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Ecuador: Desayuno Urbano “La construcción de una cultura de paz en las ciudades”

Ecuador / www.unesco.org / 14 de Septiembre de 2016.

En el marco del proceso preparatorio de la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre vivienda y desarrollo urbano sostenible Hábitat III que tendrá lugar en Quito, Ecuador, del 17 al 20 de octubre de 2016, la Oficina de la UNESCO en Quito y Representación para Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela en coordinación con la Secretaría de Hábitat III, organiza el Desayuno Urbano dedicado al tema “La construcción de una cultura de paz en las ciudades”, que tendrá lugar este jueves 15 de septiembre de 2016.

En este Desayuno Urbano, Dorine Dubois, Coordinadora del programa sobre Cultura y Desarrollo de la UNESCO, abordará el tema “Construyendo la paz y fomentando el desarrollo urbano sostenible a través de la Cultura” y Juan Samaniego, Consultor, Instituto Benjamín Carrión presentará la ponencia titulada “El rol del sistema educativo en la implementación de la Nueva Agenda Urbana: creando sociedades inclusivas”.

Los Desayunos Urbanos son encuentros organizados en varias ciudades de todo el mundo, con el objetivo de dar a conocer las temáticas que se analizarán en el Conferencia y dialogar sobre los retos y las oportunidades que presenta el desarrollo urbano sostenible y las prioridades a tener en cuenta en la Nueva Agenda Urbana, documento que se suscribirá en Hábitat III.

Según datos de las Naciones Unidas, la población urbana sobrepasó por primera vez a la rural en 2007. Hoy, 54, 5 % de la población mundial vive en ciudades y para 2030 se prevé que esta cifra alcance el 60%. La región de América Latina y el Caribe es una de las más urbanizadas del mundo, con 80% de su población ubicada en zonas urbanas. En Ecuador, según datos del censo del año 2010, la población urbana corresponde al 62,7% de su población total (14.483.499 habitantes). Según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), la población urbana del Ecuador alcanzará el 64% en el año 2020.

Ante este acelerado proceso de urbanización, crecimiento demográfico y globalización, las ciudades deberán hacer frente a importantes desafíos socioeconómicos y medioambientales, por sólo mencionar algunos. La exclusión amenaza a un tercio de la población urbana de los países en desarrollo que hacen vida en asentamientos informales en condiciones precarias: la población más vulnerable no sólo está expuesta a la desigualdad económica, también lo está a la desigualdad de género y territorio. En este contexto, es importante reflexionar sobre la importancia de fomentar sociedades inclusivas y sociedades de paz para promover eficazmente el desarrollo urbano sostenible.

En atención a su mandato, la UNESCO promueve la construcción de la paz, la no violencia y la cohesión social desde la cultura y la educación. Para ello, la UNESCO fomenta la promoción de las industrias creativas, la protección y la valorización del patrimonio material e inmaterial. De igual manera, la UNESCO, para tal objetivo, impulsa la educación inclusiva de calidad y el aprendizaje a lo largo de la vida para todos y todas y la implementación del diálogo intercultural que aporten a la reconstrucción del tejido social y el fortalecimiento identitario de las ciudades.

Para más información consulte el dossier de prensa de Hábitat III en este link o contactar a Liza Gisbert, Coordinadora de Proyectos, Oficina de la UNESCO en Quito.

Fuente:http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/desayuno_urbano_la_construccion_de_una_cultura_de_paz_en/#.V9h8iTWfiRQ

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Ecuador: Obtiene préstamo de USD 364 millones del FMI para tareas de reconstrucción tras el terremoto

América del Sur/Ecuador/11 de Septiembre de 2016/Autor: Francesco Grigoli/Fuente: FMI

  • Ecuador enfrenta enormes estragos económicos tras el peor terremoto en décadas
  • La reconstrucción costará USD 3.300 millones, el crecimiento se contraerá considerablemente en 2016
  • El FMI está preparado para seguir apoyando a Ecuador a hacer frente a sus dificultades económicas

El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó y desembolsó un préstamo de emergencia por USD 364 millones para Ecuador con el fin de ayudar al país a financiar las tareas de alivio y reconstrucción tras uno de los terremotos más fuertes en décadas.

El 16 de abril, Ecuador fue sacudido por un fuerte terremoto de magnitud 7,8, el peor sufrido desde 1979. Las regiones más afectadas (véase el gráfico) son las provincias costeras de Manabí y Esmeraldas, pero el terremoto también afectó a las dos ciudades más grandes, Quito y Guayaquil. Los costos de reparación de los daños, que dejaron al menos 675 muertos o desaparecidos, más de 4.600 personas heridas y 33.000 personas en refugios temporales, pueden ascender USD 3.300 millones, según una evaluación conjunta realizada por las autoridades y Naciones Unidas (Comisión Económica para América Latina y el Caribe). El país espera recibir apoyo externo rápidamente de instituciones financieras y donantes internacionales.

Se espera que el desastre acentúe la recesión reinante en el país, y los esfuerzos de recuperación se verán entorpecidos por la falta de reservas fiscales. La tasa de crecimiento de Ecuador —que depende en gran medida del petróleo y las exportaciones— ya había disminuido de 3,7% en 2014 a apenas un poco de cero en 2015 debido al desplome de los ingresos derivados del petróleo, el fortalecimiento del dólar de EE.UU. (la economía está totalmente dolarizada) y el acceso limitado al financiamiento internacional. El FMI prevé que el crecimiento PIB real se contraiga aproximadamente 2¼% en 2016, pudiéndose atribuir alrededor de ½% al impacto del terremoto.

