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Ecuador: Activó protocolos tras sicariato en exteriores de unidad educativa

Se indicó que se buscó precautelar la vida de los estudiantes

El ministerio de Educación, comunicó este 01 de agosto que luego de conocerse del caso sicariato en los exteriores de una unidad educativa ubicada al sur de Guayaquil en donde falleció un hombre y quedó herido su hijo de 14 años, activó de manera inmediata los protocolos de seguridad establecidos.

Expuso que en primera instancia, reportó al ECU 911 y a la Policía Nacional para garantizar la seguridad de los estudiantes. Y que como medida interna de la institución, el Departamento de Consejería Estudiantil (DECE) “está brindando acompañamiento psicológico y emocional tanto a la familia del estudiante como a la comunidad educativa afectada por este suceso”.

La entidad manifestó en un escrito que: «Rechazamos enérgicamente cualquier acto de violencia y hacemos un llamado a la sociedad a trabajar juntos para construir un entorno más seguro y pacífico para todos». E invitó a la comunidad educativa a mantenerse unida y a brindar el apoyo necesario a la familia afectada.

Asimismo, se instó a denunciar cualquier acto sospechoso o que ponga en riesgo la seguridad de nuestros estudiantes. “La corresponsabilidad social es esencial para el bienestar de los estudiantes”.

https://www.expreso.ec/actualidad/educacion-dice-activo-protocolos-sicariato-exteriores-unidad-208849.html

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Argentina: Denuncian la intervención del Gobierno en la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo

La diputada Nacional Blanca Osuna, del partido Unión por la Patria, presentó una resolución repudiando la intervención de la UNMa por parte del Ministerio de Capital Humano.

Recientemente, la UNMa publicó un comunicado condenando la intervención dispuesta por Resolución N.º 2024-74633284 del Ministerio de Capital Humano, que designa un “rector organizador” para la institución, desplazando a la actual rectora elegida democráticamente, Cristina Caamaño.

En dicho documento expresa que “los diputados y diputadas denuncian que esta medida viola flagrantemente la autonomía universitaria garantizada por la Constitución Nacional y la Ley de Educación Superior”.

Además, la diputada Osuna afirmó que “esta ilegal y violenta intervención es otra agresión al sistema educativo y está vinculada al desfinanciamiento educativo de (Javier) Milei y la reivindicación de genocidas hecha por diputados y diputadas de LLA (La Libertad Avanza)”.

En el perfil de la red social Instagram de la Universidad Madres de Plaza de Mayo repudiaron el hecho.

En el comunicado exponen que «una nota simple de un funcionario no es instrumento suficiente para invalidar la mencionada Asamblea, dado que no fue recurrida ante la Justicia. Por lo tanto, se confirma lo que indica Maurizzio: la Asamblea es válida e indica la normalización de la UNMa”.

También señalaron que el Ministerio de Capital Humano fue notificado en el mes de marzo del normal funcionamiento de la UNMa. 

Finalmente, las autoridades exigen al Poder Ejecutivo que anule la resolución, puesto que lo consideran como un ataque directo a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia.

“Que el proceso de revisión iniciado por la Resolución 45/24 es tan ilegítimo como la resolución por la que se designa a un “rector organizador” en una universidad normalizada, dado que avasalla la autonomía universitaria. Todo esto, ya está en manos de la Justicia», concluyeron.

Denuncian la intervención del Gobierno en la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo

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Ultima Hora. Dignidad, esperanza y organización para recuperar la Democracia en Venezuela

SIN ACTAS NO HAY LEGALIDAD EN LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL

La jornada electoral presidencial del domingo 28 de julio ha culminado con una enorme decepción para la gran mayoría del pueblo venezolano. El Consejo Nacional Electoral (CNE) emitió un boletín después de la medianoche, en el cual da como ganador a Nicolás Maduro, a pesar de que Elvis Amoroso anunció que correspondía sólo al 80% de las actas escrutadas. Como la diferencia entre Maduro y González Urrutia es de sólo 704.114 votos, el 20% restante de actas por escrutar, que correspondería aproximadamente a 2.514.694 votos, es una cifra que perfectamente puede modificar el resultado final de las elecciones, de manera que el boletín del CNE con el cual proclamaron como presidente electo a Nicolás Maduro este lunes 29 de julio, no se basa en una “tendencia irreversible” de la votación, sino todo lo contrario. Por esta causa, la proclamación que ha hecho el CNE es completamente ilegal, pues las cifras aportadas no demuestran que Maduro haya ganado las elecciones.

Adicionalmente, dicho boletín no se sustentó en el informe de la comisión técnica integrada por los testigos de los representantes de los candidatos y el representante del CNE, ni fue suscrito por éstos, según lo establece el protocolo respectivo, tal como lo denunció el candidato del partido Centrado, Enrique Márquez. Pero, además, el presidente del CNE, Elvis Amoroso, realizó la adjudicación y proclamación como ganador a Nicolás Maduro como ganador de la contienda electoral sin que previamente se haya producido la totalización del 100% de las actas de escrutinio, lo cual violenta procedimientos claves para garantizar la legitimidad del ganador proclamado.

Hasta que no se haya contabilizado el 100% de las actas, y corroborado dichas actas con las que existen en manos de los testigos electorales del candidato de oposición Edmundo González Urrutia, no puede el CNE definir quién es el candidato ganador de las elecciones presidenciales. La oposición con el 73% de las actas de escrutinio emanadas de las propias máquinas del CNE ha presentado votación a favor de Edmundo González de 2 a 1 respecto a Nicolás Maduro. Es por esa razón que consideramos fundamental que el CNE permita una auditoría de la votación y publique de inmediato los resultados detallados por Estados, Municipios, Parroquias, centros de votación y cada mesa electoral.

Nos preocupa igualmente la denuncia realizada por el candidato opositor Enrique Márquez, quien afirmó este lunes que el boletín leído por Elvis Amoroso a media noche, no salió de la sala de totalización, y que por tanto el origen de ese boletín sería completamente irregular. A lo que se une la suspensión de la transmisión de actas que ejecutó el CNE a las 7 de la noche del domingo, y la expulsión de los testigos de oposición tanto del CNE principal como de numerosos centros de votación.

El pueblo venezolano, dentro y fuera del país, sabía que no estaba participando en unas elecciones totalmente democráticas ni competitivas. Con proscripción de candidaturas; presos políticos; artimañas “técnicas” como: cambiar a electores de circunscripciones de forma unilateral un día antes de la elección; disminuir la cantidad de mesas de votación para generar retrasos y por ende, el desgaste del electorado; enviar máquinas defectuosas a los centros de votación para retrasar el proceso; impedir la presencia de veeduría internacional amplia y con credibilidad; evitar la labor de los testigos electorales; impedir desde 2010 la posibilidad de inscripción en el Registro Electoral Permanente de los venezolanos migrantes en el exterior; etc, fueron sólo algunas de las tácticas utilizadas por el partido-Estado-ente electoral para aferrarse ilegítimamente al poder como fue consumado de madrugada ante la mirada estupefacta de todo un país y el mundo. Ni las dictaduras argentina y chilena, las más cruentas del siglo XX latinoamericano, se atrevieron a semejante fraude electoral cuando sus élites gobernantes organizaron las elecciones que dieron de ganador a Alfonsín y la salida de Pinochet en 1983 y 1988, respectivamente.

