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Bolivia potencia desarrollo de la educación con institutos técnicos.

América del Sur/Bolivia/24.10.2017/Autor y Fuente:http://www.prensa-latina.cu/
El gobierno de Bolivia financió hasta hoy la construcción de 79 institutos técnicos en todo el territorio nacional como parte del programa estatal dirigido a fortalecer la educación en el país andino-amazónico.
De acuerdo con el director de Institutos Técnicos-Tecnológicos del Ministerio de Educación, Edgar Pari, cuando el presidente Evo Morales asumió como jefe de Estado la nación solo contaba con 60 instituciones de este tipo.
Ahora tenemos 139, añadió Pari al destacar el significativo avance que ha tenido el sector durante los 11 años de la administración de Morales. El directivo explicó que los institutos tecnológicos ofrecen carreras relacionadas con topografía, tejidos, instalación de redes de gas, electrónica y comunicaciones, automatización industrial, artesanía, etnología, así como metalurgia y fundición, entre otras.
Según fuentes oficiales, en los 11 años de gestión de Morales más de un millón de bolivianos aprendieron a leer y escribir.
Como resultado de esto, la tasa de analfabetismo se redujo de 13,3 por ciento a 2,9, la más baja en la historia de Bolivia.
Luego de la llegada al poder del mandatario indígena en 2006, la educación se convirtió en una de las prioridades del gobierno.
En la última década fueron construidas miles de escuelas en todo el territorio nacional y se invirtieron millones de dólares para el desarrollo del sector en sus diferentes niveles.
Fuente:http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=125508&SEO=bolivia-potencia-desarrollo-de-la-educacion-con-institutos-tecnicos
Imagen:http://prensa-latina.cu/images/2017/octubre/21/1guatemala.jpg
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¿Desnutrición escolar y privatización: la nueva política educativa de Cartagena?

El anuncio de recortar la alimentación de los colegios oficiales, al igual que la política de privatización mediante APP, amerita un debate.

Por: Luis Ariel Carpio Galindo.

El pasado 15 de septiembre, el secretario de Educación de Cartagena Jaime Hernández Amín, advenedizo como el alcalde encargado, dijo en un diario local que encontró la Secretaría con un déficit de 21 mil millones de pesos, en áreas como aseo, vigilancia, transporte y la alimentación escolar. Días después, anunció que contratos “gordos” de educación se reducirían para 2018, refiriéndose a estos mismos sectores.

En la alimentación, afirmó que “la responsabilidad pública no es alimentar a los niños”, advirtiendo que el gobierno debería bajar el porcentaje de aporte nutricional de la alimentación que se brinda en los colegios. Es decir, abandonar las recomendaciones del ICBF en esta materia que son en la base los estándares del programa de alimentación escolar PAE. Bajar el rango mínimo de energías y nutrientes que requiere la población escolar por día como lo propone el señor Hernández Amín, no solo es improcedente sino un crimen contra la infancia.

¿Qué hay detrás de estos anuncios y estas propuestas peregrinas de quienes dirigen la Secretaría de Educación en Cartagena?

La lógica que se oculta detrás de todo esto es la decisión política que tomó el gobierno central de desarticular la educación pública y privatizarla por partes, mediante las denominadas asociaciones público-privadas APP. Cartagena es el laboratorio de esta política.

Ya en 2016, el hoy suspendido alcalde Manolo Duque, firmó con la Ministra de Educación de la época Gina Parody, un Acuerdo de Voluntades con el que se da comienzo a la contratación de obras de infraestructura educativa para la ciudad de Cartagena y sus corregimientos, a través de contratos de concesión bajo la modalidad de APP. Este acuerdo busca la presencia del sector privado en la construcción y/o adecuación de unas 30.000 aulas en el distrito; y su presencia mediante concesión de la prestación del servicio de vigilancia, aseo, transporte y alimentación escolar. Los llamados servicios no pedagógicos.