El país ya recibió los recursos en el marco del Instrumento de Financiamiento Rápido del FMI, cuyo objeto de ayudar a las autoridades a atender una urgente necesidad de balanza de pagos provocada por la gravedad del terremoto. La operación consistió en un solo desembolso inicial, sin condicionalidad. El préstamo tiene un período de gracia de 3¼ años y vencimiento de 5 años, y una tasa de interés igual 100 puntos básicos más la tasa de interés del Derecho Especial de Giro (lo que al 7 de de septiembre de 2016 equivale a una tasa total de 1,05%).

Rápida respuesta del gobierno

Las autoridades respondieron rápidamente enviando más de 1.500 efectivos del personal de emergencia a las zonas afectadas, restableciendo el suministro de agua y energía eléctrica en la mayoría de las zonas afectadas y brindando atención médica a más de 31.000 personas en las primeras dos semanas. Desde entonces, el Gobierno también ha abierto varios albergues en que están acogiendo a parte de la población damnificada mientras se llevan a cabo las tareas de reparación y reconstrucción de viviendas. El gobierno espera que el resto de los sobrevivientes del terremoto que se vieron desplazados encuentren otras soluciones de vivienda (por ejemplo, alquilando o alojándose con familiares o amigos) con la ayuda de transferencias financieras.

Las autoridades respondieron también con medidas fiscales dirigidas a obtener recursos para financiar las tareas de alivio, como un aumento excepcional de dos puntos porcentuales de la tasa del impuesto al valor agregado por un año y un recargo solidario por una sola vez a los impuestos sobre los salarios, las utilidades de las empresas y el patrimonio personal. Al mismo tiempo, las autoridades consideraron necesario prorrogar las salvaguardias de la balanza de pagos (recargos a las importaciones) hasta mayo de 2017.

Apoyo externo

La comunidad internacional también se movilizó rápidamente. Dos semanas después del terremoto, un equipo del FMI visitó Ecuador para ayudar al gobierno a evaluar el impacto económico y determinar las necesidades de financiamiento conexas. El país obtuvo compromisos de apoyo externo para las tareas de emergencia y reconstrucción de varias instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, así como de Naciones Unidas, organismos no gubernamentales y donantes bilaterales y multilaterales.

Aparte de los USD 364 millones desembolsados por el FMI en el marco del Instrumento de Financiamiento Rápido para ayudar al país con la rehabilitación y la reconstrucción, las autoridades esperan recibir unos USD 360 millones adicionales en forma de donaciones o préstamos en 2016. A fin de asegurar la transparencia del proceso, el gobierno tiene previsto instrumentar un mecanismo independiente de información sobre todos los gastos relacionados con el terremoto.

Un largo camino por delante

La reconstrucción probablemente tomará entre dos y tres años. Aunque el gobierno ha restablecido de forma temporal la mayoría de los servicios básicos, llevará tiempo crear soluciones permanentes ya que el terremoto alteró la composición de los suelos. En algunos casos, esto requerirá reubicar comunidades enteras y, por ende, también los servicios básicos.

El gobierno está trabajando asimismo en la reactivación económica de las zonas afectadas, que seguramente se verá impulsada por las actividades de reconstrucción. No obstante, volver a poner en funcionamiento a las economías locales tomará tiempo. El FMI está preparado para seguir ayudando a Ecuador a afrontar estas necesidades económicas actuales y futuras.

fmi

Fuente: http://www.imf.org/es/news/articles/2016/07/21/18/20/na070816-ecuador-gets-364-million-imf-loan-to-tackle-earthquake-reconstruction

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Educación y virtusismo en el ecuador del festival Clásicos Colgados

Ecuador/10 septiembre de 2016/Fuente: http://www.vocesdecuenca.com/

El vicepresidente de la Diputación, Julián Huete, califica como «muy satisfactorio» el desarrollo de la cita.

El vicepresidente de la Diputación, Julián Huete, califica como «muy satisfactorio» el desarrollo del Festival Internacional de Música Clásicos Colgados, patrocinado por la institución provincial y que ha llegado a su ecuador.

Huete destaca que más de treinta alumnos procedentes de diferentes puntos de la geografía nacional e internacional han compartido desde el inicio del festival ensayos de orquesta con el director Michael Thomas, clases magistrales con los artistas del Festival y talleres específicos para poder afrontar su futuro profesional como el taller de Autogestión para jóvenes músicos impartido por la coordinadora del Festival, Juana García, o el desarrollado por Mariana Todorova, concertino de la orquesta de RTVE.

Dentro de las actividades inaugurales abiertas para todos los públicos, la soprano Laia Falcón hizo un viaje por la historia de la ópera para romper los clichés pertinentes. Comenzó en Mantua, pasó por Venecia y Nueva York, y la última parada fue en Cuenca, para invitar a todos los asistentes a los conciertos programados dentro del Festival.

Al completo programa de conciertos que se está desarrollando desde este jueves y hasta el domingo, día 11 de septiembre, en el que los artistas se integran en varias formaciones camerísticas, se suma una serie de actividades gratuitas y abiertas a todos los públicos.

Así el sábado, la Sala de Prensa del Auditorio, desde las 10 hasta las 20, acoge tres actividades gratuitas abiertas a todos los públicos. Robert Louis Baille, impartirá de 10 a 14 y de 16 a 18, un taller de Luthería donde el asistente conocerá como es el proceso de construcción y cuidado de un instrumento de cuerda frotada. A las 12 horas, María de Macedo, prestigiosa pedagoga internacional y presidenta de honor del Festival, hablará de la educación musical en la etapa intermedia. Para finalizar, tendrá lugar a las 18h, la segunda parte del taller de autogestión para jóvenes músicos.

Este Festival será clausurado con un concierto el domingo, 11 de septiembre, a las 20:30 horas, en el Teatro Auditorio de Cuenca, que ofrecerán los jóvenes valores de la cultura, los alumnos del Festival con la Orquesta del mismo, llamada Cuenca Clásica, y dirigida por Michael Thomas.

