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Colombia: Resistir al saqueo del lenguaje: un asunto de dignidad

Por: Erick Juárez Pineda

La violencia política y social llevan, indudablemente, a la censura de la disidencia y el acallamiento de la palabra.

Esto lo señaló Natalia Duque Cardona, investigadora de la Universidad de Antioquía de Colombia, durante la ponencia “Resistir al saqueo del lenguaje. Un asunto de dignidad”, donde agregó que durante los diversos procesos de censura y represión, las prácticas de censura a la palabra son comunes, sobre todo, en Latinoamérica.

En el marco del II Coloquio Internacional sobre Prácticas Lectoras en clave Interseccional y Post-colonial: subjetividades subversivas y desdenes ontológicos desde otros mundos, Natalia Duque advirtió que  los más profundos actos de barbarie comienzan con la censura de la palabra.

“Las acciones de violencia política se acompañan de silencios estratégicos, pues lo que no se dice repercute en el estado social de una comunidad”, añadió.

Ante ello, dijo que la resistencia al despojo de la palabra es un acto de dignidad, y que ante el acto de este saqueo, la sociedad responde con cuentos, cantos, poemas, grafitis, arengas y demás palabras que se convierten en formas de rebeldía.

Resistirse al saqueo del lenguaje, se convierte en un acto de dignidad social y de poder construir alternativas a la realidad

Finalmente detalló que el lenguaje y la comprensión lectora nos aportan muchos elementos para construir sociedades democráticas y que no sean espacios de saqueo ni de barbarie.

Por su parte, Fabiana  Parra de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Argentina, resaltó la necesidad de construir espacios universitarios y sistemas educativos decoloniales y de resistencia, pues desde estos centros se debe afinar las habilidades de escucha, comprensión y comunicación.

Para ello, explicó, se debe fomentar la lectura crítica de la sociedad desde diversas perspectivas, para dar paso a  pequeñas subversiones que formen nuevas forma de pensamiento.

Insistió que existe una necesidad de llevar a cabo una praxis que implica la articulación entre la interseccionalidad y la perspectiva filosófica materialista que implica leer los procesos y fenómenos sociales como parte de un todo complejo estructurado y articulado en el que existen contradicciones, ambigüedades que hay que atender irremediablemente.

Para ello, añadió, se deben abordar las críticas de las opresiones desde sus matrices de dominación.

También, dijo, se deben cuestionar los privilegios propios y promover micropolíticas de resistencia cotidiana

Finalmente, dijo que la interseccionalidad no puede ser un slogan, cómplice de las exclusiones sistemáticas de la colonialidad del saber y del capitalismo académico; sino una práxis integral que nos comprometa con problemas reales y urgentes

Este Coloquio  tiene como objetivo fundamental presentar algunas reflexiones en torno a experiencias o prácticas “letradas” otras, desarrolladas por fuera de los ámbitos académicos convencionales y que además de interpelar modos tradicionales de ejercer la ciudadanía, proponen operar colectivamente. Es por esto que partiendo de una comprensión de la idea de una literacidad universal, conversan en esta propuesta algunos referentes epistemológicos que van desde la perspectiva decolonial hasta aquellas en las que se pone sobre la mesa el valor de la performatividad política.

En este marco, se puntualiza en las epistemologías feministas que problematizan las formas en que se entiende la construcción del conocimiento desde el modelo económico y social actual, es decir desde el capitalismo y el patriarcado. Hay muchas discusiones sobre la falta de aplicación y pertinencia de los resultados de investigaciones elaboradas desde las burbujas académicas y del extractivismo de conocimientos que se da en muchas de las comunidades mal entendidas como “vulnerables”.

Fuente e imagen: Educación Futura

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Organismo de DD.HH. llama a reiniciar los diálogos en Colombia

Por: Telesur.tv

La visita de la comisión internacional de DD.HH. en Colombia se extenderá hasta el próximo 10 de junio.

Un organismo internacional de Derechos Humanos llamó al Gobierno colombiano y al Comité Nacional del Paro insistir en el camino del diálogo para superar la crisis social que atraviesa el país suramericano.

