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El computador en nuestra vida

Por: Ignacio Mantilla

Pertenezco a una generación que tuvo que empezar a usar el computador como herramienta de trabajo para calcular, antes que como reemplazo de la máquina de escribir.

Para quienes estudiamos la carrera de Matemáticas, antes de la masificación de las herramientas informáticas, el acceso y la adaptación al computador fueron enormes retos, pues con él se superaba al fin esa dificultad que servía de excusa para no tener que completar la solución a los problemas realizando los aburridos cálculos que siempre se dejaban planteados con algo de desprecio por ese trabajo mecánico final. También, porque a partir de esta nueva y poderosa máquina calculadora, la aproximación numérica, como respuesta a muchos problemas sin solución exacta, que no pueden resolverse con herramientas exclusivas del análisis matemático, se convertía en una importante nueva alternativa.

Esta herramienta nos cambió las preguntas cuando creíamos que sabíamos todas las respuestas. Para los matemáticos se volvió importante ya no sólo la demostración del teorema, sino también el método y la implementación de muchas de las tareas frecuentes del cálculo diferencial e integral, las ecuaciones diferenciales o el álgebra matricial. Asimismo se acentuó el interés por el balance entre la precisión y la velocidad del cálculo.

Mucho antes de la aparición de la internet, el computador se metió poco a poco en las empresas y en los hogares, y con el tiempo dejó de ser de uso exclusivo para tareas de cómputo, hasta convertirse en herramienta imprescindible para prácticamente todas las actividades.

Fui uno de los primeros profesores de matemáticas que se maravillaron con ese fantástico y enorme computador IBM 360 que despertaba nuestra curiosidad por comprender la aritmética de máquina y el manejo automático del redondeo con 11 cifras de precisión. Fui también uno de los primeros docentes que para sus clases hicieron uso de la recién adecuada sala de cómputo del Departamento de Matemáticas y Estadística de la Universidad Nacional, con un solo computador que ocupaba buena parte del espacio y 20 pantallas disponibles para los estudiantes.

Mi primer computador “casero”, como se llamó inicialmente al computador personal, fue un TRS-80 Radio Shack modelo 2, de 16 K de memoria. Funcionaba con lenguaje Basic y venía provisto de una grabadora para poder guardar los trabajos en los casetes de música. Por aquella época (1982) tuve que ahorrar muchísimo para adquirirlo, si se tiene en cuenta que ganaba unos $24.000 mensuales y el computador costó $80.000. No era común tener computador en casa y recibía frecuentemente visitas que sólo querían conocer el computador.

Aquel primer aparato no tenía mouse y su pantalla en blanco y negro ofrecía 64 caracteres por fila y 16 líneas para trabajar. Recuerdo que si al escribir se cometía un error, por ejemplo, escribir con la letra c una palabra que debía llevar la s, para corregirlo había que dar la instrucción de ir a la línea X y reemplazar en la columna Y la c por la s.

Después vinieron el Commodore 64 y el Amiga 500, de extraordinarios avances con la inclusión de disquetes para almacenar información hasta de 360 KB. En Alemania fue muy popular y económico el computador Atari 65, con disquetera de 3.5 para almacenar hasta 1.44 megas de información, pero carente de disco duro.

Hay que decir que la ausencia de discos duros en los computadores obligaba al desarrollo de algoritmos de gran eficiencia y economía. La memoria era un bien muy apetecido a la hora de programar. Recuerdo, por ejemplo, el gran esfuerzo que hacíamos para que los resultados parciales de procesos iterativos pudieran almacenarse en un disquete 3.5 que habría de usarse luego con esos datos, como si fueran iniciales, en las siguientes iteraciones.

De la misma forma, quienes usábamos el computador principalmente para hacer cálculos teníamos que aprender diversos lenguajes de programación que eran, como hoy, herramientas indispensables: Cobol, Algol, Pascal, Modula 2, Fortran 77, C, entre otros.

El lenguaje Fortran, por ejemplo, preferido por los físicos, era fantástico, pues incluía la aritmética de números complejos, y el Pascal, mi favorito, permitía una programación ordenada de rutinas y funciones que se podían usar en diversos programas.

Las limitaciones iniciales que tenían los computadores y la necesidad de mejorar la rapidez de convergencia de las soluciones han contribuido al desarrollo de métodos matemáticos que se han implementado con algoritmos eficientes que hoy son de uso común y universal. Naturalmente, aun cuando actualmente se dispone de mucha memoria y procesadores muy rápidos, hay infinidad de problemas que requieren de nuestro ingenio para que las máquinas puedan ayudarnos. A manera de ejemplo, si intentásemos calcular por el método directo tradicional el determinante de una matriz —no singular— de 20×20 con un computador tipo Cray 2, capaz de realizar mil millones de operaciones aritméticas por segundo, se necesitaría de un poco más de 77 años para obtener la respuesta.

Mediante el método de factorización LR, propuesto por Gauss hace cerca de 200 años, el resultado puede obtenerse en tan sólo un segundo con ese mismo computador. En esa magnitud es que puede optimizarse un cálculo gracias al mejoramiento del método para calcular.

Con lo anterior espero reflejar la inmensa satisfacción que siento de poder celebrar la apertura en la Universidad Nacional, patrimonio de todos los colombianos, del primer programa de Ciencias de la Computación.

La generación que ingresa el próximo semestre a esta carrera, la primera abierta en 50 años en la Facultad de Ciencias en Bogotá, ya no tendrá que lidiar con todas las limitaciones de antes, pero deberá responder a los retos de los cambios tecnológicos que plantea el mundo contemporáneo para incorporarlos en las abundantes aplicaciones de las matemáticas computacionales.

Cada sociedad y cada tiempo traen su propio reto, y nuestro propósito como profesores es formar a las personas que puedan responder a los permanentes desafíos de la innovación.

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/el-computador-en-nuestra-vida-columna-721494

Imagen: http://esdiario.com.mx/puestos-de-trabajo-son-en-computacion-afirma-academico-de-upaep/

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Colombia limpia: una campaña para cuidar el medio ambiente

Colombia/Noviembre de 2017/Fuente: RTVC

El próximo 10 de noviembre se llevará a cabo el Día Nacional Colombia Limpia, una jornada para la recolección de basuras. Entérense cómo participar.

