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Profesor de escuela rural con Excelencia Académica 2017: “Todo gira en torno a la ciudad. Si no es Santiago, no existe”

Chile / 15 de abril de 2018 / Autor: María Gabriela Salinas / Fuente: EduGlobal

Cristián Contreras Navarrete, docente de la escuela rural Ranguel, estuvo siete meses sin sueldo y poniendo de su bolsillo para que el recinto pudiera funcionar. “El profe que trabaja en el campo es por pura vocación”, asegura.

En Chile hay más de 3.200 escuelas rurales a lo largo del país, con cerca de 20 mil profesores trabajando en este nivel educativo. Pese a ello, sus necesidades no suelen aparecer en los anuncios públicos. Tampoco están en el programa de Gobierno.

Bien lo sabe el profesor Cristián Contreras Navarrete, docente de la escuela rural Ranguel, quien hace años intenta instalar esta problemática de manera esporádica en los medios de comunicación. La primera vez fue en 2013 por el resultado Simce de la escuela donde trabajaba, establecimiento que le adeudaba siete meses de sueldo.

“La prensa me conoció ese año cuando trabajé sin sueldo y es parte de mi vida”, cuenta Contreras a El Dínamo. Hoy la historia es distinta. La escuela rural Ranguel, dónde es director y uno de los dos profesores, fue destacada con la Excelencia Académica por parte del Mineduc este 2017, lo que se suma a resultados Simce sobre los 330 puntos y un premio Enlaces en mayo pasado por las clases innovadoras en matemáticas

Pero tal vez uno de los momentos más recordados del docente en su participación en la prensa fue cuando enfrentó al entonces candidato presidencial Manuel José Ossandón en el programa Aquí Está Chile. Contreras le preguntó sobre sus propuestas para la educación rural. La respuesta del senador fue lapidaria: “si quieres una lista de supermercado, te vas a ir decepcionado”.

“Yo fui en representación de las escuelas rurales para saber si había una propuesta. La respuesta que me dio no me la esperaba, pero también sé que la educación rural a nivel país no es un tema que se toque”, cuenta el profesor.

Para Contereras, el problema es que “todo gira en torno a la ciudad. Si no es Santiago, es Viña, si no es Viña, es Concepción. Más allá, no existe. Para mí Ossandón fue sincero, dijo que no había ninguna respuesta, que me decía la verdad, que no es un tema que le preocupe a los políticos”.

En esa línea, reconoce que el senador “fue bien duro. Me dijo que no es un tema que se toque, que se habla para las masas, para la educación secundaria, la universitaria, para las masas. Que las escuelas rurales no existen para los encargados de Educación”.

Para el profesor, este encuentro vino a reafirmar algo que experimentó en carne propia. En 2013, la sostenedora de la escuela en donde trabajaba murió y el establecimiento quedó en un verdadero limbo.

“Me tocó vivirla duro. Me tocó tirar la escuela para arriba sin sueldo y con un Ministerio que no hacía nada sabiendo todo el tema. Yo iba todos los viernes donde el Seremi a preguntarle qué pasaba, porque me iba a dejar sin escuela, ¿qué le podía importar a un ministro? Me sentí sólo durante seis meses… hasta que llegó la tele”, cuenta.

“Yo no entendí cómo podían dejar a la deriva a los niños. Ellos sólo vieron el daño político cuando aparecieron en los medios. Nunca vieron el fondo. Yo no lo hice para destruir a figuras pública, sino para sacar adelante a los niños, pero parece que no se entendió ni aquí ni en Santiago. Me condecoraron, pero qué pasó: se cerró la escuela”, relata Contreras.

Si bien hoy la situación cambió, reconoce que aun hay problemas de fondo que son trasversales a todas las escuelas rurales del país. “Aquí en el campo no tengo prekínder o kínder. Aquí todos entran en primero básico sin saber nada y la prueba Simce es para todas las misma. Aquí todos corremos con desventaja. En las ciudades saben las vocales, los números, acá no. Es un doble trabajo que hay que hacer. Cuando en Santiago enseñan a leer, aquí estamos con las manitos aprendiendo números con los niños”, explica.