La representación del organismo internacional indicó que desde la organización siempre han insistido  que cualquier crisis de derechos humanos se soluciona a través del diálogo.

Asimismo, revelaron que durante su estadía en Colombia mantendrán encuentros con los presidentes de las Altas Cortes, la representante de la Alta Comisionada de la ONU en Colombia para los Derechos humanos y autoridades locales como la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.

La Comisión de la Verdad de Colombia también se unió al pedido del organismo internacional para que se reanuden los diálogos entre el Gobierno y el Comité del Paro.

El Comité Nacional de Paro anunció el domingo la suspensión de las negociaciones con el Gobierno colombiano ante los incumplimientos de éste con el preacuerdo, el cual tiene como ejes fundamentales la garantía al derecho a la protesta pacífica y la desmilitarización en todas las regiones del país.

«Es necesario que el Gobierno acoja cuanto antes las garantías de diálogo que pide el Comité Nacional del Paro y que éste no se pare de la mesa e inicien ya la negociación impostergable. Y es necesario que el Gobierno al más alto nivel llegue a la mesa establecida por los jóvenes de Cali», indicó el órgano transicional.

En opinión del presidente de la Comisión, padre Francisco de Roux, las movilizaciones han dejado en evidencia la profunda desigualdad económica y social que ha llevado a la mitad de la población a la pobreza, campesinos sin tierra y a millones de jóvenes sin educación y empleo.

La Defensoría del Pueblo de Colombia señaló el lunes que el organismo internacional de DD.HH. durante su visita al país evaluará 584 presuntas violaciones de los derechos humanos en el marco de las protestas.

La oficina del defensor del Pueblo, Carlos Camargo anunció que entregó al organismo de DD.HH. un balance sobre las manifestaciones que estallaron el 28 de abril contra el gobierno de Iván Duque.

Carlos Camargo, aseguró que desde el 28 de abril y hasta el 03 de junio ha recibido 417 quejas que dan cuenta de 584 violaciones a los derechos humanos-

Según el jefe de la entidad, «las vulneraciones más graves se traducen en 58 casos de presuntos homicidios», de los cuales 45 ocurrieron en el departamento de Valle del Cauca (suroeste), del que Cali es capital.

https://www.telesurtv.net/news/colombia-organismo-ddhh-llama-reiniciar-dialogo-20210608-0003.html

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Colombia: Trabajadores de la salud hacen llamado a la cordura en medio de bloqueos y manifestaciones

Trabajadores de la salud hacen llamado a la cordura en medio de bloqueos y manifestaciones

Las protestas en el marco del paro nacional han generado fuertes aglomeraciones. Este punto, en medio de un alza de los casos de Covid-19, ha importado poco a algunos al momento de salir a las calles. Hasta el momento, aunque muchos hacen uso de tapabocas, una buena cantidad también no reconoce al 100% su uso en cada jornada de marchas.

Por eso mismo La Academia Nacional de Medicina ya ha llamado la atención sobre este problema, pues varios integrantes del sector salud han asegurado que, por alguna razón, la tragedia de la pandemia, que en Colombia ya ha cobrado la vida de 91.422 personas, fue relegada a un segundo plano desde que inició el paro nacional.

Solo basta con dar una mirada a abril de 2020, mes en que las personas estaban confinadas en sus casas, temerosas de contagiarse o propagar el virus entre sus familiares, pues la pandemia había llegado de improvisto en marzo, cuando ya había tocado la puerta de varios países antes de llegar a Colombia.

Hoy, con poco más de un mes del inicio del paro, este miedo y recato parece haber desaparecido, y poco a poco se pasó del margen de 100 contagios por día a miles. En la última semana, el 4 de junio, se llegó al récord de 3.000 casos positivos reportados; y solo el 6 de junio fueron 532 muertos, para un acumulado de 91.422 fallecidos.

