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“La cultura y educación nutre el lenguaje de la política con argumentos y formas de pensar”: dos docentes sobre el panorama colombiano

América del Sur / Colombia / 05.02.2018 / Por: Diego Valdivieso / Fuente: www.revistaarcadia.com.

Yolanda Reyes y Julián de Zubiría son dos voces críticas e importantes a la hora de hablar de la coyuntura nacional y la educación en Colombia. Cada uno lo hace desde su columna semanal, Reyes en El Tiempo y Zubiría en Semana Educación. Cada uno lidera una institución educativa de la capital que apuesta por una educación diferente.

Reyes es escritora y directora del jardín infantil y librería Espantapájaros, de Bogotá, que busca formar niños a partir de la lectura. Un mundo que se construye, desde la primera infancia, alrededor de los libros: “Nutrimos con lenguajes (artísticos, literarios) su psique, su vida emocional y cognitiva, para que se expresen de muchas formas, conversen, discutan y disfruten la lectura”, señala Reyes. Un modelo de educación que va dirigido a que los niños vean “el aprendizaje y las preguntas como las tareas más apasionantes de la vida, desde la infancia”.

Zubiría, una figura ahora recurrente en diferentes programas de televisión, en los que se le ve debatiendo sobre la actualidad del país, es rector del Instituto Alberto Merani de Bogotá. Es un colegio que se enfoca no tanto en el aprendizaje, sino en la formación del estudiante con un currículo que está enfocado en el desarrollo del pensamiento, la lectura crítica y la formación ciudadana, lo que lo diferencia de otras instituciones educativas, según Zubiría. Él explica que “siguen bajo el paradigma de la transmisión de información fragmentada e impertinente, que poco o nada impactan las estructuras profundas para sentir y pensar en los niños y jóvenes”.

Hablamos con ellos sobre los tiempos que corren.

¿Qué se puede hacer para que la gente no vote engañada en las próximas elecciones? Y, en este sentido, ¿qué papel cumplen los medios? La Silla Vacía, por ejemplo, tiene un “detector de WhatsApp”: la gente les envía cadenas de WhatsApp que están circulando sobre la actualidad política y ellos investigan para ver si es cierto lo que se dice y luego comunican el resultado en sus redes.

Julián de Zubiría: Educar a la población para fortalecer un voto más reflexivo y consciente. Este papel lo pueden cumplir los medios, las familias, las escuelas, las universidades y las iglesias. Desafortunadamente casi ninguno de estos lo cumple y cuando lo hacen –como en el caso de varias iglesias cristianas– es para beneficio de la propia comunidad, mezclando peligrosa y equivocadamente la fe y las elecciones. Necesitamos fortalecer la educación política en las instituciones educativas con ejercicios de elección de representantes y con simulación de las campañas políticas en Colombia. Los medios tienen una enorme responsabilidad en diferenciar las propuestas, en validar las promesas y en investigar antecedentes y acciones de los candidatos. Como casi nada de lo anterior se hace y como el nivel educativo es tan bajo, sigue predominando la manipulación emocional de los colombianos.

La gente vota desinformada por presidente y más aún por senadores y representantes. Es común oír a alguien decir: necesito que me recomienden por quién votar en Senado y Cámara. ¿Qué responsabilidad tienen los medios? ¿Realmente se preocupan por informar a la gente?

Yolanda Reyes (respondiendo a esta y a la anterior pregunta)Hablar de «los medios» en general puede llevar, si se me permite la redundancia, a generalizar, pues hay evidentes diferencias en la manera como se plantea esa preocupación por informar. Quizás no todos los medios de comunicación tengan como prioridad «informar» de la manera más objetiva posible (entendiendo, por supuesto, que la objetividad en materia electoral es relativa). Y digo esto porque hay ejemplos evidentes de otras prioridades electorales en los medios. Algunos les apuestan ostensiblemente a un candidato o a una tendencia política, pero el problema es que, a diferencia de lo que ocurría cuando había medios identificados con partidos políticos, y el lector lo sabía claramente y podía, incluso, entender los sesgos, en la actualidad esa identificación ideológica y partidista no es tan tajante. En muchas ocasiones, desde la manera de titular o desde el espacio concedido a uno u otro candidato, hay una postura mediática que, más allá de informar, editorializa y toma partido, pero que se presenta con una aparente neutralidad. Y entonces, es el elector  quien tiene que leer entre líneas toda esa información que no se ha hecho explícita. Es un problema de lectura y por eso no es ninguna casualidad que los vocablos ‘lector’ y ‘elector’ comparten casi todas las letras.

