privadas.

Acompañado por su secretaria de Educación, Betsy DeVos, Trump se refirió al centro docente como una de las muchas escuelas parroquiales dedicadas a educar a niños desfavorecidos, y reiteró su mensaje de que la educación es el problema de los derechos civiles de nuestro tiempo.

Tanto el presidente como DeVos promueven la idea de que las familias de bajos ingresos deberían ser libres de escoger a qué tipo de centro educativo -público, privado, religioso, chárter, entre otros- enviar a sus hijos.

Esa propuesta incluye programas de cupones y créditos fiscales para financiar la matrícula y otros gastos educativos en instituciones privadas y religiosas.

Los opositores a esa iniciativa sostienen que tales proyectos violan la separación constitucional entre la iglesia y el Estado, al tiempo que dañan los sistemas públicos tradicionales donde están inscritos la mayoría de los estudiantes del país.

Argumentan, además, que la administración está enfocada en expandir las alternativas de elección a expensas del sistema tradicional y dicen creer que Trump y DeVos quieren privatizar la enseñanza pública.

De acuerdo con el diario The Washington Post, los sindicatos de profesores se apresuraron a criticar la visita a St. Andrew, al considerar que mostró la hostilidad de Trump hacia las escuelas públicas y la intención de convertir la educación en una industria con fines de lucro.

Los grupos de maestros manifiestan que los esfuerzos de la Florida para proveer opciones dañan las escuelas públicas del estado al reducirles el apoyo de los contribuyentes, dejando a los alumnos que permanecen en ellas en peor situación.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=68251&SEO=trump-defiende-uso-de-fondos-publicos-en-escuelas-privadas-de-ee.uu.

Imagen: http://www.prensa-latina.cu/images/2017/marzo/03/principal3.jpg

Comparte este contenido:

Película: Al Maestro con Cariño

To Sir, with love es una película británica de 1967 dirigida por James Clavell y protagonizada por Sidney Poitier. Está basada en la novela To Sir, with love de E.R. Braithwaithe.
Fecha de estreno: 14 de junio de 1967 (Estados Unidos)
Director: James Clavell
Música compuesta por: Ron Grainer
Historia creada por: E. R. Braithwaite
Canción destacada: To Sir, with Love

To Sir, with love (Rebelión en las aulas en España, Al maestro con cariño en Hispanoamérica) es una película británica de 1967 dirigida por James Clavell y protagonizada por Sidney Poitier. Está basada en la novela To Sir, with love de E.R. Braithwaithe.

La canción de la película, «To sir, with love», interpretada por Lulu, alcanzó el sitial número 1 de las carteleras musicales, y fue considerada «Canción del año» según la revista Billboard de 1967, además la película ocupa el puesto 27 de la lista de Entertainment Weekly 50 Best High School Movies.

Una secuela para televisión, To Sir, with Love II, dirigida por Peter Bogdanovich, fue estrenada en 1996, con Sidney Poitier retomando su papel protagónico. Sin embargo y como era de esperar, tuvo un éxito significativamente menor.

Argumento

Un ingeniero negro sin trabajo llamado Mark Thackeray encuentra trabajo como profesor de un grupo de estudiantes conflictivos en una escuela de las afueras de Londres. Pero detrás de la ruda y grosera apariencia de sus alumnos, no hay malos sentimientos. Al principio, Mark intenta ganarse su confianza utilizando métodos tradicionales, pero el fracaso es tal que no duda en buscar nuevas estrategias educativas.

