Page 34 of 440
1 32 33 34 35 36 440

Colombia: la generación que perdió el miedo

Por: Víctor Linares / El Salto


Según un informe del observatorio de violencia policial de Temblores, la policía cometió 289 homicidios entre 2017 y 2019


Los jóvenes de Colombia, con poco o nada que perder, protagonizan uno de los estallidos con mayor represión policial de los últimos años en América Latina.

Ropa cómoda, documento de identidad, tarjeta bancaria, botella de bicarbonato con agua, pañoleta, mascarilla, algo de comer, agua, cuaderno, cámara, chaleco, máscara antigás, casco y carné de prensa. Esto es lo que guarda en su mochila Julieth Rojas, de 20 años, cada vez que va a cubrir las manifestaciones que empezaron el 28 de abril. Miles de personas, en gran parte jóvenes, salieron a las calles en contra de una reforma tributaria que pretendía ajustar el cinturón fiscal a los hogares más pobres, que suman más de la mitad de la población y que ya tenían serios problemas económicos antes de la pandemia. La represión policial no tardó en llegar, pero Rojas es firme: “La gente tiene más miedo a quedarse callada que a que la maten”.

La presión de las protestas obligó al Estado a retirar la reforma tributaria tras cuatro días de movilizaciones y 21 homicidios de manifestantes, según publicó la ONG Temblores. El ministro de Hacienda y la titular de Exteriores dimitieron y el presidente de Colombia, Iván Duque, anunció una mesa de negociación con el comité nacional del paro nacional, donde se agrupan las organizaciones convocantes, y también con el resto de sectores que participaban en la protesta. Sin embargo, muchos jóvenes han seguido en las calles al no sentirse representados y algunos exigieron reformas más profundas, como la de la policía.

Según un informe del observatorio de violencia policial de Temblores, la policía cometió 289 homicidios entre 2017 y 2019

Las oportunidades de futuro para la juventud colombiana se han ido reduciendo si se observa el deterioro de sus condiciones sociales y su percepción sobre lo que pasa en el país. Según datos oficiales de 2019, el 43% de los jóvenes menores de 24 años son pobres, ocho puntos más que la tasa nacional. La falta de oportunidades también es evidente con un desempleo juvenil que rozó el 30 por ciento durante los primeros meses de confinamiento. Esto se suma al clima de inseguridad en el que viven. Durante 2019, el homicidio fue la primera causa externa de muerte entre la población de 15 a 24 años, con casi 4.000 casos.

Primera línea

Julieth Rojas es voluntaria en Primera Línea, un medio alternativo que nació durante las protestas de noviembre de 2019 para contar los abusos del Escuadrón Móvil de Antidisturbios (ESMAD), unidad especial de la policía que se despliega para contener manifestaciones y que hace uso excesivo de la fuerza de forma sistemática. Según un informe del observatorio de violencia policial de Temblores, la policía cometió 289 homicidios entre 2017 y 2019. Uno de los primeros reportajes de Rojas fue sobre una de estas muertes.

Julieth Rojas es la más joven de las cuatro fotoperiodistas que tiene este medio, que con más de 300.000 seguidores en su cuenta de Instagram es toda una referencia dentro del movimiento. Esta estudiante precisa que el nombre del medio también hace referencia a los manifestantes que se colocan con escudos artesanales frente al ESMAD cuando hay cargas policiales para dar tiempo al resto de manifestantes a buscar refugio. Esta estrategia también se usó en las protestas de Chile de 2019.

Rojas y su equipo se reúnen cada vez que hay manifestaciones para revisar los lugares de las convocatorias y así repartirse las zonas para hacer una mejor cobertura. En su caso, suele cubrir la Plaza Bolívar. En este punto se encuentra el Congreso, el Palacio de Justicia y también el ayuntamiento de Bogotá. Esto hace que haya una mayor concentración policial. La joven explica que te pueden “encerrar muy fácil” por el tipo de calles que hay alrededor. Cuando se le pregunta por qué elige siempre esta zona, tras una pequeña risa, responde: “Uno se vuelve masoquista”.

A pesar de tener chaleco y carné de prensa, le han “gaseado terriblemente”, explica refiriéndose a los gases lacrimógenos, y recuerda que al principio no tenían equipo de protección y terminaban “ahogados”. Es justo en ese momento cuando entran en juego las botellas que guarda en su mochila. “Cuando hay tropel (cargas policiales), pongo el bicarbonato con agua en la pañoleta y me lo pongo en la cara, eso ayuda muchísimo”, reconoce. La joven fotógrafa relata cómo, en sus primeras coberturas, se ponía cerca del ESMAD buscando protección pero aún así no se libraba del gas ni de que le apuntaran con sus armas aturdidoras. “Uno piensa que el chaleco y el carné de prensa ayudan, pero a ellos no les importa nada”.