El resultado final de la gran jornada cívica que protagonizó el 57% del electorado, incluyó no sólo el ejercicio del derecho al voto sino una gran movilización autónoma e independiente de la sociedad que se auto organizó sin maquinaria, sin recursos, padeciendo persecuciones, chantajes, amenazas y el saldo siempre de personas detenidas que sólo ejercen su derecho a la participación política consagrada en la Constitución Nacional. Estamos, para quienes aún lo dudan, ante la consolidación de un régimen autocrático que no admitirá jamás su derrota frente a su ilegitimidad social y política, porque la miseria, la depauperación de la vida cotidiana con los servicios públicos decadentes, la pérdida de todos los derechos laborales y de la seguridad social propiciado por las políticas económicas del gobierno neoliberal de Nicolás Maduro, no le dan forma de contar con respaldo de ningún tipo. Sería absurdo pensar que una sociedad que ha padecido el éxodo del 30% de su población por la crisis económica (precedente a las sanciones internacionales contra Venezuela, que agudizan la situación), la represión y persecución por pensar distinto y el hambre, haya respaldado a sus verdugos con el voto: ese mito se lo creen sólo quienes desde el poder asumen tener el “derecho a gobernar” irrespetando la voluntad popular.

A escasas horas de este desconocimiento por parte del gobierno -y del CNE controlado por él- se generó un inmediato rechazo en las calles de todo el país, especialmente en los sectores populares, otrora bastiones del chavismo, que ya comienzan a ser duramente reprimidos, tanto por fuerzas de seguridad del Estado como por funcionarios de civil, incrementándose las prácticas de violaciones masivas a los derechos humanos de la población. En menos de 12 horas ya el Observatorio de Venezolano de Conflictos contabiliza 187 protestas en 20 estados del país. No existe contradicción entre la movilización electoral y la protesta. Exhortamos a los funcionarios policiales y militares a respetar los derechos constitucionales, especialmente: la protesta pacífica, la libertad personal, la integridad física y la vida.

Las distintas fuerzas políticas de oposición tienen una gran responsabilidad en sus manos para construir un espacio amplio de cambio que aglutine a todas aquellas personas comprometidas con la reinstitucionalización del país, para contar con las mínimas garantías políticas y construir así caminos viables para salir de la severa crisis humanitaria que padecemos. Estamos ante un Estado criminal que no cesa en su afán persecutorio y en la construcción de “enemigos” para responsabilizar siempre a otros de los errores de gestión que ellos cometen. El impulso transformador y el entusiasmo que vivimos en estos meses de campaña, más la lucha perseverante y digna que han sostenido distintas fuerzas de trabajadores como los docentes, las enfermeras, los siderúrgicos y petroleros, entre otros, deben sumarse en un amplio frente social y político antifascista/antidictatorial, para llevar adelante formas organizativas que logren un reconteo / auditoría electoral de los resultados del 28-J, tal y como han sugerido países como Brasil y Chile, con la participación de la única veeduría internacional creíble que acudió al proceso: el Centro Carter y la Misión de Naciones Unidas.

La historia de 200 años de liberación que ha protagonizado el pueblo venezolano no puede ser pisoteada por más tiempo. La fuerza del pueblo venezolano, su esperanza, su alegría y su solidaridad debe ser el centro de las acciones que guíen el camino frente a un poder totalitario amparado sólo en la fuerza de la represión, porque quedó demostrado que el pueblo perdió el miedo y todos sabemos que los resultados anunciados por el CNE no coinciden con la voluntad popular expresada en las urnas. La unidad de todos los actores políticos y sociales, para ello será fundamental. No es momento para esperar milagros ni mesías, es momento de defender el voto con todas las actas de la votación y construir un frente único en esa dirección.

Los abajo firmantes,

 

Abrahan Carrillo, Ingeniero Industrial en formación (UNA), Autónomo PYME.

Adrián Torres Marcano, Profesor en la Universidad Central de Venezuela (UCV) / Filosopaz.

Alexis Mercado, Universidad Central de Venezuela (UCV).

Alicia Ponte Sucre, Profesor Universitario, Medicina.

Aida Rebeca Rojas, Docente jubilada de la Universidad de Carabobo. Gente del Deporte.

Aliex Mora Profesora Titular. UC. CED

Alirio Rangel Díaz, Agricultor Red de Semilleristas y productores de papa y hortalizas del Estado Trujillo.

Amanda Querales Valdivieso, Artista y trabajadora social de la UCV.

Ana Cristina Henríquez, escritora y cineasta.

Ana M Tortolero, Profesora Titular Jubilada Universidad de Carabobo.

Ana Rosa Arandia, Prof. Titular Jubilada Universidad de Carabobo.

Anadina Salvatierra, Profesora Jubilada de la Universidad de Carabobo.

Anamaría Correa, Profesora jubilada Universidad de Carabobo.

Andrea Gotopo, Abogada de la Universidad de Los Andes (ULA).

Andy Delgado, profesora CENDES – UCV

Anna María Díaz, comunicadora social.

Ángel Enrique Zambrano, abogado, dirigente vecinal.

Ángel Rafael Lombardi Boscán, Director Centro de Estudios Históricos LUZ (Universidad del Zulia), Premio Nacional de Historia.

Ángela Di Stasio, Profesora Universidad de Carabobo.

Antulio Rosales, Profesor universitario en York University.

Ana T. Gómez, Socióloga de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Ana González, Comunicadora Social, Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

Arnoldo Gomez, Profesor Universidad de Carabobo.

Aulides García, Economista UCV.

Aura Henríquez, Profesora Universidad de Carabobo.

Belinda Colina. Profesora de la Universidad del Zulia (LUZ).

Benjamín Scharifker

Blanca Elena Salas. Profesora titular activa.Enfermería. Universidad de Carabobo.

Carlos Alberto Molina, Antropólogo, Profesor Universitario. Movimiento por la Democracia.

Carlos Araujo Ferrer, Abogado.

Carlos Alberto Nieto Palma, Coordinador General de Una Ventana a la Libertad.

Carlos Silva, Profesor.

Carlos Walter, médico, profesor universitario de la UCV, CENDES.

Carmen Caleya, Gerente universitario.

César Bencomo, Antropólogo Universidad Central de Venezuela (UCV).

César Oviol, dirigente popular.

Cecilia Montero. Profesora Universidad del Zulia (LUZ).

Consuelo Iranzo. Profesora Titular Universidad Central de Venezuela (UCV).

Corteza Agüero Rodríguez, Profesora de educación media jubilada, abogada.

Daniel Ramírez-Carrillo. Antropólogo, Universidad Central de Venezuela (UCV).

Diamora Guevara, abogada.

Doris Castrillón, Profesora Universidad de Carabobo.

Douglas Gómez, Secretario Ejecutivo de la CUT.

Edgar Rolando Smith, Profesor Universidad de Carabobo. OAE.

Edgardo Lander, Profesor titular jubilado de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Edwin Sambrano Vidal, Abogado defensor de DDHH, integrante del Espacio CONSENSO.

Eleonora Cróquer Pedrón, Instituto de Estudios Críticos, México.

Emiliano Terán Mantovani. Profesor investigador CENDES UCV.

Emily Da Silva, Politóloga UCV, investigadora social. Movimiento por la Democracia.

Felix Guillén, profesor de derecho laboral, UJAP.

Fabián Chacón, abogado.

Fabiola Arroyo Poleo, Activista de la comunidad venezolana en Perú.

Fanny Barbera, Profesor Universidad de Carabobo.

Francisco Javier Lasarte Valcárcel, Profesor jubilado de la Universidad Simón Bolívar (USB).

Francisco Javier Rodríguez, ingeniero.

Francisco Javier Tascón Gutiérrez, médico.

