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Libro: Política universitaria Dimensiones de la evaluación en la universidad

Política universitaria
Dimensiones de la evaluación en la universidad

Juan Ignacio Piovani. Fernanda Beigel. Martín Unzué. Sonia Marcela Araujo. Daniela Perrotta. Armando Alcántara. Fernando Correa. Mariana Versino. Sergio Friedemann. Fabiana Bekerman. Javier Blanco. [Autores]
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ISSN: 2362-2911
IEC/CONADU
Argentina – Buenos Aires
Agosto de 2015

La evaluación de instituciones, carreras y desempeños académicos individuales fue introducida en la universidad argentina en la década del 90, como un componente de la reforma neoliberal. Los dispositivos resultantes expresaron el saldo de una negociación con los intereses de diversos actores, así como una relativa adaptación a sus prácticas, lo que permitió que la evaluación se incorporara, no sin contradicciones pero aparentemente de manera irreversible, a la cultura académica, y generara cambios significativos cuyos alcances aún deben ser, ellos mismos, evaluados.
Instituto de Estudios y Capacitación (IEC-CONADU) Federación Nacional de Docentes Universitarios
Argentina
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Fuente de la Reseña:
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Entrevista a Agustina Blanco: Por qué no funciona el sistema de evaluación de la secundaria

Argentina/20 septiembre 2016/Autora: Paola Bruno/Fuente: mendozapost

Una posibilidad de recuperar una mala nota tras otra. En febrero, mayo, julio, octubre, diciembre y la lista se sigue engrosando con “múltiples opciones”. Y el adolescente que va a la secundaria tiene claro (yo diría, clarísimo) que cuando le va mal en un tema, no importa que materia sea, tiene muchas oportunidades de volver a rendir ese tópico y no toda la materia. Es decir, si tiene mil posibilidades, las usa todas.

Esta supuesta “flexibilidad” del sistema (que ayudaría al alumno) ha traído un fracaso educativo tras otro y de calidad, ni hablar. En la actualidad, hay pocos alumnos que construyan más contenidos y sumen competencias comunicativas, por el contrario, sienten que la escuela secundaria no les sirve para el mundo del trabajo.

Ella es clara: “Hacer cada vez más laxo el sistema no contribuye con la cultura del esfuerzo”. Ella es Agustina Blanco, consultora en temas de mejora escolar y magister en Relaciones Internacionales de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos. La especialista llegó a Mendoza para participar del Pre Foro de Calidad Educativa 2015, que se realizó el 2 de julio en el Hotel Diplomatic.

 ¿Por qué no funciona el sistema de evaluación en la secundaria?

–  Soy muy escéptica a estar permanentemente bajando la vara, los chicos son muy vivos, saben que si les dan diez mil oportunidades las van a aprovechar hasta el final. Hacer cada vez más laxo el sistema no contribuye con la cultura del esfuerzo.

 ¿Qué habría que hacer para mejorar?

–  Primero, tener un enfoque integral de la evaluación. Por ejemplo, detectar en forma temprana a los chicos que no están a nivel para acompañarlos desde el lado de la pedagogía, tras el objetivo que estén mejor. Nadie quiere perder a la mayoría de los chicos porque les va mal.

En segundo lugar, hay que inyectarle un poco de rigor a los profesores y a los alumnos. No hay que bajar la vara y sí hay que subir las expectativas sobre los docentes y los estudiantes.

Pero la vara está baja. Hoy, por ejemplo, los chicos escriben “bida” y no “vida”, no interpretan lo que leen e igual pasan de año.

– Da mucha tristeza. Uno quisiera que los chicos puedan recibir en la escuela tanto lo cognitivo como las habilidades blandas. Que todos se reciban con esto para desarrollar una vida plena en el futuro; y eso tiene que ver con tener juicio crítico, poder decidir por sí mismo.

– ¿Cómo se cambia este sistema educativo?

Con un enfoque integral. Y uno de los aspectos fundamentales es la formación docente y el aumento de las expectativas, tanto en los alumnos como en los docentes. Tenemos que volver a “enamorar” a los alumnos con el conocimiento, tenemos que invitarlos a que se fascinen con lo que les enseñamos.

– ¿Cómo se hace para volver a “fascinar” a los alumnos con la escuela?

Con un sistema educativo integral, pero sobre todo con un docente altamente calificado. Pienso en un profesional que ingresa con un bagaje interesante de conocimientos y competencias. Pero después, en el día a día, estudia constantemente, se actualiza, trabaja en equipo (esto de pensar juntos) y es parte de un proceso en el que se tomen decisiones. Así se forma a un verdadero profesional, no solo en educación, en todos los ámbitos.

– ¿Por qué los chicos creen que hoy la escuela no les sirve para el mundo laboral?

Los chicos le encuentran poco sentido a la escuela. Sobre todo por lo que ellos piensan que pueden necesitar en el futuro. También me parece que hay poca articulación entre la escuela y el mundo laboral, debiera haber más diálogo respecto de las necesidades de los chicos. Creo que hay un tercer factor que tiene que ver con la capacitación docente, ya lo dije, hace falta modernizar el sistema y que se adapte más a nuestra actividad.

«Los chicos le encuentran poco sentido a la escuela».