J.Z.: Los medios tienen una enorme responsabilidad que no cumplen. Podrían educar políticamente si asumieran el rol formativo e investigativo que les corresponde. Deben investigar a los candidatos para rastrear anomalías, propuestas y acciones en las que han participado los candidatos. Deben sintetizar y diferenciar las propuestas. Deben comparar sus propuestas anteriores con sus realizaciones. Deben promover un voto reflexivo, independiente y crítico.

En medio de campañas políticas y del posconflicto, ¿qué puede aportar el sector cultural, de instituciones gubernamentales o privadas, desde su campo? ¿Los escritores y artistas tienen alguna responsabilidad?

 

 Y.R.: Un escritor o un artista son tan ciudadanos, y por consiguiente tan responsables, como un médico o un profesor o cualquier elector, sin importar su oficio. Con ello quiero decir que tiene toda la responsabilidad de hacer una elección que no solo lo afecta a él sino a la colectividad de la que hace parte. Ahora bien, alguien que escribe y orienta a la opinión, o una persona o institución que trabaje específicamente en el sector cultural, tiene la responsabilidad de contribuir al debate con argumentos. El trabajo cultural  consiste, en esencia, en construir alternativas simbólicas y sistemas de lenguaje y de expresión para entendernos con los demás. Y en ese sentido, la cultura nutre el lenguaje de la política con argumentos y formas de pensar, de entender y de expresar.

J.Z.: La responsabilidad de un intelectual es la de promover la reflexión y la lectura crítica de las propuestas. Debe ayudar a encontrar inconsistencias e incoherencias en los planteamientos de los políticos. Debe analizar la viabilidad de las propuestas y debe fortalecer el debate argumentado y respetuoso de las propuestas.

En medio de campañas políticas y del posconflicto, ¿qué responsabilidad tienen los padres de familia, los colegios y las universidades?

Y.R: Enseñar a hablar, a pensar, a discutir y a leer entre líneas, y ojalá, a escribir, pues escribir confiere una distancia necesaria para pensar y para organizar el pensamiento. Nutrir el lenguaje, que es una herramienta indispensable para enriquecer con versatilidad y con matices la discusión política. Y también dar ejemplo. No sé si una sobremesa familiar vociferante que descalifique o insulte a uno de sus comensales por sus ideas políticas sea un buen ejemplo para el ejercicio democrático, y me temo que el hogar puede ser el primer lugar en el que se puede confundir el disenso con el insulto. Este trabajo de proveer un lenguaje como herramienta argumentativa y crítica tiene diversos grados de profundidad, pero es común a la enseñanza en cualquier grado: desde la educación inicial hasta la universitaria.

J.Z: La paz se construye desde la educación, por ello, tenemos padres y educadores que hacen un gran esfuerzo para fortalecer la tolerancia, el debate argumentado y el respeto a la diferencia de opiniones, credos e ideologías.

Sin excepción, en todos los colegios y universidades debería promoverse un voto reflexivo, independiente y argumentado. Eso se logra invitando a diversos candidatos, discutiendo reflexivamente sus propuestas y ayudando a que los jóvenes conozcan y reflexionen sobre ellas. Un proyecto muy bello del gobierno alemán se está implementando para construir una app que le permita a los jóvenes conocer virtualmente su nivel de empatía con las propuestas de todos los candidatos. Dicho dispositivo virtual fue adecuado a Colombia por la plataforma VICE y diversas instituciones, como la MOE o el Instituto Alberto Merani, que estamos participando en calidad de garantes. Cosas así fortalecerán y ampliarán la democracia en el país. Por ello, todos los medios, deben impulsarla.

¿Qué le gustaría que hiciera el próximo presidente en materia de educación?

Y.R.: Que nombre a un ministro o ministra de educación que haya dedicado su vida personal y profesional a pensar en educación, a formarse en educación y a educar. Que respalde, no solo de forma declamativa, sino presupuestal y política, la educación pública: la escuela, la universidad y la institucionalidad de lo público. Que le apueste a los docentes y a las escuelas de formación docente. Que no permita que instituciones como Colciencias se politicen. Que articule los esfuerzos educativos que se hacen en este país, tanto en lo privado como en lo público, pero sin perder de vista la importancia de pensar la educación desde políticas centradas en lo público.

J.Z.: Un gran acuerdo nacional por la educación que garantizara recursos para ciencia y educación; que asegurara educación inicial para todos los niños menores de 6 años y educación superior a los jóvenes, y que llevara a cabo una profunda y estructural reforma a la formación de docentes, al currículo. ¡Le llegó el momento a la educación en Colombia!

