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En Venezuela: Escuela de pensamiento critico Nuestroamericano diserta sobre Marxismo Descoloniales del Sur

 

América del Sur/Venezuela/Correo del Orinoco

Ayer se desarrolló el primer foro Marxismo Descoloniados del Sur, como antesala a la creación de la Primera Escuela de Formación Ecosocialista y Pensamiento Crítico Descolonial Nuestroamericano, que se desarrollará en la Universidad Nacional Experimental de las Artes (Uneartes) en Caracas, desde el 10 al 14 de octubre y que contará con la participación de varios intelectuales e investigadores latinoamericanos.

Desde la sede de la Unearte, Inés Pérez Wilke, vicerrectora académica de la institución, precisó que está actividad se desarrolla en el marco de la conmemoración del 12 de octubre, Día de la Resistencia Indígena, “para generar y promover un debate profundo y amplio en Latinoamérica, en relación a una vía de organización y concepción distinta de nuestros procesos históricos”.

“El foro marxismos del sur, estará discutiendo la propia lectura del pensar latinoamericano de Marx en relación con la historia y el presente de nuestros países del sur”, dijo Pérez, al tiempo que detalló que hasta este sábado, 8 de octubre, se estará realizando en la sede de la Unearte un ciclo de Foros donde se hablará del -marxismo desde el sur, la descolonización y los movimientos sociales, colonialidad y feminismo, diálogo sur-sur, entre otros temas- relacionados con los conceptos de descolonicación del sur.

Precisó que se contará con invitados especiales como el historiador y filósofo mexicano de origen argentino Enrique Dussel, el también filósofo boliviano Juan José Bautista, la investigadora mexicana Karina Ochoa, el sociólogo puertoriqueño Ramón Grosfoguel y el argentino brasilero Héctor Alimonda. Por Venezuela participarán los intelectuales Miguel Ángel Contreras, Judith Valencia y Romero Losacco.

MARXISMO DEL SUR

En su intervención en el Foro Marxismo Descoloniados del Sur, Enrique Dussel, agradeció la invitación a Venezuela para conversar sobre marxismo y recordó que Hugo Chávez fue el mayor impulsor de los ideales marxistas en América Latina en este siglo XXI, calificó al comandante Chávez como “un sabio maestro”, porque fue enseñando al pueblo todas las fases de la historia universal.

Asimismo, Calificó a Karl (Carlos) Marx, como un hombre moderno, precisó que para entender la teoría de Marx, todo el mundo debería leerse “El Capital”, para poder entender el origen del capitalismo y la revolución industrial, que a su juicio “comenzó en China en 1313 y que los países europeos se copiaron e hicieron suyos”.

Lusser refirió que en estos tiempos donde la industrialización, el eurocentrismo y el capitalismo, han abarcado todo el planeta, “referirse a descolonización sería construir todo un mundo de nuevo”.

Por su parte, el sociólogo y profesor venezolano Miguel Angel Contreras, a su juicio, el marxismo descolonizados desde el sur, catalogando a Carlos Marx, “es una pretensión universalista, es una pretensión de pensar la forma de emancipación humana desde una perspectiva universal”.

Refirió que el término emancipación “es el desplazamiento de culturas a las cuales hemos sido sometidos los pueblos del sur desde Europa y que nos llevó a un proceso de desigualdad y exclusión”, precisó que la descolonización en estos tiempos, “busca impulsar un debate para crear alternativas al modelo capitalista que pretende imponer un mundo moderno que está profundamente desigual por un mundo socialista donde los países del sur puedan revertir esta situación y conquistar la igualdad y la inclusión”, dijo Contreras.

ESCUELA DE FORMACIÓN Y PENSAMIENTO CRÍTICO

Desde el próximo lunes 10 hasta el miércoles 12 de octubre, la escuela de Formación Ecosocialista y Pensamiento Crítico Descolonial Nuestroamericano, desarrollará una metodología que consiste en ponencias a manera de cátedra abierta, para luego dar paso, los días jueves y viernes, a una suerte de mesas de trabajo en las cuales un amplio grupo de movimientos sociales de todo el país tendrán la oportunidad de interpelar a los intelectuales invitados sobre su visión al proceso de colonización o resistencia indígena.

T/ Deivis Benitez
F/ Héctor Rattia
Caracas

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/comunicacion-cultura/escuela-pensamiento-critico-nuestroamericano-diserta-sobre-marxismo-descoloniados-sur/

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Los NNATs y el trabajo digno en Paraguay

Por: Vanessa Pérez y Raúl García

En Paraguay, donde en 2012 se dio el penúltimo Golpe de Estado de América Latina mediante el sistema de “golpe blando” inaugurado tres años antes en Honduras y reinstalado hoy en Brasil, viven casi siete millones de personas. El gobierno de Horacio Cartes, electo por el miedo, la cooptación y la ignorancia, ha profundizado la pobreza y la migración campo-ciudad mediante sus políticas aliadas con empresas transnacionales que se enriquecen a costa de la usura y el agrotóxico. img_3474Son muchas las voces que están en lucha por la dignidad en este lugar del mundo, a pesar de que son identificadas, perseguidas, encarceladas y, cientos de veces, muertas. En un país donde los cinturones de pobreza, el hacinamiento en las cárceles, la vigilancia y la injusticia en los tribunales crece cada día más, encontramos centenares de niños, niñas y adolescentes trabajando. Y no es por gusto, sino por necesidad. De la recaudación de estas manos infantiles depende, en la mayoría de los casos, el sustento familiar. Por estas latitudes, al igual que por muchas otras en el planeta, la infancia no es solo juego, sino un compendio, en el mejor de los casos, de supervivencia, trabajo, educación y entretenimiento.