“La educación rural es hermosa. El profe que trabaja en el campo es por pura vocación. Viaja todos los días, no ve a su familia, se queda a dormir. Uno a veces usa recursos propios para mantener bien la escuela. Hay una entrega, una pasión, que no siempre tiene apoyo de las políticas públicas. Por ejemplo, enseñamos a todos en una sola sala de clases y la gente puede decir ‘a pero con 14 niños quien no saca un Simce bueno’, pero claro, hay que enseñar a esos 14 niños de todos los cursos. La gente habla y desconoce de la educación rural”, agrega Contreras.

Si pudiera hablar con el ministro de Educación, Gerardo Varela, o el mismo Presidente Sebastián Piñera, el profesor no duda en decir que “le diría que nos ayudara. Las escuelas rurales son parte de la educación. En la comuna de Hualqui sube sus puntajes no por los colegios urbanos, sino por las escuelas rurales porque los puntajes se suman. Eso no se sabe”.

“No somos dos ni tres escuelas. Estamos en el norte, en el desierto, en el sur, en el campo. Hay mucho desconocimiento. Si no es Santiago, pareciera que no existiéramos. Ojalá el nuevo Gobierno se preocupe de las escuelas rurales, que sepan que se hace un buen trabajo. Lo que pasa es que no nos toman en cuenta, de repente estamos muy lejanos…”, concluye.

Fuente del Artículo:

http://www.eduglobal.cl/2018/04/03/profesor-de-escuela-rural-con-excelencia-academica-2017-todo-gira-en-torno-a-la-ciudad-si-no-es-santiago-no-existe/

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Lucrar es de mala educación

Por: Maite Orsini

Fueron años de movilizaciones, años de gastar zapatillas, creatividad y voz; años de estudiantes y sus familias juntos en las calles pidiendo algo tan simple como contundente: que la educación sea un derecho y no un negocio. Por eso, y no sin dificultades, haber logrado en las dos cámaras del Congreso que el lucro retrocediera considerablemente, fue una victoria de quienes, tanto dentro como fuera del Congreso, creen en la justicia social.

Hoy, la resolución del Tribunal Constitucional desconoció la voluntad de esa mayoría. Esta sentencia, evidentemente promovida por los intereses comerciales de las universidades privadas, es de difícil comprensión, pues encierra en un sinsentido lo que pretende ser una política pública. Por otro lado (o quizás por el mismo), el gobierno del Presidente Piñera ha intentado advertir que el resto de la normativa prohíbe el lucro en la educación, así que lo nuestro no es más que pateleo. Lo cierto es que esta nueva e ilegítima cancha permite que los controladores de una universidad, sean organizaciones con fines de lucro. Por lo mismo, el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, alertaba muy claramente sobre “una cosa que no se entiende”, esto es, las contradicciones que permiten que la universidad sea vista desde la lógica de “una inversión”. Incluso, dio un ejemplo que no podría ser más gráfico: “aquí está prohibido escribir con la mano izquierda, pero se permite contratar zurdos”.

Parece curioso -y no menos triste- que a estas alturas del partido tengamos que insistir en sincerar la discusión ¿Queremos que el lucro esté presente en la educación o no? Yo, como millones de estudiantes, digo sin dobleces: No. Pero el gobierno, sus representantes en el TC y los representantes de universidades privadas que no tienen problemas en militar en el PPD o en la UDI, todo indica que insisten en un Sí al que el Congreso y sus definiciones parecen importarles un bledo.

Sin duda que estamos en una de las famosas trampas del laberinto constitucional que impera en Chile. Con todo, quisiera alertar al Presidente Piñera que la ilegitimidad del Tribunal Constitucional llegó a un nivel intolerable: ¿el Gobierno se quedará de brazos cruzados ante una explícita violación de la voluntad democrática? El Gobierno, que aún insiste en una voluntad de “acuerdo nacional” a estas alturas agónico, debería tomar nota que este tipo de acciones hace que el debate público parezca un juego de pantomima, caldo de cultivo para la desafección y el malestar social. Total, siempre habrá una tercera cámara que determinará los designios del futuro de Chile.