Francisco Javier Velasco Páez, Director del CENDES UCV, profesor-investigador, miembro del Observatorio de Ecología Política de Venezuela.

Freddy Colmenares , Profesor Universidad de Carabobo.

Freiman Páez García, Sociólogo Militante y Activista Social de Guasdualito, estado Apure.

Gabriela Ramírez, Ex defensora del pueblo y ex diputada.

Gésime O., Docente Facultad de Odontología. Universidad de Carabobo.

Glexsy Dugarte. Comunicadora Social. Docente en la Universidad Internacional de Aguascalientes.

Golfredo Dávila. Ingeniero. Coordinador de la Unión Nacional de Acción Social, Sindical y Gremial.

Guillermo Tell Aveledo, profesor UNIMET/UCV.

Gustavo Márquez Marín, Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Héctor Navarro. Profesor titular jubilado de la UCV. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Himilco Villasmil. Economista, educador, cantautor, dirigente político.

Inés Quintero, Historiadora.

Iraida Tapias, abogada.

Isandra Villegas, Profesora Universidad de Carabobo.

Ismenia Brito. Antropóloga. Sector salud. Maracaibo.

Jacqueline Richter, Profesora en la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Jairo Brandao, Psicólogo clínico. Valencia.

Jeudiel Martínez, Sociólogo de la Universidad Central de Venezuela (UCV)

Jesús Puerta. Profesor UC. Grupo Pensamiento Crítico

Johnny Alberto Alarcón Puentes. Profesor de la Universidad del Zulia.

Joaquín Landaeta Pérez, Profesor Universidad de Carabobo.

José Gregorio Darwich Osorio. Profesor Titular de la UCV.

José Jesús Betancourt Sanoja, Médico, dirigente social y político del Estado Cojedes. Movimiento por la Democracia

José Parra, Maestro jubilado.

José Ramón Ortíz, Naturopatia, Sector Salud.

José León Uzcátegui, Profesor titular jubilado de la Universidad de Carabobo (UC). Grupo Pensamiento Crítico.

Juan Carlos Apitz, Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UCV

Juan Carlos Barrios. Docente jubilado.

Juan Cristóbal Castro, profesor de la Pontificia Universidad de Valparaíso.

Juan García. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Juan Luis Sosa, Abogado, Investigador Social. Director de la A.C. Construyendo Valores para la Convivencia.

Karla Padrón, Internacionalista de la Universidad Central de Venezuela.

Keymer Ávila, investigador y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Laura Rojas, Economista.

Liliana Buitrago, Docente e Investigadora.

Lucila Méndez de Alam, Profesora Universidad de Carabobo.

Luis Bonilla Molina. Docente e investigador en ciencias sociales.

Luis Mogollón. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución. Comité Nacional de Trabajadores en Lucha.

Luisa Gomez H., Socióloga, Profesora Titular Jubilada Universidad de Carabobo.

Luis Ramírez, Abogado, Escritor y Político.

Luz Marina Garcés. Profesora jubilada Universidad de Carabobo.

Luz Mely Reyes, periodista, premio mundial de libertad de expresión.

Mabel Mundó. Investigador docente. De Desarrollo cultural y educativo

Magdalena López. Kellogg Institute for International Studies, University of Notre Dame /Centro de Estudos Internacionais, (ISCTE-IUL)

Manuel Antonio Cárdenas Minguet, Ex Director de la Escuela de Relaciones Industriales de FaCES de la Universidad de Carabobo.

Manuel Llorens, psicólogo, profesor de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB)

Manuel Sutherland, Director del Centro de Investigación y Formación Obrera (CIFO).

María Albers. Profesora Titular Jubilada Universidad de Carabobo.

María Cruz Fadoul, socióloga.

Maria Leal, Profesora Universidad de Carabobo.

Maria Luisa Maldonado, Profesora Universidad de Carabobo.

Maria Teresa Boulton, investigadora fotografía.

Mariano Crespo, jubilado Universidad Pedagógico Experimental Libertador (UPEL), Maracay.

Mariella Abraham de Quintero, Profesora Universidad de Carabobo.

Marlene Talavera, Profesora Jubilada de la Universidad de Carabobo.

Marisela Betancourt, Politóloga.

Marisol Aguilera. Profesora universitaria, USB.

Masaya Llavaneras Blanco. Profesora Asistente, Huron University College (Canadá).

Melvis Humbría, dirigente nacional del MAS.

Merlin Serrano Corrales. Socióloga de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

Mijail Vargas Valez, abogado UGMA (Venezuela) y UBA (Argentina). Migrante en Argentina.

Milena Granado, Profesora Universidad de Carabobo

Moisés Durán, Sociólogo Universidad Central de Venezuela (UCV).

Nancy Oñate de Gómez, Profesora de la Universidad de Carabobo.

Nelly Prigorian, profesora- investigadora, PhD Ciencias Políticas.

Nelly Arenas. Profesora Titular Jubilada, Universidad de Carabobo.

Nelson Suárez. Educador Carabobo.

Nicmer Evans, Politólogo, miembro del Movimiento Democracia e Inclusión y del Espacio Político CONSENSO.

Nidia Cárdenas. Historiadora y profesora universitaria.

Nilio Parra. Activista comunitario Maracaibo.

Ninoska Rivero, Abogada.

Ocarina Castillo. Profesora titular jubilada UCV.

Oly Millán Campos. Prof. UCV. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Omaira de Corredor, Profesor Universidad de Carabobo.

Omar Vázquez Heredia, Investigador académico y profesor universitario.

Oscar Fuenmayor. Docente. Maracaibo.

Óscar Rodríguez H. Economista y Abogado de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Ex profesor universitario.

Patricia Parra Hurtado, Politóloga de la Universidad Central de Venezuela (UCV), migrante en Argentina.

Pedro Capett. Profesor de LUZ.

Rafael Herrera, Profesor Jubilado, Universidad de Carabobo.

Rafael Parra, estudiante de Ingeniería en Agrobiotecnología, Instituto Tecnológico de Chascomús del CONICET – Universidad Nacional de San Martín.

Rafael Uzcátegui, Sociólogo y defensor de DDHH.

Rafael Venegas, Profesor Universidad Central de Venezuela (UCV) y Secretario General de Vanguardia Popular.

Raul Fachin Viso, Profesor Universidad de Carabobo.

Rebecca M. Blackwell, socióloga, investigadora científica y docente universitaria.

Ricardo J Olivero M., Profesor Universidad de Carabobo.

Roberto López Sánchez, Profesor en la LUZ (Universidad del Zulia). Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Rose Mary Hernández Román. Docente de la Universidad «Rómulo Gallegos».

Rosmary Díaz, Ingeniera de Sistemas de la UNEXPO. Artista venezolana.

Samir El Hamra Herrera, Profesor Titular de la Universidad de Carabobo.

Santiago Arconada Rodríguez. Activista social. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Sergio Noguera. Profesor Universidad de Carabobo.

Sofía Viloria. Plataforma Ciudadana en Defensa de la Constitución.

Teresa López de Maldonado, Profesora Universidad de Carabobo.

Tulio Hidalgo Vitale, Profesor Universidad de Carabobo.

Thony Navas, Sindicato de Salud Ccs, miembro de Consenso y Comité Nacional de Conflicto Trabajadores en Lucha.

Víctor García Padilla, Profesor Jubilado Facultad de Ingeniería.

Victoria Bigio.

Wilma Gómez, Universidad de Carabobo.

Wladimir Abreu, profesor de Filosofía Antropológica de la Universidad de Carabobo (UC).