Existen organizaciones que dan protección, formación y un espacio de encuentro e intercambio a los Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores (NNATs). En el Paraguay encontramos a la CONNATs, Coordinación Nacional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores. Hablamos con algunas de las voces colaboradoras: Fran, Sergio, Gladys, Eli. “Como Coordinación Nacional de grupos de NNATs organizados, asumimos a través de acciones concretas nuestro rol para exigir el cumplimiento real de los derechos de los niños y niñas, denunciamos las violaciones de los derechos humanos e incidimos en la instalación de políticas sociales que apunten a un cambio social”, afirman. Pudimos ver cómo ayudan a desarrollar las capacidades personales, grupales, laborales y culturales de los NNATs sorteando los obstáculos del día a día, y dotándolos a estos de un protagonismo que pocas veces se da en la infancia.

En la terminal de autobuses de Asunción se puede encontrar a los_mg_3387niños lustrabotas. Un grupo de niños y adolescentes de entre 11 y 17 años que trabajan en turnos de mañana o tarde durante 6 horas, descansando un día completo a la semana. Todos ellos cuentan con el consentimiento familiar y están escolarizados. Diariamente se dirigen a su lugar de trabajo con una sonrisa dispuestos a compartir con sus compañeros y educadores, quienes les ayudan con las tareas escolares, les orientan y les ofrecen formación. Hablan como adultos detrás de su joven apariencia: “nosotros estamos así por el sistema capitalista, que es un modelo que se basa en la desigualdad y la explotación del hombre por el hombre”, nos cuenta Walter Bogado, delegado Nacional de los NNAts.

img_3900En el mercado de Abasto están los vendedores de fruta y verduras. Ellas y ellos se ubican en la orilla de la carretera esperando un ómnibus donde subirse a vender. Otros ayudan a sus padres en los puestos o salen a los alrededores a ofrecer sus productos. Sin apenas tiempo libre, el mercado se vuelve la única escuela de muchos de estos rostros. El carácter perecedero de los alimentos determina un objetivo: vender todo en el día. Cuando eso se consigue, la jornada se da por finalizada. A veces pueden pasar muchas horas hasta conseguirlo. Sin embargo, la ayuda de estos niños y niñas es inestimable para sus familias, “sin él tendría que trabajar mucho más, no podría salir adelante”, declara una de las madres.

_mg_3883Tanto en la terminal como en el mercado están acompañados por  colaboradores que en algún momento también fueron NNATs. Además, tienen apoyo escolar, alimentación y momentos de ocio y formación, aunque ciertamente, debido al espacio físico donde trabajan, hay importantes diferencias. La amplitud del mercado complica la tarea de protección, por eso es esencial la cooperación de las familias. En la terminal el espacio es limitado y los guardias ayudan también a que los niños no sean acosados, algo que sucede más de lo deseado, de ahí la ausencia de integrantes mujeres en el grupo, aunque no se descarta su inclusión.

Los NNATs de la terminal se reúnen los sábados e intercambian ideas, curiosidades, plantean preguntas y reciben una formación inestimable. En el mercado tienen una radio donde durante dos días a la semana realizan un programa que se escucha en todo el recinto, informando acerca de los derechos que tienen los NNATs. De esta manera se teje toda una red de concientización que genera las bases para la construcción de otra sociedad. En la mano de las nuevas generaciones está la comprensión de una realidad que en la actualidad aparece manipulada por los medios de comunicación. En un planeta donde se privatiza el derecho al techo y al agua no puede calar el sueño americano de si tengo suerte y trabajo mañana seré rico. Miles de jóvenes licenciados que no encuentran empleo en lo que estudiaron demuestran que no es cierto, que este sistema impone el individualismo y la competencia como forma descarnada para salir adelante. Es así como se sigue viviendo, apartando la mirada de las casas de madera contrachapada que invaden el centro a la salida del parlamento y la universidad, desbordada y a veces inundada la periferia, conocida por ello como “los bañados”. Algunos estudiantes asuncenos no ven esas cosas, “las tienen delante y no las ven”, declara Jorge Lara, profesor de la universidad.