La policía también tiene casos abiertos sobre violencia sexual a manifestantes, por lo que para jóvenes como Rojas documentar este tipo de protestas supone un riesgo mayor. “Da mucho más miedo”, reconoce mientras que recuerda un caso en el que la policía retuvo a una chica en un Comando de Atención Inmediata (pequeñas comisarías que hay en cada barrio). “Le hicieron firmar un documento para que no dijera nada de lo que había pasado”. Por eso, siempre sale en compañía de algún amigo u otra periodista de su equipo.

Esta estudiante de último año de periodismo consigue pagar “con las uñas” los 5.000 euros que vale la matrícula en su universidad privada. Cuando habla con gente de su universidad sobre la protesta, siente que muchos lo viven con cierta distancia: “Son personas que tienen muchos privilegios, la guerra no les atacó directamente ni la falta de oportunidades”. Rojas siente que el gobierno y los medios ocultan lo que pasa en el país: “Feminicidio, desplazamientos forzados, asesinatos de líderes sociales…”. Cuando llegó la reforma tributaria, según dice, los medios alternativos mostraron lo que podría pasar si se aprobaba y “la gente se puso las pilas, ese fue el detonante”. Aunque cree que los cambios van a llevar mucho tiempo, espera que al final “merezca la pena” haber salido a las calles. Reflexiona un momento cuando se le pregunta con qué imagen se quedaría de lo que ha visto hasta ahora, pero en seguida dice: “El amor de las personas por Colombia”.

“Nos están matando”

La Defensoría del Pueblo, institución del Estado responsable de velar por el cumplimiento de los derechos humanos, documentó 42 fallecidos durante las primeras dos semanas de protestas. Por su parte, la ONG Temblores registró 40 casos de homicidios cometidos presuntamente por la policía. Las redes sociales se llenaron de vídeos donde se denunciaban los abusos policiales con mensajes como “Nos están matando” y “SOS Colombia”.

Cali, la tercera ciudad más grande de Colombia, fue el escenario de algunas de las manifestaciones más importantes del país, en su gran mayoría pacíficas. Pero también fue el epicentro de enfrentamientos entre manifestantes y el ESMAD que la llevaron a ocupar las portadas de los medios internacionales. “Cali ha sido la punta de lanza de la resistencia”, afirma David Erazo, estudiante de sociología que también trabaja como repartidor de comida a domicilio, con lo que gana unos tres euros a la semana. Erazo se unió a la protesta desde el primer día y fue testigo de algunas de estas situaciones.

Según datos de 2018 del ayuntamiento de Cali, 205.000 personas desplazadas residen en la ciudad tras huir de la guerra

“Estábamos desayunando y un compañero nos dijo por WhatsApp que venía una tanqueta”, dice con tono calmado, mientras aclara que es algo habitual ver tanquetas en las universidades públicas y que “tiene experiencia previa” sobre lo que hay que hacer. Erazo continúa explicando que en ese momento, algunos de sus compañeros que tenían escudos caseros, algunos hechos de las mismas señales de tráfico, hicieron una primera línea de defensa “para evitar los ataques más directos”. Confiesa que, aunque trató de registrarlo con su cámara, lo principal en estas situaciones es “correr a un lugar lejano” y esperar a que todo se calme.

En esta ocasión tuvo suerte y también se escapó de las balas de goma, algo que no pasa siempre. Recuerda que una vez recibió impactos en los hombros. Estos enfrentamientos duran horas, explica, y aunque se supone que la policía tiene la orden de no apuntar a zonas sensibles del cuerpo, “ellos disparan directamente a la cara”. Los cuerpos policiales en Colombia dependen del Ministerio de Defensa y no del de Interior, por lo que hay una alta impunidad de los abusos policiales. Según Temblores, solo dos de las 127 investigaciones abiertas por homicidio entre 2017 y 2019 acabaron con una condena en firme.

Erazo destaca cómo la juventud de los barrios más pobres de la ciudad salió de forma espontánea y que, según él, los jóvenes son los que más “han nutrido” a la protesta. Continúa explicando que Cali es una ciudad donde se concentran muchas personas que fueron desplazadas por el conflicto y llegaron a zonas “con acceso casi nulo a servicios básicos como alcantarillado y electricidad”. Según datos de 2018 del ayuntamiento de Cali, 205.000 personas desplazadas residen en la ciudad tras huir de la guerra. Cree que “la exclusión y la falta de oportunidades” que enfrentan estos jóvenes puede explicar que fueran ellos quienes se “abanderaron del paro”. En 2022 hay elecciones presidenciales y este manifestante tiene esperanzas de que sea el momento para “focalizar toda esa rabia en un gobierno popular”.