Reparto

  • Sidney Poitier es Mark Thackeray
  • Christian Roberts es Bert Denham
  • Judy Geeson es Pamela Dare
  • Suzy Kendall es Gillian Blanchard
  • Ann Bell es Mrs. Dare
  • Lulu es Barbara «Babs» Pegg
  • Geoffrey Bayldon es Theo Weston
  • Faith Brook es Grace Evans
  • Patricia Routledge es Clinty Clintridge
  • Chris Chittell es Potter
  • Adrienne Posta es Moira Joseph
  • Rita Webb es Mrs. Joseph
  • Marianne Stone es Gert

Recepción

Tras su lanzamiento en Estados Unidos, el periodista Bosley Crowter compara el perfomance de Sidney Poitier en esta película con su actuación en su película anterior (Semilla de maldad, 1955), sobre ello escribe «un agradable aire de nobleza impregna esta película a color, y el señor Poitier da un pintoresco ejemplo de cómo apropiadamente se coloca la otra mejilla. A pesar de que se autocontrola con dificultad en los enfrentamientos con su clase, e incluso se enfada en una ocasión, él nunca actúa como un patán a diferencia de uno de sus compañeros (el prof. Weston, interpretado por Geoffrey Bayldon). Excepto por algunos comentarios hirientes de este último, hay poca intrusión o discusión sobre el tema racial: discretamente le restó importancia al igual que muchas otras situaciones de tensión en la escuela. To Sir… corre como un acogedor, agradable e increible cuento».

Halliwell’s Film and Video Guide lo describe como «no-realista y sentimental» y cita una crítica de Monthly Film Bulletin (probablemente contemporáneo con su versión británica) que afirma que «el guión sentencioso suena como si hubiera sido escrito por un celoso profesor de escuela dominical luego de un boicot particularmente estimulante de afrikáners sudafricanos».

Time Out Film Guide dice que «no se parece a la vida escolar tal como la conocemos» y «la reforma milagrosa del abusivo en una semana antes del plazo (gracias al profesor Poitier) es risible». A pesar de estar de acuerdo con afirmaciones sobre el sentimentalismo de la película, y que le da una clasificación mediocre, el Virgin Film Guide asegura «lo que hace [de esto] una película agradable es la naturaleza mítica del personaje de Poitier. Se las arregla para parecer como una persona real, al mismo tiempo que incorpora todo lo que hay que saber acerca de la moral, el respeto y la integridad».

La película se entrenó y se convirtió en un éxito antes de la aparición de otra película de temática similar, Up the Down Staircase (1967).

To Sir, with love mantiene una calificación de 92% («fresco») en la opinión global del sitio Rotten Tomatoes. La película recaudó US$ 42.432.803 en las taquillas de Estados Unidos, produciendo US$ 19.000.000 en rentas, con un presupuesto de US$ 640.000, por lo que es la octava película de mayor recaudación en Estados Unidos.

Banda sonora

La banda sonora de la película cuenta con la participación de la cantante Lulu y el grupo The Mindbenders, con música incidental de Roy Grainer. El álbum original fue lanzado por Fontana Records, fue relanzado en formato CD en 1995. Allmusic le otorgó tres estrellas de cinco.

La canción del título estuvo en el primer puesto del Cash Box Top 100 durante tres semanas.

  1. To Sir, with Love – Lulu
  2. School Break Dancing «Stealing My Love from Me» – Lulu
  3. Thackeray meets Faculty, Then Alone
  4. Music from Lunch Break «Off and Running» – The Mindbenders
  5. Thackeray Loses Temper, Gets an Idea
  6. Museum Outings Montage «To Sir, with Love» – Lulu
  7. A Classical Lesson
  8. Perhaps I Could Tidy Your Desk
  9. Potter’s loss of temper in gym
  10. Thackeray reads letter about job
  11. Thackeray and Denham box in gym
  12. The funeral
  13. End of Term Dance «It’s Getting Harder all the Time» – The Mindbenders
  14. To Sir With Love – Lulu

Para ver la película, haga click aquí:

Fuente de la Reseña:

https://es.wikipedia.org/wiki/To_Sir,_with_love_(pel%C3%ADcula)

Comparte este contenido:

Las razones por las que millones en EEUU no terminan la universidad

EEUU/07 de marzo de 2017/Fuente: http://latino4u.net

Los mismos obstáculos impiden a los estudiantes de obtener títulos y con frecuencia ponen fuera de su alcance los trabajos de clase media con buenos sueldos.