_mg_3918Nos cuentan los chicos de la terminal que algunas personas les miran mal, y cuando les ven acercarse se apartan o se molestan pues creen que van a robarles. ¿Os imagináis a esas mismas personas huyendo del vendedor de helados, de la vendedora de palomitas, del lustrabotas adulto ubicado en la plaza? ¿Cuál es la causa que genera desconfiar de un NNATs? Quizás la ausencia de análisis y reflexión del hecho en cuestión. Ese modo de actuar, extendido entre las clases medias y acomodadas que acostumbran a un tipo de consumo, habla de un tipo de sociedad. Una sociedad generadora de realidades no asumibles. Nadie quiere ver a un niño vender su fuerza de trabajo, sin embargo es una realidad, pero en lugar de abrir un espacio discursivo que busque el origen de ese hecho y lo trate sin desmerecerlo, se opta por desconfiar y huir. Es como si el cerebro chequease el instante inmediato en el que se acerca Mateo y, sin atender a su caja de lustrar, enviara la señal de ¡cuidado!, momento en el cual la señora de los zapatos negros llenos de polvo aprieta el brazo para agarrar su bolso con más fuerza. ¡Lástima! Por 3000 pesos paraguayos podría haber lucido impecables zapatos. Y es que, presos del sistema imperante, surge de todas partes la necesidad de protegerse de los desórdenes que ponen en peligro esa lujosa y cada vez más cara tranquilidad. De esta suerte el capitalismo instala el más grotesco de los mecanismos: la desarticulación del ser humano de su circunstancia. Dicha desarticulación lleva directamente a la insensibilización con cualquier tipo de injusticia y desigualdad. Anestesiado y esterilizado el nuevo sujeto postmoderno y global está preparado para afrontar la decadencia que genera el mismo sistema al haber sacrificado más del 71% de la población mundial en pos de un 21% que sirve de base para mantener ese 8%[i] de descarnados multimillonarios que tiran los dados para decidir cuál será el país con el que jugarán a la guerra más tarde. Por suerte los_mg_1692mecanismos no son perfectos y no todos son sujetos postmodernos y globalizados insensibilizados con las injusticias y las desigualdades. En el Paraguay hay los que luchan desde abajo y desde la izquierda, los que desde la prisión siguen pensando alternativas, los que siguen ocupando tierras a pesar de las muertes y encarcelamientos de dirigentes, las que se preguntan qué comemos y exigen un etiquetado que identifique los alimentos cultivados con agrotóxicos,  quienes desde su trabajo como educadoras y educadores populares quieren cambiar los barrios más desfavorecidos generados por el sistema; están los que se preguntan por qué, los que buscan respuestas y no quieren una torta como premio y pago de su voto. En el Paraguay hay muchas voces en lucha, en lucha contra la opresión y la discriminación. Y el más fiel reflejo de ello se puede encontrar en esos niños, niñas y adolescentes que dignifican el trabajo portando ese otro mecanismo de articulación entre quiénes son, qué pueden y qué deben hacer.

Notas: The Wealth Report 2015, Pirámide de la Riqueza

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217590&titular=los-ni%F1os-ni%F1as-y-adolescentes-trabajadores-y-el-trabajo-digno-en-paraguay-

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Entrevista a François Houtart, sociólogo y teólogo «El bien común de la humanidad como matriz de la nueva sociedad»

América del Sur/8 Octubre 2016/Autora: Cira Pascual Marquina/Fuente: Rebelión

Esta conversación con el sociólogo y teólogo de la liberación François Houtart, que apareció por primera vez en el número 17 del mensuario PolítiK, explora los límites de los procesos de cambio en América Latina y el concepto de bien común de la humanidad.

-Cira Pascual Marquina (CPM): En el libro Más allá de la economía, el bien común de la humanidad (2013), planteas que para asegurar la continuidad de la humanidad y de la vida en el planeta hay que construir un nuevo paradigma en el que el bien común esté por encima del bien individual. ¿Podrías explicar el concepto de “bien común de la humanidad”?

-François Houtart (FH): El concepto de bien común de la humanidad tiene varias dimensiones. La primera es la dimensión de lo que se llaman los comunes o en inglés the commons: los bienes que no son individuales sino comunes, por ejemplo la tierra antes del capitalismo y hoy en día los servicios públicos. Hay muchas luchas en el mundo para proteger, recuperar o aumentar la dimensión de los bienes públicos. Ahora tenemos como bienes públicos la educación, la salud, pero también el agua, la comunicación, etc. Este es un primer nivel de lo que podemos llamar el bien común de la humanidad.

Sin embargo hay un segundo nivel, y el segundo nivel es el concepto clásico del bien común: cosas que le pertenecen al conjunto de la sociedad y que no pueden ser propiedad de individuos como, por ejemplo, en una ciudad, los parques o los espacios verdes, etc. Eso es un bien común. Pero hay sectores que no son directamente materiales, que son más bien de tipo jurídico, por ejemplo el código de circulación (si no se organiza, es el caos). En verdad este es un concepto que existe ya desde la filosofía griega, en particular Aristóteles, que reconoce que hay espacios en la vida colectiva que son espacios comunes, de bien común, y esta fue la base sobre la que la iglesia católica construyó su doctrina social.