Fuente de la Noticia:

http://www.vocesdecuenca.com/web/voces-de-cuenca/-/educacion-y-virtusismo-en-el-ecuador-del-festival-clasicos-colgados

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Colegios para los olvidados de Ecuador

América del Sur/Ecuador/10 Septiembre 2016/Autor: Jaime Giménez/Fuente: El país

Las nuevas escuelas del Milenio en la Amazonía ecuatoriana comienzan a reducir la brecha histórica entre esta región históricamente excluida y el resto del país

Se sitúa en lo más profundo de la Amazonía ecuatoriana, pero, a simple vista, nada tiene que envidiar al mejor colegio de Madrid. Modernos laboratorios, numerosas pistas deportivas y coloridos jardines dan forma a la Unidad Educativa del Milenio de Nuevo Rocafuerte, una pequeña localidad a la que solo se puede acceder navegando durante más de seis horas por el río Napo, afluente del Amazonas. Pese a lo remoto del lugar, niños y jóvenes de esta región petrolera cuentan con una infraestructura educativa de último modelo, construida por el Estado con dinero procedente del crudo. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Profesores foráneos que no se adaptan a la vida selvática, marginación de las culturas indígenas y fallos en el mantenimiento de las instalaciones son las principales quejas de una población que ha vivido durante siglos excluida del desarrollo del país.

La región amazónica se conoce en Ecuador como “el Oriente”, un lugar sin nombre. Despojada de identidad propia, excluida del escudo nacional y alejada de los centros poblados de la sierra andina y la costa pacífica, la Amazonía nunca fue un lugar atractivo para el resto del país ni para los gobiernos de turno. Se la llegó denominar como el “infierno verde”, un inhóspito océano de árboles que, según el imaginario nacional, no ofrecía más que torrenciales lluvias y el riesgo de ser devorado por animales salvajes. Todo eso cambió, no obstante, con el hallazgo del petróleo en las entrañas de la selva. En 1972, el primer barril de crudo desfiló con honores militares por las calles de Quito de la mano de la compañía estadounidense Texaco, inaugurando la era petrolera y el redescubrimiento de la Amazonía como una fuente de divisas para el país. La población oriunda de la selva, no obstante, no vio mejorar sus condiciones de vida como consecuencia del auge del hidrocarburo. Al contrario: la contaminación cambió el color verde de la vegetación por el negro de los residuos del crudo, varios pueblos indígenas desaparecieron y los que sobrevivieron observaron cómo el alcoholismo y el trabajo asalariado ahogaban su ancestral cultura.

“Aquí está nuestro petróleo, sirviendo en primer lugar, como siempre debió ser, a nuestra Amazonía”, proclamó el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, mientras inauguraba la Unidad Educativa del Milenio en Nuevo Rocafuerte, el 6 de noviembre de 2014. “Estamos derrotando al pasado de vergüenza. En el viejo país solo alcanzaban educación de excelencia quienes podían pagársela”, afirmó el mandatario, convencido de que “con la utilización responsable de nuestros recursos naturales no renovables podremos derrotar a la pobreza”. En 2010, la reforma de la Ley de Hidrocarburos llevada a cabo por el gobierno de Correa decretó que el 12% de los excedentes petroleros debían reinvertirse en proyectos de educación y salud en las regiones donde se extrae el crudo.

Redistribución planificada

“Ecuador es uno de los únicos países en el mundo, sino el único, en el que se establece por ley que el Estado debe redistribuir las regalías obtenidas por sus recursos estratégicos. Es el Estado ecuatoriano quien, ordenadamente, devuelve proyectos de desarrollo a esos territorios de donde se extraen recursos naturales”, explica Pablo Bustamente, subgerente de Ecuador Estratégico, empresa pública que construyó la escuela del Milenio en Nuevo Rocafuerte.

“No esperamos a que la compañía instale una escuelita pequeña en un lugar alejado y que arregle una carretera. No estamos esperando la buena voluntad del empresario para hacer lo que las comunidades cercanas a los proyectos necesitan. Estamos recuperando esos recursos para redistribuirlos planificada y equitativamente”, agrega.

Varias personas se congregan a la entrada de la Unidad Educativa del Milenio Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana. Las escuelas del Milenio son parte de un proyecto de reforma de la educación pública que busca llevar la enseñanza gratuita y de calidad a todos los rincones del país. La región amazónica, tradicionalmente excluida del desarrollo económico de la zona andina y costera, es una de las más beneficiadas por el proyecto.ampliar foto
Varias personas se congregan a la entrada de la Unidad Educativa del Milenio Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana. Las escuelas del Milenio son parte de un proyecto de reforma de la educación pública que busca llevar la enseñanza gratuita y de calidad a todos los rincones del país. La región amazónica, tradicionalmente excluida del desarrollo económico de la zona andina y costera, es una de las más beneficiadas por el proyecto. JAIME GIMÉNEZ

Nuevo Rocafuerte, enclavada a pocos kilómetros de la desembocadura del río Yasuní —que marca la frontera con Perú—, está dentro del bloque petrolero 43 o ITT (Ishpingo, Tiputini y Tambococha). Este bloque, del que el gobierno espera obtener 1.670 millones de barriles de petróleo a partir de este año, se sitúa en su mayor parte dentro del Parque Nacional Yasuní, una de las regiones más biodiversas del mundo. Pese a la polémica alrededor de su explotación, Ecuador decidió en 2013 acometer la extracción del crudo de esta área, también conocida como Yasuní-ITT. Aunque Correa argumentó que la explotación sacaría de la pobreza a los pueblos amazónicos, las evidencias apuntan a que, por el momento, eso no ha ocurrido. En cualquier caso, la construcción de la escuela del Milenio en Nuevo Rocafuerte muestra que las comunidades del noreste del Yasuní sí han recibido algunos beneficios de la extracción petrolera.