¿Cómo es que millones de estadounidenses están sin trabajos o atrapados en empleos que pagan poco mientras que los empleadores dejan millones de puestos vacantes cada año? Una gran razón de esto es la crisis del alto nivel de abandono universitario en el país, algo que recién está recibiendo la atención nacional que merece. De hecho, menos de la mitad de los estudiantes universitarios de EEUU se gradúan. Y los niveles son peores en las universidades comunitarias(conocidos en inglés como ‘community colleges’), las cuales son los proveedores principales de educación y capacitación para los 29 millones de empleos de habilidades medianas que pagan sueldos de clase media.

Esto no es solamente un problema para las personas que no se gradúan. Es un problema para todos nosotros. Sin trabajos decentes con sueldos decentes, la gente se queda atrapada en la pobreza, persiste la desigualdad de ingresos y la promesa estadounidense de oportunidad para todos no se pude cumplir. Los trabajos que pagan bien que requieren sólo un diploma de secundaria mayormente han desaparecido a medida que la automatización y la globalización han seguido transformando la economía. Ya para 2020 un 65% de los empleos requerirán por lo menos algo de educación postsecundaria. Las universidades comunitarias imparten clases a casi la mitad de todos los estudiantes estadounidenses e inscriben a unos 10 millones de estudiantes cada año, pero sólo un poco menos de un 20% de ellos obtiene un diploma dentro de tres años.

Por muy deprimentes que son estas cifras, no reflejan la extensión completa del problema, aunque las estadísticas excluyen a estudiantes matriculados a tiempo parcial y también a los que toman un receso de sus estudios para trabajar o cuidar a familiares para luego regresar a la universidad. Existen pruebas anecdóticas que indican que los índices de terminación de estudios para estos estudiantes podrían ser aún más bajos. Esto significa que una buena parte de los trabajadores potenciales de EEUU no están recibiendo la educación y la capacitación que necesitan para mantenerse a sí mismos y a sus familias y luego ascender a la clase media.

Hay dos razones principales por las que los estudiantes no terminan sus estudios universitarios, las que normalmente operan en conjunto: una preparación inadecuada y dificultades para navegar por la universidad.

Los graduados de secundarias de áreas de alta pobreza generalmente no están bien preparados para el nivel de estudios de la universidad, por lo que son asignados cursos correctivos en Matemáticas e Inglés. Los trabajadores adultos que se matriculan en las universidades comunitarias en su esfuerzo por avanzar sus carreras enfrentan obstáculos parecidos, ya que sus habilidades académicas normalmente están oxidadas.

Se les puede requerir a los estudiantes que tomen de uno a tres cursos correctivos, los cuales se tienen que tomar en orden y no confieren créditos universitarios. El atraso les cuesta dinero y tiempo a los estudiantes —los cursos de desarrollo gastan la ayuda financiera, la cual tiene una duración limitada, y no cuentan como parte de los cursos necesarios para recibir un título universitario— y también produce frustración y desaliento. Un 70% de los estudiantes asignados a cursos correctivos nunca terminan sus estudios universitarios.

La segunda razón por las que los estudiantes no obtienen sus títulos universitarios es por la dificultad de combinar los estudios universitarios con otros compromisos o navegar el sistema de educación superior. Cerca de dos tercios de los estudiantes en universidades comunitarias trabajan para mantenerse a sí mismos y a sus familias mientras que estén estudiando y quizás estén enfrentando hambre y estar sin techo. Muchos son padres solteros y más de un tercio son los primeros en sus familias en asistir a la universidad. Ambos son factores que pueden presentar obstáculos para la graduación.

Dado que muchos estudiantes en universidades comunitarias han tenido poca exposición previa a los estudios superiores, con frecuencia tienen dificultades con todos los aspectos necesarios para completar los estudios universitarios con éxito, como escoger cursos que llevan a un título, solicitar la ayuda financiera, obtener tutoría u otro tipo de apoyo académico y equilibrar el trabajo con los estudios universitarios.