Dispuestos a llegar hasta el final

Nia prefiere no decir su apellido, tiene 20 años y ni estudia ni trabaja. Forma parte de ese grupo que se conoce como “Nini”, y que representa el 33% de la juventud entre 14 y 28 años. Vive en uno de los barrios más pobres de Cali. Antes trabajaba poniendo etiquetas a botes de pintura en una empresa pero la despidieron cuando llegó la pandemia. Durante la protesta, se unió a Escudos Negros, un grupo urbano que forma parte de la primera línea de resistencia y que realiza bloqueos en algunas calles de la ciudad.

Estos bloqueos son una estrategia de este tipo de grupos para presionar al gobierno ya que provoca desabastecimiento de alimentos, medicinas y gasolina en la propia Cali pero también en otras ciudades principales del país. Por su parte, el presidente de Colombia remarcó que son ilegales y dejó clara la postura del ejecutivo: “Aunque no se hagan con armas o agresiones físicas, son en sí mismos unos actos que son violentos”.

Entre la firma de los acuerdos de paz en 2016 y abril de 2021, hubo 317 homicidios de líderes indígenas, según datos del Instituto de Estudios para el Desarrollo y La Paz (Indepaz)

Nia se dedica a apoyar a diferentes bloqueos de la ciudad y tiene unas funciones muy específicas cuando hay un enfrentamiento con el ESMAD. “Ayudo a devolver gases (botes de gases lacrimógenos), con la leche y el agua con bicarbonato”, explica. Cuando se le pregunta qué opina de quienes critican esta forma de protesta, en su contestación se nota rabia: “Les diría que dejen de ser tan tibios, poco empáticos e ignorantes, que no les importa el país ni lo que está pasando”.

Las demandas de estos grupos son variadas. Para ella, lo que quieren es un “verdadero diálogo de cambio” y si eso no pasa, pide la renuncia de Duque y Uribe. “Que se les baje el sueldo al salario mínimo a los congresistas, senadores y toda la gente del gobierno para que vivan con 800.000 pesos (180 euros) a ver si son capaces [de vivir] como el pueblo”, señala con ánimo encendido. El salario mínimo en Colombia en 2021 está fijado en unos 202 euros, seis euros más que el año anterior.

Se despide con una declaración breve pero decidida: “Todos nosotros estamos dispuestos a llegar al final, dispuestos a dar la vida”.

Resistencia desde la tierra

Los pueblos indígenas son un foco de resistencia en cualquier nueva movilización y en esta ocasión también se unieron a la protesta. Juan Sebastián Salazar, de 23 años, forma parte de la guardia indígena del pueblo Kite Kiwe, cuyas tierras están en una de las regiones más golpeadas por la guerra. Salazar es uno de los 20.000 defensores de la tierra que tiene esta guardia en esta zona y su función es velar por los derechos humanos en el país. “Este gobierno nos tiene doblegados por eso nos unimos al resto de los sectores y llegaremos victoriosos como pueblo”, afirma. Colombia es uno de los peores países para defender los derechos humanos pero esto es aún más peligroso para jóvenes como Salazar ya que son los tipos de liderazgo más perseguidos durante los últimos años. Entre la firma de los acuerdos de paz en 2016 y abril de 2021, hubo 317 homicidios de líderes indígenas, según datos del Instituto de Estudios para el Desarrollo y La Paz (Indepaz).

Para Salazar, participar en política más que un derecho, es una tradición. “Desde los ocho años, empezamos con formación política en la escuela”. Quizás por eso hoy es uno de los líderes de su comunidad y como tal, tiene sus propias reclamaciones para su pueblo: “Un territorio donde no haya violencia por los grupos armados ilegales, con nuevas oportunidades, eso es lo que como jóvenes soñamos”, expone, al tiempo que exige que se respeten sus “usos y costumbres”. Sin embargo, considera que es difícil con un gobierno que “llega a la negociación y luego no cumple” mientras que en cada protesta son ellos los que se ponen “en riesgo”.

Este estallido no fue la excepción. Ante los constantes enfrentamientos que había con la policía en Cali, una caravana de unas 300 personas de la guardia indígena decidió salir de sus tierras y acompañar a los manifestantes en el epicentro de la protesta. Un poco antes de llegar a la ciudad, civiles armados atacaron al grupo, presuntamente bajo la permisividad de la policía que presenció el ataque sin defender a los manifestantes. “Llegamos a un sitio donde no nos dejaron pasar, nos bajamos a dialogar con las personas y ahí fue cuando coches de marca Toyota blindados se tiraron encima de nosotros”, refiere Salazar.

Doce personas resultaron heridas, entre ellas una lideresa que recibió dos impactos de bala en el abdomen y tuvo que ser ingresada en cuidados intensivos. “Fue una experiencia muy dura, porque nosotros como guardia indígena solo tenemos los bastones de autoridad, y tener enfrente personas armadas da mucha rabia”. El líder indígena también es de los que cree que esta protesta ha sido la primera para muchos jóvenes y remarca cómo el ejemplo de lucha de los pueblos indígenas pudo ser importante para esto. “Nosotros somos referentes en hacer la resistencia, entonces los jóvenes se animaron a sumarse a esta gran causa, a esta gran lucha”, reflexiona.

