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Colombia: Fecode anunció nuevo paro nacional de maestros

Colombia/21 de Abril de 2018/Semana

El magisterio se prepara para un nuevo paro de 48 horas, el segundo en lo que va del año. Denuncian el incumplimiento de los acuerdos, el mal servicio del sistema de salud y un abandono de las responsabilidades del gobierno.

El próximo 9 y 10 de mayo los maestros del país realizarán una jornada de cese de actividades como lo anunció este martes el Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode).

La decisión de un nuevo paro nacional, que iría inicialmente por 48 horas, se fundamenta según Fecode, por el incumplimiento de los acuerdos firmados con el gobierno en junio del año pasado luego de la terminación del paro que duró 37 días y que movilizó en todo el territorio nacional a 322.443 docentes.

El 21 de febrero el magisterio había realizado un paro de 24 horas denunciando, entre otras cosas, el mal servicio de salud de los educadores, hoy volvieron a hacer el llamado y colocaron de nuevo sobre la mesa este tema que ya tienen en jaque a ambas partes.

“La prestación del servicio de salud de los maestros es crítica, con temas tan delicados como la suspensión de los tratamientos para pacientes oncológicos, la negación de la atención en urgencias o la ausencia de información para las redes de atención” afirmó el comunicado de Fecode.

El servicio médico-asistencial del magisterio funciona como un sistema independiente para los profesores. Desde 1975, la nación empezó a asumir este servicio y hasta 1989 empezó a ser administrado por el Fondo Nacional del Ahorro. A partir de entonces se creó el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio, Fomag, que sería administrada según la ley 91 de 1989, por una entidad fiduciaria estatal, la Fiduprevisora.

El año pasado comenzó un cambio de modelo en el servicio, de la mano de Fecode y los ministerios de Hacienda, Educación y Trabajo. Pero los maestros aún denuncian fallas en el servicio que sigue siendo un tema de debate.

“La Fiduprevisora no toma medidas de contingencia ante las múltiples fallas de las entidades prestadoras y el Ministerio de Educación no ejerce su labor de control” denunciaron.

Además de estas razones por las que el magisterio se irá a paro, se les suma las irregularidades en el Plan de Alimentación Escolar, la implementación de la jornada única sin condiciones, deficiencias en infraestructura de instituciones educativas y el congelamiento del escalafón para los docentes.

De igual forma mostraron preocupación ante la reforma al Sistema General de Participaciones y el aparente abandono de las responsabilidades del gobierno por la pronta terminación del periodo presidencial.

Fecode también declaró que mantendrán un dialogo abiero si este es constructivo, «no las reuniones donde la Ministra de Educación sostiene que todo está bien, mientras la comunidad educativa se ve perjudicada por su falta de compromiso”.

 Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/en-mayo-habra-nuevo-paro-nacional-de-maestros/563985
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¿Por qué los jóvenes están de acuerdo con los dictadores y la corrupción?

Por: Julián de Zubiría

Julián De Zubiria analiza los preocupantes resultados de los estudiantes colombianos alcanzados en la Encuesta Internacional de Cívica de 2016. Allí los jóvenes se muestran partidarios de las dictaduras y benévolos con los actos de corrupción.

Se han divulgado los resultados del Estudio internacional de Cívica en el que participaron 24 países, entre ellos Colombia. Es un estudio realizado con jóvenes de 14 años que cursan el grado octavo. Algo tenemos que estar haciendo muy mal en el continente porque nuevamente los últimos cinco lugares son ocupados por los países latinoamericanos.

Los resultados han generado gran discusión en el país, ya que el 73% de los jóvenes colombianos estuvo de acuerdo con los gobiernos autoritarios, pues suponen que generan un impacto positivo en el orden y la seguridad. La mitad de ellos también se declararon partidarios de “cerrar los medios de comunicación que critiquen al presidente”. Así mismo, un porcentaje similar está de acuerdo con pagar un soborno para agilizar un trámite y vieron como conveniente que “un funcionario público apoye a sus amigos consiguiéndoles empleos en su oficina” (53 %).

Estas respuestas hablan muy mal del proceso educativo que como sociedad hemos llevado a cabo para formar a los futuros ciudadanos tanto en términos de la defensa de la libertad de pensamiento, prensa y opinión, como de la independencia de poderes y del sagrado cuidado que deberíamos tener sobre los bienes públicos.