El alcalde encargado Sergio Londoño Zurek aprovecha su encargo para acelerar este proceso. Así lo deja ver en declaración a un reconocido medio periodístico “se trabaja en el censo de los colegios que presentan problemas en su infraestructura para que sean incluidos en una Alianza Publico Privada”, y agregó que los colegios construidos con recursos del sector privado, “ya no necesitan ni plan de alimentación escolar, ni vigilancia, ni salud contratada del distrito, sino que hacen parte de la alianza público privada”.

Las APP son el artilugio para la entrada del capital privado a la educación pública, y se complementa con la figura de la concesión de los colegios oficiales. Las apariciones mediáticas de los encargados, el secretario de educación y alcalde, no son gratuitas; no es casual que anuncien la falta de recursos para atender estos sectores y el recorte de los contratos, si no fuera con la intención de justificar la entrada de las APP. Sus declaraciones van en esa dirección, entregarle la educación pública de la ciudad a pedazos al sector privado: la construcción y mantenimiento de los colegios, la seguridad, el transporte, el aseo, la salud, y la alimentación escolar.

Los anuncios de recortar la alimentación escolar y otros servicios en los colegios oficiales, al igual que esta política de privatización mediante APP, ameritan un gran debate ciudadano a fin de evitar que se destruya el carácter público de la educación en la ciudad de Cartagena; por lo pronto, esta política debe detenerse.

Fuente: https://www.las2orillas.co/desnutricion-escolar-y-privatizacion-la-nueva-politica-educativa-de-cartagena/

Imagen: https://www.las2orillas.co/wp-content/uploads/2017/10/secretario-cartagena.jpg

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Libro: Universidad pública y desarrollo .

Innovación, inclusión y democratización del conocimiento.

América del Sur/Argentina.

Sebastián G. Mauro. Damián Del Valle. Federico Montero. [Compiladores]

Jorge Aliaga. Dora Barrancos. Damián Del Valle. Aldo Ferrer. Oscar Galante. Santiago Garrido. Ariel Gordon. Diego Hurtado. Facundo Picabea. Betiana Ridel. Eduardo Rinesi. Laura Inés Rovelli. Roberto Salvarezza. Cecilia Sleiman. Gabriela Trupia. Martín Unzué. [Autores de Capítulo]

ISBN 978-987-24464-7-5
CLACSO. IEC-CONADU.
Buenos Aires.
Febrero de 2016

La recuperación de la centralidad del Estado en su capacidad regulatoria, distributiva y en la provisión de bienes y servicios públicos ha interpelado al sistema científico y a la Universidad Pública. La Universidad se ha visto obligada a repensar las históricas misiones de docencia, investigación y extensión en el marco de una agenda de reformas políticas y sociales orientadas a la generación de un proceso de desarrollo con equidad. Se trata de un escenario novedoso, en el cual se ha revitalizado el debate sobre la relación entre tres actores disociados durante el auge de las políticas neoliberales: el sistema científico, el Estado y el aparato productivo. En el campo de las ciencias sociales, este escenario obliga a revisar las culturas académicas e institucionales instaladas, y repensar la necesidad de construir conocimiento socialmente relevante y de ampliar su impacto. Visibilizar, multiplicar y promover prácticas de vinculación desde nuestros campos disciplinares ha significado uno de los grandes desafíos de los últimos años. En ese marco, la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires se ha propuesto trabajar fuertemente para generar aportes activos y concretos a las transformaciones estructurales que se están produciendo tanto en la sociedad como con el Estado. La vinculación con FEDUBA, sindicato de docentes universitarios de la UBA, para el diseño y organización del Programa en Investigación, Transferencia y Desarrollo en la Universidad Pública constituye una de estas iniciativas.

