Los estudiantes de educación básica y media del Área Metropolitana de Bucaramanga completan en diciembre nueve meses sin asistir a sus instituciones educativas, por el confinamiento COVID-19. Es tan grave que se habla de una catástrofe generacional internacional. Es necesario y urgente asegurar una reapertura parcial para enero, que sea segura, consultada con las autoridades del área de la salud, con los padres de familia y con la comunidad educativa.
Las alertas de UNESCO y UNICEF son: el confinamiento prolongado afecta la salud física y mental de los estudiantes, sin un horario estructurado pierden sus rutinas, sus amigos y el espacio protector de su integridad. Los más vulnerables enfrentan riesgos, tales como trabajo infantil, violencia y abuso sexual. Un alto número de estudiantes van a perder el desarrollo de las competencias básicas y caerán por debajo del mínimo en los niveles esperados. Si antes de la pandemia teníamos una grave crisis de aprendizaje y unas brechas educativas entre los alumnos del sector privado y los del sector oficial, y entre los del sector urbano y los del sector rural.
Para UNICEF en Colombia el 50% de los niños menores de 10 años no tienen las competencias de lectura necesarias para comprender un texto simple. PISA 2018 reporta que el 50% de los estudiantes de 15 años solo alcanzaron el nivel 2 de 6 en lectura y ciencias; en matemáticas, los resultados de los niños de ingresos bajos y los estudiantes de altos ingresos la diferencia es del 14%.
Los más afectados con el cierre de las escuelas son los estudiantes en condiciones de vulnerabilidad, es decir, los indígenas, los niños con discapacidad, los migrantes, los niños de zonas rurales y los niños que por causa de la pandemia cayeron en la pobreza extrema. No podemos seguir dilatando la decisión de abrir las escuelas y diseñar estrategias pedagógico-didácticas que partan de un auténtico diagnóstico sobre el grado de desarrollo social, emocional y cognitivo de cada niño. La crisis impone transformaciones profundas. No sigamos ignorando la niñez.
América del Sur/Colombia/29-11-2020/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec
Al menos ocho recolectores de café fueron asesinados en una finca en el departamento de Antioquia (noroeste). “Hombres fuertemente armados irrumpieron la madrugada del domingo en una finca cafetera y dispararon” a quienes estaban en el alojamiento con unos 14 recolectores, dejando como saldo ocho fallecidos», dijo el alcalde de Betania, Carlos Mario Villada.
Se apuntó responsabilidad al Clan del Golfo, la mayor banda delincuencial que surgió del paramilitarismo, y que se disputa el control del narcotráfico. Estos meses, en plena temporada de recolección de café, existe una mayor presencia de obreros que se alojan en las fincas de la zona. EFE
Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102333661/ocho-nuevas-victimas-imparable-la-violencia-en-colombia
‘Primera Escucha, paisajes sonoros y canciones para niñas y niños’ es una invitación para disfrutar y reunirse en familia junto a los más pequeños, a través de sonidos que los lleven a explorar, descubrir y soñar, mientras aprenden de su entorno.
La iniciativa ‘Primera Escucha’ consiste en un repertorio de paisajes sonoros y canciones creadas especialmente para niños y niñas, basado en el transcurso de un día en la vida de un niño, invitándolos a explorar y descubrir el mundo desde un dispositivo de audio. Asimismo, cada canción o paisaje sonoro viene acompañado de unas recomendaciones sugeridas, mientras que las preguntas son una invitación para que los niños establezcan una comunicación.
“Entendemos que los adultos siempre van a ser los mediadores de los contenidos de las niñas y los niños. Por ello, los materiales sonoros que van a encontrar tendrán una guía pedagógica para el uso del material como una invitación a que los papás y los niños establezcan un vínculo y un espacio creativo a partir de la escucha”, explica Leon David Cobo, músico y artista sonoro.
Ésta escucha de sonidos y música se realizará con un recorrido por el transcurso del día y todos sus momentos. Desde despertarse, pasando por otras actividades de la cotidianidad de los niños, hasta comer e irse a dormir. Esto, con el objetivo de expandir su universo sonoro e invitarlos a jugar y a dejar volar su imaginación.