Yelena Alejandra Carpio Cuesta, Abogada feminista.

Yslanda Vargas, Profesora Universidad de Carabobo.

Yoember Angulo, Abogado, UCV.

Yuri Valecillo, SNTP, Fotógrafo.

Zoila Amaya. Profesora UC.

 

 

Para suscribir este documento, enviar correo electrónico a: escuelanuestraamerica@gmail.com

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Ultima Hora. Venezuela: La Otra Campaña demanda transparencia como garantía de los Derechos Políticos

*LA OTRA CAMPAÑA DEMANDA TRANSPARENCIA COMO GARANTÍA DE LOS DERECHOS POLÍTICOS

En el día de ayer millones de venezolanos expresamos nuestra voluntad en las urnas electorales. En un evento histórico, se buscaba avanzar a la reconstitucionalización del conflicto venezolano al tratar de dilucidar quién ejercerá la Presidencia de la República los próximos 6 años.
Aunque hubo un resultado oficial, anunciado por el Rector Elvis Amoroso, dando ganador al actual Presidente Nicolás Maduro, el mismo ha sido cuestionado por distintos sectores de la oposición, por organizaciones sociales y por ciudadanos que fueron testigos de los resultados de sus mesas electorales.
Resultan preocupantes las denuncias que hasta este momento circulan respecto a la falta de acceso de uno de los factores en pugna a las actas y a la transmisión de datos; así como la incompatibilidad entre los datos presentados por el CNE y el 40% de las actas en manos de un sector de la oposición. Este sector, tiene el deber de sustentar con datos sus denuncias. Cualquier vulneración a la expresión de la voluntad de las mayorías no es solo contra una parcialidad, sino contra el derecho que tenemos como pueblo venezolano a autodeterminarnos, a decidir nuestro futuro colectivo, en democracia. En ese contexto, corresponde al CNE cumplir escrupulosamente con su deber de transparencia y auditabilidad de actas y resultados. El acceso de todos los partidos involucrados en la contienda electoral, así como de la ciudadanía, al conteo público de los votos, y la clara divulgación de los resultados mesa a mesa, estado por estado, son garantías fundamentales para el ejercicio de los derechos políticos de todo el pueblo venezolano y una fuente de credibilidad del proceso electoral.
Frente al ejercicio del derecho a la manifestación de distintos sectores sociales a propósito del resultado electoral, La Otra Campaña exige a los cuerpos de seguridad, que actúen en estricto apego a los estándares de derechos humanos. Igualmente, exigimos a los liderazgos de todo el espectro político, que ejerzan sus derechos con responsabilidad y sin alentar la violencia.
*Gobierne quien gobierne, los derechos se defienden!*

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Mundo de las Ideas: ¿Por qué hablar de brecha epistémica y sus componentes?

¿Por qué hablar de brecha epistémica y sus componentes?

 Luis Bonilla-Molina

 

Tendríamos que comenzar por precisar el concepto que unifica la problemática que nos ocupa. La Brecha epistémica es la distancia que existe entre nuestras ideas e interpretaciones sobre los factores determinantes y asociados a la situación actual, tanto de los sistemas escolares como de las universidades, y lo que realmente ocurre. Se trata de una pérdida de perspectiva, sentido y profundidad teórica, que impide valorar y ponderar adecuadamente los nudos problemáticos, sus lugares de enunciación, así como las rutas de abordaje propositivo de las expectativas sociales sobre la educación y la noción de crisis educativa.

Se suele hablar de brecha tecnológica, cultural, económica, material, entre otras, pero no es común mencionar la epistémica, lo cual limita al campo de actuación de las resistencias anti sistémicas en educación, pero sobre todo la construcción de alternativas adecuadamente situadas. Si algo ha trabajado el capitalismo en las últimas décadas es la destrucción sistemática de las condiciones materiales[1], conceptuales[2] y paradigmáticas[3] que podrían evitar que exista esa brecha epistémica en la academia, sindicatos y gremios magisteriales, organizaciones estudiantiles y de la sociedad civil.

La fragmentación de la realidad y carrera desenfrenada de la bibliometría (Jiménez y otros,2024) por adaptarse a la cultura evaluativa, ha promovido el estudio de partes inconexas de la realidad, cada vez más delimitadas, a tal punto que resulta complicado entender las conexiones de los resultados de muchas pesquisas que intentan adentrarse en la telaraña de los problemas educativos.

Este trabajo va en vía contraria, intentando identificar los temas más relevantes (no son los únicos) de la Brecha Epistémica: a) incomprensión del impacto de las revoluciones industriales en la educación, los sistemas escolares, la universidad y la industria educativa, (desfase creciente desde la tercera revolución industrial, surgimiento de la paradoja del cambio), b) desconocimiento de las diferencias, similitudes, puntos de encuentro y desencuentro de los proyectos del capital en educación,  c) agotamiento del régimen biopolítico y subordinación de las expresiones de éste, al nuevo régimen predictivo de reproducción capitalista (social, cultural, simbólico, material), d) atasco del paradigma disciplinar, problemas para la implantación de los paradigmas transdisciplinario y complejo, incapacidad sistémica para encarar la convergencia transdisciplinaria (en todo el sistema escolar y la universidad, la construcción de conocimiento y la formación profesional),  e) despedagogización (despolitización, curricularización, cancelación de la idea de la docencia como actividad intelectual orgánica, docencia como administración curricular, lógica del operario ilustrado, pérdida de sentido social del aprendizaje, paradigma del aprendizaje a lo largo de la vida, coaching educativo), f) fosilización de los arquetipos institucionales educativos (Comenio en el siglo XXI, el tamaño institucional sí importa, los diseños profesionales como producto, la investigación como eje real en tiempos de aceleración de la innovación), g) limitado estudio de la relación de los modelos de gestión empresarial con los modelos de gestión escolar y universitaria, h) incomprensión de la deriva neoliberal de la UNESCO (la UNESCO como proyecto del orden mundial derivado de las post guerras, las seis reformas de la constitución de UNESCO, del rol progresista de la UNESCO al vampirismo educativo capitalista),i) El know-how docente en el presente, j)El tránsito del Apagón Pedagógico Global (APG) al estallido de la burbuja educativa, k) problemas epistémicos para entender las implicaciones educativas de la transformación digital de los sistemas escolares; l) la cultura evaluativa en educación, ll)  Estos doce elementos forman parte de un proyecto ambicioso de estudio, análisis, comunicación y organización alternativa que hemos decidido emprender para contribuir a la resolución de la brecha epistémica; en este trabajo nos limitaremos a estudiar elementos constitutivos del segundo de los elementos de la brecha epistémica, esperando contar con las energías necesarias para concluirlo y lograr los apoyos institucionales necesarios para poder culminar esta tarea.

Un proyecto de investigación permanente

Lo descrito forma parte de un proyecto ambicioso de estudio, análisis, comunicación y organización alternativa que hemos decidido emprender para contribuir a la resolución de la brecha epistémica. En este trabajo nos guiamos por el paradigma INVEDECOR (Lanz,1994) que plantea que todo proyecto de transformación con perspectiva radical de teoría crítica debe contener por lo menos cuatro dinámicas simultáneas, convergentes y en permanente diálogo; estas son: investigación desde la práctica para ir al encuentro de la teoría, educación mediante la socialización de los resultados de investigación y reflexión participativa, comunicación desde abajo, en modelo de redes autónomas no jerárquicas que permita difundir las experiencias alternativas y, finalmente organización de quienes trabajan, investigan, socializan, enseñan y aprenden, para construir tejido social que posibilite no solo resistir sino construir alternativas raizales (Fals Borda,1982)

 


[1] La llamada sociedad de la información ha producido una intoxicación de información superflua e irrelevante que crea una tupida maleza que dificulta el acceso a información debidamente fundamentada. La sociedad de la información no ha significado una mayor democratización del conocimiento científico, crítico y transformador.

