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La diversidad es el tesoro de la educación

Por: Olga Elvira Acosta Amel

Sin duda alguna en Colombia aún no hemos encontrado el tesoro que encierra la educación. Hemos sido un país que ha tenido que resolver los asuntos de la diversidad con leyes y decretos pero que no se llegan a cumplir por que la norma dista de la sociedad que tenemos, una sociedad con un pensamiento como lo describe García Márquez en la misión de ciencia, educación y desarrollo: “seguimos siendo en esencia la misma sociedad excluyente, formalista y ensimismada de la colonia”.

Es decir, una sociedad de manos derechas, oyentes auditivos, hablantes fonéticos, videntes, caminantes de a pie, una sociedad que promueve una sola religión, una sola lengua, una sola raza, un solo sexo.

Una sociedad cuya educación se ha fundamentado de forma sutil y sostenida a  formar para la homogeneidad. Así las cosas, lo diverso nos es extraño a muchos y no porque lo diverso no sea parte de nuestro diario vivir sino porque, entre tantas cosas, seguimos arrastrando un fardo hegemónico en donde lo que ha primado ha sido lo unívoco como el elemento que ha hecho posible la vida escolar y social, entonces, el sistema legal regula  una y otra vez para intentar atajar los desastres que genera un pensamiento de tal magnitud.

No es cierto que la escuela sea la única responsable de lo que somos como sociedad, aunque eso no la  exime de su compromiso con lo que somos. Cuando recibimos a los muchachos  en las escuelas también recibimos lo que traen, en los años de ser rectora de instituciones educativas oficiales, he visto muchos niños, niñas y jóvenes cuya exclusión viene de sus hogares, que son rechazados por sus propios padres por ser de alguna condición de género, los he visto sufrir y también la manera como son conducidos por sus propias madres a psicólogos, a sacerdotes, a brujos, a pastores para que les extirpen su condición, he visto sus sufrimientos por ser rechazados por alguno de sus compañeros y hasta por sus profesores. Esto es el escenario que no se aplica solo a la identidad de género, los chicos en las escuelas también sufre por ser negros, pobres, víctimas, ciegos o “discapacitados”. El matoneo es una realidad producto de una sociedad que aún no supera los estragos de la colonia.

¿Deben entonces reformarse los manuales de convivencia en las instituciones educativas? No sé si esa sea la solución, pues la constitución tiene las claridades, tal vez nos está haciendo falta conocerla más, así las cosas los retos a los que nos enfrentamos son gigantes, más no imposibles. El primero de ellos es ser conscientes y darnos cuenta de que si queremos un país hacia la paz debemos entender la diversidad.

Incluir siempre será más difícil que excluir. La exclusión es facilista, mediocre y nunca deberá atravesar los procesos formativos en nuestras escuelas;   incluir en cambio, es todo un bello proceso que requiere voluntad para trabajar por los valores del respeto, el amor, la solidaridad y la diversidad; la inclusión  nos acerca a la propia naturaleza humana, nos devela los seres mimetizados que esperan transitar por la sociedad y sus instituciones. Para ello es necesario que empecemos a entender que el gran tesoro de la educación está en la convivencia con lo distinto, lo diverso, en el respeto y el reconocimiento del otro, del que se me aparece como un milagro y al que debo acoger en plenitud. No para hacerlo  igual a mí, sino para caminar juntos en esa diferencia que nos enriquece y nos alumbra el camino hacia una sociedad en paz.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/diversidad-el-tesoro-de-educacion

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Colombia: ¿Se firma la paz y listo? Vea el reto en educación que debe asumir el Gobierno

Colombia/03 de Octubre de 2016/Pulzo

El desafío lo expusieron expertos internacionales al referirse a lo que viene en esta materia para el post-conflicto.

Coincidieron en que la tarea de la educación en Colombia ahora se centra en el territorio rural.

Además, señalan que las viejas edificaciones de las instituciones educativas, la falta de servicios básicos en ellas, la escasez de maestros en propiedad y con niveles superiores de formación, las altas tasas de deserción escolar, y el cambio las bajas tasas de cobertura y de buenos puntajes en desempeño de los estudiantes son solo una muestra del tamaño de los retos en esta zona.