‘Primera Escucha’ fue la iniciativa ganadora de la Beca de Creación de Repertorios Sonoros para la Primera Infancia 2020 del Programa Distrital de Estímulos, a través del Programa Nidos, arte en primera infancia, establecido por el Instituto Distrital de las Artes, Idartes.
Lo que busca el Programa Nidos es generar oportunidades de creación e implementación de experiencias artísticas, que aporten a la formación integral de la primera infancia junto a sus familiares y demás actores que los rodean, por medio de la generación de espacios innovadores que fortalezcan y promuevan el emprendimiento.
A causa de la pandemia, el único acceso que tienen las niñas y los niños en contenidos sonoros y musicales está situado en el mundo de la virtualidad. Por eso, nació la idea de crear una página web donde los papás y los niños puedan encontrar materiales que les permitan, a través de canciones y paisajes sonoros, desarrollar la imaginación, jugar y acceder a un universo sonoro distinto al de la casa.
La página contiene audios que vienen acompañados de unas ilustraciones realizadas por el ilustrador Geison Castañeda, junto a la letra de este y el preguntario, diseñado para que los padres compartan con los niños y establezcan una comunicación con las preguntas sugeridas.
“Las niñas y los niños en etapa de desarrollo están descubriendo el mundo. Escuchar es una manera de aportar al desarrollo integral en la primera infancia, ya que generar espacios de escucha en ellos les va a permitir explorar y abrir sus posibilidades cognitivas para desarrollar todo su potencial”, comenta Cobo.
La iniciativa está conformada por un grupo de músicos, artistas, psicólogos, ingenieros de sonido y audio, pedagogos, comunicadores, entre otros, que, desde su experiencia, aportan al desarrollo y producción de contenidos sonoros y digitales a través de lenguajes artísticos.
“A partir de diciembre estaremos en plataformas como Spotify, y seguramente el otro año, si las condiciones lo permiten, haremos conciertos en vivo. El futuro es encontrar la manera de poder dar a conocer el proyecto, que llegue a mucha gente, y a muchos niños y niñas”, concluye Cobo.
El Observatorio de la Gestión Educativa de la Fundación Empresarios por la Educación presentó un informe en el que alerta que un tercio de los funcionarios que ocupan estos cargos no tenían experiencia en el sector educativo.
En Colombia existen 96 Entidades Territoriales Certificadas lideradas por secretarios de Educación, que son los encargados de guiar y garantizar el cumplimientos de las metas educativas de cada gobierno local. Por esa razón, el Observatorio de la Gestión Educativa de la Fundación Empresarios por la Educación presentó un análisis sobre las personas que dirigen estas entidades en todo el país.
Cabe recordar que las entidades certificadas del departamento de La Guajira (Maicao, Uribia, Rihohacha y La Guajira) tienen cada una, un gerente del servicio educativo en lugar de secretarios de Educación. Para el caso de las 92 Entidades Territoriales restantes, se encuentran encabezadas por 48 secretarios hombres y 44 mujeres, lo que hace que la distribución en términos de género en el liderazgo de las Secretarías de Educación sea equitativo.
Respecto a la formación académica, aspecto que muchos le exigen a altos funcionarios públicos, se evidencia una buena preparación, aunque no sea necesariamente en Educación. De los secretarios 50 son especialistas (52%), 7 tienen maestría (7%), 20 tienen tanto especialización como maestría (21%), 7 tienen doctorado (7%) y 13 secretarios tienen solo pregrado (13%).
Frente a los programas académicos, el 32% presenta formación de bases en las áreas de Economía, Administración, Contaduría y afines, seguido por el 31% con formación en Ciencias de la Educación; y un 19% con pregrados en Derecho y Ciencias Políticas. Un porcentaje menor al 8% cursó las áreas de Ingeniería, Arquitectura, Urbanismo y afines; Ciencias Sociales y Humanas y Matemáticas y Ciencias Naturales.