Lo que ven los jóvenes en Colombia es que existe una total impunidad en torno a los líderes políticos que delinquen y roban el erario público. Los jóvenes ven que los líderes políticos actúan como si estuvieran por encima de la ley. Por esta razón, pueden estar acusados de asesinatos, violaciones o calumnias. En general los procesos no avanzan y finalmente, no les pasa nada a los inculpados. Incluso, es algo trágico y frecuente que los testigos sean asesinados, como acaba de suceder esta misma semana con uno de los testigos estrella en el proceso que le lleva la Corte Suprema de Justicia al expresidente Álvaro Uribe. En este contexto, los jóvenes no se forman en valores democráticos de respeto a la ley, a la diferencia de criterios, la libertad de opinión y la independencia de poderes.

Cuando les permiten alcanzar mayor número de votos, los partidos políticos han avalado a mafiosos, ladrones, parapolíticos y narcotraficantes. Por ello, es comprensible que los jóvenes consideren a los partidos políticos como la institución en la que menos confían (28%). Tenía toda la razón el ex magistrado de la Corte Constitucional Carlos Gaviria cuando decía que “El que paga para llegar, llega para robar”. En Colombia, los partidos pagan para llegar y eso lo saben los jóvenes.

Fueron los partidos políticos los que llevaron a Carlos Leder, Kiko Gómez y Pablo Escobar al Congreso. Hace muy pocos años, el 35% del Congreso fue investigado por nexos con la parapolítica y en el mismo periodo 5.300 militares han sido investigados por asesinatos conocidos por la prensa como “falsos positivos”. Es triste que los medios de comunicación denominen a las ejecuciones extrajudiciales con este eufemismo. En realidad, son asesinatos realizados con el único fin de que algunos militares asciendan en el escalafón. Los jóvenes también saben que la mayoría de magnicidios en Colombia han quedado en la impunidad. Así ha pasado desde Gaitán, pasando por Galán y Garzón, para mencionar tan solo unos pocos.

Hemos constituido una sociedad que aprendió a resolver los problemas a machete y a bala. De allí que no es de extrañar que la mitad de los jóvenes afirmen que “El que me la haga, la paga”. Cuando se les pregunta ¿por qué dicen eso? La respuesta es la misma: Eso es lo que hemos visto hacer a los mayores en Colombia. Estamos formando a las nuevas generaciones en valores antidemocráticos.

También en América Latina el apoyo de los adultos al autoritarismo es alto y creciente, lo cual refuerza la tesis de que estamos ante un proceso de aprendizaje de los jóvenes de los valores antidemocráticos. El propio informe de cívica que estamos analizando, informa que en 2014 el 56% de los adultos de América Latina consideraban la democracia como la mejor forma de gobierno; para el 2016, este porcentaje había bajado al 49%.

Los hijos ven a sus padres comprando productos robados, de contrabando, sobornando a la policía y evadiendo impuestos. Es el mundo de los “vivos” y la “cultura del atajo” que se expresa en el mensaje que se les da a las niñas en los barrios populares de que “Sin tetas no hay paraíso”. Por ello, la prioridad son las cirugías estéticas de levantamiento de cola y de engrandecimiento de los senos.  Tenemos muy seguramente uno de los mejores ciclistas del mundo y los periodistas deportivos se refieren a él como al “capo del equipo”. Es una cultura heredada de las mafias y cuya estructura valorativa también proviene de allí. Por eso “todo vale” y “hay que ponerle zancadilla a quien se atraviese”.

Al mismo tiempo, lo que se enseña en la escuela por lo general no sirve en la vida y lo que necesitan los jóvenes no se enseña en la escuela. Se siguen abordando contenidos totalmente impertinentes. A nivel universitario el problema es todavía más grave ya que hay un profundo descuido de la formación ética, la educación ciudadana y el conocimiento de sí mismo.  No se tienen en cuenta criterios éticos en las evaluaciones ni en la promoción de un estudiante. El proyecto de vida queda a merced del joven, sin que prácticamente intervenga ningún mediador cultural: la escuela, la familia o la universidad.

Para complejizar, se expulsa a niñas embarazadas de los colegios porque supuestamente dan “mal ejemplo” y no se autorizan las formas personales para vestir, violando en ambos casos la Constitución de 1991. Las instituciones educativas no son ejemplo de participación. Debido a ello, en general, los profesores y los jóvenes no participan en el diseño y ajustes del Proyecto Educativo Institucional, ni en el currículo, ni en el diseño y enfoque de las actividades extracurriculares.

