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El valor de ser docente

Mayra Castañeda

Coincidir, caminar, explorar, distinguir, explotar, ser uno en todos, entrelazar sentidos, culminar aventuras, trepidar con el viento, estrangular los sentidos, excomulgar demonios, vivir, latir..

Darse cuenta que el estar aquí y ahora es más que ser, que transformar, que reconocer, que transitar por lo inexpugnable, entender que somos y seremos siempre que los demás sean con nosotros, que seamos con ellos, para ellos y revertir la soledad en el último suspiro, con un fuimos, respiramos y entrelazaremos las miradas, las pieles, aunque ya no existan, aunque culmine la ruta y se emprenda un vuelo sin retorno

Ser en los demás, reconocerse en otros unos y diferentes, totalmente disímbolos, ser unos porque somos parte del todo, del de más allá, del que desconocemos, del que nunca veremos como si todo eso tuviera algún significado, como si el haber pasado por aquí hubiera dejado algo en el océano profundo, una huella en otra alma, aunque seamos en realidad humo, irrealidad, éter que cae al vacío por inconcebible. Ahí estaremos y estamos, aquí llegaremos y gozaremos y al final de todo, habrá valido la pena.

Reconocerse en otros vale la pena nos encontramos, nos entendemos, nos separamos, nos volvemos a encontrar, coincidimos, construimos y al final puede ser que nos odiemos, pero en el trayecto habremos aprendido, habremos crecido y si no es así tendremos que volver a empezar. Ninguna escuela nos prepara para eso, la academia se ha declarado incompetente, dice no estar interesada, la realidad es que no sabe de que se trata porque necesitaría estar viva, respirar, entender, equivocarse y reconocerlo, para poder enrutarse hacia una preparación para la vida.

El discurso de los valores, de la necesidad de los mismos, parece algo tan cotidiano que ni siquiera nos detenemos a pensar en él. Lo escuchamos en la televisión, entre los profesores, entre los comentaristas radiales y nos parece algo muy normal “hay que recuperar los valores” se ha vuelto una cantinela común ¿qué valores debemos “recuperar”?
Bajo esta premisa muchos puritanos y retrógradas erigen sus discursos ¿debemos recuperar los valores perdidos gracias a la libertad de expresión, por ejemplo? Antes los niños, si osaban cuestionar a sus maestros, eran castigados con reglazos, hincándose sobre corcholatas y prohibiéndoseles el recreo; esto es violencia, tortura, represión, y sin embargo el producto de estas prácticas eran niños “bien portados” ¿queremos regresar a esos niños sumisos y callados?

Hace no mucho las mujeres no podíamos mostrar más arriba del tobillo, éramos una pertenencia del marido y teníamos que pedir permiso para asomar la nariz a la calle. Gracias a eso millones de mujeres no tenían más remedio que fingir recato, complacencia y hasta agrado por estar confinadas a la casa y no ocupaban su tiempo más que en limpiar y ver a sus hijos crecer como si fueran plantas, reproduciendo los mismos patrones machistas en ellos. Se decía que los niños y jóvenes eran más “decentes” y tenían más valores pero el porcentaje de delitos violentos era mayor en el mundo. Cualquiera podía ser una bomba de tiempo, la represión no producía más que frustración y, muchos de los que contaban con poca inteligencia emocional, podían cometer crímenes espantosos en cualquier momento… pero se ocultaban. Eran la escoria familiar y social y muchas veces simulaban ser personas totalmente adaptadas.

En esta época, donde la información es una moneda de cambio y donde el que posee más es más poderoso se ha confundido la realidad con la ficción, si alguien dice: es que somos más violentos que antes, nadie lo cuestiona, lo toma como verdad absoluta y a esa voz se suman millones de voces, porque el post o el video o la nota que tiene más visitas o “likes” es la que se vende mejor y lo cierto es que nuestra manía como seres humanos, de rendirnos al morbo, ha construido imperios económicos muy poderosos.