Fuente:  http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20160301022159/universidad_publica.pdf
Imagen: http://www.clacso.org.ar/clacso/novedades_editoriales/img_tapas/1082_Tapa.jpg
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Brasil: Discurso del P. General a los delegados de educación en Río de Janeiro

Brasil/24 de octubre de 2017/Fuente: http://revistasic.gumilla.org

El P. General Arturo Sosa, SJ ofreció un discurso en el marco del Congreso Internacional de Delegados de Educación JESEDU en Rio de Janeiro, Brasil.

Donde estuvo compartiendo con los Delegados de Educación de la red internacional.

 

Pueden acceder al discurso versión PDF ingresando al siguiente enlace: Discurso del padre Arturo Sosa, general de los jesuitas, en el congreso de educación de los jesuitas a nivel mundial

Fuente: http://jesedurio2017.educatemagis.org/destacadas/viernes-20-de-octubre-transmision-en-directo-del-discurso-del-p-general-a-los-delegados-de-educacion-en-rio-de-janeiro/

Fuente de la Noticia:

http://revistasic.gumilla.org/2017/discurso-del-p-general-a-los-delegados-de-educacion-en-rio-de-janeiro/

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Educación Étnica en Colombia, un desafío histórico y político

José Darwin Lenis

La implementación de la etnoeducación reglamentada en el decreto 804 de mayo de 1995 para todas las instituciones escolares oficiales y privadas es una tarea pendiente para el país. Este tipo de educación se sustenta en el derecho de las comunidades y sus miembros de compartir saberes y vivencias con miras mantener, recrear y desarrollar un proyecto global de vida de acuerdo a la cultura, lengua, tradiciones y fueros propios de los grupos étnicos.

Respetar la autonomía de los consejos comunitarios afros, raizales y palenqueros, de la población Rom (gitanos) o de los cabildos indígenas y proporcionar condiciones en las que se pueda desarrollar una educación propia es responsabilidad legal del Estado Colombiano. Compromisos estos refrendados en la constitución de 1991 en la que Colombia se asume como nación pluriétnica y multicultural.

Son más de 1,5 millones de indígenas, más de 5 mil gitanos y 4,5 millones de afrocolombianos que según censo DANE 2005 se reconocen étnicamente. Así, pensar en etnoeducación es tan trascendente como apostarle al bilingüismo o las tics. Porque la educación étnica singulariza la inclusión y rebate la marginación o exclusión que provoca el fracaso escolar. Este tipo de educación le apuesta a la inclusión diferenciada, a equiparar o hacer visible talentos y capacidades que no se miden en la estandarización de  prueba evaluativas o en los procesos de enseñanza y aprendizaje  de los modelos educativos tradicionales.

Una educación inclusiva, dignificante y de calidad responde a las condiciones específicas de las poblaciones, genera investigaciones propias y promueve experiencias significativas entre los integrantes de las comunidades educativas. Por ello, la educación particular para las etnias se basa en los principios de libertad, legitimidad, integralidad, oportunidad y el derecho a la igualdad y la no discriminación.

En concreto, los dos grupos étnicos más grandes, la población indígena y la afrocolombiana están protegidos por las declaraciones de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos. Para el caso indígena el artículo 14 dispone que tienen derecho a establecer y controlar sus sistemas educativos e instituciones docentes que impartan educación en sus propios idiomas. Para las comunidades afro el convenio 169 de la OIT propone viabilizar la enseñanza de una educación pertinente a las condiciones y tradiciones étnicas ancestrales.

Formar desde la etnoeducación genera ventajas educativas relevantes para niños, niñas y jóvenes, puesto que posibilita mitigar el bullying, la discriminación, los prejuicios y la marginación que por desconocimiento cultural de los aportes históricos, políticos y sociales  se ejercen sobre los integrantes de estos grupos étnicos. Además las pedagogías étnicas propicia aprendizajes colaborativos que son reveladores de las prácticas comunitarias y de los saberes interculturales que circulan entre las poblaciones.