¿Por qué en la Argentina no van de la mano la equidad y la calidad educativa?

Me parece que las últimas décadas en la Argentina hubo una gran cantidad de alumnos que ingresaron al sistema educativo formal, esto es lo positivo. Lo que creo es que no se ha dado es un acompañamiento simultáneo de profesionales bien formados que se requieren para poder recibir a estos chicos y estar bien preparados frente al aula y enseñar a un alto nivel.

Muchos docentes se quejan y dicen que la escuela es una guardería, es decir, los chicos van pero no aprenden los conocimientos y habilidades básicas.

Y mientras no haya una inyección muy fuerte en la formación docente va a ser muy difícil ver un cambio. Hay mejora en algunas provincias, por ejemplo Salta. La esencia del sistema educativo de calidad está en la formación de buenos docentes y directores. Con esto se logra no solo retenerlos, también hay que garantizar el piso de aprendizaje de los chicos para que tengan un futuro mejor.

La formación docente de calidad, ¿incluye al profesor taxi?

Claramente, no. Los profesores tienen que estar al menos un turno completo en una escuela y tener espacios de diálogo y reflexión, capacitaciones rentadas de planificación, eso es lo que hace a un profesional. Si no es pedirle que sean héroes y que lleguen a sus casas y empiecen a pensar cómo armar una clase, qué didáctica fantástica generar para que los alumnos se interesen. Muchos docentes están superados, abrumados y es comprensible.

Para construir calidad

Agustina Blanco también es licenciada en Administración de Empresas, coautora del libro La Escuela Protagonista (Temas, 1999) y miembro de la Escuela de Educación de la Universidad de San Andrés. En la actualidad es miembro del consejo asesor de Educar 2015 y está trabajando en el desarrollo de una plataforma digital para la formación de Directores de Escuela para América Latina.

La especialista llegó a Mendoza y disertó en el Pre Foro de Calidad Educativa, que por primera vez se realizó en territorio mendocino. El encuentro estuvo organizado por el Proyecto Educar 2015, la Mesa de Encuentro por la Educación de Mendoza y el Consejo Empresario Mendocino.

El foro fue un momento de reflexión para mejorar el sistema educativo, sobre todo para hablar sobre la calidad.

 Participaron prestigiosos profesionales y autoridades del Gobierno escolar. En este sentido, Blanco analizó el caso de Finlandia, país que se ubica en la excelencia de la calidad educativa.

– ¿Qué hizo Finlandia para ser número uno?

Fue un proceso a largo plazo y tuvo un consenso republicano muy amplio. Fueron trazando objetivos y respetaron los tiempos del proceso. Llegaron a un alto nivel; ellos lograron equiparar equidad y excelencia academia en la mayoría de los alumnos.

Cuando vieron los resultados de los exámenes PISA (Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Programme for International Student Assessment) fue una gran sorpresa. Repito, el proceso fue gradual y comenzó en 1974.

¿Cuáles fueron los pilares de este sistema educativo?

Cambiaron a lo largo del tiempo, pero básicamente son: profesionalismo de los docentes, confianza, colaboración y responsabilidad compartida.

¿Se podrá lograr en la Argentina?

Se puede debatir el modelo, lo que es clave es que el núcleo central es garantizar una formación docente de excelencia. También se necesita un gran involucramiento de la sociedad para que realmente el sistema educativo se pueda transformar.

¿Cómo trabajan otros países de la región?

Y, por ejemplo, Argentina y Chile hace unos doce años estaban equiparados, los resultados PISA daban más o menos igual (400 y 410); ahora, hay una brecha importante. Lo que hizo Chile es ser más riguroso con la formación docente y la evaluación; hoy evalúa a sus docentes, fue un diálogo difícil con los gremios, pero finalmente aceptaron. Se definieron los estándares de la buena docencia y eso repercute. Tuvieron algo claro “todos los chicos pueden estar en el sistema”.

Los países con alta calidad educativa, ¿cómo atienden la diversidad?

Tienen aulas heterogéneas porque saben que tienen chicos con distintos ritmos de aprendizaje, tienen planificaciones para cada caso. Un docente que tuvo mentores, que tuvo muchas prácticas, logra poner a trabajar a los chicos en equipo; se sabe que es mucho más estratégico juntar a los estudiantes que tienen el mismo grado de dificultad y que se las arreglen hasta que solucionen la consigna. Y a los que están más avanzados juntos, y quizá después pueden cambiar. Se hace en todas partes del mundo.

– Y la tecnología, ¿que rol cumple?

A la tecnología hay que incorporarla, entenderla y quererla. Los chicos la necesitan porque el mundo laboral se lo va a pedir.

Fuente: http://www.mendozapost.com/entrevista/13601/

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Argentina: Sesenta y cinco millones, la cifra del Fondo Educativo

Argentina/20 de septiembre de 2016/Fuente: La Voz del Pueblo

El total que sumaría desde el 2013 hasta diciembre de este año, Sesenta y cinco millones, la cifra del Fondo Educativo.

En estos días volvió a surgir en el ámbito del municipio local y más concretamente en el Concejo Deliberante una discusión que ya parece interminable en torno a los destinos que el gobierno vecinalista ha dado y sigue dando a los recursos que recibe por el llamado Fondo de Financiamiento Educativo.