Colombia está llena de bellos lugares, unos aún vírgenes, otros turísticos que en ocasiones se ven opacados por las basuras creando no solo contaminación visual, sino también ambiental. Por ende el Ministerio de Comercio Industria y Turismo junto a otras entidades invitan a no arrojar basuras en los lugares que visitamos, así como a hacer un buen manejo de las mismas.

Con la coordinación de las alcaldías municipales y el apoyo de las empresas de aseoservicios públicosentidades turísticas y ambientales se desarrollará el Día Nacional Colombia Limpia, una jornada de recolección de basuras que tendrá lugar el próximo viernes 10 de noviembre con una duración de 4 horas, en donde se realizará la adecuada separación y disposición final de los residuos que sean recolectados.

Todo lo anterior con el fin de hacer una recolección masiva de los residuos sólidos y disponerlos de una forma adecuada en canecas de recolección de los destinos, buscando así crear una nueva cultura ciudadana que abarque la prevención en el manejo de residuos, el consumo responsable y la correcta separación, visibilizando el hecho de que los destinos turísticos del país pueden contar con el compromiso de sus autoridades ambientales, prestadores de servicios turísticos y por supuesto, su comunidad local.

La jornada se desarrollará de manera simultánea en 5 ciudades: Barranquilla (Malecón Bicentenario, Estadio Joe Arollo), Bogotá (Avenida presidencial – Candelaria), Cali (Parque San Antonio), Cartagena (Avenida Santander) y Medellín (Bulevar – Carrera 70). Además, en 10 destinos nacionales entre ellos: Turbo, Acandí, Unguía, Arboletes, Necoclí, Sibundoy, Puerto Carreño, Dibulla, Puerto Colombia y Tubará.

La campaña #ColombiaLimpia busca sensibilizar a las comunidades frente a su responsabilidad y compromiso con el buen uso de los recursos naturales y culturales en diversos destinos turísticos, a través de la promoción de prácticas que apoyen un trato amigable con el medio ambiente, así como el manejo adecuado y disposición de las basuras.

¿CÓMO SUMARSE A #COLOMBIALIMPIA?

SI SON TURISTAS…

No arrojen basura en los lugares que visiten, llévenla con ustedes y deposítenla de manera adecuada.

SI SON PRESTADORES DE SERVICIOS TURÍSTICOS…

Pueden crear y difundir prácticas responsables relacionadas con el manejo de basuras y la disposición adecuada de las mismas a los turistas.

SI SON PARTE DE LA COMUNIDAD LOCAL…

Pueden contribuir desde un uso racional del agua, realizar la separación correcta y depositar las basuras en los lugares adecuados, además de compartir y promover prácticas amigables con el medio ambiente.

Tanto los turistas, como la comunidad local y los prestadores de servicios turísticos podrán compartir aquellas prácticas amigables con el entorno a través de sus redes sociales utilizando el hashtag #ColombiaLimpia.

 Fuente: https://www.radionica.rocks/noticias/colombia-limpia-una-campana-para-cuidar-el-medio-ambiente
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Las Universidades Publicas son sobrevivientes de guerra

Colombia / 12 de noviembre de 2017 / Autor: Manuel Humberto Restrepo Domínguez / Fuente: Rebelión

Las universidades publicas colombianas quedaron en pie a pesar de las mas duras adversidades que haya padecido universidad alguna en el mundo, durante los cincuenta años de guerra que termina, porque las FARC ya no existen como insurgencia armada y el ELN tiene silenciados sus fusiles. Lograron quedar vivas aunque débiles y en lucha consigo mismas y contra los coletazos de guerra, pero cumplieron de la mejor manera la tarea encomendada por la sociedad para formar los hombres y mujeres profesionales de un país retrasado en libertades y urgido de soluciones de fondo a sus mas urgentes necesidades de conocimiento, tecnología, convivencia pacifica y bienestar.

A manera de ejemplo, la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (en la que soy profesor desde hace 30 años) graduó entre 1966 y 2016 a mas de 91.000 estudiantes, procedentes de sectores populares, extraídos del ámbito rural o que hacían transito a las nacientes ciudades. Resulta gratificante, que a pesar de la guerra y sus marañas, no hay evidencia de casos de egresados que se se hayan destacado por alguna trayectoria criminal o que hayan utilizado su saber para perseguir, intimidar o aprovechado su profesión como refugio de fechorías. Se conoce en cambio de la enorme capacidad de rebeldía y espíritu de lucha, que deja una cuota de estudiantes, profesores y trabajadores convertidos en silenciosas victimas. La Universidad Nacional por su hondo significado para la nación multiplica todas las cifras, pero además fue la que abrió los espacios para reconocer la diversidad y la diferencia en las aulas y el pensamiento libre. Las otras 30 universidades hicieron cada una lo suyo, pusieron a debate su experiencia y trazaron caminos para que otros alentaran sus recorridos.

La educación publica universitaria no fue ajena a los contenidos del manifiesto de Córdoba Argentina de 1918 (manifiesto liminar) y acogió como suyos los principios esenciales de lo publico como la autonomía política, docente y administrativa; la selección de docentes por concursos públicos; la asunción de responsabilidades políticas frente a la nación y la defensa de la democracia; la creación de cátedras libres y electivas a decisión de los estudiantes y; la democratización de la enseñanza, que sirvió para contrarrestar la educación que estaba convertida en privilegio de las elites y forjada con las reglas y conductas de la escolástica y desde ahí marcar la ruta del siglo XX. Seguramente en 2018 vendrá una gran movilización global de la educación publica, (autónoma, gratuita, democrática y popular) en conmemoración de los 100 años de Córdoba y los 50 de mayo del 68, que representan las luchas sociales universitarias mas significativas, que cimentaron las bases de la universidad publica actual, dejando atrás lo que era “el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y -lo que es peor aún- el lugar en donde todas las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara. Las universidades han llegado a ser así el fiel reflejo de estas sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por eso es que la Ciencia, frente a estas casas mudas y cerradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al servicio burocrático” (manifiesto de córdoba).