“Las inversiones en infraestructura de los municipios afectados por el conflicto tienen un rezago histórico. En una encuesta del Ministerio de Educación, realizada en 2014 a 7.168 sedes rurales, encontramos que la infraestructura tiene un promedio de 37 años, 80 % de las sedes no tienen red de gas, 70 % no tienen alcantarillado, 40 % no tienen acueducto, 13 % no tienen energía y 36 % no tienen las suficientes baterías sanitarias”, señaló Víctor Saavedra, viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media, durante la XIV Asamblea Anual de la Fundación Empresarios por la Educación (ExE) ‘Los retos en la educación para la Colombia de hoy’.

AFP

Al evento, celebrado en la Universidad Católica de Colombia, asistieron los empresarios más importantes del país, quienes manifestaron su apoyo a los procesos educativos que seguirán después de la firma de los Acuerdos de La Habana y que significan cerrar las brechas de desigualdad (específicamente en el sector rural), propiciar una educación para la ciudadanía y conseguir un proceso de reconciliación.

“Lograr que todos (los estudiantes) permanezcan en la escuela, implica hacer de la educación una oferta verdaderamente atractiva, pertinente e interesante para los estudiantes y sus familias. Esto se hace más urgente hoy, cuando estamos a portas de un momento crucial para la vida de Colombia: la firma de un acuerdo para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera con la guerrilla más vieja del mundo. Esta es una oportunidad para saldar las deudas que tenemos con el campo, y la educación es el eslabón principal en una cadena de transformaciones que el país debe empezar a dar”, señaló Carlos Enrique Cavalier, presidente de Alquería y vicepresidente del Consejo Directivo de la Fundación.

Además, hizo un llamado para que los empresarios mantengan la premisa de que en el capital humano encontrarán las posibilidades para hacer de Colombia un país más equitativo y en paz.

AFP / AFP

Por su parte, la directora de la Fundación, Carolina Meza, enfatizó en que el cambio que se avecina con la firma de los acuerdos da la oportunidad única de construir nación en los lugares más apartados de Colombia, “que no solo han sufrido en carne propia el conflicto, sino el más inhumano abandono de todas las instituciones, entre ellas la educativa”.

“La educación puede ayudar a cambiar los miedos y prejuicios que deja un conflicto largo y complejo como el nuestro, en esperanzas para las nuevas generaciones y herramientas que les permita aportar a la escritura de un nuevo capítulo de la historia”, aseguró.

Gobierno promete infraestructura

Saavedra aseguró que para sacar del rezago a las sedes rurales se harán asignaciones directas a los colegios. Además, los municipios afectados por la violencia contarán con 10.000 millones de pesos para hacer las adecuaciones necesarias y el país dispondrá de un fondo de financiamiento de infraestructura que tendrá recursos de la nación. Finalmente, Colombia tendrá un crédito a 10 años con el BID para seguir haciendo inversiones.

En torno a esto, una de las recomendaciones que dio a Colombia Alan Smith, de la Cátedra Unesco en Pluralismo, Derechos Humanos y Democracia y experto en educación y posconflicto, fue destinar como Gobierno importantes sumas de dinero a la educación porque es el punto de entrada para las transformaciones. Para él, la experiencia en posconflictos muestra que no es conveniente depender de dineros de los donantes, pues ellos solo están los primeros 5 años después de la firma de los acuerdos.

Por su parte, la consultora internacional Claudia Uribe manifestó la necesidad de diseñar una política educativa sobre desplazamiento que incluya las realidades que se están viendo tanto en el sector rural como en el urbano, ya que la mayoría de colombianos en situación de desplazamiento llegan a las zonas marginales de medianas y grandes ciudades.

Fuente: http://www.pulzo.com/economia/educacion-posconflicto-colombia/PP127176

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Colombia: ganó el «no» en el plebiscito por los acuerdos de paz con las FARC

Colombia/03 de Octubre de 2016/BBC

En un resultado sorpresivo, los votantes colombianos rechazaron este domingo el acuerdo alcanzado por el gobierno con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sumiendo en la incertidumbre el proceso de paz con los insurgentes.

Con el 99% de las mesas de votación y el 37% de la votación escrutada en el plebiscito convocado por el gobierno para refrendar el acuerdo con las FARC, las autoridades indican que 49,7% de los votantes hasta ahora contabilizados optaron por el Sí, mientras que el 50,2% lo hicieron por el no.