Juvenicidio directo

La generación de jóvenes que tiene poco que perder se sienten cansados de ser los invisibles de este sistema. Esto hace que la confianza hacia el Estado esté muy fracturada. Según señala una encuesta del Observatorio de la Juventud en Iberoamérica, un 72% siente que el Estado es “poco o nada democrático”.

Para Germán Muñoz, profesor e investigador sobre juventud en la Universidad Nacional, hay una intencionalidad directa en provocar esta fractura: “Es una política de Estado contra los jóvenes, de asesinato sistemático y planificado”. Muñoz también es miembro de la Red Iberoamericana de debate y acción colectiva frente al juvenicidio y un estudioso de los estallidos sociales de los últimos años en la región. Explica que en Colombia hay un “levantamiento popular” de la juventud de los barrios más pobres. “Tienen hambre, rabia, están hastiados de la violencia policial, ya no aguantan más”. También critica los métodos del Estado: “Es una guerra de piedras contra armas sofisticadas de última generación de alta letalidad”. Muñoz se refiere a las tanquetas equipadas con municiones aturdidoras y perdigones que son “municiones letales” y que fueron creadas para enfrentamientos entre ejércitos, no contra manifestantes, según argumenta.

Por su parte, Rayén Rovira profesora e investigadora de la Universidad Nacional y también miembro de esta red, dice que hay un “juvenicidio directo”. Lamenta cómo la militarización de las ciudades está provocando que los hijos de las familias desplazadas por la guerra hacia las capitales sean ahora quienes están sufriendo “esa violencia que sus padres vivieron en los pueblos”.

El estallido de Colombia fue el primero de relevancia tras el parón que sufrieron las protestas que se extendían por Ecuador, Chile o Haití antes de la pandemia. Rovira piensa que el ejemplo colombiano puede “dar valor” a otros movimientos de América Latina para salir a las calles de nuevo: “Los jóvenes de Colombia fueron la chispa, quién sabe si de algo más que está por venir”.


Fuente:  El Salto.

Comparte este contenido:

Colombia: Resistir al saqueo del lenguaje: un asunto de dignidad

Por: Erick Juárez Pineda

La violencia política y social llevan, indudablemente, a la censura de la disidencia y el acallamiento de la palabra.

Esto lo señaló Natalia Duque Cardona, investigadora de la Universidad de Antioquía de Colombia, durante la ponencia “Resistir al saqueo del lenguaje. Un asunto de dignidad”, donde agregó que durante los diversos procesos de censura y represión, las prácticas de censura a la palabra son comunes, sobre todo, en Latinoamérica.

En el marco del II Coloquio Internacional sobre Prácticas Lectoras en clave Interseccional y Post-colonial: subjetividades subversivas y desdenes ontológicos desde otros mundos, Natalia Duque advirtió que  los más profundos actos de barbarie comienzan con la censura de la palabra.

“Las acciones de violencia política se acompañan de silencios estratégicos, pues lo que no se dice repercute en el estado social de una comunidad”, añadió.

Ante ello, dijo que la resistencia al despojo de la palabra es un acto de dignidad, y que ante el acto de este saqueo, la sociedad responde con cuentos, cantos, poemas, grafitis, arengas y demás palabras que se convierten en formas de rebeldía.

Resistirse al saqueo del lenguaje, se convierte en un acto de dignidad social y de poder construir alternativas a la realidad

Finalmente detalló que el lenguaje y la comprensión lectora nos aportan muchos elementos para construir sociedades democráticas y que no sean espacios de saqueo ni de barbarie.

Por su parte, Fabiana  Parra de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina, resaltó la necesidad de construir espacios universitarios y sistemas educativos decoloniales y de resistencia, pues desde estos centros se debe afinar las habilidades de escucha, comprensión y comunicación.

Para ello, explicó, se debe fomentar la lectura crítica de la sociedad desde diversas perspectivas, para dar paso a  pequeñas subversiones que formen nuevas forma de pensamiento.

Insistió que existe una necesidad de llevar a cabo una praxis que implica la articulación entre la interseccionalidad y la perspectiva filosófica materialista que implica leer los procesos y fenómenos sociales como parte de un todo complejo estructurado y articulado en el que existen contradicciones, ambigüedades que hay que atender irremediablemente.

Para ello, añadió, se deben abordar las críticas de las opresiones desde sus matrices de dominación.