Este es el contexto en el que los jóvenes colombianos concluyen que un mesías les va a resolver los problemas. No saben que estos remedios siempre resultan peores que la enfermedad. Las dictaduras necesariamente se convierten en los gobiernos más corruptos posibles, porque desaparece el control que ejerce la oposición, la ciudadanía y la prensa. En la historia lo hemos visto una y otra vez. Todos los dictadores, sin excepción, terminan restringiendo las libertades y prohibiendo el pensamiento crítico. Para poder hacerlo tienen que espiar y asesinar la oposición, disolver las cortes judiciales y el Congreso, para concentrar el poder. Eso mismo lo han hecho una y otra vez los dictadores de izquierda y de derecha. En corrupción y en violación de derechos humanos, son mayores sus semejanzas que sus diferencias.

Para resolver un problema, la primera condición es reconocerlo. La extensa convivencia que hemos tenido como sociedad con la guerra y las mafias, han afectado de manera significativa nuestra estructura ética y valorativa y han generado buena parte de los problemas de los que estamos hablando y que se pueden englobar en el término de la “cultura del atajo”, para la cual, “todo vale”. En Colombia la guerra destruyó el tejido social. Es por ello que casi no confiamos en nadie, tal como sucede en los países que continúan en guerra. Mientras que en Suecia y en China confían en más del 70% de las personas que conocen, en Colombia, tan solo confiamos en el 4% de las personas que están a nuestro alrededor. De esta manera es inviable el trabajo en equipo y mucho menos un proyecto nacional. Los jóvenes tampoco confían en el congreso (46%), y casi nada en los partidos políticos (28%). Por eso, no votan: El 81% de los jóvenes no salió a votar en el plebiscito del 2 de octubre del 2016. Un plebiscito decisivo para la historia del país, el cual, tristemente, casi no contó con el voto juvenil.

La mejor noticia de la encuesta es cuando nos informa que los estudiantes que alcanzan mayores conocimientos cívicos, presentan actitudes más democráticas y están más propensos a obedecer la ley y a no caer en actos de corrupción. También la Encuesta de Cívica nos indica que, si los padres cuentan con títulos universitarios, sus hijos presentan actitudes más democráticas. Ambos resultados, ratifican una derivada esencial: la única posibilidad que tenemos para fortalecer las actitudes favorables ante la democracia y la convivencia proviene de que fortalezcamos los procesos de formación a cargo de las familias, las instituciones educativas, los medios masivos de comunicación y la sociedad en su conjunto. La educación está llamada a ser el proyecto nacional que hoy debe convocar al país. En el largo plazo, no hay ninguna otra opción para garantizar el desarrollo integral y sostenido de los individuos y de la sociedad.

Estamos a puertas de una nueva elección presidencial, ojalá sea una oportunidad para promover un voto más libre, más reflexivo y más independiente. Al fin y al cabo, sin ello no es posible hablar de democracia. Es un buen momento para recordar a Ortega y Gasset cuando decía: “Jóvenes, haced política. Porque si no la hacéis, alguien la hará por vosotros. Y probablemente, contra vosotros”.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/segun-la-encuesta-internacional-de-civica-los-jovenes-estan-de-acuerdo-con-los-dictadores/564020

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Docentes de Colombia anuncian paro por 48 horas

América del sur/Colombia/19 Abril 2018/Fuente: Prensa Latina

La Federación de Trabajadores de la Educación (Fecode) de Colombia, que agrupa a unos 300 mil docentes, anunció hoy un paro nacional para el 9 y 10 de mayo en demanda de mejoras laborales y salariales.
Sería la segunda protesta del año del magisterio local, luego de la paralización de labores del pasado 21 de febrero que tuvo lugar en las principales ciudades del país.

Carlos Rivas, presidente de Fecode, denunció incumplimientos del gobierno con los docentes, relacionados con propuestas de incremento salarial y atención a la salud de los profesionales de la educación.

El gobierno discrepa de ese punto de vista al considerar que sí ha estado cumpliendo con el sector y ha recabado de los maestros evitar la huelga para no afectar las clases de los niños y jóvenes colombianos.

De hecho el pasado 12 de abril, representantes de Fecode y la ministra de Educación, Yaneth Giha, se reunieron para pasar balance a los acuerdos firmados tras el paro del año pasado, que duró 37 días, pero no lograron consenso.