Para el caso singular de la población afrodescendiente, el decreto 1122 de 1998, determina el estricto cumplimiento de la Catedra de Estudios Afrocolombianos (CEA) en las instituciones públicas y privadas. Por lo tanto, su implementación es un desafío por la comprensión y apropiación del verdadero significado de una calidad educativa diferencial y equitativa. Allí estriba la importancia de la cátedra de estudios afro y su pretensión de fortalecer el reconocimiento de los aportes históricos, sociales, políticos y culturales  que la población negra-afrocolombiana (NA) ha realizado a la construcción del país. Equívocamente se cree que la orientación de CEA es solo para la población del mismo grupo étnico. Claramente, la cátedra es para todos los estudiantes sin distinción alguna. En este sentido, un desafío clave es fomentar la formación de maestros etnoeducadores y la construcción de modelos etnoeducativos incluyentes, pertinentes y comunitarios donde la pluralidad étnica se incorpore sin reparos o exclusión para potenciar la diversidad cultural como riqueza en la escuela.

Ciudades como Cali y Cartagena con un gran número de afrodescendientes o departamentos como Nariño, Cauca o la Guajira con poblaciones significativamente grandes de indígenas requieren implementar a la mayor brevedad modelos educativos con sentidos étnicos diseñados para movilizar competencias ancestrales que marquen la diferencia en las percepciones, prácticas y conocimientos sociales en los territorios. Lo relevante de la educación étnica está en ser protectora de los saberes, costumbres y el patrimonio material e inmaterial de las poblaciones.

En concordancia con esta visión, la agenda internacional en las últimas dos décadas ha definido una ruta clara para que pervivan prácticas culturales y se agencien discursos de integración de los modelos etnoeducativos en sus tradiciones ancestrales.  LA ONU, LA OEI, la OIT, y los foros mundiales sobre educación de la UNESCO muestran  perspectivas interesantes en la necesidad sentida de acoger los procesos curriculares y las prácticas didácticas como propuestas para concretar en las aulas las estrategias pedagógicas endógenas, unidas al relacionamiento intercultural de saberes  intra e inter-étnicos.

Finalmente, la importancia de la etnoeducación, radica en impulsar la visibilidad integral de los aportes y conocimientos de los grupos étnicos al desarrollo del país y en ayudar a modificar los imaginarios negativos que se han construido sobre las poblaciones minoritarias.

Fuente del Artículo:

https://www.elespectador.com/opinion/educacion-etnica-en-colombia-un-desafio-historico-y-politico-columna-719462

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Colombia: Invertir más no implica calidad en educación: BID

Colombia/ 24 de octubre de 2017/Fuente: http://www.elcolombiano.com

Aunque Colombia ha invertido más en educación en los últimos años, esto no asegura que se obtengan mayores índices de calidad en el sector.

Esta es la visión que tiene Diana Hincapié, economista de la división de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, tras explicar los resultados del libro Aprender mejor, políticas públicas para el desarrollo de habilidades, que analizó el sector educativo de América Latina, incluyendo a Colombia.

Según la analista, los países de este hemisferio invierten casi cinco puntos del Producto Interno Bruto, PIB, pero aún es necesario diseñar estrategias que sean coherentes con las realidades de las comunidades.

Una visión similar se obtuvo de la presentación del Plan Nacional Decenal de Educación 2016-2026, hace dos semanas, que definió la ruta de la educación en el país por los próximos 10 años, encaminada en tener mayor cobertura, calidad y fortalecer la educación rural en el país.

Fernando Rincón, exgerente del Plan Decenal, asegura que son metas planteadas para generar impactos mediáticos y que no se cumplen.

“Las metas no han cambiado en ninguno de los tres planes y por eso digo que deben ser consecuentes con las realidades de las comunidades”, dijo Rincón.

Pese a ello, Julián de Zubiría, director del instituto Alberto Merani, de Bogotá, indica que los retos planteados en el Plan son los necesarios, porque trazan la ruta que debe tomar el Estado pare reducir las brechas sociales que se registran en Colombia.