[2] Los discursos posmodernos, por ejemplo, son una narrativa que procura confundir los análisis de resistencia anticapitalista. Recomiendo leer a Jameson (1992) Posmodernismo: la lógica cultural del capitalismo avanzado.

[3] La superposición de paradigmas y el ocultamiento de la creación del mercado educativo como espacio de disputa inter capitalistas que va acompañado de caminos no siempre coincidentes para los sistemas escolares y universidades, eleva exponencialmente la falta de referentes perdurables y la confusión analítica de quienes actúan de manera desprevenida, en una sociedad de dominación cada vez más compleja.

Fuente de la Información: https://luisbonillamolina.com/2024/06/18/por-que-hablar-de-brecha-epistemica-y-sus-componentes/

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DOS VISIONES FILOSÓFICAS SOBRE EL PROBLEMA DE LA IA EN LA POLÍTICA

La capacidad para generar vídeos y audios falsos o deepfakes con el uso de la Inteligencia Artificial ya no es una hipótesis futurista. Esto ha aterrizado a Colombia y a América Latina como un factor nuevo en las democracias.

En Colombia, los problemas para verificar la veracidad de un video del 11 de mayo en el que aparecía Iván Márquez, comandante de la Segunda Marquetalia, apoyando las reformas del presidente Petro; o la canción “Fuera Petro”, falsamente atribuida a Karol G y que habría sido creada con IA, muestran que los desafíos de la verificación y la desinformación crecerán con el ingreso de esas tecnologías.

A finales de junio, la Universidad Javeriana organizó el simposio internacional Los límites de lo humano: tecnología y ecología integraldonde se juntaron filósofos y académicos de las ciencias sociales para pensar en los retos que supone la relación de los humanos y las máquinas. Actualmente, la pregunta sobre qué es lo que produce un ser humano y lo que puede ser simulado artificialmente ha ganado una nueva urgencia política.

Dos de los panelistas del simposio hablaron para La Silla Académica sobre estas preguntas. Pablo Manolo Rodríguez, profesor de la Universidad de Buenos Aires y autor de Las palabras en las cosas. Saber, poder y subjetivación entre algoritmos y biomoléculas (2019). Y Gustavo Chirolla, profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Javeriana y uno de los editores de Umbrales críticos. Aportes a la pregunta por los límites de lo humano (2023).

La Silla Académica: Pablo, su libro Las palabras en las cosas. (2019) hace uso de los conceptos de Michel Foucault para hacer una arqueología del saber cibernético desde la segunda mitad del siglo XX. ¿Por qué es relevante pensar el problema de la emergencia de la cibernética desde la filosofía?

Pablo Manolo Rodríguez: Identifico la cibernética como el puntapié inicial de una transformación general de las ciencias y las técnicas en el siglo XX. No habría computadoras sin cibernética, no habría inteligencia artificial sin cibernética, no habría biología molecular sin cibernética. Es decir, muchas de las cosas que constituyen hoy en día la gran mayoría del panorama de la ciencia y las técnicas contemporáneas tienen que ver con la cibernética.

El de cibernética es un término que tiene que ver con la centralidad de la información como una especie de nueva entidad distinta a la materia y la energía y que tiene una vocación muy tecnológica. Es decir, que busca decididamente crear aplicaciones técnicas de sus principios.

Por ejemplo, en la década de 1940 se empiezan a estudiar los mecanismos neuronales y lo primero que piensan es si se podía hacer una red de neuronas artificiales. Cuando hoy hablamos de inteligencia artificial hablamos de una aplicación de unas discusiones que se estaban teniendo desde los 40 y que, por vía de la computación, hoy regresan pero con aplicaciones prácticas muy concretas.

La filosofía de Foucault sirve a esta comprensión de la emergencia del saber cibernético porque construyó un marco teórico que tenía tres términos: saber, poder y subjetivación. Saber corresponder a los discursos del conocimiento, sobre todo a los científicos. Poder tiene que ver con las relaciones entre el poder y la política. Y subjetivación es una idea muy original de Foucault que es pensar que la relación entre saber y poder no sólo se resuelve en el marco institucional, sino también en el modo en el que nos construimos como sujetos.

En el libro lo que yo hago es inscribir la cibernética en estos conceptos foucaultianos para mostrar cómo la episteme cibernética se manifiesta en relaciones de poder. Es decir, en cambios en las condiciones de vigilancia y la manera en la que las tecnologías de la información inciden en cómo nos constituimos como sujetos. Hoy con las redes sociales tenemos una forma muy patente de dar cuenta de cómo esa relación entre saber y poder termina siendo decidida en el marco de los procesos de subjetivación. Cuando pensamos en cómo funcionan los procesos de perfilización en cualquier plataforma, claramente estos están orientando conductas. Foucault no estudió la cibernética ni el problema de la información, yo lo que hice fue aplicar sus conceptos a ese mundo.

¿Cuáles son el tipo de subjetividades que están apareciendo en las sociedades modernas producto de la cibernética, como las redes sociales o la inteligencia artificial? 

MR: Un primer tipo de subjetividad son las máquinas mismas. Una de las cosas que significó la cibernética es el proyecto de hacer máquinas con condiciones subjetivas. Aquí hay que remitirse al experimento de la máquina de Alan Turing. Lo que él propuso es que no es seguro que una máquina no piense y que, en todo caso, tendríamos que demostrar qué es pensar. A partir de eso, muchos autores cibernéticos empezaron a decir que si una computadora puede pensar, también podría percibir y que, si hace ambas, podría eventualmente sentir.

Es decir, la cibernética como proyecto propuso la idea de generar máquinas que, a diferencia de las máquinas de la revolución industrial y de cualquier otra máquina en la historia de la humanidad, intenten reproducir las condiciones subjetivas de un ser humano. Si esto lo logró o no es algo que podríamos discutir.

El segundo punto son las transformaciones de la subjetividad que no necesariamente tienen que ver con la máquina y que se podrían llamar antropológicas, en el sentido de las maneras de construir una forma de ser humano. Un ejemplo de esto es cómo ha evolucionado la distinción entre privacidad e intimidad y su relación con la publicidad. En las concepciones de sujeto liberales, como las concepciones más de izquierda e incluso marxistas, está la idea de que los sujetos en la vida social tienen una esfera íntima, una esfera privada y una esfera pública. Tengo una imagen pública, una vida en mi hogar y una esfera íntima de mi historia personal. Con las redes sociales esto ya no es tan claro.

Hoy la privacidad y la intimidad no son un bien preciado. Si se desplazan los dos primeros términos, la publicidad también se va a desplazar. Entonces, hoy en día la publicidad consiste en la exhibición de las zonas privadas e incluso íntimas de los sujetos. Es decir, dejan de ser íntimas.

El tercer punto tiene que ver con la inteligencia artificial y es dónde se unen los dos primeros ejes.

La inteligencia artificial es la proyección de lo que proponía Turing. Es decir, es inteligente si entendemos la inteligencia como procesos lógicos –que es una forma muy pobre de ver la inteligencia-. Hoy podemos decir sin problema que las infraestructuras de información y los sistemas algorítmicos hacen eso y mucho más; lo que hacen es construir patrones de conducta o de consumo.