Remberto Burgos, médico neurocirujano, miembro la Academia Nacional de Medicina, hizo un llamado de atención respecto a este problema y se basó en el último reporte del Ministerio de Salud, en que se informó un aumento de más de 28.000 casos. «En el momento de escribir estas líneas, Colombia batió récord en la pandemia; 28.624 casos/día y más de 500 fallecimientos. Pero el enajenamiento social nos tiene indolentes: ya no importan estas cifras y la soñada inmunidad de rebaño será estampida de carneros bajo el lema: ¡a quien le tocó le tocó!», dijo.

Parece ser que la ciudadanía ha olvidado también que el virus a mutado en varias cepas (al menos 21 según el Ministerio de Salud), lo cual convierte al covid-19 en un enemigo de más cuidado que al inicio de la pandemia. Es así como la ocupación reportada por Burgos fue de 100% hace dos días y para ayer no había disponibilidad en camas UCI según el profesional de la salud.

La ocupación de camas UCI no solo afecta a las personas contagiadas por el virus, sino a otros pacientes con necesidades de cirugías urgentes. «Mi caso, de las 4 cirugías prioritarias programadas fue necesario cancelar dos. Un tumor cerebral que se avecina peligrosamente al área motora y puede dejar a este profesional con incapacidad motora y disfuncional».

Como este hay muchos casos más que Burgos tiene que presenciar todos los días. «Otra cirugía, el alivio del dolor craneofacial en paciente desesperado por la neuralgia del trigémino. Es conocida ésta como el “dolor del suicidio”, pues la intensidad es tan severa que al enfermo le provoca acabar con su existencia (muchas personas se quitaron la vida pues no había tratamiento eficaz. Hoy es una de las cirugías más exitosa en resultados)», explicó.

El neurocirujano, guiado por su estupefacción y frustración, solo pudo escribir una columna para tratar de describir lo que se siente ser un profesional de la salud atendiendo a la par casos de Covid-19 y pacientes con cirugías urgentes u otros tratamientos.

En su escrito, el médico añadió que «el personal sanitario está dejando el alma en su trabajo, su vocación esta entregada y su capacidad en el límite. Estamos cansados de hacer triage ético y de escoger por quien luchamos y a quien dejamos a merced de la historia natural de la enfermedad. Estos no son relatos de la imaginación o del realismo mágico del caribe que me acompaña», dijo.

Asimismo, el neurocirujano reconoció que las protestas han provocado un cuestionamiento en la representación de las personas y gremios en medio del paro nacional. «Surge una pregunta de sentido común: ¿a quién representan los señores de la invitación? Estos anfitriones, ¿en qué certamen democrático los eligieron? ¿Hubo votación? Llevan malquerencias individuales o consensos incendiarios de grupo. Estrictamente, ¿el sector de la salud está representado?», dijo.

En su columna «Infames», el médico hizo un llamado tácito en medio de la emergencia en los centros de salud: mayor sensatez en medio del paro nacional, frenar «el mortal ascenso de la pandemia» y adherirse a los protocolos de bioseguridad, además de proteger al personas que expone su salud para cuidar la de otros.

Fuente de la Información:

Parece ser que la ciudadanía ha olvidado también que el virus a mutado en varias cepas (al menos 21 según el Ministerio de Salud), lo cual convierte al covid-19 en un enemigo de más cuidado que al inicio de la pandemia. Es así como la ocupación reportada por Burgos fue de 100% hace dos días y para ayer no había disponibilidad en camas UCI según el profesional de la salud.

La ocupación de camas UCI no solo afecta a las personas contagiadas por el virus, sino a otros pacientes con necesidades de cirugías urgentes. «Mi caso, de las 4 cirugías prioritarias programadas fue necesario cancelar dos. Un tumor cerebral que se avecina peligrosamente al área motora y puede dejar a este profesional con incapacidad motora y disfuncional».

Como este hay muchos casos más que Burgos tiene que presenciar todos los días. «Otra cirugía, el alivio del dolor craneofacial en paciente desesperado por la neuralgia del trigémino. Es conocida ésta como el “dolor del suicidio”, pues la intensidad es tan severa que al enfermo le provoca acabar con su existencia (muchas personas se quitaron la vida pues no había tratamiento eficaz. Hoy es una de las cirugías más exitosa en resultados)», explicó.