¿Qué tan mal estamos? Es cierto que hay grupos delictivos que están más a la vista, es cierto que todos los días nos enteramos de un nuevo crimen, es cierto que el volumen de información hace que nuestra atención sea dispersa, que ya no nos importe el número, que no nos horroricemos y menos que tomemos acción para evitar la violencia, pero también es cierto que el exceso de información nos ha vuelto más pasivos. De un post ofensivo no nos vamos a morir, de un mensaje en nuestro correo que nos agreda verbalmente no nos desangraremos, pero también es verdad que muchas personas cada vez poseen menos competencias individuales (inteligencia emocional, resiliencia, autoestima) para defenderse de este tipo de violencia. Hace años un niño nos escupía durante el recreo y lo más que sucedía es que nos daba asco, si éramos de temperamento irascible tal vez nos fuéramos a los puños, pero al final de cuentas las diferencias se zanjaban o perdían importancia, al final del día nadie cargaba con el lastre, no nos traumábamos, ni dejábamos de comer, a veces ni siquiera lo recordábamos. Ahora cualquiera tiene el poder de romper la autoestima de niños, jóvenes e inclusive adultos con un post en un muro de red social y eso lo magnificamos, hemos empezado a percibir el mundo como si las cosas fueran terribles y vivimos en una crisis constante, siempre, terminamos concluyendo, que es de valores. Y todo puede ser cobijado bajo ese término, nadie lo cuestionará.

Esta es una invitación a replantearnos los valores que necesitamos para esta era donde  la violencia ha tomado otras connotaciones, donde la conciencia ha alcanzado otro nivel pero donde también existen millones de personas alienadas por los medios de comunicación.

Los valores ahora toman una dimensión diferente y quizá deberíamos de iniciar por una pregunta  ¿qué mundo queremos construir? En base a ello se podrían definir los valores que realmente requerimos como sociedad. Ya lo dijo  William Ospina la educación no ha fallado, quizá deberíamos empezar a pensar el tipo de ser humano que esa educación quiso formar, y es que ciertamente la educación, como los valores, son dos ítems que pocas veces nos cuestionamos ¿todos necesitamos educación? Y que quede claro que estamos partiendo de un equívoco común: ¿educación es escolarización? Porque en algún punto de la historia el estado se apoderó del término educación y creó ministerios y secretarías de educación y entonces todo el mundo dio por sentado que la educación era una obligación del estado y que mandar a los niños a la escuela era todo lo que se requería para brindarles educación. Y ahí empezó la ruptura, porque un padre de familia pocas veces se siente responsable (realmente y en la práctica) de la educación de sus hijos, cree que la escuela es un gran depósito de niños o estacionamiento de jóvenes, donde lo que se exige de los maestros es que los “controlen” o como le dijera un narcotraficante de una pequeña comunidad a una maestra: “aquí le traigo a mi hijo para que me lo haga un hombre de bien”.

Y ahí perdimos el rumbo, porque la escuela es una institución con responsabilidad limitada. No  lo puede todo, que puede mucho es innegable, pero no es capaz de sustituir lo que sucede en casa. El ser humano aprende en base a los ejemplos, es su primer método de aprendizaje y lo que ve en las primeras horas, los primeros días, los primeros meses, lo que alcanza a percibir, no puede ser sustituido, en importancia, por lo que escuchará, verá o percibirá en la escuela.

Fuente del articulo: http://mayracastaneda.org/blog_61067_El-valor-de-ser-docente.html
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México:Concluye festival de cine ecológico

América del Norte/México/05 Junio 2016/Fuente y Autor:AM

La Plaza Expiatorio se convirtió ayer en una sala de proyecciones de cortometrajes para cerrar el Festival Internacional de Cine de Medio Ambiente (Ficma), el cual se realizó en León del 30 de mayo al cuatro de junio.