De los funcionarios que tienen formación posgradual, 84 secretarios presentan este nivel de formación; las áreas de conocimiento en las que en mayor porcentaje realizan su formación son Ciencias de la Educación (37%), Economía, Administración y Contaduría (36%) seguidas de Derecho y Ciencias Políticas (20%). Lo que permite mostrar una relación similar entre la formación de pregrado de los secretarios, respecto a la formación posgradual, siendo predominantes en ambos casos, la formación en educación y en áreas administrativas o económicas.
En cuanto a la experiencia laboral antes de ocupar estos cargos desde este año, el Observatorio precisa que solo 44 secretarios de Educación registran trayectoria en el sector público y en el sector educativo específicamente. Por su parte, 24 secretarios de Educación (25%) tienen experiencia en educación como docentes, directivos docentes o a través del sector fundacional en educación.
También, 24 secretarios (25%) tienen experiencia en el sector público en otro tipo de instituciones que no se relacionan con el sector educativo como oficinas de planeación, jurídicas o administrativas de otras entidades y finalmente, 5 secretarios (5%) no cuentan con experiencia ni en el sector público ni en el sector educativo.
Esto permite notar que el 94,5% de los secretarios de Educación en las entidades territoriales certificadas cuenta con experiencia técnica relacionada con el sector público o con el quehacer educativo. Sin embargo, cerca del 30% no tiene experiencia en el sector educativo.
Cambios en el cargo
Asimismo, el Observatorio realizó un análisis sobre las nuevas administraciones locales y la permanencia de secretarios de administraciones anteriores, durante este primer año de gobierno.
Frente a este punto, se encontró que diez entidades territoriales certificadas entre ellas Barranquilla, Bucaramanga, Cartago, Itagüí, La Guajira, Maicao, Pitalito, Riohacha, Uribia y Yumbo presentan continuidad en el secretario de Educación del gobierno anterior.
Por otra parte, cerca del 20% de las entidades territoriales, 19 Secretarías de Educación, han presentado cambios durante el año 2020 frente al secretario de Educación, ha sucedido en Amazonas, Armenia, Bolívar, Buenaventura, Cali, Chocó, Córdoba, Cúcuta, Cundinamarca, Dosquebradas, Girón, Jamundí, Magdalena, Malambo, Palmira, Putumayo, Santander, Soacha y Vaupés.
Fuente e imagen: https://www.semana.com/educacion/articulo/secretarios-de-educacion-en-colombia-que-tanto-han-estudiado/202046/
América del sur/Colombia/Noviembre 2020/eldiariodelaeducacion.com
Resiliencia, organización y acción por la paz con perspectiva de género entre los cafetales del sur del Tolima, Colombia.
Los arbustos de café mezclados con los plátanos perfilan el color rojizo de las carreteras, planas solo de vez en cuando. Al girar la ladera, por encima del camino, un cartel estampado con numerosos logos institucionales da la bienvenida a “Planadas, Municipio de Paz”. A su lado, diversos plafones publicitan la calidad de los cafés especiales de Planadas, ganadores de la Taza de la Excelencia en varias ocasiones.
Anuncios que resumen toda una declaración de intenciones de una localidad con más de 50 años de conflicto en su historia, y que está cansada de que únicamente se la conozca como “la cuna de las FARC”.
Una de las mujeres supervivientes y resistentes a la violencia de décadas es Leonoricel Villamil Toro. En 2020 desarrolla su tercer período como concejal en Planadas por el Partido Verde, en representación del corregimiento de Gaitania, uno de los dos corregimientos rurales del municipio del sur del departamento del Tolima, a unos 1.500 metros de altitud. Leo, como se le conoce en toda la región, ejerce de 2ª vicepresidenta del Concejo, siendo ella la única mujer entre los trece miembros de la asamblea municipal. En 2015, después de asistir a un encuentro de Mujeres por la Paz en Bogotá, vio claro lo que tenía que hacer. «Me tomé el atrevimiento de vincularme, participar y representar a la mujer planaduna. Empecé a ir a las veredas a decirles cómo debíamos comenzar a articularnos, mostrar que sentimos un dolor pero que ya debemos dejar los miedos y hemos de reclamar los derechos que tenemos según la Constitución», declara Leo al recordar sus primeros pasos en la organización de mujeres. Es muy sencillo.