El neurocirujano, guiado por su estupefacción y frustración, solo pudo escribir una columna para tratar de describir lo que se siente ser un profesional de la salud atendiendo a la par casos de Covid-19 y pacientes con cirugías urgentes u otros tratamientos.

En su escrito, el médico añadió que «el personal sanitario está dejando el alma en su trabajo, su vocación esta entregada y su capacidad en el límite. Estamos cansados de hacer triage ético y de escoger por quien luchamos y a quien dejamos a merced de la historia natural de la enfermedad. Estos no son relatos de la imaginación o del realismo mágico del caribe que me acompaña», dijo.

Asimismo, el neurocirujano reconoció que las protestas han provocado un cuestionamiento en la representación de las personas y gremios en medio del paro nacional. «Surge una pregunta de sentido común: ¿a quién representan los señores de la invitación? Estos anfitriones, ¿en qué certamen democrático los eligieron? ¿Hubo votación? Llevan malquerencias individuales o consensos incendiarios de grupo. Estrictamente, ¿el sector de la salud está representado?», dijo.

En su columna «Infames», el médico hizo un llamado tácito en medio de la emergencia en los centros de salud: mayor sensatez en medio del paro nacional, frenar «el mortal ascenso de la pandemia» y adherirse a los protocolos de bioseguridad, además de proteger al personas que expone su salud para cuidar la de otros.

Fuente de la Información: https://www.vanguardia.com/colombia/trabajadores-de-la-salud-hacen-llamado-a-la-cordura-en-medio-de-bloqueos-y-manifestaciones-DD3858140

 

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Colombia: Triage ético en Santander: Ocupación UCI en el departamento está en 99.39%

Triage ético en Santander: Ocupación UCI en el departamento está en 99.39%

Una difícil situación se vive en todos los centros médicos de Santander. A la fecha, con cerca de 12 mil casos activos de COVID-19, las Unidades de Cuidados Intensivos, UCI, están al borde del colapso.

De acuerdo con un comunicado de la Secretaría de Salud de Santander, ante la llegada del tercer pico de la pandemia con presencia de las variantes brasilera y británica del virus SARS-CoV-2, sumado a la situación de orden público y el incremento sostenido de contagios la disponibilidad de camas UCI en el departamento es del 0.45%.

“En consecuencia, además de acrecentar el agotamiento del personal de salud que durante más de un año ha enfrentado la pandemia, el preocupante escenario activó el Triage Ético, estrategia que permite bajo objetivos y criterios médicos, la toma de decisiones complejas para aliviar la ocupación de la red hospitalaria” indicó la Secretaría en un comunicado.

A la fecha, de las 672 camas de UCI en Santander solo hay 3 disponibles. Adicionalmente, son más de 39 personas las que esperan un cupo en estas zonas hospitalarias.

De las 12.863 personas con el virus activo en Santander, 391 están en UCI, 781 se recuperan en hospital y 11.691 están en casa. Además, 15 pacientes COVID de otros departamentos se recuperan en UCI de Santander.

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La Gobernación mediante comunicado informó que, pese a que se ha ampliado en un 122% la capacidad instalada de las instituciones de salud, las EPS por instrucción del Ministerio de Salud y Protección Social (Minsalud), “deben realizar un plan de acción que entre otras medidas, active también el procedimiento de remisión para la atención oportuna de pacientes en el territorio nacional”.

La Gobernación indica que, con la apertura de nuevos grupos poblacionales para la inmunización contra el COVID, se espera que el incremento de casos disminuya en el transcurso de dos semanas.

Mientras el departamento enfrenta el pico más duro desde que comenzó la pandemia, la misma Gobernación ha anunciado una reapertura de varios sectores económicos, que incluye derogar medidas como Pico y Cédula y Toque de Queda.

Dichas decisiones han sido fuertemente criticadas por el gremio médico, epidemiólogos que han acompañado los Puestos de Mando Unificado y la comunidad en general que ve con asombro cómo los casos nuevos de COVID en Santander se reportan por mil diarios y los muertos entre 30 y 40 al día.