“La satisfacción más enorme fue haber visto a tantos niños de tantas escuelas. Creo que de alguna manera eso cierra un poco el círculo de lo que pretende la muestra de cine”.

“Es una buena herramienta para divertirnos y educar, para sensibilizarnos”, dijo Claudio Lauria, presidente y fundador de Ficma, quien lo calificó con un éxito total.

Ficma es una asociación cultural sin fines de lucro que desde 1993 organiza y celebra desde entonces el Festival Internacional de Cine de Medio Ambiente de Barcelona, España.

“Ya llevamos tres años aquí y evidentemente esperamos regresar el próximo año haciendo actividades. Venimos porque León es una ciudad fantástica, vemos que es una ciudad muy comprometida con los temas ambientales, hay un gran interés en promover la educación ambiental”,externó Jaume Gili Llopart, director de Ficma.

“Creo que un trabajo como éste, qué mejor que se haga desde un León con la similitud de un animal. Necesitamos aquí un rugido de león para la educación ambiental y para transmitir valores ambientales que hacen mucha falta”, agregó.

Los integrantes de Ficma se fueron con la satisfacción de que acudieron a muchas escuelas a reproducir 60 trabajos visuales entre largometrajes y cortometrajes, incluso en los seis días que duró el festival lograron la atención de tres mil niños y tan sólo en una tarde tuvieron a 800 pequeños.

El evento de clausura comenzó ayer a las 12 del mediodía y concluyó a las siete de la noche.

Reconocen a asociación

En el marco de la clausura  del Festival Internacional de Cine del Medio Ambiente (Ficma) el comité organizador del evento entregó el reconocimiento “Huella Ficma” a la asociación civil leonesa “Ponte las ruedas” por su contribución en el tema ambiental en la ciudad.

Para la entrega de este premio “el criterio es dejar huella con un ejemplo”, señaló Claudio Lauria, director del Ficma, quien añadió que éste se otorga a iniciativas surgidas de la ciudadanía sin intervención de las autoridades para su impulso.

“Son ejemplos que es bonito destacar porque generan un efecto dominó”, añadió.

Érick Abraham Cisneros, presidente de la asociación civil, externó su beneplácito.

“Todos necesitamos que se nos reconozca nuestras acciones, es un factor humano que alienta a seguir haciendo lo que haces (…) Alguien está viendo lo que hacemos y eso le da mucho valor”, dijo.

 

Fuente de la noticia:http://www.am.com.mx/2016/06/05/leon/local/concluye-festival-de-cine-ecologico-289341

Fuente de la imagen:https://encrypted-tbn1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcThUwI-L5mERJzpsAJZlb0vFg3lEPtYWN4RFWXECp6rKPdOXxLiWw

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¡Maestros sin maltrato, sin miedo!

Méxicanos Primero

Alejandro Ordóñez González

Los actos de vejación en contra de los maestros chiapanecos en la ciudad Comitán de Domínguez ilustran la definición de terrorismo que propone Noam Chomsky: el uso calculado de la violencia, o la amenaza del uso de la misma, para conseguir objetivos religiosos, políticos o ideológicos (tal, el caso). Resultará inadmisible que quede impune quien violenta a otro ser humano y será intolerable que no se ubique y castigue a quien aún planea, organiza, financia y ordena intimidar, coercionar e infundir miedo a los maestros.

En semanas pasadas, con la separación del servicio del personal docente faltista, se envío un mensaje claro del cumplimiento de la ley sobre aquellos que incumplen su responsabilidad. El irse a paro y abandonar a los niños puede y debe tener como consecuencia el despido. De no hacerlo, estaríamos validando el anteponer los derechos e intereses de los adultos sobre el derecho de la infancia a una educación de calidad; esto supondría que los niños son menos importantes o que “pierden menos”, absurda e inaceptable conclusión.