La capacidad de reproducir condiciones subjetivas por parte de máquinas pone de presente el problema de la distinción entre lo humano y la máquina. Gustavo, usted se pregunta por esa distinción en el libro Umbrales críticos. Aportes a la pregunta por los límites de lo humano (2023). ¿Cómo empezar a abordar esa pregunta filosóficamente?

GC: Una idea de partida es no arrancar con las dicotomías entre sujeto y objeto, entre naturaleza y cultura, entre mente y cuerpo, etc. Cuando hablamos del límite de lo humano nos referimos al umbral como un lugar de tránsito. De tránsito poroso en concreto donde caben muchos procesos  de simbiosis y coexistencia. No son dos cosas distintas que de pronto se juntan, sino que como se afectan mutualmente producen algo nuevo.

Si esto tiene sentido, no es que esté por un lado el hombre y por el otro la máquina. Es pensar que no hay límites absolutos definidos entre los sujetos que se relacionan, porque esas entidades se afectan mutuamente y se constituyen en la misma afectación. Esto es, los términos no son anteriores a la relación, sino que la relación constituye a los términos. Tampoco quiere decir que los límites terminen borrándose completamente. Son porosos, pero no hay que confundir todo con todo. Hay diferencias, pero estas no son inmutables sino transitorias.

En el dominio humano, la técnica o el uso de herramientas es algo que transmitimos culturalmente y no genéticamente y que, en la medida que fuimos desarrollándolas, nos hicieron cambiar. A esto se le ha llamado antropogénesis. Nuestro cerebro evolucionó por las presiones del medio ambiente, pero también por las técnicas que inventábamos, pero el ser humano no es la única especie que tiene técnica y aprendizaje. Los animales también aprenden cosas, no todo es innato; incluso por esto se habla desde los 70 de que algunos animales tienen cultura.

Gustavo, ¿ve problemas a que se le asignen a las máquinas propiedades que normalmente eran exclusivas de los humanos, como la inteligencia o la creación?

GC: Yo prefiero pensar con los animales que con las máquinas. Antes de que apareciera la inteligencia artificial, ya le podíamos atribuir creación a otros seres de la naturaleza. Los macacos, por ejemplo, comen un alimento que viene con concha; quitar la concha era demorado y representaba un gran gasto de energía. Unos investigadores observaron que un día, por casualidad, uno de los macacos puso la concha en el agua para pelarla y resultó mucho más fácil. Este mico fue y le enseñó a los demás a hacerlo así. Entonces, aquí hubo creación porque hubo innovación de una técnica.

Yo estoy respondiendo esto hacia atrás, no hacia adelante. Si a la palabra innovación le quitas la intencionalidad –como creo que debe hacerse–, entonces puedes atribuirse a la naturaleza. Y si se puede hacer así, ¿por qué no a la inteligencia artificial? Ahora, si decides que la innovación tiene que ser intencional, solo se la puedes atribuir a los seres humanos, porque la inteligencia artificial no sabe qué hace. Es decir, no es consciente. Pero, hemos visto que no necesita ser consciente para ser inteligente. Es un tipo de tecnología que despliega una inteligencia sin conciencia.

¿De qué manera las nuevas subjetividades configuradas por los sistemas algorítmicos suponen un problema político en nuestro tiempo?

MR: Es 2024 y estas discusiones que pueden ser solamente científicas, tecnológicas o de subjetivación tienen un componente político y social mucho más importante. La escala en la que tenemos que ver el problema no es de la historia de la cibernética pura o de la inteligencia artificial, sino de entender cómo funcionan los mecanismos que emplea la inteligencia artificial en la vida social. Esto porque estamos todo el día en redes sociales y, aun si no estamos, tenemos dispositivos digitales que registran y transforman en datos todas nuestras actividades a nivel social y de investigación científica.

Hoy en día estamos cruzados por la inteligencia artificial y esta no es una máquina que esté afuera o que imite el comportamiento humano. Ese es el imaginario inicial de lo que era. Lo que es la inteligencia artificial supone es Spotify diciendo qué es lo que me gusta, lo que tengo consumir o lo que puedo consumir. Lo mismo con Netflix: me ofrece las series que “yo quiero ver”.

Pero hay ejemplos más políticos que nos vinculan con la inteligencia artificial, como confiar en sus patrones algorítmicos, como ya se ha hecho, para ver a quién se le otorga un crédito o quién tiene una opinión política peligrosa para la nación. Esto ya pasó en Estados Unidos. Tenían un sistema en la Agencia Nacional de Seguridad que asignaba niveles de nacionalidad según su presencia en redes. No es que una persona es colombiana porque nació en Colombia –que es hasta ahora como se ha resuelto el tema de la nacionalidad–, sino que se relacionaba en función de los perfiles de las redes y se asignaba un nivel de peligrosidad.

Es decir, cómo te identificamos como individuo pasa por todo un conjunto de tecnologías que son tecnologías digitales tramadas por inteligencia artificial.

Acá no hay simulación de ningún comportamiento humano individual, lo que hace la inteligencia artificial es procesar la vida social. Esto es más complicado que si una máquina piensa o no. Supone la posibilidad de orientar un proceso de opinión política, que ya ocurrió con el escándalo de Cambridge Analytica, es decir, cómo operan los algoritmos de las redes para instalar opiniones políticas, construir candidatos y armar corrientes de opinión.

¿Qué pasa si la gestión de la acción social de un Estado pasa a estar derivada de la inteligencia artificial? Ya ha habido accidentes sobre esto. De hecho, es una de las tesis que trabajamos en Tecnoceno Lab. Hace cinco años en Holanda, por ejemplo, esto pasó: le confiaron a un sistema de inteligencia artificial que determinara la ayuda social a los inmigrantes y el sistema llegó a la conclusión de que 10 mil o 15 mil personas habían defraudado al Estado de los Países Bajos y que por eso no merecían ayuda social. Aquí hay errores de sesgos en los sistemas algorítmicos, que es cuando metes un dato “neutral”, pero este dato no es neutral, sino que está atravesado por todos los prejuicios sexistas, racistas y de todo tipo que la sociedad tiene.

La solución a este problema no es de me voy al bosque y se acabó. Eso no tiene sentido. Es como si en 1880 alguien hubiera dicho: echemos para atrás la Revolución Industrial. Lo que es interesante de la infraestructura digital, a diferencia de otras infraestructuras modernas como las autopistas o los ferrocarriles, es que es más flexible y fácil de hacer transformaciones porque la estructura reticular de la red todavía existe, así esté monopolizada por Google y otras compañías. Pero es clave pensar esto porque si no van a seguir haciendo lo que están haciendo.

GC: El problema de todo esto es que la inteligencia artificial no sea un bien común. Esto es un problema social serio. La minería de datos que hacen estas organizaciones que lideran esos desarrollos tecnológicos está explotando nuestras mentes. Datifica todo y con esa información gana dinero.

Si la inteligencia artificial fuera una inteligencia colectiva y no tuviera dueños, para mí sería realmente una invención social de la inteligencia. La IA debería ser como nuestro lenguaje: colectiva y un bien común. ¿O tú le pagas a alguien para usar tus palabras? Por supuesto, esto no es posible bajo el capitalismo actual, y ese es el problema político de esas técnicas.

¿Qué se puede hacer para intervenir estos algoritmos y eliminar los sesgos o darles una capacidad de mayor discernimiento o control?