¿Usted cree que los presidentes se preocupan por incentivar la formación y difusión de cultura en el país? Es decir, más allá de la existencia de un Ministerio de Cultura.

Y.R.: No me parece. Todo lo contrario. Pese a la importancia que podría tener en este momento del país, la cultura no ha entrado en el discurso de los presidentes. Y me atrevería a decir que tampoco en el de los candidatos presidenciales.

J.Z.: A ninguno de los últimos cuatro presidentes le ha preocupado ni la educación, ni la ciencia, ni la cultura. Esperemos que no sigamos por el mismo camino, porque ningún país ha salido adelante sin invertir en ciencia y en educación. La consigna que he lanzado es muy pertinente al respecto: “Si tu candidato no sabe cómo cambiar la educación, cambia de candidato”.

 

Fuente: https://www.revistaarcadia.com/agenda/articulo/yolanda-reyes-y-julian-de-zubiria-cultura-educacion-en-colombia/68418

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Con educación todo se puede

Por Angel Pérez Martínez.

Con educación todo se puede surge de Mockus, hoy candidato al Senado por el Partido Verde, un colombiano insigne, comprometido y conocedor como pocos del sistema educativo. Desde su juventud, a principios de los años 80 del siglo pasado, Mockus participó con el grupo de profesor Carlo Federici y con el profesor Abel Rodríguez Céspedes, quien era presidente de Fecode, en el desarrollo del Movimiento Pedagógico. En los años 80 los principales intelectuales y académicos se interesaron por el desarrollo de la educación nacional. Mockus contribuyó desde entonces a la discusión sobre cómo mejorar la calidad de la educación, el rol del maestro para avanzar en los procesos de enseñanza y aprendizaje, así como en  la necesidad de que los docentes promuevan reformas pedagógicas y curriculares para trabajar con los estudiantes de la educación oficial.

 Mockus también fue rector de la Universidad Nacional y alcalde de Bogotá, donde planteó y promovió el desarrollo de la Cultura ciudadana, como un espacio donde educación, ciudadanía, convivencia y respeto por la ley van de la mano.

Mockus sostiene que con educación todo se puede, reconociendo a la vez que es necesario fortalecer la educación básica y superior: “soy consciente de las necesidades y la pertinencia de la universidad pública en Colombia. Existen un rol social que la universidad pública cumple que no puede reducirse a las “lógicas del mercado”. Es urgente fortalecer la universidad pública con recursos directos”. Además, “Hay mucho por avanzar en educación y en la pertinencia del sistema formal educativo. No solo fortalecimiento de la educación de calidad en el sistema formal, en sus diferentes niveles, sino también, educación en las calles. Todos aprendiendo de todos. Promoveré las reformas legislativas y el debate necesario para poner la educación en el centro del desarrollo de Colombia”.

Con seguridad, Mockus, antes de invitar a votar por él, preferiría que los colombianos votaran para elegir a los congresistas de manera razonada y critica, con información suficiente sobre los partidos, sus candidatos y sus propuestas legislativas para promover acciones de gobierno o para cambiar la ley. Si lo anterior ocurriera, sin duda alguna encontrarán en las regiones y a nivel nacional candidatos comprometidos con los niños, los adolescentes y los jóvenes y de manera especial con la necesidad de mejorar la educación. Con seguridad en una revisión cuidadosa aparecerán otros candidatos comprometidos con la educación, en cada una de las diferentes listas de quienes aspiran al congreso. Por ejemplo, en la lista del partido verde aparecen propuestas también para apoyar el desarrollo del sistema educativo de los candidatos Antonio Sanguino, Yesid Castañeda, Angélica Lozano y Jorge Guevara. En Nariño el ex maestro Raúl Delgado, aspirante a la Cámara por ese departamento, ha dedicado al sector educativo toda su vida.

Necesitamos un Congreso Nacional donde se comprenda que el objetivo de lograr consolidar el desarrollo del sector educativo de Colombia demanda retos de tal magnitud que se requiere un gran acuerdo nacional para promover acciones de mediano plazo (por lo menos 20 años) que permitan al país garantizar recursos adicionales, por cerca de 2 puntos del PIB, y el logro de políticas pública y de gestión de los gobiernos nacional y territorial en educación para los cuales hoy existe consenso casi universal.