Pero pienso que debemos ir un poco más allá y por eso he hablado del bien común de la humanidad: un principio de organización de la vida colectiva de la humanidad en el planeta que se base sobre la vida y no sobre la muerte… así este concepto se opone al concepto fundamental del sistema capitalista. Y cuando digo que el nuevo paradigma se basa sobre la vida, esto implica la posibilidad de crear, de conservar, de mejorar la propia vida –la vida en su sentido completo, no solamente la vida física, biológica, sino también la vida cultural, la vida espiritual–. Y no solamente construir en función de la vida de los seres humanos, sino también de otros géneros: los animales, las plantas, etc. Lo que se llama hoy el derecho de la naturaleza.

Este concepto es más amplio que el concepto de los comunes y que el concepto del bien común, pero integra estos dos conceptos. Este concepto que he llamado el bien común de la humanidad, es evidentemente un nombre; no importa el nombre, lo que importa es el contenido. Podemos darle otros nombres, por ejemplo el sumak kawsay que es el buen vivir, el concepto de los indígenas andinos, o podemos llamarlo socialismo del siglo XXI.

-CPM: En el libro que mencioné anteriormente enumeras cuatro elementos clave para aterrizar el concepto del bien común de la humanidad; podríamos decir que estos elementos son una especie de hoja de ruta para organizar la tarea colectiva en cuanto a la definición de la nueva sociedad postcapitalista. ¿Puedes explicárnoslos?

-FH: Sí, debemos concretar las cosas porque todo esto puede parecer algo abstracto. Precisamente he tratado de ver, como sociólogo, qué significa esto en la práctica de la vida colectiva humana. Por eso he tomado cuatro realidades fundamentales de toda sociedad, que son, por una parte la relación con la naturaleza, ya que ninguna sociedad puede vivir sin la naturaleza; después la producción material de la vida, porque la vida no es una abstracción y sin producción material no hay vida; la organización social de la vida, que debe ser colectiva en lo social y en lo político; y finalmente la cultura, porque el género humano es el único que puede reflexionar sobre su propia realidad y eventualmente anticipar el futuro, y que es, como dicen los mayas, “la parte consciente de la naturaleza”.

Reflexionando sobre estos cuatro elementos fundamentales de toda sociedad podemos entrar en detalles, especialmente comparando con la situación actual del sistema capitalista. Por ejemplo, en cuanto a las relaciones con la naturaleza: ¿cómo ve el capitalismo la naturaleza? Para el capitalismo la naturaleza es recursos naturales, es decir, una naturaleza que se debe explotar, y explotar en función de los intereses del capital y de la acumulación del capital. Por el contrario, en lo que se refiere a la nueva organización del bien común de la humanidad, la naturaleza debe ser respetada: es la fuente de toda vida, de la vida física, biológica, cultural, espiritual, y en este sentido la naturaleza no es solamente un objeto de explotación.

Esto, si queremos ir más allá en la práctica, tiene muchas consecuencias para la vida cotidiana y también para la organización nacional e internacional. Por ejemplo, si aceptamos que la naturaleza es la fuente de la vida, no podemos aceptar que personas individuales o corporaciones, grandes empresas multinacionales, se apropien de la naturaleza (y en particular las riquezas naturales que son los minerales, las fuentes de energía, etc.) por la simple razón que estas cosas deben entrar en la concepción del bien común. Aquí no digo que no se debe extraer, porque la madre tierra es generosa, sino que se debe hacer respetando los derechos de la naturaleza, la posibilidad de regenerarse y de continuidad de la vida. Este es un ejemplo práctico. También, por ejemplo, no se puede aceptar la mercantilización de bienes básicos para la vida como las semillas o como el agua. Ese es un primer paso.

El segundo es la producción de la base material de la vida. Como he dicho, cada vida tiene su base material y no se puede continuar sin esta base. Ahora la base material de la vida –la economía–, está organizada por la lógica del capital. El capital es el único motor de la economía, con su necesidad inagotable de tener ganancias para poder acumularse. Frente a esto la lógica debe ser absolutamente diferente: no una lógica de acumulación del capital, de valorización única del valor de cambio. Porque hay dos tipos de valores para todo servicio o bien: el valor de uso, es decir lo que es útil para la humanidad, para la naturaleza, para el mundo, y el valor de cambio o lo que permite ganancia. Solamente el valor de cambio, es decir, si una cosa es una mercancía, contribuye a la acumulación del capital. Por eso en el capitalismo todo debe convertirse en mercancía. Esta es la lógica del capital. Debemos salir de esta lógica, con todas las consecuencias en cuanto a la propiedad de los medios de producción, significa, en lo práctico, que no podemos aceptar la dominación del capital financiero, los paraísos fiscales, etc.

Un tercer elemento es la organización social y política, que debe ser democrática, para permitir que todos los seres humanos sean actores y no solamente sujetos de una política decidida desde arriba o por una minoría. No hay nada menos democrático que la economía capitalista que concentra el poder y desconoce lo que se llaman las “externalidades”: los daños ambientales y los daños sociales, que no paga el capital. Se deben promover procesos democráticos en todas las instituciones, desde las políticas y económicas hasta las culturales, sociales, religiosas. Esto también debe extenderse a todas las relaciones sociales, como las relaciones entre hombres y mujeres. Este es el tercer aspecto que tiene muchas aplicaciones en el mundo.