Así, la ley tiene que aplicarse para las autoridades locales y federales que incumplieron este martes 31 de mayo con una responsabilidad: garantizar la seguridad de los maestros que sí cumplieron  con la ley y defendieron el derecho de los niños al oponerse a la suspensión de clases. Los sucesos previos evidencian el abandono en el que hemos tenido a los maestros. Ahí, rodeados por una turba de ‘no-educados’, no estuvimos para defender a seis valientes; no hubo suficientes padres de familia ni compañeros para evitar la humillación; tampoco intervinieron los opositores a la reforma –sus ‘colegas’- ni sus líderes sindicales; no estuvo ahí la policía ni el gobernador de Chiapas, ni el Secretario de Educación; tampoco estuvimos ahí los activistas y defensores de derechos humanos. Esas seis personas, tuvieron que soportar un momento terrible de sus vidas, solos.

La profesión del maestro -la más noble y digna- no puede ser la más expuesta al maltrato, al desprestigio, a la generalización ni al menosprecio. Si ya la desinformación en la que han vivido los maestros (particularmente lo respectivo a su evaluación) es motivo de alarma, la lista de adeudos del Estado hacia ellos incrementa la crisis: formación inicial y continua de calidad; procesos de ingreso y promoción transparentes; canales eficientes para la denuncia y atención; representación sindical íntegra; una evaluación del desempeño holística, participativa y justa; etcétera.

La vigilancia del ausentismo en las escuelas no puede responder a la coyuntura política. Ésta debe estar activa durante todo el ciclo escolar y para todo el personal del sistema educativo (comenzando por las autoridades), pues toda falta injustificada perjudica a nuestras niñas y niños al arrebatarles la oportunidad de aprovechar el tiempo dedicado a su máximo logro de aprendizaje.

Para estar más cercanos a nuestros maestros podemos comenzar por estar presentes como observadores ciudadanos en los procesos de evaluación docente (registro en:www.observadores.mexicanosprimero.org). Redoblemos la exigencia al Estado y aprovechemos esta oportunidad de participación para fomentar que maestras y maestros se sientan plenos en el ejercicio de su profesión y en el goce de su vocación. Para evitar que un maestro viva con miedo de ser maestro, tenemos que estar con ellos, acercando la información que requieren, recuperando su voz y asegurando que existan salidas adecuadas a las problemáticas que enfrentan en el día a día.

Más allá de la averiguación y del castigo a responsables que promete la SEP y otras tantas instancias gubernamentales, urge que las maestras y maestros que sí están cumpliendo con su responsabilidad y que libremente deciden priorizar a sus niños, tengan certeza de que hay un Estado capaz de protegerlos. No sería sorpresa que el día de hoy, los seis maestros agredidos ya estén de vuelta en sus escuelas con la frente en alto, no por ellos, sino por sus niños, por quienes todos nos debemos.

 

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/maestros-sin-maltrato-sin-miedo/

Fuente de la imagen:http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2016/05/agresion-maestros-chiapas2-e1464743122415-300×203.jpg

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UNAM Invita al ciclo de conferencias: «Humanidades digitales: explorando el futuro de las Humanidades»

3Jun2016/unam.mx

La UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO a través de la Coordinación de Humanidades y el Instituto de Investigaciones Bibliográficas invitan al ciclo de conferencias:

Humanidades digitales: explorando el futuro de las Humanidades

Actvidad a realizarse del Martes del 7 al 28 de junio de 2016, de 18:00 a 20:00

¿Cómo y dónde se harán la filosofía, la historia, los estudios literarios, en fin, las humanidades en el futuro? ¿Qué instrumentos utilizarán para conocer? ¿Podrán ofrecer un conocimiento distinto al que hasta ahora han ofrecido? Las humanidades digitales son un campo que explora la aplicación de metodologías y sistemas computacionales a la investigación humanística. Buscar resolver los problemas tradicionales de las humanidades con instrumentos tomados del cómputo, para poder tener otra forma de mirar y de comprender todo el conjunto de los saberes humanos.