Ese nuevo Congreso también debería reconocer que la educación debería concitar uno de los mayores intereses de la política en Colombia, dado el impacto que esta tiene en la calidad de vida de la población, en el desarrollo de la sociedad y en su aporte a la solución de los problemas estructurales antes anotado. En principio, según DANE, 16,2 millones de personas están en edad escolar, entre 4 y 22 años, de los cuales asisten 12,5 millones al sistema educativo, desde prescolar hasta la educación superior.

 El Congreso y el próximo gobierno reciben un sector educativo donde los académicos, expertos y organizaciones que lo componen reconocen y coinciden en gran medida en cuál es el camino a seguir; el problema de fondo es la falta de compromiso político. Por ello no puedo estar más de acuerdo con el pedagogo y educador Julián de Zubiría, quien retomando una experiencia de Ecuador en las elecciones del 2002, propuso en una columna publicada en la revista Semana y en un trino: “A tener presente en las próximas elecciones: Si tu candidato no sabe cómo cambiar la educación, cambia de candidato. No hay que olvidar que un pueblo poco educado y culto, es fácil de manipular.

Fuente de artículo: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/con-educacion-todo-se-puede-por-angel-perez/256049

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Colombia: 23° Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Educación Rural II)

Colombia / 4 de marzo de 2018 / Autor: El abecedario La educación de la A a la Z / Fuente: Youtube

Publicado el 27 nov. 2017

En el Abecedario, la educación de la A a la Z, continuaremos reflexionando sobre la educación rural. En huellas de maestros: José Heriberto Cuervo, docente Municipio de San Rafael. En el palabrero: Gerardo Montoya, docente de la UDEA y Juan David García, docente del Municipio del Carmen de Viboral. En La Nota Informativa: datos del informe PROANTIOQUIA.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=TrQ6mu6oeOw
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No solo es la comida en descomposición: estos son los fraudes que padece la alimentación escolar en Colombia

Colombia / 4 de marzo de 2018 / Autor: CNN Español / Fuente: Chaco Primero

Como una malla generalizada de corrupción: así describió a la vicefiscal general de Colombia, María Paulina Riveros, las irregularidades que padece el Programa de Alimentación Escolar (PAE) en el país. Durante su intervención en un foro sobre esta política este martes, Riveros reveló que hay procesos investigativos en 13 de los 32 departamentos del territorio, específicamente sobre 26 contratos para prestar el servicio de alimentación.

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“Hemos encontrado que no se trata de un tema aislado, sino de un tema premeditado que se repite en varios departamentos del país con las mismas modalidades e incluso con los mismos sujetos”, sostuvo la funcionaria antes de revelar que hasta el momento, hay 86 capturas, 93 imputaciones y 30 personas procesadas, entre los que se encuentran un alcalde municipal y tres secretarios de educación. Pero, más allá de las cifras, ¿cuáles son los fraudes que se están cometiendo con la alimentación escolar?

Para empezar, hay que aclarar que el programa, bajo el mando del Ministerio de Educación, distribuye más de seis millones de raciones de alimentos en las instituciones públicas del país. Es decir, del PAE depende la alimentación de todos los estudiantes oficiales y es clave para su permanencia en el sistema educativo. Sin embargo, la manera en que se ejecuta ha sido cuestionada por varias autoridades, específicamente por los contratos en varios territorios.

Según Riveros, las irregularidades halladas –que, recordó, también constituyen delitos– se pueden distribuir en cuatro grandes modalidades:

1. Irregularidades con trascendencia penal: se trata de contratos que no se ejecutaron completamente, ya sea porque no se entregó el total de los paquetes alimentarios pactados, o se sustituyó un producto por otro de menor valor o se redujeron las raciones. Incluso, hay suministro de alimentos en estado de descomposición.

2. Falsa facturación: aquí se alteran las cantidades y valores de los productos, según explicó Riveros, con la complicidad de los proveedores. También hay duplicación de facturas.

3. Inconsistencias en el talento humano: aquí los fraudes consisten en contratar un número deficiente de personas para atender a los usuarios, reportar salarios por un valor superior al realmente pagado, o que el personal altamente calificado presentado en el contrato no sea de hecho el que lo ejecuta.

4. Fraude en la contabilidad: la alteración en los estados financieros y el no reporte de utilidades de las fundaciones sin ánimo de lucro.

De hecho, la vicefiscal explicó que estas prácticas pueden derivar en cinco delitos: concierto para delinquir, peculado, contrato sin cumplimiento de requisitos legales, interés indebido en la celebración de contratos y falsedades documentales. Sin embargo, aclaró que esto puede variar en cada caso de los imputados.