Finalmente, en cuanto a la cultura, hablamos de la interculturalidad. El hecho de no permitir que la cultura occidental, totalmente inmersa en el concepto de modernización, absorbida por la lógica del capital, sea la única cultura aceptable en el mundo, y comprender que todas las culturas, los saberes y las espiritualidades pueden contribuir al bien común de la humanidad y a la ética necesaria para esta construcción.

Ahora, todo esto puede parecer una bella utopía pero no lo es. No es una utopía en el sentido de ilusión, porque en el mundo hay millares de grupos que luchan por construir mejores relaciones con la naturaleza, por otro tipo de economía social y solidaria, por los derechos de todos los grupos humanos y finalmente por la interculturalidad. Esto significa que existe ya en la realidad la posibilidad de perseguir valores que no son puramente abstractos, sino que ya son el proyecto concreto de muchos movimientos y organizaciones en el mundo. Por eso pienso que sobre esta base se puede construir una perspectiva nueva.

-CPM: En algunas intervenciones has planteado que los procesos de cambio en América Latina se caracterizan por ser posneoliberales, pero todavía no se han dado pasos concretos hacia el postcapitalismo. ¿Podrías profundizar sobre esta caracterización de los procesos en Nuestra América y cómo avanzar hacia el postcapitalismo?

-FH: Sí, yo pienso que hay muchos aspectos en todos los dominios. Voy a tomar solo un ejemplo práctico: el problema de la agricultura. Los países que se dicen progresistas en América Latina –y que realmente han sido posneoliberales en el sentido que han reconstruido un Estado que trabaja por una cierta redistribución de la riqueza y también por un mejor acceso a los servicios como la educación o la salud para las clases desfavorecidas– promueven el monocultivo para la exportación, con todas sus consecuencias ambientales: destrucción de la selva amazónica, destrucción de los suelos, contaminación de las aguas, y también, finalmente, daños muy graves para las poblaciones, para la salud, y en cuanto a los efectos sociales como las migraciones hacia las grandes ciudades o al exterior.

Así han promovido esta agricultura en detrimento de la agricultura campesina, que podría dar una respuesta muchísimo mejor a la primera función de la agricultura, que es nutrir la población: es un hecho que la agricultura campesina en América Latina está nutriendo más del 60% de la población del continente. Una segunda función es participar en la regeneración de la Madre Tierra: muchas veces los campesinos trabajan con agricultura orgánica y de manera respetuosa de la naturaleza. Y, finalmente, el bienestar de los campesinos, frente a una agricultura de monocultivos, mucho más productiva, pero que proletariza al campesino o lo integra al sistema capitalista de monopolios, que crea dependencia de las grandes multinacionales de producción o de distribución. La agricultura campesina no es una cosa arcaica, del pasado, sino una cosa del futuro, y esto es reconocido incluso por la FAO.

Lo que hemos visto en América Latina es un intento de construir sociedades posneoliberales –pero no postcapitalistas, y en este sentido continuando con la idea de la modernización de las sociedades, y finalmente con un “capitalismo moderno”; esto tiene como consecuencia, por ejemplo en el campo de la agricultura, que no se promueve una nueva agricultura campesina que podría resolver muchos de los problemas de la pobreza rural y también de la producción de alimentos y de la soberanía alimentaria. Este es un ejemplo, pero podríamos dar otros ejemplos de otros aspectos que nos permiten decir que los ensayos de cambio, de los países progresistas, que fueron muy interesantes y tuvieron varios logros muy reales, finalmente no han transformado la lógica fundamental de la organización de las sociedades. Por eso me parece que desarrollar el concepto de Bien Común de la Humanidad podría ser un paso adelante frente a la crisis que afecta a todos estos países actualmente.

-CPM: Hablando de la crisis, un camino que impulsa el Gobierno Bolivariano para la salida es el Arco Minero. Se supone que explotar el oro y otros minerales en la enorme cuenca del Orinoco nos ayudará a salir de la crisis. Así, tras el anuncio de apertura, más de 150 corporaciones mineras han expresado interés, y ya se han firmado contratos con la canadiense Gold Reserve y con empresas chinas. ¿Qué opinión tienes sobre este tipo de propuestas?

-FH: Esta situación no es particular a Venezuela aunque el caso del Arco Minero es impresionante. Encontramos situaciones similares, tal vez a menor escala, en Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina. El problema es que la única respuesta que ven los gobiernos progresistas actuales frente a la crisis, que es una crisis a escala mundial y que afecta a muchos de estos países porque son exportadores de bienes primarios (explotación minera, petrolera o agrícola), es abrirse más al mercado y entrar en políticas de tipo neoliberal. Evidentemente es una contradicción fundamental. Pienso que estos gobiernos no han reflexionado suficientemente sobre las alternativas al capitalismo.