Este Fondo es de origen nacional y fue instrumentado por la Ley 26.075, cuya finalidad era aumentar la inversión en educación y mejorar la eficiencia en el uso de los recursos con el propósito de garantizar la igualdad de oportunidades en el aprendizaje y la calidad en la enseñanza.

La ley dispuso por el plazo de 5 años, una asignación específica de recursos coparticipables con las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que tiene la finalidad de garantizar condiciones equitativas en la educación nacional.

Asimismo la provincia de Buenos Aires estableció un sistema de coparticipación automática de parte de esos recursos recibidos con los municipios que la componen, con el fin de cubrir gastos ligados exclusivamente con la educación. Para ello, se estableció que los municipios podrán afectar este dinero a la mejora de la infraestructura escolar de gestión estatal, en cualquiera de los niveles del Estado.

La coparticipación de estos fondos denominados bajo el título de Fondo de Financiamiento Educativo comenzó a ser recibida por los municipios bonaerenses a partir de 2013, y de acuerdo a información proporcionadas por diversas fuentes confiables a La Voz del Pueblo, los montos que llegaron a nuestro partido fueron los siguientes: año 2013 $ 4.157.811; año 2014 $ 9.222.822; año 2015 21.826.426 y hasta agosto del corriente año $ 19.673.386, perfilándose que para 2016 el monto a recibir estará algo por encima de los 30 millones de pesos. Es decir que Tres Arroyos durante los 4 años de establecido el programa habrá accedido a aproximadamente 65 millones de pesos.

Primeras discusiones
Si nos trasladamos a los primeros meses del año 2013, cuando los tresarroyenses tomaron conocimiento del arribo de las primeras partidas de dinero del Fondo en cuestión, comenzaron las primeras discusiones respecto del destino que debería darse al mismo.

Fue entonces cuando el intendente Carlos Sánchez manifestó que ese dinero venía a reemplazar otras partidas que habían dejado de percibirse, y por lo tanto eran de libre disponibilidad. Este argumento, a partir de la lectura de la legislación que creó este aporte, fue rebatido por otros sectores políticos que señalaron que a Sánchez no le asistían razones valederas.

Fue en ese momento cuando los ediles del Frente para la Victoria y la entonces consejera escolar Laura Aldalur, plantearon la posibilidad de crear un ámbito de estudio y programación de la utilización de los fondos a recibir, incluyendo en este espacio la participación activa de sectores del Departamento Ejecutivo, del Concejo Deliberante, el Consejo Escolar y las asociaciones cooperadoras de los establecimientos educativos del partido, como una forma de que fueran los propios beneficiarios los que determinaran necesidades y prioridades en el uso de esos dineros. La propuesta no avanzó y es el gobierno municipal el que sigue administrando y fijando el criterio de utilización, con una activa intervención en la entrega de aportes por parte de Hugo Fernández, jefe de Gabinete.

En más de una oportunidad, la oposición coincidió en subrayar que una parte de los fondos se asignaron a cuestiones ajenas a las que dispuso su creación. A tal punto que en la última sesión del Concejo se aseguró que de los más de 21 millones de pesos percibidos en 2015, sólo ha sido informado el destino de 15 millones. Al respecto, una fuente consultada por este medio indicó que una de las finalidades probables habría sido el pago de sueldos en áreas determinadas.

Nuevo intento
A pesar de los continuos planteos sobre el manejo de esta importantísima partida en un tema tan sensible como es la educación, incluyendo las críticas y protestas planteadas por la oposición en su conjunto en ocasión de las diferentes rendiciones anuales de cuentas presentadas por el Ejecutivo al Concejo Deliberante, no hubo mayores cambios. La muestra más reciente es el rechazo del vecinalismo en el Concejo a la creación de una Comisión por el Fondo Educativo.

Según aseguran en el Frente Renovador y Cambiemos, impulsores de la iniciativa de conformar la citada Comisión, se buscaba acercar ideas sobre prioridades y destinos más equitativos hacia los distintos establecimientos. Cabe señalar que esto no es una novedad en el ámbito de las municipalidades, dado que -por ejemplo- en Azul existe por ordenanza una Comisión Asesora del Fondo Educativo Municipal que juntamente con la Secretaría de Educación y Cultura del municipio trabajan en el mismo sentido que proponía el proyecto local. También se discutió la decisión municipal de afectar fondos al programa de Capacitación de Enfermeras a través del CRESTA. Solamente el doble voto del presidente del Concejo posibilitó el rechazo del proyecto.

Resolución clave
Ante las discrepancias se plantó la concejala vecinalista, Marta Pellegrini, quien defendió la tarea del municipio en el reparto y destino de los fondos, mencionando además que nunca el Tribunal de Cuentas de la Provincia había realizado objeciones.

Este Tribunal de Cuentas, que por otro lado, y de acuerdo con informaciones publicadas en los principales medios nacionales, se encuentra en la mira de las máximas autoridades provinciales, por, entre otras cuestiones, el nombramiento de familiares y allegados en dicho organismo y graves falencias en su accionar, emitió el día 4 de diciembre de 2014 una resolución muy interesante respecto del destino a dar de los recursos del Fondo.