Esto no es un problema nuevo: ha estado en el radar de los educadores y los legisladores durante décadas. Nuestra organización se llama Jobs for the Future (Empleos para el Futuro o JFF por sus siglas en ingles). Nosotros y nuestros socios hemos desarrollado algunas soluciones para mejorar los índices de graduación de universidad en todo el país:

1. Rediseñar la educación correctiva

La meta de nuevos enfoques es acortar el tiempo que un estudiante pasa con los estudios correctivos y hacer que tales estudios sean relevantes para las metas de carrera del estudiante. Siempre que sea posible, los cursos de educación correctiva dan créditos para títulos universitarios para acelerar el progreso del estudiante en cuanto a recibir un título.

Las universidades también están buscando maneras más efectivas de medir la preparación académica. En lugar de depender de puntajes estandarizados de exámenes para determinar cuáles estudiantes necesitan clases correctivas, las universidades están usando múltiples medidas, entre ellas los expedientes académicos de la preparatoria, evaluaciones de maestros y conversaciones entre estudiantes y consejeros.

JFF ha colaborado con Florida, Virginia Occidental, Ohio y otros estados para encabezar un movimiento nacional para reformar la educación de desarrollo.

2. Caminos guiados a través de la universidad

El catálogo de cursos universitarios no es tan diferente a un bufet libre: presenta a los estudiantes una gama vertiginosa de opciones atractivas, pero ofrece poca orientación sobre escoger los cursos adecuados en la orden correcta. Con sólo una cantidad mínima de asesoramiento disponible, con frecuencia los estudiantes universitarios hacen malas elecciones y terminan con un conjunto desarticulado de créditos en lugar de un título o se quedan sin los créditos adecuados para trasladarse a una universidad de cuatro años (en EEUU las universidades comunitarias normalmente ofrecen dos años de estudios, las que pueden llevar luego a pasar a un programa de cuatro años en otra institución).

La solución a este problema se llama ‘caminos guiados’ y es como un menú de precio fijo. Se limita el universo de elecciones y se organizan tales opciones en secuencias que le ayudan al estudiante a ponerse —y mantenerse— en un camino hacia completar un programa de certificación o bien de licenciatura. Los caminos guiados también incluyen asesoramiento extenso y otros tipos de apoyo para ayudar a los estudiantes a navegar todos los aspectos de la vida universitaria. JFF provee la pericia a las instituciones y a los legisladores para promover políticas y programas que apoyen caminos guiados.

3. La secundaria preuniversitaria

Llamadas early college high school en inglés, estas son secundarias especiales que preparan académicamente a los estudiantes de bajos ingresos y les dan el conocimiento y confianza que necesitan para navegar la universidad. Los estudiantes en estos programas toman cursos universitarios —recibiendo créditos— mientras que estén en la preparatoria. De tal modo llegan a la universidad con la preparación académica adecuada en lugar de necesitar cursos correctivos. Apoyo extenso de maestros y asesores —junto con mucha exposición a los campos universitarios, la cultura universitaria y las expectativas— les da a incluso los estudiantes más vulnerables la oportunidad de completar sus estudios universitarios.
La mayoría de los estudiantes (un 94%) en estos programas se gradúan de la preparatoria con algunos créditos universitarios y un tercio obtienen un diplomado ( associate’s degree) para el tiempo en que se gradúan de la preparatoria. Esto los permite matricularse inmediatamente en una universidad de cuatro años. JFF y nuestros socios hemos ayudado a iniciar o a rediseñar más de 280 escuelas de early college que actualmente atienden a más de 80,000 estudiantes en todo el país.

Desarrollar estas soluciones requiere mucho esfuerzo meditado y colaborativo. Cada una ha tomado años —con frecuencia décadas— para desarrollarse, y todas son trabajos en elaboración que requieren inversiones significativas para mantenerse. Mejorar los índices de la graduación de la universidad es lento y caro, pero es mucho más alto el costo de dejar atrás a grandes partes de la población.