Por cierto que la encrucijada en la que se encuentra Chile desdibuja el sentido de hacer política, en particular para mi generación que se propuso luchar por un país más justo. Pero no caigamos en el desaliento, no podemos permitirnos eso. A la falta de política,  todas las herramientas legislativas y fiscalizadoras del Congreso. A las decisiones de “la cocina”, compromiso con el movimiento social. No dejemos que el 2018 sea otro de esos tristes años en que la democracia y la ciudadanía son derrotados por los fácticos de siempre.

Somos responsables de la esperanza de muchos y muchas, de aquellas familias sencillas que soñaron ver a sus hijos formarse en una educación libre de negociados, libre de lucro.  Lo que ha dictaminado el TC es una falta de respeto a la democracia, una falta de respeto a las familias chilenas, como me decían el otro día en una feria en Huechuraba, una falta de educación monumental, un ninguneo a lo que el pueblo demandó en las calles, a lo que el Congreso resolvió en el hemiciclo. Tendrá entonces que volver a escucharse en las calles y con más fuerza en el Congreso: la educación chilena no se vende, se defiende.

Fuente del Artículo:

http://www.latercera.com/opinion/noticia/lucrar-mala-educacion/119742/

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Acreditación como control de calidad en la educación de enfermería

Dra. Ana María Vásquez Aqueveque

Enfermera, Mg en Enfermería Dra. en Educación Académica Universidad de La Serena (Chile)
Vocal Docencia ALADEFE

El concepto de calidad en la educación, y particularmente en la educación superior, asociado a los procesos de acreditación, tanto en el ámbito institucional como de los programas de formación, ha sido objeto de innumerables análisis, propuestas y definiciones.

¿Desde cuándo adquiere mayor relevancia la calidad en las instituciones de educación superior y de los programas que ofrecen? En particular las universidades siempre han tenido que formar profesionales con calidad y que den respuesta a las demandas laborales de las distintas profesiones y disciplinas según el contexto y época en el cual se desarrollan.

La noción de calidad llegó al terreno de la educación como “imperativo” señalan Rodríguez (1) y González (2), como respuesta ante una diversidad de fenómenos ya bien conocidos: nuevas políticas de financiación para las instituciones de educación superior; el crecimiento acelerado de oferta de programas; el incremento de instituciones no siempre con regulación y normatividad; la superespecialización del conocimiento con la consecuente diversificación de títulos a otorgar y niveles educativos en los que se imparten; la creación de planes de estudio de pregrado y postgrado sin la suficiente solidez y fundamentación para su creación; la adopción de modelos educativos “innovadores”, sin su correspondiente aplicación en la realidad cotidiana de los programas educativos; la habilitación de los docentes; la carencia y falta de sistematización de la información sobre las características de las instituciones, de los estudiantes, del personal académico, de los planes de estudio, de los procesos, actividades y proyectos que se desarrollan al interior de las instituciones y que permitan tomar decisiones para el mejoramiento continuo.

El proceso de acreditación en el sistema de educación superior como mecanismo de control de calidad, o como una forma de demostrar que lo que se hace, cumple con ciertos criterios, estándares e indicadores, lo que ha llevado a que las instituciones paulatinamente instauren dispositivos, estrategias e instrumentos para optimizar y evidenciar sus procesos de gestión; demostrar que exista coherencia y consistencia entre lo que se declara en la normativa institucional y lo que se realiza para lograr un mejoramiento continuo en pos de la calidad de los insumos, procesos y los resultados derivados de los actos académicos. Estos aprendizajes, en muchas ocasiones, han sido individuales en el interior de las instituciones, por lo que falta una reflexión más sistémica de los procesos de mejoramiento continuo en el interior de las mismas.