En la misma línea, la Auditoría General pidió a las contralorías territoriales ponerles la lupa a más de 600.000 millones de pesos (210,5 millones de dólares) del programa. El auditor general, Carlos Hernán Rodríguez, sostuvo que se han encontrado inconsistencias en la información suministrada sobre recursos ya ejecutados en el PAE, lo que “está dejando dudas al respecto de las cifras. Queremos revisarlas en detalle con los contralores territoriales, por tal razón nos reuniremos con el Ministerio de Educación, Controlaría General, Procuraduría y Fiscalía, para coadyuvar en el control a los recursos”.

Un problema que no es nuevo

Sin embargo, esta no es la primera vez que el PAE queda en el ojo del huracán por cuenta de las irregularidades. En abril de 2016 un video causó indignación en el país, pues se veía a los niños de una escuela posando con un plato de comida para una fotografía pero después les entregaban una merienda mucho más escasa. Ese mismo mes, el Ministerio de Educación denunció tres redes de alimentación escolar que operaban en la Costa Atlántica y Norte de Santander. Según explicó la entonces ministra Gina Parody, se trataba de operadores que hacían ciertas maniobras para “ocultar información relacionada con posibles incumplimientos al momento de ser seleccionados para operar el PAE” y que les permitía seguir en los contratos.

Y en agosto de 2015, una investigación de la Defensoría del Pueblo en escuelas de 13 municipios del país reveló las pésimas condiciones en la alimentación de los estudiantes: alimentos en descomposición, raciones que no tienen los requisitos nutricionales, pésimas condiciones de higiene en las cocinas.

El Ministerio de Educación le entregó este 24 de febrero una propuesta a la Procuraduría General de la Nación para reformar el programa, en la que se incluyó la generación de mecanismos que permitan más transparencia en el uso de los recursos, así como la administración de los mismos en las 95 entidades territoriales, donde se ejecutan los contratos.

Fuente de la Noticia:

No solo es la comida en descomposición: estos son los fraudes que padece la alimentación escolar en Colombia

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Seis canales de matemáticas imprescindibles en YouTube

España – México – Colombia / 4 de marzo de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Aula Planeta

La plataforma YouTube se ha convertido en los últimos años en la televisión de los adolescentes. Pueden pasar horas navegando por sus videos, siguiendo a un determinado youtuber o subiendo a la Red sus propias creaciones. Como profesor, puedes aprovechar este interés y enfocarlo hacia el ámbito educativo, especialmente en las áreas que más esfuerzo de comprensión exigen, como las Matemáticas. Seleccionamos seis canales matemáticos que pueden servirte para motivar a tus alumnos, completar tus explicaciones, aplicar en el aula metodologías como la pedagogía inversa o flipped classroom y recomendarlos a los estudiantes para que repasen lo aprendido en clase, solventen dudas y refuercen los temas que se les resisten.

SEIS CANALES MATEMÁTICOS PARA QUE NADIE SE QUEDE ATRÁS

  1. 1. Unicoos. David Calle se ha convertido en uno de los profesores más conocidos de la Red. Su canal, que cuenta con más de 605.000 seguidores, ya suma más de 680 videos de matemáticas, física, química y tecnología en los niveles de Secundaria y Bachillerato, y Universidad. Todos están clasificados y a menudo recogidos en listas temáticas de reproducción. Los videos  suelen tener un carácter práctico, por lo que el canal recibe multitud de comentarios y dudas.
  2. 2. Khan Academy. La versión española de este conocido canal educativo ofrece casi 5.000 videos donde, a través de una pizarra digital, se explican distintos temas de matemáticas, física y química y economía. Los videos aparecen agrupados en listas de reproducción temáticas y de asignaturas.
  3. 3. Derivando. ¿Cuántas veces puedes doblar una hoja de papel? ¿De cuantas formas puedes atarte los zapatos? ¿Cuántas personas tienen el mismo número de pelos en Logroño? Estas son algunas de las divertidas cuestiones matemáticas que soluciona Eduardo Sáenz de Cabezón en sus videos. Con ellos puedes mostrar a tus alumnos el lado más práctico de las matemáticas y descubrirles curiosidades ligadas a la asignatura y su cultura, presentarles a las matemáticas más famosas de la historia o introducirles en la sucesión de Fibonacci.
  4. 4. Física y mates. Este completo canal de matemáticas y física es uno de los primeros en ofrecer con sus videos pdf descargables de todo lo que se escribe en la pantalla para que los alumnos puedan imprimirlos y usarlos como apuntes. Aborda temas de cálculo, matemáticas básicas, álgebra, funciones o estadística debidamente clasificados. Además, incluye varios videos dedicados a resolver paso a paso exámenes de matemáticas de Selectividad.
  5. 5. Tareas Plus. Este canal, que se anuncia como el más grande de tutoriales en español, ofrece cursos y videos de matemáticas con explicaciones y ejercicios resueltos.  Puede consultarse también a través de su web, que incluye buscador, o de su aplicación, compatible con iOS y Android. También incluye videos de física y química.
  6. 6. math2me. En menos de siete minutos María González y José Andalón son capaces de explicar de manera clara y sencilla problemas de cálculo, aritmética, álgebra, geometría, estadística o probabilidad. También descubren trucos y curiosidades matemáticos, e incluso plantean retos a los estudiantes. Los videos pueden consultarse también en su web.