Después de la entrada al universo de las libertades vino la guerra y las universidades publicas colombianas tuvieron que enfrentar las arremetidas del estado y de sectores de poder obsesionados con derrotar el espíritu de lo publico como concepto, principio y practica social común. Usaron practicas de guerra sucia, queriendo derrotar la inteligencia a la que no dejan de considerar aliada de las insurgencias armadas. Extendieron la estigmatización llamando a la sociedad a mirarlas y tratarlas con recelo y también con desprecio y entre análisis sesgados escondieron las maravillas de lo que ocurría respecto a la ciencia y la cultura. Políticamente las elites metieron allí clientelas, promovieron su ineficiencia y fragmentación y bajo chantaje les entregaron presupuestos deficitarios, a cambio de controlarlas, las acostumbraron a sobrevivir y mientras los soldados de la guerra estaban cubiertos con altos presupuestos del estado, los estudiantes sobrevivían entre incertidumbres y carencias para cubrir los mínimos necesarios para educarse, teniendo que recurrir a la protesta para existir.

A manera de síntesis se podría señalar que con el fin de la guerra las universidades quedan con la suficiente dignidad para sobreponerse y asumir los compromisos con la construcción de paz en los territorios. Su realidad revela que están desfinanciadas; tienen un altísimo déficit democrático; su sentido esta tomado por reglas de mercado y; se debilitan a medida que se extienden. Son los resultados de haberlas gestionado con lógica de guerra y de conducirlas según el trazado del capital que las empujó a desviarse de su misión, a descentrarse y fluir sin un horizonte común. Muchas aun no entienden que su vida institucional se ahoga entre replicas de lo que hacen otras, copian, plagian, siguen modelos y recetas genéricas aplicadas por funcionarios exentos de responsabilidad por los daños provocados. La guerra les cambio la baja por la alta velocidad de sus procesos y esta velocidad las paraliza, les impide tener en cuenta la fragilidad del ser humano que la compone y que esta convertido en instrumento de metas, que solo cuenta si esta cerca al poder y se somete a negarse a ser en sí mismo, y de suma se acostumbra a permanecer al margen de su existencia política.

Pero el panorama que queda puede ser fácilmente revertido, si se piensa que la paz es lo nuevo y se inventan otras maneras de decir y hacer las cosas que correspondan a este tiempo y se nutran con un espíritu democrático y de cambio. Sin guerra viene otro momento, que no podrá vivirse con las mismas reglas, sencillamente porque la paz es contraria a la guerra y nadie tiene recetas y quien pretenda enseñarlas, ofrecerlas o venderlas (que es aun peor, es un farsante), si se tiene en cuenta que durante la guerra las universidades no tuvieron paz, los jóvenes recibieron trato de combatientes, asistieron a cientos de funerales de sus mejores hijos arrebatados por la barbarie, hubo profesores y estudiantes asesinados frente a las aulas, mutilados, desaparecidos, presos acusados con falsedades, miles injustamente derrotados por la precariedad económica que les impidió sostenerse en las aulas y millones mas que no pudieron ingresar y obtener un carnet de estudiante, que es quizá el mejor de todos los carnet que existan en la historia de la humanización. Las imágenes de tanques, caballos y motorizados entrando victoriosos a los campus universitarios se encargarán de contar que fueron tratadas como campos de batalla y que se trató de acallar con balas y mentiras al pensamiento critico por creer que era parte del alzamiento armado y porque gracias a él la verdad sería posible, esas serán las señales de la memoria recordando lo que no puede volver a ocurrir.

Se acaba la guerra y las universidades publicas tendrán el encargo de protegerse del olvido y convertir a la memoria en la fortaleza que conduzca su futuro. No se trata de quedarse en el pasado si no de saber conectar y desconectar los tiempos, de reajustar el sentido y el significado de su saber y hacer y usar a la ética como la savia que conecta. La paz propone otros momentos, tiempos mejores para poner a prueba lo que aprendieron para no dejar escapar la dignidad entre las dificultades que las llevaron incluso a entrar en alianzas de todo tipo con empresarios, políticos y partes descompuestas de la dinámica social que a cambio de fortalecerlas las debilitan, las tienen atadas a una competencia desigual hecha a la medida del interés privado que las corrompe y del que deben desprenderse.

El momento es otro y aunque desigualdad, inequidad, exclusión e injusticia sirvan para explicar que hoy mas que nunca están dadas las condiciones y vigencia de la lucha armada para cambiar las cosas y derrotar a las elites, la sociedad y en particular la que compone la población potencial de las universidades publicas, igual que las victimas, ha renunciado a la guerra y su decisión es sin retorno. Las generaciones de profesores, estudiantes y trabajadores de hoy tendrán que actuar con convicción ética y compromiso político en la construcción de paz, usando su imaginación, creatividad, ciencia y solidaridad. Las armas no serán más el recurso legitimo para resolver diferencias y será la inteligencia la llamada a reencontrar el camino de grandeza de las universidades públicas. Esa es la mas importante conclusión para llamar a la universidad publica a reconstruirse, en colectivo y desde abajo, a aprender de los jóvenes que saben cambiar de dirección, adaptarse a las circunstancias variables, detectar de inmediato los movimientos que comienzan a producirse y a actualizar su propia trayectoria, porque de ella depende su supervivencia (Bauman, retos de la educación). La universidad por ser parte de las invenciones de la cultura tiene que reinventarse y rápido, repensarse de otra manera no solo en la escena meramente económica, como lo hace ahora, y crear poder para apuntar y aportar sus saberes y quehaceres con miras a construir una nueva ciudadanía de paz y una sociedad de derechos, situada por fuera de la trampa economicista.

P.D Con datos de la encuesta de cifras y conceptos 2017 (que no controlamos), estas columnas ocupan el segundo lugar de mas leídas en Boyacá, y con datos de periodicoeldiario.com, algunas superan 20.000 lectores. Así que Gracias por sus lecturas que representan afectos. Me corresponde seguir con disciplina esta tarea que alienta el alma y que por fortuna no cumple metas ni sube indicadores de nada.

Fuente del Artículo:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=233704

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¿Cuáles son las 10 mejores universidades de Colombia?

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Colombia: Atlántico tendrá la mayor inversión en infraestructura educativa.

Yaneth Giha Tovar destacó que a la fecha el departamento tiene asegurados los recursos para la construcción de 23 nuevas instituciones educativas, en las que se realiza una inversión de 139.636 millones de pesos.

América del Sur/Colombia/07.11.2017/Autor y Fuente: https://www.elheraldo.co

La ministra de Educación, Yaneth Giha Tovar, dijo que el Atlántico es el departamento que tendrá mayor inversión en infraestructura educativa en el país, con el esfuerzo de todas las entidades para que estas aulas estén en las mejores condiciones.