Un aspecto sustancial en la formación es el proceso de aprendizaje, en particular hoy cuando las reformas educacionales han puesto el acento en el estudiante, por lo tanto en el aprendizaje. Variadas investigaciones revelan la necesidad constante del estudio del proceso de aprendizaje, evidenciado en indagaciones, artículos y propuestas teóricas (3-6). Sin embargo, se reconoce que el aspecto menos explorado en educación es precisamente sobre los aprendizajes efectivamente logrados por los educandos, pareciera ser como lo llaman algunos la “caja negra” del sistema. De igual forma, es el docente el que tiene el control en el aula. Este es un excelente espacio para indagar, reflexionar y profundizar respecto de las interacciones y los fenómenos que se producen en el interior del aula. Es interesante identificar los estilos de aprendizajes y las estrategias de estudio que poseen los estudiantes, las funciones cognitivas más desarrolladas y las que hay que fortalecer para optimizar los aprendizajes. Ventura (7) plantea la importancia de conocer los estilos de aprendizaje que presentan los docentes, cómo estos impactan en los métodos de enseñanza que utilizan y cómo indicen en el rendimiento estudiantil.

Así analizado, el docente sigue teniendo un rol fundamental en el proceso de aprendizaje de los estudiante, por tanto, es un desafío para las instituciones la formación del talento humano, no solo en el ámbito disciplinar, sino también en el proceso enseñanza-aprendizaje, y cómo impacta en el tipo de aprendizaje que evidencien los estudiantes.

Desafío para la enfermería

En lo que compete a la enfermería, esta siempre ha sido una profesión que ha sido muy consciente de su compromiso con el cuidado y la salud de la población, por lo que las organizaciones enfermeras de los diferentes países han establecido sus propios criterios y estándares de acreditación para dar cuenta de la calidad en la formación. De igual forma, la enfermería está presente en las variadas redes de agencias que se han establecido en el ámbito internacional.

Las oportunidades de la mejora continua permanente, la de seguir creciendo y avanzando presupone, sin duda, un mayor trabajo en un mundo complejo, incierto, cambiante, desafiante. Por lo que hay que estar remirando, permanentemente, los signos de los tiempos para replantear el currículo, los planes de estudio y preguntarnos: ¿qué estamos formando?, ¿cómo lo estamos realizando?, ¿estamos logrando aprendizajes eficientes, profundos?, ¿los estudiantes logran movilizar sus saberes en la praxis?, ¿cómo aprenden nuestros estudiantes?, ¿aprenden igual los estudiantes de los primeros años que los de cursos más avanzados?, ¿las estrategias didácticas que utilizamos responden a que los estudiantes logren aprendizajes de calidad?, ¿los sistemas e instrumentos de evaluación que se utilizan son pertinentes a las estrategias didácticas utilizadas?, ¿los resultados de aprendizajes definidos son pertinentes al perfil de egreso?, ¿hay una coherencia y pertinencia en todo el plan de estudio? Estos y muchos otros interrogantes nos abren un mundo de oportunidades para reflexionar e indagar, en particular en la enfermería, profesión que trabaja con el cuidado de las personas.

La mejora continua en la formación de los profesionales de enfermería no es algo que se da mágicamente o de inmediato por el solo hecho de haber vivido un proceso de autoevaluación, requiere por parte de los docentes una reflexión continua, alrededor de la manera en la que se desarrolla el proceso y la proyección de los educandos en particular durante su práctica; en este proceso resulta pertinente la retroalimentación oportuna, que se puede lograr en los campos de práctica clínica durante el proceso formativo así como durante el ejercicio profesional de los recién egresados.

A la luz de la calidad parece necesario una reflexión y una sistematización de todo el proceso formativo, desde marcos epistémicos, teóricos y prácticos, en lo que respecta a educación y formación de profesionales, lo que es complejo, puesto que tiene variadas dimensiones que interactúan entre sí. Es un proceso sistémico, dinámico, en el que las diferentes partes y dimensiones de una ruta formativa constituyen una totalidad, no se puede fragmentar, el modificar un aspecto de una u otra manera va a incidir en otro, es un todo interconectado. En tanto que el currículum se defina como “construcción social que forma parte de la estructura vital de una sociedad”, Grundy (8), de sus dinámicas, sus valores, sus significaciones, los sentidos y concepciones sobre el mundo y los sujetos, el currículum implica acción, dinamismo e interacción.

