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Estados Unidos: Piden universidades de California no deportar estudiantes indocumentados

Estados Unidos/01 diciembre 2016/Fuente: Televisa

Los tres sistemas de educación superior pública de California enviaron una carta conjunta a Trump; piden que no deporte a estudiantes que están sin documentos migratorios en Estados Unidos.

Líderes de universidades públicas de California pidieron al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, que permita a estudiantes indocumentados continuar con sus estudios sin miedo a la deportación.

En una carta firmada por líderes universitarios de California, instaron al presidente electo a abrazar a estudiantes que están sin documentos migratorios en Estados Unidos.

Los tres sistemas de educación superior pública de California enviaron el martes la carta conjunta a Trump.

«Estos hijos e hijas de inmigrantes indocumentados son tan estadunidenses como cualquier otro niño en toda la nación» en todos, excepto la letra de la ley, no representan una amenaza para la seguridad y han contribuido a sus comunidades».

Así lo suscribieron la presidenta de la Universidad de California (UC), Janet Napolitano, el canciller estatal de Cal State, Timothy P. White, y Eloy Ortiz Oakley, canciller designado de Colegios Comunitarios de California.

Los alumnos «representan algunos de los mejores que nuestra nación tiene para ofrecer», expresó la misiva.

«Deberían ser capaces de perseguir su sueño de educación superior sin temor a ser arrestados o deportados sólo por tratar de aprender».

«Le imploramos que les hagan saber que son miembros valiosos de nuestras comunidades y que se les permitirá continuar con el sueño americano».

Trump advirtió durante su campaña que iba a revertir un programa de la administración del presidente Barack Obama que aplazó los procedimientos de deportación contra ciertos jóvenes que fueron llevados al país ilegalmente como menores, pero permanecieron en la escuela y fuera de problemas.

Ese programa, conocido como Acción Diferida por Llegadas desde la Niñez, o DACA, ha aprobado casi 1.3 millones de casos a nivel nacional, incluyendo 367 mil en California, la mayor representación de cualquier estado.

La súplica de California se produce después de que más de 300 presidentes de universidades firmaron una carta abierta a los líderes del país que presionan para que el DACA sea mantenido y ampliado como un «imperativo moral y una necesidad nacional».

Esa carta anterior fue iniciada por el presidente del Colegio Pomona, David Oxtoby, y firmada por líderes en campus como Yale, Harvard, UC Davis, Occidental College, Pitzer College y Scripps College.

Sin embargo, no está claro que los estudiantes corran un riesgo inmediato.

Terry Hartle, vicepresidente del Consejo Estadunidense de Educación, dijo que las recientes declaraciones de Trump sugieren que puede concentrarse primero en construir un muro a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México y en deportar a personas con antecedentes criminales.

Los sistemas no rastrean el estatus migratorio de los estudiantes, pero la estimación aproximada más cercana proviene del AB 540, una ley estatal de 2001 que permite a algunos estudiantes de California que se encuentran en Estados Unidos ilegalmente calificar para la matrícula universitaria en el estado.

El año pasado, se otorgaron exenciones AB 540 a cerca de 61 mil estudiantes en colegios comunitarios, 10 mil en Cal State y tres mil 700 en la UC. En general, los tres sistemas educan a 2.8 millones de estudiantes.

Los administradores dicen que el programa DACA, que también da acceso a permisos de trabajo, ha permitido a más estudiantes salir de las sombras.

En la UC, por ejemplo, el número de estudiantes que calificaron para las exenciones AB 540 saltó de 885 en 2011 a tres mil 765 el año pasado. Los colegios comunitarios, Cal State y los campus privados como Pomona también reportaron aumentos significativos.

«Queremos hacer todo lo posible para proteger a los estudiantes (cobijados por el programa) DACA», dijo Napolitano. «Han hecho todo lo que la sociedad les ha pedido, excepto que fueron traídos aquí como niños indocumentados», finalizó.

Fuente:http://noticieros.televisa.com/mundo/2016-11-29/piden-universidades-california-no-deportar-estudiantes-indocumen/

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500.000 niños viven bajo asedio en Siria

30 de noviembre de 2016 / Fuente: https://www.unicef.org

A medida que la violencia continúa aumentando en Siria, la cifra de niños que viven bajo asedio se ha duplicado en menos de un año. Casi 500.000 niños viven actualmente en 16 zonas sitiadas en todo el país, prácticamente aislados de ayuda humanitaria y servicios básicos.

«Para millones de seres humanos en Siria, la vida se ha convertido en una pesadilla sin fin, en particular para los cientos de miles de niños que viven bajo asedio. Los niños están siendo asesinados y heridos, están demasiado asustados para ir a la escuela o incluso para jugar, sobreviviendo con poca comida y apenas ningún medicamento», ha dicho Anthony Lake, director ejecutivo de UNICEF. «Esto no es manera de vivir y demasiados están muriendo”.

En cerca de dos años algunas comunidades han recibido poca o ninguna ayuda. UNICEF estima que, solo en el Este de Alepo, 100.000 niños viven sitiados.

En ausencia de espacios seguros, los niños están acudiendo a parques infantiles, escuelas y hospitales subterráneos para continuar jugando, aprendiendo y cuando es necesario, recibiendo atención médica.

En una zona sitiada, un grupo de voluntarios construyó una zona de juego y un parque infantil uniendo una serie de sótanos. De media, alrededor de 200 niños acuden a este espacio cada día. En otro lugar bajo asedio, una escuela subterránea ofrece a 50 niñas la posibilidad de seguir aprendiendo.