“Los desafíos están muy bien definidos, pero necesitamos promover un “Acuerdo Nacional” que garantice que se implementen en los planes de desarrollo nacional y regionales”, explica Zubiría, haciendo referencia a que estos desafíos deben ser tenidos en cuenta en la formulación de los planes de las secretarías de Educación.

EL COLOMBIANO habló con Medina para conocercuáles son los retos que tiene Colombia y qué debe hacer para mejorar los indicadores de la educación, frente a lo que sucede en otros países.

¿Qué conclusiones deja el informe?

“El reporte de Aprender mejor es que si bien América Latina y El Caribe han aumentado su gasto en educación, los resultados son más bajos de lo esperado. Esto nos deja tres mensajes: Hay avances en cobertura y calidad, casi el 100 % asiste a primaria y tres de cada 10 jóvenes están en bachiller, pero todavía tenemos niños que no alcanzan a completar sus competencias básicas”.

¿Por qué sucede esto?

“Porque se implementan programas que tienen la mejor voluntad, las decisiones no se toman basadas en la evidencia, es decir, en lo que pasa en las comunidades. El Gobierno no evalúa los programas que está implementando. Es una obligación revisarlos para saber si están funcionando o no”.

¿Cómo está Colombia frente a otros países?

Igual, aumentó el gasto en educación. Pasó de invertir 2,5 puntos del PIB, hace 25 años, a 5 puntos en la actualidad, que es el promedio de la región. En cobertura, es un país modelo, porque es casi universal. En términos de aprendizajes, Colombia es uno de los 10 países que participan en las pruebas Pisa y ha tenido mejorías en los resultados obtenidos.

¿Cuáles son los retos que debe encarar Colombia para potenciar sus niveles educativos?

Dos fundamentales. El primero, que los niveles de aprendizaje son muy bajos, incluso con los países con un PIB similar al de Colombia. Los estudiantes están rezagados, y solo el 30 % alcanza un estándar mínimo en matemáticas. Segundo, hay brechas de aprendizaje en familias de bajos ingresos, porque están rezagados casi que un año y medio y eso debe reducirse desde las políticas del Estado.

¿Qué deben hacer los gobiernos para crear estrategias que permitan reducir la deserción escolar?

Usar la evidencia para tomar decisiones. Es importante entender los retos y dificultades a los que se enfrentan los adolescentes para saber el porqué abandonan, si es por falta de interés o porque la educación que reciben no es pertinente para su entorno. Por ejemplo, los programas de becas y premios son efectivos.

Fuente de la Noticia:

http://www.elcolombiano.com/colombia/educacion/mas-inversion-en-educacion-no-implica-calidad-BB7542650

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La escuela desfasada y el eufemismo digital.

La educación argentina mantiene un formato obsoleto y antiguo. Si queremos insertar a nuestro país en el futuro, es necesario implementar cambios desde la raíz. Cómo hacerlo y a qué panorama nos enfrentamos.

Por: Nahuel Curone Guerrero.

El nuevo siglo y la era informática han generado cambios en todas las disciplinas y la formación escolar no escapa a esta situación. Se han vuelto moneda corriente algunas frases referidas al fracaso y al escaso interés de los estudiantes. Una de estas expresiones, común entre los profesores, es: “Mis alumnos no aprenden o no logran alcanzar los objetivos que me propongo”.

Dado que, como docentes, la situación no nos resulta ajena, estableceremos en este artículo cuáles son para nosotros las raíces de esta problemática, ya que, como plantea la Licenciada en Ciencias de la Educación, Flavia Terigi (1999), consideramos que el campo educativo se encuentra en situación de “estallido”.Teniendo en cuenta que el análisis de la formación escolar tiene múltiples variables y que cada una merece observaciones particulares, nosotros acotaremos el análisis a la vinculación con el campo del trabajo y a la formación docente.