Fuente de la Noticia:

http://latino4u.net/las-razones-por-las-que-millones-en-eeuu-no-terminan-la-universidad/

Comparte este contenido:

The United States’ War on Youth: From Schools to Debtors’ Prisons

Henry A. Giroux

If one important measure of a democracy is how a society treats its children, especially poor youth of color, there can be little doubt that American society is failing. As the United States increasingly models its schools after prisons and subjects children to a criminal legal system marked by severe class and racial inequities, it becomes clear that such children are no longer viewed as a social investment but as suspects. Under a neoliberal regime in which some children are treated as criminals and increasingly deprived of decent health care, education, food and  housing, it has become clear that the United States has both failed its children and democracy itself.

Not only is the United States the only nation in the world that sentences children to life in prison without parole, the criminal legal system often functions so as to make it more difficult for young people to escape the reach of a punishing and racist legal system. For instance, according to a recent report published by the Juvenile Law Center, there are close to a million children who appear in juvenile court each year subject to a legal system rife with racial disparities and injustices. This is made clear by Jessica Feierman, associate director of the Juvenile Law Center in her report «Debtors’ Prison for Kids? The High Cost of Fines and Fees in the Juvenile Justice System.» In an interview with the Arkansas Times, Feierman said:

Racial disparities pervade our juvenile justice system. Our research suggests that we can reduce those disparities through legislative action aimed at costs, fines, fees, and restitution … In every state, youth and families can be required to pay juvenile court costs, fees, fines, or restitution. The costs for court related services, including probation, a «free appointed attorney,» mental health evaluations, the costs of incarceration, treatment, or restitution payments, can push poor children deeper into the system and families deeper into debt. Youth who can’t afford to pay for their freedom often face serious consequences, including incarceration, extended probation, or denial of treatment — they are unfairly penalized for being poor. Many families either go into debt trying to pay these costs or forego basic necessities like groceries to keep up with payments.

 According to the report, sometimes when a family can’t pay court fees and fines, the child is put in a juvenile detention facility. Such punitive measures are invoked without a degree of conscience or informed judgment as when children are fined for being truant from school. In her article in Common Dreams, Nika Knight pointed to one case in which a child was fined $500 for being truant and because he could not pay the fine, «spent three months in a locked facility at age 13.» In many states, the parents are incarcerated if they cannot pay for their child’s court fees. For many parents, such fines represent a crushing financial burden, which they cannot meet, and consequently their children are subjected to the harsh confines of juvenile detention centers. Erik Eckholm has written in The New York Times about the story of Dequan Jackson, which merges the horrid violence suffered by the poor in a Dickens novel with the mindless brutality and authoritarianism at the heart of one of Kafka’s tales. Eckholm is worth quoting at length:

When Dequan Jackson had his only brush with the law, at 13, he tried to do everything right. Charged with battery for banging into a teacher while horsing around in a hallway, he pleaded guilty with the promise that after one year of successful probation, the conviction would be reduced to a misdemeanor. He worked 40 hours in a food bank. He met with an anger management counselor. He kept to an 8 p.m. curfew except when returning from football practice or church. And he kept out of trouble. But Dequan and his mother, who is struggling to raise two sons here on wisps of income, were unable to meet one final condition: payment of $200 in court and public defender fees. For that reason alone, his probation was extended for what turned out to be 14 more months, until they pulled together the money at a time when they had trouble finding quarters for the laundromat.

Not only do such fines create a two-tier system of justice that serves the wealthy and punishes the poor, they also subject young people to a prison system fraught with incidents of violent assault, rape and suicide. Moreover, many young people have health needs and mental health problems that are not met in these detention centers, and incarceration also fuels mental health problems.

Suicide rates behind bars «are more than four times higher than for adolescents overall,» according to the Child Trends Data Bank. Moreover, «between 50 and 75 percent of adolescents who have spent time in juvenile detention centers are incarcerated later in life.» Finally, as the «Debtors’ Prison for Kids Report» makes clear, kids are being sent to jail at increasing rates while youth crime is decreasing. The criminal legal system is mired in a form of casino capitalism that not only produces wide inequalities in wealth, income and power, but it also corrupts municipal court systems that are underfunded and turn to unethical and corrupt practices in order to raise money, while creating new paths to prison, especially for children.