Cerca de llegar a los seis años de conflicto, UNICEF hace un nuevo llamamiento a todas las partes para que se levante el asedio en las zonas afectadas a lo largo de Siria y se permita y facilite el acceso humanitario de forma inmediata, incondicional y constante a todas las áreas del país.

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Descarga de imágenes de niños en parques infantiles subterráneos y en el Este de Alepo.

Fuente noticia: https://www.unicef.org/spanish/media/media_93417.html

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Obama: última chance

Por: Atilio A. Boron

Mírate al espejo y pregúntate que has hecho desde ese cargo que has detentado los últimos ocho años, el más poderoso del mundo. Se entiende que hayas encanecido rápidamente, porque la verdad es que has sido la gran decepción de los últimos tiempos. Siempre pensé que la “Obamamanía” que se desató con tu elección era una soberana estupidez, producto del colonialismo mental que afecta a intelectuales, académicos, comunicadores sociales y políticos de casi todo el mundo. Pero nunca llegué a pensar que en la Casa Blanca te iría tan mal.

Tus reformas (la financiera, de la salud, la migratoria, para hablar de las principales) fueron una tras otra un fracaso. No sólo por culpa de los homínidos que pueblan el Congreso de Estados Unidos sino porque, como gobernante, careciste de las agallas para pelear por lo que creías era justo. Tal vez estuvieras amenazado por la mafia derechosa de tu país, es posible; pero igual deberías haber librado combate, y no lo hiciste. Y en materia de política exterior, siendo un inmerecido Premio Nobel de la Paz no dejaste de librar guerras un solo día de tu mandato, y cada martes, rutinariamente, marcabas con un tilde el nombre de alguien que tus cobardes muchachos desde un refugio en Utah o Nevada, mataban con sus drones sobrevolando Paquistán, Afganistán o cualquier otro país del mundo en donde se ocultaron los que los imbéciles que te rodean e informan califican como “terroristas”. Asesinaban impunemente, con los consabidos “daños colaterales”, por supuesto. Tus generales de opereta, inútiles que -como decía Jorge Luis Borges- jamás habían sentido silbar una bala muy cerca de su cabeza, te metieron a fondo en cuanta guerra se librase en el planeta. Te limitaste a deplorar que en los últimos tiempos policías racistas se ensañaran con tus hermanos de raza, cuando deberías haberles proporcionado un escarmiento ejemplar a esos canallas que siguen pensando que todos los afroamericanos y los hispanos son criminales, como luego lo diría, sin tantas vueltas, Donald Trump.

Con la ayuda de Hillary Clinton diste vida al monstruoso Estado Islámico, causante de una crisis humanitaria de proporciones desconocidas desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Tu ex Secretaria de Estado se limitó a decir que “nos equivocamos al elegir a nuestros amigos”, cuando merecerían, tanto ella como tú, ser enviados a la Corte Penal Internacional por tan criminal elección de amistades políticas. Destruiste Libia, mentiste por años al acusar a Irán de tener un programa nuclear destinado a producir armas de destrucción masiva cuando tu bien sabías que el único país que tiene ese tipo de armamento en la región es Israel, y que lo tiene porque tus predecesores se lo otorgaron y tú no hiciste nada para revertir esa situación. No sólo eso: toleraste que el fascista de Netanyahu fuera a hablar en contra de tu decisión de restablecer el diálogo con Irán nada menos que ante el Congreso de tu país, cuando podrías haber hecho que las autoridades migratorias impidieran el ingreso de ese energúmeno a Estados Unidos. No contento con destruir Libia e incendiar Siria, Irak y casi todo el Medio Oriente, para debilitar los apoyos de Irán en la región, no dudaste en orquestar un golpe de estado en Ucrania, elevando al rango de combatientes por la libertad a una execrable banda de neonazis a los cuales tus funcionarios del Departamento de Estado alimentaban con panecillos en frente a la casa de gobierno en Kiev.

Ni hablar de lo que has hecho en América Latina: amparaste los golpes de estado en Honduras (2009) y Paraguay (2012), e intentaste tumbar a Correa en el 2010. Hostigaste sin cesar a Venezuela con una guerra económica, diplomática y mediática muchísimo peor que la que el bandido de Richard Nixon (que por serlo tuvo que renunciar a su cargo) decretara en contra del Chile de Salvador Allende. Y fomentaste con tus lugartenientes locales una brutal ofensiva destituyente en contra de Cristina Fernández en la Argentina y el “golpe blando”, otra de tus aportaciones a la política contemporánea, en contra de Dilma Rousseff. Lejos de colaborar con la paz en Colombia has continuado apoyando al paramilitarismo de Álvaro Uribe, y apoyando a gobiernos que criminalizan la protesta social y matan a líderes como Berta Cáceres en Honduras. También, tienes el record en materia de deportación de hispanos (¡dos millones y medio nada menos!) y la masacre de los 43 jóvenes de Ayotzinapa no te ha movido un pelo.