Debemos reconocer la realidad: Estas medidas contradicen de manera fundamental lo que se ha planteado como meta, y vemos un creciente abismo entre el discurso y las prácticas. La verdad es que estas prácticas van a llevar a una mayor concentración del capital y al desconocimiento de las externalidades, es decir, la destrucción de la naturaleza y la destrucción social y cultural. Eso debemos reconocerlo y debemos tratar de ver qué soluciones podemos encontrar que no entren en contradicción con lo que se había propuesto.

-CPM: Tenemos una tarea clara: la superación del capitalismo. Pero también nos encontramos con múltiples barreras como la enajenación o la pérdida de la esperanza. ¿Qué hacer en estas circunstancias difíciles?

-FH: Precisamente por la situación que vivimos debemos tratar de redefinir la tarea de la izquierda y reflexionar sobre las estrategias posibles. Por eso me parece que un trabajo de conjunto entre movimientos sociales e intelectuales va a ser necesario primero para redefinir las metas (definir qué tipo de sociedad queremos); aquí entra la propuesta de Bien Común de la Humanidad, donde tocamos un espectro que va desde la relación con la naturaleza hasta la organización colectiva de la política y la sociedad, y también la espiritualidad, la manera de vivir las cosas en lo cotidiano…

Entonces, el primer aspecto significa que juntos debemos trabajar por una redefinición colectiva de las metas de la sociedad, no solamente con intelectuales que tienen toda la verdad que se debe imponer a las masas. No, este concepto de vanguardia es obsoleto. Debe ser un trabajo colectivo: por una parte con la experiencia de los movimientos políticos y sociales de izquierda que debemos recoger y tratar de sistematizar, y por otra parte, con el trabajo de los intelectuales. Con todos los logros que hemos desarrollado en los dos últimos siglos, la reflexión fundamental del marxismo, pero también de otras corrientes intelectuales que pueden ser útiles. La cuestión es cómo redefinir la meta fundamental de la humanidad y de la sociedad.

El segundo aspecto es cómo definir las transiciones. Es evidente que no podemos construir el socialismo o comunismo instantáneamente. Eso provocaría catástrofes económicas derivadas del boicot y de los embargos o incluso intervenciones militares. Eso no es posible, pero sí, podemos pensar transiciones, es decir, pasos que nos ayudan a construir el paradigma nuevo. No se trata de adaptar el capitalismo a nuevas situaciones sino de construir una sociedad diferente. En cuanto a la cuestión de cómo construir transiciones, hay que hacerlo desde una perspectiva dialéctica, sin caer en la idea del progreso de la modernidad –un progreso lineal sobre un planeta inagotable (un concepto muy capitalista de la “modernidad”, por cierto.

Es necesario redefinir la modernidad, encontrar transiciones y actores que pueden actuar en cada aspecto. Este es el gran reto no solamente para América Latina sino también para el mundo entero. Y ya podemos empezar, de forma humilde y cotidiana, a pequeña escala, como lo han hecho por ejemplo los zapatistas, y después poco a poco ampliar esta visión para construir otra matriz de desarrollo humano. Esto es absolutamente necesario frente a la destrucción de la naturaleza que el capitalismo está provocando, y también de destrucción humana, cultural y espiritual.

-CPM: Has mencionado en algunas intervenciones que para entender la sociedad hay que hacerlo en términos de clase. En el periódico PolítiK estamos absolutamente de acuerdo. ¿Podrías profundizar sobre la necesidad del análisis de clase?

-FH: El análisis de la sociedad desde una perspectiva de clases es ciertamente importante. También es verdad que en el siglo XIX –en la Europa en que Carlos Marx reflexionó y escribió– la clase obrera era la clase fundamental para iniciar el cambio. En este sentido el papel de la clase obrera para cambiar el conjunto de la sociedad era absolutamente fundamental. Hoy en día debemos reflexionar frente a la realidad actual: una clase obrera muy segmentada por el sistema capitalista y que ha cambiado en los países industrializados, donde han desplazado la actividad de producción hacia las periferias y que se especializan en servicios.

Esto significa que la clase obrera hoy es diferente a la clase obrera del siglo XIX europeo o norteamericano. Así, otras clases sociales, como los campesinos por ejemplo, están también afectadas por la lógica del capital, y hoy vemos que frente a esta destrucción sistemática del pequeño campesinado, hay movimientos que son más radicales que el movimiento obrero. En particular, en el plano internacional, la Vía Campesina, la organización mundial de los campesinos, es más radical contra la Organización Mundial del Comercio o el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional que la organización Internacional de los sindicatos. Este es un hecho y debemos reflexionar sobre las nuevas realidades.