Fuente de la Información: https://www.vanguardia.com/area-metropolitana/bucaramanga/triage-etico-en-santander-ocupacion-uci-en-el-departamento-esta-en-9939-EH3854798

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El Comité del Paro denuncia la negativa del gobierno colombiano a negociar un pliego de emergencia

Por: Agencia Telesur

  • Francisco Maltés, de la Central Unitaria de Trabajadores: “hoy ha quedado constatado una vez más que el Gobierno no quiere negociar ni el pliego de emergencia, ni negociar, prefiere la vía de la represión”.
  • En una nueva jornada nocturna de represión por parte del ESMAD, se denunció el asesinato de tres personas en la ciudad de Cali.

El Comité del Paro Nacional ha denunciado que el Gobierno del presidente de Colombia, Iván Duque, rechaza negociar incluso el pliego de emergencia, en el marco de las protestas populares que se han prolongado ya por 38 días.

Delegados del Comité del Paro y del Gobierno sostuvieron este viernes un nuevo encuentro con la intención de avanzar en conversaciones que buscan un acuerdo que finalice las manifestaciones, que se realizan desde el 28 de abril pasado.

El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, Francisco Maltés, declaró, al finalizar la reunión, que “hoy ha quedado constatado una vez más que el Gobierno no quiere negociar ni el pliego de emergencia, ni negociar, prefiere la vía de la represión”.

Subrayó que el Comité ha insistido en que “debe parar la violencia y brutalidad policial. No más asesinatos”.

Maltés dijo que si el Ejecutivo insiste en negarse a rubricar el preacuerdo de garantías, el cual se convino el 24 mayo anterior en presencia de tres ministros y otros funcionarios, el punto se llevará a la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que arribará al país la semana entrante.

El consejero presidencial para la Estabilización, Emilio José Archila, por su parte, pidió al Comité Nacional del Paro que respete la metodología de trabajo convenida para avanzar en las pláticas.

Jornada de represión

Medios locales y usuarios de Twitter, en tanto, reportaron una nueva jornada nocturna de represión por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la Policía Nacional, contra manifestantes en la ciudad de Cali, cabecera del suroccidental departamento de Valle del Cauca.

El proyecto de comunicación alternativa Periferia Prensa denunció en su cuenta de Twitter que el ESMAD disparó contra las personas que se manifestaban en la zona de Paso del Comercio, en Cali, con un saldo de tres muertos y cinco heridos.

Otros usuarios dijeron que las personas heridas de bala ascendían a ocho.

Un balance ofrecido por la organización no gubernamental (ONG) Temblores, a través de su plataforma Grita, señaló que desde el 28 de abril hasta el 31 de mayo, se han registrado 1.649 detenciones arbitrarias contra los manifestantes, así como 3.789 casos de violencia policial.

Igualmente, 1.248 personas han sido víctimas de violencia física, se han reportado 45 homicidios por parte de la policía, presuntamente; 705 intervenciones violentas, 65 personas con lesiones oculares, 187 casos de disparos de arma de fuego y 25 hechos de violencia sexual.

Fuente e imagen: https://www.tercerainformacion.es

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Denuncian nuevos actos de represión por el Esmad en Bogotá, Colombia

América del Sur/Colombia/04-06-2021/Autor(a) y Fuente: www.telesurtv.net

Estas acciones del Esmad han sido recurrentes en los más de 35 días de movilizaciones y marchas contra el presidente Iván Duque.

Tras la movilizaciones contra el presidente colombiano Iván Duque, en varios sectores de la capital, Bogotá se reportaron en horas de la noche incidentes de represión por parte del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) contra los manifestantes.

De acuerdo al reporte de medios alternativos y organizaciones de Derechos Humanos, en las cercanías del Portal Suba, el Esmad hostigó a periodistas y defensores de DD.HH. que se encontraban en el sitio.

Estas acciones del Esmad han sido recurrentes en los más de 30 días de movilizaciones y marchas contra el presidente Iván Duque.

La jornada de violencia del pasado miércoles dejó en la capital colombiana al menos siete heridos, entre los que se encuentra un fotoreportero del medio Colombia Informa.