Debtors’ prisons for young people exemplify how a warfare culture can affect the most vulnerable populations in a society, exhibiting a degree of punitiveness and cruelty that indicts the most fundamental political, economic and social structures of a society. Debtors’ prisons for young people have become the dumping grounds for those youth considered disposable, and they are also a shameful source of profit for municipalities across the United States. They operate as legalized extortion rackets, underscoring how our society has come to place profits above the welfare of children. They also indicate how a society has turned its back on young people, the most vulnerable group of people in our society.

There is nothing new about the severity of the American government’s attack on poor people, especially those on welfare, and both political parties have shared in this ignoble attack. What is often overlooked, however, is the degree to which children are impacted by scorched-earth policies that extend from cutting social provisions to the ongoing criminalization of a vast range of behaviors. It appears that particularly when it comes to young people, especially poor youth and youth of color, society’s obligations to justice and social responsibility disappear.

Modeling Schools After Prisons

We live at a time in which institutions that were meant to limit human suffering and misfortune and protect young people from the excesses of the police state and the market have been either weakened or abolished. The consequences can be seen clearly in the ongoing and ruthless assault on public education, poor students and students of color. Schools have become, in many cases, punishment factories that increasingly subject students to pedagogies of control, discipline and surveillance. Pedagogy has been emptied of critical content and now imposes on students mind-numbing teaching practices organized around teaching for the test. The latter constitutes both a war on the imagination and a disciplinary practice meant to criminalize the behavior of children who do not accept a pedagogy of conformity and overbearing control.

No longer considered democratic public spheres intended to create critically informed and engaged citizens, many schools now function as punishing factories, work stations that mediate between warehousing poor students of color and creating a path that will lead them into the hands of the criminal legal system and eventually, prison. Under such circumstances, it becomes more difficult to reclaim a notion of public schooling in which the culture of punishment and militarization is not the culture of education. Hope in this instance has to begin with a critical discourse among teachers, students, parents and administrators unwilling to model the schools after a prison culture.

Many schools are now modeled after prisons and organized around the enactment of zero tolerance policies which, as John W. Whitehead has pointed out, put «youth in the bullseye of police violence.» Whitehead argues rightfully that:

The nation’s public schools — extensions of the world beyond the schoolhouse gates, a world that is increasingly hostile to freedom — have become microcosms of the American police state, containing almost every aspect of the militarized, intolerant, senseless, overcriminalized, legalistic, surveillance-riddled, totalitarian landscape that plagues those of us on the «outside.»

Not only has there been an increase in the number of police in the schools, but the behavior of kids is being criminalized in ways that legitimate what many call the school-to-prison pipeline. School discipline has been transformed into a criminal matter now handled mostly by the police rather than by teachers and school administrators, especially in regard to the treatment of poor Black and Brown kids. But cops are doing more than arresting young people for trivial infractions, they are also handcuffing them, using tasers on children, applying physical violence on youth, and playing a crucial role in getting kids suspended or expelled from schools every year.

The Civil Rights Project rightly argues that public schools are becoming «gateways to prisons.» One estimate suggests that a growing number of young people will have been arrested for minor misbehaviors by the time they finish high school. This is not surprising in schools that already look like quasi-prisons with their drug-sniffing dogs, surveillance systems, metal detectors, police patrolling school corridors, and in some cases, police systems that resemble SWAT teams.

While there has been a great deal of publicity nationwide over police officers killing Black people, there has been too little scrutiny regarding the use of force by police in the schools. As Jaeah Lee observed in Mother Jones, the «use of force by cops in schools … has drawn far less attention [in spite of the fact that] over the past five years at least 28 students have been seriously injured, and in one case shot to death, by so-called school resource officers — sworn, uniformed police assigned to provide security on k-12 campuses.»

According to Democracy Now, there are over 17,000 school resource officers in more than half of the public schools in the United States, while only a small percentage have been trained to work in schools. In spite of the fact that violence in schools has dropped precipitously, school resource officers are the fastest growing segment of law enforcement and their presence has resulted in more kids being ticketed, fined, arrested, suspended and pushed into the criminal legal system.