También, dijo, se deben cuestionar los privilegios propios y promover micropolíticas de resistencia cotidiana

Finalmente, dijo que la interseccionalidad no puede ser un slogan, cómplice de las exclusiones sistemáticas de la colonialidad del saber y del capitalismo académico; sino una práxis integral que nos comprometa con problemas reales y urgentes

Este Coloquio  tiene como objetivo fundamental presentar algunas reflexiones en torno a experiencias o prácticas “letradas” otras, desarrolladas por fuera de los ámbitos académicos convencionales y que además de interpelar modos tradicionales de ejercer la ciudadanía, proponen operar colectivamente. Es por esto que partiendo de una comprensión de la idea de una literacidad universal, conversan en esta propuesta algunos referentes epistemológicos que van desde la perspectiva decolonial hasta aquellas en las que se pone sobre la mesa el valor de la performatividad política.

En este marco, se puntualiza en las epistemologías feministas que problematizan las formas en que se entiende la construcción del conocimiento desde el modelo económico y social actual, es decir desde el capitalismo y el patriarcado. Hay muchas discusiones sobre la falta de aplicación y pertinencia de los resultados de investigaciones elaboradas desde las burbujas académicas y del extractivismo de conocimientos que se da en muchas de las comunidades mal entendidas como “vulnerables”.

Fuente e imagen: Educación Futura

Comparte este contenido:

Organismo de DD.HH. llama a reiniciar los diálogos en Colombia

Por: Telesur.tv

La visita de la comisión internacional de DD.HH. en Colombia se extenderá hasta el próximo 10 de junio.

Un organismo internacional de Derechos Humanos llamó al Gobierno colombiano y al Comité Nacional del Paro insistir en el camino del diálogo para superar la crisis social que atraviesa el país suramericano.

La representación del organismo internacional indicó que desde la organización siempre han insistido  que cualquier crisis de derechos humanos se soluciona a través del diálogo.

Asimismo, revelaron que durante su estadía en Colombia mantendrán encuentros con los presidentes de las Altas Cortes, la representante de la Alta Comisionada de la ONU en Colombia para los Derechos humanos y autoridades locales como la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.

La Comisión de la Verdad de Colombia también se unió al pedido del organismo internacional para que se reanuden los diálogos entre el Gobierno y el Comité del Paro.

El Comité Nacional de Paro anunció el domingo la suspensión de las negociaciones con el Gobierno colombiano ante los incumplimientos de éste con el preacuerdo, el cual tiene como ejes fundamentales la garantía al derecho a la protesta pacífica y la desmilitarización en todas las regiones del país.

«Es necesario que el Gobierno acoja cuanto antes las garantías de diálogo que pide el Comité Nacional del Paro y que éste no se pare de la mesa e inicien ya la negociación impostergable. Y es necesario que el Gobierno al más alto nivel llegue a la mesa establecida por los jóvenes de Cali», indicó el órgano transicional.

En opinión del presidente de la Comisión, padre Francisco de Roux, las movilizaciones han dejado en evidencia la profunda desigualdad económica y social que ha llevado a la mitad de la población a la pobreza, campesinos sin tierra y a millones de jóvenes sin educación y empleo.

La Defensoría del Pueblo de Colombia señaló el lunes que el organismo internacional de DD.HH. durante su visita al país evaluará 584 presuntas violaciones de los derechos humanos en el marco de las protestas.

La oficina del defensor del Pueblo, Carlos Camargo anunció que entregó al organismo de DD.HH. un balance sobre las manifestaciones que estallaron el 28 de abril contra el gobierno de Iván Duque.

Carlos Camargo, aseguró que desde el 28 de abril y hasta el 03 de junio ha recibido 417 quejas que dan cuenta de 584 violaciones a los derechos humanos-

Según el jefe de la entidad, «las vulneraciones más graves se traducen en 58 casos de presuntos homicidios», de los cuales 45 ocurrieron en el departamento de Valle del Cauca (suroeste), del que Cali es capital.

https://www.telesurtv.net/news/colombia-organismo-ddhh-llama-reiniciar-dialogo-20210608-0003.html

Comparte este contenido:

Colombia: Trabajadores de la salud hacen llamado a la cordura en medio de bloqueos y manifestaciones

Trabajadores de la salud hacen llamado a la cordura en medio de bloqueos y manifestaciones

Las protestas en el marco del paro nacional han generado fuertes aglomeraciones. Este punto, en medio de un alza de los casos de Covid-19, ha importado poco a algunos al momento de salir a las calles. Hasta el momento, aunque muchos hacen uso de tapabocas, una buena cantidad también no reconoce al 100% su uso en cada jornada de marchas.

Por eso mismo La Academia Nacional de Medicina ya ha llamado la atención sobre este problema, pues varios integrantes del sector salud han asegurado que, por alguna razón, la tragedia de la pandemia, que en Colombia ya ha cobrado la vida de 91.422 personas, fue relegada a un segundo plano desde que inició el paro nacional.

Solo basta con dar una mirada a abril de 2020, mes en que las personas estaban confinadas en sus casas, temerosas de contagiarse o propagar el virus entre sus familiares, pues la pandemia había llegado de improvisto en marzo, cuando ya había tocado la puerta de varios países antes de llegar a Colombia.