Además de dedicarse a la función pública y al trabajo por la comunidad, Leo también se hace cargo de la finca y los cafetales familiares. Mientras recorre la finca paterna, repasa su dura historia familiar, ligada al devenir del conflicto. “Me he visto afectada tanto y de tal manera que… una de ellas fue la terminación de mi familia, que constaba de cinco hermanos varones y mi persona. De ellos ya no queda ninguno”. Después de tomar aire, Leonoricel reflexiona: “Cuando a una le tocan es cuando siente y sabe el valor de las demás mamitas”.
Parir en medio de la guerra
La campesina llegó a Gaitania con tres años y desde ese entonces allí se crió, se educó y tuvo tres hijos, de los cuales solo le quedan dos. “El hijo me lo asesinaron el 27 de septiembre de 2015, a la edad de 28 años, junto con mi hermano y otro campesino”. Mientras clava la mirada en las montañas lejanas que los cafetales pintan al estilo puntillista, Leo habla del “temor de la gente a venir” durante años y años, y recuerda “cuando los helicópteros pasaban por encima de nuestras cabezas mientras el Ejército se desplazaba por tierra, y uno no sabía a quién ponerle cuidado; estábamos en medio de las balas, pero se seguía recolectando café”.
Según rememora la campesina: “A nosotras nos tocó parir a los hijos en medio de la guerra. Con lo que vivimos acá en la región —porque nosotros vivimos tomas guerrilleras— nos ha tocado salvar vidas, intermediar por personas, enterrar gente que quizás su familia nunca supo qué pasó… Asimilamos eso, y con mucha prudencia y cautela hemos aprendido a vivir en esta región donde nos hicieron mucho daño. A mí, y a las demás mujeres de Planadas, y más que todo, en la vereda Marquetalia, que fue en la que nacieron las FARC».
Según recoge la historiografía fariana, los fundadores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, nacidas en 1964, fueron “48 campesinos que habitaban en la región de Marquetalia, una colonia agrícola fundada por ellos mismos, 10 años atrás, a principios de los cincuenta”. Leonoricel narra que entre los desplazados de esas primeras guerras de la Violencia en Colombia estaba Pedro Antonio Marín, que se hizo llamar Manuel Marulanda Vélez. De él, Leo recuerda que se presentó como ingeniero y que fue el que trazó la vía hacia el municipio de Neiva: “Ese señor ya tenía también unas ideologías buenas, tampoco era todo malo”.
Como las otras zonas de colonización de mediados del siglo XX ubicadas en Planadas, “las colonias agrícolas fundadas por el campesinado desterrado de sus zonas de origen pasaron a ser consideradas Repúblicas Independientes a las que había que aniquilar”, según recoge la página web de la organización guerrillera. El relato de las FARC continúa: “El Ejército Colombiano, bajo la orientación de la misión militar yanqui” lanzó la Operación Soberanía u Operación Marquetalia, con la que combatió el comando guerrillero que dirigía el propio Marulanda, alias “Tirofijo”, quien después sería Comandante en Jefe de las FARC. El también fundador de las FARC, Jacobo Arenas, explica en el libro Diario de la resistencia de Marquetalia que “es de esta agresión contra las colonias de Marquetalia, el Pato, Riochiquito y El Guayabero que nacen las FARC como respuesta armada”. En el Programa Agrario de los Guerrilleros, proclamado el 20 de julio de 1964, los campesinos revolucionarios justificaban su lucha explicando que se alzaron en armas porque en Colombia estaban cerradas las “vías de la lucha política legal, pacífica y democrática”.
Más allá del mito fundacional
La historia aún sigue viva en la memoria de los y las habitantes de las veredas y casas de Planadas. “Aquí hay gente todavía que vivió y vio la Operación Marquetalia —remarca Leo—, y hay gente que combatió obligatoriamente contra la guerrilla, porque en ese entonces prestaban su servicio militar y todavía están acá”. Pero esta historia narrada desde la distancia y la falta de empatía se ha convertido para muchos en una marca que desean olvidar. “Aún hoy día todavía sigue el estigma de que aquí nació la guerra… Y eso es lo que nosotros estamos tratando de borrar”, dice Leo, a la vez que su mano derecha hace un gesto de borrar una pizarra.