EJERCITA TUS HABILIDADES MATEMÁTICAS CON MATIC

Además de estos canales, aulaPlaneta ofrece matic, una herramienta de aprendizaje adaptativo con la que tus alumnos pueden ejercitar sus conocimientos y habilidades matemáticas, trabajando cada concepto del currículo y avanzando a su ritmo, a través de itinerarios totalmente personalizados para cada uno. Si quieres más información, visita la web de matic.

Fuente de la Reseña:

Seis canales de matemáticas imprescindibles en YouTube

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El problema de las pruebas de admisión en las universidades públicas

Por: Julián de Zubiría 

Como si se tratara de una paradoja, mientras las instituciones de educación privadas utilizan para sus admisiones las pruebas de Estado, las públicas se valen de exámenes específicos. ¿Qué tan conveniente es esto?

Colombia posee el sistema de evaluación de la educación más sólido y sofisticado de América Latina. El trabajo del Icfes ha sido poco reconocido, pero es de muy alta calidad. A lo largo de las dos últimas décadas puso al país en la vanguardia de los sistemas de seguimiento y evaluación de la calidad. Construyó evaluaciones de competencias que no tienen nada que envidiar a las pruebas Pisa; seleccionó muy acertadamente tres de las competencias esenciales a desarrollar en la educación básica y media, a saber: argumentar, interpretar y proponer.

Así mismo, construyó pruebas para los grados tercero, quinto, noveno y once, las cuales permiten evaluar el nivel de consolidación de algunas de las competencias esenciales en la vida. Hoy contamos con un completo sistema de seguimiento de la calidad, el cual, bien utilizado, podría tener un impacto positivo en la construcción de políticas de mejoramiento de la calidad educativa, a mediano y largo plazo en el país.

En los últimos años, el Icfes ha seguido cualificando el sistema al incorporar las pruebas Saber Pro, lo que permitió elaborar modelos de valor agregado, los cuales nos ayudarán a resolver una de las preguntas esenciales a nivel pedagógico en la educación. Si tenemos claro el nivel con el que llegan los estudiantes del colegio en competencias ciudadanas, lectura crítica, escritura y razonamiento numérico, podemos resolver hasta qué punto las universidades están consolidando las competencias esenciales.

En este sentido, debe ser claro que las pruebas Saber Pro no son un buen criterio para evaluar la calidad de las universidades, ya que no tienen en cuenta el nivel con el cual llegaron los estudiantes al culminar el bachillerato.

Aprovechando la experiencia de Minas Gerais en Brasil, el Icfes ha construido el Índice Sintético de Calidad Educativa (ISCE), el cual tiene la enorme ventaja de permitir comparar una institución consigo misma en los años inmediatamente anteriores, incorporar el criterio del clima del aula y diferenciar para los diversos ciclos el nivel alcanzado en cada uno de ellos.

Otro avance significativo, ha sido la inclusión de las competencias ciudadanas. Esto le da un carácter más integral al proceso evaluativo; si bien son pruebas que todavía requieren mayor consolidación y ajuste, van por muy buen camino al incluir aspectos ligados a los derechos y a las actitudes que han desarrollado los estudiantes con respecto a la discriminación de los mismos.

Sin embargo, vivimos en un país de paradojas y las excelentes pruebas de Estado fueron de tiempo atrás adoptadas como criterio de admisión por parte de las universidades privadas del país, mientras que la mayoría de las universidades públicas construyeron sus propias pruebas. Entre éstas, la Nacional y la de Antioquia. Es en extremo difícil explicar esta paradoja, ya que, económicamente, no es equitativo cobrarles a personas de estratos 1 y 2 por una evaluación, que, en la mayoría de los casos, terminan por no aprobar. Pero tampoco lo es desde el punto de vista pedagógico, ya que las pruebas Saber son más sólidas conceptualmente, están emparejadas con las pruebas internacionales y con las de egreso de las universidades colombianas.