No sigo porque el listado de tus tropelías y crímenes, aquí y en el resto del mundo, sería interminable. Tuviste un gesto de estadista al poner fin al horrible cautiverio sufrido, injustamente, por los cinco héroes cubanos. Pero pese a tu visita a Cuba y a la reanudación de las relaciones diplomáticas con ese país el bloqueo sigue su curso, con toda su ferocidad. Y no puedes culpar de ello a los desvergonzados millonarios que ocupan sus curules en la Cámara de Representantes y en el Senado de tu país. Tu bien sabes que mientras los millonarios constituyen el 1 por ciento de la población de Estados Unidos son el 52 por ciento en el Senado y el 44 por ciento en la Cámara de Representantes. Sabes que eso de la “democracia” norteamericana es una burla sangrienta y que tanto los representantes como los senadores no toleran la existencia de una Cuba socialista a 100 millas de la Florida. Pero hay muchas cosas que tú podrías hacer si no para derogar las leyes del bloqueo al menos para atenuar algunas de sus más graves consecuencias. Y eso está en las atribuciones presidenciales, que no has ejercido sino por cuenta gotas y en asuntos marginales.

Por eso, ya al final de tu mandato y antes de que pases a la historia, ¡y no entrando por la puerta grande precisamente!, podrías tener un gesto de grandeza y desmontar gran parte de la infame telaraña del bloqueo cubano, que ha sometido a este pueblo a más de medio siglo de privaciones y castigos por el sólo hecho de rechazar vivir de rodillas frente a tu país. Y jamás lograrás, ni tú ni tu sucesor, que tal cosa vaya a ocurrir. Porque si hay un pueblo digno y valiente en el mundo ese es el cubano. De modo que, hazte un favor a ti mismo y acaba ya con todo lo que esté a tu alcance para poner fin a una política que ha dejado a tu país como un paria internacional, como un “estado canalla”, objeto de la repulsa universal en Naciones Unidas. Y, de paso, indultar al combatiente colombiano Simón Trinidad, sometido a condiciones absolutamente inhumanas de detención, y al patriota puertorriqueño Oscar López Rivera, prisionero político de tu país por luchar por las mismas causas por las que lucharon Washington, Jefferson y los padres fundadores de los Estados Unidos. Oscar es el preso político que Estados Unidos ha mantenido por más años tras las rejas, en condiciones inhumanas. Tu inacción frente al bloqueo y el ensañamiento contra estos prisioneros sólo ha servido para consolidar aún más el repudio al imperialismo en América Latina y el Caribe.

Demuestra que aún tienes agallas y acaba ya con tanta infamia. Es tu última oportunidad. No la dejes pasar. Tus hijas, de las cuales estás tan orgulloso, te lo agradecerán.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=219629

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EEUU: Las dificultades que tendrían los ‘campus santuario’ para proteger a estudiantes indocumentados

EEUU / www.univision.com / 30 de Noviembre de 2016

No está claro qué tan lejos pueden ir las universidades para frenar las deportaciones de sus estudiantes.

Los estudiantes en universidades en todos los EEUU les están pidiendo a los líderes de sus escuelas que establezcan los llamados ‘campus santuario’ después de la victoria del presidente electo Trump. La idea detrás de estas peticiones es proteger a los jóvenes que se sienten amenazados por su victoria. Pero no está exactamente claro lo que significa el término ‘campus santuario’ ni qué tan lejos irán las universidades en cumplir con este pedido.

Sin embargo, algunas universidades ya se están moviendo para definir y adoptar el término. Hace dos semanas —después de consultar a los abogados de la universidad y el consejo de administración—, el presidente de la Universidad Wesleyan dijo que ésta se convertiría en un campus santuario, según dijo el periódico estudiantil. La escuela es una de las primeras en adoptar esta identidad y presuntamente ha creado dos cláusulas que explican que parte que no ayudaría con su propia voluntad con los esfuerzos del gobierno de deportar a estudiantes, profesores ni personal indocumentados. Así lo explica el periodico Wesleyan Argus:

“La intención de estas cláusulas es darle respaldo legal a la universidad con motivos constitucionales en una variedad de casos. El más inmediato sería prevenir a cualquier personal de la universidad en ayudar a las autoridades en esfuerzos de deportación. Las declaraciones de la universidad también la cubren contra una demanda federal potencial o una confiscación de fondos, de los cuales el gobierno provee aproximadamente 200 millones de dólares a la universidad cada año.
No está clara hasta cuál punto se aplicaría la cláusula sobre ‘asistencia voluntaria’ si las autoridades federales fueran al campus [de la universidad], pero sí aparentemente asegura que no se hará que recursos como Seguridad Pública y la oficina del secretario de admisiones ayuden a una fuerza de deportación potencial”.

Entre otras cosas, Trump ha prometido deportar a millones de inmigrantes indocumentados que son delincuentes y ponerle fin a un programa de la administración de Obama que otorga alivio temporal de la amenaza de remoción obligatoria a algunos jóvenes que están en EEUU sin papeles. Además, en otro momento Trump propuso prohibirles la entrada al país a todos los musulmanes, aunque desde entonces esa promesa cambió y otra se tratará de “verificación extrema” de inmigrantes de ciertas partes del mundo. En respuesta, los estudiantes en EEUU están pidiendo a sus universidades que apoyen a los estudiantes indocumentados y a otras personas que pudieran ser vulnerables bajo una administración Trump al convertirse en ‘campus santuario’. Sin embargo, ese término no tiene una definición estándar. Y si bien Wesleyan ha tomado pasos para adoptarlo, otras escuelas están cuestionando qué tan viable sea convertirse en un campus santuario.

El término se deriva del concepto de una ‘ciudad santuario’, la cual también varía en cuanto a su sentido. En general, ciudades grandes como Chicago y Nueva York han dicho que servirán de ‘santuarios’ para inmigrantes, normalmente al decir que no entregarán a los inmigrantes indocumentados a las autoridades federales de inmigración. Por ejemplo, hace dos décadas San Francisco prohibió a la policía local detener inmigrantes indocumentados si no tienen cargos en su contra o si no tienen antecedentes de crímenes severos de violencia.