Asumir el currículum como praxis lleva implícito una disposición permanente de la universidad, por parte de los docentes y sus colectivos, a la autocrítica y a la autorreflexión para dar luz a nuevas posibilidades de interpretación de la realidad que den cabida a múltiples oportunidades de resignificación de las prescripciones, los planteamientos pedagógicos y didácticos, las prácticas, la cultura, las metodologías, los procesos, las evaluaciones y que paralelamente favorezcan espacios de reflexión e innovación.

Si asumimos que el cuidado es complejo porque el trabajar con personas es complejo, la formación de profesionales de enfermería debería ir en esa misma línea desde el paradigma de la complejidad, puesto que trabajamos con la integralidad de la persona en todas sus dimensiones y manifestaciones.

Si queremos calidad en la formación de los profesionales de enfermería no podemos contentarnos solo con la obtención de la acreditación de un programa determinado, sino que es necesario establecer mecanismos internos de mejoramiento continuo. Seguir reflexionando sobre los procesos formativos, investigar qué ocurre en el aula, cómo aprenden los estudiantes, qué estrategias y enfoques de estudio y aprendizaje utilizan. Investigar sobre la propia práctica docente, abrir los espacios del aula de clases y analizar qué fenómenos ocurren allí, de igual manera reflexionar sobre lo que acontece durante las experiencias de práctica. Profundizar en estos aspectos es clave para el mejoramiento en la calidad de la formación de profesionales de enfermería.

Bibliografía
  1. Rodríguez E, Pedraja L. El aseguramiento de la calidad: un imperativo estratégico en la educación universitaria. Ingeniare. Revista chilena de ingeniería 2015; 23(1):4-5.
  2. González J, Santamaría R. Calidad y acreditación en la educación superior: integración e internacionalización de América Latina y el Caribe. Educación. 2013; XXII(43):131-47.
  3. Monroy F, Hernández-Pina F. Factores que influyen en los enfoques de aprendizaje universitario. Una revisión sistemática. Educación XX1 2015; 17(2):105-24.
  4. Laudadío MJ, Da Dalt E. Estudio de los estilos de enseñanza y estilos de aprendizaje en la universidad. Educ. Educ. 2014; 17(3):483-98.
  5. Ocampo F, Guzmán A, Camarena P, De Luna R. Identificación de estilos de aprendizaje en estudiantes de ingeniería. Revista Mexicana de Investigación Educativa. 2015; 19(61):401-29.
  6. Valencia I. Estilos de aprendizaje: una apuesta por el desempeño académico de los estudiantes en la Educación Superior. Revista Encuentros, Universidad Autónoma del Caribe. 2014; 12(2):25-34.
  7. Ventura A. El ajuste instructivo entre estilos de aprendizaje y enseñanza en la universidad. Rev. psicol. 2013; 31(2):265-86. Disponible en: http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/psicologia/article/view/7620
  8. Grundy S. Producto o praxis del curriculum. Madrid: Morata; 1994.

Fuente del Artículo:

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Chile: Educación Diferencial inició ciclo de “Apoyo a la Formación Profesional”

Chile/10 de abril de 2018/Fuente: http://www.uss.cl/

Pedagogía en Educación Diferencial, Ricardo González Araneda, coordinador Regional de Educación Parvularia MINEDUC Biobío, inició las presentaciones de este año.

PEDI, convocó a la primera sesión del ciclo de “Apoyo a la Formación Profesional”, realizado en el Auditorio Los Robles del Campus Las Tres Pascualas ante numeroso público, especialmente estudiantes de cuarto y quinto años de la carrera.

El primer encuentro contó con la presencia de Ricardo González Araneda, coordinador Regional de Educación Parvularia del Ministerio de Educación del Biobío, antecedido por una completa exposición de Verónica García, directora de PEDI sede Concepción, sobre lineamientos de la carrera, malla curricular, Admisión 2018, prácticas tempranas y profesionales, acreditación, entre muchos otros temas.

Luego Ricardo González se refirió a la Nueva Institucionalidad de Educación Parvularia. “El MINEDUC es el rector del sistema educativo del país, pero la Subsecretaría de Educación Parvularia es la encargada del diseño de políticas”, explicó.