MR: Un primer plano es la regulación, es decir, un sistema algorítmico donde hay que buscar condiciones de fiabilidad, esto es, ponerlo a correr con un dataset que determine cosas y que haga un monitoreo. Este monitoreo puede ser con o sin supervisión humana.

Las estructuras algorítmicas hoy en día son tan complejas –o sea, las machine learning son tontas en comparación con lo que se puede hacer– que se puede hacer que las mismas máquinas se supervisen. Un ejemplo de esto es la moderación de contenidos en redes. Este fue un tema de hace cuatro años en el que se discutió si, por ejemplo, Twitter puede dejar que se publique lo que sea o es responsable de lo que se publica. Aunque argumentaron solo ser mediadores y no responsables, la presión hizo que pusieran moderadores de contenido. Al principio esto lo hicieron humanos, pero en este momento están medio automatizados.

Automatizar este tipo de procesos se hace incorporando criterios humanos, en este sentido es un proceso abierto y siempre se puede incorporar más. El asunto es quién está velando por el tema de los sesgos y quién se pone a pensar en si está mal diseñado el algoritmo. Este es un problema técnico que en la formulación política tradicional se ha enfrentado con la regulación. Esto es lo que está haciendo en este momento la Unión Europea y la razón por la que es la mala de la película para las corporaciones de IA: está metiendo política de privacidad, política de supervisión humana de los algoritmos, política de establecimiento de riesgo y de accidentes posibles, etc. Es decir, cuestiones para vigilar la aplicación de la IA en cada paso.

La segunda forma no viene del Estado, sino de la sociedad civil. Es la resistencia. Esto se conoce como la política de ofuscación de datos. Es que frente a la posibilidad de que una cámara te identifique con ciertos patrones o rasgos, los ocultes para que no te pueda rastrear. También está el hackeo de algoritmos.

El tercer plano, que combina un poco de los anteriores, tiene que ver con generar formas alternativas. Esto se basa en la idea de que el problema no son los datos que nosotros dejamos en las redes, sino su extracción contra de nuestra voluntad y conocimiento, y el uso que le dan las corporaciones, es decir, la política privativa. Hay algoritmos –como los de Facebook, Meta, PageRank de Google– que son abiertos, pero los que están poniendo a funcionar ahora no lo son. Aquí hay una cantidad de preguntas: qué son los datos respecto a nosotros, somos dueños de esos datos o es dueño el que los recoge, dónde están estos datos.

Hay un estudio que muestra que leer los términos y condiciones de las aplicaciones tradicionales que uno usa, que son como cinco o seis, tomo 90 mil horas. Entonces, cuando las firmamos sin leer, estamos vendiendo todo sin decir nada y sin saber mucho. Y eso es, querámoslo o no, es parte hoy nuestro ambiente.

Frente al último plano de acción de las políticas alternativas, hay gente que está hablando de cooperativismo de plataforma, es decir, de hacer plataformas de código abierto y software libre que no apunten al entrenamiento algorítmico de perfilización. Este sistema, como está dirigido por corporaciones capitalistas que quieren ganar dinero a través de los datos, lo que se llama capitalismo de plataforma, solo ve la perfilización como la única arquitectura algorítmica posible y con una preocupación muy escasa por los sesgos.

En Colombia ya empezamos a ver cómo la inteligencia artificial está empezando a crear fake news

La verificación de estos contenidos, como sucedió con un chequeo de La Silla Vacía, fue imposible con total certeza porque aún no tenemos herramientas completamente fiables para determinar si un video había sido hecho o no con IA. Esto abre todo un problema sobre con qué criterios determinar si imágenes, audios y videos son verdaderos o falsos. ¿Qué opinión le merece esa dificultad agreagada a la verificación de la información?

MR: Puede que ustedes como medio definieran el video como verdadero o falso, pero la cuestión es si para mucha gente no era falso y ya. Hasta ahora la idea de que uno podía construir un discurso falso o verdadero estaba relativamente constreñida a los medios masivos de comunicación que construían la realidad. La época de la posverdad y la fake news es un paso más allá de esto. No es que antes no hubiera deformación de la realidad, pero es muy distinto al imperio de la falsedad en el que pasamos a decir que la gente dijo cosas que nunca dijo.

Esto es un problema más político y social que tecnológico. Desde el punto de vista tecnológico, determinar que algo sea falso o verdadero es lo mismo que antes. Ahora el problema está en qué pasa si a la gente no le interesa el valor de la verdad, sino afianzar su propia creencia. Es la famosa cuestión de los filtros burbuja y de las cámaras de eco. En este sentido, el problema de las fake news es doble. El primer problema es la posibilidad de generar falsedades a gran escala en las que es difícil de discernir entre lo verdadero y lo falso y que vuelve virtualmente imposible hacer un chequeo como el que ustedes mencionan. El segundo problema, que me parece más grave, es si la gente está dispuesta a creer. El problema ahí no es técnico.

Ya no nos importa la verdad, no nos importa ninguna generación de la verdad basada en la evidencia, por lo que puedo inventar la evidencia. El desenmascaramiento deja de ser una acción suficiente porque no estás desenmascarando frente a nadie más que ante quienes seguimos creyendo en la idea de un valor de la verdad.

Lo vemos cuando en el avance de la derecha global. Yo soy de Argentina, lo vivo todos los días. Uno puede decir cualquier cosa y nada tienen consecuencias, creo que porque hay una especie de vacío sobre la noción de bien común, de que no todos los valores que pensábamos que valía la pena sostener en la Modernidad siguen existiendo. Esto, por una razón que desconozco, lo está explotando más eficientemente que otros grupos políticos, aunque la inteligencia artificial está en un momento de umbral en el que no sabemos qué cambios va a traer, pero serán enormes y sus consecuencias no pueden ser tan fácilmente instrumentalizadas por un grupo político específico.

Hay algo de esta época que me recuerda a los años 30 y 40. Hitler ascendió al poder porque tenía un Goebbels, es decir, un ministro de propaganda y los medios para distribuirla. Se ha establecido una asociación entre los medios y quién los explota primero, quién entiende primero su lógica para llevar la delantera en la iniciativa política. Estamos en el mismo momento con las redes sociales y la derecha está ganando terreno y con discursos muy parecidos. Uno puede agarrar la analítica del discurso de Milei y de Hitler y tienen muchas coincidencias.

¿Por qué en este contexto de sofisticación de la desinformación cobra relevancia la pregunta filosófica por los límites de lo humano?

GC. De entrada está el caso de Cambridge Analytica que ya se mencionó en el que con los principios básicos de lo que ahora llamamos inteligencia artificial se intervino en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, al dirigir mensajes a los votantes según sus preferencias electorales. Es decir, la inteligencia artificial ya ha funcionado al interior de las democracias y ha inclinado la balanza, porque muchas decisiones que nosotros tomamos dependen de la información que tenemos.

Entonces, la libertad es clave para tomar las decisiones razonadas desde la democracia, pero mi decisión puede ser motivada por una serie de inclinaciones. La decisión misma no es racional, sino que puede tener que ver con los hábitos mentales. Esto afecta la democracia desde hace años: no somos seres racionales y autónomos tomando decisiones, pero esto no significa que solamente seamos irracionales y así tengamos que tomar nuestras decisiones políticas.

Las máquinas seguirán produciendo simulaciones inteligentes de producciones humanas y otras innovaciones con diferentes objetivos políticos o comerciales. Defendiendo una supuesta excepcionalidad humana no vamos a solucionar los usos que se hagan de esas técnicas. Tampoco negando que la IA pueda ser o no inteligente o creadora. Sí es inteligente y puede crear innovaciones. Pero ese no es el problema: el problema es cómo hacemos para que esas innovaciones no sirvan para ahondar la explotación cognitiva que ya hacen en todas partes.