Pese al mito fundacional, el conflicto en los montes del sur del Tolima venía de antes. De hecho, cuando hablan del conflicto armado en el Tolima, los expertos del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y de las instituciones académicas locales hablan de “una estructura endógena de largo aliento” y unos “orígenes asociados al período de La Violencia (1946-1958)”. En ese entonces, el conflicto armado era entre liberales y conservadores. Según la terminología local, Gaitania se clasificaría como un “municipio rojo”, aludiendo a su composición mayoritariamente liberal, en términos del bipartidismo tradicional.
“Aquí tildaron, aquí juzgaron. Aquí señalaron, pero ellos nunca supieron cuál era verdaderamente el conflicto, y nadie sabe por qué nació verdaderamente la guerra”, prosigue Leo, que corrobora que “no fue solamente la guerrilla”. La represión de las fuerzas militares, los falsos positivos y los montajes contra campesinos para ganar unas recompensas por haber capturado a unos supuestos guerrilleros atemorizaron la población civil del mismo modo, tal y como recoge el Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo” (CAJAR), entre otras organizaciones defensoras de derechos humanos. “Nos tocó vivir una etapa muy dura porque tanto el gobierno como las Fuerzas Militares también causaron mucho daño”.
Planadunas organizadas por la reconciliación y la paz
Pese a toda la violencia sufrida, Leo no duda que “hay que seguir, hay que dejar esos resentimientos, esos dolores, y hay que tratar de reconciliar. Ese es el ejemplo que tenemos que dar nosotras como mujeres, que somos las que generamos vida, que somos las que procreamos, las que parimos hijos. Ninguna madre quiere perder a un hijo ni quiere seguir trayendo hijos a este mundo para una guerra”, recuerda la concejal. Precisamente, fue en septiembre de 2015, después de la muerte de su hijo, cuando Leonoricel dio el paso de organizarse y luchar por los derechos de sus vecinas, especialmente por las mujeres víctimas del conflicto.
En el primer encuentro que organizaron participaron más de 500 mujeres, e hicieron una videoconferencia con Victoria Sandino, directora de la Subcomisión de Género de los diálogos de Paz de La Habana (Cuba), y durante la cual todas las mujeres de las veredas presentaron una propuesta. Así nació el Consejo de Mujeres por la Paz de Planadas, y según reporta Leo, hoy en día hay otras ocho asociaciones de mujeres en el municipio. Durante los últimos 5 años, las mujeres de Planadas han interactuado también con las mujeres del Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) de El Oso, la zona veredal para el proceso de desmovilización de la guerrilla de las FARC ubicada dentro de la jurisdicción de Planadas.
Sobre las mujeres de la zona veredal, Leo destaca que “ellas hoy en día tienen sus hijos, quieren que estudien, que se formen, y no quieren que vuelvan a la guerra”, eso, para ella, es todo un triunfo de la paz. Por otra parte, Leo reconoce que, tal y como las excombatientes denuncian, el Gobierno les está incumpliendo. “Por eso nosotras tenemos que aprendernos bien los cinco puntos, los puntos recogidos en los Acuerdos de Paz para uno poder hacer un reclamo”. Esos puntos a los que la concejal hace referencia son la implementación de una política de desarrollo agrario integral, la mejora de la participación política, el fin del conflicto con el cese de hostilidades bilateral, la solución al problema de las drogas ilícitas y la reparación de las víctimas, más un sexto punto referente a los mecanismos de implementación, verificación y refrendación de los acuerdos.
En busca de una verdad reparadora y una vida digna
Pese al reconocimiento de la fortaleza que les ha supuesto que los Acuerdos de La Habana hayan incluido en uno de sus principales puntos la equidad de género, Leonoricel opina que ellas, las mujeres víctimas supervivientes, sólo están representadas en parte. “En parte sí, porque hemos trabajado para que la paz continúe, y la inclusión de la equidad de género ha sido vital para nosotras salir a reclamar y mostrar que lo podemos hacer. Pero en parte no, porque nosotros también hemos sido afectados por el gobierno nacional, y en eso uno no ve justicia, uno no ve nada. Por eso nosotros hacemos parte y reclamamos el esclarecimiento de la verdad, que tanto los Acuerdos como la JEP (la Jurisdicción Especial para la Paz) recogen. Si usted cuenta la verdad, está sanando. Y a eso es a lo que nosotros hacemos un llamado”.