In 2014 over 92,000 students were subject to school-related arrests. In the last few years, videos have been aired showing a police officer inside Spring Valley High School in Columbia, South Carolina throwing a teenage girl to the ground and dragging her out of her classroom. In Mississippi schools, a student was handcuffed for not wearing a belt, a black female student was choked by the police, and one cop threatened to shoot students on a bus.

Neoliberalism is not only obsessed with accumulating capital, it has also lowered the threshold for extreme violence to such a degree that it puts into place a law-and-order educational regime that criminalizes children who doodle on desks, bump into teachers in school corridors, throw peanuts at a bus, or fall asleep in class. Fear, insecurity, humiliation, and the threat of imprisonment are the new structuring principles in schools that house our most vulnerable populations. The school has become a microcosm of the warfare state, designed to provide a profit for the security industries, while imposing a pedagogy of repression on young people.

According to the US Department of Education Office for Civil Rights, a disproportionate number of students subject to arrests are Black. It states: «While black students represent 16% of student enrollment, they represent 27% of students referred to law enforcement and 31% of students subjected to a school-related arrest.»

Too many children in the Unites States confront violence in almost every space in which they find themselves — in the streets, public schools, parks, and wider culture. In schools, according to Whitehead, «more than 3 million students are suspended or expelled every year.» Violence has become central to America’s identity both with regards to its foreign policy and increasingly in its domestic policies.  How else to explain what Lisa Armstrong revealed in The Intercept: «The United States is the only country in the world that routinely sentences children to life in prison without parole, and, according to estimates from nonprofits and advocacy groups, there are between 2,300 and 2,500 people serving life without parole for crimes committed when they were minors.»

The predatory financial system targets poor, Black and Brown children instead of crooked bankers, hedge fund managers, and big corporations who engage in massive corruption and fraud while pushing untold numbers of people into bankruptcy, poverty and even homelessness. For example, according to Forbes, the international banking giant HSBC exposed the US financial system to «a wide array of money laundering, drug trafficking, and terrorist financing … and channeled $7 billion into the U.S. between 2007 and 2008 which possibly included proceeds from illegal drug sales in the United States.» Yet, no major CEO went to jail. Even more astounding is that «the profligate and dishonest behavior of Wall Street bankers, traders, and executives in the years leading up to the 2008 financial crisis … went virtually unpunished.»

Resisting Criminalization of School Discipline and Everyday Behavior

Violence against children in various sites is generally addressed through specific reforms, such as substituting community service for detention centers, eliminating zero tolerance policies in schools, and replacing the police with social workers, while creating supportive environments for young people. The latter might include an immediate stoppage to suspending, expelling and arresting students for minor misbehaviors. Legal scholar Kerrin C. Wolf has proposed a promising three-tier system of reform that includes the following:

The first tier of the system provides supports for the entire student body. Such supports include clearly defining and teaching expected behaviors, rewarding positive behavior, and applying a continuum of consequences for problem behavior. The second tier targets at-risk students — students who exhibit behavior problems despite the supports provided in the first tier — with enhanced interventions and supports, often in group settings. These may include sessions that teach social skills and informal meetings during which the students «check in» to discuss how they have been behaving. The third tier provided individualized and specialized interventions and supports for high-risk students — students who do not respond to the first and second tier supports and interventions. The interventions and supports are based on a functional behavior assessment and involve a community of teachers and other school staff working with the student to change his or her behavior patterns.

Regarding the larger culture of violence, there have also been public demands that police wear body cameras and come under the jurisdiction of community. In addition, there has been a strong but largely failed attempt on the part of gun reform advocates to establish policies and laws that would control the manufacture, sale, acquisition, circulation, use, transfer, modification or use of firearms by private citizens. At the same time, there is a growing effort to also pass legislation that would not allow such restrictions to be used as a further tool to incarcerate youth of color. In short, this means not allowing the war on gun violence to become another war on poor people of color similar to what happened under the racially biased war on drugs. And while such reforms are crucial in the most immediate sense to protect young people and lessen the violence to which they are subjected, they do not go far enough. Violence has reached epidemic proportions in the United States and bears down egregiously on children, especially poor youth and youth of color. If such violence is to be stopped, a wholesale restructuring of the warfare state must be addressed. The underlying structure of state and everyday violence must be made visible, challenged and dismantled.