Destacó que a la fecha el Atlántico tiene asegurados los recursos para la construcción de 23 nuevas instituciones educativas, en las que se realiza una inversión de 139.636 millones de pesos, recursos que son aportados por el Ministerio y la Administración Departamental dentro del plan 70/30 (70 % la Nación; 30 % la Gobernación).

Adicional a estos colegios, el gobernador Verano, el pasado 24 de octubre, presentó una propuesta para la construcción de 22 instituciones educativas adicionales ante el Fondo de Financiamiento de Infraestructura Escolar (FFIE) del Ministerio. De aprobarse esta solicitud, el Atlántico tendría inversiones por el orden de los 300.000 millones de pesos.

“Nuestra meta es terminar este cuatrienio con 50 nuevas escuelas, un querer muy ambicioso y poco a poco lo vamos consolidando. Sabemos que un entorno adecuado para los estudiantes nos ayuda a elevar los índices de calidad y bajar la deserción educativa”, indicó Verano de la Rosa.

Los 22 colegios adicionales requieren una inversión de 110.000 millones de pesos con los que se da cumplimiento a uno de los ejes del plan de desarrollo Atlántico Líder: Inversión Social Responsable.

Ponen la primera piedra

Atlántico continúa en la ruta para consolidarse como el territorio con mejor infraestructura educativa del país, lo cual quedó ratificado durante el recorrido que hicieron el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, y la ministra de Educación, Yaneth Giha Tovar, en los municipios de Puerto Colombia, Tubará y Malambo.

En la Institución Educativa Agropecuaria de Tubará se puso la primera piedra para dar inicio a la ejecución de las obras que tendrán una inversión de 8.639 millones de pesos, de los cuales 5.561 millones los pone la Nación, por medio del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE), y los 3078 millones restantes la Gobernación del Atlántico.

En este colegio se construirán 25 aulas de clase con las que se beneficiarán 1.400 estudiantes, biblioteca, laboratorio integrado, aula de tecnología, aula polivalente, comedor, cocina, zonas administrativas, baterías sanitarias y obras complementarias. El plazo de ejecución es de doce meses.

La ministra manifestó que la inversión total para el departamento es de 335.941 millones de pesos, de los cuales 202.609 millones son aportados por el Gobierno Nacional y 133.332 millones por las entidades territoriales correspondientes a la Gobernación, Barranquilla, Soledad y Malambo.

El gobernador del Atlántico manifestó que adicional a esta obra en Tubará, se pondrán en marcha los trabajos de construcción de 22 proyectos de infraestructura educativa que cuentan con una inversión de 139.636 millones de pesos, de los cuales 91.000 millones fueron aportados por la Nación y 48.589 millones por la Gobernación.

En total, en el territorio se encuentran en ejecución 39 proyectos, con una inversión de 242.333 millones de pesos, de los cuales 148.860 millones son aportados por la Nación través del FFIE, y 93.473 millones por las entidades territoriales certificadas, que representan la Gobernación del Atlántico y las alcaldías de Barranquilla, Soledad y Malambo.

Con estos proyectos de infraestructura educativa se benefician 47.960 estudiantes del departamento.

Puerto Colombia

En el municipio de Puerto Colombia se realizó la fase de socialización de la infraestructura que se construirá en las instituciones educativas Francisco Javier Cisneros y San Nicolás de Tolentino.

En la Institución Educativa Técnica Francisco Javier Cisneros se construirán 21 aulas, biblioteca, laboratorio integrado, aula de tecnología, baterías sanitarias, comedor, cocina y zonas administrativas, para beneficiar a 1.760 estudiantes matriculados en la sede.

La inversión es de 7878 millones de pesos, de los cuales la Nación, a través del FFIE, aporta 5.145 millones y la Administración Departamental 2.733 millones. El plazo para diseño y ejecución de la obra está proyectado a quince meses.

Las obras de la IE San Nicolás de Tolentino habían sido canceladas, pero gracias a gestión de la Gobernación del Atlántico, el Ministerio de Educación priorizó nuevamente la ejecución de las mismas. Es así como en dicho colegio se realizarán obras por valor de 6173 millones de pesos, en las que el FFIE aporta 3514 millones y la Administración Departamental 2659 millones. Se beneficiarán 480 estudiantes.

Malambo

En Malambo se anunció la construcción de infraestructura para la Institución Educativa Villa Campo. La inversión que se hará es de 10.000 millones de pesos, de los cuales el Ministerio de Educación aporta 7.000 millones y la alcaldía de Malambo 3.000 millones.

Fuente: https://www.elheraldo.co/atlantico/atlantico-tendra-la-mayor-inversion-en-infraestructura-educativa-mineducacion-419362

Imagen: https://www.elheraldo.co/sites/default/files/styles/width_860/public/articulo/2017/11/04/colp_124883_6b939.jpg?itok=Xsei1TU7

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Colombia: Estos son algunos de los retos de la Política de Educación Rural del Valle

Colombia/07 de noviembre de 2017/Por: Wendi López D/Fuente: http://www.elpais.com.co

Tras el posacuerdo la ruralidad y sus dinámicas, entre ellas la educación, tomaron especial importancia. Emergieron actores, movimientos y requerimientos que antes, por el conflicto armado, no se veían con claridad, pero que ahora merecen entenderse mejor y ser atendidos por parte del Estado.

Por eso, con el propósito de poner en la agenda pública regional la educación rural y reflexionar sobre sus retos, demandas y significados, se realizó este 23 de octubre, en Florida, Valle del Cauca, el Foro Regional de Educación Rural.

Dicho municipio fue seleccionado como anfitrión del evento por ser uno de los priorizados por la ONU para trabajar durante el posconflicto.

Este evento fue promovido por la Mesa de Educación Rural del Valle, Merva, la cual se conformó hace un mes con los distintos sectores implicados en la educación regional (industria, agroindustria, academia y Gobierno Nacional y Departamental) para acordar pistas claves y pertinentes a los requerimientos de los territorios rurales. “Su propósito es construir una Política de Educación Rural efectiva para el Valle”, afirmo Odílmer de Jesús Gutiérrez, secretario de Educación Departamental.

La Fundación Caicedo González Riopaila Castilla, la Gobernación del Valle del Cauca, el Ministerio de Educación Nacional, Alcaldías Municipales y la Universidad Javeriana convocaron a distintos ponentes, académicos y líderes comunitarios, para que explicaran algunas de las iniciativas nacionales e internacionales más innovadoras y significativas en el ámbito de la educación rural.