El presidente colombiano Juan Manuel Santos dijo este domingo que «soy el primero en reconocer el resultado».

Aseguró que el cese el fuego bilateral con las FARC seguirá vigente y que el mismo lunes convocará a todas las fuerzas políticas, en especial a las de oposición, para escucharlas y seguir buscando una salida dialogada al conflicto con las FARC.

Desde Cuba, donde estaba esperando los resultados del referendo, el jefe máximo de las FARC, Rodrigo Londoño («Timochenko»), dijo este domingo que los insurgentes seguirán buscando una solución negociada a las hostilidades.

«Las FARC mantienen su voluntad de paz», aseguró.

Los resultados del referendo contrastan con encuestas que en semanas anteriores habían augurado una cómoda ventaja para el Sí.

Un proceso de paz en el limbo

Con la derrota en el plebiscito convocado por el gobierno, se abre un gran margen de incertidumbre sobre la suerte del proceso de paz.

Guerrilleros de las FARC

«La victoria del No ha generado desconcierto, fundamentalmente porque no está claro en las explicaciones de los defensores de esa posición cómo podrían renegociarse los acuerdos y porque el presidente Juan Manuel Santos insistió hasta último momento en que no hay un plan B», indicó desde Bogotá el corresponsal de BBC Mundo, Natalio Cosoy.

En declaraciones a BBC Mundo este domingo, el abogado de las FARC en el proceso de negociación, el español Enrique Santiago, sostuvo que «se está trabajando por la paz, vamos a encontrar una solución entre todos».

El gobierno de Santos emprendió negociaciones formales con las FARC a partir de 2012.

Santos y el jefe de las FARC, Rodrigo Londoño («Timochenko») firmaron en la ciudad colombiana de Cartagena el pasado 26 de septiembre un acuerdo de paz con el que esperaban poner fin a un conflicto armado que comenzó en 1964.

Este acuerdo contemplaba la transformación de las FARC en un partido político.

Las críticas

Varios dirigentes de oposición en Colombia, encabezados por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, habían criticado aspectos del acuerdo con las FARC.

Juan Manuel Santos

Entre los aspectos que más controversia desataron estaba lo que los opositores al acuerdo describían como inadecuados castigos para los crímenes cometidos por los jefes rebeldes durante el conflicto.

El gobierno había insistido en que el acuerdo contemplaba mecanismos efectivos de administración de justicia para los responsables de abusos durante el conflicto colombiano, que se ha extendido por más de cinco décadas.

Para tener validez, el acuerdo con las FARC debía someterse a votación popular, y obtener el respaldo de la mayoría de los votantes y de al menos el 13% del total de colombianos habilitados para votar, número cercano a los 4,5 millones de personas.

Algunos voceros de las FARC habían anunciado que no estarían dispuestos a una renegociación del tratado de paz en caso de ser éste rechazado en la elección.

«La pregunta más grande posiblemente la tendrán ahora las FARC, especialmente los guerrilleros rasos: «¿Qué pasa ahora con nosotros?», según reporta desde Bogotá nuestro corresponsal.

Alternativas

Distintos dirigentes colombianos han empezado a sugerir alternativas para retomar los diálogos.

Alvaro Uribe

Victor G. Ricardo, quien encabezó las negociaciones del gobierno con las FARC durante el anterior y fallido proceso de paz conducido por el entonces presidente Andrés Pastrana (1998-2002), le dijo a BBC Mundo que se requería un acuerdo nacional.

«Yo creo que ahora el presidente debe hacer una convocatoria nacional. Debe llamar a las personas que lideraron el no a explicarles el acuerdo, a integrarlas al acuerdo. El no al plebiscito no es un no a la paz ni se puede considerar así. Hay que hacer una sumatoria que permita que la terminación del conflicto goce de un mayor respaldo. Las FARC seguramente va a decir que ellos negociaron con el presidente y aspiran a que el acuerdo se cumpla; o sea que el presidente deberá resolver los obstáculos. Se van a tener que auscultar las posibilidades de renegociar», dijo Victor G. Ricardo a BBC Mundo.

Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-37537187

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Colombia: Los datos que hay que saber sobre el plebiscito por la paz

América del Sur / Colombia / 2 de octubre de 2016 / Por: Izquierda Diario

El domingo los colombianos acudirán a las urnas para pronunciarse en un plebiscito sobre el acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC ¿Qué se necesita para apoyar o rechazar el acuerdo?

El próximo domingo los colombianos acudirán a las urnas para decidir en un plebiscito si apoyan o rechazan los acuerdos de paz que firmó el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que pone fin a un conflicto de más de cinco décadas.

Alguno de los datos más importantes a tener en cuenta sobre la consulta:

* Los habilitados para votar en la consulta son 34.899.945 ciudadanos, de acuerdo con la autoridad electoral.

* La ley establece que para aprobar o rechazar los acuerdos de paz se requiere una votación de un 13 por ciento del censo electoral a favor del «Sí» o del «No». Es decir, se necesita un mínimo de 4,54 millones de votos por una de las dos opciones y ganará la más votada.

* El presidente no tenía la obligación de someter a un plebiscito los acuerdos de paz y legalmente podía firmarlos e implementarlos.

* Para poder implementar los acuerdos de paz con las FARC se necesita que gane el «Sí».

* Las recientes encuestas muestran que la mayoría de los colombianos dispuestos a participar en el plebiscito votaría a favor de avalar el acuerdo de paz.

* En caso de ganar el «No» o no alcanzar el mínimo del 13 por ciento de los votantes según el censo electoral, el presidente podría mantener la firma de los acuerdos, aunque significaría un duro revés para la gestión de Santos.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com.ve/Los-datos-que-hay-que-saber-sobre-el-plebiscito-por-la-paz

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La educación reescribe a Colombia

América del Sur/Colombia/02 Octubre 2016/Fuente y Autor:Semana Educación

El proyecto de transformación y renovación de varias escuelas en el país se está convirtiendo en la estrategia perfecta para regresar a la vida civil a varios desmovilizados.

Semana Educación estuvo en Santa Marta para presenciar la transformación de la Institución Educativa Once de Noviembre que realiza un programa de responsabilidad social de la empresa DirecTV, en alianza con la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR).

Según cifras de la ACR, 650 empresas contribuyen al proceso de integración en Colombia. El grupo de voluntarios, conformado por miembros de las dos entidades y reinsertados tiene como meta recuperar 102 instituciones en todo el país en donde hayan desmovilizados en la comunidad.

La estrategia consta de dos componentes: el primero consiste en articular un programa llamado “Escuelas Plus”, que consiste en fortalecer los procesos pedagógicos por medio de la tecnología satelital en instituciones educativas donde las personas en proceso de reintegración social reciben formación académica; el segundo es un voluntariado llamado “Piedra, Papel o Tijera” que trata de la rehabilitación de algunos espacios educativos y recreativos que suma esfuerzos de personas en proceso de reintegración, miembros de la ACR, funcionarios de DirecTV y miembros de las comunidades.

“Entre todos vamos a lograr más”, dijo Joshua Mitrotti, director de la ACR, quien además anotó que en este tipo de iniciativas también están trabajando en alianza con el Ministerio de Educación. “Este país lo vamos a construir los ciudadanos, es necesario dejar atrás los egos y pensar en el colectivo para ayudar a la población estudiantil, que se merece todas las oportunidades en este nuevo país que estamos construyendo en el entorno de la educación”, agregó.

La Institución Educativa Once de Noviembre consta de seis sedes y atiende aproximadamente a 3.600 estudiantes; la sede en la que estuvo Semana Educación consta de 480 estudiantes en sus dos jornadas. Para Jair Alberto Padilla, rector de la institución, este proyecto es una gran oportunidad para poder avanzar en esta alianza. “Este proyecto es para que los niños no solo sientan que aquí pueden venir a estudiar, sino también para que reciban las condiciones que ellos se merecen”, dijo.

Y es que aunque en el colegio estudien niños que provienen de familias en donde los padres se están readaptando a la vida civil, para la institución no es tarea fácil combatir la deserción escolar debido a las problemáticas que coexisten en la población. “La paz y la reconciliación es lo que nos va a hacer avanzar”, anotó el rector. Por eso, este tipo de oportunidades ayudan a combatir el fantasma de la guerra que poco a poco ha ido menguando.