The violence waged against children must become a flashpoint politically to point to the struggles that must be waged against the gun industry, the military-industrial-academic complex, and an entertainment culture that fuels what Dr. Phil Wolfson describes in Tikkun Magazine as «fictive identifications» associated with «murderous combat illusions and delusions.» Violence must be viewed as endemic to a regime of neoliberalism that breeds racism, class warfare, bigotry and a culture of cruelty. Capitalism produces the warfare state, and any reasonable struggle for a real democracy must address both the institutions organized for the production of violence and the political, social, educational and economic tools and strategies necessary for getting rid of it.

Americans live at a time in which the destruction and violence pursued under the regime of neoliberalism is waged unapologetically and without pause. One consequence is that it has become more difficult to defend a system that punishes its children, destroys the lives of workers, derides public servants, plunders the planet and destroys public goods.  Americans live in an age of disposability in which the endless throwing away of goods is matched by a system that views an increasing number of people — poor Black and Brown youth, immigrants, Muslims, unemployed workers and those unable to participate in the formal economy — as excess and subject to zones of social and economic abandonment. As Gayatri Spivak rightly observes, «When human beings are valued as less than human, violence begins to emerge as the only response.» At issue here is not just the crushing of the human spirit, mind and body, but the abandonment of democratic politics itself. Violence wages war against hope, obliterates the imagination, and undermines any sense of critical agency and collective struggle.

Sites of Resistance

Yet, resistance cannot be obliterated, and we are seeing hopeful signs of it all over the world. In the US, Black youth are challenging police and state violence, calling for widespread alliances among diverse groups of young people, such as the Movement for Black Lives (M4BL), worker-controlled labor movements,  the movement around climate change, movements against austerity and movements that call for the abolition of the prison system among others. All of these are connecting single issues to a broader comprehensive politics, one that is generating radical policy proposals that reach deep into demands for power, freedom and justice. Such proposals extend from reforming the criminal legal system to ending the exploitative privatization of natural resources. What is being produced by these young people is less a blueprint for short-term reform than a vision of the power of the radical imagination in addressing long term, transformative organizing and a call for a radical restructuring of society.

What we are seeing is the birth of a radical vision and a corresponding mode of politics that calls for the end of violence in all of its crude and militant death-dealing manifestations.  Such movements are not only calling for the death of the two-party system and the distribution of wealth, power and income, but also for a politics of civic memory and courage, one capable of analyzing the ideology, structures and mechanisms of capitalism and other forms of oppression. For the first time since the 1960s, political unity is no longer a pejorative term, new visions matter and coalitions arguing for a broad-based social movement appear possible again.

A new politics of insurrection is in the air, one that is challenging the values, policies, structure and relations of power rooted in a warfare society and war culture that propagate intolerable violence. State violence in both its hidden and visible forms is no longer a cause for despair but for informed and collective resistance. Zygmunt Bauman is right in insisting that the bleakness and dystopian politics of our times necessitates the ability to dream otherwise, to imagine a society «which thinks it is not just enough, which questions the sufficiency of any achieved level of justice and considers justice always to be a step or more ahead. Above all, it is a society that reacts angrily to any case of injustice and promptly sets about correcting it.»

It is precisely such a collective spirit informing a resurgent politics within the Black Lives Matter movement and other movements — a politics that is being rewritten in the discourse of critique and hope, emancipation and transformation. Once again, the left has a future and the future has a left.

Copyright, Truthout

http://www.truth-out.org/news/item/38044-america-s-war-on-youth-from-schools-to-debtors-prisons

 

Comparte este contenido:
Page 258 of 396
1 256 257 258 259 260 396