Algunas de estas son el Programa Utopía de la Universidad de la Salle, el Proyecto Forja, Educapaz y La Escuela, un Proyecto de Transformación Cultural. Asimismo, se presentaron ponencias como la de Dante Castillo, director de políticas y prácticas innovadoras de SUMMA- Laboratorio de Investigación e Innovación en Educación para América Latina.

Además de las ponencias, el evento promovió seis Mesas de Experiencias para que los asistentes reflexionaran sobre el actual significado de la educación rural, su relevancia en la coyuntura del país, sus retos, potencialidades y demandas.

“El Foro se pensó con miras a obtener insumos que le permitan a la recién creada Mesa Intersectorial de Educación abordar los asuntos críticos y fundamentales de la Educación Rural”, explicó Ana Milena Lemos, directora ejecutiva de la Fundación Caicedo González Riopaila Castilla.

90 % de las instituciones a cargo de la Secretaría de Educación del Valle del Cauca están ubicadas en el sector rural. Hay un total de 127 en esta zona, de las cuales  solo 50 tienen especialización agropecuaria.

Uno de los focos de la Gobernación es, entonces,  poder aumentar el número de colegios con esta especialización o dar algunas especialidades técnicas o tecnológicas que se conviertan en oportunidades para los jóvenes del campo.

Muchas de las conclusiones que arrojaron las mesas de experiencias serán revisadas y sistematizadas por la Fundación Caicedo González Riopaila Castilla y la academia. El objetivo es estructurar una ruta a seguir y concretar estrategias en las que Estado, empresa privada y comunidad organizada desarrollen la Política Regional de Educación Rural.

A continuación, se mencionan algunas de las conclusiones más importantes del foro, compartidas por Carmen Rengifo, coordinadora de Planeación de la Fundación Caicedo González Riopaila.  Según ella, cada uno de los aporte y experiencias socializadas durante el foro apuntan a que no existe una única población rural, ni una sola manera de hacer educación. Se evidenciaron muchas de las exploraciones, metodologías y rutas que distintas comunidades (diversas entre sí) han adelantado como modelos educativos, y que por lo tanto, merecen ser reconocidos, estudiados y potenciados.

1.  El campo: Un territorio de oportunidades

Las iniciativas que se presentaron durante el Foro Regional de Educación Rural del Valle del Cauca evidencian la capacidad que tienen las comunidades de adelantar sus propios procesos y modelos de educación, incluyentes, diversos, interculturales y con vocación territorial. En ese sentido, Ana Milena Lemos, directora ejecutiva de la Fundación Caicedo González Riopaila Castilla, cree que la educación rural requiere metodologías, programas y modelos flexibles que puedan responder a la propia visión de desarrollo de las comunidades y a sus proyectos de vida.

“No es solo diseñar una oferta educativa para el territorio. Se debe proyectar una mirada hacia las necesidades de quienes se forman para trabajar en él, para que puedan, por ejemplo, incrementar la productividad y cumplir sus metas”, afirmó.

Es decir, que resulta necesario propiciar que los niños y jóvenes encuentren en la educación la posibilidad de alcanzar sus metas y de potencializar sus territorios. Según ella, las comunidades no quieren que les lleguen con educación superior que los saque del campo, sino una que le agregue un valor y lo haga más atractivo. Por ejemplo, que los jóvenes encuentren en las nuevas tecnologías estrategias que mejoren los emprendimientos y procesos de producción de sus padres o vecinos.

2. Cerrar brechas educativas y tecnológicas

Es necesario considerar que existe una brecha entre los estudiantes urbanos y rurales. El desarrollo de competencias no es el mismo, y así lo evidencian, por ejemplo, los bajos resultados en las Pruebas Saber y la poca población rural que logra acceder a la educación superior. Además, existen altos índices de deserción universitaria de los jóvenes rurales, debido, sobre todo, a que no cuentan con los recursos para su sostenimiento.
Por lo anterior,  Lemus plantea la necesidad de que existan mayores inversiones que apalanquen la formación académica de los habitantes del  sector rural.

El otro reto evidenciado durante el foro  es la necesidad de entender la clara  modernización e innovación de la producción agraria y las competencias y habilidades que como tal exige, para capacitar, entonces, a estudiantes y docentes.

62 % de los niños y jóvenes del campo no accede a la educación media y el 99 % de estos mismos, no ingresa a la educación superior.

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En la Mesa Principal: Odílmer de Jesús Gutiérrez, secretario de Educación Departamental; Ramíro Mariño,  gerente corporativo del grupo Agroindustrial Riopaila Castilla; Diego Bustamante, alcalde de Florida,  y Ana Milena Lemus, directora ejecutiva de la Fundación Caicedo González Riopaila Castilla.                                                                                                                                 El evento contó con la masiva participación de docentes de colegios y universidades de todo el Valle del Cauca.

Foto: Especial para El País.

3. Oferta académica:  Pertinencia educativa

La ruralidad requiere una ampliación en la oferta educativa, contar con nuevas infraestructuras que presten tal servicio y que reconozcan las necesidades de los programas agrarios, técnicos o tecnológicos que le sumen oportunidades personales,  profesionales laborales y económicas a la población del campo.

José Leonardo Campo Mestizo, coordinador de la Institución Departamental de Educación Básica Indígena Comunitaria y Complementaria, Idebic, menciona, por ejemplo, que se requieren parcelas y terrenos para poner en práctica los saberes del cultivo de la tierra.

«Antes le pediámos permiso a un vecino, que nos prestará por un año la parcelita, porque ya después de ese tiempo lo normal es que la necesite, por eso  la escuela rural como mínimo debe contar con una hectárea o una plaza, para que el muchacho estudie y se unte de la tierra. Además, se debe capacitar a los maestros  para que tengan visión mas amplia del campo»,  explica José Leonardo Campo Mestizo.

En este sentido, Florida, actualmente, adelanta conversaciones para crear una universidad que atienda a su población y por que no a la del resto de municipios del Valle. Sin embargo, no se trata solo de una ampliación del servicio sino también, de hacer una revisión de los programas más acordes a las características de los contextos y las necesidades del sector productivo.