El gobierno pretende desentenderse de su responsabilidad con la educación pública, incumple los acuerdos con Fecode y profundiza la crisis educativa, señaló un documento de convocatoria a la nueva acción de protesta.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=171079&SEO=docentes-de-colombia-anuncian-paro-por-48-horas
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Colombia: Lo que necesita la educación según los expertos

Colombia/ 17 de abril de 2018/Fuente: http://www.semana.com

En la primera mitad del encuentro La educación importa, varios expertos de la comunidad educativa le presentaron a los candidatos presidenciales las que consideran son las urgencias más grandes del sector.

Este 16 de abril educadores, estudiantes y ciudadanos preocupados por el futuro de la educación se dieron cita en el Encuentro La educación importa, una iniciativa de Semana Educación, Educapaz, fundación ExE, Todos por la Educación con el apoyo de el gobierno de Canadá, Corpoeducación, Natura y la Universidad Antonio Nariño.

El objetivo de la charla durante la primera mitad del evento giró en torno a tres ejes fundamentales: la inversión en educación, el aseguramiento de aprendizajes de calidad y el cierre de las brechas educativas entre lo urbano y lo rural y entre las clases bajas y las más pudientes.

Esto en miras de orientar la participación de los candidatos presidenciales, que seguirá a continuación, dentro de las necesidades que identifican los expertos, docentes y estudiantes que las viven de primera mano.

En este sentido, la primera conclusión de la mañana fue que para Alfredo Sarmiento, director de la Misión de Educación de Calidad del PNUD, hay que tener en cuenta que la educación no es un gasto sino una inversión. Y una especialmente importante.

“Antiguamente, los modelos económicos decían que se debía invertir en maquinaria y equipos. Pero se encontró que eso solo tiene un retorno de un 15% en el desarrollo país. En cambio, invertir en la gente es mucho más rentable”, dijo.

Sin embargo, para que esto funcione, es importante lograr una inversión más eficiente, dijo Sarmiento. “El gran problema es que tenemos excelentes discursos y leyes pero no se traduce en resultados en la práctica. Debemos preguntarnos ¿cómo hacemos para que esto impacte efectivamente en la calidad educativa? Y, dentro de eso, ¿cómo debe hacerse esa inversión en la educación?”

En este sentido, una conclusión recurrente de todos los expertos fue apostarle a la atención integral para la primera infancia. Cumplir con los 3 años de educación inicial que prometió la constitución de 1991 es un paso fundamental en mejorar la equidad. En especial porque son las clases más pobres las que más la necesitan.

“Invertir en educación todavía es muy rentable en Colombia. En promedio, el retorno es del 12 % por cada año cursado. Pero esta tiene que ser de calidad”, concluyó Sarmiento.

¿Cómo asegurar, entonces, una educación de calidad? Para José Manuel Restrepo, rector de la Universidad del Rosario, dos elementos clave tienen que ver con la inversión a largo plazo en temas de acceso y en la pertinencia de los contenidos. Además, la formación docente es un componente primordial de la calidad del aprendizaje. “No se puede entregar de lo que no se tiene”, comentó Julián de Zubiría, director del Instituto Alberto Merani.

Sobre este componente discutieron María Figueroa, decana de Educación de la Universidad Externado, y John Ávila, director del Centro de Estudios e Investigaciones Docentes de la Federación Colombiana de Educadores, Fecode. Para Figueroa, se han hecho grandes avances en los últimos años en esta materia, en especial en la transformación de la evaluación docente, las becas de posgrado para profesores y el Programa Todos a Aprender.

Ávila, por su parte, criticó que la educación se haya tornado “mecánica” por la intención del gobierno de impulsar los lineamientos curriculares nacionales y las evaluaciones de profesores y estudiantes. “La cadena de evaluaciones masivas estandarizadas y curriculos por estandares homogeneos estan convirtiendo la edu en un procceso mecanico poco didactico. Los currículos deben ser dialógicos y creativos, adaptados al contexto de cada institución”, dijo.

En este sentido, Aníbal Bubú, rector del Colegio Idebic, presentó el proyecto educativo de su institución (que lo llevó a ganar una el Premio Compartir de 2013) en el que se destaca la apropiación del territorio para desarrollar proyectos productivos agrícolas como la plantación de café dentro del contenido pedagógico.

El desarrollo de la calidad educativa en estas zonas rurales es fundamental para mejorar la gran inequidad que tiene Colombia. De hecho, como dijo Julián de Zubiría, “si uno mira los colegios públicos y los privados ve que en primero de primaria hay una brecha educativa importante, pero en grado 11 la brecha es todavía mayor. Es decir, es sistema colombiano agrava las inequidades. Mientras no mejoremos las educación pública seguiremos en esa situación”.