Es verdad que son los trabajadores los que enfrentan la contradicción fundamental con el capital, pero ya no son solo los trabajadores industriales, también están los trabajadores del campo, los precarizados, todos estos grupos sociales que son afectados hoy por la lógica del capital , y por eso la lucha y la organización de la lucha social debe ser pensada de otra manera que en el siglo XIX. Esta es una de las tareas para los movimientos sociales y los movimientos políticos de izquierda, para no equivocarse ni en el vocabulario –lo cual es secundario pero importante–, ni en las prácticas sociales y políticas, es decir: la definición de las luchas sociales.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=217095

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UNESCO felicita al Ministerio de Educación e Instituto Iberoamericano de Patrimonio por lanzamiento de series educativas en torno al terremoto, la resiliencia y la reconstrucción

La Oficina de la UNESCO en Ecuador y su representación en Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela participó, junto al Ministerio de Educación del Ecuador y al Instituto Iberoamericano de Patrimonio natural y Cultural IPANC, en el lanzamiento, de las series de televisión educativa “Enlazados” y “Yo soy hecho en Ecuador”, Historias de Reconstrucción, que se llevó acabo el 27 de septiembre de 2016, en las instalaciones de FLACSO.

En su intervención, la Directora de la UNESCO en Quito y Representante para Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela, Saadia Sanchez Vegas, destacó que “La televisión educativa, no sólo educa, sino que modela comportamientos, forjando héroes ciudadanos, anónimos, silenciosos que, desde su entorno, su testimonio y su ejemplo en la vida cotidiana, reconstruyen la resiliencia y hacen la diferencia”.  Sánchez Vegas agregó que la serie televisiva Historias de Reconstrucción realizada por Educa TV, el Ministerio de Educación y los organismos que han cooperado para el logro de estos programas, y que UNESCO se complace en acompañar, son muestra de la capacidad de las personas, de líderes comunitarios y educadores para sacar lo mejor de mujeres, hombres, jóvenes, en las más difíciles circunstancias y de esta forma, hacer de la crisis una ventana de oportunidades de aprendizaje, de decisión, de renovación de la vida.

http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/unesco_felicita_al_ministerio_de_educacion_e_instituto_iber/#.V_ZZEOjhDIU

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Paulo Freire. Contribuciones para la pedagogía

Autores/as: Mafra, Jason; Alencar, Anderson F.; Gomez, Margarita Victoria; Gadotti, Moacir

Año: 2008

Editorial: CLACSO

País/Ciudad: Buenos Aires, Argentina

ISBN 978-987-1183-81-4

Sinopsis: Este libro presenta trabajos riquísimos por su valor académico y por las experiencias pedagógicas llenas de vida que nos aproximan a nuevos conocimientos. En este sentido, los textos se destacan por reinventar a Paulo Freire y no por la repetición de su obra. Aquí hallamos experiencias llenas de vida pero no libres de conflictos y dificultades realizadas en tiempos concretos de expansión de los intereses del mercado sobre el derecho de las personas a educarse en espacios públicos.

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“Debemos despertar en los estudiantes el deseo de seguir aprendiendo”

Por: Salvador Rodríguez Ojaos

“Nuestra obligación como educadores es preparar a los niños para que estén siempre dispuestos a esperar lo ines­perado. En este contexto, educar es guiar, retar, desafiar y provocar; mientras que aprender es conocer, comprender, aplicar y crear”, afirma Salvador Rodríguez Ojaos en la Tribuna que escribió para el nº 23 de la revista Educación 3.0 y que ahora reproducimos.

Muchas generaciones de es­tudiantes han asistido a la escuela con la certeza de que lo que aprendieran en ella les serviría para siempre, les resolvería el futuro o, al menos, les posibilitaría conseguir un buen empleo con el que ganarse bien la vida. Pero nuestro mundo ha cambiado radicalmen­te y, en la actualidad, la escuela no puede seguir ofreciendo esa seguridad.

En cambio, la escuela sí que puede compro­meterse a dotar al alumnado de las herramien­tas más eficaces para ayudarle a afrontar un fu­turo incierto. En otras palabras, en el mundo de incertidumbre en el que vivimos, el verdadero objetivo de la educación escolar no es que los alumnos aprendan algo en concreto en un mo­mento determinado sino despertar en ellos el deseo permanente de aprender.

Despertar el deseo de aprender está muy rela­cionado con el placer de enseñar. Para enseñar hace falta vocación, pero también formación pedagógica y un alto dominio de los conteni­dos propios de las materias. Nuestra obligación como educadores es preparar a los niños para que estén siempre dispuestos a esperar lo ines­perado. En este contexto, educar es guiar, retar, desafiar y provocar; mientras que aprender es conocer, comprender, aplicar y crear.

Otras habilidades

la ca­pacidad de adaptación a nuevas situaciones, la habilidad de desaprender o desechar los cono­cimientos que quedan obsoletos, la tolerancia a la frustración, el espíritu crítico, la creatividad a la hora de mirar el mundo, la competencia para trabajar en colaboración con otros…

La escuela ya no es sólo un lugar donde ad­quirir conocimientos, es también un espacio de preparación para la vida donde las emo­ciones y los valores deben tener cabida. Si li­mitamos la escuela a la mera transmisión de conocimiento, estamos condenándola a su desaparición, ya que esa labor puede hacerse a través de otros medios, como Internet, de modo más motivante para los alumnos. Se trata de enseñarles a pensar, de mostrarles que además de solucionar problemas, deben aprender a plantearlos; de que entiendan que lo que están aprendiendo tiene un sentido.