Según cifras de la La Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), el caso del fotoreportero herido se suma al patrón de ataques contra la prensa perpetrados por la fuerza pública que alcanzan 108 agresiones en 34 días de protestas.

En total la FLIP ha registrado 210 agresiones y 243 víctimas durante las manifestaciones de este año.

La empresa de TransMilenio se pronunció esta semana sobre las denuncias de que sus instalaciones han sido usadas por las fuerzas policiales y el Esmad como centro de detención durante las protestas en la capital colombiana.

En respuesta al pedido presentado por el concejal de Bogotá, Diego Cancino en relación a las denuncias, el gerente de TransMilenio, Felipe Ramírez, confirmó que, en Portal de Suba fueron detenidos 4 manifestantes el 19 de mayo, mientras que en Portal Américas se detuvieron a otros 10, entre ellos una mujer entre el 3 y 4 de mayo.

Estas declaraciones generan mayor polémica, pues la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz junto con las organizadoras del Espacio Humanitario Itinerante «Al Calor de la Olla» revelaron que hay información de 1.425 casos de personas heridas por el accionar de la Fuerza Pública.

Desde Justicia y Paz además manifestaron que recibieron información de 20 casos de tortura, de los cuales 8 se encuentran documentados; 12 casos de violencia sexual, 3 de ellos documentados; 16 reportes documentados de lesiones oculares, 2 de ellos con perdidas totales; 68 capturas ilegales, no reportadas ante las autoridades competentes.

Fuente e Imagen: https://www.telesurtv.net/news/colombia-denuncia-represion-esmad-barrios-bogota-20210604-0004.html

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Tragedia en tres actos: el absurdo teatro del horror colombiano

Por: Andrés Arango 

No se sabe cuándo terminará el derramamiento de sangre. Por lo pronto se sabe que el Gobierno está dispuesto a todo. La institucionalidad y la mayor parte de la prensa han normalizado un lenguaje en el que la violencia son los manifestantes.

El diario El Espectador es uno de los más prestigiosos de Colombia. El 17 de diciembre de 1986, Guillermo Cano, su entonces director, fue asesinado por la mafia para acallar sus valerosas críticas a un fenómeno que ya despuntaba y que hoy tiene arrodillada a Colombia: el narcotráfico. Esa es una de las múltiples pruebas, seguramente la más terrible, del valor de este medio. Pero más que por su valor –que merece mucha tinta–, lo menciono a propósito de uno de sus últimos editoriales: “El teatro del absurdo y del horror en Bielorrusia”. Publicado en su versión digital, en el índice –o en el pantallazo en el que está junto a los otros editoriales– aparece con fecha de 29 de mayo; una vez abierto para comenzar su lectura, la fecha es la del 28.

La importancia de la fecha es su coincidencia con el mes cumplido del paro nacional en Colombia, con mayor exactitud, su trigésimo primer día. No resulta reseñable que un medio que se precie de su independencia y de su talante democrático le dedique un editorial a los abusos del poder autoritario y sus despóticas manifestaciones en cualquier lugar del planeta. Lo que sí parece un poco triste es que este se escriba desde el campo de exterminio en el que se ha convertido Colombia hoy; que se publique en la simbólica, dolorosa y al mismo tiempo triunfal fecha y que además de no lograr ver esta inocultable realidad, el editorialista parezca no haber visto lo que ocurría a nivel político, hechos que presagiaban nuevas y reforzadas profundizaciones del macabro momento que atraviesa el país.

Por todo lo anterior, y para incentivar el saludable gusto de la prensa por las tablas, voy a hacerle una reseña a un nuevo capítulo de la actual tragedia colombiana. De antemano pido disculpas por la escasez de terminología teatral. Esa ausencia es parte de la escenografía de esta Crónica de una masacre anunciada.