A su vez, la lideresa denuncia que hay gente que aún vive con temor, porque “todavía siguen los señalamientos”, que “la gente no sabe por qué fue víctima de la guerra” y que “todavía después de este Acuerdo de Paz, hay muchas irregularidades”. No fue hasta mediados de febrero de 2020, casi cuatro años después de la firma de los acuerdos, que la Comisión de la Verdad instaló la primera Mesa Técnica de No Repetición, como recogen los documentos publicados por la propia alcaldía de Planadas.
De igual forma, la concejala llama la atención sobre el acoso a los líderes sociales, una situación que también se siente en Planadas. “Hay mucha incertidumbre, no sabemos lo que está pasando”, explica Leo, que habla de la amenaza de los llamados “grupos posdesmovilización”: “Hablan de disidencia, de grupos que no sabemos quiénes son, de dónde son, cómo son… Con la guerrilla se sabía quién era el guerrillero, pero uno ahoritica no sabe quién es quién”. “158 armados con fusiles en Ataco-Planadas. ¿Y eso es delincuencia común?”, Ironiza Leo mientras conversa con las vecinas. “El último que mataron fue dentro, aquí en el pueblo, en plena calle, y las mujeres no nos estamos escapando de la muerte, lo asesinan por callarlo o callarla a uno”, lamenta la lideresa.
El camino hacia la paz: la superación de la pobreza
En su acción política, Leonoricel denuncia especialmente las condiciones de empobrecimiento en las que viven muchas de las campesinas de Gaitania. Por eso, Leo reclama que las mujeres “que se levantan a las 3 o 4 de la mañana y son las últimas que se acuestan, pero no tienen remuneración ni una vivienda digna”, sean reconocidas, recompensadas y visibilizadas, “porque en el campo y en el hogar lo fundamental es la mujer”. En la misma línea, Leo exige “que el gobierno cumpla y haga realidad los proyectos productivos y todo lo recogido en el acuerdo de paz”. Tal y como la lideresa remarca, “si usted no tiene salud, no tiene educación, una buena productividad, comercio, una buena vivienda… pues no va a haber nunca paz en la vida”. Pero si hay una necesidad que Leo destaca por encima de las demás es la de fortalecer la educación y ampliar la oferta formativa, para que los niños y niñas del municipio tengan la oportunidad de acceder a carreras universitarias.
Pese a su fortaleza externa, Leonoricel reconoce que no es fácil ser lideresa, y no es fácil ser una concejal entre doce hombres. “El machismo todavía sigue reinando en Colombia y en todo el mundo, y creen que las mujeres no somos capaces de administrar y manejar. Pero se equivocan, porque las mujeres somos más conscientes y más organizadas, y lo hemos demostrado”. Por eso, Leo está convencida de que las charlas y capacitaciones de equidad de género y empoderamiento a las mujeres y a las familias son fundamentales. “Esto es lo que más reclaman las mujeres. Que lleguemos a las veredas, a lo más profundo del campo”. La concejal tiene clara cuál es su perspectiva de futuro en cuanto a la organización de las mujeres en Planadas: “Las quiero ver bien, viviendo bien, educadas y empoderadas como mujeres».
Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/educacion-por-la-paz/2020/11/25/si-usted-no-tiene-salud-educacion-una-buena-productividad-una-vivienda-pues-no-va-a-haber-nunca-paz-en-la-vida/
Reseñas/Colombia/Noviembre 2020/Autora: Laura Casamitjana García/eldiariodelaeducacion
“En el territorio hay mujeres que le ponen el alma, que son berracas y que sin duda marcan y marcarán la historia”. Una historia precedida por la violencia sin tregua. En las cordilleras que rodean el departamento del Tolima, Colombia, nació el conflicto armado que ha azotado durante tantas décadas el país: allí surgió la “República de Marquetalia”, el hecho histórico que determinaría el nacimiento de las FARC como grupo armado activo. Una trayectoria de hostilidad que ha afectado directamente a la población civil y que, a día de hoy, con la poca implementación de los acuerdos de paz firmados en la Habana en 2016, sus habitantes siguen pagando.