“Ecuador estableció como política que los recursos que provenían del petróleo se destinen precisamente al desarrollo de infraestructura en la Amazonía”, declara a EL PAÍS el ministro de Educación ecuatoriano, Augusto Espinosa. “La Amazonía es la región donde menos estudiantes tenemos y, sin embargo, donde más escuelas hemos construido”, continúa.

Un proyecto a nivel nacional

El proyecto de las Unidades Educativas del Milenio no se limita a Nuevo Rocafuerte. Según Espinosa, en los últimos años se han inaugurado 63 de estas escuelas en todo el país, mientras que otras 57 están en construcción. Hay proyectadas 66 más. Se trata de infraestructuras homogéneas que cuentan con el mismo diseño e instalaciones independientemente del lugar donde se construyan. Laboratorios de física, química y biología, salas de informática, canchas de fútbol y baloncesto cubiertas y al aire libre, modernos edificios y una estética cuidada es lo que ofrecen estas escuelas construidas para llevar la educación del nuevo milenio a todos los rincones de Ecuador.

“Cuando llegamos al gobierno habían registradas alrededor de 22.000 escuelas, una cifra imposible de mantener. Nos dimos cuenta de que necesitábamos un máximo de 5.500, de las cuales 900 debían ser nuevas. De ahí surgió la idea de las Unidades Educativas del Milenio, con el objeto de fusionar escuelas pequeñas y dotar a los estudiantes de todo lo necesario para tener educación de calidad”, relata el ministro.

Otra de las metas del proyecto, según la web del Ministerio de Educación, es alcanzar el segundo Objetivo de Desarrollo del Milenio, establecido por Naciones Unidas en 2000: “lograr la enseñanza primaria universal”. Ecuador contaba en 2013 con una tasa neta de matrícula de educación primaria del 97%, según la CEPAL.

De las 900 escuelas planificadas, el gobierno esperaba construir 400 antes de 2017. Sin embargo, “dada la caída del precio del petróleo y el terremoto, tuvimos que redimensionar el proyecto”, reconoce Espinosa. Ahora se pretende construir 200 Unidades Educativas Siglo XXI, más baratas que las escuelas del Milenio, pero “con los mismos estándares”, según el ministro.Colegios para los olvidados de Ecuador

Arriba: Un grupo de mujeres waorani espera en la puerta de la Unidad Educativa del Milenio Yasuní. Abajo: Un estudiante de la Unidad Educativa del Milenio Yasuní canta frente a sus compañeros.

Arriba: Un grupo de mujeres waorani espera en la puerta de la Unidad Educativa del Milenio Yasuní. Abajo: Un estudiante de la Unidad Educativa del Milenio Yasuní canta frente a sus compañeros. JAIME GIMÉNEZ

El visitante que llega al recóndito pueblo de Nuevo Rocafuerte, con una población de medio millar de habitantes, no puede sino sorprenderse al descubrir las imponentes instalaciones de la escuela del Milenio. La unidad cuenta con capacidad para 570 alumnos de entre tres y 17 años, que llegan de diferentes comunidades esparcidas a lo largo del río Napo. Algunos estudiantes tardan hasta cinco horas en canoa en llegar a la escuela desde su casa. Por ello, el complejo cuenta con una residencia gratuita en la que viven internos alrededor de 200 jóvenes, quienes regresan a sus hogares de jueves a domingo. Además, la administración subvenciona el transporte escolar.

“La Unidad del Milenio ha contribuido a mejorar las condiciones de vida en la región”, asegura el rector, Julio Torres. “Antiguamente, en las escuelas un solo profesor tenía que dar clase a alumnos de seis cursos diferentes, era muy duro. Si daba bien a unos, no podía dar bien a otros, por eso salían estudiantes mediocres”, recuerda Torres, quien también es profesor de turismo.

Los desafíos del milenio

Pero todavía quedan aspectos por mejorar. Uno de los grandes problemas en la Amazonía es el compromiso y la preparación de los profesores. “Normalmente, nadie quería ir a la Amazonía a enseñar, teníamos muy pocos licenciados y eso obligó a contratar a muchos docentes que apenas tenían el título de bachiller”, expone Espinosa. Esa falta de profesores llevó al gobierno a contratar a profesionales de otras regiones del país, principalmente del Pacífico.

“Los profesores que vienen de la costa se quieren ir, no tenemos docentes estables. Quieren regresarse porque sus familias están lejos. Piden permiso cada mes y se van ocho días, lo que genera molestia porque los chicos se quedan sin profesor”, declara el rector.

Esa falta de profesores acaba incidiendo sobre el nivel de la educación. Una alumna de la Unidad del Milenio Yasuní, situada en la comunidad Rodrigo Borja, manifiesta que algunos docentes “tienen que dar tres o cuatro materias. Hacen falta más profesores, pero no quieren venir”. Esta estudiante de último curso de bachillerato, que solicita no revelar su nombre, también se queja de que en su escuela casi no se usan los laboratorios. “Hace unos meses unos alumnos robaron varias computadoras y luego a los estudiantes no nos dejaban entrar al centro de informática”, revela.Mujeres del pueblo indígena waorani cantan durante un acto llevado a cabo en la Unidad Educativa del Milenio Yasuní. Durante décadas, los pueblos indígenas de la Amazonía ecuatoriana han sufrido los impactos negativos de la explotación petrolera. Bosques deforestados, ríos contaminados y pérdida paulatina de sus culturas ancestrales han sido algunas de las consecuencias de llegada de la industria del crudo al territorio de los indígenas amazónicos.