Enseñar es importante, pero aprender aún lo es más. Si no hay aprendizaje, la enseñanza no tiene sentido

Durante demasiado tiempo, la escuela ha estado limitada por la cultura del suspenso.Enseñar es importante, pero aprender aún lo es más. Si no hay aprendizaje, la enseñanza no tiene sentido. Si conseguimos que aprender y aprobar sean lo mismo, estaremos haciendo de la escuela un lugar privilegiado para preparar a las personas a tener una vida plena. Para con­seguirlo, debemos huir de la estandarización de la enseñanza para personalizarla y conse­guir que cada uno de los alumnos desarrolle al máximo sus talentos.

Si la curiosidad fuera el motor del aprendi­zaje en las escuelas, los alumnos serían capa­ces de adaptarse a las exigencias de un mundo cambiante. Un adulto que conserva la capaci­dad de hacerse preguntas para entender cómo funciona el mundo, que mantiene el deseo de seguir aprendiendo siempre, es un adulto creativo, crítico e innovador.

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/despertar-el-deseo-de-seguir-aprendiendo-por-salvaroj/39628.html

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Todos queremos vivir en paz, proclaman jóvenes colombianos en multitudinaria marcha

América del Sur/Colombia/8 Octubre 2016/Fuente: Telesurtv

A través de redes sociales, un grupo de jóvenes de universidades y activistas sociales convocaron la marcha de este miércoles en respaldo a la paz.

Miles de jóvenes colombianos participaron este miércoles en una «marcha del silencio» en Bogotá para respaldar la paz, y reiterar su apoyo al acuerdo rubricado en La Habana por el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP).

La concentración, a la que también se sumaron miles de personas ajenas a las universidades, comenzó con movilizaciones de pequeños grupos hacia el Planetario, el punto de encuentro, mientras gritaban arengas como «quiero paz, quiero amor, quiero acuerdos por favor».

Cuando los manifestantes se congregaron en el Planetario, comenzaron una marcha de 1,7 kilómetros hasta la céntrica Plaza de Bolívar enarbolando banderas blancas, así como con el puño en alto y velas o antorchas encendidas por la paz mientras guardaban silencio.

https://twitter.com/Bogota__DC/status/783797894142984192

“Ni una víctima más para esta guerra. Cese bilateral definitivo”, se leía en las pancartas que los manifestantes cargaban en su ruta del silencio. La convocatoria fue hecha a través de redes sociales por un grupo de jóvenes de universidades y activistas sociales que la denominaron #PazAlaCalle y aconteció luego de que los colombianos rechazaran en el plebiscito del pasado domingo el acuerdo firmado en La Habana por el Gobierno y las FARC-EP.

La exsenadora Piedad Córdoba, quien medió con las FARC-EP para la liberación de varios políticos, soldados y policías secuestrados, expresó que estaba «hasta contenta» con el resultado del plebiscito porque permitió que hubiera una marcha como la de este miércoles convocada por los universitarios. «Maravillosa la convocatoria de los jóvenes, es muy esperanzador y es sobre todo una convocatoria llena de alegría, de felicidad y una propuesta de rechazo total a esos pactos de élites que creen que la paz la negocian ellos», dijo.

También hubo espacio para que manifestantes levantaran pancartas de apoyo a las víctimas, especialmente a las de Bojayá, un municipio del Chocó (noroeste), donde el 2 de mayo de 2002 murieron entre 74 y 119 personas al caer sobre la iglesia una bomba lanzada por las FARC en un combate con paramilitares y el «sí» obtuvo una arrolladora victoria con el 95,76 % de los sufragios el pasado domingo.

Las voces de los protagonistas

María Herrera, una estudiante de 25 años. “El pacto nacional no es que los políticos del Sí y del No acuerden en un salón de la Casa de Nariño, el verdadero pacto nacional es el que hicimos los ciudadanos hoy en las calles de Bogotá y otras ciudades”.

José Burgos, estudiante de ingeniería de la Universidad Javeriana y promotor del grupo “Javerianos por la paz”: “Nosotros teníamos la idea de que si ganaba el Sí íbamos a invitar a los del No a que se unieran a Javerianos por la paz. Ahora que el No ganó, tenemos la misma idea: unirnos todos a trabajar por el país y debatir sobre qué hay que hacer para que el país salga adelante”.

Julián Carrero, estudiante de la Universidad de los Andes y uno de los promotores de la marcha: «Los jóvenes queremos que el conflicto se termine con una salida negociada (no sabemos si con estos acuerdos o renegociando otros), y que el cese bilateral se mantenga.Todos queremos vivir en paz”.

Fuente: http://www.telesurtv.net/news/Todos-queremos-vivir-en-paz-proclaman-jovenes-colombianos-en-multitudinaria-marcha-20161006-0008.html

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