Primer acto

Ante la espantosa arremetida del Gobierno colombiano contra la sociedad civil, que a más de tres semanas de paro ya iba engrosando las cifras de muertes, desapariciones, mutilaciones y violaciones (sexuales), algunos congresistas de la oposición citaron a un debate de moción de censura al actual ministro de Defensa. El debate se llevó a cabo los días miércoles 26 (senado) y jueves 27 (cámara de representantes) de mayo. Es necesario anotar que el actual Gobierno ha roto los récords por funcionarios del gabinete citados a este tipo de debates. Para el caso de los ministros de Defensa, este era el tercero de la actual administración. En el primer caso, el ministro renunció antes de la votación que ya se le había revelado completamente adversa. El segundo ministro logró evadirla, pero su ministerio fue interrumpido de forma definitiva por la pandemia. Hay que destacar, también, que cada nuevo ministro de Defensa llega con mayor disposición a cualquier cosa que el anterior, como lo prueba el actual. A pesar de los antecedentes, y ante el clamor de justicia de la inmensa mayoría de la sociedad colombiana, resultó decepcionante y ofensivo el hecho de que el ministro hubiese superado el “examen”. El mensaje enviado por el Gobierno y los 69 senadores que apoyaron la terrible decisión de negarse a destituir al funcionario fue clarísimo para el país: la sangría continuará.

Segundo acto

Pocas horas después de conocida esa primera votación que le daba el triunfo a la ignominia, se filtró una conversación de WhatsApp de Milton Angulo, un congresista del partido de Gobierno, quien escribió –transcribo siguiendo la ortografía original–: “Esos bandalos lo que necesitan es plomo, así dejan la joda”. Si bien esta clase de incitación a la violencia se ha ido haciendo la norma en el país desde que se instaló el actual régimen, hay que entenderla en el contexto del triunfo de un ministro que, con la ayuda de congresistas de los partidos coaligados con el de Gobierno, salió indemne de una moción que apenas amenazaba con dejarlo desempleado. El antepenúltimo ministro de defensa es hoy embajador de Colombia en Chile. Existen rumores acompañados de ciertas insinuaciones de que esos congresistas se habrían dejado comprar con puestos, prebendas y quién sabe qué promesas, pues, al fin y al cabo, el paro, que había logrado hacer recular al Gobierno en dos de sus abusivas reformas (tributaria y de salud) y había logrado también cambios en el gabinete, se habría anotado un triunfo para la dignidad –y a lo mejor habría salvado algunas vidas– si el ministro de Defensa hubiese dejado su cargo. El funcionario recibió, en cambio, un respaldo a su gestión y una recarga de legitimidad.

Tercer acto

Finalmente, tras la segunda parte del debate de moción de censura, llegó el día 28, día de conmemoración del primer mes del paro, mes en el que el Gobierno ha seguido agrediendo a la ciudadanía, engañando a la opinión y mintiendo a la comunidad internacional. No se había alcanzado ni la mitad del día cuando ya en la ciudad de Cali, una de las más cruelmente golpeadas por la respuesta del Gobierno, un sujeto armado comenzó a disparar a ciudadanos que ni siquiera se estaban movilizando, pero que formaban parte de lo que hoy en día se conoce como puntos de resistencia. En una funesta apertura de lo que después de la fallida moción ha sido un renovado impulso del Gobierno en su política de solucionar todo a punta de pistola y fusil, los hechos dejaron tres muertos: el sicario y dos ciudadanos. En un par de escenas dignas de las más retorcidas del cine gore, el asesino fue linchado por los que antes habían sido sus objetivos. Y la balacera, como todas las demás, tiene a su vez su contexto, que es el de una violencia justificada y legitimada desde las más altas instancias gubernamentales, como lo atestiguan la impunidad de un ministro de defensa salvado de una destitución por una cuadrilla de congresistas corruptos y una repetida incitación a la violencia por parte no solo de congresistas y militantes del partido de Gobierno, sino de muchos otros actores sociales que están de acuerdo con esta suerte de “solución final” que pretende forzar el actual presidente. El pistolero de esta tal vez no primera, pero sí muy difundida y sangrienta secuencia, resultó ser un investigador de la Fiscalía. El fiscal general de la nación, tan bueno como el ministro de Defensa, ofreció la escandalosa pero previsible excusa de que el “funcionario” no estaba trabajando en ese momento. O, en otras palabras: dado que el investigador asesinado le dejó con la imposibilidad de negar su pertenencia a la institucionalidad, le tocó aceptar que sí pertenecía a la fiscalía, pero no cuando estaba matando porque estaba en sus horas de descanso.