Hoy, con poco más de un mes del inicio del paro, este miedo y recato parece haber desaparecido, y poco a poco se pasó del margen de 100 contagios por día a miles. En la última semana, el 4 de junio, se llegó al récord de 3.000 casos positivos reportados; y solo el 6 de junio fueron 532 muertos, para un acumulado de 91.422 fallecidos.

Remberto Burgos, médico neurocirujano, miembro la Academia Nacional de Medicina, hizo un llamado de atención respecto a este problema y se basó en el último reporte del Ministerio de Salud, en que se informó un aumento de más de 28.000 casos. «En el momento de escribir estas líneas, Colombia batió récord en la pandemia; 28.624 casos/día y más de 500 fallecimientos. Pero el enajenamiento social nos tiene indolentes: ya no importan estas cifras y la soñada inmunidad de rebaño será estampida de carneros bajo el lema: ¡a quien le tocó le tocó!», dijo.

Parece ser que la ciudadanía ha olvidado también que el virus a mutado en varias cepas (al menos 21 según el Ministerio de Salud), lo cual convierte al covid-19 en un enemigo de más cuidado que al inicio de la pandemia. Es así como la ocupación reportada por Burgos fue de 100% hace dos días y para ayer no había disponibilidad en camas UCI según el profesional de la salud.

La ocupación de camas UCI no solo afecta a las personas contagiadas por el virus, sino a otros pacientes con necesidades de cirugías urgentes. «Mi caso, de las 4 cirugías prioritarias programadas fue necesario cancelar dos. Un tumor cerebral que se avecina peligrosamente al área motora y puede dejar a este profesional con incapacidad motora y disfuncional».

Como este hay muchos casos más que Burgos tiene que presenciar todos los días. «Otra cirugía, el alivio del dolor craneofacial en paciente desesperado por la neuralgia del trigémino. Es conocida ésta como el “dolor del suicidio”, pues la intensidad es tan severa que al enfermo le provoca acabar con su existencia (muchas personas se quitaron la vida pues no había tratamiento eficaz. Hoy es una de las cirugías más exitosa en resultados)», explicó.

El neurocirujano, guiado por su estupefacción y frustración, solo pudo escribir una columna para tratar de describir lo que se siente ser un profesional de la salud atendiendo a la par casos de Covid-19 y pacientes con cirugías urgentes u otros tratamientos.

En su escrito, el médico añadió que «el personal sanitario está dejando el alma en su trabajo, su vocación esta entregada y su capacidad en el límite. Estamos cansados de hacer triage ético y de escoger por quien luchamos y a quien dejamos a merced de la historia natural de la enfermedad. Estos no son relatos de la imaginación o del realismo mágico del caribe que me acompaña», dijo.

Asimismo, el neurocirujano reconoció que las protestas han provocado un cuestionamiento en la representación de las personas y gremios en medio del paro nacional. «Surge una pregunta de sentido común: ¿a quién representan los señores de la invitación? Estos anfitriones, ¿en qué certamen democrático los eligieron? ¿Hubo votación? Llevan malquerencias individuales o consensos incendiarios de grupo. Estrictamente, ¿el sector de la salud está representado?», dijo.

En su columna «Infames», el médico hizo un llamado tácito en medio de la emergencia en los centros de salud: mayor sensatez en medio del paro nacional, frenar «el mortal ascenso de la pandemia» y adherirse a los protocolos de bioseguridad, además de proteger al personas que expone su salud para cuidar la de otros.

Fuente de la Información:

Parece ser que la ciudadanía ha olvidado también que el virus a mutado en varias cepas (al menos 21 según el Ministerio de Salud), lo cual convierte al covid-19 en un enemigo de más cuidado que al inicio de la pandemia. Es así como la ocupación reportada por Burgos fue de 100% hace dos días y para ayer no había disponibilidad en camas UCI según el profesional de la salud.

La ocupación de camas UCI no solo afecta a las personas contagiadas por el virus, sino a otros pacientes con necesidades de cirugías urgentes. «Mi caso, de las 4 cirugías prioritarias programadas fue necesario cancelar dos. Un tumor cerebral que se avecina peligrosamente al área motora y puede dejar a este profesional con incapacidad motora y disfuncional».

Como este hay muchos casos más que Burgos tiene que presenciar todos los días. «Otra cirugía, el alivio del dolor craneofacial en paciente desesperado por la neuralgia del trigémino. Es conocida ésta como el “dolor del suicidio”, pues la intensidad es tan severa que al enfermo le provoca acabar con su existencia (muchas personas se quitaron la vida pues no había tratamiento eficaz. Hoy es una de las cirugías más exitosa en resultados)», explicó.