Mujeres del pueblo indígena waorani cantan durante un acto llevado a cabo en la Unidad Educativa del Milenio Yasuní. Durante décadas, los pueblos indígenas de la Amazonía ecuatoriana han sufrido los impactos negativos de la explotación petrolera. Bosques deforestados, ríos contaminados y pérdida paulatina de sus culturas ancestrales han sido algunas de las consecuencias de llegada de la industria del crudo al territorio de los indígenas amazónicos. JAIME GIMÉNEZ

Además, la alumna lamenta los fallos en el mantenimiento de su escuela del Milenio, ubicada en el límite occidental del Parque Nacional Yasuní. “Durante una semana no funcionó el agua. Ahora va y viene, funciona a ratos porque hay problemas con las tuberías”. Por su parte, Torres denuncia la mala conexión a Internet en su escuela. “Cuando hace mucho sol o llueve, la señal se pierde. Necesitamos banda ancha para poder trabajar”, lamenta el rector.

Otro importante desafío es la inclusión de las culturas y lenguas indígenas. En una región donde la población originaria tiene un importante peso demográfico y ancestral, muchos critican que las nuevas escuelas no incorporen la educación intercultural bilingüe. “Ya no enseñan la historia del pueblo kichwa, ahora yo tengo que explicarle a mi hijo quienes son los omaguas, los cofanes, los waoranis. Ni siquiera tratan las plantas medicinales”, asevera Manuel Coquinche, cuyo hijo estudia en Nuevo Rocafuerte.

Paradójicamente, la llegada de la inversión social a una región tradicionalmente olvidada por el resto de ecuatorianos se ha producido sin tener en cuenta las culturas de aquellos que habitan la selva desde hace siglos. Según David Suárez, coordinador de la Fundación Alejandro Labaka, “en los últimos años ha habido un intento muy tímido de redistribución de la renta petrolera hacia comunidades indígenas. Es positivo que se intente mejorar las condiciones educativas, pero el tener una escuela del Milenio con una infraestructura buenísima no necesariamente garantiza una mejor educación”.

Tras toda una vida de olvido, el descubrimiento del petróleo devolvió a la Amazonía al mapa de Ecuador. Los réditos obtenidos por el oro negro, sin embargo, nunca repercutieron positivamente en las vidas de los pobladores de la selva. Con la llegada del gobierno de Correa se comenzó a atisbar una cierta compensación por la deuda histórica que el país mantenía con su “Oriente”. Las escuelas del Milenio en la Amazonía, con unas instalaciones de primer nivel, suponen un paso inicial en la reducción de la brecha entre esta región y el resto de Ecuador. No obstante, queda mucho por hacer. Los olvidados de Ecuador, eso sí, ahora pueden estudiar para ser conscientes de que en el nuevo milenio su olvido continúa.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/09/05/planeta_futuro/1473095204_176169.html

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Ecuador: Zona 4 puso en marcha el programa “Misión Educación, Cero Drogas”

América del Sur/Ecuador/09 de Septiembre de 2016/Fuente: Ministerio de Educación

Con una feria demostrativa del trabajo que vienen cumpliendo los Departamentos de Consejería Estudiantil (DECE) en las instituciones educativas, el Ministerio de Educación puso en marcha el programa “Misión Educación, Cero Drogas”, el mismo tiene como objetivo erradicar el consumo de drogas en el sistema educativo y fomentar la corresponsabilidad familiar de todos los actores de la comunidad educativa.

La Unidad Educativa Manta fue el lugar donde se socializó el programa con la presencia del ministro de Educación, Augusto Espinosa.

En horas de la mañana el secretario de Estado compartió un encuentro deportivo junto a docentes, estudiantes y ex glorias del fútbol profesional ecuatoriano como: Flavio Perlaza, Jorge Luis Alarcón, Telmo Hidalgo, cotejo desarrollado en la cancha de la Unidad Educativa Cinco de Junio.

Posterior al encuentro, Espinosa compartió en la UE Manta ante 1.500 personas la implementación del programa “Misión Educación Cero Drogas”, explicando paso a paso sobre la problemática de las drogas que enfrenta la comunidad educativa en los actuales momentos, así como también las fases que contiene el mismo como es la sensibilización, organización y la puesta en marcha.

“Todos sabemos y sobre todo los jóvenes, conocedores de nuestra realidad, que deben ratificar lo que señalan las estadísticas, que en el Ecuador tenemos una de las juventudes más sanas de la región en relación a esta problemática”, explicó Espinosa. “Precisamente porque existe esa juventud sana debemos cuidar todos y trabajar para que este consumo de sustancias nocivas no siga creciendo en el Ecuador, añadió la autoridad educativa.

Por ello que, comprometió a toda la comunidad educativa, especialmente a los padres y madres de familia para que formen brigadas y estén atentos a la hora de entrada y salida de los estudiantes de los planteles educativos y de esta manera velen por el bien de ellos.

El funcionario explicó también que se debe trabajar en dos aspectos sobre el tema de drogas: primero es necesario disminuir la oferta, la cual está constituida de bandas delincuenciales, de narco y micro traficantes que ven en la droga un excelente negocio y en nuestros estudiantes “el mejor de sus mercados”, es por eso que junto a otras autoridades hemos declarado la guerra para erradicar definitivamente a estos delincuentes que están cerca de nuestros colegios”, dijo Espinosa.

Un segundo aspecto tiene que ver con la demanda y la reducción del consumo, la cual corresponde exclusivamente al Ministerio de Educación y a toda su comunidad, ya que juntos “vamos a hacer que el consumo de drogas sea cero entre nuestros adolescentes y jóvenes, tanto dentro como fuera de las instituciones educativas”, dijo la autoridad educativa.