“Tenemos además la Agencia de Calidad, que mide aprendizajes y evalúa a los establecimientos, y la Superintendencia, que en realidad fiscaliza aspectos relacionados con gestión rendición de cuentas”, señaló González. Todo este control se ejerce en los organismos prestadores, como la Red JUNJI, escuelas municipales, Fundación Integra, escuelas particulares subvencionadas, colegios y salas cuna y jardines infantiles, según lo establece la Ley 20.835, que entró en vigencia el 5 de mayo de 2015.

La autoridad de MINEDUC dio a conocer también los nuevos requerimientos de la Pedagogía de Párvulos del siglo XXI, principios pedagógicos, componentes estructurales, contenidos, propósitos y niveles de las Bases Curriculares y contextos para el aprendizaje, entre otros temas afines.

El ciclo de charlas de PEDI se desarrollará de manera mensual y se extenderá hasta octubre de 2018.

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Reseña «Por una educación garante de derechos: demandas de estudiantes secundaristas para América latina y el Caribe»

El documento en cuestión se llama «Por una educación garante de derechos: demandas de estudiantes secundaristas para América latina y el Caribe»

Estudiantes secundarios de nueve países de la región ponen su voz de alerta sobre el avance de la privatización de y en la educación. El dato surge de un relevamiento realizado por la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (Clade) y Unicef. También figuran entre los temas de preocupación la creciente ponderación de las pruebas estandarizadas; el retroceso en el tratamiento de cuestiones de género y el recorte a la participación estudiantil en la vida de las instituciones.

El documento en cuestión se llama «Por una educación garante de derechos: demandas de estudiantes secundaristas para América latina y el Caribe» y ofrece un panorama regional de las expectativas de colectivos, movimientos y organizaciones estudiantiles de la educación secundaria. Reúne demandas de movimientos estudiantiles de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Honduras, México, Paraguay y Uruguay.

En los temas relevados aparecen en primer término las diferentes formas de retirar el carácter público de la educación, que se caracterizan por el subsidio y la transferencia de recursos públicos al sector privado, o por la adopción de una lógica de mercado en el sistema público. Se advierte cómo el sector público de educación viene convirtiéndose en fuente de lucro privado, en la medida en que los gobiernos empiezan a comprarle a grupos empresariales privados los materiales didácticos, la elaboración de currículos y de pruebas estandarizadas y las iniciativas de formación docente, entre otros recursos.

El documento de Clade remarca que las lógicas del mercado y empresarial en la educación pública se manifiestan también por la evaluación por resultados de los y las docentes. «Cada vez es más corriente que se fijen los sueldos y gratificaciones del personal docente en base a los resultados obtenidos por estudiantes en pruebas estandarizadas, aunque estos resultados estén determinados por factores sociales y políticos que impactan en la enseñanza. Se nota también, en América latina y el Caribe, un incremento de la gobernanza corporativa en el campo educativo, es decir, de la participación de empresas y agentes privados con fines de lucro en la toma de decisiones sobre la política educativa».

También se llama la atención sobre el vínculo de las pruebas estandarizadas con la privatización de la educación: «Hay una tendencia global a la estandarización de los contenidos impartidos en la escuela». Un tema sobre el cual los colectivos y movimientos estudiantiles de diferentes países del continente se oponen. Se entiende que esta tendencia promueve una visión limitada de la educación que, en la práctica, se traduce en la eliminación o reducción de contenidos que podrían contribuir a una formación ciudadana de los y las estudiantes.

Menos democracia

Otro aspecto señalado es la militarización y la falta de gestión democrática en las escuelas. Además de poner en tela de juicio el carácter público de la educación, las diferentes formas de privatización introducidas en los sistemas y políticas educativos cuestionan los preceptos democráticos y participativos que deberían guiarlos. Esto porque en la medida en que el Estado transfiere al sector privado elementos esenciales de la práctica educativa (como el desarrollo de contenidos, materiales educativos, evaluaciones, formación docente y gestión de las escuelas y de las políticas educativas), estas iniciativas suelen estar acompañadas de mayor opacidad y aisladas del debate público y la participación social.