El neurocirujano, guiado por su estupefacción y frustración, solo pudo escribir una columna para tratar de describir lo que se siente ser un profesional de la salud atendiendo a la par casos de Covid-19 y pacientes con cirugías urgentes u otros tratamientos.

En su escrito, el médico añadió que «el personal sanitario está dejando el alma en su trabajo, su vocación esta entregada y su capacidad en el límite. Estamos cansados de hacer triage ético y de escoger por quien luchamos y a quien dejamos a merced de la historia natural de la enfermedad. Estos no son relatos de la imaginación o del realismo mágico del caribe que me acompaña», dijo.

Asimismo, el neurocirujano reconoció que las protestas han provocado un cuestionamiento en la representación de las personas y gremios en medio del paro nacional. «Surge una pregunta de sentido común: ¿a quién representan los señores de la invitación? Estos anfitriones, ¿en qué certamen democrático los eligieron? ¿Hubo votación? Llevan malquerencias individuales o consensos incendiarios de grupo. Estrictamente, ¿el sector de la salud está representado?», dijo.

En su columna «Infames», el médico hizo un llamado tácito en medio de la emergencia en los centros de salud: mayor sensatez en medio del paro nacional, frenar «el mortal ascenso de la pandemia» y adherirse a los protocolos de bioseguridad, además de proteger al personas que expone su salud para cuidar la de otros.

Fuente de la Información: https://www.vanguardia.com/colombia/trabajadores-de-la-salud-hacen-llamado-a-la-cordura-en-medio-de-bloqueos-y-manifestaciones-DD3858140

 

Comparte este contenido:

Colombia: Triage ético en Santander: Ocupación UCI en el departamento está en 99.39%

Triage ético en Santander: Ocupación UCI en el departamento está en 99.39%

Una difícil situación se vive en todos los centros médicos de Santander. A la fecha, con cerca de 12 mil casos activos de COVID-19, las Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, están al borde del colapso.

De acuerdo con un comunicado de la Secretaría de Salud de Santander, ante la llegada del tercer pico de la pandemia con presencia de las variantes brasilera y británica del virus SARS-CoV-2, sumado a la situación de orden público y el incremento sostenido de contagios la disponibilidad de camas UCI en el departamento es del 0.45%.

“En consecuencia, además de acrecentar el agotamiento del personal de salud que durante más de un año ha enfrentado la pandemia, el preocupante escenario activó el Triage Ético, estrategia que permite bajo objetivos y criterios médicos, la toma de decisiones complejas para aliviar la ocupación de la red hospitalaria” indicó la Secretaría en un comunicado.

A la fecha, de las 672 camas de UCI en Santander solo hay 3 disponibles. Adicionalmente, son más de 39 personas las que esperan un cupo en estas zonas hospitalarias.

De las 12.863 personas con el virus activo en Santander, 391 están en UCI, 781 se recuperan en hospital y 11.691 están en casa. Además, 15 pacientes COVID de otros departamentos se recuperan en UCI de Santander.

Imagen

La Gobernación mediante comunicado informó que, pese a que se ha ampliado en un 122% la capacidad instalada de las instituciones de salud, las EPS por instrucción del Ministerio de Salud y Protección Social (Minsalud), “deben realizar un plan de acción que entre otras medidas, active también el procedimiento de remisión para la atención oportuna de pacientes en el territorio nacional”.

La Gobernación indica que, con la apertura de nuevos grupos poblacionales para la inmunización contra el COVID, se espera que el incremento de casos disminuya en el transcurso de dos semanas.

Mientras el departamento enfrenta el pico más duro desde que comenzó la pandemia, la misma Gobernación ha anunciado una reapertura de varios sectores económicos, que incluye derogar medidas como Pico y Cédula y Toque de Queda.

Dichas decisiones han sido fuertemente criticadas por el gremio médico, epidemiólogos que han acompañado los Puestos de Mando Unificado y la comunidad en general que ve con asombro cómo los casos nuevos de COVID en Santander se reportan por mil diarios y los muertos entre 30 y 40 al día.

Fuente de la Información: https://www.vanguardia.com/area-metropolitana/bucaramanga/triage-etico-en-santander-ocupacion-uci-en-el-departamento-esta-en-9939-EH3854798

Comparte este contenido:

El Comité del Paro denuncia la negativa del gobierno colombiano a negociar un pliego de emergencia

Por: Agencia Telesur

  • Francisco Maltés, de la Central Unitaria de Trabajadores: “hoy ha quedado constatado una vez más que el Gobierno no quiere negociar ni el pliego de emergencia, ni negociar, prefiere la vía de la represión”.
  • En una nueva jornada nocturna de represión por parte del ESMAD, se denunció el asesinato de tres personas en la ciudad de Cali.

El Comité del Paro Nacional ha denunciado que el Gobierno del presidente de Colombia, Iván Duque, rechaza negociar incluso el pliego de emergencia, en el marco de las protestas populares que se han prolongado ya por 38 días.