Al final de la jornada, cada uno de los miembros de la comunidad educativa: padres, docentes, estudiantes y autoridades sellaron el compromiso de trabajar juntos de manera permanente para que el programa “Misión Educación, Cero Drogas” en los planteles educativos que el Ministerio de Educación ha puesto en marcha, alcance el éxito deseado.

Fuente: http://educacion.gob.ec/zona-4-puso-en-marcha-el-programa-mision-educacion-cero-drogas/

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Impuestos: el dolor de cabeza

Juan J. Paz y Miño C.

El Telégrafo

Los estudios económicos de la Cepal tienen una línea de reflexión que da continuidad al pensamiento de Raúl Prébisch (1901-1986) y de sus colaboradores en la institución (desde 1950 Prébisch fue Secretario Ejecutivo), para quienes estuvo muy claro que la teoría económica, tal como llega a nuestra América Latina, presume de universalidad y se impone desde los países capitalistas centrales; y que, por tanto, esa “teoría” debe someterse al filtro de la realidad regional, al mismo tiempo que América Latina tiene que desarrollar su propia teoría económica.

En esa línea se ubica el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2016 que acaba de publicar la Cepal, en el que se evalúa el desempeño de la región, reflexiona sobre los desafíos macroeconómicos bajo un contexto externo debilitado, analiza las capacidades del financiamiento para el desarrollo, examina la desaceleración y las restricciones fiscales, y presenta referencias por países.

A través del estudio cabe observar los límites que encuentran ciertos cambios estructurales en la región. Y este es el caso de los impuestos. Las reformas tributarias en América Latina solo tienen logros “moderados” en cuanto a la recaudación de impuestos, y la evasión llega a $ 340.000 millones, que representan el 6,7% del PIB regional. La carga tributaria sigue siendo “baja”, y los sistemas tributarios mantienen un “sesgo regresivo”, porque los impuestos directos están por detrás de los indirectos, no generan ingresos suficientes para cumplir con el objetivo de redistribución de la riqueza y mantienen todavía tasas efectivas muy bajas, sobre todo en el decil de población económicamente más rica.

El impuesto a la renta de empresas y personas naturales es el más evadido y en algunos países llega a más del 60%. Pero este fenómeno, que ocurre en el ámbito interno, también es visible en el externo, pues mientras mayor es la incorporación de América Latina al mercado internacional, también es mayor la posible erosión de la base tributaria por intermedio de prácticas ilícitas que representan el 1,8% del PIB regional.

Hay que añadir la fuga al pago de impuestos por los capitales colocados en paraísos fiscales, pero también las políticas permisivas de los gobiernos que adoptan exoneraciones tributarias muy favorables a las empresas y perjudiciales al fisco.

Pero estos temas analizados por la Cepal no son motivos del debate económico usual ecuatoriano. Y peor en el ámbito político, donde lucen candidatos que ahora ofrecen, como tesis maravillosa, la supresión o rebaja de impuestos, al mismo tiempo que el alto empresariado clama contra el anticipo del impuesto a la renta. El NO a los impuestos es una posición que viene desde la Revolución Juliana (1925) de la mano de las elites económicas más reaccionarias al progreso social.

No se admite que Ecuador tiene promedios tributarios menores a los latinoamericanos. E incluso con gobierno de nueva izquierda, aún no se ha logrado afirmar un sistema de impuestos directos que realmente afecte a los ricos y posibilite una radical redistribución de la riqueza.

Esta noticia ha sido publicada originalmente por Diario EL TELÉGRAFO bajo la siguiente dirección:http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/impuestos-el-dolor-de-cabeza

Imagen tomada de: http://1.bp.blogspot.com/-3RxeXoGoWtM/VKxHyZ-kL0I/AAAAAAAAJs4/KZKoplBPd8k/s1600/vivir-en-brasil-impuestos.jpg

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Colegios para los olvidados de Ecuador

Ecuador/08 septiembre 2016/Fuente: El País

Las nuevas escuelas del Milenio en la Amazonía ecuatoriana comienzan a reducir la brecha histórica entre esta región históricamente excluida y el resto del país.

Se sitúa en lo más profundo de la Amazonía ecuatoriana, pero, a simple vista, nada tiene que envidiar al mejor colegio de Madrid. Modernos laboratorios, numerosas pistas deportivas y coloridos jardines dan forma a la Unidad Educativa del Milenio de Nuevo Rocafuerte , una pequeña localidad a la que solo se puede acceder navegando durante más de seis horas por el río Napo, afluente del Amazonas. Pese a lo remoto del lugar, niños y jóvenes de esta región petrolera cuentan con una infraestructura educativa de último modelo, construida por el Estado con dinero procedente del crudo. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Profesores foráneos que no se adaptan a la vida selvática, marginación de las culturas indígenas y fallos en el mantenimiento de las instalaciones son las principales quejas de una población que ha vivido durante siglos excluida del desarrollo del país.

La región amazónica se conoce en Ecuador como “el Oriente”, un lugar sin nombre. Despojada de identidad propia, excluida del escudo nacional y alejada de los centros poblados de la sierra andina y la costa pacífica, la Amazonía nunca fue un lugar atractivo para el resto del país ni para los gobiernos de turno. Se la llegó denominar como el “infierno verde”, un inhóspito océano de árboles que, según el imaginario nacional, no ofrecía más que torrenciales lluvias y el riesgo de ser devorado por animales salvajes. Todo eso cambió, no obstante, con el hallazgo del petróleo en las entrañas de la selva. En 1972, el primer barril de crudo desfiló con honores militares por las calles de Quito de la mano de la compañía estadounidense Texaco, inaugurando la era petrolera y el redescubrimiento de la Amazonía como una fuente de divisas para el país. La población oriunda de la selva, no obstante, no vio mejorar sus condiciones de vida como consecuencia del auge del hidrocarburo. Al contrario: la contaminación cambió el color verde de la vegetación por el negro de los residuos del crudo, varios pueblos indígenas desaparecieron y los que sobrevivieron observaron cómo el alcoholismo y el trabajo asalariado ahogaban su ancestral cultura.