Fuente de la noticia: http://www.semana.com/educacion/galeria/educacion-para-el-posconflicto/495941

Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2016/9/29/495935_1.jpg

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Entrevista a Ilse Schimpf-Herken y Kathy Bickmore:¿Es posible construir la paz desde las aulas?

02 Octubre 2016/Fuente y Autor: Semana Educación

Semana Educación entrevistó a dos expertas sobre la memoria en tiempos de guerra para la reconciliación y los currículos para la paz.

El próximo domingo 2 de octubre los colombianos decidirán si apoyan lo acordado en La Habana o no. Este domingo termina una campaña electoral cargada de insultos y marcada por la polarización que vive el país. Lo cierto es que Colombia necesita más que nunca un proceso de reconciliación, independientemente de las posturas políticas. Es necesario entonces seguir trabajando y reflexionando sobre cómo construir un país en paz.

En ese contexto, la Fundación Compartir y Espiral Asociados organizaron “La construcción de paz: retos de la educación”, un foro en el que convocaron del 22 al 24 de septiembre a expertos nacionales e internacionales, para hablar sobre cómo desde las aulas es posible pensar en un país diferente. Semana Educación entrevistó a Ilse Schimpf-Herken, directora del Instituto Paulo Freire de Berlín y a Kathy Bickmore, profesora de estudios curriculares y desarrollo docente internacional y comparado de la Universidad de Toronto.

Semana Educación (S.E.): ¿Cómo es posible hacer memoria durante la guerra sin que los recuerdos se conviertan en una carga que impida la reconciliación?
Ilse Schimpf-Herken (I.S.H.): Para nosotros, memoria no es contar los hechos, sino darles sentido. Sabemos que hay muchas percepciones desde cada experiencia. La memoria no es fija, la memoria es el vínculo que conecta a la narración con lo que pasó, para transformar la experiencia vivida en algo que tenga sentido, con el objetivo de no sufrir en el futuro. La memoria no es nada triste, es recordar para el futuro en común. Por eso es necesario hacer memoria en medio de la guerra, porque una guerra destruye el tejido social, hace que las víctimas se sientan impotentes e incapaces. Nuestro trabajo entonces es crear un espacio para que las víctimas puedan narrar, para entenderse y relacionarse con el otro. La víctima no necesita venganza, la víctima necesita narración.

S.E.: ¿Qué tanto contacto tiene con el Centro de Memoria Histórica? ¿Cuál es su opinión sobre su trabajo de memoria?
I.S.H.: Varios de mis estudiantes trabajan allá. Estamos muy felices de trabajar desde la educación popular, desde lo vivido y la biografía; así podemos trabajar en la reconciliación. Estamos convencidos que no hay una forma de enseñar la paz y es que no se puede otorgar la paz. La paz ya está, tenemos que hacer un ejercicio para que las personas en este proceso de posguerra se reubiquen y entiendan por qué durante la guerra actuaron como actuaron; o que simplemente por qué no actuaron y dejaron a las víctimas solas. Entonces, es importante superar la vergüenza, causada por la falta de diálogo entre las víctimas y la sociedad, para crear una cultura de paz.

S.E.: ¿Cómo hacer para que no se construyan memorias hegemónicas, marcadas por la tendencia política de quien hace memoria? Por ejemplo, hay numerosas investigaciones sobre las víctimas del paramilitarismo, pero no tantas sobre ganaderos asesinados y secuestrados.
I.S.H.: Pienso que lo que en este momentos sentimos es que en Colombia hay un gran silencio, porque hay desconfianza entre las personas. Pero en este momento tienen que posicionarse, sin embargo, les cuesta mucho encontrar una u otra posición. Por eso, la memoria puede ayudar a crear una aceptación de diferentes memorias paralelas del mismo acontecimiento. Por esta razón, en la Alemania de la posguerra empezamos con memoria histórica local, preguntamos en todas las calles qué había pasado y quién podía contar. Tratamos de organizar talleres locales para recrear la vivencia a partir de los recuerdos de las personas.