ecesitamos mujeres berracas, que digan: vamos a salir adelante, entre todas podemos”, señala Ángela Patricia Arias. Es una mujer que, pese a su juventud, vivió una época en la que la guerra le tocó de forma directa. Ha vuelto a su territorio, del que tuvo que marchar —el desplazamiento forzado es la victimización por excelencia que ha dejado la actividad bélica—, y ahora lidera un proyecto de desarrollo productivo para las mujeres de la región. “Sé que de cierta manera he logrado sembrar una semilla. Si en algún momento la fundación se retirara, sé que van a quedar mujeres empoderadas que van a poder empoderar a otras”, dice con orgullo la lideresa. Si bien la reputación del Tolima es la de haber sido la cuna de la guerra, las mujeres víctimas-supervivientes toman el timón para reescribir el presente y el futuro: están decididas a que su región sea reparada, a convertir lo marcado por la violencia en el punto de partida de la paz.
El proyecto “Berracas” recoge a través de cápsulas audiovisuales, perfiles de las mujeres y reportajes de la historia personal de diez lideresas sociales de Tolima que trabajan incansablemente por la reconstrucción social en sus territorios. Con la voluntad de tejer un relato polifónico centrado en la narración de las mujeres víctimas del conflicto armado, el proyecto pone énfasis en la historia de vida de las mujeres, las mayores afectadas por la guerra, y las cuales tienen una memoria particular que nunca ha figurado en los discursos históricamente hegemónicos y machistas. Evidenciar las visiones que existen en la sociedad colombiana sobre su propia guerra es clave para contribuir a que la misma sociedad sea capaz de reconocer —a través de las mujeres como símbolo de fortaleza y unidad social— la multiplicidad de voces y miradas sobre el conflicto armado colombiano. Se trata de exponer la memoria y sus voces para poner de relieve que detrás de las cifras y la historia oficial hay personas que han vivido marcadas por la violencia y que trabajan por construir un futuro mejor. En concreto, esas personas históricamente silenciadas: ellas.
“Las mujeres hemos sido vistas como un botín de guerra”, afirma Ángela Patricia. Las estructuras patriarcales y la cultura machista trascienden las dinámicas bélicas y establecen sus lógicas y mecanismos transversales en los cuerpos de las mujeres, reducidas a unidad territorial conquistable: paralelamente al conflicto armado, existe una guerra particular contra las mujeres. Además de ser víctimas del conflicto, son víctimas de la violencia machista, el daño hacía ellas se menciona como un “asunto colateral”, concibiendo la idea de utilizar a las mujeres para infligir daño al enemigo o generar pánico en la población. Su narración, su dolor, se ven abocados a una trinchera de silencio. Pero esos engranajes bélicos que las instrumentalizan quedan marcados en sus vidas para siempre.
“El tema del género ha sido una lucha constante. Nosotras nos vamos ganando los espacios, vamos ganando a través de hacer. Las mujeres son muy capaces de emprender procesos productivos, sociales, educativos. Así que seguiremos con eso, empoderando a más mujeres. Somos las que tenemos mayor capacidad de gestionar y contribuir en el desarrollo municipal, regional, encabezando la construcción de una paz estable y duradera”, concluye la lideresa.
Sus historias y la lucha de las colombianas por la paz inician hoy un recorrido en Catalunya Plural y El Diario de la Educación. En el primer capítulo de sus vidas, Leonoricel Villamil, concejala y lideresa de Gaitania, explica sus pérdidas y su dolor, pero sobre todo, su fortaleza para reconstruir un proyecto productivo con sabor a café tolimense.
Al mismo tiempo, presentamos la primera parte del reportaje “El papel de las mujeres en la construcción de la paz en Colombia”, que detalla la lucha histórica de las mujeres para ser parte de los acuerdos de paz firmados en el país.