Pero apenas se iniciaba el día. En horas de la tarde circularon videos en los que ya no disparaba un solo individuo, sino una muchedumbre de sujetos vestidos de civil acompañados por una de uniformados. Este renacer del paramilitarismo tuvo otras manifestaciones a lo largo del día, aunque no en una escala tan enorme como la de Cali: de Medellín y de Pereira circularon videos de individuos con armas desenfundadas ante la actitud indiferente de los uniformados, que parecían actuar más bien como una especie de guardaespaldas. Mientras esto ocurría, en algún otro lugar de la ciudad de Cali, Álvaro Herrera Melo, un estudiante de música, cornista que participaba en un “cacerolazo sinfónico”, fue arrestado, torturado y luego obligado a hacer declaraciones que lo incriminaban en actos ajenos a la actividad musical. Una militante del partido de Gobierno fue quien al parecer difundió el video en el que a la auto incriminación forzada del joven músico agregaba algún mensaje de incitación y justificación. En una de las múltiples evidencias audiovisuales ampliamente difundidas se veía cómo, a escasos centímetros de los policías que participaban del atropello, circulaba un ciudadano de bien, con camisa blanca, chaleco antibalas y lo que parecía un fusil o un rifle de asalto. Otros ciudadanos de bien celebraban el abuso con arengas. Cuando esto escribo, algún juez que no ha caído en la trampa de convertirse en un delincuente declaró ilegal la captura.

Ante semejante desorden del que acá solo se mencionan dos o tres casos, la reacción del Gobierno no se hizo esperar. El presidente viajó a la ciudad de Cali, donde se reunió primero con la gente de bien, que es más o menos como se autodenominan aquellos que están de acuerdo con acribillar a todo el mundo y a la que pertenecen los pocos pistoleros que no son funcionarios en su día libre. También se arriesgó en algunos puntos de la ciudad no tan amables con su estrategia. Finalmente, prometió “el máximo despliegue militar” y “triplicar la capacidad operativa de la policía” para acabar con las “islas de anarquía”, como al parecer entiende que son los ciudadanos que se resisten a aceptar la canallada que ha sido su gobierno entero.

Cierre de telón

No se sabe a dónde irá a parar el país ni cuándo terminará el derramamiento de sangre. Por lo pronto se sabe que el Gobierno está dispuesto a todo. Los partidos corruptos, también. El líder de uno de ellos ya hace más de una semana afirmó que “el Gobierno debería contemplar la declaratoria del estado de conmoción interior, medida que lo habilitaría temporalmente para controlar la circulación de vehículos, limitar el acceso o salida de determinados territorios, establecer toques de queda e inclusive suspender alcaldes y gobernadores”. Para comprender la irresponsabilidad de estas afirmaciones, hay que advertir que, en el actual estado de cosas, si la tal declaratoria llegase a ocurrir, la sangría no haría más que intensificarse. Por otra parte, la institucionalidad y la mayor parte de la gran prensa han normalizado un lenguaje en el cual la violencia y la violación de los derechos humanos son las barricadas, los bloqueos, los puntos de resistencia y los lugares donde se reúnen los manifestantes. El gobierno nunca usa la palabra violencia para referirse a la arremetida homicida de la fuerza pública, en parte, porque no la reconoce. No la reconoció el ministro en su extremadamente cínica defensa durante la primera parte del debate de moción de censura ni aparece jamás en las justificaciones y altisonantes intervenciones del presidente. La última evolución de esta obstinada estrategia de negación fue la aparición del ministro de Justicia Wilson Ruiz, quien en una entrevista para un medio extranjero afirmó que los muertos eran producto de riñas y que el paro era producto de una conspiración internacional. Así está el oscuro tono de la situación en Colombia. Es difícil concluir este texto porque nada ha cesado. Todo continúa pasando. Se multiplican los actos de la tragedia.

Fuente e imagen: ctxt.es

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