S.E.: ¿Qué hacer con estas situaciones en las que la sociedad no quiere recordar?
I.S.H.: Hay que tener paciencia, porque la vergüenza es algo que te hace callar y tú no puedes exigirle que hable. Entonces, tú tienes que crear primero muchos tejidos para que la persona ya no se sienta tan avergonzada. No es raro que no quiera contar lo que ha vivido. Por ejemplo, nuestros padres no querían hablar con nosotros, pero los abuelos ahora quieren hablar con los nietos, para no morir sin haber contado lo que les pasó. En todo nuestro trabajo tenemos que saber que a unos les hace más falta que a otros. Pero cada uno tiene la responsabilidad de sacar a la víctima del olvido.

S.E.: ¿Cuál es el papel de las instituciones gubernamentales en este proceso?
I.S.H.: En Alemania sin el gobierno no hubiéramos logrado nunca lo que alcanzamos. Cuando tú como sociedad civil estás tratando de entender lo que pasó, siempre hay una opinión pública que dice ‘ustedes siempre son los mismos; tienen una posición política y no quieren entender‘. Pero cuando el gobierno en 1975 hizo la reforma educativa, el tema de la memoria histórica hacía parte del currículo. No era el profesor que era un politiquero, sino un maestro que trataba de transmitirles a los estudiantes las diferentes memorias y el concepto que trae desde el libro de historia, para trabajar la memoria reciente o las memorias recientes.

S.E.: ¿Cómo incluir la paz dentro del currículo?
Kathy Bickmore (K.B.): Hay un currículo explícito y unas lecciones oficiales en cada asignatura. En cada materia existen unos conflictos centrales, entonces, durante las clases se puede practicar con estos problemas, con su resolución y transformación. Por ejemplo, en Ciencia se pueden abordar las discusiones científicas, las investigaciones están llenas de desacuerdos; también, es posible discutir cómo se aplican las ciencias a la vida con tecnología, políticas de salud, ambientales, ofrecer respuestas y miradas. Entonces, se puede aprender mucho de los conflictos para capacitarse y entrenarse en su resolución.  Por otra parte, también hay un currículo implícito, en el que ocurren los modelos y las prácticas diarias. Ahí es importante cómo los maestros se relacionan con los alumnos, cómo los alumnos se relacionan entre ellos. Es importante reflexionar en cómo se tratan los conflictos, no sólo la violencia sino los desacuerdos. Hay varios momentos en la escuela, en los que se puede practicar la ciudadanía democrática para la paz, para participar en las soluciones, y también para criticar. Hay muchas oportunidades para cambiar el currículo explícito, pero también para que la cotidianidad sirva como un ejercicio de civilidad.

S.E.: ¿En Colombia no hay un currículo único, pero ahora que se habla de enseñar la reconciliación en el colegio, pero deberíamos ponernos de acuerdo en un currículo para la paz?
K.B.: Los conflictos son oportunidades para aprender. Si hay desacuerdos sobre el currículos, sobre el significado de las palabras como currículo, paz, justicia, podemos usarlos como modelos de diálogo. Pero necesitamos apoyar a los docentes y tenemos que reflexionar juntos, dialogar, no para tener consenso, sino para tener un tipo de relación. Podemos tener menos desacuerdo si tenemos diálogo. Eso es lo más importante. No debe ocurrir, por ejemplo, que haya en Colombia leyes de convivencia basados en el control, e inclusive, en el castigo. Porque su enfoque no es incorporar, escuchar sus preocupaciones, sino silenciar. Y eso no funciona. Necesitamos generar relaciones. Necesitamos el diálogo para que sea posible crear una paz democrática y duradera. No solamente una paz de control, porque el control con jóvenes funciona solo temporalmente.

S.E.: Muchas veces en los colegios se habla de paz, pero se queda en el discurso. Los estudiantes saben qué responder una prueba de ciudadanía y democracia. ¿Realmente es posible hacer un currículo que cree una cultura de paz?
K.B.: No creo que la escuela pueda hacerlo todo. Pero la escuela que frecuentemente contribuye a la competición y a la violencia, que enseña que la explotación de género, y de las personas diferentes, no contribuye a la paz. Y si no contribuye tenemos un gran problema, porque la escuela toca a cada familia en el país. Entonces las escuelas tienen una responsabilidad de transformar. Tenemos que usar las oportunidades dentro de nuestras materias, para interrumpir patrones de violencia, sólo así podremos contribuir a una escuela de paz. Pero es una cuestión de democratización y no de imposición. Tenemos que crear relaciones y oportunidades de participación, porque la paz no es un momento, sino un proceso para enfrentar y solucionar problemas día tras día.