“Un niño de primaria de una escuela pública conoce unas 350 palabras: uno de una privada, unas 3000”, agregó Antonio Celia, presidente de Promigas, quien aseguró que “no se hace lo que se debe, aunque se sabe qué es, por falta de instituciones y de voluntad política”.

Por eso para el empresario es fundamental lograr un pacto para la educación a nivel nacional o local (como el que hicieron con la Secretaría de Educación de Barranquilla) para implementar políticas de largo aliento para los próximos 10 años. Un mal grande de la educación en el país es que cada vez que llega un nuevo ministro de Educación propone un enfoque nuevo sin continuidad o resultados medibles.

Fuente de la Noticia:

http://www.semana.com/educacion/articulo/opiniones-de-los-expertos-en-el-encuentro-la-educacion-importa-con-los-candidatos/563893

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Colombia: 27° Emisión de ‘El Abecedario, La Educación de la A a la Z’ – Radio Educativa (Educación Superior II)

Colombia / 15 de abril de 2018 / Autor: El abecedario La educación de la A a la Z / Fuente: Youtube

Publicado el 4 feb. 2018

En el Abecedario la educación de la A a la Z, nuestra emisión N° 27, hoy, continuamos el ciclo de educación superior; en huellas de maestros, Andrés Echavarría; en el palabrero Gerardo Montoya de la Cruz, en la nota informativa, presentaremos el artículo de Julián de Zubiría titulado «los riesgos de ser pilo paga»

 

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=DqP2hxOjYi4

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‘Se necesitan niños competentes, no competitivos’: Monserrat del Pozo

Colombia / 15 de abril de 2018 / Autor: Amira Abultaif Kadamani / Fuente: El Tiempo

Los alumnos deciden qué lecciones tomar para forjar su proyecto de vida.

Los niños no necesitan puntajes altos, sino experiencias significativas en el aula. Si lo segundo se da, lo primero viene por añadidura. Eso piensa la Madre Monserrat del Pozo, quien a mediados de 1990 implementó un modelo educativo único, que cambió la forma de enseñar y aprender en el Colegio Montserrat, de financiación pública y administración privada liderada por las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret.

La institución se ha tornado en modelo para directivas escolares y expertos pedagogos del mundo, incluido Howard Gardner, cofundador del Proyecto Zero de la Escuela Superior de Educación de Harvard, quien ha visitado el colegio catalán tres veces.

Montserrat, licenciada en Historia e Historia del Arte, técnico superior en Imagen y Sonido y máster en Psicología y Gestión Familiar y conocida como ‘Sor Innovación’, buscó entre las mejores pedagogías del mundo, y con ellas construyó un modelo propio.

Hoy se dedica a adaptar su pedagogía en los planteles de su Congregación, y a expandir sus visiones y experiencias por el mundo.

¿Hacia dónde va la educación?

Como un supermercado donde cada alumno tendrá acceso a muchas cosas y oportunidades y podrá elegir si hace matemáticas en inglés, francés o alemán, o si quiere contabilidad, ballet o programación. Habrá un currículo básico mundial, igual que los colegios IB (International Baccalaureate), y muchas opciones locales. Ya no concibo el término ‘colegio’, se queda pequeño. Lo veo más como la ciudad, convertida en la fuente de aprendizaje.

¿Los niños aprenderán desde casa?

Tendrán un currículo mínimo con las temáticas básicas y después un itinerario en el que integrarán museos, calles, empresas, parques y colegio. El futuro educativo es unir la escuela, la universidad y la empresa, y eso requiere un nuevo tipo de gobierno. Hoy, el niño de secundaria es un adulto –así la sociedad lo trate como un niño de consumo– capaz de tomar sus propias decisiones y solucionar sus problemas, y en ese itinerario educativo habrá que fortalecer su autonomía consciente. Los proyectos de vida no quedan al margen de la educación: no es que al colegio voy y hago cosas, y después mi vida es otra cosa; hay que unir todo.

¿Qué la llevó a emprender una revolución educativa?

Teníamos fracaso escolar, pero no por malas notas –que, de hecho, eran muy buenas–, sino por falta de compromiso social y personal. Un estudiante que tocaba el piano u otro que nadaba lo dejaban todo por el problema que tenían con la selectividad, para alcanzar un puntaje alto si querían ir a la universidad. Eran jóvenes muy infelices con muy buenas notas, pero al margen de la vida y muy poca repercusión social.