Además se mencionan las resistencias al abordar las cuestiones de género y las discriminaciones. El documento resalta que en varios países de la región, se notan ensayos para retirar de las políticas educativas la perspectiva de género y reducir o eliminar acciones específicas para afrontar las desigualdades basadas en el género y en las identidades sexuales. Y otro punto clave del estudio observa sobre la creciente criminalización de las protestas y los movimientos estudiantiles.

Fuente de la reseña: http://www.lacapital.com.ar/educacion/la-educacion-tratada-como-comercio-n1372098.html

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Chile: ¿Puede una educación de calidad prescindir de la libertad?

América del Sur/ Chile /09.04.2018 / Autora: Vanessa Kaisser. Fuente: ellibero.cl.

Contrariando el sentido común —compartido incluso por los mismos colectivistas que se esforzaron más que sus pares para llegar a los cargos de poder que ostentan—, las reformas poco ayudan y, en ciertos aspectos, incluso perjudican la calidad de la educación, introduciendo aun mayor heterogeneidad en las aulas (lo que dificulta la labor de los profesores), y limitando la libertad de los padres y los establecimientos.

odos sabemos que la gran deuda de la política pública apunta a implementar cambios urgentes al interior del aula, de modo de mejorar la calidad de la educación. La pregunta que necesitamos responder es: ¿Por qué no se enfocaron en ello las recientes reformas?

Revisemos las variables de las que depende que avancemos en calidad. Según los expertos, necesitamos: creer firmemente en las capacidades de cada niño y exigirle conforme a dicha creencia; definir objetivos claros por parte de los establecimientos en relación a la realidad de sus estudiantes; focalizarse en destrezas básicas primero, cuya complejidad aumenta conforme avanza el proceso de aprendizaje; y estar convencido —tanto el profesor como el alumno— de que la adquisición de las distintas habilidades dependen del esfuerzo y tiempo que ambos le dediquen. Todo lo anterior en un ambiente seguro y ordenado, cuyo marco propicio está dado por el vínculo de colaboración y compromiso entre los padres y el establecimiento.

¿Qué tienen en común las variables mencionadas? Una rápida revisión de ellas bajo el prisma ideológico de la Nueva Mayoría nos permite comprender por qué no hemos avanzado sustantivamente en la calidad. Lo primero que salta a la vista es que las variables que mejoran la calidad comparten la fe en el individuo y la necesidad de una colaboración entre las familias y los establecimientos. Evidentemente que su promoción contradice los fundamentos de ideologías colectivistas. Ello, en vista a que rechazan la importancia del esfuerzo individual —al extremo de que éste es calificado de “autoexplotación”— y promueven la presencia desmedida del Estado en las relaciones al interior de la sociedad.

Así, contrariando el sentido común —compartido incluso por los mismos colectivistas que se esforzaron más que sus pares para llegar a los cargos de poder que ostentan—, las reformas poco ayudan y, en ciertos aspectos, incluso perjudican la calidad de la educación, introduciendo aun mayor heterogeneidad en las aulas (dado que las reformas impiden a los establecimientos elegir a sus alumnos), lo que dificulta la labor de los profesores. La libertad de los padres se ve limitada, en la medida que el copago les daba derecho a exigir calidad a cambio del dinero que invertían. Por su parte, la merma de la libertad de los establecimientos se concreta en la imposibilidad de elegir aquellos niños cuyas familias tuviesen un acervo valórico congruente con su proyecto educativo, facilitando el diálogo y la colaboración entre padres y autoridades.

En suma, las reformas aprobadas tienen en su base una teología del ateísmo de la libertad individual, desde la que suprimen el esfuerzo como pilar de la mejora en la calidad de la educación y promueven la igualdad a toda costa, consolidando las condiciones para, como diría Tocqueville, producir una igualación de las inteligencias en cuyo marco nadie sobresale y nuestra libertad queda aplastada por la coerción del aparato estatal. Así, las reformas atentan en contra de las posibilidades de mejorar sustancialmente la calidad, puesto que debilitan el vínculo familia-establecimiento y promueven la abstención de los padres en la educación. Y es que, como dice la sabiduría popular, “a caballo regalado no se le miran los dientes”. Y en el caso de una educación totalmente financiada por el Estado, ésta se transforma en el caballo.