Por el contrario, las pruebas de las universidades públicas siguen evaluando contenidos demasiado específicos, les falta enfatizar en lo general, caracterizar el desarrollo por niveles y poner en uso el conocimiento para resolver problemas e inferir ideas. Por ello, seguramente, tampoco por allí está la explicación. Así mismo, los criterios de seguridad que en ocasiones se aducen, parecen difíciles de sustentar y verificar. ¿Qué explica, entonces, el que las universidades públicas utilicen como criterio de admisión unas pruebas, que muy seguramente son de menor calidad? Muy posiblemente esto sea explicado por factores ligados con la tradición.

 

Resulta que veinte años atrás, las pruebas Icfes, como se les llamaba para aquel entonces, en realidad habían sido diseñadas para evaluar conocimientos particulares y fragmentados. En este contexto, muy posiblemente, las pruebas de las universidades públicas eran de mayor calidad que las del Estado. Sin embargo, hoy en día, y pese a los avances de los dos últimos años, esto seguramente no es cierto.

Parece necesario concluir que desde hace varios años las universidades públicas deberían haber abandonado las pruebas más específicas que han venido desarrollando hasta el momento y aceptar como criterio de admisión las mismas pruebas que aplican las universidades privadas. Si se aceptara esta propuesta, se obtendrían múltiples beneficios; entre ellos:

  1. Las universidades públicas utilizarían una prueba que evalúa de manera pertinente la consolidación de algunas de las competencias esenciales que deberían haber sido trabajadas en la educación básica y media en Colombia. Son pruebas de competencias, ampliamente validadas, revisadas y ajustadas. Inicialmente abordaron trece tipos de competencias. El seguimiento riguroso permitió llegar a cinco competencias de carácter cada vez más general que se evalúan en la actualidad.
  2. Todas las universidades del país utilizarían sistemas similares de admisión, lo cual es muy conveniente desde el punto de vista tanto pedagógico como administrativo.
  3. Los aspirantes a ingresar a las universidades públicas dejarían de pagar sumas adicionales por una evaluación, que, en la mayoría de los casos, no aprueban.
  4. Las universidades públicas dejarían de incurrir en diversos costos administrativos relacionados tanto con el diseño, como con la custodia, la aplicación, la calificación y la divulgación de los resultados. Siendo actualmente pruebas diversas en cada universidad pública, el ahorro social que se alcanzaría sería significativo.

Finalmente, esto ayudaría a que diversos programas que utilizan los resultados de las pruebas de Estado tuvieran en cuenta criterios y mecanismos comparables. Esto es válido, entre otras cosas, para créditos, admisiones y subsidios; pero, por tratarse del programa más importante de la actual administración del presidente Santos en materia de educación superior, quiero agregar un argumento adicional. Actualmente, el programa Ser Pilo Paga rige para todo el país con los resultados de las pruebas Saber.

Sin embargo, por la paradoja señalada anteriormente, en algunas universidades públicas, dichos resultados no son tenidos en cuenta y ellos tienen que presentar otra prueba diferente, que, como también se señaló previamente, no tiene el mismo nivel de pertinencia, solidez, ni de calidad. Algunos directivos han creído que lo que pasa es que la Nacional selecciona a los “súper pilos”. Esto, tampoco es cierto, ya que son dos pruebas tienden a correlacionar muy poco. Obviamente, las universidades públicas, atendiendo a criterios presupuestales, pedagógicos y administrativos, pueden establecer sus propios niveles de admisión para cada carrera, como hoy en día hacen las diversas universidades privadas del país, pero para ello, no es ni conveniente ni necesario, recurrir a una prueba diferente.

Como he sostenido en diversas columnas, el país debería aprovechar la histórica oportunidad del programa Ser Pilo Paga para fortalecer la educación pública; al hacerlo, consolidaría la democracia y el derecho a la educación, consagrado en la Constitución Nacional. Por ello, reitero mi invitación: Los próximos “pilos” deberían ingresar, sin excepción, a las mejores universidades públicas del país. Ojalá de muy alta calidad y de carácter regional, como ha demostrado la reciente experiencia ecuatoriana vivida durante la última década en educación superior.