¿Cuándo empezó el cambio?

En 1986 empezamos a investigar sobre las mejores pedagogías del mundo. Estuvimos en Francia, Holanda, Inglaterra y Australia, y nos dimos cuenta de que muchas de las pedagogías de estos países se cimentaban o nutrían de aquellas desarrolladas en Estados Unidos. Fuimos allá y nos encantaron el modelo de aprendizaje colectivo de los hermanos Johnson & Johnson, las inteligencias múltiples del Project Zero de Harvard, la estimulación y educación infantil de Glenn Doman, la disciplina de Peter Senge, el aprendizaje por proyectos de William Kilpatrick y la relación entre alumnos y profesores en High Tech High, una escuela pública de San Diego. Son pedagogías que ponen al alumno como protagonista. Esto, sumado a lo que teníamos como propio en la congregación, hicimos un coctel y creamos un modelo que empezamos a implementar en 1994 y cristalizó en el 2000.

¿Qué la hizo cambiar el chip?

El reflejo de mi propia educación. Tras cumplir 6 años estuve casi dos sin ir al colegio porque mis padres salieron de Venezuela y regresaron a España. Y para alcanzar a matricularme en primero de bachillerato estudié a las carreras. Me aburría en el cole. Saqué buenas notas y aprobé, pero no desarrollé todos mis talentos ni mis maneras de ser. Soy antisistema y me gusta hacer muchas cosas. Cambié el chip cuando entendí que lo que les estaba enseñando a los alumnos no tenía futuro y sentí que los estaba engañando porque veía que no tenían las herramientas para hacer tantas cosas que se requieren hoy. La fuerza me vino de Dios: la vocación ayuda al maestro y el maestro, a la vocación.

¿Qué fue lo más difícil?

La aceptación de las familias. Les costó mucho comprender que hay otra manera de educar. Los niños buenos intelectualmente querían ser individualistas. Con ellos tuvimos que hablar muchas veces. Tuve una alumna que me decía: “Yo me voy, madre, no aguanto esto. No puedo con estos dos tíos que me bajan la nota, hablan todo el día y no me dejan hacer las cosas”. Le decíamos: “Bueno, mira, tienes que trabajar dentro de un grupo y sacar partido de ello. Tú serás una persona única, pero en un futuro no te van a contratar así, y ¿qué vas a hacer? Tienes que saber lidiar con ellos”. Pero algunos se fueron a la escuela tradicional.

¿Cuándo la educación decidió que los alumnos son “cubetas vacías que hay que llenar y no fuegos que hay que encender”, como dice Mario Alonso Puig?

La Revolución Industrial hizo que no hubiese niños trabajando, sino que mejor fueran a la escuela, que nació como algo paralelo al trabajo. Al igual que al adulto le enseñaban un oficio, al niño le enseñaban cosas. De ahí la idea de la mente vacía que hay que llenar. Ese paradigma se rompió con la llegada de internet y la comunicación global, que han democratizado el conocimiento y auspiciado la idea de que “no necesito a un profesor para saber qué es una célula o cómo se aplica una fórmula”.

¿Y esa democratización no reporta peligros?

Sí. ¿Qué tiene que hacer un colegio? Cultivar a un ser humano capaz de extraer lo que es verdad y lo que no, es decir, inculcar el pensamiento crítico y creativo, y entender cuáles son las fuentes directas de la información. En nuestras clases de historia no hay alumno que no pueda trabajar al menos con una fuente primaria.

«Debemos llegar a una civilización empática, y solo lo conseguiremos si somos capaces de generar una conciencia empática»

¿Qué papel tienen profesores y directivas?

La palabra clásica es ‘discernimiento’: saber leer, sospechar y contrastar para discernir dónde está la verdad, entendiendo la posición de cada quien. Debemos llegar a una civilización empática, y solo lo conseguiremos si somos capaces de generar una conciencia empática. La empatía no es solo ponerte en el lugar del otro, sino comprender cómo te afecta y hacer algo al respecto.

¿Cómo compaginar las necesidades y búsquedas individuales con el aprendizaje colectivo?

Lev Vygotski dice que sin lo social no hay experiencia personal, es decir, las interacciones con los demás son las que más me ayudan a generar un pensamiento individual. Yo necesito de tu tú, para ser mi yo.

¿Por qué dice que en educación hay que tener convicciones firmes, pero pocas?