Una primera cuestión que nos resulta llamativa y que consideramos contradictoria, es la preparación para el mundo laboral que reclaman los diseños curriculares oficiales. Pese a este “pedido”, los contenidos propuestos carecen de actualidad y de articulación alguna con el campo del trabajo. En sus orígenes, la escuela masiva fue pensada para responder a las demandas del modelo de producción fordista y a la administración científica concebida por Frederick Winslow Taylor: la institución aplicó las recomendaciones de la psicología conductista y las filosofías taylorista y fordista en las estrategias de enseñanza, aprendizaje y evaluación, como así también en la selección de los contenidos culturales necesarios para los ciudadanos en el futuro.

Pese a que estos paradigmas han mutado rotundamente, la estructura escolar sigue respondiendo a dicha lógica y por ello nosotros consideramos que la escuela es anacrónica. Similar análisis realiza el Catedrático de Didáctica y Organización Escolar en la Universidad de A Coruña, Jurjo Torres Santomé (1994), que afirma que en el cambiante y complejo mundo contemporáneo (y también en el mundo del trabajo) se tienden a valorar otros atributos, como la capacidad para resolver problemas, la iniciativa y la capacidad para trabajar en equipo, entre diversas cuestiones, y esgrime que “cada modelo de producción y distribución requiere personas con unas determinadas capacidades, conocimientos, habilidades y valores”.

Al respecto, observamos que en la actualidad el paradigma de producción dominante es otro, en el que la producción en serie ya no rige: pasa a ser una producción en red y supone una modificación en los puestos de trabajo “tradicionales”. Por ello, coincidimos con Torres en que las instituciones escolares, si quieren articularse con el mundo laboral, deben “formar personas con conocimientos, destrezas, procedimientos y valores acordes con esta nueva filosofía económica”.

A esto hay que sumarle la revolución informática, que supone el achicamiento de las fronteras y el acceso irrestricto a la información (este último punto será abordado luego). Estos cambios deberían generar una adecuación en las estructuras, pero también en los contenidos escolares, que ya dan muestra de ser obsoletos, situación que se manifiesta en el escaso interés de los estudiantes que ven a la escuela como un lugar de paso y de escaso valor para su futuro. Alguien podrá objetarnos que se han implementado cambios en los diseños curriculares, pero nosotros los invitamos a leer esos documentos con atención y comprobar que dichas modificaciones son solo nominales: son eufemismos que disfrazan las prácticas y los contenidos tradicionales.Es decir, estas líneas muchas veces son formuladas como intenciones educativas, pero luego no son efectivamente aplicadas, sobre todo en la evaluación donde se terminan considerando los aspectos cognitivos y psicométricos únicamente.

Esta línea de análisis nos lleva a la conclusión de que la educación masificada (como se pensó tradicionalmente) ya no sirve y además produce la despersonalización y el consecuente atentado contra el conocimiento del alumno. Como plantean la Licenciada en Ciencias de la Educación, Silvia Duschatzky, y la Licenciada en Psicología, Elina Aguirre (2013), es necesario “conocer a qué son sensibles los pibes, a qué son propensos, qué los afecta, de qué modos son afectados, qué los desafía, qué pueden, cómo elaboran sus experiencias…, de forma tal de diseñar invitaciones a un hacer que active lo que podrían, lo que podríamos juntos”. En este sentido, consideramos viable (y necesario) el camino que plantean las autoras acerca de “La escuela minimalista” para hacer frente a este nuevo contexto versátil, flexible y cambiante, que agota todas las fórmulas prediseñadas y nos exige estar ahí, no como mera presencia física, sino abocándonos a las necesidades de cada estudiante.