La vinculación generalizada de los próximos “pilos” a las públicas sería mucho más fácil de aplicar, si todas las universidades del país reconocieran las pruebas Saber once como el criterio esencial de admisión.  Si se logra, las universidades públicas se beneficiarían con el ingreso de algunos jóvenes de excelente balance y proyección (los llamados “pilos”), con los recursos que les giraría el Estado por ellos y con la adopción de una excelente prueba como criterio de admisión, la cual lleva dos décadas cualificándose y permite determinar el nivel alcanzado en el desarrollo del pensamiento, las competencias ciudadanas y las competencias comunicativas de los aspirantes.

Ojalá sigamos fortaleciendo y mejorando la calidad de la educación pública. Todavía nos falta mucho, especialmente en inversión, en calidad y en reflexión pedagógica, pero, al hacerlo, favorecemos la democracia y la equidad. De esta manera, será más difícil que nos dejemos quitar la esperanza de vivir en un país en paz.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/examen-de-admision-a-la-universidad-en-colombia/541749

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De cada 100 colombianos, 56 no completan la educación secundaria

Colombia/ 27 de febrero de 2018/Por: Redacción VIVIR/Fuente: https://www.elespectador.com

De acuerdo con un informe sobre desigualdad en el acceso a la educación, realizado por la organización Niñez Ya, 40% de los niños que no asisten al colegio están en zonas de conflicto armado.

Según un informe presentado por la organización de la sociedad civil Niñez Ya el 62% de los jóvenes que terminaron el bachillerato no lograron acceder a educación superior, y el 40% de los niños y niñas que no asisten al colegio están en zonas de conflicto armado.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha planteado que concluir la enseñanza secundaria es el umbral educativo mínimo para reducir la posibilidad de vivir un futuro en situación de pobreza. Sin embargo, en Colombia, el promedio de años de escolaridad se situó en 7.3, como reporta Niñez Ya.

Conforme a cifras del Ministerio de Educación, Niñez Ya sostiene que en 2016, 280.562 niños y adolescentes desertaron de sus colegios y el grado sexto fue el que presentó mayor porcentaje de abandono con un indicador de 16%, y se estima que 135.000 personas con discapacidad están excluidas de las clases regulares.

La brecha entre lo urbano y lo rural

“70% de los establecimientos en zona rural no contaba con alcantarillado en el año 2016 y en zonas de periferia como lo son Amazonas, Guaviare, Vichada y La Guajira las distancias entre los niños y las instituciones educativas oscilaban entre los 8 y 13 kilómetros”, dice el diario La República.

Según datos de la Fundación Compartir y Fedesarrollo, en 2016, la tasa de permanencia escolar en la zona urbana es de 82%, mientras que este indicador presenta un fuerte rezago en la zona rural donde la tasa solo llega a 48%. Sumado a esto, aquellos que estudian en el campo lo hacen en colegios con infraestructura de 37 años (promedio) de antigüedad y que no dispone de red de gas, alcantarillado ni baños suficientes, según la Fundación Empresarios por la Educación.

Niñez Ya, que es una organización de la sociedad civil por la niñez y la adolescencia, presentará estos resultados al próximo Presidente de la República para que se considere en el próximo Plan Nacional de Desarrollo “y reconozca y garantice los derechos de los 15.448.285 ciudadanos colombianos menores de 18 años”, como dice el comunicado de Niñez Ya, que agrupa 100 organizaciones en torno a temas educativos, entre las que se cuentan Fundación Éxito, Fundación Alpina, Save The Children y otras tantas.  

Este no es el único estudio preocupante sobre el acceso a la educación de niños, niñas y jóvenes en Colombia. En octubre de 2017, la Universidad Nacional publicó un informe con resultados similares, e igual de preocupantes, a diez años de la creación del Código de Infancia y Adolescencia. ¿El resultado? En 50 municipios aún no hay políticas para la protección de los menores de edad.

“No existe justificación alguna para que a pesar de todos los avances que ha tenido el país en los últimos años un solo niño se muera de hambre, y sin embargo continúan registrándose estos casos en La Guajira, Chocó, Norte de Santander, Meta e incluso en Bogotá”, dijo el profesor Ernesto Durán, parte del equipo que realizó el informe, a RCN Radio.

El informe se basa en estadísticas como las que reportan que en el 2016 al menos 35 menores murieron por causas asociadas a la desnutrición y el 47.3% de los 1.4 millones de niños indígenas de Colombia sufre desnutrición crónica. Sobre todo, el informe destaca la disparidad entre las zonas urbanas y rurales en materia de educación.

Fuente de la Noticia:

https://www.elespectador.com/noticias/educacion/de-cada-100-colombianos-56-no-completan-la-educacion-secundaria-articulo-740379

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