Los estudiantes les han pedido a docenas de universidades a lo largo del país que aseguren que emplearán procedimientos parecidos. Quieren que las universidades se nieguen a entregar los nombres de estudiantes indocumentados, por ejemplo, y muchos le han pedido a sus universidades a proveer consejería confidencial y servicios legales para tales estudiantes.

Durante su campaña Trump prometió que las ciudades que optasen por no cooperar con las autoridades migratorias “ no recibirán dólares de los contribuyentes”. Trump no puede llevar esta represalia a cabo por sí solo; requeriría aprobación del Congreso y la razón por la retención de fondos federales de las ciudades probablemente tendría que vincularse con su uso propuesto. En años anteriores los demócratas han frenado esfuerzos por los republicanos de cortar fondos federales. Pero como los republicanos ya controlan la Cámara, el Senado y la Casa Blanca, hay una posibilidad de que sean exitosos los intentos futuros de limitar financiamiento para esas ciudades.

¿Podría una administración Trump —con el respaldo del Congreso— también amenazar con retenerles los fondos federales a las universidades al rehusar la emisión de préstamos estudiantiles a los estudiantes en campus santuarios? ¿Podrían retener subvenciones federales destinadas para financiar la investigación académica? Actualmente es difícil determinar si se podrá hacer esto.

Por ejemplo, el sistema estatal universitario de California recientemente reiteró que seguirá siendo un espacio donde se recibirán a los estudiantes indocumentados. Pero en una reunión reciente con el consejo de administración, parece que el canciller Timothy White reconoció que legalmente se le podría obligar al sistema a entregar información. Según el Los Angeles Times, “a no ser que la ley se lo obligue, la Universidad Estatal de California no ‘entrará en acuerdos con agencias policiales estatales o locales, con Homeland Security ni ningún otro departamento federal para la aplicación de la ley migratoria federal’”.

Varios estudiantes de New York University (NYU) se aglutinarion en el Wa...
Varios estudiantes de New York University (NYU) se aglutinarion en el Washington Square Park para pedir que su universidad sea un campus santuario. Univision Nueva York

El cuerpo docente en Trinity College en Hartford, Connecticut —el cual quisiera ver la universidad convertirse en un campus santuario— se reunió hace poco con administradores para “entender mejor lo que son sus expectativas para un campus santuario”, dijo Joanne Berger-Sweeney, presidente de la universidad. Los académicos expresaron interés en la opción de que la universidad rehusara pasar información migratoria a las autoridades federales y en establecer una red de ex-alumnos que estarían dispuestos a ofrecer ayuda legal gratis a los estudiantes indocumentados.

Si bien Berger-Sweeney dice que quisiera apoyar a los estudiantes —entre ellos los indocumentados— en una conferencia reciente que los presidentes universitarios discutieron el concepto del campus santuario y, de acuerdo a la autoridad, “reconocieron que todavía no estamos seguros de lo que se nos está pidiendo”. La represalia financiera es “por supuesto, una preocupación”, dijo. Muchos de los presidentes de universidades que asistieron también reconocieron su obligación de consultar a consejos de administración cuando una decisión —como la de convertirse en campus santuario— conlleva “implicaciones fiduciarias”. Berger-Sweeney indicó que estaría hablando con el consejo de administración de su universidad sobre lo que significaría volverse un campus santuario.

Berger-Sweeney dijo que se sentía razonablemente cómoda en negar la entrega de información sobre estudiantes indocumentados a las autoridades federales de inmigración. Facilitar información entraría en conflicto con los derechos de privacidad de los estudiantes. Pero si una administración Trump propusiera alguna acción que afectaría a muchos más estudiantes —la universidad calcula que menos de un 1% de sus estudiantes son indocumentados— “creo que tendríamos todos tendríamos que pensar en dónde pondremos los límites”, dice Berger-Sweeney.

Y los que están a favor de políticas que limitan inmigración les han advertido a las universidades que tengan en cuenta la seguridad de todos los estudiantes al responder a peticiones que se establezcan como campus santuarios. “Si existiera alguien que presentara un problema en el campus, digamos potencialmente un individuo que la FBI y la ICE saben que está involucrado en el terrorismo y que posiblemente esté planeando un ataque terrorista, y si a lo largo de sus investigación [estas agencias] quieran saber a cuál tipo de cosas este estudiante tiene acceso o cuál es su horario de clases o algo así que formara parte del avance de una investigación que podría salvar vidas, esperaría que las autoridades universitarias verían esto claramente y verían la necesidad de tener una prohibición general en dar información a las autoridades migratorias”, le dijo Jessica Vaughan —directora sénior de estudios de políticas en el Centro para los Estudios de Inmigración— a la publicación académica Inside Higher Ed al describir el peor de los panoramas a nivel hipotético. “Creo que es importante que los administradores universitarios no tomen decisiones arbitrarias en este momento que sean inspiradas por consideraciones políticas o bien por simpatía por estudiantes indocumentados”.