Este ciclo de conferencias es una aproximación general a algunos de los aspectos más relevantes del mundo de las humanidades digitales. Cada uno de los temas es, en realidad, una ventana a un área de aplicación de las humanidades digitales, y una invitación abierta a recorrerlo.

Casa de las Humanidades. Av. Presidente Carranza 162, casi esquina con Tres Cruces en Coyoacán.

Agenda de las Conferencias

7 de junio: Humanidades digitales. ¿Cómo ha cambiado el modo  de hacer y mirar a las humanidades? Por Miriam Peña (FFyL UNAM)

14 de junio: Colaborar para el saber. Wikipedia y la Stanford Encyclopedia of Philosophy Por Ernesto Priani  (FFyL UNAM)

21 de junio: Saber para todos. Acceso abierto y repositorios digitales Por Isabel Galina (IIB UNAM) 

28 de junio: Ver las Humanidades. Proyectos que visualizan información Silvia Gutiérrez (COLMEX)

 Entrada libre

Se otorgará constancia de asistencia con el 80% de asistencias.

Transmisión simultánea por Internet: http://webcast.unam.mx/ y por videoconferencia: http://vnoc.unam.mx

 Mayores informes: 5658 1121, 5554 5579 y 5554 8513 exts. 102, 106 y 110;

Registro previo al correo difhum@unam.mx; www.cashum.unam.mx; Facebook: Casa de las Humanidades; Twitter: @casahumanidades

Fuente de la noticia: http://www.cashum.unam.mx/actividad.php?id=740

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200 académicos de diversas universidades exigen a Nuño diálogo con los maestros y que cesen las acciones represivas

Por:  / 04 de junio de 2016
Ante la negativa postura por parte del gobierno de dialogar con los maestros sobre la impuesta reforma educativa, los académicos e investigadores de diversas universidades entregarán el día de hoy un carta a la Secretaría de Educación Pública (SEP) dirigida a Aurelio Nuño, demandando que acepte entablar una conversación con los profesores y otros sectores interesados en la educación en México.

La demanda es clara ya que el diálogo debe entablarse no sólo con los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), sino con decenas de expertos en la materia y otros sectores interesados en la reforma educativa, tema que compete a toda la sociedad y no sólo a un sector.

En el documento firmado por 200 académicos universitarios, se  recalca que la reforma educativa atenta contra los derechos establecidos en la Constitución, afirmación que también acaba de hacer mediante un comunicado el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), ya viola aspectos laborales como humanos.

Asimismo se expresa la preocupación ante las constantes acciones represivas de los tres niveles del gobierno contra los maestros, por lo que también exigen a las autoridades que frenen este tipo de acciones, ya que es un derecho legítimo que los profesores se manifiesten y expongan su punto crítico de la reforma educativa,  lo cual sólo puede ser tratado mediante el diálogo.

Entre los nombres de los académicos se encuentra el de  Hugo Aboites, rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México; Tatiana Coll, de la Universidad Pedagógica Nacional; Antonia Candela, del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav; Hugo Casanova, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM.

“Resulta muy fácil focalizar el debate hacia el magisterio disidente con el argumento de que ‘son muy radicales y no aceptan la reforma’. Pero no, la política educativa no se limita a ese ámbito, sino que compete a la sociedad en su conjunto”, declaró para La Jornada Hugo Casanova.

Tomado de: http://revoluciontrespuntocero.com/200-academicos-de-diversas-universidades-exigen-a-nuno-dialogo-con-los-maestros-y-que-cesen-las-acciones-represivas/

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Clave del caso Ayotzinapa, heroína que cargaba el quinto camión: Solalinde Guerra

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Poética de la educación

http://michoacantrespuntocero.com/poetica-de-la-educacion/

Por: Rosario Herrera / 31 mayo, 2016

Mal se recompensa con agradecimiento a un maestro
cuando se sigue siendo siempre un discípulo.
Y ¿por qué no queréis hacer trizas mi corona?
Me veneráis: pero ¿y si vuestra veneración
se derrumbara un día?
Cuidad que os mate una estatua
[…] Ahora os mando que me perdáis
y que os encontréis a vosotros mismos;
y tan sólo cuando todos hayáis renegado de mí,
retornaré a vosotros.
Friedrich Nietzsche, Así habló Zaratustra.