Delegados del Comité del Paro y del Gobierno sostuvieron este viernes un nuevo encuentro con la intención de avanzar en conversaciones que buscan un acuerdo que finalice las manifestaciones, que se realizan desde el 28 de abril pasado.

El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Francisco Maltés, declaró, al finalizar la reunión, que “hoy ha quedado constatado una vez más que el Gobierno no quiere negociar ni el pliego de emergencia, ni negociar, prefiere la vía de la represión”.

Subrayó que el Comité ha insistido en que “debe parar la violencia y brutalidad policial. No más asesinatos”.

Maltés dijo que si el Ejecutivo insiste en negarse a rubricar el preacuerdo de garantías, el cual se convino el 24 mayo anterior en presencia de tres ministros y otros funcionarios, el punto se llevará a la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que arribará al país la semana entrante.

El consejero presidencial para la Estabilización, Emilio José Archila, por su parte, pidió al Comité Nacional del Paro que respete la metodología de trabajo convenida para avanzar en las pláticas.

Jornada de represión

Medios locales y usuarios de Twitter, en tanto, reportaron una nueva jornada nocturna de represión por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la Policía Nacional, contra manifestantes en la ciudad de Cali, cabecera del suroccidental departamento de Valle del Cauca.

El proyecto de comunicación alternativa Periferia Prensa denunció en su cuenta de Twitter que el ESMAD disparó contra las personas que se manifestaban en la zona de Paso del Comercio, en Cali, con un saldo de tres muertos y cinco heridos.

Otros usuarios dijeron que las personas heridas de bala ascendían a ocho.

Un balance ofrecido por la organización no gubernamental (ONG) Temblores, a través de su plataforma Grita, señaló que desde el 28 de abril hasta el 31 de mayo, se han registrado 1.649 detenciones arbitrarias contra los manifestantes, así como 3.789 casos de violencia policial.

Igualmente, 1.248 personas han sido víctimas de violencia física, se han reportado 45 homicidios por parte de la policía, presuntamente; 705 intervenciones violentas, 65 personas con lesiones oculares, 187 casos de disparos de arma de fuego y 25 hechos de violencia sexual.

Fuente e imagen: https://www.tercerainformacion.es

Comparte este contenido:

Denuncian nuevos actos de represión por el Esmad en Bogotá, Colombia

América del Sur/Colombia/04-06-2021/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Estas acciones del Esmad han sido recurrentes en los más de 35 días de movilizaciones y marchas contra el presidente Iván Duque.

Tras la movilizaciones contra el presidente colombiano Iván Duque, en varios sectores de la capital, Bogotá se reportaron en horas de la noche incidentes de represión por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) contra los manifestantes.

De acuerdo al reporte de medios alternativos y organizaciones de Derechos Humanos, en las cercanías del Portal Suba, el Esmad hostigó a periodistas y defensores de DD.HH. que se encontraban en el sitio.

Estas acciones del Esmad han sido recurrentes en los más de 30 días de movilizaciones y marchas contra el presidente Iván Duque.

La jornada de violencia del pasado miércoles dejó en la capital colombiana al menos siete heridos, entre los que se encuentra un fotoreportero del medio Colombia Informa.

Según cifras de la La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), el caso del fotoreportero herido se suma al patrón de ataques contra la prensa perpetrados por la fuerza pública que alcanzan 108 agresiones en 34 días de protestas.

En total la FLIP ha registrado 210 agresiones y 243 víctimas durante las manifestaciones de este año.

La empresa de TransMilenio se pronunció esta semana sobre las denuncias de que sus instalaciones han sido usadas por las fuerzas policiales y el Esmad como centro de detención durante las protestas en la capital colombiana.

En respuesta al pedido presentado por el concejal de Bogotá, Diego Cancino en relación a las denuncias, el gerente de TransMilenio, Felipe Ramírez, confirmó que, en Portal de Suba fueron detenidos 4 manifestantes el 19 de mayo, mientras que en Portal Américas se detuvieron a otros 10, entre ellos una mujer entre el 3 y 4 de mayo.

Estas declaraciones generan mayor polémica, pues la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz junto con las organizadoras del Espacio Humanitario Itinerante «Al Calor de la Olla» revelaron que hay información de 1.425 casos de personas heridas por el accionar de la Fuerza Pública.

Desde Justicia y Paz además manifestaron que recibieron información de 20 casos de tortura, de los cuales 8 se encuentran documentados; 12 casos de violencia sexual, 3 de ellos documentados; 16 reportes documentados de lesiones oculares, 2 de ellos con perdidas totales; 68 capturas ilegales, no reportadas ante las autoridades competentes.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/colombia-denuncia-represion-esmad-barrios-bogota-20210604-0004.html

Comparte este contenido:
Page 34 of 440
1 32 33 34 35 36 440