No hay pruebas que sugieran que estudiantes con historial sean un riesgo.
Una opción es designar edificios específicos, como iglesias, como edificios santuario. GettyImages

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Sin embargo, muchos autoridades citaron preocupaciones particulares sobre lo que las políticas potenciales significan para estudiantes indocumentados. Si bien Trump ha dicho en días recientes que priorizaría la deportación de inmigrantes que son delincuentes, por lo general la aplicación de leyes migratorias ha sido un tema popular entre su base de votantes y dirigir los esfuerzos hacia estudiantes universitarios que han recibido aplazamientos temporales de deportación sería una manera fácil de identificar a los inmigrantes indocumentados, porque existe una base federal de datos con todos sus datos. “Esto es lo inquietante”, dijo Tim Cresswell, el presidente del cuerpo docente de Trinity y vicepresidente de asuntos académicos.
Varios legisladores demócratas le han pedido al presidente Obama a que utilice un indulto presidencial (que no podría ser anulado por el Congreso ni un nuevo presidente) para proteger a los jóvenes que han recibido alivio de deportación bajo su administración. Pero la Casa Blanca se negó a hacer esto y notó que el indulto no les daría estatus legal a estos jóvenes. Sólo el Congreso podría hacer eso.

Cresswell también señaló una diferencia importante entre escuelas y ciudades. Si bien las ciudades santuario tienen cuerpos policiales que teóricamente podrían enfrentarse con autoridades migratorias, las universidades no tienen esa gran cantidad de policías. En ese sentido, entonces, identificarse como un campus santuario “realmente no significa mucho”, reconoció.

Otras universidades han dicho más o menos lo mismo en respuesta a las peticiones de los estudiantes para espacios santuario. En una declaración a Inside Higher Ed, la Universidad de Wisconsin dijo que “los policías del departamento policíaco de la Universidad de Wisconsin y del departamento policíaco de Madison tienen autoridad completa de la legislatura estatal de hacer cumplir leyes y regalas aplicables en el campus sin pedirle permiso a la universidad”.

Según el Washington Post, como respuesta a una petición por estudiantes en la Universidad Brown, la portavoz universitaria Cass Cliatt escribió lo siguiente en un correo electrónico: “Basado en una consulta de los abogados de la universidad, entendemos que universidades privadas no tienen protección legal de la incursión por parte de los miembros de agencias policíacas o de la agencia de Cumplimiento de Leyes sobre Inmigración y Aduana”.

Pero Cresswell y Berger-Sweeney también sugirieron que a lo mejor haya fuerza en la unión. Si muchos campus abiertamente se identifican como campus santuario, ¿qué tan realista será la expectativa de que la administración de Trump intentará imponerles sanciones a todas?

Ramona Hernández —directora del Instituto de Estudios Dominicanos en la City University de Nueva York (CUNY) y profesora de Sociología en su campus de City College— dice que apoyar abiertamente a los estudiantes que están buscando un espacio seguro es importante no sólo para universidades sino también para los miembros de la comunidad. (Vincent Boudreau —presidente interino de la universidad— mandó una nota por el campus el día después de las elecciones que hizo eco a la expresión de Hernández).

Hernández —quien reconoció que le preocupa la posibilidad de estudiantes temerosos abandonando sus estudios universitarios— dijo que más allá de centrarse en la legalidad de convertirse en un campus santuario, en los próximos meses será importante que la gente en puestos de liderazgos reafirme que el campus es un lugar receptivo. Según dijo Hernández, en sus vidas diarias los estudiantes quizás experimenten agresión de personas comunes y la preocupación fundamental de los defensores es que los estudiantes “no sientan miedo sobre desplazarse a lugares dentro del campus para recibir servicios”. Actualmente esos servicios incluyen ayudar a los estudiantes indocumentados con preguntas sobre la inmigración, entre otras cosas. Hernández quiere asegurar que esos programas sigan siendo financiados.

En la Universidad Comunitaria de Naugatuck Valley en Waterbury, Connecticut —la cual recientemente se convirtió en una Hispanic-Serving Institution o institución que atiende a los hispanos— la profesora adjunta Julia Petitfrere dijo que el cuerpo docente ha discutido la posibilidad de declararse “educadores sin miedo”. “En mi caso particular, si puedo servir de consuelo o proveer algún recurso, sin duda ven donde estoy yo”, dijo Petitfrere. Reconoce que es probable que la universidad no tendría la autoridad de negarles la entrada a los agentes de inmigración que lleguen al campus.

* * *

En la Universidad Harvard los estudiantes se reunieron con autoridades de la universidad hace poco. Han instado a los líderes universitarios a designar y proteger a un edificio particular como un espacio santuario adonde pudieran ir los estudiantes enfrentando preguntas sobre su estatus migratorio o la deportación.

No es una nueva idea. En algunos casos, las iglesias han servido de espacios santuarios y han recibido a la gente enfrentando la deportación. Hace poco un hombre cuya deportación a México ya estaba programada tomó refugio en una iglesia en Filadelfia en lugar de entregarse a las autoridades de inmigración. Hace unos años una inmigrante indocumentada de Honduras buscó refugio en otra iglesia de la ciudad, la cual también se identifica como una ciudad santuario. Al final las autoridades acordaron en frenar la deportación de esa mujer por al menos unos cuantos años.

El año pasado la Universidad de California en Davis abrió un espacio santuario en su campus que provee asesoramiento legal y otros tipos de apoyo a los estudiantes indocumentados.

Sin embargo, aún no está claro qué tan lejos pueden llegar —o estén dispuestas a llegar— las ciudades, iglesias y escuelas para mantenerse con santuario o hasta dónde llegará la administración Trump para prevenir eso. Hay más preguntas que respuestas en cuanto a la idea de campus santuario en este momento. Pero Berger-Sweeney —presidente de la Universidad Trinity— dijo que ella y otros líderes universitarios seguirán explorando lo que pueden hacer para apoyar a los estudiantes indocumentados, lo cual incluye instarle a Trump a que apoye el alivio continuo de la deportación para estudiantes. “Creo que todos estamos en el proceso de avanzar en lo que se siente como un área desconocido”, dijo. “Ese es nuestro trabajo y seguiremos atentos y le prestaremos atención a ese asunto y más que nada les daremos todo el apoyo posible a nuestros estudiantes”.