Ahora bien, también, se demanda el diseño de nuevos programas que desarrollen otras dimensiones de los sujetos, particularmente, aquellos artísticos y culturales, que les permitan a las comunidades un crecimiento  integral.

4. Trabajo en redes: Articulación
entre sectores

Potencializar el trabajo en redes es una propuesta que nace desde el Ministerio de Educación Nacional, en el marco de la Política de Educación Superior Rural. Para hacerlo, es necesario reconocer y respetar el trabajo previo de cada uno de los actores del territorio, unir sus fuerzas y democratizar la toma de decisiones. Todo en función de construir iniciativas consensuadas, que optimicen y fortalezcan los conocimientos y valores agregados que cada sector aporta.

Carmen Rengifo, coordinadora de la Fundación Caicedo González, explica que es necesario que se establezcan las redes indicadas para articular a cada sector, como el académico y productivo, pero que además, se cuente con la  presencia de las instancias centrales, como el Ministerio de Educación Nacional y el Ministerio de Agricultura. Es decir, “todos aquellos sectores que tengan algo que decir frente al desarrollo rural en los territorios”, puntualizó.

5. Educación para la paz: Desarrollo sostenible

Durante el Foro se mencionó que las experiencias de las comunidades muestran que la solidaridad y cooperación, valores propios del campo, son importantes para construir las líneas de una educación para la paz.

Al respecto, Carmen Rengifo afirmó que “el trabajo adelantado desde la ruralidad tiene elementos potenciales que se pueden retomar en la coyuntura del posconflicto”. Para ella, es importante, por ejemplo, el reconocimiento de las identidades culturales y la implementación de un enfoque diferencial como elemento transversal a toda la definición de currículos y de modelos educativos.

Jose Leonardo Campo Mestizo, coordinador del Idebic, institución con sus propios programas académicos, afirmó que para la comunidad nasa y demás pueblos indígenas resulta importante fortalecer la educación con algunos componentes de su cosmovisión y sabiduría ancestral como: territorio, jurisdicción, salud, economía y espiritualidad. Además, de promover un cultivo respetuoso y sostenible de la tierra, sin hacerle daño a los estilos de vida y culturas de las otras comunidades (afrodescendientes, campesinas, etc). Es decir, propiciando un desarrollo sostenible para todos y para la naturaleza.

Más detalles:

*Hace un mes se creó La Mesa de Educación Rural del Valle (Merva) para trabajar intersectorialmente en la construcción de los lineamientos de la política regional de Educación Rural del Valle.

* La Institución Departamental de Educación Básica Indígena Comunitaria y complementaria, Idebic, actualmente dicta una tecnología sobre el liderazgo para su pueblo, dictada por sus ‘mayores’. El sueño del pueblo nasa es que el Ministerio de Educación reconozca sus esfuerzos y de ese modo,  ganar poco a poco, un reconocimiento de sus propios modelos.

Fuente de la Noticia:

http://www.elpais.com.co/familia/conozca-algunos-de-los-retos-de-la-politica-de-educacion-rural-del-valle-del-cauca.html

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Colombia: Consenso para reformar la educación médica

Colombia/07 de noviembre de 2017/Por: Pablo Correa/Fuente: https://www.elespectador.com

Esta semana se reunieron en Montería, Córdoba, decanos de 49 facultades de medicina para pactar un revolcón en la formación de los médicos que necesita Colombia. Desde 1965 no se promovía un cambio tan profundo.

En julio del año pasado varias mujeres se atrevieron a mostrar las heridas que dejaron los falsos cirujanos plásticos en sus cuerpos. La mayoría de esos médicos habían realizado unos cuantos cursos en Brasil y regresado para validarse ante el Ministerio de Educación como cirujanos plásticos. El episodio, entre todas las consecuencias legales y políticas que desató, tuvo un efecto positivo y fue que terminó por convencer al Gobierno, a los gremios médicos y a las facultades de medicina de que era hora de cumplir con una tarea pendiente por varias décadas: reformar la educación médica.

Así nació lo que esta semana pasó a conocerse como el Consenso de Montería. Durante tres días, decanos de 49 de las 55 facultades de medicina del país se reunieron para analizar y discutir cómo hacer una profunda cirugía a la formación de las nuevas generaciones de médicos, desde los pregrados hasta los posgrados.

Todos son conscientes de que salir de la perpetua crisis del sistema de salud colombiano exige formar médicos con una nueva mentalidad, nuevas habilidades, otra actitud ante su profesión y valores distintos.

Las 104 propuestas

A Montería llegaron todos con un documento bajo el brazo que ya contenía 104 propuestas. Fue elaborado entre agosto de 2016 y febrero de 2017 por una comisión independiente conformada por 13 personas, entre representantes del Gobierno, los gremios médicos, hospitales y EPS, así como un estudiante de posgrado y una secretaria de salud. Del total de propuestas, 45 estaban relacionadas directamente con nuevos planteamientos curriculares y cambios dentro de las facultades de medicina.

“Una reestructuración tan profunda de la educación médica en Colombia no se realizaba desde 1965, cuando se planteó el plan de estudios de medicina en el país”, cuenta Gustavo Adolfo Quintero, presidente de la junta directiva de Ascofame, decano de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario y quien está empeñado en que la reforma no muera en el camino. De hecho, la reunión en Montería tiene un mensaje político en el trasfondo: si el Ministerio de Salud y el de Educación no quieren avanzar en las tareas que les corresponden, ellos harán su parte, no importa lo que ocurra.

Todos conocen los problemas que los tocan directamente como educadores. Y la lista es larga. Los estudiantes de medicina, por ejemplo, pasan casi toda su carrera encerrados en hospitales de alta complejidad, aunque más del 90 % de las consultas médicas que hacen los colombianos corresponden a atención primaria. Esto provoca que al graduarse sepan enfrentar el tratamiento de un paciente renal crónico, pero queden paralizados ante una migraña.

Saben que todos sus estudiantes son formados para un mismo destino, ejercer la medicina clínica, y les cierran en las narices la posibilidad de convertirse en investigadores o expertos en salud pública. También, el énfasis en la medicina especializada, por encima de la general y familiar, es excesivo. Una lista a la que se debe añadir la enseñanza de contenidos que no tienen relevancia para las poblaciones colombianas y que se dejan por fuera las variaciones epidemiológicas de las distintas regiones y poblaciones colombianas.