Una poética de la educación debe rescatar la síntesis griega originaria entre la poética y la educación, a través de una ética del deseo para la experiencia educativa, con el fin de impulsar la creación y la innovación del conocimiento, la cultura y la vida misma, promoviendo y ejerciendo la democracia, en función de la autonomía del conocimiento, la crítica, la verdad, la creatividad y la invención. Una reflexión en la que primordialmente me acompañan Eugenio Trías (El artista y la ciudad, Anagrama, 1976) y Jacques Lacan (La ética del psicoanálisis, Paidós, 1988).

Para ello, les propongo promover el neologismo (po)ética, que por un lado permite un fundamento ético de la creación y la invención en la educación, a fin de poder superar la razón instrumental técnica de la modernidad, que redujo la tekne griega (“saber hacer”) a la repetición y la producción: “hacer como”. Todo ello, para restaurar la síntesis originaria entre la poíesis griega y la tekne, como un “saber hacer” siempre renovado, que se despliega en la ciudad como amor civil y como obra de arte.

Poíesis, en el diálogo socrático El Banquete, o del amor de Platón, según la maestra de Sócrates, Diótima de Mantinea, designa “la causa que hace que lo que no es, sea”, y que refiere a la dimensión más vasta de la creación, la producción y la invención, como producto del diálogo democrático impulsado por la mayéutica, método dialógico propio de la paideia. Así, poética y paideia constituyen un diálogo poético, una síntesis trascendente que aspira a elevarse a la verdad, el bien, la justicia y la belleza de la polis (ciudad), por lo que se encuentran en el más alto peldaño de la cultura griega. Una poética de la educación en la que la poíesis se desplegaba en la tragedia griega, la versión más autorizada del mito (una guía clave para la vida). Pero, recordemos que, ya en la República (Politeia) comienza la expulsión de los poetas de la polis porque no comparten un lógos común. Una (mal)dición de los poetas que llega hasta la modernidad técnica, en la que se mueren de hambre, y hasta nuestros días, por no producir mercancías útiles, que contribuyan con el progreso (la sagrada categoría de la modernidad).

En oposición a esta síntesis griega entre la poíesis y la paideia, la educación, a la sombra de la modernidad técnica dicta: los estudiantes deben cultivar un tipo de auto-conocimiento (aprender a aprender, teniendo como principal o única fuente la Internet), y con la consigna de alcanzar la perfección (la excelencia académica y la certificación). Una persecución de la perfección que aspira a saber todo, menos sobre sí mismos y su propio deseo, que evade el azar, la finitud humana y la condición humana trágica: la muerte.

El neoliberalismo, heredero del imperialismo, que hace de la educación una empresa y un mercado, para integrarla en lo que el filósofo español Eugenio Trías llama el “Casino Global”, agrava la tendencia infantil de la competencia y la rivalidad para “ser el mejor”. Un proyecto global que imagina un hombre abstracto, sin la guía clásica de la poíesis, que Aristóteles concibe como lo verosímil (eikós), que no es lo verdadero ni lo falso, sino lo posible…y hasta lo imposible.

No es suficiente aprender, es necesario desarrollar habilidades mega-cognitivas. Hay que conocerse a sí mismo como aprendiz, en lugar de saber qué se desea, antes de que sepamos cualquier cosa. Así, los estudiantes son alentados a examinar las habilidades y competencias que son claves para sus estudios, para vender su fuerza de trabajo a los empleadores potenciales (Karl Marx).