Este artículo fue publicado originalmente en inglés en The Atlantic, como parte del proyecto Next America: Higher Education, el cual es respaldado por subvenciones de la Fundación Bill & Melinda Gates y la Fundación Lumina.

 

 

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El estado de vigilancia en los países libres

 Por Noam Chomsky *

En los últimos tiempos, hemos aprendido mucho sobre la naturaleza del poder del Estado y las fuerzas que impulsan sus políticas, además de aprender sobre un asunto estrechamente vinculado: el sutil y diferenciado concepto de la transparencia.

La fuente de la instrucción, por supuesto, es el conjunto de documentos referidos al sistema de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) dados a conocer por el valeroso luchador por la libertad, el señor Edward J. Snowden, resumidos y analizados de gran forma por su colaborador Glenn Greenwald en su nuevo libro No Place to Hide (Sin lugar donde esconderse).

Los documentos revelan un notable proyecto destinado a exponer a la vigilancia del Estado información vital acerca de toda persona que tenga la mala suerte de caer en las garras del gigante, que viene a ser, en principio, toda persona vinculada con la moderna sociedad digital.

Nada tan ambicioso fue jamás imaginado por los profetas distópicos que describieron escalofriantes sociedades totalitarias que nos esperaban.

No es un detalle menor el hecho que el proyecto sea ejecutado en uno de los países más libres del planeta y en radical violación de la Carta de Derechos de la Constitución de Estados Unidos, que protege a los ciudadanos de persecuciones y capturas sin motivo y garantiza la privacidad de sus individuos, de sus hogares, sus documentos y pertenencias.

Por mucho que los abogados del gobierno lo intenten, no hay forma de reconciliar estos principios con el asalto a la población que revelan los documentos de Snowden.

También vale la pena recordar que la defensa de los derechos fundamentales a la privacidad contribuyó a provocar la revolución de independencia de esta nación. En el siglo XVIII el tirano era el gobierno británico, que se arrogaba el derecho de inmiscuirse en el hogar y en la vida de los colonos de estas tierras. Hoy, es el propio gobierno de los propios ciudadanos estadounidenses el que se arroga este derecho.

Todavía hoy Gran Bretaña mantiene la misma postura que provocó la rebelión de los colonos, aunque a una escala menor, pues el centro del poder se ha desplazado en los asuntos internacionales. Según The Guardian y a partir de documentos suministrados por Snowden, el gobierno británico ha solicitado a la NSA analizar y retener todos los números de faxes y teléfonos celulares, mensajes de correo electrónico y direcciones IP de ciudadanos británicos que capture su red.

Sin duda los ciudadanos británicos (como otros clientes internacionales) deben estar encantados de saber que la NSA recibe o intercepta de manera rutinaria routers, servidores y otros dispositivos computacionales exportados desde Estados Unidos para poder implantar instrumentos de espionaje en sus máquinas, tal como lo informa Greenwald en su libro.

Al tiempo que el gigante satisface su curiosidad, cada cosa que cualquiera de nosotros escribe en un teclado de computadora podría estar siendo enviado en este mismo momento a las cada vez más enormes bases de datos del presidente Obama en Utah.

Por otra parte y valiéndose de otros recursos, el constitucionalista de la Casa Blanca parece decidido a demoler los fundamentos de nuestras libertades civiles, haciendo que el principio básico de presunción de inocencia, que se remonta a la Carta Magna de hace 800 años, ha sido echado al olvido desde hace mucho tiempo.

Pero esa no es la única violación a los principios éticos y legales básicos. Recientemente, el The New York Times informó sobre la angustia de un juez federal que tenía que decidir si permitía o no que alimentaran por la fuerza a un prisionero español en huelga de hambre, el que protestaba de esa forma contra su encarcelamiento. No se expresó angustia alguna sobre el hecho de que ese hombre lleva doce años preso en Guantánamo sin haber sido juzgado jamás, otra de las muchas víctimas del líder del mundo libre, quien reivindica el derecho de mantener prisioneros sin cargos y someterlos a torturas.

Estas revelaciones nos inducen a indagar más a fondo en la política del Estado y en los factores que lo impulsan. La versión habitual que recibimos es que el objetivo primario de dichas políticas es la seguridad y la defensa contra nuestros enemigos.

Esa doctrina nos obliga a formularnos algunas preguntas: ¿la seguridad de quién y la defensa contra qué enemigos? Las respuestas ya han sido remarcadas, de forma dramática, por las revelaciones de Snowden.

Las actuales políticas están pensadas para proteger la autoridad estatal y los poderes nacionales concentrados en unos pocos grupos, defendiéndolos contra un enemigo muy temido: su propia población, que, claro, puede convertirse en un gran peligro si no se controla debidamente.

Desde hace tiempo se sabe que poseer información sobre un enemigo es esencial para controlarlo. Obama tiene una serie de distinguidos predecesores en esta práctica, aunque sus propias contribuciones han llegado a niveles sin precedentes, como hoy sabemos gracias al trabajo de Snowden, Greenwald y algunos otros.