En tal sentido, en su artículo 2° se establece que «los municipios podrán utilizar los recursos del Fondo de Financiamiento Educativo para el ejercicio 2015 en: a) construcción y/o mantenimiento de infraestructura escolar de gestión estatal en cualquiera de los niveles del Estado. b) Generar programas de capacitación y apoyo pedagógico destinados al mejoramiento de la calidad educativa y a evitar la deserción escolar. c) Adquisición y/o mantenimiento de equipamiento escolar. d) cualquier otra finalidad estrictamente educativa».

Pero en su artículo 3° es más preciso aún ya que indica que «los gastos efectuados deberán ser imputados según los siguientes clasificadores presupuestarios: 3.4.1. (tierras y terrenos) 3.4.2. (Construcciones) 3.4.3. (Máquinas y Equipos) y 3.4.4. (equipos de seguridad)».
Con esto queda establecido mucho más específicamente cuál es el direccionamiento que la Provincia quiso darle al Fondo de Financiamiento Educativo. Y se brinda un parámetro concreto, desde el cual se puede determinar sin lugar a dudas si se dio el uso correcto o por el contrario, ha sido desnaturalizado.

Fuente de la Noticia:

http://www.lavozdelpueblo.com.ar/nota-43586-sesenta-y-cinco-millones,-la-cifra-del-fondo-educativo

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Libro: Jóvenes y soberanía

Jóvenes y soberanía
Hegemonía, discursos y trayectorias hacia la emancipación

Josefina Bolis [Autora]
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ISBN: 978-950-34-1187-2
EdicionesEPC
Argentina – Buenos Aires
Marzo de 2016

Jóvenes y soberanía contiene un conjunto de problematizaciones epistemológicas para indagar cómo se transforma y subvierte el sentido en la sociedad, cómo se unifica simbólicamente la comunidad y cómo se constituyen los sujetos políticos. La soberanía, como poder de decisión o como demanda, ha sido desde América Latina una proclama emancipatoria. Los jóvenes ‒con sus reclamos de ciudadanía‒ recorren esas trayectorias que los proyectan de sujeciones tutelares a posiciones de sujeto soberanas.
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Fuente de la reseña:
http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana-cm/libro_detalle.php?id_libro=1289&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1296
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El camino de la Universidad Latinoamericana hacia la certificación de saberes y de competencias

Eva Elena Monagas (*)

“…poco se avanzó en la redefinición y en la puesta en marcha de iniciativas de reforma académica, curricular, de paradigmas pedagógicos y de formación integral, o en la oferta universitaria, con todo y que se ha valorado y discutido ampliamente su enorme importancia”.

Axel Didriksson (2008)

Una gran cantidad de iniciativas a nivel mundial promueven el desarrollo de modelos, prototipos y proyectos que pueden ser desarrollados por personas, independientemente de si ellas pertenecen al sistema educativo o del nivel en que se encuentren, solo con el fin de vincular los talentos a la solución de problemas y proyectarlos en la sociedad; sin embargo, el sistema educativo tradicional presta poca atención al aprendizaje a lo largo de la vida, al no formal, al informal y a la motivación natural que lleva al hombre al conocimiento. En este contexto, aún las sociedades se concentran en el aprendizaje formal en instituciones educativas lo que conduce al desconocimiento de algunos sujetos y la subutilización del talento encubierto en la sociedad, por tanto ¿Deben quedarse las instituciones educativas de espalda al conocimiento adquirido? ¿Cuál debe ser el recorrido para el reconocimiento del saber o de un conjunto de saberes? ¿Cuáles son los desafíos que tiene la gestión educativa para certificar saberes y competencias?

En este punto se hace necesario aclarar los conceptos de saber, competencias y certificación.

De acuerdo con Foucault (2006), los saberes son las manifestaciones homogéneas y masivas existentes como corriente de pensamiento o mentalidad colectiva, y solo es requerido para la imaginación del sujeto. Foucault también lo llama “creencia común” ya que es aceptado sin demostración, por lo cual no es una ciencia, porque la ciencia debe mostrar unas reglas de práctica discursiva, conceptos, objetos y series teóricas que lo delimitan, le dan estructura y rigidez. La gran diferencia que Foucault presenta con la ciencia, es que el saber es libre, no cuenta con restricciones, delimitaciones teóricas ni sistemas de relaciones, ya que proviene de lo que ha sido vivido o de la experiencia, donde el individuo en la comunicación del saber a otros, deja claro que existe una conexión entre el saber y la expresión lingüística ya que la forma en que estas corrientes de pensamiento se ponen de manifiesto es fundamentalmente a través de la palabra.

A diferencia de Foucault, Bunge (2002) no le da tantas libertades al saber, y establece compatibilidad con la ciencia, al señalar que el saber tiene características estructurales (materialistas, dinamicista, emergentista, sistemista, cientificista y es exacta). Coincide con Foucault en que queda inserto en el sistema social manifestando que no se aprende sin sociedad porque el prójimo, incluidas las instituciones, estimula o inhibe el saber. Tanto Foucault como Bunge, en principio, ofreceen dos interpretaciones: una es que las personas en sociedad pueden alcanzar el saber y la otra es que las instituciones de educación, entre ellas las universidades, están llamadas a la estimulación, promoción y diseño de estrategias para alcanzar y reconocer el saber.