El énfasis en estas habilidades desplaza principalmente el saber del propio deseo, después la cultura clásica, la literatura, la tragedia y la poética, para proponerse como un sistema cerrado, donde todo se supone que puede ser calificado con patrones de calidad, como si se tratara de un proceso de producción empresarial (la escuela y la universidad fábricas)

La poiesis —según Martin Heidegger— en su origen compartía su sentido con la tekhne, un “saber hacer” y no “un hacer como” (reproducción técnica). Mientras el saber hacer es poético y creativo, el hacer como es técnico y reproductivo. El saber hacer debe ser permanentemente renovado, para que no degenere en técnica, en un hacer como los padres, los maestros, los libros o los amos del mundo. Para no caer en la tentación actual de “hacer como los chinos”, para salir de nuestro subdesarrollo y tercermundismo. Menos ahora, que se empieza a saber de qué “hacer como” se trata: la explotación inicua e infrahumana, el tráfico humano y la cosificación de los trabajadores.

Una poética de la educación basada en la poíesis es un saber hacer, una creatividad, que sólo se impulsa a través del deseo, el “querer hacer”, y no el “deber hacer” (según los padres, los maestros, la escuela, la iglesia o el Estado, la “disque reforma educativa”, como dice Rius).

Claro que hablar de una ética del deseo es un pleonasmo, una tautología, pues no hay más ética que del deseo, como querer ser, mientras la moral se ocupa del deber ser social. La moral es neurótica; la ética es erótica. Pero el deseo, debido a los fines de la educación, que auxilia a la cultura en su tarea legisladora de la conducta social, es siempre reprimido, desmentido y hasta expulsado de la empresa educativa. El deseo es un estorbo para el proyecto conductor, normalizador o adaptador de la educación, pues puede ser opuesto al papel regulador de la cultura. Qué desean los educandos es algo que por razones programáticas debe ser anulado, pues lo único que importa es la programación de lo que supuestamente “se debe saber hacer”.

En la enseñanza de Jacques Lacan, el discurso de la Universidad, que es también el discurso de la escuela y de la educación, es heredero del discurso del amo y de la iglesia, que desde el filósofo alemán Georg Hegel, sabemos que quiere el bienestar del esclavo; un bienestar que reprime el deseo, y que por lo mismo lo hace retornar en forma de síntomas de la educación: anorexia mental, rebeldía contra el saber, inhibiciones escolares, deserción escolar, culpa ante el saber, trasgresión de los dictados del maestro, etc.

Pero los problemas éticos, aunque no son tomados en cuenta, están siempre presentes en la educación, tanto para el educando como para el educador. Porque no hay más culpa que la de haber traicionado el propio deseo, por un ideal educativo, un deseo institucional o político, los deseos de los padres y los maestros, o “lo que la sociedad y el Estado esperan de cada ciudadano”. Por parte del profesor el problema consiste en cómo, a partir de cualquier tarea, puede lograr que el educando descubra su deseo y actúe éticamente en consecuencia. Para lo cual el docente no debe desear nada por y en lugar del educando, sólo que el educando logre expresar su deseo; el educador debe renunciar a la tentadora empresa narcisista de que los estudiantes sean como él, a fin de que surja en los educandos un deseo de verdad y de la verdad, para que tengan la libertad de ser como cada uno de ellos desea ser y no un lastimoso clon del maestro o el “orden social”.

Sólo una educación poética puede convertirse en una crítica radical a la educación tradicional, donde el único que habla es el maestro, pues todavía administra una mentalidad sumisa, acrítica y antidemocrática, que se identifica con el deseo del amo, donde quiere que se encuentre.

Una poética de la educación, al oponerse a todo proyecto de dominio que anula el deseo de los educandos y de los educadores, permitiría que se geste una (po)ética, una ética que abre una dimensión estética, un deseo creativo, para que surjan nuevos saberes más allá del programa y de la reproductibilidad técnica moderna, para que se desplieguen creativamente en la ciudad, como obra de arte.

Fuente: http://michoacantrespuntocero.com/poetica-de-la-educacion/

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