Para defenderse del enemigo interno, el poder del Estado y el poder concentrado de los grandes negocios privados, esas dos entidades deben mantenerse ocultas. Por el contrario, el enemigo debe estar completamente expuesto a la vigilancia de la autoridad del Estado.

Este principio fue lúcidamente explicado años atrás por el intelectual y especialista en políticas, el profesor Samuel P. Huntington, quien nos enseñó que el poder se mantiene fuerte cuando permanece en la sombra; expuesto a la luz, comienza a evaporarse.

El mismo Huntington lo ilustró de una forma explícita. Según él, “es posible que tengamos que vender [intervención directa o alguna otra forma de acción militar] de tal forma que se cree la impresión errónea de que estamos combatiendo a la Unión Soviética. Eso es lo que Estados Unidos ha venido haciendo desde la doctrina Truman, ya desde el principio de la Guerra Fría”.

La percepción de Huntington acerca del poder y de la política de Estado era a la vez precisa y visionaria. Cuando escribió esas palabras, en 1981, el gobierno de Ronald Reagan emprendía su guerra contra el terror, que pronto se convirtió en una guerra terrorista, asesina y brutal, primero en América Central, la que se extendió luego mucho más allá del sur de África, Asia y Medio Oriente.

Desde ese día en adelante, para exportar la violencia y la subversión al extranjero, o aplicar la represión y la violación de garantías individuales dentro de su propio país, el poder del Estado ha buscado crear la impresión errónea de que lo que estamos en realidad combatiendo es el terrorismo, aunque hay otras opciones: capos de la droga, ulemas locos empeñados en tener armas nucleares y otros ogros que, se nos dice una y otra vez, quieren atacarnos y destruirnos.

A lo largo de todo el proceso, el principio básico es el mismo. El poder no se debe exponer a la luz del día. Edward Snowden se ha convertido en el criminal más buscado por no entender esta máxima inviolable.

En pocas palabras, debe haber completa transparencia para la población pero ninguna para los poderes que deben defenderse de ese terrible enemigo interno.

* Traducción de Jorge Majfud.

Fuente:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217194

Fuente imagen:

 

https://lh3.googleusercontent.com/xJgc1dDnXnTApIzk6ScP2RQO35Sf-F_8-RRr_Lbi99DbTaDShZl_Gi4j_17ZR5yw_9xtQQ=s85

 

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Si crees en la igualdad, tú eres feminista

Por: Gloria Lomana

Solo desde una visión liberadora e igualitaria acabaremos con la violencia machista.

Conmemoramos hoy el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer porque, desgraciadamente, al menos una vez al año debemos dar este aldabonazo contra lo que sigue siendo una auténtica pandemia global. Naciones Unidas considera que el 70% de las mujeres sufren violencia en su vida. Ejercida de muchas maneras: física (con un insoportable corolario de muertes que no cesa), psíquica (con no menos insoportables vejaciones hasta la destrucción de la mujer), social (imponiendo falaces estereotipos), laboral (impactando en los salarios y las oportunidades), educativa (ahogando la futura igualdad real). Todo lo que discrimina es violento, porque desconfigura el proyecto vital de una persona. Y la violencia de género puede ser tan sutil…

Cuando una niña tiene carácter es mandona; cuando el niño tiene carácter apunta relato de futuro. Cuando un hombre destaca, es triunfo; cuando una mujer es competente, se la presupone agresividad y ambición. Tanto tiempo atribuyendo a los hombres mayor capacidad de liderazgo y a las mujeres más sensibilidad, que no es de extrañar que las mujeres interioricen los mensajes negativos que reciben durante años. Y que la vida, luego, les evidencia. Por eso, tampoco es de extrañar que muchas mujeres abandonen en mitad de la carrera…

 La actriz Emma Watson, flamante embajadora de Buena Voluntad de ONU Mujeres, alertó hace dos años sobre los nocivos estereotipos con los que convivimos cotidianamente. Sin percatarnos. En su legendario discurso en Naciones Unidas dijo: “A los 14 años la prensa comenzó a sexualizarme… a los 18, mis amigos varones no expresaban sus sentimientos”. Emma presentaba la campaña mundial HeForShe, que ha delineado la visión del feminismo de nuestros días: el género no han de ser dos conjuntos opuestos. Ella lo expresó así: “Si apoyas la igualdad puedes ser uno de esos feministas involuntarios”. Hombre o mujer. De inmediato, Emma comenzó a recibir amenazas crueles. La violencia volvía a estar ahí.

Tras la liberación que nos legaron las hoy madres y abuelas, con su lucha en los sesenta, los hombres y mujeres de nuestros días sabemos que para erradicar la violencia machista primero debemos cambiar las mentes. De todos. Porque la equidad supera al género, alcanza los derechos humanos. Y se impone abandonar la idea de que la mujer es un hecho diferencial, cuando representa la mitad de la población. Sherill Sandberg, la exitosa directora de operaciones de Facebook, afirma en su revelador libro Lean in (Vayamos adelante) que “si las mujeres tuvieran el 50% de los puestos de mayor responsabilidad, sería prácticamente imposible sentir antipatía hacia tantas personas”. Cierto. Necesitamos un liderazgo femenino contundente.

Falta educación en las escuelas para acometer la decisiva tarea de educar por la igualdad a niñas y niños

Aupado en tacones si es nuestro gusto. Sin tener que aparentar masculinidad para demostrar liderazgo. Sin tener que acudir al trabajo con el bebé bajo el brazo para reivindicar derechos. Sin pretender sostener al niño con una mano y al trabajo con la otra. Los hombres no lo hacen. Las mujeres debemos renunciar a ser perfectas y aprender a compartir también las renuncias.