“Aquí está nuestro petróleo, sirviendo en primer lugar, como siempre debió ser, a nuestra Amazonía”, proclamó el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, mientras inauguraba la Unidad Educativa del Milenio en Nuevo Rocafuerte, el 6 de noviembre de 2014. “Estamos derrotando al pasado de vergüenza. En el viejo país solo alcanzaban educación de excelencia quienes podían pagársela”, afirmó el mandatario, convencido de que “con la utilización responsable de nuestros recursos naturales no renovables podremos derrotar a la pobreza”. En 2010, la reforma de la Ley de Hidrocarburos llevada a cabo por el gobierno de Correa decretó que el 12% de los excedentes petroleros debían reinvertirse en proyectos de educación y salud en las regiones donde se extrae el crudo.

Redistribución planificada

“Ecuador es uno de los únicos países en el mundo, sino el único, en el que se establece por ley que el Estado debe redistribuir las regalías obtenidas por sus recursos estratégicos. Es el Estado ecuatoriano quien, ordenadamente, devuelve proyectos de desarrollo a esos territorios de donde se extraen recursos naturales”, explica Pablo Bustamente, subgerente de Ecuador Estratégico, empresa pública que construyó la escuela del Milenio en Nuevo Rocafuerte.

“No esperamos a que la compañía instale una escuelita pequeña en un lugar alejado y que arregle una carretera. No estamos esperando la buena voluntad del empresario para hacer lo que las comunidades cercanas a los proyectos necesitan. Estamos recuperando esos recursos para redistribuirlos planificada y equitativamente”, agrega.

Varias personas se congregan a la entrada de la Unidad Educativa del Milenio Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana. Las escuelas del Milenio son parte de un proyecto de reforma de la educación pública que busca llevar la enseñanza gratuita y de calidad a todos los rincones del país. La región amazónica, tradicionalmente excluida del desarrollo económico de la zona andina y costera, es una de las más beneficiadas por el proyecto. Varias personas se congregan a la entrada de la Unidad Educativa del Milenio Yasuní, en la Amazonía ecuatoriana. Las escuelas del Milenio son parte de un proyecto de reforma de la educación pública que busca llevar la enseñanza gratuita y de calidad a todos los rincones del país. La región amazónica, tradicionalmente excluida del desarrollo económico de la zona andina y costera, es una de las más beneficiadas por el proyecto. Jaime Giménez.
Nuevo Rocafuerte, enclavada a pocos kilómetros de la desembocadura del río Yasuní —que marca la frontera con Perú—, está dentro del bloque petrolero 43 o ITT (Ishpingo, Tiputini y Tambococha). Este bloque, del que el gobierno espera obtener 1.670 millones de barriles de petróleo a partir de este año, se sitúa en su mayor parte dentro del Parque Nacional Yasuní, una de las regiones más biodiversas del mundo. Pese a la polémica alrededor de su explotación, Ecuador decidió en 2013 acometer la extracción del crudo de esta área, también conocida como Yasuní-ITT. Aunque Correa argumentó que la explotación sacaría de la pobreza a los pueblos amazónicos, las evidencias apunan a que, por el momeno eso no ha ocurrido. En cualquier caso, la construcción de la escuela del Milenio en Nuevo Rocafuerte muestra que las comunidades del noreste del Yasuní sí han recibido algunos beneficios de la extracción petrolera.

“Ecuador estableció como política que los recursos que provenían del petróleo se destinen precisamente al desarrollo de infraestructura en la Amazonía”, declara a EL PAÍS el ministro de Educación ecuatoriano, Augusto Espinosa. “La Amazonía es la región donde menos estudiantes tenemos y, sin embargo, donde más escuelas hemos construido”, continúa.

Un proyecto a nivel nacional

El proyecto de las Unidades Educativas del Milenio no se limita a Nuevo Rocafuerte. Según Espinosa, en los últimos años se han inaugurado 63 de estas escuelas en todo el país, mientras que otras 57 están en construcción. Hay proyectadas 66 más. Se trata de infraestructuras homogéneas que cuentan con el mismo diseño e instalaciones independientemente del lugar donde se construyan. Laboratorios de física, química y biología, salas de informática, canchas de fútbol y baloncesto cubiertas y al aire libre, modernos edificios y una estética cuidada es lo que ofrecen estas escuelas construidas para llevar la educación del nuevo milenio a todos los rincones de Ecuador.

“Cuando llegamos al gobierno habían registradas alrededor de 22.000 escuelas, una cifra imposible de mantener. Nos dimos cuenta de que necesitábamos un máximo de 5.500, de las cuales 900 debían ser nuevas. De ahí surgió la idea de las Unidades Educativas del Milenio, con el objeto de fusionar escuelas pequeñas y dotar a los estudiantes de todo lo necesario para tener educación de calidad”, relata el ministro.

Otra de las metas del proyecto, según la web del Ministerio de Educación, es alcanzar el segundoObjeivo de Desarrollo del Milenio, establecido por Naciones Unidas en 2000: “lograr la enseñanza primaria universal”. Ecuador contaba en 2013 con una tasa neta de matrícula de educación primaria del 97%, según CEPAL.

De las 900 escuelas planificadas, el gobierno esperaba construir 400 antes de 2017. Sin embargo, “dada la caída del precio del petróleo y el terremoto, tuvimos que redimensionar el proyecto”, reconoce Espinosa. Ahora se pretende construir 200 Unidades Educativas Siglo XXI, más baratas que las escuelas del Milenio, pero “con los mismos estándares”, según el ministro.