Fuente del articulo: http://www.semana.com/educacion/articulo/educacion-para-la-paz/495962

Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2016/9/30/496010_1.jpg

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La diversidad es el tesoro de la educación

Por: Olga Elvira Acosta Amel

Sin duda alguna en Colombia aún no hemos encontrado el tesoro que encierra la educación. Hemos sido un país que ha tenido que resolver los asuntos de la diversidad con leyes y decretos pero que no se llegan a cumplir por que la norma dista de la sociedad que tenemos, una sociedad con un pensamiento como lo describe García Márquez en la misión de ciencia, educación y desarrollo: “seguimos siendo en esencia la misma sociedad excluyente, formalista y ensimismada de la colonia”.

Es decir, una sociedad de manos derechas, oyentes auditivos, hablantes fonéticos, videntes, caminantes de a pie, una sociedad que promueve una sola religión, una sola lengua, una sola raza, un solo sexo.

Una sociedad cuya educación se ha fundamentado de forma sutil y sostenida a formar para la homogeneidad. Así las cosas, lo diverso nos es extraño a muchos y no porque lo diverso no sea parte de nuestro diario vivir sino porque, entre tantas cosas, seguimos arrastrando un fardo hegemónico en donde lo que ha primado ha sido lo unívoco como el elemento que ha hecho posible la vida escolar y social, entonces, el sistema legal regula una y otra vez para intentar atajar los desastres que genera un pensamiento de tal magnitud.

No es cierto que la escuela sea la única responsable de lo que somos como sociedad, aunque eso no la exime de su compromiso con lo que somos. Cuando recibimos a los muchachos en las escuelas también recibimos lo que traen, en los años de ser rectora de instituciones educativas oficiales, he visto muchos niños, niñas y jóvenes cuya exclusión viene de sus hogares, que son rechazados por sus propios padres por ser de alguna condición de género, los he visto sufrir y también la manera como son conducidos por sus propias madres a psicólogos, a sacerdotes, a brujos, a pastores para que les extirpen su condición, he visto sus sufrimientos por ser rechazados por alguno de sus compañeros y hasta por sus profesores. Esto es el escenario que no se aplica solo a la identidad de género, los chicos en las escuelas también sufre por ser negros, pobres, víctimas, ciegos o “discapacitados”. El matoneo es una realidad producto de una sociedad que aún no supera los estragos de la colonia.

¿Deben entonces reformarse los manuales de convivencia en las instituciones educativas? No sé si esa sea la solución, pues la constitución tiene las claridades, tal vez nos está haciendo falta conocerla más, así las cosas los retos a los que nos enfrentamos son gigantes, más no imposibles. El primero de ellos es ser conscientes y darnos cuenta de que si queremos un país hacia la paz debemos entender la diversidad.

Incluir siempre será más difícil que excluir. La exclusión es facilista, mediocre y nunca deberá atravesar los procesos formativos en nuestras escuelas; incluir en cambio, es todo un bello proceso que requiere voluntad para trabajar por los valores del respeto, el amor, la solidaridad y la diversidad; la inclusión nos acerca a la propia naturaleza humana, nos devela los seres mimetizados que esperan transitar por la sociedad y sus instituciones. Para ello es necesario que empecemos a entender que el gran tesoro de la educación está en la convivencia con lo distinto, lo diverso, en el respeto y el reconocimiento del otro, del que se me aparece como un milagro y al que debo acoger en plenitud. No para hacerlo igual a mí, sino para caminar juntos en esa diferencia que nos enriquece y nos alumbra el camino hacia una sociedad en paz.

*Rectora de la Institución Educativa Olga González Arraut de Cartagena, exdirectora de la Escuela de Gobierno de la misma ciudad, docente de investigación de la Universidad San Buenaventura y Mención de Honor, Alcaldía Mayor de Cartagena de Indias (2007).

FUENTE; http://www.elespectador.com/opinion/diversidad-el-tesoro-de-educacion

Imagen tomada de: http://3.bp.blogspot.com/-KctzT98dpQc/TgoVB9p0FvI/AAAAAAAAAOk/vNbyK-32OZw/s1600/imagesCAVU9GRL.png

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