Por su parte, Celis de Soto (2006) le impone movilidad al saber indicando que no está confinado a un lugar o espacio predeterminado, puede ser adquirido en un lugar, trasladado de un lugar a otro y puede ser enriquecido en función de las aplicaciones, y coincidiendo con Foucault, puede articular el presente y el pasado. Se puede deducir que la importancia del saber está en las oportunidades que brinda a las personas para enfrentar y resolver problemas en cualquier lugar y momento a través del aprendizaje obtenido por la interacción con el mundo, el descubrimiento y por las posibilidades de crear nuevas visiones articulando el pasado con el presente. Así, en este caso, su certificación promueve su existencia, la legitima y legaliza, y las instituciones de educación son las llamadas a desarrollar esos procesos.

La definición de competencia ha sido tratada en diversos estudios realizados por instituciones nacionales y multinacionales, así como por filósofos, en tal sentido, Durant y Naveda (2012) presentan una guía de todos los aportes. Tobón (2006) define la competencia como un conjunto de actuaciones integrales en distintos escenarios, integrando el saber ser (compromiso, normas, valores, actitudes, creencias), el saber conocer (teorías, conceptos, argumentaciones, principios, leyes, hechos) y el saber hacer (formas de construir conocimiento, habilidades, métodos, procedimientos) para identificar, analizar y resolver problemas del contexto. El mismo Tobón (2007) amplía su definición para establecerla como unos procesos complejos de desempeño con idoneidad en determinados contextos, integrando diferentes saberes (saber ser, saber hacer, saber conocer y saber convivir), para realizar actividades y/o resolver problemas con sentido de reto, motivación, flexibilidad, creatividad, comprensión y emprendimiento, dentro de una perspectiva de procesamiento metacognitivo, mejoramiento continuo y compromiso ético, con la meta de contribuir al desarrollo personal, la construcción y afianzamiento del tejido social, la búsqueda continua del desarrollo económico-empresarial sostenible, y el cuidado y protección del ambiente y de las especies vivas.

Como el término competencia también ha sido abordado por instituciones multinacionales, donde se identifican a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la Unión Europea (UE), el Centro Interuniversitario de Desarrollo en América Latina y el Caribe (CINDA-ALC) y el Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (CINTERFOR), a continuación se indica un breve resumen de los aportes e implicaciones.

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) establece la competencia como habilidad para enfrentar demandas complejas administrando recursos psicosociales en un contexto. El mismo organismo involucra la competencia con el desarrollo sostenible y la cohesión social constituyéndola en una característica social. Igualmente, la UNESCO también agrega fines a la competencia y establece que es la capacidad desarrollada por el ser humano, para impactar en el contexto de realidades socioculturales, sociopolíticas e históricas y propiciar la igualdad y la justicia.

La UNESCO (2006), con el fin de democratizar la educación promueve la educación para todos a lo largo de la vida y establece las directrices para la certificación de saberes y competencias. La Unión Europea con el “Proyecto Tuning” introduce la clasificación de competencias genéricas y específicas en programas educativos. El CINDA promueve cambios profundos en la acción docente para el desarrollo de procesos educativos centrados en competencias. El CINTERFOR, adscrito a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), promueve la conformación de comunidades de aprendizaje, gestión del conocimiento, lleva a cabo e integra las experiencias en certificación de saberes y competencias laborales en Latinoamérica.

  Como se observa, el término competencia involucra al saber e integra a varios saberes en un conjunto que permite definir que un individuo alcanza una condición idónea para hacer algo de valor en la sociedad en la que convive y por esto se muestra como de gran importancia para la educación. Ahora bien, emprender la certificación de competencias involucra reconocer la existencia de un conjunto de saberes que “legitima y legaliza” que hubo aprendizaje en un individuo que le permite hacer algo.

El reconocimiento, validación y acreditación (RVA) de los resultados del aprendizaje es una práctica, promovida por la UNESCO (2012) que “hace visible y valora toda la amplia gama de competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) que las personas han obtenido en diversos contextos, mediante distintos medios y en diferentes etapas de su vida”.

La certificación es el procedimiento mediante el cual un organismo o institución autorizada, da garantía por escrito, mediante un reconocimiento (certificados, diplomas o títulos) u otorga equivalencias, unidades de crédito o excepciones, o emite documentos tales como portafolios de competencias para indicar que una persona está conforme a los requisitos especificados basándose en la evaluación de los resultados o competencias del aprendizaje según diferentes propósitos y métodos. La certificación comprende los siguientes elementos: un conjunto de las actividades implementadas en el marco de un proceso para evaluar la conformidad de acuerdo a requisitos especificados; un certificador que es el Organismo/Institución que procede a la certificación y asume la responsabilidad de los resultados del proceso; un beneficiario de la certificación es una persona natural al que un organismo de certificación otorga el certificado; y la certificación que se materializa en un documento emitido conforme a las reglas del sistema de certificación.