El visitante que llega al recóndito pueblo de Nuevo Rocafuerte, con una población de medio millar de habitantes, no puede sino sorprenderse al descubrir las imponentes instalaciones de la escuela del Milenio. La unidad cuenta con capacidad para 570 alumnos de entre tres y 17 años, que llegan de diferentes comunidades esparcidas a lo largo del río Napo. Algunos estudiantes tardan hasta cinco horas en canoa en llegar a la escuela desde su casa. Por ello, el complejo cuenta con una residencia gratuita en la que viven internos alrededor de 200 jóvenes, quienes regresan a sus hogares de jueves a domingo. Además, la administración subvenciona el transporte escolar.

“La Unidad del Milenio ha contribuido a mejorar las condiciones de vida en la región”, asegura el rector, Julio Torres. “Antiguamente, en las escuelas un solo profesor tenía que dar clase a alumnos de seis cursos diferentes, era muy duro. Si daba bien a unos, no podía dar bien a otros, por eso salían estudiantes mediocres”, recuerda Torres, quien también es profesor de turismo.

Los desafíos del milenio

Pero todavía quedan aspectos por mejorar. Uno de los grandes problemas en la Amazonía es el compromiso y la preparación de los profesores. “Normalmente, nadie quería ir a la Amazonía a enseñar, teníamos muy pocos licenciados y eso obligó a contratar a muchos docentes que apenas tenían el título de bachiller”, expone Espinosa. Esa falta de profesores llevó al gobierno a contratar a profesionales de otras regiones del país, principalmente del Pacífico.

“Los profesores que vienen de la costa se quieren ir, no tenemos docentes estables. Quieren regresarse porque sus familias están lejos. Piden permiso cada mes y se van ocho días, lo que genera molestia porque los chicos se quedan sin profesor”, declara el rector.

Esa falta de profesores acaba incidiendo sobre el nivel de la educación. Una alumna de la Unidad del Milenio Yasuní, situada en la comunidad Rodrigo Borja, manifiesta que algunos docentes “tienen que dar tres o cuatro materias. Hacen falta más profesores, pero no quieren venir”. Esta estudiante de último curso de bachillerato, que solicita no revelar su nombre, también se queja de que en su escuela casi no se usan los laboratorios. “Hace unos meses unos alumnos robaron varias computadoras y luego a los estudiantes no nos dejaban entrar al centro de informática”, revela.

Mujeres del pueblo indígena waorani cantan durante un acto llevado a cabo en la Unidad Educativa del Milenio Yasuní. Durante décadas, los pueblos indígenas de la Amazonía ecuatoriana han sufrido los impactos negativos de la explotación petrolera. Bosques deforestados, ríos contaminados y pérdida paulatina de sus culturas ancestrales han sido algunas de las consecuencias de llegada de la industria del crudo al territorio de los indígenas amazónicos.  Mujeres del pueblo indígena waorani cantan durante un acto llevado a cabo en la Unidad Educativa del Milenio Yasuní. Durante décadas, los pueblos indígenas de la Amazonía ecuatoriana han sufrido los impactos negativos de la explotación petrolera. Bosques deforestados, ríos contaminados y pérdida paulatina de sus culturas ancestrales han sido algunas de las consecuencias de llegada de la industria del crudo al territorio de los indígenas amazónicos. Jaime Giménez
Además, la alumna lamenta los fallos en el mantenimiento de su escuela del Milenio, ubicada en el límite occidental del Parque Nacional Yasuní. “Durante una semana no funcionó el agua. Ahora va y viene, funciona a ratos porque hay problemas con las tuberías”. Por su parte, Torres denuncia la mala conexión a Internet en su escuela. “Cuando hace mucho sol o llueve, la señal se pierde. Necesitamos banda ancha para poder trabajar”, lamenta el rector.

Otro importante desafío es la inclusión de las culturas y lenguas indígenas. En una región donde la población originaria tiene un importante peso demográfico y ancestral, muchos critican que las nuevas escuelas no incorporen la educación intercultural bilingüe. “Ya no enseñan la historia del pueblo kichwa, ahora yo tengo que explicarle a mi hijo quienes son los omaguas, los cofanes, los waoranis. Ni siquiera tratan las plantas medicinales”, asevera Manuel Coquinche, cuyo hijo estudia en Nuevo Rocafuerte.

Paradójicamente, la llegada de la inversión social a una región tradicionalmente olvidada por el resto de ecuatorianos se ha producido sin tener en cuenta las culturas de aquellos que habitan la selva desde hace siglos. Según David Suárez, coordinador de la Fundación Alejandro Labaka, “en los últimos años ha habido un intento muy tímido de redistribución de la renta petrolera hacia comunidades indígenas. Es positivo que se intente mejorar las condiciones educativas, pero el tener una escuela del Milenio con una infraestructura buenísima no necesariamente garantiza una mejor educación”.

Tras toda una vida de olvido, el descubrimiento del petróleo devolvió a la Amazonía al mapa de Ecuador. Los réditos obtenidos por el oro negro, sin embargo, nunca repercutieron positivamente en las vidas de los pobladores de la selva. Con la llegada del gobierno de Correa se comenzó a atisbar una cierta compensación por la deuda histórica que el país mantenía con su “Oriente”. Las escuelas del Milenio en la Amazonía, con unas instalaciones de primer nivel, suponen un paso inicial en la reducción de la brecha entre esta región y el resto de Ecuador. No obstante, queda mucho por hacer. Los olvidados de Ecuador, eso sí, ahora pueden estudiar para ser conscientes de que en el nuevo milenio su olvido continúa.

Fuente:http://elpais.com/elpais/2016/09/05/planeta_futuro/1473095204_176169.html

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