De ahí que no son pocos quienes piensan que perdimos una gran oportunidad para avanzar en la fe que cada niño necesita en el desarrollo de sus capacidades de modo que tenga confianza en sí mismo y pueda pensarse como un adulto capaz, creativo y responsable. Mientras tanto, es bastante sensato prever que la segregación continúe aunque de modo invisible (dentro de los establecimientos) y que la veamos en la división de cursos que separan a porros de mateos. En fin, como tantas veces nos ha enseñado la historia de las ideologías que desconfían de la libertad de las personas, la realidad supera con creces nuestras capacidades de planificarla, controlarla y asegurar los resultados que anhelamos.

Fuente: http://ellibero.cl/opinion/puede-una-educacion-de-calidad-prescindir-de-la-liberta

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Chile: Alcances del fallo del TC sobre educación superior

América del Sur/ Chile / 02.04.2018 / Fuente: www.latercera.com.

El Tribunal Constitucional (TC) consideró como inconstitucional uno de los artículos de la recientemente aprobada ley de educación superior, específicamente aquel que impide que personas jurídicas con fines de lucro puedan controlar una institución de educación superior. Aun cuando el contenido del fallo se conocerá recién a fines del mes de abril, bastó este pronunciamiento para que se desatara una tormenta política, acusando que el TC había consagrado “el lucro” en educación superior. En paralelo, sectores de oposición han condicionado cualquier entendimiento con el gobierno a que se apruebe una reforma a las facultades y composición del TC, algo que por ahora el Ministerio del Interior no tiene entre sus prioridades.

Conviene precisar que lo resuelto por el TC no modificó lo establecido en la ley acerca de que las instituciones de educación superior no pueden percibir lucro, y por ende, deben destinar todos sus ingresos a fines académicos. Esta prohibición fue reforzada en la reforma mediante una serie de resguardos, y de hecho será fuertemente fiscalizada por la futura Superintendencia del ramo. De este modo, el fallo respeta íntegramente el espíritu de la ley aprobada en el Congreso y, al mismo tiempo, es coherente con la Constitución, la cual consagra el derecho de asociación y de “abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales”, sin otras limitaciones que las impuestas por la moral, las buenas costumbres, el orden público y la seguridad nacional. Así, la carta fundamental no contempla que una persona jurídica que persiga fines de lucro pueda por este solo hecho ser discriminada para efectos de fundar o controlar una institución de educación superior, y es valioso que este principio haya sido refrendado por la mayoría del TC.

En términos prácticos, el fallo no continuará desincentivando la presencia de privados en educación superior, ya suficientemente limitada por la imposibilidad de retirar utilidades y los prejuicios que se han establecido sobre el aporte privado en la educación.

Quienes antojadizamente insisten en que el fallo del TC es de naturaleza política y que busca contrariar las mayorías obtenidas en el Congreso, no reparan en que justamente es parte del rol que desempeña una instancia de este tipo: evitar que mayorías circunstanciales pasen por encima de los preceptos bajo los cuales se rige toda la institucionalidad del país. Varios otros contenidos de la ley también eran discutibles desde el punto de vista constitucional, como el trato privilegiado que se dio a ciertas universidades privadas del Consejo de Rectores, la imposibilidad de las instituciones de fijar aranceles -incluso entre aquellos alumnos que no son parte de la gratuidad- o los “gatillos” que marcan la ampliación de dicho programa. El hecho de que estas disposiciones no hayan sido tocadas por el fallo demuestra que no hubo un ánimo deliberadamente obstruccionista.

Es irresponsable que una vez más se pretenda destruir o debilitar una institucionalidad como el TC simplemente porque un fallo no resulta del agrado de un sector político, y se minimice la importancia de que las leyes aprobadas por el Congreso no pasen a llevar garantías constitucionales.

 Fuente: http://www.latercera.com/opinion/noticia/alcances-del-fallo-del-tc-educacion-superior/1187

 

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