Pero reconocer el aprendizaje de un individuo, sin haber guiado el proceso de enseñanza, involucra la evaluación de la puesta en marcha de procesos cognitivos no supervisados que determinan que un individuo alcanzó la competencia, es decir, evaluar si el individuo alcanzó un nivel satisfactorio de conocimientos y habilidades, así como la capacidad para aplicarlas demostrando valores y actitudes como motivación, creatividad, compromiso ético para el desarrollo de la sociedad deseada. Los procesos cognitivos, según García, Garrido y Rodríguez (1998), son los garantes de la consistencia de la conducta humana ya que definen la personalidad, ocurren a través de la atención, la percepción, la memoria, y con ellos se puede procesar, analizar, interpretar, almacenar y recuperar la información.

Este parece ser un punto de intimidación de las instituciones educativas. A pesar de las directrices propuestas por los organismos multinacionales y de la importancia para la equidad, la inclusión en el acceso a las oportunidades de aprendizaje y para el avance académico, conocer la forma en que se dan los procesos cognitivos en ambientes de aprendizajes distintos al aula, o distintos del aprendizaje tradicional, y cómo hacer su evaluación, lo cual requiere el compromiso de las instituciones de educación a implementar novedosos modelos educativos o modelos emergentes, puede intimidar al más experimentado sistema pedagógico por lo cual es poco implementado o promovido por las instituciones de educación superior.

Sin embargo, otros problemas acompañan la certificación de saberes; Molis (2003) indica que ante la crisis de las universidades tradicionales para adaptarse a las demandas sociales, a la precariedad del conocimiento cultural y científico en Latinoamérica, nuevas universidades con finalidad de lucro son consecuentes para responder a esta crisis, que junto al cortoplacismo del mercado y un debilitado financiamiento universitario, alimentan a “compradores de diplomas” confundiendo la educación universitaria con la educación postsecundaria.

Entonces, los desafíos que se plantean para las instituciones universitarias para emprender el camino de la certificación de saberes son:

  • Ser suficientemente ágiles como para identificar los talentos encubiertos en sus sociedades y desarrollar nuevas ofertas que permitan la inclusión de ellos a las oportunidades de aprendizaje y al avance académico.
  • Tener la flexibilidad para implementar nuevos modelos educativos o modelos emergentes que permitan el reconocimiento y acreditación del aprendizaje de un individuo, sin haber guiado el proceso de enseñanza.
  • Tener la capacidad para estructurar procesos de certificación de saberes y competencias, suficientemente sólidos, respetables y transparentes, para otorgar equivalencias, unidades de crédito, o para emitir documentos como portafolios de competencias que puedan dar avance académico a los excluidos, y además, que puedan ser sometidos a revisiones periódicas que demuestren que no se han comprometido los valores institucionales.
  • Contar con los recursos necesarios y la formación docente (evaluadores) para indicar que una persona está conforme a los requisitos especificados basándose en la evaluación de los resultados o competencias del aprendizaje según diferentes propósitos y métodos.

  En instituciones tradicionalistas este camino puede ser accidentado, pero ¿Pueden las instituciones educativas continuar de espaldas a reconocer diversas formas de aprendizaje? La situación es que cuando la universidad da la espalda a los procesos de certificación, manifiesta abiertamente que no quiere reconocer el saber y rechaza la oportunidad de dirigir la generación y aplicación del conocimiento (científico, tecnológico y humanístico) desde nuevas perspectivas en momentos donde, de acuerdo a López (2003), el rol de la educación y del conocimiento en la formación del ciudadano requiere atender demandas de un mundo globalizado donde una fuerza de trabajo más preparada es lo que consolida las empresas competitivas en el mercado mundial, por lo que los procesos educativos son responsables de “incorporar en una mayor orientación hacia la personalización de los procesos de aprendizaje, hacia la construcción de la capacidad de construir aprendizajes, de construir valores, de construir la propia identidad” (p.43).

Finalmente, emprender el camino hacia la certificación de saberes y de competencias como proyecto nacional implica que se ha determinado la necesidad de satisfacer una demanda social para lo cual el Estado diseña y gestiona la política pública. En este caso, respecto a las políticas de certificación Hernández (2002) advierte, entre otras cosas, que en Latinoamérica se están abordando sobre el espacio de la certificación en vez de proyectar el aprendizaje para sacarlo “de lo privado, de lo individual, de lo invisible”. Es decir, el talento encubierto sigue quedando encubierto porque los procesos de certificación no se enfocan a acompañar y motivar a las personas en los aprendizajes sino en el certificado, mientras que estas políticas deben orientarse a consolidar sistemas de certificación sólidos, abiertos, plurales, participativos que promuevan e incentiven el aprendizaje diversificado, articulado, democrático y justo. En todo caso, investigaciones y nuevos conocimientos se están generando respecto a los procesos de certificación mientras gran parte de las universidades se mantienes de espaldas a estos procesos.

Los innovadores modelos pedagógicos o modelos emergentes que habría de implementar la universidad parecen quedar como tarea pendiente. De acuerdo a Tünnermann (2008), discutir los alcances de la satisfacción a su comunidad humana por parte de las instituciones de educación universitaria y las expectativas de éstas de generar cambio y progreso en sus sociedades, así como su contribución a la construcción de sociedades de conocimiento y al impulso del desarrollo sostenible en el contexto nacional e internacional aún permanece en discusión en universidades de América Latina.

El Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (CINTERFOR) señala que el camino de la certificación de saberes y competencias ya empezó su recorrido en veintiocho países en Latinoamérica. Muchos actores están involucrados, tales como, Ministerios de Trabajo, Ministerios de Educación, Instituciones Nacionales de Formación, organizaciones sectoriales de la industria, centros de formación y empresas, pero muy pocas universidades.

Solo queda responder ¿Hasta cuándo la universidad latinoamericana permanecerá ajena a asumir el rol activo que les corresponde?

Referencias bibliográficas.

Bunge, M. (2002). Ser, saber, hacer. Editorial Paidós Mexicana, S.A. y Facultad de Filosofía y Letras Universidad Autónoma de México. DF, México.

Celis de Soto, F (2006). Experiencias innovadoras de la UPEL en formación docente. Ponencia presentada en el Encuentro de Universidades del Convenio Andrés Bello. Bogotá, Colombia, 2006. Disponible en: http://150.187.142.20/info-general/eventos/Pregrado/Archivos/ExperienInnovaUPELFormaDocent.pdf. [Consulta: 2016, abril 21].

Didriksson, A. (2008). Capítulo IX. Educación superior y sociedad del conocimiento en América Latina y el Caribe, desde la perspectiva de la Conferencia Mundial de la Unesco. En C. Tünnermann (Ed.), La educación superior en América Latina y el Caribe: diez años después de la Conferencia Mundial de 1998 (pp. 399-458). IESALC, UNESCO. Cali, Colombia.

Durant, M. y Naveda, O. (2012). Transformación curricular por competencias en la educación universitaria bajo el enfoque ecosistémico formativo. Fundacelac UC. Valencia, Venezuela.

Foucault, M. (2006). La arqueología del saber. Vigésimo segunda edición en español. Siglo XXI, S.A de C.V. D.F., México.

García, J., Garrido, M., Rodríguez, L. (1998). Personalidad, procesos cognitivos y psicoterapia. Un enfoque constructivista. Madrid, España.

Hernández, D. (2002). Políticas de certificación en América Latina. Boletín Cinterfor: Boletín Técnico Interamericano de Formación Profesional, (152), 31-50.

López, F. (2003). El impacto de la globalización y las políticas educativas en los sistemas de educación superior de América Latina y el Caribe. En M. Mollis (Ed.), Las Universidades en América Latina (pp. 38-58). Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales CLACSO. Buenos Aires, Argentina.

Mollis, M. (2003). Las Universidades en América Latina. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales CLACSO. Buenos Aires, Argentina.

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UNESCO (2006). La educación encierra un tesoro. Disponible en: http://www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF [Fecha de la consulta: 05/05/2016].

UNESCO (2012). Directrices de la Unesco para el reconocimiento, validación y acreditación de los resultados del aprendizaje no formal e informal. Disponible en: http://unesdoc.unesco.org/images/0021/002163/216360s.pdf [Fecha de la consulta: 05/05/2016].

UNESCO (2015). Informe de la Unesco sobre la ciencia. Disponible en: http://unesdoc.unesco.org/images/0023/002354/235407s.pdf [Fecha de la consulta: 16/07/2016].

(*) Eva Elena Monagas

contacto: evamonagas@gmail.com

La autora forma parte del  Doctorado Latinoamericano en Educación Políticas Públicas y Profesión Docente.

El presente es un artículo inedito, publicado con el consentimiento de la autora.

 

Fuente de la imagen: http://www.libertadyprogresonline.org/wp-content/uploads/2012/01/Internet-la-Mente-y-el-Cerebro-Libertad-y-Progreso.jpg

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Chile: Niña de 11 años pide ingresar al I. Nacional: “No puede ser que no podamos ir a un colegio porque somos mujeres”

América del Sur/Chile/20 Septiembre 2016/Fuente: biobiochile

Una niña de 11 años abrió el debate al enviar una carta a la presidenta Michelle Bachelet, a la alcaldesa de Santiago, Carolina Tohá, y al rector del Instituto Nacional, Fernando Soto para solicitar ingresar al emblemático establecimiento educacional.

“Escribo con el motivo de solicitarles mi acceso al Instituto Nacional siendo yo niña, ya que es únicamente de varones, lo que yo encuentro injusto“, sostiene en la misiva Marina Ascencio, estudiante de sexto básico de la escuela Guillermo Matta e hija de dos psicólogos, que además son profesores universitarios.

La niña, que se convirtió en la primera mujer en pedir ingresar al tradicional establecimiento, añade que su padre fue alumno del IN José Miguel Carrera, por lo cual ella quiere estudiar allí. “A mí me gustaría ir al colegio al que él fue, porque quisiera ser tanto como mi padre y mi madre. Además,pese a que puedo ir al Carmela Carvajal, se me está negando el derecho de asistir al lugar donde estudió mi padre“, sostiene.

“Fray Camilo Henríquez, uno de los fundadores del Instituto Nacional dijo: «El gran fin del Instituto es dar a la Patria ciudadanos que la defiendan, la dirijan, la hagan florecer y le den honor», al ser de hombres el Instituto, este objetivo no se cumple porque solo la mitad de las personas tienen acceso a esa educación que nos permite cumplir el fin del Instituto Nacional“, continúa la menor.