Pocas porque son las que puedes llevar a término. Al tener pocas me puedo concentrar en el tipo de alumno que quiero que salga de mi colegio. Son convicciones fuertes sobre el tipo de ser humano, es una visión antropológica. Son las raíces de ese ser humano las que determinan la construcción del currículum, no al revés.

¿Y piensa que el modelo tradicional se enreda en las ramas?

Ilustrémoslo con la imagen de un árbol. Las raíces son el ser resiliente, saber comunicar, ser emprendedor, tener una creencia, confiar en uno mismo y demás valores supremos. El tronco son los saberes, como la filosofía, la historia, la ciencia, el arte, etc. Las ramas y las hojas son las lecciones, como la Revolución Industrial, el magnetismo o las vacunas. El problema de muchos colegios es que las ramas y las hojas pasan a ser raíces; las lecciones se convierten en algo absoluto.

¿Cómo se enseña a cultivar un sentido de vida?

Dando confianza. Que un alumno sienta que confías en él es fundamental para que empiece a cultivar sus propias convicciones y manera de vivir. No hay que decirle cuándo algo está bien o mal, sino plantearle la pregunta para que lo comprenda y entienda que reincidiendo en algo no obtiene buenos frutos. Las propias convicciones hay que saberlas generar en el alumno, no saberlas decir.

Unos premian la estimulación temprana y otros piensan que se sobreestimula a los niños, generando hiperactividad y falta de atención. ¿Qué piensa al respecto?

La primera estimulación es el amor y la ternura. En las edades tempranas –de 0 a 6– son fundamentales para crear en los niños un ámbito de contención afectiva. Desarrollar muchas actividades no llega, neurológicamente hablando, a estimular el cerebro por sí solo; para que ello ocurra, la afectividad es esencial. Si hay las dos cosas, un niño hiperactivo no tiene por qué haber sido muy estimulado. Lo que sí existe son muchas actividades que a veces no son prudentes para los niños. Me refiero a que cuando hay ese marco afectivo y familiar, todo lo que le des suma; cuando no, todo lo que le des no resta, pero tampoco suma.

¿Bastaría con que uno de los padres pudiera quedarse con los hijos?

No. En la sociedad actual no basta porque se necesitan niños competentes, no competitivos, y las competencias sociales se ganan con otros de su misma edad. Si tienen hermanos, ya nos podemos poner más de acuerdo. El mundo de hoy no tiene nada que ver con el que hemos vivido tú o yo, y el desarrollo del cerebro está enmarcado dentro de un contexto.

¿Cómo involucrar la familia?

La familia es un todo, la que te da confianza y seguridad para desarrollar lo que llevas dentro. El problema es lo temporal, porque un día es mamá-papá; luego, mamá-mamá; luego, mamá-papá–mamá… y hablo de casos reales. Un niño sometido a esas circunstancias tiene una dispersión no tanto en su conocimiento –que sería lo de menos– como en su afecto, y lo tenemos que ayudar afectivamente para que confíe en sí mismo y quede arropado. Yo por lo menos pido fidelidad, porque de lo contrario los niños terminan cosificados, y cuesta mucho su integridad.

La tecnología es una herramienta, pero parecería no ser un simple medio, sino el mensaje mismo…

Aislar la tecnología está mal. A la actual generación –llamada Z– no le puedes quitar algo con lo que ha nacido. La tecnología es una herramienta eficaz para brindar conocimiento e información, y con ella debemos forjar buenos ciudadanos digitales. Los colegios de hoy se deben esmerar no solo porque los niños no hablen a gritos, pinten paredes ajenas o arrojen basura en la calle, también porque se comporten bien en la red. Si se enseña que es un medio más, no debería crear adicción. Nosotros habilitamos tecnologías para los niños desde cuarto de primaria. El problema más serio de la tecnología es la afectividad, porque todo tu bagaje afectivo lo tienes en la red, lo llevas siempre, y eso podría generar una gran dependencia.

¿Por qué buscó en Colombia quién desarrollara el ajedrez en la primera infancia?

Queríamos implementarlo en España, y fue un ruso quien nos dijo que la persona que nos podía ayudar con ajedrez infantil era Adriana Salazar, una colombiana con un preescolar llamado Talento. Vinimos, nos gustó mucho su trabajo y la ‘secuestramos’ tres meses para que escribiera un libro y nos hiciese una serie de cartillas.