“Mujeres víctimas-supervivientes del conflicto armado en Colombia: un modelo de perdón, empoderamiento y reconciliación nacional” es un proyecto de investigación periodística financiado por el Instituto Catalán Internacional para la Paz (ICIP) y en el que han participado investigadoras y periodistas de la Universitat Autònoma de Barcelona, de la Universidad del Tolima (Colombia) y de la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior (Colombia). Hoy inicia su difusión periodística a través de la cooperación con la Fundación Catalunya Plural, colaboradora del proyecto desde su presentación para financiación, en 2018.
Fuente e imagen tomadas de: https://eldiariodelaeducacion.com/educacion-por-la-paz/2020/11/25/berracas-las-mujeres-colombianas-victimas-del-conflicto-armado-que-construyen-la-paz-en-sus-territorios/
La Secretaría de Educación definió el calendario académico del próximo año y las normas para las clases en medio de la pandemia. ¿Qué tantos colegios oficiales reabrirán?
La Secretaría de Educación del Distrito expidió la resolución que establece el calendario académico para el próximo año. Según el cronograma, el primer período semestral inicia el 25 de enero y termina el 20 de junio de 2021.
No obstante, la gran duda de los padres es cómo será el regreso a clases ese 25 de enero. La Alcaldía aseguró que para esta fecha espera que los 399 colegios oficiales en los que estudian más de 750 mil jóvenes de Bogotá abran sus puertas.
“Esperamos que todas las instituciones educativas puedan avanzar hacia la reapertura gradual, progresiva y segura en 2021, que supone ante todo el cuidado de la vida individual y colectiva,así como la garantía del derecho a la educación para todas las niñas, niños, jóvenes y comunidades”, señala Edna Bonilla, secretaria de Educación.
Durante 2020, en Bogotá se ha adelantado un proceso de educación remota en los colegios oficiales a través de la estrategia ‘Aprende en casa’. Algunos colegios articularon este proceso con espacios presenciales desde septiembre. La Secretaría anunció que acompañará en lo que resta del año y en los inicios del siguiente a todos los colegios distritales para que terminen exitosamente su proceso de reapertura.
A la fecha en Bogotá, 326 instituciones ya cuentan con la revisión de protocolos y están habilitadas para adelantar actividades académicas presenciales. Estas son: 25 colegios oficiales, 163 jardines infantiles y colegios privados, 56 Instituciones de Educación Superior, 70 Instituciones de Educación para el Trabajo y Desarrollo Humano y 70 sedes del SENA.
Se espera que para 2021 todas las instituciones estén habilitadas para regresar a clases, acatando las disposiciones sobre medidas de bioseguridad y la normatividad que para el efecto expidan los gobiernos Distrital y Nacional.
Sin embargo, la secretaria precisó que la presencialidad no volverá en su totalidad: “con toda seguridad no tendremos el 100 % de estudiantes en el mismo momento y en las aulas. Por eso, el trabajo académico iniciará de manera simultánea con la estrategia ‘Aprende en casa’ y el proceso de reapertura de las instituciones educativas que se vayan habilitando para retornar a la presencialidad escolar a partir del proceso de preparación, acompañamiento y adaptación de sus condiciones a la nueva realidad”.
El calendario académico de 2020 para niñas, niños y jóvenes de los 339 colegios oficiales finaliza el viernes 27 de noviembre. El receso estudiantil será desde el 28 de noviembre de 2020 hasta el 24 de enero de 2021.
Para los y las 35.060 directivos docentes y docentes de los establecimientos educativos oficiales, en la semana del 30 de noviembre al 6 de diciembre se realizarán actividades de desarrollo institucional.Posterior a esto, terminará su labor en el año lectivo y regresarán el 11 de enero de 2021.
“Hacemos un llamado a la necesidad de garantizar el derecho a la educación y a la importancia de la presencialidad de nuestras niñas, niños y jóvenes. Las maestras y los maestros son conscientes de esto. Por eso, requerimos que ellos tengan su colegio abierto, ese espacio en donde realmente son más felices, y desde la Secretaría garantizando siempre las condiciones de bioseguridad y de bienestar físico y emocional”, concluyó Bonilla.
Fuente e imagen: https://www.semana.com/educacion/articulo/asi-seran-las-clases-en-los-colegios-publicos-de-bogota-en-2021/202042/
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