Los puntos de la reforma

El primer paso, y el más importante, es que los médicos retoman el liderazgo y el poder de su propia educación con la conformación del Consejo General de Educación Médica, del que harán parte los decanos de las facultades de medicina y que tendrá como invitados permanentes al Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación y la Asociación Colombiana de Universidades (Ascun).

Otro elemento central será trazar un mejor perfil y unos requisitos para el ingreso de los estudiantes de medicina. Un problema identificado en distintas evaluaciones es que quienes hoy acceden a los cupos universitarios son los estudiantes con los puntajes más altos en las Pruebas Saber, pero eso no significa que sean los más aptos para una carrera como la medicina. La idea de la reforma es que las facultades evalúen otras habilidades y valores entre las personas que ingresen a sus aulas.

También se definirá un núcleo curricular básico, de tal manera que cualquier nuevo médico en Colombia sea capaz de enfrentar ciertos problemas esenciales del país. Todos mantendrán su autonomía universitaria, pero acordarán unas capacidades mínimas entre sus egresados.

La flexibilidad en la educación médica fue otro punto de acuerdo en Montería. No todos los estudiantes de medicina se deben convertir en médicos clínicos. Existen muchos caminos para ellos, desde administradores de servicios de salud hasta investigadores en ciencias básicas. Varios puntos de la reforma apuntarán a abrirles nuevos caminos y conectar a los egresados con programas de maestría y doctorados en áreas no médicas.

El lío de los posgrados

Un punto neurálgico de la reforma tiene que ver con los posgrados o especializaciones: “residencias”, como se los conoce en el argot médico. En Colombia, a diferencia de muchos países, los médicos que acceden a un cupo para especializarse caen en una trampa mortal, porque, por un lado, deben pagar altas matrículas y, por otro, no pueden trabajar ni reciben un pago por asumir una gran parte de la carga laboral de los hospitales en que se preparan. Esto conduce a la mayoría a crisis financieras que unos solventan con préstamos o ahorros, y muchos lo hacen realizando turnos ilegales en horarios extraoficiales para conseguir el dinero que necesitan. (A los médicos residentes nadie les quiere pagar)

“La discusión aquí está concentrada en si apostamos por laboralizar o becarizar a los residentes de las especializaciones”, explicó Quintero. La mayoría de decanos se inclina por la segunda opción. Esto implicaría crear con el Gobierno un fondo de becas para que ellos reciban un estipendio y replantear los valores que hoy pagan en muchas universidades.

Luis Carlos Ortiz, director de Desarrollo y Talento Humano en Salud del Ministerio de Salud y Protección Social, reconoce que ese es un punto necesario pero crítico al mismo tiempo, por las diferentes visiones. En el Congreso de la República, por ejemplo, avanza un proyecto de ley respaldado por algunas organizaciones médicas para que los residentes reciban un salario y no paguen nada de matrícula. “El Gobierno comparte el propósito de esas iniciativas, pero la discusión es la financiación. Esperamos que sea un instrumento viable jurídica y operativamente”, responde Ortiz, quien recibió como una buena noticia el consenso entre las facultades de medicina: “Estamos a la espera de las conclusiones”. (Lea acá: Médicos residentes exiguen que les paguen)

Entre todos los frentes de trabajo, uno en el que Gobierno y médicos han avanzado un poco más y están alineados es el establecimiento de una denominación clara y unificada de las distintas especializaciones que se ofrecen en el país y esperan limitar la lista de 130 denominaciones diferentes a no más de 75, para controlar el desorden que se ha estado presentando.

Carlos Palacio, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, calificó el encuentro “como el más importante en los últimos 25 años”. Para él, uno de los retos para sacar adelante esta reforma en las universidades públicas es el financiamiento. Sin fondos para reorganizar algunas cosas será difícil concretar los compromisos. Pero sabe que la reforma es también una necesidad.

Quintero y los decanos lamentaron que el Ministerio de Educación no esté tan interesado como ellos en la reforma. “El Ministerio de Educación no nos ha parado bolas”, se queja el médico. Ni las cartas, ni las citas que han pedido, mucho menos las invitaciones a asistir a sus reuniones, han recibido respuestas positivas. “No podemos esperar más tiempo. Trataremos de sacar adelante los cambios que están en nuestras manos”.

 

Fuente de la Noticia:
https://www.elespectador.com/noticias/salud/consenso-para-reformar-la-educacion-medica-articulo-721537
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Colombia: Concejo de Cartagena conformará planes maestros de educación e infraestructura

Colombia/06 noviembre 2017/Fuente: caracol.com.co

La idea nació durante el estudio del presupuesto 2018 para la educación en Cartagena.

El Concejo Distrital comisionó a los concejales César Pión, Javier Curi, Américo Mendoza, Lewis Montero, y a Duvinia Torres, para que conformen una mesa de trabajo y, en conjunto, con gremios, asociaciones, y sindicatos, elaboren planes maestros de infraestructura y educación.

La iniciativa surgió luego de que en plenaria, el secretario de Educación, Jaime Hernández, expusiera la ejecución presupuestal del 2017 con corte a 30 de septiembre, y diera a conocer la proyección presupuestal de dicha Secretaría para el año 2018.

Así mismo, tuvieron la oportunidad de participar en la sesión el presidente del Sindicato Único de Educadores y Trabajadores de la Educación de Bolívar (SUDEB), Medardo Hernández, y la representante de Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Educación (Sintrenal) Bolívar, Doris Pérez, así como el representante del área de Planeación de la Secretaría de Educación, José Gómez, el director de Cobertura de la misma secretaría, Iván Sanes.

Los concejales de Cartagena manifestaron su preocupación por la deficiencia en infraestructura y calidad de las instituciones educativas oficiales de la ciudad, por lo que pidieron, además, se dé a conocer con más detalles un informe de inversión en infraestructura, específicamente los 66 mil millones que se le dieron en la administración anterior.

Presupuesto de la Secretaría de Educación

El secretario de Educación, Jaime Hernández, explicó la ejecución del presupuesto de 2017, y los alcances del presupuesto proyectado para el 2018. Indicó que este año se inició con 392 mil 085 millones de pesos, luego un definitivo de 460 mil 558 millones de pesos; la ejecución va en un 73% a corte de 30 de septiembre; es decir, 337 mil 382 millones de pesos depurado entre funcionamiento e inversión.