Solo desde esa visión liberadora e igualitaria acabaremos entre todos con la violencia machista. En nuestra cultura occidental. Fuera de nuestro círculo, la lucha ha de ser espeluznantemente más primaria: que las niñas no sean secuestradas, violadas, embarazadas y obligadas a matrimonios forzosos. ¿Quién se acuerda de las 200 niñas nigerianas secuestradas como esclavas sexuales?

Michelle Obama las recordó cuando llegó a España para explicar su campaña Lets girls learn y la espolearon porque venía de visitar África. Cierto que en España no estamos igual. Pero en España nos hemos tapado los oídos ante latrocinios muy cercanos, y no abrimos los ojos ante la educación que nos falta en las escuelas para acometer la decisiva tarea de educar por la igualdad a niñas y niños.

Ante la Embajada de Nigeria se habría manifestado, quizás sola, Soledad Cazorla, primera fiscal contra la Violencia sobre la Mujer, que ejerció hasta que la enfermedad se la llevó a la tumba. Sin ver en España su sueño cumplido: “Esto tan terrible de la maté porque era mía se va a acabar de una vez”. Pues no se ha acabado, Soledad. Nigeria es el infierno, sí, pero aquí las mujeres asesinadas siguen siendo un escarnio social. Y las mujeres maltratadas siguen temiendo denunciar al agresor.

Contra el maltrato machista, pintemos todos y todas, en los próximos días, “el mundo de naranja”, como nos invita a hacer Naciones Unidas. Para un futuro más brillante, sin violencia. El naranja era para el rey del color, Kandinsky, símbolo de alegría y triunfo. Buen presagio.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/11/24/opinion/1480009294_964250.html

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La deuda universitaria en Estados Unidos supera ya el PIB de Rusia

Estados Unidos/28 de Noviembre de 2016/Economía Hoy

Una deuda para toda la vida. Esto es a lo que se enfrentarán en los próximos meses más de dos millones de estudiantes en Estados Unidos, que esperan ansiosos las cartas de admisión de las facultades universitarias donde pretenden adquirir una educación superior. Pero la cuantía de las deudas de todos ellos y de los que llegaron a la universidad antes que ellos es apabullante: 1.3 billones de dólares, una cifra que supera, por ejemplo, el Producto Interior Bruto (PIB) de Rusia.

Por hacerlo aún más gráfico, reflejemos la cifra íntegra: 1.300.000.000.000 dólares, lo que implica el triple de la deuda pública de Colombia o superar el endeudamiento de todo México.

Las grandes cifras muestran que la deuda universitaria en Estados Unidos tiene más peso que la economía de 180 de los 191 países que recoge el Fondo Monetario Internacional, o que suma más valor que la producción anual de Argentina, Colombia, Chile, Perú y Ecuador juntas. Pero si se acude a los pequeños datos, se plasma un verdadero drama.

Por cada año, una formación de 4 años en una universidad pública acaba costando al bolsillo del estudiante una media de 20.090 dólares si acude a un centro del estado en el que reside, y de 35.370 dólares si lo hace fuera de su estado, ambos incluyendo alojamiento, según College Board. Si el estudiante es aceptado en una de las grandes universidades privadas, las de la llamada ‘Ivy League‘, puede alcanzar los 64.566 dólares que cuesta el curso (alojamiento incluido) en la Universidad de Brown.

Aunque en un reciente informe la Casa Blanca considera que la deuda universitaria supone «una excelente inversión» que permitirá al endeudado ganar 1 millón de dólares más a lo largo de su vida, el gráfico superior refleja cómo la deuda es cada vez mayor, incrementándose especialmente en las franjas de mayor edad.

Según datos de la Reserva Federal de Nueva York, las personas con más de 50 años aún acumulan una deuda universitaria por valor de 215.000 millones de dólares., cuando en 2004 era de 37.000 millones. Mientras, la deuda global se ha multiplicado por 3,5 entre 2004 y 2015, en la franja de edad mencionada casi se ha sextuplicado.

En porcentaje, la diferencia es más abultada. Mientras que en 2004 los más jóvenes – menores de 30 años – asumían el 42% de la deuda y los mayores de 50 años lo hacían con el 10,7%, en las cifras del pasado año los jóvenes han caído hasta el 30,5%, pero los mayores de 50 acumulan ya el 17,5% del total de la deuda universitaria, lo que habla de cómo las generaciones que cursaron sus estudios superiores hace tres o cuatro décadas han sido cada vez más incapaces de abonar sus obligaciones.

La crisis económica surgida en 2007 también se ha convertido en un lastre para las economías domésticas en este aspecto. En el informe, la Casa Blanca señala que, pese a seguir siendo una buena inversión, «particularmente durante la recesión, muchos estudiantes no recibieron una educación que les permita gestionar la deuda en la que han incurrido».

Eso sí, aunque «el ascenso en la deuda de préstamos estudiantiles ha supuesto un desafío para algunos prestatarios con bajos ingresos, no ha sido un factor significativo en la macroeconomía», puesto que el aumento de la deuda universitaria «está asociada con ingresos adicionales, lo que pone a muchos hogares en una mejor posición para comprar casas o iniciar un negocio».

Fuente: http://www.economiahoy.mx/internacional-eAm-mexico/noticias/7980973/11/16/La-deuda-universitaria-en-Estados-Unidos-supera-ya-el-PIB-de-Rusia.html

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