El ajedrez trabaja los dos hemisferios. Uno, es capaz de dar la dama para generar una estrategia en el contrincante, y eso es una movida creativa. El desarrollo lógico-matemático es el que vemos más claro, pero también está el espacial –en la forma de ver y prever las jugadas–, el kinestésico –en cuanto a que tienes que mover las fichas no solo en un tablero pequeño, sino en uno grande, cuando cada niño representa una pieza y debe moverse por el salón– el intrapersonal –la compostura y el dominio de sí–, el interpersonal –porque a veces son niños que no se relacionarían con otros si no fuese con el juego– y todo el pensamiento intuitivo –si se ganará o no la partida–.

Fuente de la Entrevista:

http://www.eltiempo.com/vida/educacion/monserrat-del-pozo-explica-su-pedagogia-para-ninos-en-la-escuela-203576

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Colombia: ¿Por qué el Índice de Pobreza Multidimensional se desaceleró?

Colombia/14 de Abril de 2018/Dinero

El Dane reveló que la población en pobreza monetaria y multidimensional se siguió reduciendo durante el 2018 y el país tuvo avances significativos en áreas como la educación. Sin embargo, en el caso del segundo índice, la reducción fue inferior a la usual.

Hace unas semanas el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) reveló que la pobreza multidimensional en el país se había reducido a 17%, mientras que la pobreza extrema había alcanzado el 7,4%. El primer indicador se redujo en 80 puntos básicos y el segundo evidencia que quedan cerca de 8 millones de colombianos en pobreza extrema.

Las cifras demuestran que el país ha avanzado, que durante los últimos años más colombianos pudieron mejorar su calidad de vida y con seguridad las futuras generaciones de esas mismas familias tendrán un mejor futuro. Pero falta avanzar y recuperar el ritmo de crecimiento de estos indicadores, pues en 2017 el índice de pobreza multidimensional, por ejemplo, se redujo en una tercera parte de lo que lo había hecho los años anteriores.

Según el director del Departamento de Prosperidad Social, la menor reducción en el índice es consecuencia de las amplias mejoras que se presentaron al principio pues entre más se cierre la brecha y se reduzca la pobreza, más difícil se hace que el indicador muestre crecimientos importantes y sus avances empiezan a parecer «marginales», lo que en realidad sería una señal más del buen efecto que han tenido las políticas de entidades como la suya que encontraron la forma de apoyar a las familias económicamente y enseñarles a pescar, en lugar de entregarles el pescado como dice el conocido refrán popular.

Recomendado: El 1% de los más ricos acumulan el 82% de la riqueza mundial en 2017

El economista Roberto Angulo, quien se encargó de implementar este método de medición en Colombia, le explicó a Dinero que si bien se vieron mejoras significativas en hacinamiento educación, calidad del piso de las viviendas, analfabetismo y desempleo de larga duración, todavía son altas las privaciones de la población vulnerable.

Esto plantea, según Angulo, que la agenda del próximo gobierno tiene que enfatizar en el acceso a la educación y el trabajo. «La agenda social debe ser una de generación de ingresos y capital humano», aseguró el experto.

En el caso de la educación, el Dane reveló que el indicador mejoró en 3% y advirtió que el nivel de pobreza de los hogares está directamente asociado al nivel de educación que tiene su jefe. Por ejemplo, «en centros poblados y rural disperso el 18% de personas que hacen parte de un hogar cuyo jefe está entre los 26 años y 35 años sufren de pobreza extrema, en este mismo dominio el 17,2% son pobres extremos si el jefe de hogar ha cursado como máximo la primaria».

Pero el dato quizás más interesante allí, es que los niños de cinco años tuvieron un promedio de lectura de 5,1 libros por año. Se está haciendo la tarea.

Según la Anif, se requiere seguir avanzando en la evaluación de la educación superior en Colombia. La Asociación llamó la atención recientemente sobre el nivel educativo del país y destacó que «la oferta de calidad educativa a nivel vocacional en Colombia es pobre y prácticamente está en cabeza pública del Sena».

Anif señaló que «aunque se ha hablado mucho de su mayor cobertura, en realidad se refiere más al incremento de cursos, pero no de programas focalizados en aprendizajes estructurados por áreas».

Si queremos que el país siga reduciendo sus indicadores de pobreza, el próximo gobierno tendrá retos importantes en educación y formalización laboral.

Fuente: http://www.dinero.com/pais/articulo/indice-de-pobreza-multidimensional-se-desacelero-en-2018/257134

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