“Por mi parte pienso que, con una educación igualitaria para los hombres y mujeres, se haría un cambio permitiendo la igualdad de género en el país y no puede ser que las mujeres no podamos ir a un colegio porque somos mujeres o que los hombres tampoco puedan porque son hombres“, sentencia, y agrega que “Encuentro que no debería haber escuelas separadas por género, porque si no después en la universidad se dificulta la interacción con el otro género”.

En un párrafo aparte se dirige al rector Soto, indicando que “Para usted, Señor Director no debe haber problema ya que usted es hombre, y tiene todas las opciones por lo mismo. Pero plantéese la situación de este modo: usted tiene un hijo y su esposa fue al Carmela Carvajal y su hijo quiere ir al mismo colegio que su madre, pero no podría debido a que el Carmela Carvajal es solo para niñas. Bueno pues esa es mi situación”.

Marina remata la carta recordando a Eloísa Díaz, la primera mujer en estudiar medicina; Gabriela Mistral, la primera mujer latinoamericana y chilena en ganar el premio Nobel de Literatura; Violeta Parra, la primera mujer latinoamericana en exponer sus arpilleras en el museo Louvre en París; y Michelle Bachelet, la primera presidenta de Chile. “Todas estas son mujeres que fueron primeras en algo, demostrando así que no solo los hombres tienen la capacidad de ganar cosas y de lograr metas“, remarcó.

La respuesta llegó del rector del Instituto Nacional, Fernando Soto, quien afirmó que la “segregación por género es una reflexión que el Instituto deberá enfrentar en el corto plazo”.

“La carta de Marina Ascencio, de 11 años, la valoramos sentidamente, pues ha servido de estímulo en este debate incipiente en nuestra comunidad. No hemos recibido otra en el mismo tenor”, asegura.

De acuerdo a cifras del Ministerio de Educación, el 3,8% de los colegios en el país son exclusivos de hombres o de mujeres. Varios de ellos corresponden a los denominados establecimientos emblemáticos y su resistencia a los cambios se relacionan a la “tradición”.

Ex alumnos entran a la discusión

El ex contralor Ramiro Mendoza, aseguró al diario La Tercera que el cambio del modelo es algo que “debe ser implementado a la brevedad para que el Nacional sea como cualquier liceo del mundo”.

“Nos hemos demorado en este tema porque nos hemos enredado en la gratuidad, la selección, etc.”, señaló Mendoza en alusión a los alcaldes de Santiago como sostenedores del colegio, y los mismos ex alumnos.

Para Ramiro Mendoza, el rol de la mujer en el establecimiento “se ha ocultado y ahora que es tarde, se levanta”.

Por su parte, el presidente del Centro de ex Alumnos del IN, Mario Benavides, sostuvo que la prioridad está en la selección, aunque reconoció que la inclusión de mujeres es un tema controversial.

“Hay materias que, como ex alumnos, consideramos que son más importantes de discutir, como la selección, ya que el deseo es seguir siendo de excelencia”, indicó y agregó que el ser un colegio de hombres es una tradición.

En ese sentido, Roberto Zambrano, presidente del Centro de Alumnos, no coincide, ya que señaló que los estudiantes “hemos dicho que tiene que haber mayor inclusión, abarcando la demanda del movimiento estudiantil de una educación no sexista”.

Fuente de la Noticia: 

http://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2016/09/19/nina-de-11-anos-pide-ingresar-al-i-nacional-no-puede-ser-que-no-podamos-ir-a-un-colegio-porque-somos-mujeres.shtml

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UNICEF advierte sobre crisis global en educación y pide inversiones

UNICEF/20 Septiembre 2016/Fuente: Prensa Latina
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advirtió hoy que el planeta vive una crisis global en materia de educación, ante la cual reclamó mayores recursos para el sector.
 En una nota de prensa circulada aquí, la agencia de la ONU precisó que más de dos tercios de los niños en edad escolar en los países pobres no aprenderán las habilidades básicas de la enseñanza primaria para 2030, pese a las metas recogidas en la Agenda de Desarrollo Sostenible adoptada hace un año.

Esos menores seguirán atrapados en un ciclo de pobreza y sin los conocimientos necesarios para contribuir con sus sociedades y economías, lamentó el Fondo, a propósito de las decenas de jefes de Estados o de Gobierno presentes aquí para el comienzo mañana del segmento de alto nivel de la Asamblea General de Naciones Unidas en su 71 Período de Sesiones.

Según Unicef, urge que los gobiernos nacionales incrementen las inversiones en educación.

‘Cada niño, en cada país, en cada barrio y en cada hogar, tiene el derecho no solo de sentarse en un aula, sino de recibir una educación de calidad’, afirmó el director ejecutivo de la agencia, Anthony Lake.

Unicef publicó hoy un reporte sobre el tema, en el que llama la atención acerca de los desafíos existentes y de la importancia de aumentar las inversiones en materia de la enseñanza.

El informe refleja problemas como el hecho de que 330 millones de estudiantes de los niveles primario y secundario no alcanzan los conocimientos básicos, y el mayor impacto de las dificultades en las niñas que en los niños.

Fuente de la Noticia:  
http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=27120&SEO=unicef-advierte-sobre-crisis-global-en-educacion-y-pide-inversiones
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