Con relación al presupuesto de la vigencia fiscal 2018, presentan una propuesta de 486 mil 923 millones de pesos, discriminados así: 8 mil treinta millones para gastos de funcionamiento; y 478 mil 893 millones de pesos para inversión.

“La educación en nuestra ciudad está en un estado delicado, por eso se deben tomar decisiones sabias en pro de mejorar y beneficiar a nuestros niños y adolescentes. Tenemos el ánimo de reconocer los errores, corregirlos, y trabajar de la mano con el Concejo”, añadió Hernández.

José Gómez, director del área de Planeación de la Secretaría de Educación, expresó que la inversión en infraestructura educativa estaba enfocada principalmente a la adecuación de los ambientes complementarios de la Institución Educativa de Pontezuela, a la adecuación de ambientes necesarios para la institución de Islas del Rosario, y en la construcción de otra institución en el barrio El Pozón y en Tierra Baja.

Por otro lado, Iván Sanes, indicó que para brindar dos raciones de comida para los 90 mil estudiantes que tiene el Distrito, son necesarios 80 mil millones de pesos, y que en este momento la Secretaría no los tiene. “Por el momento estamos brindando una sola ración a los estudiantes, pues no tenemos recursos para brindarles las dos raciones. Pero queremos resaltar que estamos dando alimentos de calidad”.

Participación de SUDEB y Sintrenal

El presidente del Sindicato Único de Educadores y Trabajadores de la Educación de Bolívar (SUDEB), Medardo Hernández, afirmó: “Envío un S.O.S. para que juntos enfrenemos la des financiación en el tema educativo. Hay más de 40 billones de pesos de déficit entre el 2012 y el 2016”.

Manifestó de igual manera, que en menos de una semana, en cinco colegios oficiales de la ciudad se ha caído parte de su infraestructura, afectando a algunos estudiantes, por lo que se hace necesario un profundo estudio de las inversiones en infraestructura. Dejó en la Corporación un informe de la Contraloría que recomienda se estudien con detenimiento los recursos de educación.

La representante de Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Educación (Sintrenal) Bolívar, Doris Pérez, apoyó a Hernández, y pidió al Alcalde (e) la revisión del presupuesto destinado para la educación, con el fin de que no exista una discriminación del personal administrativo en cuanto a los acuerdos de bienestar laboral.

El concejal, César Pión González, aseguró que la Corporación edilicia tiene las mejores intenciones de contribuir, desde sus funciones y alcances, con el mejoramiento de las problemáticas de la ciudad, sobre todo en el tema de la educación. Instó a los concejales y a los ciudadanos a trabajar en una mesa de trabajo para la elaboración de un plan maestro educacional y de infraestructura.

“Se nombró una comisión, y creo que es la única forma de empezar a trabajar mientras todo lo que hagamos acá es incierto porque primero, no tenemos un presupuesto que alcance y llene las expectativas y segundo, lo que ocurre con respecto a las elecciones nos tiene con incertidumbre”, añadió.

También se refirió a la iniciativa de que el nuevo Alcalde que asuma luego de las próximas elecciones, pueda adoptar el Plan de Desarrollo de Primero La Gente: “Yo creería que podría ser un gesto bueno con la ciudad porque de lo contrario, toda esta discusión del presupuesto, durante tres meses se perdería; y un plan de desarrollo tendría que fabricarse y nos quedaría un año y seis meses para ejecutarlo”.

Luis Cassiani Valiente, cabildante del partido Cambio Radical, manifestó que tiene muchas inquietudes en cuanto a las inversiones en la infraestructura escolar. De igual forma, indicó que se hace necesario el estudio de la situación de la educación superior en la ciudad, pues existen un gran porcentaje de jóvenes de escasos recursos que no han podido acceder a la misma.

Por otro lado, el concejal Javier Curi Osorio, realizó un análisis en cuanto a la pertinencia, cobertura y calidad de la educación, siendo oportuno revisar el tipo de educación que están recibiendo los jóvenes cartageneros para fortalecer el ámbito académico, ético y social.

“Lo más importante de estos ejercicios es buscar la forma de llegar a unos acuerdos en el que pongamos unos puntos y unos objetivos y logremos cumplirlos”, dijo Curi Osorio. Destacó además, que no tiene claridad de la ejecución de la inversión en infraestructura educativa a partir de los esfuerzos que ha hecho el Distrito, especialmente, en la administración anterior, con la inversión de más de 50 mil millones de pesos en la recuperación de 66 colegios.

Curi Osorio añadió: “Un tema también muy álgido para la ciudad es lo que viene pasando alrededor del Plan de Alimentación Escolar, que vale 48 mil millones de pesos aproximadamente para atender solo un 60 o 70% de los más de 80 mil estudiantes que hay en el Distrito, y que se cubre de una manera muy parcial. No somos capaces de por lo menos darles dos raciones en las dos jornadas. Necesito más información, más claridad. Y sobre todo, les demostré que el Concejo de Cartagena efectivamente orienta recursos; gran parte de los recursos que hoy se van destinados al Plan de Alimentación Escolar, más de 20 mil millones de pesos son producto de los ingresos corrientes de libre destinación, y que la nación aporta muy poco”.

Así mismo, el cabildante David Caballero Rodríguez apoyó a sus colegas asegurando que Cartagena no avanza, entre otras cosas, porque no posee un gobierno en línea que continúe el desarrollo de los planes que se propongan. “Queremos que el 2018 sea el año de la educación. Invitamos a los empresarios a unirse con distintas iniciativas para mejorar los procesos educativos de nuestra ciudad”.

Con relación al presupuesto para educación, también intervino Américo Mendoza Quessep, concejal del partido ASI, para manifestar que “preocupa algunas cosas: la des financiación de algunos componentes que cada vez se vuelven esenciales en la educación, como es lo de alimentación escolar que no está estimado dentro de lo que son las transferencias de Ley 71, que es la de Sistema General de Participación, y el Distrito tiene una parte de recursos. Yo lo que veo es que se puede arrancar y financiarlo varios meses y posteriormente o se hará un traslado presupuestal o se adelantará la gestión a ver cómo se mejoran los ingresos, y se hace una reasignación más adelante”.

Explicó que ve con preocupación que la educación está siendo decreciente, pues todos los años hay una reducción de aproximadamente 1.500 estudiantes, y no existen explicaciones claras de cómo se podría solucionar esa problemática.

Fuente: http://caracol.com.co/emisora/2017/11/06/cartagena/1509925574_646279.html

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