 

Fuente de la información e imagen:  https://www.lasillavacia.com

Fotografía: La silla vacía. Pablo Manolo Rodríguez, profesor de la Universidad de Buenos Aires, y Gustavo Chirolla, profesor de la Universidad Javeriana.

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¿La única forma de eliminar la pobreza?

Por: Jorge Majfud 

Según el presidente argentino Javier Milei, “la única forma que descubrió la humanidad de terminar con la pobreza es el crecimiento económico”. La máxima fue anunciada en una entrevista televisada desde la Casa Rosada el 11 de julio de 2024. La importancia de la idea no radica en su genialidad, sino en su simplismo y en sus trágicas consecuencias.

Se trata de un conocido dogma inoculado por el sistema capitalista y fosilizado por los verdaderos capitalistas, es decir, por aquellos que viven de sus capitales y no de un salario (Un capitalista asalariado es un oxímoron.) Un conocido absurdo similar, reza: “no puede haber redistribución sin crecimiento”. En 2012, el biólogo e historiador británico David Attenborough reflexionó: “alguien que piense que es posible sostener un crecimiento infinito en un medio finito o es un loco o es un economista”. O las dos cosas.

El crecimiento de la economía ni es la única forma de eliminar la pobreza ni su efecto contrario es infrecuente. La historia modera (los últimos 300 años) lo desmiente a cada paso. Como vimos en Moscas en la telaraña, por siglos, muchas sociedades indígenas tenían menos pobres, eran más altos por su mejor alimentación y vivían más que los europeos de la Revolución industrial. Su seguridad social estaba mejor organizada. No conocían la miseria, ni las deudas, ni la propiedad privada ni la codicia, motor del progreso, según palabras de los colonos expertos en desarrollo, con o sin dinero, como lo reportó en 1885 el senador Henry Dawes de Massachusetts (ver La frontera salvaje. 200 años de fanatismo); tenían menos guerras, sufrían menos enfermedades y eran más higiénicos. Las películas (como The Missionuna recomendable) que representan a los indios sin dientes y a los europeos con una sonrisa blanca no solo consolidan una idea falsa, sino que la realidad era la opuesta. Todo terminó con la llegada del fanatismo europeo a este continente y a otros.

En las colonias (en menor grado en los imperios, ya que es más difícil tener pobres vampirizando el resto del mundo) cuando creció la economía creció también la pobreza. Los llamados “milagros económicos” como el brasileño de Médici o el chileno de Pinochet, milagros del capitalismo tutelado y financiado por el gobierno de Estados Unidos en América latina lo confirman.

Esta obsesión por el PIB de la economía capitalista surgió en los años 30 durante la Gran Depresión y, desde entonces, suma tanto la producción de bienes necesarios, innecesarios, constructivos, destructivos y contaminantes en un mismo número. En 1937, su inventor, el economista y luego premio Nobel Simon Kuznets, llegó a advertir ante el Congreso del peligro de un uso simplificado de su invento, pero los acuerdos de Bretton Woods lo canonizaron en 1944 como la única medida de éxito económico y social. En 1962, Kuznets insistió: “Es necesario distinguir entre la cantidad y la calidad del crecimiento… Las metas para un mayor crecimiento deben especificar de qué y para qué necesitamos más crecimiento”. Jason Hickel observó que “desde 1980, el PIB mundial se ha triplicado, mientras los pobres sobreviviendo con menos de cinco dólares diarios ha crecido en 1,1 mil millones; esto se debe a que, a partir de cierto punto, el crecimiento comienza a producir más efectos negativos que positivos”.

Todavía quedan por discutir otras dimensiones de los seres humanos, como la justicia social, la que no es sólo una bandera de la izquierda, sino que fue la repetida crítica (profecía) en el caso de los profetas bíblicos y de otras religiones; queda por discutir o considerar la comercialización de la existencia, la deshumanización y alienación del individuo, la destrucción de la naturaleza, entre otros problemas centrales.

El actual sistema capitalista no es capaz de resolver ninguno de los problemas existenciales que ha creado, como la acumulación surrealista de la riqueza, la destrucción de la biosfera, el agravamiento de los conflictos de forma directa por su insaciable industria de la guerra e, indirectamente, a través de exiliados y marginados de todo tipo, económicos y ecológicos.

Ahora, hasta los más férreos defensores del sistema capitalista en Europa y Estados Unidos comienzan a publicar libros, artículos y a dar entrevistas en los grandes medios proponiendo “salvar al capitalismo de sí mismo” a través de la intervención agresiva de los gobiernos en la economía y en la redistribución de la riqueza. Es decir, una vez más, desde la Depresión de los años 30 hasta las brutales crisis neoliberales en el Sur Global a finales de los 90 y la Gran Recesión en Estados Unidos diez años después, se recurre al socialismo como bombero.

Por no problematizar otras dimensiones humanas. Un estudio publicado en la British Medical Association en 2006 reveló un consistente aumento de los problemas psicológicos en los niños y jóvenes ingleses. Todo pese al incremento del PIB nacional, a la relativa estabilidad de la inflación y de la economía británica de entonces.

Crecimiento económico no es desarrollo, como la obesidad no es un signo de salud. Ambos, crecimiento y desarrollo son producto del progreso acumulado de la humanidad a lo largo de siglos, algo que no ocurrió gracias al capitalismo sino pese al capitalismo y sus primeros beneficiados: los maniáticos con síndrome de Diógenes bancario.

Como ya hemos desarrollado por años, los inventos tecnológicos, científicos y sociales más importantes que contribuyeron a este progreso y desarrollo humano se produjeron antes de que el sistema capitalista se desarrollara con la privatización de las tierras comunales de Inglaterra en el siglo XVI y, cuando ocurrieron a posteriori, casi siempre fueron autoría de científicos asalariados, inventores de talleres, activistas sociales, entre otros grupos e individuos que no invertían años en investigación y creación motivados por las ganancias futuras sino por el objetivo mismo de su vocación.

De hecho, los mayores “milagros económicos” de la historia moderna se produjeron por dos únicas vías: (1) el imperialismo capitalista (saqueando, masacrando cientos de millones de «subhumanos», y destruyendo la competencia de otras potencias de ultramar) y (2) por la intervención de los gobiernos, desde la Unión Soviética del malo de Stalin hasta la China comunista posterior a la Gran hambruna (que, con sus millones de muertos y medida por los mismos estándares, ni siquiera compite con las mayores masacres y hambrunas del capitalismo).

¿Estoy proponiendo una vuelta a un sistema comunista del estilo soviético? No, para nada. Vuelta a nada. El pasado es una obsesión del fascismo. Entiendo que no debemos dejarnos pasar por encima del sermón del dogma capitalista y neoliberal que ha hambreado, matado y saqueado a las clases trabajadoras por siglos y siempre encuentra una forma de mantener el sermón del amo, aterrorizando a los desprevenidos y a los más necesitados.

El actual terremoto ideológico y geopolítico lleva al poder hegemónico a echar mano a todos los recursos procediendo, según lo explicamos con la fórmula P = d.t por sus tres escalones principales: (1) narrativo, (2) legal y (3) bélico.

¿Hay esperanza? Claro. Afortunadamente, los seres humanos no son seres unidimensionales como Milei.

*Imagen: Niños juegan afuera de un taller de pulido de metales en Uttar Pradesh, India. Foto: UNICEF/Niklas Halle’n

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