Fuente: Mundo Primaria

Fuente: Mundo Primaria

Para intentar desarrollar y potenciar los talentos de cada alumno, la educación podría basarse en “La Teoría de las Inteligencias Múltiples” ideada por el psicólogo estadounidense Howard Gardner, según la cual la vida humana requiere del desarrollo de varios tipos de inteligencia. En sus estudios, el autor ha logrado identificar y definir hasta ocho clases de inteligencia: lingüística, lógico-matemática, espacial, musical, corporal y cinestésica, intrapersonal, interpersonal, y naturalista. Dado esto, podemos afirmar que no existen personas más inteligentes que otras, sino que cada una despliega un tipo de inteligencia diferente, y que para que nuestros alumnos se desarrollen en plenitud, es necesario potenciar los talentos que cada uno tenga sin importar el tipo de inteligencia que mejor dominen, ya que ninguna de las ocho es más importante o valiosa que las demás. Por ello, es necesario que los educadores entendamos que no hay dos personas iguales y que una misma persona no se comporta de igual forma frente a distintas circunstancias.

Seguramente surgirán planteos (acertados) de que este camino es imposible de tomar cuando los docentes nos enfrentamos a grupos cada vez más numerosos y heterogéneos. Esto es cierto: no es posible llevar un registro de cada estudiante cuando tenemos aulas que superan las cuarenta personas y cuando debemos tener más de diez cursos para llegar a un sueldo digno. Por esto volvemos al objetivo de los diseños curriculares y llamamos la atención sobre una segunda contradicción interna: la atención a la diversidad. Esto es muy loable e imprescindible, pero debemos desterrar ese equívoco de “justicia” que se esconde detrás de “la misma prueba para todos”. Además, no se podrá llevar a cabo sin cambios estructurales como los citados anteriormente: la cantidad de estudiantes por curso y el salario y la formación docente (desde nuestro lugar reclamamos educación de calidad para todos).

Fuente: Pensandoentic2

Fuente: Pensandoentic2

Respecto a esto último, los profesores deben ser capacitados para afrontar los nuevos desafíos que, como esgrime el Filósofo francés, Gilles Deleuze (1995), supone un nuevo paradigma: el del mercado mundial de la economía y la globalidad de la información, ese que aporta respuestas inmediatas a los niños (alcanza con un click) y los transforma en alumnos que, como se escucha frecuentemente, “ya no son como los de antes”. Es indudable que los docentes debemos hablar el mismo “lenguaje” que nuestros estudiantes: el de la tecnología, pero también es indudable que de nada servirá si nos apegamos a los formatos tradicionales y solo los disfrazamos detrás de una pantalla para convertirlos en un “eufemismo digital”.

Fuente: efepeando3

Fuente: efepeando3

Las dos necesidades que hemos planteado, la de forjar nuevas estructuras escolares con contenidos actualizados, y la de producir una nueva formación docente, requieren también de un nuevo papel de la institución escolar, la que, como afirma la Magister en Educación y Sociedad, Guillermina Tiramonti (2005), debe “acoger a los nuevos en la trama ya tejida”, pero no para enseñarles cómo hacer las cosas, sino “para que ellos hagan su propio aporte y tejan su propia tela”.

Grave error sería el de “hacer las cosas como eran antes”: no se trata de retornar a un pasado que fue alterado y contaminado, ya que esa nostalgia no produce ningún fruto. Por el contrario, es necesario construir una institución articulada con su contexto, capaz de reconocer los nuevos códigos culturales, las múltiples experiencias educativas, y fomentar la formación de ciudadanos con destrezas para insertarse en el campo laboral, pero a su vez críticos y activos para defender sus derechos como así también con capacidad de intervenir y transformar el presente y proyectar el futuro.

Fuente: http://www.infonews.com/nota/309854/la-escuela-desfasada-y-el-eufemismo-digital

Imagen: http://infonews.tv/subportals/static/f/YWR2Zi9pbWFnZW5lcy8yMDE2LzEwLzU4MTM2Y2YwYmNmMTQuanBnfHw2NTB8fDY1MHx8dGh1bWI/58136cf0bcf14.jpg?v1.020

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